CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
SEXO HOMOSEXUAL
Pratt tuvo que aminorar el ruido de sus pasos en aquel camino furtivo.
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
SEXO HOMOSEXUAL
Pratt tuvo que aminorar el ruido de sus pasos en aquel camino furtivo.
El olor a muerte obstruyĆ³ sus poros y cubriĆ³ su lengua con una pelĆcula seca de polvo. El esclavista era un maestro en encontrar camino hacia pasajes secretos, un regalo que habĆa utilizado para lograr la caĆda de muchos futuros esclavos desprevenidos, pero lo que estaba haciendo habĆa tomado mucho mĆ”s tiempo de lo habitual. Finalmente, una corriente fĆ©tida lo alertĆ³ de un conducto. TomĆ³ aire para recuperarse y se metiĆ³ en silencio. Era bueno para deslizarse silenciosamente en los lugares mĆ”s peligrosos.
Era un largo y oscuro camino hacia abajo, a travĆ©s de polvo, se percatĆ³ que en el camino aparecieron restos de huesos secos, un recordatorio valioso que no habĆa lugar en el sitio que no contuviera los restos de las vĆctimas de Andros. ComenzĆ³ a sudar mientras se acercaba al interior del palacio. SintiĆ³ un ensanchamiento por delante.
Una reja le impidiĆ³ su acceso y maldijo en silencio, para abrirla sin hacer el mayor ruido. Le demorarĆa su tiempo. Tiempo que sabĆa que no tenĆa, sin otra opciĆ³n.
Comenzo a abrir paso a paso, segundo tras segundo. De pronto se quedĆ³ congelado cuando escuchĆ³ mĆ”s adelante la voz de Andros. Eso le dio potencia para cumplir su misiĆ³n.
Al lograr abrir un espacio por donde pudiese continuar, Pratt ingresĆ³. Era bueno en caminar en la oscuridad como un ser invisible.
LlegĆ³ al centro de la habitaciĆ³n y se agazapĆ³ en oscuridad.
AhĆ encadenado y desnudo estaba Telkien, su fuerte torso, piernas y la hermosa polla hicieron erectar el propio miembro de Pratt. Y muy cerca de Ć©l estaba el desagradable Andros devorĆ”ndolo con la mirada.
Ćste se acercĆ³ a la forma desnuda encadenada y en peligro de Telkien. Andros se inclinĆ³ dejando su boca peligrosamente cerca de la deliciosa polla del esclavo, la olfateĆ³. AllĆ Andros subiĆ³ la mano por el muslo del esclavo y la envolviĆ³ en las huevas donde enseguida apretĆ³, en medio de un gruƱido doloroso de Telkien la pequeƱa boca de Andros envolviĆ³ al falo con cautela. Cuando el apriete desapareciĆ³ dando paso a la felaciĆ³n, el hermoso esclavo gimiĆ³ sin darse cuenta del peligro que se abrĆa a su alrededor.
Andros se levantĆ³ a toda su altura y examinĆ³ a su esclavo. OlfateĆ³ el aire y su cuerpo. La belleza de Telkien lo habĆa dominado y lo emocionĆ³ cuando se enterĆ³ de su venta, por ello habĆa viajado en persona para reclamarlo. Ahora el potente aroma masculino llenaba sus fosas nasales. No podĆa esperar mĆ”s. Se volviĆ³ hacia el cautivo y avanzĆ³ lentamente.
Iba a saborear cada momento.
Pratt no podĆa creer que fuera testigo de lo que iba a pasar. Iban a violar su tesoro.
Una vez mĆ”s, la garra envolviĆ³ los testĆculos del semental y apretĆ³ con fuerza. El amo inhalĆ³ la esencia de su vĆctima, y su otra mano palpĆ³ cada ondulaciĆ³n y curva del paisaje de carne muscular que se presentaba ante Ć©l.
Bajo la influencia de un controlador mental, el heroico forajido gimiĆ³.
Pratt quiso deslizarse. Pero permaneciĆ³ arraigado a la oscuridad.
A diferencia de las criaturas que cazaba, el esclavista no era valiente. Su audacia para capturar jĆ³venes mĆ”s fuertes y poderosos de la galaxia no naciĆ³ del coraje, sino simplemente porque sabĆa exactamente cĆ³mo explotar sus debilidades; vanidad, arrogancia, creencia en la invencibilidad. Era fĆ”cil para Ć©l. Pero cuando se trataba del momento de la verdad, Pratt era esencialmente un cobarde. Esta era su Ćŗnica oportunidad. Andros estaba distraĆdo y tenĆa el elemento sorpresa para atacarlo, pero el terror lo mantenĆa aĆŗn bajo control.
Andros retirĆ³ el controlador mental, pero Telkien continuĆ³ retorciendo sus mĆŗsculos seductores y fascinantes hipnotizando al hombre que continuĆ³ acariciando suavemente a su cautivo.
De repente, Telkien golpeĆ³, con un rodillazo la entrepierna de Andros que de un doloroso alarido se separĆ³ de Ć©l sujetĆ”ndose las gĆ³nadas.
Pratt tuvo el raro gusto de ver a Telkien en acciĆ³n, algo casi tan emocionante como verlo desnudo, atado y en peligro.
HabĆa una razĆ³n por la que era considerado el mejor. Incluso desarmado y desnudo, su fĆsico le resultaba impresionantemente atractivo.
Andros estaba de rodillas apretĆ”ndose los dientes y sobĆ”ndose la ingle. Con un fuerte esfuerzo se levanto acumulando fuerza y buscando en los bolsillos de su ropa una jeringuilla que inyectĆ³ en el cuello de su adversario.
Telkien se congelĆ³, tratando desesperadamente de moverse o hablar. Andros lo liberĆ³ de sus cadenas y lo trasladĆ³ hasta una superficie plana, levantĆ³ sus piernas y colocĆ³ su monstruoso miembro contra el indefenso agujero del esclavo. Telkien gimiĆ³ en protesta.
Pratt finalmente venciĆ³ su cobardĆa. No podĆa perder a Telkien, y estaba dispuesto a arriesgar su vida de salvarlo para sĆ mismo.
Estaba a punto de entrar en acciĆ³n cuando fue cegado por un explosivo destello de luz que sacudiĆ³ la sala.
El hedor a carne quemada impregnĆ³ la habitaciĆ³n. Cuando el humo se disipĆ³, Pratt quedĆ³ atĆ³nito al ver el cadĆ”ver tembloroso de Andros con un agujero humeante a travĆ©s de su tĆ³rax.
Kamvrit, un reconocido estafador espacial estaba parado al otro extremo del lugar con un desintegrador entre sus manos.
—Saca tus asquerosas manos de mi propiedad, tramposa cucaracha.
Ćl habĆa perdido la subasta ante Andros para comprar a Telkien.
El despiadado visitante pasĆ³ por encima del cuerpo aĆŗn tembloroso en el suelo y se parĆ³ sobre el esclavo paralizado que gemĆa. AgarrĆ³ su robusta mandĆbula con la mano adornada con joyas y se inclinĆ³ cerca como si le estuviese dando un beso.
Telkien solo pudo gruƱir en respuesta.
—Toda mi vida te he deseado para mĆ. Y hoy se cumple mi sueƱo.
Las caricias se convirtieron en toques lascivos. Las manos exploraron hambrientamente el mĆŗsculoso cuerpo del esclavo, tocando con avidez los pectorales, amasando dolorosamente el abdomen y apretando aquellas bolas redondas maduras. El esclavo drogado gritĆ³ de dolor.
Kamvrit chillĆ³ de alegrĆa.
—Voy a recuperar cada centavo que me hiciste perder. Voy a alquilar tu trasero a cada tripulante espacial, desde Bramplen hasta el sol de Antares.
Pero antes de que lo sueƱos se hiciesen realidad hubo un movimiento violento y Kamvrit echĆ³ la cabeza hacia atrĆ”s y chillĆ³ como animal herido.
Una pinza sobresalĆa de su pecho. En un Ćŗltimo acto de ira, Andros lo habĆa atravesado.
Sangre brotĆ³ de su boca, se volviĆ³ lentamente con su Ćŗltima onza de fuerza, golpeĆ³ al moribundo ser que lo atacaba y luego cayĆ³.
La guerra asĆ terminĆ³.
Los adversarios yacĆan en el suelo dando los ultimos respiros de vida.
Pratt emergiĆ³ temblando, tomando camino entre los dos cadĆ”veres.
La cabeza de Telkien rodĆ³ febrilmente de un lado a otro, su forma nerviosa se retorciĆ³ y luchĆ³, tratando de liberarse. ParecĆa estar tratando de formar palabras:
—Yo... tĆŗ... mal... n... bastardo.
Pratt acariciĆ³ suavemente sus mĆŗsculos.
—Shhh... estĆ” bien ahora, ahorra fuerzas.
—Si tĆŗ... alguna vez... me ves libre.
Pratt dio unas palmaditas como si tratara de calmar a un niƱo que lloraba.
—Yo... yo... te verĆ©... muerto... tĆŗ... hijo de... pu ...
Pratt acariciĆ³ la cara vengativa.
—Shhhh... todo ha terminado ahora, eres mĆo.
CerrĆ³ la boca en protesta de Telkien con un beso profundo y anhelante, explorando el paisaje de su boca con una lengua curiosa.
Hizo la conquista aĆŗn mĆ”s dulce. Juguetonamente le pellizcĆ³ un pezĆ³n, y se tumbĆ³ a lo largo de su premio saboreando cada centĆmetro de piel, presionando su ingle contra el cuerpo del esclavo. MordisqueĆ³, lamiĆ³ y succionĆ³ su carne.
Telkien gruĆ±Ć³ pero no quedaba nada que pudiera salvarlo.
Pratt se acomodĆ³ sobre su trasero presionĆ”ndole su fiera erecciĆ³n. QuerĆa que le doliera, pero no demasiado, sintiĆ³ el ritmo de los mĆŗsculos dominados y hĆ”bilmente se abriĆ³ paso. Telkien arqueĆ³ la espalda en estado de shock, pero su aullido no fue del todo doloroso. Sus brazos araƱaron y agitaron desesperadamente la piedra donde reposaba.
Solo pudo susurrar un ronco:
—No...
Pratt comenzĆ³ a empujar con mĆ”s fuerza en el dulce conducto anal que se estrechaba alrededor de su polla necesitada.
Por el bien de su belleza robusta e inconcebible, Telkien habĆa sido drogado, atado y subastado pero hasta esa fecha, nunca lo habĆan penetrado.
Pratt lo poseĆa, y ambos lo disfrutaban. Telkien, vencido, se dejĆ³ llevar al mĆ”s bajo instinto pasional. Pratt eyaculĆ³ dentro de Ć©l y se quedĆ³ quieto sintiendo los mĆŗsculos tensos abrazar su miembro antes de retirarlo.
Pratt buscĆ³ en el bolsillo de su pantalĆ³n una pulsera que sujetĆ³ al tobillo de su hombre cautivo, era un controlador mental.
—DĆ³cil como perro —susurrĆ³ ante el quieto esclavo—. Quiero que me sigas.
Telkien saliĆ³ de ahĆ acompaƱando a Pratt, no sĆ³lo estarĆa para siempre con Ć©l sino que serĆa su esclavo sexual.
RecorrerĆan la galaxia juntos, buscando nuevos tesoros. La vida para Pratt serĆa buena junto a su esclavo.
FIN
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