Las bolas del reencuentro (1/4): Eddy - Las Bolas de Pablo

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18 nov 2019

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Las bolas del reencuentro (1/4): Eddy

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CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   —Eddy ya va a llegar —anunció Pablo.

   RomĆ”n, LenĆ­n, Bastian y Farid estaban con Ć©l. Su tĆ­o le habĆ­a propuesto que invitara a un viejo conocido para un divertido juego ballbusting siendo su viejo compaƱero de trĆ­o el elegido para la ocasión.
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   Pablo vestĆ­a pantalon negro ajustado, camisa y saco inapropiadamente parecia que iba a una fiesta. Ocupaba el medio del sofĆ” junto a RomĆ”n y LenĆ­n. Para hacer la espera entretenida les dio a ambos una palmada en la entrepierna.

   LenĆ­n, se sobresaltó tenĆ­a pantalón negro y camisa blanca de mangas cortas.

   RomĆ”n llevaba blue jeans y una camisa blanca de manga corta con sus botas de montar. Era todo un vaquero pero en versión sexy. Le guiñó un ojo a LenĆ­n, y LenĆ­n sonrió.

   Entonces, RomĆ”n alzó los brazos de Pablo y LenĆ­n lo golpeó en las bolas.

   ā€”Ā”Cabrones! —Pablo gimió cuando el puƱo de LenĆ­n golpeó su prominente paquete. El sonido sordo del impacto hizo que Farid levantara la vista de su celular y sacudiera la cabeza, sonriendo.
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   Pablo gimió y se dobló.

   RomĆ”n y LenĆ­n se rieron y chocaron sus manos.

   Justo en ese momento, la puerta se abrió y Eddy apareció en el marco. Se veĆ­a genial. Llevaba pantalones marrones ajustados y camisa azul claro. Algunos botones en la parte superior e inferior estaban abiertos para que pudieran ver sus abdominales y una buena vista de su pecho.

   ā€”Hola —sonrió.

   Todos, excepto Pablo, que estaba ocupado sobando a sus cocos, se acercaron a saludar al joven del que tanto Pablo como David les hablaron.
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   ā€”Hola, Pablo —Eddy sonrió cuando vio a Pablo doblado en el sofĆ”.

   ā€”Hola —susurró Pablo con voz ronca.

   ā€”ĀæEmpezaste sin mĆ­? Como siempre.

   RomĆ”n y LenĆ­n se rieron.

   ā€”Solo un poco de calentamiento —sonrió LenĆ­n.

   Eddy se rió y asintió. Se acercó al sofĆ” y se sentó junto a Pablo, rodeĆ”ndolo con sus brazos.

   ā€”Me encanta verte en esa pose. Sabes que sigo disponible para ti. Bueno, todo parece indicar que estamos listos. ĀæPor quĆ© no empezamos?
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   LenĆ­n y RomĆ”n asintieron.

   Pablo se levantó y cojeó hacia ellos, seguido de Eddy.

   Eddy se desabrochó la camisa y se la quitó, arrojĆ”ndola sobre el sofĆ”.
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   RomĆ”n miró la musculosa parte superior del cuerpo de Eddy y sonrió soƱadoramente.

   Eddy se rio entre dientes. —Espera hasta que veas el resto...

   RomĆ”n se sonrojó.

   ā€”Bien, Āæpor quĆ© no nos deshacemos de las camisas? —sugirió LenĆ­n.

   Pablo asintió dĆ©bilmente, mientras que RomĆ”n ya se habĆ­a quitado la suya, revelando su pecho peludo sonriendo a Eddy.
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   Eddy se rió. Pasó su dedo Ć­ndice sobre el pecho de RomĆ”n, haciendo que sus pezones se endurecieran instantĆ”neamente. Lo miró a los ojos. —Me gustas.

   RomĆ”n parecĆ­a que estaba a punto de desmayarse.

   El dedo Ć­ndice de Eddy bajó por el cuerpo de RomĆ”n, sobre su ombligo y sus abdominales hasta que llegó a la cintura de su pantalón. Eddy sonrió y su mano tomó el bulto que sobresalĆ­a de la entrepierna del vaquero. Masajeó la entrepierna protuberante y le guiñó un ojo.

   RomĆ”n sonrió nerviosamente.

   ā€”EstĆ”s erecto, bebĆ© —susurró Eddy con mirada pĆ­cara.

   Pablo, LenĆ­n, Farid y Bastian los miraban con asombro.


   RomĆ”n se aclaró la garganta.
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   De repente, Eddy apretó las bolas de RomĆ”n con fuerza.

   RomĆ”n gritó de sorpresa y dolor.

   Eddy sonrió malvadamente mientras amasaba las joyas en su mano.

   El vaquero jadeó pesadamente, su rostro reflejaba las oleadas de dolor que brotaban de sus doloridos testĆ­culos.

   Unos momentos despuĆ©s, Eddy dejó de apretar y acarició la entrepierna de RomĆ”n.

   La cara del primo de Pablo estaba pĆ”lida.

   ā€”Wow —dijo Eddy alegremente. —TodavĆ­a estĆ”s erecto.
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   RomĆ”n tosió y se desplomó en el suelo, acurrucado y gimiendo ruidosamente.

   LenĆ­n y Pablo se rieron entre dientes.

   Pablo se frotó la ingle.

   ā€”ĀæEstĆ”s bien? —sonrió Eddy.

   Pablo asintió e hizo una mueca. —SĆ­, todo estĆ” bien. El que vino caliente has sido tĆŗ.

   Eddy sonrió y dijo que estaba caliente para Ć©l.

   Los cuatro hombres se quedaron sin camisa.

   ā€”ĀæPor quĆ© no pasamos al juego? —gruñó RomĆ”n.

   Eddy levantó las cejas y lo miró. —Seguro. Por quĆ© no.

   ā€”Hemos recogido algunas preguntas —intervino LenĆ­n—, Pablo dijo que eras profesor asĆ­ que tus conocimientos deben ser amplios.

   ā€”Oh —sonrió Eddy.

   ā€”Por supuesto —dijo LenĆ­n—. Leeremos la pregunta. Luego, te permitiremos dar la respuesta. Si tienes razón, puedes elegir uno de nosotros y pegarle en las bolas. Si te equivocas, tus bolas se romperan por uno de nosotros.

   Eddy lo miró fijamente.

   ā€”ĀæQuĆ© piensas? —quiso saber Pablo.

   Eddy sonrió. —Suena divertido.

   ā€”EstĆ” bien, vamos, entonces.

   Pablo ayudó a RomĆ”n a levantarse.

   RomĆ”n gimió y acomodó su entrepierna.

   Pablo metió la mano en el bolsillo y presentó una hoja de papel.

   ā€”Comencemos con una fĆ”cil —le dijo a Eddy.

   Eddy asintió con la cabeza.

   ā€”De acuerdo, ĀæQuĆ© es el Recado Rojo?

   ā€”Eso es fĆ”cil —sonrió Eddy—. Es una mezcla de especias muy usado en la cocina mexicana.

   ā€”Correcto —Pablo asintió—. Al ser profesor de GeografĆ­a e historia, algo has de saber.

   ā€”Hombre, tendrĆ”s que esforzarte mĆ”s. AsĆ­ que obtuve la primera respuesta correcta. ĀæNo puedo golpearte las bolas?

   Pablo dudó. —Si me eliges...

   ā€”SĆ­ —dijo Eddy con fingida seriedad. —Vamos, abre las piernas.

   ā€”EstĆ” bien —dijo Pablo a regaƱadientes. Se paró frente a Eddy. —Pero no...

   Fue interrumpido por una sólida patada en sus delicadas bolas. El pie de Eddy se estrelló perfectamente, clavĆ”ndose en el bulto y golpeando sus testĆ­culos contra su cuerpo.

   Pablo tosió y se dobló.

   ā€”Genial —dijo Eddy alegremente—. Próxima pregunta, por favor...

   Pablo gimió y agarró sus doloridas pelotas.

   RomĆ”n tomó la hoja de papel.

   ā€”ĀæQuĆ© equipo ganó la temporada 2006-2007 de la A-League —leyó.

   Eddy lo pensó un momento. —Oh, hombre, eso es complicado. Creo que el Melbourne VictoryBreach, Āæverdad?

   RomĆ”n asintió con la cabeza.

   Eddy le sonrió. —¿Te gustarĆ­a otro apretón?

   RomĆ”n hizo una mueca.

   Eddy dio un paso adelante y miró a RomĆ”n a los ojos. Metió la mano dentro de su pantalón y revolvió sus huevos. —AllĆ­ estĆ”n…

   RomĆ”n parpadeó nerviosamente. Suu expresión facial cambió. Sus ojos sobresalieron y apretó los dientes cuando le crujieron fuertemente las gónadas.

   Eddy sonrió brutalmente mientras apretaba las bolas de RomĆ”n, aplastĆ”ndolas en su mano y haciendo que el vaquero se retorciera y jadeara.

   Cuando comenzó a torcer su mano, RomĆ”n gritó de dolor.

   ā€”Eso es suficiente por ahora —sonrió Eddy soltando las bolas de RomĆ”n. Sacó su mano del pantalón.

   RomĆ”n gimió.

   LenĆ­n tomó el papel y le sonrió a Eddy. —La siguiente pregunta es mĆ”s difĆ­cil! ĀæQuien es Takahiro Urashima?

   Eddy lo miró fijamente. —¿Takahiro Urashima? Eso es... no tengo idea... Espera...

   ā€”Te doy cinco segundos mĆ”s —LenĆ­n sonrió con confianza.

   Eddy pensó mucho. Finalmente, dijo sin mucha convicción: —No sĆ©, Āæun polĆ­tico asiĆ”tico?

   LenĆ­n rio. —No. Un futbolista japonĆ©s.

   ā€”Mierda. ĀæDe Verdad?

   LenĆ­n asintió con la cabeza. —Ahora te toca a ti abrir las piernas...

   ā€”EstĆ” bien —dijo Eddy dĆ©bilmente.

   Separó las piernas. Su gran bulto estaba claramente delineado por su pantalón ajustado.

   ā€”Vamos a terminar con es...

   El pie de LenĆ­n se hundió en la entrepierna de Eddy, clavando sus dos bolas contra la pelvis y haciendo que el atractivo macho gimiera de dolor y se doblara.

   Hizo una mueca y agarró su ingle, masajeando los testĆ­culos palpitantes, respirando pesadamente.

   ā€”Buena —dijo con voz ronca.

   ā€”ĀæLa patada o la pregunta? —le sonrió LenĆ­n.

   ā€”Ambas —gimió Eddy.

   LenĆ­n se rió. Miró a Pablo y RomĆ”n, que todavĆ­a estaban ocupados sobando sus testĆ­culos. Se encogió de hombros y volvió a mirar la hoja.

   ā€”Siguiente —dijo.

   ā€”Espera —gruñó Eddy—. Espera un minuto, Āæde acuerdo?

   LenĆ­n levantó las cejas y sacudió la cabeza. —Te harĆ© la pregunta, esta la debes conocer, Āædónde queda Brainard?

   Eddy se rió dĆ©bilmente. —QuĆ© apropiado... Parece que te burlaras de mi. No sĆ©... ĀæSuecia?

   LenĆ­n sonrió. —No. En Nebraska.

   ā€”Mierda.

   LenĆ­n dio un paso hacia Eddy pero RomĆ”n agarró su mano.

   ā€”DĆ©jame hacerlo esta vez —le pidió.

   LenĆ­n se encogió de hombros.

   RomĆ”n se frotó las bolas doloridas y se paró frente a Eddy.

   Eddy sonrió con cansancio.

   RomĆ”n pellizcó el pezón desnudo de Eddy.

   ā€”Ā”Ay!

   El lindo vaquero sonrió. Luego abrió la bragueta del pantalón de Eddy.

   Ć‰ste gimió.

   RomĆ”n lo miró a los ojos. Luego agarró la pretina y bajó su pantalón.

   El guapo musculoso no llevaba ropa interior.

   LenĆ­n y Pablo observaron divertidos cómo se elevó su polla. Su vello pĆŗbico estaba cuidadosamente recortado. Debajo habĆ­a una polla bonita, grande, semi erecta y un par de colgantes testĆ­culos carnosos

   RomĆ”n se lamió los labios.

   LenĆ­n sonrió.

   Eddy gimió. Sus pantalones colgaban alrededor de sus tobillos.

   RomĆ”n sonrió y agarró el jugoso par de huevos en su mano. Eran muy grandes. Cerró el puƱo alrededor de los testĆ­culos y le guiñó un ojo a Eddy.

   Ć‰l sonrió dĆ©bilmente.

   Su sonrisa se desvaneció cuando RomĆ”n se puso a apretar. Su puƱo se cerró alrededor de los hermosos globos desnudos, aplastĆ”ndolos.

   RomĆ”n miró a Eddy a la cara y sonrió mientras apretaba sus cocos con fuerza.

   Eddy comenzó a gemir de dolor.

   Con un giro de mano y un guiƱo alegre, RomĆ”n lo soltó.

   Eddy se fue hacia adelante. Tropezó con los pantalones y cayó al suelo, de cara. Gimió y se acurrucó.

   RomĆ”n se inclinó, con expresión preocupante en su rostro.

   ā€”Todo estĆ” bien —gruñó Eddy.

   RomĆ”n sonrió y palmeó la espalda de Eddy. —Me gustan tus testĆ­culos —confesó con timidez.

   ā€”A mĆ­ tambiĆ©n —gimió Eddy—. Y me gustarĆ­a mantenerlos conmigo...

   Pablo y LenĆ­n se rieron.

   Pablo tomó el papel de LenĆ­n.

   ā€”ĀæQuĆ© es el Douhua? —sonrió.

   Eddy se rio dĆ©bilmente. —Lo sĆ© —cuidó sus genitales desnudos—. Es un postre chino.

   Pablo asintió con la cabeza.

   ā€”Joder —dijo Eddy, frotĆ”ndose las bolas—. Oh, quĆ© demonios... —se enderezó y se agarró los tobillos, quitĆ”ndose los pantalones sobre los zapatos. Luego se puso de pie, ligeramente doblado masajeando sus doloridas bolas, estaba completamente desnudo.

   Su vara semidura apuntaba a RomĆ”n.

   RomĆ”n lo miró y sonrió.

   ā€”QuĆ­tate los pantalones —Eddy seƱaló a RomĆ”n.
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   RomĆ”n se sonrojó. Abrió sus zapatos y se los quitó. Luego abrió la mosca y dejó caer sus pantalones al suelo. Salió de ellos, usando nada mĆ”s que sus calzoncillos boxer negros y ajustados.

   ā€”Esos tambiĆ©n —dijo Eddy.

   RomĆ”n cumplió. Se quitó los calzoncillos boxer, revelando su dura erección.

   Eddy levantó las cejas no pudiendo apartar los ojos de la polla de RomĆ”n.

   ā€”Wow —dijo.

   ā€”Gracias —sonrió RomĆ”n con orgullo, arrojando sus calzoncillos al suelo. Estaba completamente desnudo, su polla apuntaba al techo y sus fuertes ciruelas colgaban para abajo.

   Los dos hombres desnudos se pararon uno frente al otro.

   ā€”ĀæQuieres apretarlos? —susurró RomĆ”n. Su polla se crispó.

   Eddy rió. —Nah...

   Dio un paso atrĆ”s y acercó su zapato a las bolas de RomĆ”n, levantando al pobre vaquero del suelo y clavando sus testĆ­culos en su cuerpo.

   RomĆ”n chilló y se desplomó agotado.

   ā€”Buena —sonrió LenĆ­n.

   Eddy le guiñó un ojo y continuó masajeando sus joyas.

   RomĆ”n se retorcĆ­a, gimiendo violentamente y agarrando sus doloridas gónadas.

   Pablo se rio entre dientes.

   ā€”ĀæPróxima pregunta? —intervino Bastian.

   ā€”SĆ­ —sonrió Eddy.

   ā€”ĀæDónde se ubica Juan Alvarez o Kilómetro 42?

   Eddy sonrió. —En Acapulco, MĆ©xico.

   ā€”Correcto —asintió Pablo.

   ā€”Bien —sonrió Eddy. Se puso de rodillas—. Ven acĆ”.

   Pablo sonrió nerviosamente. Se acercó a Eddy y se paró frente a Ć©l. —¿AsĆ­? —su entrepierna estaba justo en frente de la cara de Eddy.

   ā€”SĆ­, asĆ­ —sonrió Eddy. Apretó el puƱo y lo hizo estrellarse contra el bulto bien definido en la ingle de Pablo. Sus nudillos se hundieron empujando sus delicadas bolas contra su cuerpo.

   Pablo chilló y soltó el trozo de papel. Cayó al suelo.

   ā€”Joder —gimió Pablo doblĆ”ndose, agarrando su entrepierna con ambas manos.

   Eddy se puso de pie y viendo a Pablo hundirse en el suelo. Miró a RomĆ”n y Pablo, que rodaban por el suelo, uno al lado del otro. Luego desvió la mirada hacia LenĆ­n. —¿Quieres unirte a ellos?

   LenĆ­n tragó saliva. Levantó el pedazo de papel del piso y dijo rĆ”pidamente. —¿A que estado pertenece Newcastle?

   Eddy frunció el ceƱo. Se rascó la entrepierna desnuda. Su rostro se iluminó. —Espera, Utah en Estados Unidos.

   Decepción y un toque de incomodidad aparecieron en la cara de LenĆ­n. Trató de ocultarlo asintiendo.

   ā€”SĆ­, claro —dijo con naturalidad.

   Eddy sonrió.

   LenĆ­n puso los ojos en blanco. —EstĆ” bien, Āædónde quieres tenerme?

   Eddy se rio entre dientes. —QuĆ©date justo donde estĆ”s —seƱaló a RomĆ”n y Pablo tirados en el suelo. Se acercó a LenĆ­n. Luego llevó su pierna hacia atrĆ”s y la envió volando entre las piernas de LenĆ­n, chocando contra su entrepierna a gran velocidad y golpeando las huevas con un ruido sordo.

   LenĆ­n gimió miserablemente. Agarró sus gónadas y se dejó caer al suelo, gimiendo de dolor sin apartar las manos de sus palpitantes gónadas.

   Eddy miró a los tres muchachos, RomĆ”n desnudo acostado junto a Pablo semidesnudo y el velludo LenĆ­n a unos metros de distancia. Todos ellos sufrĆ­an.

   Eddy agarró sus bolas y miró a Farid y Bastian.

   Pablo y LenĆ­n se frotaron la entrepierna.

   Eddy se rió entre dientes y agarró las huevas desnudas de RomĆ”n.

   RomĆ”n hizo una mueca. Su polla, comenzó a levantarse nuevamente.

   Eddy miró al monstruo en crecimiento, luego la mueca de RomĆ”n asintió con expresión divertida.

   Soltó las bolas de RomĆ”n quien suspiró aliviado.

   Eddy le guiñó un ojo a Pablo y LenĆ­n, y golpeó con el revĆ©s las bolas desnudas de RomĆ”n, haciĆ©ndolas rebotar, sacandole un gemido.

   RomĆ”n enseguida se dobló.

   Pablo y LenĆ­n se rieron.

   Pablo agarró la hoja de papel y leyó la siguiente pregunta —¿Ubicación de The Mint?

   Eddy lo pensó por un momento.

   La habitación estaba en silencio, excepto por los suaves gemidos que salĆ­an de los labios de RomĆ”n.

   ā€”Londres —dijo Eddy triunfalmente.

   Pablo asintió con la cabeza.

   ā€”Sacate los pantalones, Pablo —dijo Eddy alegremente. Saltó arriba y abajo como un boxeador, lanzando algunos golpes al aire. No habĆ­a vestigio de grasa en su cuerpo desnudo y musculoso, ni carne que se tambaleaba. Sus jugosas bolas y su gran polla se balanceaban con cada pequeƱo salto, la verga estaba medio dura.
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   Pablo suspiró y desabrochó la mosca, revelando su vello pĆŗbico y su bonita y gruesa polla, con un inmenso par de bolas afeitadas.

   ā€”Oh, te afeitaste —sonrió Eddy.

   Pablo se sonrojó.

   ā€”La Ćŗltima vez que te vi, tenĆ­as las bolas peludas.

   Pablo se rió..

   LenĆ­n rio tambiĆ©n. —¿Pablo es buena cama, amigo?

   ā€”No es asunto tuyo. Y por ser curioso, ahora tambiĆ©n te desnudarĆ”s.
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   LenĆ­n levantó las cejas. Puso los ojos en blanco y abrió sus jeans. Llevaba boxers marcando su pene a travĆ©s de la tela.

   ā€”Todo —ordenó Eddy.

   ā€”EstĆ” bien —dijo LenĆ­n rĆ”pidamente y bajó sus boxers, revelando su bonita y larga polla y su fuerte par de testĆ­culos.

   Ahora todos estaban desnudos. Eddy y LenĆ­n tenĆ­an su calzado. RomĆ”n estaba parado doblado, sus manos sostenĆ­an sus bolas, haciendo muecas de dolor.

   ā€”Bien —dijo Eddy y mirando el cuarteto de testĆ­culos frente a Ć©l—. Creo que voy a romper las cuatro pares de bolas..

   Dio un paso hacia Pablo y LenĆ­n.

   ā€”Espera —dijo Pablo—. Eso va en contra de las reglas.

   Eddy puso los ojos en blanco. —EstĆ” bien, entonces dame otra pregunta.

   LenĆ­n tragó saliva y tomó la hoja de papel de Pablo. —¿Cómo es la joyerĆ­a del Arte akan?

   Eddy rio. —Eso es fĆ”cil. EstĆ” basada en oro y plata.

   Pablo y LenĆ­n se miraron.

   Eddy se arrodilló y miró a los dos hombres desnudos. Apretó los puƱos y se rió entre dientes. —Va a ser divertido...

   Con notable fuerza y ​​precisión infalible, golpeó sus puƱos contra la entrepierna de Pablo y LenĆ­n, su puƱo izquierdo crujió las huevas de Pablo, su puƱo derecho se hundió en la ingle de LenĆ­n. Dos gemidos roncos y quejumbrosos le dijeron que habĆ­a ganado el premio gordo. Pablo y LenĆ­n se inclinaron lentamente hacia adelante, sus manos encontraron sus entrepiernas y se hundieron en el suelo en perfecta sincronĆ­a. Cayeron y gimieron.

   Eddy sonrió con orgullo. —Perfecto —se dijo a sĆ­ mismo. Miró a RomĆ”n, que se habĆ­a recuperado un poco. Su polla se habĆ­a endurecido profundamente mientras miraba a Eddy golpear a LenĆ­n y Pablo. Un poco de presemen rezumaba en la punta.

   Eddy le sonrió a RomĆ”n.
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   LenĆ­n y Pablo estaban de rodillas, sus manos agarraban sus doloridas gónadas. Estaban gimiendo de dolor.

   ā€”ĀæUna Ćŗltima pregunta? —sonrió Eddy.

   RomĆ”n asintió lentamente. Agarró el trozo de papel que habĆ­a caĆ­do de la mano de LenĆ­n y leyó: —¿Quien fue Silviu Ploeșteanu?

   Eddy sonrió.

   RomĆ”n tragó saliva.

   ā€”Fue un presidente sueco —dijo Eddy.

   RomĆ”n lo miró fijamente.

   ā€”Ven aquĆ­ —dijo Eddy.

   RomĆ”n cumplió. Su polla erecta y caliente se crispó seƱalando la cara de Eddy. Estaba sobre una rodilla, sus genitales colgaban de manera vulnerable entre sus muslos. Miró la feroz verga de RomĆ”n.

   RomĆ”n Chacón se lamió los labios.

   Eddy sonrió y cerró el puƱo.

   RomĆ”n sonrió dĆ©bilmente. Luego envió una fuerte y poderosa patada a las bolas de Eddy. Las crujió y aplastó en su pelvis.

   Eddy tosió.

   ā€”Fue un futbolista rumano —sonrió RomĆ”n.

   ā€”ĀæQuĆ©? —gruñó Eddy gruñó con expresión dolorosa en su rostro—. Joder—agarró sus preciosos testĆ­culos y cayó a un lado.

   LenĆ­n se arrodilló junto a Ć©l y le retiró las manos de su entrepierna. Agarró las gónadas de Eddy y las apretó con fuerza. La polla de Eddy comenzó a temblar y gimió de dolor. La mano izquierda de RomĆ”n se sujetaba a las carnosas esferas gemelas apretandolas, mientras que su mano derecha comenzó a sacudir su gordo miembro.

   Eddy gimió de dolor.

   RomĆ”n sonrió cruelmente y amasó las palpitantes bolas entre sus dedos.

   Eddy tosió.

   RomĆ”n se lamió los labios y sacudió la polla con mĆ”s fuerza.

   Eddy gimió de dolor.

   Pablo y LenĆ­n observaron con fascinación. Se frotaron las doloridas gónadas y se sonrieron el uno al otro. Luego volvieron su atención a RomĆ”n y Eddy nuevamente. LenĆ­n sacudió la cabeza con incredulidad y su polla comenzó a endurecerse.

   RomĆ”n continuaba sacudiendo la polla de Eddy y apretando sus bolas con la otra mano.

   Tomó un minuto masturbarlo y exprimir el semen de sus cojones.

Eddy echó la cabeza hacia atrÔs y gritó.

   Su polla se crispó violentamente y escupió el primer chorro de semen espeso y blanco, golpeando a RomĆ”n en la cara, corriendo por sus mejillas y nariz.

   RomĆ”n sonrió como un niƱo en tienda de golosinas. Se lamió los labios, saboreó el esperma del fortachón que obviamente le gustó. Su propio pene estaba duro como roca.

   LenĆ­n tambiĆ©n se acercó inclinĆ”ndose al duro miembro de Eddy para meterlo en su boca.

   Eddy gritó y jadeó mientras RomĆ”n apretaba sus bolas palpitantes.

   Chorro tras chorro de leche caliente y cremosa aterrizó en la boca de LenĆ­n que tragó con avidez.

   Su rostro estaba cubierto de esperma, y sus labios goteaban. Su cara brillaba de placer mientras chupaba la polla de Eddy y RomĆ”n atormentaba sus bolas al mismo tiempo.

   Pablo observaba, sacudiendo su propia verga. .

   Con un golpe fuerte, RomĆ”n soltó las bolas vacĆ­as de Eddy.

   LenĆ­n lamió la punta del miembro, su lengua daba vueltas, lamiendo los Ćŗltimos rastros de semen. Sonrió con orgullo y soltó a Eddy.

   Eddy cayó hacia atrĆ”s, exhausto y con un gran dolor de bolas.

   YacĆ­a en el suelo, sus manos agarraban sus bolas, su polla post-orgĆ”smica descansaba sobre sus abdominales musculosos.

   LenĆ­n alzó la vista, con la cara cubierta de esperma.

   Se limpió una mejilla con el dedo Ć­ndice y se llevó el dedo pegajoso a la boca. Lo chupó y se rió.

   Pablo se levantó y miró a Eddy, que yacĆ­a en el suelo, agotado y jadeante.

   ā€”Wow —sonrió.

   LenĆ­n sonrió, radiante de agotamiento sexual. Lentamente sacudió su propio pene, extendiendo en su falo el resto del esperma de Eddy.

   ā€”ĀæQuĆ© piensas? —preguntó Pablo, frotando su dura polla—. ĀæEh?

   La polla de LenĆ­n se crispó.

   RomĆ”n puso los ojos en blanco.

   Pablo sonrió.

   Los tres se pararon sobre Eddy, sacudiendo sus penes y apuntando a su cara.

   Eddy tenĆ­a los ojos cerrados. Estaba sosteniendo sus traumatizados testĆ­culos y gemĆ­a de dolor.

   LenĆ­n, RomĆ”n y Pablo sacudieron sus penes febrilmente, jadeando fuertemente y gimiendo en anticipación a su próximo clĆ­max.

   RomĆ”n fue el primero en llegar al punto de no retorno. Gimió cuando su pene escupió una gruesa sacudida de lava caliente que aterrizó en la contorsionada cara de dolor de Eddy. Quien abrió los ojos y se dio cuenta de lo que estaba sucediendo.

   RomĆ”n respiraba con dificultad, acariciando su polla y sacando mĆ”s de su jugo pegajoso.

   ā€”Ā”Joder!

   Eddy y RomĆ”n gimieron simultĆ”neamente.

   RomĆ”n estaba de pie con las piernas abiertas, la cabeza echada hacia atrĆ”s, y su polla apuntando a la cara de Eddy.

   Los labios de Eddy estaban cubiertos de esperma. Cuando abrió la boca para protestar, algo de ello se abrió paso hacia su lengua. Eddy escupió.

   Apretó el puƱo y envió un gancho muy duro y preciso a la entrepierna de RomĆ”n, atrapando sus bolas fuertemente con los nudillos y aplastĆ”ndolas contra su pelvis.

   ā€”Ā”Oooooh! —gritó RomĆ”n con voz aguda.

   Eddy gruñó y lanzó otro uppercut en las bolas de RomĆ”n. Gotas de esperma volaron por todas partes.

   RomĆ”n gimió y agarró sus bolas doloridas.

   Su polla se crispó y la Ćŗltima porción de esperma salió.

   RomĆ”n se derrumbó en el suelo.

   Pablo y LenĆ­n habĆ­an visto el espectĆ”culo, sacudiendo sus propias pollas.

   Eddy hizo una mueca y se frotó las bolas.

   Agarró las grandes pelotas de LenĆ­n y de Pablo con sus manos y las apretó con fuerza.

   Pablo y LenĆ­n gritaron de dolor, pero continuaron masturbando sus pollas.

   Eddy amasó los testĆ­culos dentro de sus puƱos.

   ā€”Vamos —gruñó, apretando y retorciendo las albóndigas de Pablo y LenĆ­n al mismo tiempo.

   ā€”Ā”Cabrón! —gritó Pablo.

   SimultĆ”neamente, eyacularon.

   Al igual que dos mangueras de bomberos, los penes descargaron el material cremoso, cubriendo la cara, nariz y boca de Eddy con semen blanco y espeso.

   Eddy jadeó y apretó los dientes, aplastando las pobres y llenas bolas de LenĆ­n y Pablo entre sus dedos exprimiendo cada gota de semen en ellos.

   ā€”Ya terminĆ© —gruñó Pablo.

   ā€”Bien —dijo Eddy golpeando las bolas de Pablo con fuerza.

   Pablo gimió y cayó al suelo.

   ā€”ĀæY tĆŗ? —Eddy miró al velludo desnudo. Torció sus bolas con fuerza.

   LenĆ­n gimió de dolor.

   La cara de Eddy estaba cubierta de leche masculina.

   Se aferró a las bolas de LenĆ­n para apoyarse y se levantó.

   LenĆ­n gritó.

   Ahora de pie, Eddy tiró de las bolas de LenĆ­n por Ćŗltima vez.

   La polla de LenĆ­n se crispó y otro chorro de esperma salió de su interior.

   Eddy se rió.

   Soltó las gónadas de LenĆ­n y dio un paso atrĆ”s.

   Antes de que LenĆ­n tuviera oportunidad de agarrar sus huevos, Eddy estrelló su pie descalzo contra las bolas vacĆ­as de LenĆ­n, aplastando las dos en su cuerpo y haciendo que gritara y se derrumbara al suelo.

   Eddy miró a los tres muchachos que se retorcĆ­an en el piso, agarrando sus doloridos testĆ­culos y gimiendo de dolor.

   Se limpió la frente con el brazo y miró la capa pegajosa de semen. Sonriendo, lamió ese esperma.

   ā€”Vaya —dijo, agarrando sus bolas y haciendo una mueca, aparentemente recordando el dolor en sus palpitantes testĆ­culos. Se dobló y se echó a reĆ­r—. Fue una gran invitación, muchachos.

   LenĆ­n, Pablo y RomĆ”n gimieron al unĆ­sono.

   Eddy miró a Bastian. —Creo que he terminado...

   ā€”Genial, complacido que hayas venido.

   Se acercó a Eddy y estrechó su mano cubierta de lefa.

   ā€”El placer fue para mi —respondió Eddy.

   ā€”Cuando quieras puedes volver.

   Eddy afirmó con la cabeza.
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   ā€”Vamos por una toalla.

   Bastian, Eddy y Farid salieron de la habitación, dejando atrĆ”s los gemidos de Pablo, RomĆ”n y LenĆ­n.

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