El reloj de oro - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

16 nov 2019

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El reloj de oro

CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HIOMBRE
SEXO HOMOSEXUAL

   Freddy se miró en el espejo para asegurarse de que se veĆ­a bien. 
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   ā€”No estĆ” mal —sonrió mientras ajustaba el cuello de la camisa alrededor de su lazo azul. El ejecutivo en ascenso de veintisĆ©is aƱos miró el corte a medida de su traje. —Solo lo suficientemente ajustado para que las chicas de la oficina vean que hago ejercicio, pero no tan apretado para mostrar intencionalmente cuĆ”n jodidamente sexy me veo en comparación con los patĆ©ticos otros muchachos de la oficina —se rió en voz alta mientras abrochaba el botón. Freddy llenaba muy bien el conjunto oscuro de su ropa al tener cada porción de mĆŗsculos en el lugar correcto. Sus ojos azules observaron el perfil notablemente impresionante de su paquete en los pantalones ajustados. Dobló ligeramente las rodillas para asegurarse de que el material subiera por sus muslos lo suficiente como para abrazar discretamente su piel y mostrar asĆ­ sus dotes masculinas para mejor efecto. —SĆ­, eso servirĆ” —murmuró mientras se peinaba el corto cabello castaƱo claro y aplicaba gel para darle el aspecto ejecutivo que la compaƱƭa requerĆ­a. —Ese viejo maricón con el que me encuentro tendrĆ” una buena vista cuando me siente frente a Ć©l. MantendrĆ© la concentración del viejo maricón distraĆ­da para que pueda pasarme los detalles del contrato antes de que se dĆ© cuenta de lo jodido que estarĆ” despuĆ©s de firmar.

   Sonrió mientras recordaba cómo habĆ­a jugado con aquel hombre maduro cuyo negocio los jefes de Freddy deseaban adquirir a bajo precio. El propietario habĆ­a construido su pequeƱa tienda de servicios en una valiosa cadena nacional. Freddy habĆ­a asegurado a sus jefes que Ć©l era el hombre que los ayudarĆ­a a conseguir esa compaƱƭa. Durante semanas habĆ­a explorado los antecedentes del hombre y sus negocios. Pronto descubrió que el maduro empresario tenĆ­a una debilidad por los hombres jóvenes bien vestidos y que alguna vez practicaron algĆŗn deporte. El ejecutivo de mĆ”s edad tenĆ­a el hĆ”bito contratar a esos muchachos para que trabajaran para Ć©l. Preparado con el conocimiento de la vulnerabilidad de su presa, Freddy se aseguró durante sus encuentros iniciales mencionar su experiencia como ex jugador de fĆŗtbol. Con eso invitó al hombre a varios eventos deportivos en la ciudad. El joven apuesto siempre se aseguraba de vestirse con trajes ajustados que fueran confeccionados a su medida, de una manera que resaltara su redondo trasero junto a su impresionante bulto. Freddy estaba complacido de observar al hombre mayor que siempre intentaba verlo sutilmente y aĆŗn mĆ”s feliz de cómo el ejecutivo se ponĆ­a nervioso cada vez que Freddy se acercaba a Ć©l. En mĆ”s de una ocasión, Freddy se habĆ­a quitado casualmente la chaqueta para que el hombre tuviera una vista agradable y sin obstĆ”culos de sus anchos hombros y de cómo su torso se estrechaba hasta su cintura.

   Para su Ćŗltima reunión de negocios, el hombre mĆ”s joven se vistió (sabiendo que se veĆ­a aĆŗn mĆ”s sexy), con ese traje caro reciĆ©n comprado. —Voy a joderte, viejo —, reflexionó mientras salĆ­a de su departamento en una parte moderna de la ciudad. Mientras tomaba el elevador hacia la limosina de la compaƱƭa que lo esperaba, recordó cómo el hombre mayor prĆ”cticamente habĆ­a babeado en su Ćŗltimo encuentro. Freddy habĆ­a rozado repetidamente su musculoso muslo contra el hombre mientras estaban sentados mirando un partido de fĆŗtbol. Claramente, el hombre tendrĆ­a la impresión, como Freddy habĆ­a querido, que el semental se le insinuaba. El jefe de la compaƱƭa le sonrió a Freddy, quien le dirigió un guiƱo astuto lo suficientemente seductor como para prometer mĆ”s. 

   ā€”Joder —reflexionó Freddy alegremente al recordar su Ćŗltima reunión—. Ese maricón casi saltó de una erección cuando accidentalmente dejĆ© caer algunos papeles y doblarme justo en frente de Ć©l. Juro que despuĆ©s de eso, el maricón estaba constantemente viendo mi trasero. Apuesto a que corrió a casa para masturbarse pensando en mi.

   Ayer Freddy habĆ­a llamado al hombre para establecer conversaciones contractuales. Hoy formalizarĆ­a todo. —Una vez que podamos hacer este contrato, JosĆ© Luis —habĆ­a dicho Freddy sugestivamente—. Podemos poner los negocios de lado y pasar el rato en un nivel menos profesional.

   ā€”Eso serĆ­a genial, Freddy —, habĆ­a respondido el hombre—. Siento que tĆŗ y yo tenemos conexión. De hecho, pienso en ti de la misma manera que pienso en los otros jóvenes que trabajan para mĆ­. QuizĆ”s despuĆ©s de hoy podamos trabajar juntos en un proyecto en conjunto como lo hago con algunos de los muchachos que trabajan para mĆ­.

   Freddy sacudió la cabeza con disgusto al escuchar al hombre referirse a Ć©l como un joven. QuerĆ­a decirle a ese estĆŗpido que no era un jovencito cualquiera y que no iba a trabajar para Ć©l, pero se contuvo para no arruinar sus planes. Escuchó en silencio y permitió que el otro hombre continuara divagando sobre su posible conexión futura de una manera que indicaba sutilmente que el hombre de negocios esperaba algo mĆ”s Ć­ntimo para ellos en sus futuros encuentros. Eres un patĆ©tico maricón, pensó Freddy mientras escuchaba al hombre hablar. El Ćŗnico contacto que recibirĆ”s de mĆ­ es el que me vas a firmar. Finalmente la conversación terminó con todo listo.

   El presumido joven se dio un Ćŗltimo vistazo al espejo y luego se dirigió a su transporte en espera. Cuando subió al auto oyó sonar su celular. —¿Hola? —dijo preguntĆ”ndose quiĆ©n lo llamarĆ­a.
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   ā€”Freddy, es JosĆ© Luis otra vez. Mira, antes de que nos encontremos me gustarĆ­a... bueno... hay un relojero que hace prendas muy especiales para mĆ­ y... bueno, me gusta regalar a los hombres jóvenes que pudieran trabajar para mi. Mi amigo diseñó un reloj de bolsillo de oro macizo con su propia cadena de oro que pensĆ© que te gustarĆ­a usar cuando estĆ©s vestido con un traje elegante —dijo el hombre tosiendo antes de continuar—. QuerĆ­a comprarlo para agradecerte por tu amistad y consolidar nuestra conexión. QuerĆ­a que lo vieras primero asĆ­ que... —la voz del hombre se desvaneció.

   Freddy sonrió para sĆ­ mismo y pensó cuĆ”n estĆŗpidamente maricón era al comprarle un regalo. Entonces, pensó, Āæpor quĆ© no aceptarlo? DespuĆ©s de todo, la cadena de oro de un reloj de bolsillo se verĆ­a elegante colgada de su chaleco. AdemĆ”s, merecĆ­a una compensación ademĆ”s de la recompensa de su compaƱƭa anticipada al ascenso y bonificación como un regalo adicional por simplemente pasar el rato con el viejo maricón. —Enviame la dirección, JosĆ© Luis —dijo divertido por el evidente hambre que detectó en la voz del seƱor. 


   Cuando recibió la ubicación precisa, Freddy se recostó con aire de suficiencia en el asiento de la limosina e imaginó la expresión de la cara del hombre cuando, una vez que obtuviera su firma en los contratos, le dijera cuĆ”nto odiaba a los maricones. Le dio al conductor las instrucciones. Unos minutos mĆ”s tarde llegó a la tienda. 

   ā€”Puedes seguir sin mi, amigo —informó Freddy al conductor—. Voy a dar un paseo con el magnate con quien estoy haciendo negocios —entró en la tienda. Para su sorpresa, parecĆ­a vacĆ­a de clientes, excepto JosĆ© Luis. Estaba parado frente a un largo mostrador de vidrio detrĆ”s del cual se encontraba un anciano sonriente y arrugado que parecĆ­a tener cientos de aƱo.

   ā€”AquĆ­ estĆ”, Marcial —dijo JosĆ© Luis alegremente—. MuĆ©strale al muchacho el reloj.

   Freddy se encogió ante el uso del tĆ©rmino muchacho, pero reprimió su disgusto y se consoló al pensar en lo pronto que este muchacho arruinarĆ­a a ese maricón. Se acercó al mostrador y se enfrentó al viejo.

   ā€”SĆ­, muĆ©strame el reloj —le dijo al dueƱo de la tienda.

   El viejo abrió la parte de atrĆ”s del mostrador y sacó un reloj de bolsillo con su larga cadena de oro. —Esta es una pieza inusual, joven —dijo mientras lo colgaba frente a los ojos de Freddy. —Mira los intrincados diseƱos del artĆ­culo.

   Freddy miró el reloj. —Puedo verlo, claro —respondió mientras su visión captaba los extraƱos diseƱos grabados en la carcasa exterior del reloj. El inusual diseƱo del objeto lo intrigó.

   Marcial dejó que el reloj se balanceara directamente en la lĆ­nea de visión de Freddy. —Ves las figuras grabadas en este reloj realmente parecen moverse si concentras tu vista en ellas lo suficiente. De hecho —continuó diciendo mientras Freddy se enfocaba para ver los movimientos sobre el objeto.

   ā€”Interesante —respondió mientras miraba el objeto oscilante. El reloj parecĆ­a tener algo que lo fascinaba. Se inclinó mĆ”s para verlo mejor. Mientras miraba el reloj, las figuras parecĆ­an moverse. DespuĆ©s de unos minutos, una vaga desorientación se apoderó de Ć©l, —Creo que los veo pero m.. —murmuró cuando su mente comenzó a girar. Parpadeó y luego se frotó los ojos por un segundo—. Sin embargo, me siento un poco mareado —dijo lentamente mientras volvĆ­a a mirar el reloj.

   ā€”MantĆ©n tu enfoque en eso —dijo Marcial con insistencia mientras aumentaba los movimientos oscilantes del reloj.

   Freddy miró. Sus pupilas siguieron todos sus movimientos. —Mierda —suspiró.

   ā€”Eres un buen muchacho, realmente mira el reloj —Marcial instruyó alentadoramente.

   ā€”Mira el reloj —respondió Freddy sin siquiera pensar en cómo Marcial acababa de usar la palabra 'muchacho' en Ć©l. En el reloj de bolsillo oscilante era todo en lo que se estaba concentrando. DespuĆ©s de un rato, experimentó un cansancio de su conciencia. —Mira el reloj —repitió en lo que una mirada opaca apareció en sus ojos, y sus pupilas se dilataron ligeramente. Marcial vio esto y asintió a JosĆ© Luis.

   ā€”El reloj se ve muy bonito, cierto —susurró Marcial—. Es tan lindo que no puedes dejar de mirarlo —dijo una y otra vez mientras Freddy fijaba su visión Ćŗnicamente en el objeto—. No puedes mirar hacia otro lado. Ā”No quieres mirar a otro lado!

   Freddy descubrió que no podĆ­a apartar los ojos del reluciente reloj. —Bonito. Bonito —murmuró mientras el objeto brillante se movĆ­a seductoramente ante Ć©l. Su respiración se profundizó y despuĆ©s de unos momentos dio un profundo suspiro de satisfacción. Una sonrisa tonta apareció en su hermoso rostro mientras miraba el reloj en constante movimiento. Todo lo demĆ”s perdió el foco.

   ā€”Freddy, Āæpuedes oĆ­rme? —el viejo dueƱo de la tienda le susurró al aturdido ejecutivo. Freddy asintió con la cabeza—. El reloj quiere que me escuches y hagas lo que te indique —declaró Marcial con firmeza mientras dejaba que el objeto hiciera su trabajo visual.

   ā€”SĆ­ —respondió Freddy con voz ronca, sin apartar nunca la vista del brillante marcador que ahora lo paralizaba tanto. Permaneció rĆ­gido en el mostrador, su poderoso pecho subĆ­a y bajaba en respiración rĆ­tmica mientras se rendĆ­a ante el hermoso resplandor del reloj—. Escucha y haz lo que se te ordena —repitió.

   ā€”Ya estĆ” listo —dijo el relojero a JosĆ© Luis, quien asintió con la cabeza—. EstĆ”s listo, muchacho —el viejo relojero se rió entre dientes mientras agitaba una mano frente al guapo ejecutivo, disfrutando de lo atónito que se habĆ­a vuelto el joven despuĆ©s de ser arrogante—. Creo que serĆ”s un toro joven y dócil, Āæverdad muchacho? —dijo el dueƱo de la tienda mientras veĆ­a a JosĆ© Luis acercarse a la parte trasera de Freddy.

   ā€”Dócil —respondió Freddy, embelesado por los movimientos del reloj de bolsillo que se movĆ­a en su lĆ­nea de visión. El hombre mĆ”s joven sintió la firmeza del torso del ejecutivo mĆ”s viejo presionĆ”ndolo hacia adelante contra el mostrador de vidrio que aplastaba su polla y sus bolas apretadas a lo largo de la superficie dura haciĆ©ndole daƱo. —Mierda —gruñó cuando el Ć”rea de su entrepierna comenzó a chocar una y otra vez contra la superficie dura.

   ā€”Realmente quieres rendirte al poder de este hombre —siseó Marcial—. Los placeres que te da cuando te toma especialmente asĆ­. Siente ese calor, Freddy. Experimenta la emoción de este seƱor golpeando tu polla y tus bolas en mi mostrador.

   Cuando Freddy sintió que su virilidad se exprimĆ­a repetidamente, un destello de total satisfacción sensual surgió en Ć©l. —Oh, ay —gruñó al descubrir que habĆ­a comenzado a ponerse empalmado en los estrechos lĆ­mites de su ropa interior en el pantalón ajustado. Su respiración se hizo profunda. El chaleco que llevaba se estiraba a su alrededor como una banda reconfortante. La sensación continua de tener su escroto full de semen siendo aplastado se volvió altamente erótico.

   ā€”SĆ­ —el relojero gimió a su oĆ­do—. Te gusta, muchacho. Ese duro mostrador machaca tu polla y tus huevos. Ve, muchacho, ve con eso. Es como si la superficie de cristal te estuviera sacudiendo. Ā”SiĆ©ntelo y desĆ©alo! —murmuró con fuerza mientras el cerebro del joven bebĆ­a las palabras en su conciencia—. Te estĆ” masturbando usando el mostrador. Es tan deseable. Ɖste maduro toma el control de tu virilidad sin siquiera tocarte.

   ā€”Mierda —respondió Freddy entre dientes mientras la sensualidad reciĆ©n instruida de este tipo de masturbación llenaba su cerebro. Su polla se elevó a su altura mĆ”xima cuando JosĆ© Luis aumentó sus movimientos moliendo sus genitales cada vez mĆ”s fuerte sobre la superficie plana del mostrador—. LlevĆ”ndome —gimió mientras se recostaba sobre JosĆ© Luis sumisamente. De repente, sin previo aviso, JosĆ© Luis agarró el cabello de Freddy para empujar su torso sudado hacia adelante, enviando su cuerpo musculoso y duro sobre la superficie del mostrador—. Carajo —gruñó Freddy cuando su hermoso rostro golpeó la encimera de vidrio. Sin previo aviso, experimentó la abrumadora sensación de la forma masculina de JosĆ© Luis sobre Ć©l. Una oleada de rendición abrumadora lo llenó tanto en su mente como en su grueso pene que luchaba por romper el pantalón.

   ā€”Todo bien vestido, eh muchacho —dijo JosĆ© Luis bruscamente mientras aplastaba la entrepierna de Freddy—. Vestido tan sexy en tu traje ajustado, pero ahora retorciĆ©ndote debajo de mĆ­ como una perra, Āæeh? —se rió.

   Freddy levantó la cabeza para decir algo en seƱal de protesta, pero al hacerlo, una vez mĆ”s vio el reloj que todavĆ­a tenĆ­a un movimiento crĆ­tico delante de sus ojos.

   ā€”Necesitas escuchar a JosĆ© Luis, muchacho —dijo el dueƱo de la joyerĆ­a—. Anhelas obedecerlo —continuó diciendo en voz baja pero firme mientras Freddy lo absorbĆ­a todo en su psique—. Dile a JosĆ© Luis lo mucho que quieres obedecerlo. Cómo ser follado por Ć©l de alguna manera te pone tan duro, muchacho.

   Cuando el hombre pronunció esas palabras, JosĆ© Luis aumentó sus movimientos, haciendo que Freddy subiera sobre el mostrador y asĆ­ aumentara la placentera presión que la superficie plana contra su furiosa erección—. Oh, oh, oh —se quejó mientras su cerebro asimilaba las órdenes—. JosĆ© Luis... oh hombre, mi pene estĆ” tan duro... por favor... fóllame —repitió mientras su mente agitada procesaba todo y lo encerraba en su nĆŗcleo mental—. Oh, Dios mĆ­o, mis huevos me estĆ”n doliendo —jadeó mientras su masculinidad fuertemente luchaba sin Ć©xito para engrosarse aĆŗn mĆ”s en el apretado pantalón de traje. Comenzó a empujar su estrecha espalda para darle a su erección mĆ”s espacio dentro de sus calzoncillos solo para experimentar un creciente calor sensual cuando la cadera de JosĆ© Luis lo empujó hacia el mostrador con mĆ”s fuerza—Ay, JosĆ© Luis... penĆ©trame —se quejó. Las palabras hicieron sonreĆ­r a los otros dos hombres. Ā”Freddy era de ellos!

   ā€”Es hora de reventar este trasero, muchacho —gruñó JosĆ© Luis cuando lo sostuvo para tomar un pequeƱo cuchillo que el relojero le entregó.

   ā€”Huh —gruñó el hombre mĆ”s joven, apenas consciente de la sensación de ser penetrado mientras su cuerpo estaba encerrado en el traje firmemente ajustado que llevaba puesto. Su poderoso pecho tensó los botones de su chaleco mientras que el confinamiento de su entrepierna parecĆ­a hacer que su excitación fuera aĆŗn mayor. A esas alturas, las acciones de JosĆ© Luis lo estaban volviendo loco de calor erótico. Apenas lo percibió cuando el hombre  cortó hĆ”bilmente la entrepierna del pantalón de Freddy y el algodón de su Calvin para abrir un pequeƱo agujero en el Ć”rea de la abertura de su trasero.
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   ā€”Crees que fui un estĆŗpido —se rió JosĆ© Luis mientras se desabrochaba el pantalón y sacaba su pija erecta—. SabĆ­a que estabas intentando joderme, pero decidĆ­ seguirte el juego. Estabas tan seguro de mi estupidez. TenĆ­as una actitud tan petulante que hiciste que esto se volviera mĆ”s agradable —entonces deslizó su erección en el  agujero en la ropa de Freddy y luego bajó con fuerza sobre las nalgas redondas y musculosas del joven ejecutivo. Pronto su polla llegó a la entrada anal de Freddy. JosĆ© Luis tensó las piernas y embistió hacia adelante. Gruñó mientras follaba el ano que, hasta ese momento, habĆ­a sido inviolable—. Ā”EstĆ”s vestido como me gusta que estĆ©n mis muchachos cuando los follo! —se rió al sentir que su virilidad se movĆ­a mĆ”s allĆ” de las defensas del joven.

   Freddy estaba tan ocupado deleitĆ”ndose con las sensaciones que experimentaba al tener su polla clavada en la superficie del mostrador que al principio no se dio cuenta de lo que estaba sucediendo hasta que su agujero anal sintió la extraƱa invasión. 

   ā€”Ah, oh, joder —dijo en protesta cuando JosĆ© Luis comenzó a sumergirse mĆ”s profundamente en su trasero virginal—. Ā”Mi culo! —lloró al sentir que su agujero se abrĆ­a bruscamente. Trató de retorcerse, pero el mostrador lo mantuvo bajo control. Chilló en vano al darse cuenta que estaba siendo penetrado. Luchó por sacar a JosĆ© Luis de Ć©l, pero luego, cuando levantó la cabeza; Vio el reloj en movimiento y oyó la voz de JosĆ© Luis.

   ā€”Lo quieres tanto —le gruñó mientras comenzaba a mover su erección dentro y fuera del trasero de Freddy mientras molĆ­a con fuerza al hombre sobre el mostrador aumentando vigorosamente el masaje erótico en su masculinidad atrapada. Sus órdenes pronto enviaron ondas de excitación desde la entrepierna del hombre mĆ”s joven hasta su cerebro—. Empieza obedeciĆ©ndome. Vestirte con un lindo traje y luego ser follado por un hombre es lo Ćŗnico que ahora realmente te excita —susurró JosĆ© Luis insistentemente mientras follaba a Freddy sabiendo que dominar su cerebro era tan importante como follarlo.

   Freddy tragó saliva mientras su mente asimilaba todo lo que le decĆ­an. Sus ojos se dirigieron al reloj. El reloj parecĆ­a asegurarle en silencio que todo lo que escuchaba era verdad. Respiró profundamente mientras su incomodidad y pĆ”nico se desvanecĆ­an. —Vestirme de traje y ser follado es lo que quiero —murmuró finalmente cuando los efectos del reloj combinados con las instrucciones de JosĆ© Luis hicieron su objetivo. Su cavidad anal se aflojó.

   JosĆ© Luis miró a Marcial y sonrió. —Otro tonto domado, eh amigo —le dijo mientras bombeaba dentro de Freddy—. Pero este es un verdadero premio. Oye, pareces interesado —sonrió al notar la erección del relojero—. Freddy abre la boca y dale las gracias al seƱor —le ordenó al chico penetrado que se meneaba debajo de Ć©l y chillaba en calor erótico cuando su próstata tuvo el primer sabor de una polla follĆ”ndola.
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   ā€”Ooooooh —siseó Freddy cuando el inesperado placer anal lo inundó. Y, sin protestar, abrió los labios carnosos. Sintió que el palo duro del relojero se deslizaba por su garganta y pronto probó aquella primera polla rĆ­gida.

   ā€”Chupa la polla de Marcial.

   Freddy ya estaba demasiado excitado para resistir las órdenes. Dejó que su lengua recorriera el falo y relajó la garganta para que el pedazo de carne pudiera penetrar profundamente. Pronto, con los estĆ­mulos verbales e instrucciones de JosĆ© Luis, el joven lamió y babeó sobre la polla como un verdadero profesional. Parte de su mente se dio cuenta de que estaba chupando polla, pero cualquier duda que pudiera haber experimentado se perdió en las palabras reconfortantes que JosĆ© Luis le estaba dirigiendo continuamente.

   ā€”Quieres obedecerme. Te encanta que te folle asĆ­ cuando estĆ”s vestido con tu traje caro. Te encanta ser follado por hombres. Ā”Usar un traje es una gran excitación para ti, muchacho!

   Freddy escuchó alegremente. Estaba completamente excitado. El apretado traje se convirtió instantĆ”neamente en algo reconfortante y muy sensual para Ć©l. Sintió que la erección de JosĆ© Luis golpeaba con fuerza dentro de sus entraƱas que, hasta ese dĆ­a, solo habĆ­a sido tocada por la polla de JosĆ© Luis.

   Con el siseó de Freddy, su cuerpo poderosamente joven temblaba bajo un nuevo asalto sensual. Los gemidos se hicieron mĆ”s fuertes incluso cuando su torso tembló de felicidad erótica. Su cuerpo musculoso comenzó a responder aĆŗn mĆ”s a las acciones de los dos hombres.

   JosĆ© Luis y el dueƱo de la tienda asimilaron las ansiosas reacciones del joven y aumentaron el ritmo de sus embestidas hasta que, sin previo aviso, eyacularon mutuamente en las cavidades del muchacho. Ambos bramaron de satisfacción mientras chorreaban leche.

   Freddy sintió las oleadas gemelas de los lĆ­quidos calientes correr hacia Ć©l desde cualquier extremo. Sintió cuando las dos ondas separadas semen hicieron contacto en algĆŗn lugar dentro de Ć©l.

   Todo parecĆ­a desenfocarse. Se dio cuenta de que eyacularĆ­a cuando la pegajosidad hĆŗmeda y caliente de su esperma inundó el Ć”rea confinada de su entrepierna, suspiró mientras ambos hombres se retiraban con sus huevas vacĆ­as.

   Cuando JosĆ© Luis se apartó de Ć©l, Freddy gimió y se deslizó del mostrador para arrodillarse. Jadeaba como un perro con la cabeza hundida en el pecho. Mientras tomaba aire, contempló la enorme mancha hĆŗmeda que ahora ensuciaba su atuendo a medida. Levantó la vista sonrojĆ”ndose hacia los dos hombres que simplemente sonrieron en seƱal de aprobación.

   ā€”Ahora eres mi chico, entiĆ©ndelo —dijo JosĆ© Luis mientras colocaba el reloj en un bolsillo del chaleco de Freddy y luego pasaba su cadena atada por su pecho para colocar el otro extremo en el otro bolsillo del chaleco. —Quiero que como todos los demĆ”s uses una bonita cadena que indique sutilmente que eres de mi propiedad personal —se rió mientras miraba su juguete sexual reciĆ©n adquirido—. Vas a llamar a tu trabajo y dirĆ”s que estĆ”s trabajando para mĆ­, ahora. Ah, y diles que el trato estĆ” obviamente cerrado. Pero antes de hacer todo esto, ĀæquĆ© tal si me muestras un poco de respeto? —preguntó mientras seƱalaba sus zapatos de vestir de cuero italiano.

   Freddy miró la cadena de oro brillante que corrĆ­a por su chaleco y luego a su dueƱo.

   ā€”SĆ­ seƱor —respondió sumisamente.

   Se inclinó instintivamente para besar los pies de su nuevo Amo.

FIN

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