La enmascarada es Veronica - Las Bolas de Pablo

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27 nov 2019

La enmascarada es Veronica

ESCRITO POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING M/M Y F/M.

RELACIONADO CON LOS  RELATOS: ATAQUE A TRUMP y EL LADO OSCURO DEL DECANO.

   Eran las 7 Pm, y en el restaurante DONDE JOE´S, varios clientes cenaban; Entonces apareciĆ³ un comercial que desde la maƱana inundaba los televisores de la ciudad, en Ć©l se informaba de una peligrosa mujer quien era buscaba por la policĆ­a, y una cuantiosa recompensa de 10.000 dĆ³lares por informaciĆ³n para su captura.

   Coincidencialmente en 3 mesas, los ocupantes no habĆ­an visto el comercial, Ahora reaccionan sorpresivamente ante la informaciĆ³n.

EN LA MESA 8.

   Un hombre y su pareja rubia compartĆ­an una cena ligera, en un ambiente cargado de mucho romance… Se trata de los conocidos personajes, Daniel Roberto y Adriano alias “Trump”. Daniel una vez mĆ”s cumplĆ­a la fantasĆ­a de Adriano, disfrazĆ”ndose de rubia.

   Es entonces cuando se emite el comercial donde se ofrece la recompensa. La pareja queda impactada ante la informaciĆ³n.

   “Ella es la enmascarada?, pero si es solo una muchachita”. Expresa Adriano ante la sorpresa.

   “Que no es la novia de Miguel?, la recuerdas Adriano?”. Expuso Daniel, quien reconocĆ­a en la buscada, a aquella disfrazada de cientĆ­fica que conocieron en la Navidad pasada y presentada por su amigo Miguel.

   La pareja quedĆ³ boquiabierta un rato, cada uno recordaba la tortura a la que fueron sometidos por ella, Daniel sentĆ­a escozor recordando aquel choque elĆ©ctrico en el pene hĆŗmedo tras su ducha, y no dejaba atrĆ”s los repetidos castigos a las pelotas…
…Adriano se tomĆ³ el cuello, le pareciĆ³ tener aĆŗn aquel collarĆ­n elĆ©ctrico, luego masajeo sus bolas… de repente tuvo una idea.

   Se acercĆ³ a Daniel y a oĆ­do le dijo:

   “Que te parece si nos divertimos hoy como aquel dĆ­a que nos agrediĆ³ esa chica”.

   “Pero eso es pervertido, que no recuerdas lo que sufrimos ese dĆ­a”.

   “Pero aquel dĆ­a fue mĆ”s morbo que susto, recuerda que luego de que ella se fue, gozamos mejor, el miedo y luego el saber que me perdonaba, nos encendiĆ³ mĆ”s”.

   “Que loco estas -Trump-, pero lo que quiera el seƱor”. Una sonrisa apareciĆ³ en los labios de Daniel, en el interior algo le decĆ­a que aceptara, era cierto lo que decĆ­a Adriano, si bien sufrieron, luego de que ella se marchĆ³ tuvieron el mejor sexo, toda esa adrenalina liberada con el ataque, les dejĆ³ listos para gozar mĆ”s… tal vez era extraƱo sentirse asĆ­ despuĆ©s de  un trauma como ese, aquello significaba que le tomaban gusto al sadomasoquismo?… En fin, esta noche disfrutarĆ­a con su pareja, no se colocĆ³ el disfraz de rubia solo para salir a cenar.

EN LA MESA 14.

   El Ex Decano PĆ©rez Ayola, quien ahora laboraba como subgerente en una importante farmacĆ©utica, solĆ­a ver las noticias mientras cenaba en el lugar… Al ver a VerĆ³nica como la enmascarada, se muerde la lengua de la rabia.

   “AsĆ­ que era ella!, entonces era su venganza por sacarla del laboratorio!... maldita!”.

   HabĆ­a odio en la cabeza del Ex Decano, se tomĆ³ el hombro luxado, aĆŗn tenĆ­a molestias, pero movĆ­a bien el brazo… MĆ”s cuando comenzĆ³ a recordar detalles de aquella noche de agresiĆ³n, su pene comenzĆ³ a reaccionar.

   En su memoria estaba cuando fue golpeado por la enmascarada, e incluso mĆ”s atrĆ”s, cuando tras discutir con la cientĆ­fica, esta le agarrĆ³ los testĆ­culos, aunque sin apretĆ”rselos como hubiese querido.

   Excitado el veterano tomĆ³ su telĆ©fono, quiso llamar a su dominatriz favorita, pero esta habĆ­a quedado enojada desde aquel dĆ­a, y aun no se le pasaba el enojo… cerrĆ³ el telĆ©fono y se dispuso a pagar la cuenta.

EN LA MESA 2.

   En el mismo sitio se hallaba Javier Suarez, el encargado actual del laboratorio de BiologĆ­a, el joven habĆ­a sido colocado en el puesto por el ex decano PĆ©rez Ayola, pero no habĆ­a visto que el sujeto estaba en el mismo lugar; Ensimismado en sus estudios, el joven de 19 aƱos, leĆ­a un libro, mientras cenaba. Ante el anuncio de la TV, alzĆ³ la vista y detallaba a VerĆ³nica.

   Estaba totalmente sorprendido, por eso la cientĆ­fica no habĆ­a asistido estos dĆ­as a la universidad…

   Javier siempre sintiĆ³ algo por la cientĆ­fica VerĆ³nica, pero ella nunca le puso atenciĆ³n, y menos cuando se hizo novia de Miguel, ademĆ”s al tomar su puesto en el laboratorio, temiĆ³ algĆŗn rencor, aunque VerĆ³nica no era de ese tipo… o eso creĆ­a, porque lo que decĆ­a la policĆ­a era otra cosa… No podĆ­a creer que ella fuese una criminal, y extremadamente peligrosa para ofrecer 10.000 dĆ³lares.

   No tarda el joven en terminar su cena y con sus libros toma rumbo a su casa, en la cabeza lleva un sinfĆ­n de emociones y tratarĆ” con ella en su hogar.

EN CASA DE DANIEL ROBERTO.

   Daniel Roberto y Adriano llegaron a casa, el disfrazado de inmediato se abalanzĆ³ sobre su amado, quien le recibiĆ³ a besos… ciertamente el tema de la enmascarada y su identidad revelada, les encendiĆ³ mucho mĆ”s… Cada uno tenĆ­a el morbo, Adriano por el castigo testicular, y Daniel por la adrenalina de aquel suceso.

   Adriano se colocĆ³ su mĆ”scara de “Trump” y se lanzĆ³ como un todo contra Daniel, con la cabeza le impactĆ³ en el abdomen derribĆ”ndolo al suelo, las cosquillas en el cuerpo de la “rubia”, le hacĆ­an revocarse.

   Daniel le puso un pare, era mejor desvestirse e irse a la cama, “Trump” cediĆ³ y se incorporĆ³, de inmediato la rubia le metiĆ³ un rodillazo en la entrepierna.

   “OOOoooohhhh!!!”. 

   “Te doliĆ³ querido?”.

   “Claro… siempre tomĆ”ndome por sorpresa, cof!, cof!”. La sensaciĆ³n de vacĆ­o en el bajo vientre le hacĆ­a doblarse y toser repetidamente.

   Mientras Adriano se recuperaba, Daniel comenzĆ³ a desvestirse, pensaba ayudar a hacer lo propio a su amado, pero una vez desnudo sufriĆ³ el ataque de su pareja.

   Adriano le pellizcĆ³ el flĆ”cido pene con furia, el pellizco a la carne peneana hizo chillar a Daniel.

   “AAAYYYYYYYYYYYYYYYY!”.

   Ahora el adolorido era la rubia, Adriano aprovecho para desnudarse el tambiĆ©n.

   Ya desnudo, se le acercĆ³ y le pidiĆ³ acceso a su miembro, aun dolido, Daniel se lo concediĆ³…
…Ahora en la cama, Trump chupaba el pene de su rubia, que parecĆ­a revolcarse entre las sabanas ante tal placer… Daniel le suplico parase, y el enmascarado obedeciĆ³.

   El turno era para Daniel, que chupaba el gordo falo de Trump. Las lamidas ponĆ­an ese glande rojo y brillante… cuando no pudo aguantar mĆ”s Adriano retirĆ³ la cara de su pareja.

   “Espera, o me vendrĆ©… y quiero penetrarte ya mismo!”.

   Daniel Se acostĆ³ boca abajo y separĆ³ algo las piernas, ofreciendo su retaguardia  a su macho, Trump se acostĆ³ sobre Ć©l, acomodĆ³ su glande y le penetrĆ³…
…con su peso llegĆ³ hasta lo mĆ”s profundo de aquel recto, y comenzarĆ­a a bombear sin pausa, el entra y sale, casi hace desmayarse a Daniel, que apretaba lo mĆ”s que podĆ­a el ano, causando jadeos al excitado y agitado Trump. 

   Adriano eyaculo en el ano de Daniel, llenĆ”ndole el tubo digestivo inferior, jadeaba exhausto, como pudo saliĆ³ de Ć©l y dio unos pasos atrĆ”s… la pared le ayudĆ³ a sostener… Pero Daniel se incorporĆ³ a toda prisa y sin contemplaciĆ³n le enterrĆ³ la rodilla en su expuesto escoto.

   “AAAAAAAHHHHHHHHHHHH!!!!”. Fue el quejido de Trump, al que siempre golpeaban tras correrse, simplemente Daniel no estaba dispuesto a dejar de lado su tradiciĆ³n de golpes traicioneros.

   La rubia se reĆ­a mientras su amado yacĆ­a en el suelo en posiciĆ³n fetal.

   “Bueno, ahora me irĆ© a asear… A ver cĆ³mo haces para levantarte”.

   10 minutos despuĆ©s regresaba la rubia, observando que Trump ya estaba en cama, con las manos en sus pelotas... se sobaba con ahĆ­nco.

   “Listo para otra ronda, mi Trump?, ahora me toca a mĆ­ gozar”.

   “Como desee mi amada rubia”.

   Y la pareja retomarĆ­a la intimidad…

EN CASA DE PƉREZ AYOLA.

   El Ex Decano regresĆ³ a su casa, luego de ponerse cĆ³modo, buscĆ³ el baĆŗl en donde guardaba artĆ­culos de sadomasoquismo

   TenĆ­a ganas de satisfacer sus oscuros gustos, pero con su dominatriz enojada, le fue muy difĆ­cil hallar a una dama de aquellas, en la que confiar sus oscuros gustos… esta noche se las arreglarĆ­a para gozar.

   Extrajo una pequeƱa pala de madera y comenzĆ³ a golpear la pala contra su palma, probando la dureza con la que golpeaba Ć©sta.

   Luego de colocarla a un lado, se desnudĆ³, el veterano se masturbarĆ­a con una cosa en mente… aquella estudiante que ahora era buscada por las autoridades.

   Nunca vio a VerĆ³nica Arango con ojos sexuales, la colocĆ³ a cargo del laboratorio por su conocimiento y dedicaciĆ³n, no por su belleza y juventud…
…Pero desde que la enojada cientĆ­fica le agarrĆ³ los testĆ­culos, naciĆ³ en Ć©l un leve deseo por ella, ojala se los hubiera apretado en aquella ocasiĆ³n… MĆ”s hoy al saber que ella era la enmascarada, ese deseo por la chica Arango aumentĆ³… asĆ­ fuera enmascarada, le habĆ­a castigado los testĆ­culos con saƱa.

   Por extraƱo que fuera, el enfermo deseo del Ex Decano era mayor al odio, siendo la cientĆ­fica quien le obligĆ³ a renunciar a su decanatura.
   Los pensamientos hacia VerĆ³nica excitaban al Ex decano, quien comenzĆ³ a masturbarse, su pene expulsaba fino lĆ­quido lubricante, el cual con el manoseo comenzĆ³ a cambiar a espuma; Pero faltaba lo importante, con la pala de madera comenzĆ³ a golpearse los testĆ­culos
   PAM!, Sonaba la piel del escroto ante el impacto

   “OOhhh, Ooohhh!”. Expresaba en agitaciĆ³n el licenciado.

   PAM!, Un nuevo y repetido golpeteo que no cesaba… PĆ©rez Ayola, aumentĆ³ la fuerza de los golpes, se mordĆ­a los labios del placer y a la vez del dolor. Su escoto rĆ”pidamente se volviĆ³ rojo como el tomate…
…Poco a poco el orgasmo se acercaba, el hombre querĆ­a mĆ”s!

   PAM, PAM, PAM, PAM!!!! Los sucesivos palazos a las gĆ³nadas dieron frutos.

   “Siii, si,si!”. Y llegĆ³ la eyaculaciĆ³n, grotesca, abundante y cargada de un olor a rancio y viejo. 

   La respiraciĆ³n del varĆ³n comenzĆ³ a calmarse, se recostĆ³ sobre la cama, hasta que finalmente su corazĆ³n bajĆ³ su frecuencia.

   “Que desperdicio el haberte ignorado VerĆ³nica Arango, darĆ­a lo que fuera por tenerte a mis pies”. 

   Un poco de agua, y el hombre retomĆ³ la masturbaciĆ³n… faltaba mucho para que estuviera satisfecho, su otra mano tomĆ³ posesiĆ³n de la pala de madera, y una vez mĆ”s se castigaba el escroto.

   No serĆ­a hasta la cuarta corrida que el hombre terminarĆ­a en la cama semi inconsciente, con la boca abierta y la sabana empapada de saliva… asĆ­ era como le gustaba pasar su tiempo libre.

EN CASA DE JAVIER SUAREZ.

   Apenas llegĆ³ su apartamento, Javier se fue de inmediato a su habitaciĆ³n, fuera ropas e interiores y el muchacho comenzĆ³ a masturbarse, acostado en cama, se jalaba el pene con desesperaciĆ³n…
…Ɖl era alguien muy reservado con las mujeres, y desde hace un aƱo no tenĆ­a contacto femenino, su Ćŗltima novia le dejĆ³ por un deportista, y siendo el un chico de ciencia, no le era fĆ”cil encontrar pareja; VerĆ³nica Arango, una cientĆ­fica y su jefa en el laboratorio siempre fue su amor platĆ³nico, mĆ”s de una vez deseĆ³ estar con ella, era la chica perfecta, inteligente, comprometida con la ciencia y muy bonita…porque tuvo que ennoviarse con ese tal Miguel!

   Y es que para Javier Suarez, la cientĆ­fica era lo mejor del laboratorio, a tal punto que le distraĆ­a bastante, mĆ”s de una vez VerĆ³nica le regaĆ±Ć³ por descuidar sus deberes, Javier siempre cabizbajo gustaba de ser reprendido por ella… Luego vino su salida, AgradeciĆ³ al decano PĆ©rez Ayola el ascenderlo a encargado del laboratorio, pero a la vez le odiĆ³ por quitarle a VerĆ³nica… aunque despuĆ©s de todo ella seguĆ­a estudiando en la universidad, pero ahora la veĆ­a muy poco.

   Con la renuncia del decano, las cosas cambiaron, se entusiasmĆ³ al escuchar que el nuevo decano serĆ­a una dama, habĆ­a docentes en edad media, y algunas bastante atractivas, pero su decepciĆ³n fue total al saber que la escogida serĆ­a Amelia Stewart, una docente de 65 aƱos, para nada atractiva, incluso era conocida como -Miss Arrugas-, Sin duda era mejor imaginar a PĆ©rez Ayola en bikini, que a esa mujer en traje de baƱo.

   “Que lastima que te hiciste mujer de ese tipo Miguel!, yo te hubiera hecho muy feliz!”.  Javier nuevamente acelerĆ³ la masturbaciĆ³n.

   “Te deseo VerĆ³nica!… y eres un chica mala!, asĆ­ que tienes problemas con la ley, eh?... me encanta que seas mala… sĆ© mala conmigo!, te lo ruego…”.

   Mas y mĆ”s fuerte eran los apretones al pene, mientras con una mano se acariciaba los testĆ­culos, Javier soƱaba que penetraba por detrĆ”s a la cientĆ­fica… tantas veces desde la distancia soĆ±Ć³ en penetrar su ano, cada vez que ella se inclinaba, denotando su retaguardia, Ć©l anhelaba estar tras ella para introducirle el pene de golpe…penetrarla hasta que ambos llegaran al orgasmo… Aunque la verdad, nunca habĆ­a ejercitado el sexo anal.
   El agitado chico podĆ­a verse en su propia cama, penetrĆ”ndola… que rico era el culo de VerĆ³nica, lo sentĆ­a apretado, caliente y jugoso.

   “Que delicioso ano, mi eterna jefa del laboratorio… te gusta que te den duro verdad?, pues toma esto… y esto!!”. LlegĆ³ al eyaculaciĆ³n al joven, que por andar soƱando despierto no evitĆ³ la salida del chorro espermĆ”tico manchando su propia cama… pero entre jadeos de cansancio, poco lo importĆ³ el tener que limpiar luego.

   En 5 minutos su pene estaba nuevamente en erecciĆ³n, y sentado al borde de la cama, se masturbaba con lentitud, pero con fuerza. 

   VolviĆ³ a imaginar que VerĆ³nica le acariciara, esta vez los testĆ­culos, Ć©l mismo se masajeaba y se decĆ­a:

   “Oh VerĆ³nica, sĆ³bame mĆ”s las gĆ³nadas, no sabes lo que me enloquecen tus caricias…”. 

   El desesperado joven, podĆ­a ver una delicada mano jugar con sus pelotas, mientras imaginaba los labios de VerĆ³nica a punto de besarlo… casi podĆ­a saborear el nĆ©ctar de la chica Arango…
…De pronto  la cientĆ­fica estaba en cuerpo y alma ante Ć©l, como era posible?, no le importaba mientras estuviera allĆ­ para Ć©l.

   Aquellos pequeƱos dedos, se cerraron alrededor de su bolsa escrotal… Javier podĆ­a ver como aquella linda mano atrapaba todos sus genitales.

   “A ver si te gusta esto, maldito enfermo!”. Le dijo con rostro enojado su amada VerĆ³nica, quien se le acercĆ³ a los labios, y le dio un beso… Como no le iba a gustar?

   Javier sintiĆ³ que se excitaba mĆ”s, pero en ese momento la cientĆ­fica comenzĆ³ a apretarle los testĆ­culos… A eso es que se referĆ­a la mujer.

   Javier ahora sentĆ­a dolor, mucho dolor, la joven comenzĆ³  retorcerle las gĆ³nadas, buscando que ninguna escapar de su apretĆ³n… el hombre no pudo soportar mĆ”s y comenzĆ³ a quejarse:

   “AAayyy,  aayyyy dĆ©jame!, VerĆ³nica, no me aprietes mĆ”s!”.

   Pero la cientĆ­fica le besĆ³ nuevamente, ahora le callaba con sus labios, impidiĆ©ndole expresarse, Javier comenzĆ³ a llorar de la tortura que sufrĆ­a.

   “MMMmmm!!… Mmmmm!!!” Intentaba expresar su dolor de huevos.

   VerĆ³nica mantenĆ­a su largo beso, hasta que separĆ³ sus labios no sin antes morderle el labio  con brutalidad. El labio inferior de la fĆ©mina quedĆ³ manchado con la sangre del ahora doblemente adolorido. 

   Las uƱas de VerĆ³nica rasgaron el escroto de Javier, cuando con brusquedad, la joven tirĆ³ de sus pelotas.

   “AAAAAAAUUUUUUUUUUUUUUUUU!”. AullĆ³ el chico ante tal daƱo.

   La cientĆ­fica al fin le soltĆ³, quedando sonriente ante un caĆ­do Javier quien en el suelo se agarraba el escroto, le dolĆ­an las pelotas a la vez que le ardĆ­a el escroto por el rasguƱo, comenzĆ³ a llorar… AhĆ­ fue cuando VerĆ³nica le dijo:

   “Y creĆ­as que eso serĆ­a todo, enfermo? Vas a morir hoy!”. 

   Javier pudo ver como la cientĆ­fica cargaba en alto un bate de beisbol, listo para descargarlo en su cabeza.

   “Di adiĆ³s!”. Y lanzĆ³ el golpe asesino. 

   “NOOOOOOO!”. GritĆ³ Javier, quien despertaba en su cama…
…Todo habĆ­a sido un sueƱo, una pesadilla mĆ”s bien, se tocĆ³ las bolas, estaban intactas, y su escroto no tenĆ­a marcas, poco a poco se calmĆ³ su respiraciĆ³n, su pene en reposo estaba todo empapado de semen, asĆ­ como podĆ­a palpar las sabanas hĆŗmedas no solo de la primera eyaculada, sino que de seguro de varias corridas.

   AgradeciĆ³ que fuese todo un sueƱo, pero analizando lo ocurrido, en la vida real, VerĆ³nica tal vez si le podĆ­a hacer algo asĆ­ a sus testĆ­culos, alguna vez escuchĆ³ el rumor de que ella golpeaba a su anterior novio en los testĆ­culos, incluso el sujeto terminĆ³ la relaciĆ³n antes de irse becado a Cuba… tal vez por tener eso en mente soĆ±Ć³ aquello.

   Se fue a duchar, rememorando el anuncio de la recompensa por TV, en verdad esperaba que VerĆ³nica no fuese culpable de aquello de lo que la acusaban, quisiera tenerla nuevamente en el laboratorio como su jefa.

   Y asĆ­ terminarĆ­a la noche para estos 4 personajes relacionados con la cientĆ­fica VerĆ³nica Arango… aunque la noche de Javier parecĆ­a no terminar aĆŗn…


FIN.
Gracias.

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