Contiene Ballbusting M/M, F/M y Sexo Heterosexual.
Alirio, un hombre de 60 años, estaba en su pequeña hacienda⦠La tarde era calurosa y escuchaba su vieja radio; Se le acercaron sus nietos de 17 y 18 años, y a petición de ellos, decide contarles sobre las aventuras romÔnticas que tuvo de joven, antes y durante el matrimonio con Amelia, su esposa y abuela de los jóvenes.
El viejo narra:
A los 20 aƱos Alirio trabajaba como jornalero en la sabana, laboraba de lunes a viernes, y dormĆa en unos cuartos para los empleados; A pesar de la intensa jornada de trabajo, habĆa tiempo libre por las noches, y Ć©l lo aprovechaba con las sirvientas, a mĆ”s de una la llevó al establo y cómo disfrutó de aquellas jornadas.
Estaba comprometido con Amelia, pero ella estaba en el pueblo vecino, y solo viaja a verla los fines de semana, asĆ que segĆŗn Ć©l, se tenĆa que desahogar, ademĆ”s las mujeres de la hacienda casi se le entregaban, en esa Ć©poca era mĆŗy atractivo.
Una noche, la seƱora Catalina, que era la esposa del Don Camilo, -el patrón de la hacienda-, se le apareció en el cuarto en donde dormĆa, enseguida me dio cuenta que estaba interesada en estar con Ć©l.
āAy Alirio me han dicho que te dicen āel caballo-, porque no me muestra porque?ā. La mujer se apoyó contra el pecho del trabajador, sobĆ”ndole el musculoso tórax
La seƱora Catalina con 43 aƱos no estaba mal, toda rubia y bien conservada, Alirio se vio tentado, pero no querĆa problemas y le dijo que estaba con novia, pero a ella no le importó e insistió:
La doƱa le tocó el bulto entre las piernas, palpĆ”ndole los testĆculos y el dotado pene del trabajador.
āParece que es cierto lo del caballo, Es mĆ”s, muchacho tienes una anaconda ahĆā.
Dispuesta a tentarlo, la doƱa vestĆa una bata de dormir, la cual abrió y dejó caer al suelo; Alirio quedó con la boca abierta pues la seƱora esta desnuda
Alirio se excitó, pero trato de calmar las cosas, mĆ”s con la mujer pegada a Ć©l, besĆ”ndole el cuello, y sintiendo ese desnudo cuerpo en contacto con el suyo, la excitación le ganó, el trabajador respondió a las caricias, y se comenzó a desnudarā¦
Alirio expresó a sus atentos nietos: āNo me pude resistir, era un hombre comprometido, pero tenĆa mis limites!ā.
Desnudo, la señora se asombró y maravilló:
āQue verga tan grande!, ahora falta ponĆ©rtela dura mi vidaā.
Alirio comenzó a besar las tetas de la señora, mientras ella le masajeaba el glande, a los pocos segundos, el largo falo se endureció, expulsando pre semen en verdaderos salpicones.
Doña Catalina se arrodilló y le besó la cabeza, Alirio gozo y jadeó.
Ya listo para la penetración, el hombre la coloco boca arriba y la cubrió, mientras se besaban, el falo entraba hasta el fondo vaginal dÔndole orgasmos a la señora, con solo 5 minutos de bombeo, Catalina se empapó de sus jugos femeninos, pidió una pausa, pero Alirio no se la dio, mantuvo su bombeo a ese agüero hasta que la verga le palpitó de gusto y se vino.
La seƱora se sacó el pene semi erecto, y decidió metĆ©rselo en la boca, casi trasbocó, cuando el glande le pasó ente las amĆgdalas, el falo respondĆa y una vez mĆ”s aumentó su largo y grosorā¦
ā¦Pero golosa, continuó metiĆ©ndoselo hasta llegarle al esófago, solo la falta de aire le hizo sacarlo. Alirio querĆa mĆ”s coƱo, asĆ que la volteó contra la cama, y se dejó caer contra su sexo, la mujer grito de placer y dolor con aquella empalada⦠la estaca de carne le punzaba el Ćŗtero vĆa vaginal.
La doƱa mordĆa la almohada bajo ella, mientras sudaba por montones a la vez que veĆa doble.
Llegó el nuevo clĆmax para la mujer, y no tardó Ć©l del jornalero, quiĆ©n eyaculó en la vagina de su patrona, tanta leche salió que se derramó entre sus piernas.
MĆ”s la acción continuarĆa, porque solo hasta la cuarta corrida fue que la mujer se quedó dormida y satisfecha.
DĆas despuĆ©s, el seƱor de la hacienda se enteró de la infidelidad de su mujer, y le reclamó a Alirio en una cantina del pueblo; Los Ć”nimos se caldearon y siendo despedido e insultado, el empleado se dispuso a pelearse. Ambos rivales estĆ”n listos, pero es en ese momento cuando por detrĆ”s, un amigo del patrón patea a Alirio en los testĆculos.
āAAAAHHHHHHHH!!ā. Grita el empleado ante tan doloroso y traicionero golpe.
El jornalero quedó en el suelo en posición fetal agarrĆ”ndose los huevos. Don Camilo cobardemente aprovechó para patearle la cabeza, dejando al debilitado Alirio sin sentidoā¦
ā¦Pero el hacendado querĆa hacerle pagar de otra manera, y que fuera el quien le causase el principal daƱo.
Alirio despertó horas despuĆ©s en el hospital del pueblo, enseguida sintió un terrible dolor entre las piernas, era insoportable, tenĆa que morderse los labios para no emitir quejidos, con dificultad retiró al sĆ”bana y se observó al zona, su escroto esta inflado y con un tono rojo y negro, asustado se tocó y casi chilló solo al palparse el saco de bolas. Observó una pequeƱa manguera fijada por un hilo, algo grave tenia en las bolas, recordó que le patearon los huevos por detrĆ”s, pero fue tan grave la lesión?
El doctor apareció y le informo lo sucedido, segĆŗn informes de los testigos habĆa sido golpeado en los testĆculos en varias ocasiones, por lo que tenĆa una hemorragia en el escroto y tal vez daƱo permanente en los genitales, le pusieron un pequeƱo tubo para drenarle algo de la sangre, solo al desinflamar se sabrĆa con certeza, si habĆa que realizar una intervención mĆ”s seria.
De sus amigos se enteró que tras quedar inconsciente, Don Camilo le pisó con furia los testĆculos en tres oportunidades, sin sentido Ć©l no podĆa protegerse, finalmente los testigos le detuvieron en su salvaje agresión.
El enfado de Alirio es completo, ese cobarde le quiso malograr la vida, pero no hay mucho por hacer, el hacendado es muy adinerado, y de buscar venganza podrĆa terminar perdiendo la vida.
Alirio continua explorando sus partes, incluso le duele el pene, en su enorme falo observa unos moretones, también se lo pisó.
A los pocos dĆas, el doctor dictaminó que sus pelotas no habĆan sido daƱadas gravemente y solo el tiempo dirĆa si le quedaba alguna secuela.
Una vez dado de alta, Alirio no volvió al pueblo y se fue al poblado vecino, allà buscó trabajo y convivió con Amelia, desde siempre soñó desposarla y no tardaron en hacer efectivo el compromiso.
La luna de miel, también fue la primera vez que hizo el amor con Amelia desde el ataque a sus genitales, la mujer estaba contenta, su amado estaba en plena forma, pues el pene del caballo estaba tan grande como siempre, aquella lesión no afectó a su nuevo esposo.
En la alcoba nupcial, Alirio casi brincó sobre su mujer, tirÔndola al suelo, Amelia trató de calmarlo en vano, el macho le suplicó le chupase el pene⦠A Amelia le fascinaba hacerlo.
Con la primera lamida al escroto, los huevos de Alirio se contrajeron, los sintió pesados como piedras, estaba seguro que soportarĆa sin inmutarse diez patadas en las pelotas, hasta pensó
Si las hubiera tenido asĆ en aquella cantina.
Pero eran exageraciones, sus pĆ©treas bolas, solo estaba congestionadas de tanto semen que le parecĆan a punto de explotar⦠pero serĆa Amelia, quien se las ablandase con las sucesivas eyaculaciones que le provocarĆa.
El sexo con su mujer fue intenso, la agarró y se la colocó de espaldas sobre su abdomen⦠en esa posición le metió su āmonstruoā, a si le llamaba a su larga verga, la mujer se corrió varias veces, y Ć©l igual, siempre llenĆ”ndole el coƱo con su espesa y copiosa lecheā¦
ā¦Ya anhelaba el primer varón de su nueva familia.
Pasaron 6 meses de matrimonio, pero Amelia no quedaba embarazada, y la vida sexual de la pareja era muy activa. Alirio se asustó, serĆa que aquel ataque de Don Camilo si le dejó malogrado?
Decidió ir al hospital a que le revisaran, cuÔl fue su sorpresa al encontrar en la consulta a una doctora en lugar de un doctor.
Mercy Villalba, ella una doctora reciĆ©n graduada, que llevaba dos meses en el pueblo, era bien guapa, no tenĆa mĆ”s de 25 aƱos, era dueƱa de un largo cabello castaƱo y unas facciones de mujer fuerte y sexy.
Ante las dudas del paciente por contar lo que le ocurrĆa, la mujer le hablo con confianza, finalmente Alirio expuso su problema de fertilidad.
La médica escuchó atenta toda la historia, mostrÔndose asombrada ante la agresión que sufrió, alcanzó a expresar:
āQue cobardeā¦ā.
Posteriormente ordenó a Alirio desnudarse, el varón una vez mÔs dudó.
āSoy doctora, no se apeneā.
Se quitó la ropa y la doctora no calló su opinión al ver el largo falo de Alirio en reposo⦠los ojos le saltaron del impacto:
āDios del cielo!... Ya veo, por eso te dicen el caballo no?ā. La mujer ya habĆa sido advertida por alguna enfermera antes de la consulta, de a quien examinarĆa.
Alirio respondió afirmativamente para confirmarle que si era āEl caballoā.
Tras unos segundos de turbación la doctora le hizo apoyarse contra la camilla, y separar las piernas⦠en ese momento le metió un dedo en el ano.
āOiga que hace!?ā. Se resistió Alirio, quien sentĆa profanada su retaguardia.
āCĆ”lmate, quiero examinarte por detrĆ”sā.
āYo no soy polillónā.
āDeja la pendejada, es un procedimiento mĆ©dico, se llama tacto rectalā.
Ya informado que buscaba palpar su próstata, Alirio se quedó quieto, no sin padecer incomodidad ante aquel dedo. Pero la vista de la doctora se centró en aquel pene largo, que daba leves brincos; De pronto su objetivo cambióā¦
ā¦Los bamboleantes huevos del paciente, invitaban a tocarlos, ademĆ”s era parte del examen a realizar.
Con la otra mano la doctora le tocó los huevos, con aquello Alirio se excitó, y el falo dio un nuevo brinco. Ante el masaje testicular el hombre se saboreaba los labios, eso sà era rico.
La doctora pidió que tosiera, mientras se los masajeaba.
Cof, Cof, los dedos de la profesional se adaptaban a aquellas bolas que brincaban con la tos.
Luego de sacar el dedo del ano, Alirio le dio el frente y continuó gozando de aquella sobada... finalmente no pudo evitar preguntar.
āPorque me los soba doctora?ā.
āNo te los sobo!, te estoy palpando!, lo hago para saber si tienes alguna masa, o algo anormal en los testĆculosā¦ā. Mercy se coloreó con el comentario y quiso dejar en claro las cosas.
āDoctora perdóneme pero no me puedo aguantar mĆ”s!ā.
La polla de Alirio rÔpidamente comenzó a engrosarse, la doctora trató de mantener la compostura y no dijo nada.
Cuando por fin terminó de tocarle las pelotas, se alejó un poco, no sin antes darle una palmada en los huevos.
āAayyy!ā. Se mordió los labios Alirio.
āDoctora no me haga eso, usted hizo un juramento upocraticoā.
āHipocrĆ”ticoā.
āEse, Pero no me lastime, mire que tal vez ya me hayan dejado inĆŗtil, y usted me remataā.
āNo diga eso, solo fue por parĆ”rsele⦠controle sus impulsos Alirio⦠y con la palmada y todo, aun no se le bajaā. Mercy ladeo el rostro para no ser vista morderse el labio del gusto.
āDoctora, dĆ”ndome palmadas no se me va a bajarā.
āEntonces jĆ”leselaā.
āNo sea grosera doctoraā.
āNo es groserĆa, necesito una muestra de semen, asĆ que le tocó masturbarseā.
Enseguida le entregó un tarro de muestra, y salió del consultorioā¦
Alirio se masturbó pensando en ella, la doctora olĆa rico y era elegante⦠Con velocidad estrangulaba su pene de caballo, y a los 10 minutos, ya agitado y sudando se vino, llenando el tarro.
Al regresar, la doctora no dijo nada al recibir el tarro, pero se notaba que estaba sorprendida por la cantidad de semen depositado.
Alirio se marchó, quedando de verse en 3 dĆas para saber los resultados de los estudios.
Dos dĆas despuĆ©s, en la noche se celebraba una fiesta popular del pueblo, Alirio se volvió a ver con la doctora Villalba, a pesar de estar con su esposa Amelia, El hombre se mostró muy receptivo y correspondió al saludo, Mercy le pidió un tiempo en privado para hablar de los exĆ”menes y sus resultados.
Unos minutos después los dos desaparecieron del sitio, para reencontrarse en un callejón a dos cuadras de la fiesta que se desarrollaba en la plaza central de la población.
La doctora no tenĆa aĆŗn los resultados, solo querĆa decirle algo a solas a Alirio.
āQuerĆa verte, quede con ganas de conocer mejor al caballoā¦ā.
Mercy le tocó el paquete a Alirio, quien le tocó los hombros y senos a la doctora, ésta se abrió la blusa y se dejó manosear; fue entonces cuando se arrodilló y le comenzó desabrochar el cinturón.
El pene semi erecto del campesino brincó de su interior y salpicó a la galena con pre semen⦠Alirio tenĆa ganas de hacer el amor con la bella profesional.
āQue caballo!ā. Los ojos de la mĆ©dica, brillaba con la escasa luz de la luna, brillo que tambiĆ©n se veĆa en las gotas de pre semen que asomaban del glande.
ComenzarĆa a chuparle el miembro, y Alirio a empujĆ”rselo mĆ”s y mĆ”s en la garganta, Mercy le mordĆa suavemente el tronco del pene⦠la joven doctora era muy hĆ”bil con su boca.
Cuando Alirio sintió que se iba a correr, sacó su pene casi a la brava, salpicando de saliva y presemen el rostro de la doctora, quien comenzó a desvestirse, la galena sabĆa y deseaba lo que venĆa a continuación.
Ya desnuda se colocó de espaldas a Alirio, apoyÔndose contra un muro, el campesino no tardó en empalarla con su falo, a lo que Mercy respondió con un quejido que tuvo que ahogar con una mano, la mujer dejó caer saliva de la excitación... y comenzó el entra y sale de aquella verga, que le cepillaba la vagina por dentro.
āOh caballo!, dame mĆ”s duro!!ā.
āComo pida la doctoraaaaaaaaAAAHHHHHHH!!!!!!!ā.
Tremendo alarido de Alirio cuando le agarraron de las huevas por detrĆ”s, Era Amelia quien castigaba a su infiel marido⦠Le tenĆa vigilado, y ante su ausencia en la fiesta. sospechó de algĆŗn infidelidad⦠ademĆ”s al no ver a aquella doctora con quien su esposo se habĆa mostrado tan cordial, la hizo pensar lo peor⦠buscó por los alrededores hasta dar con la pareja unida del bajo vientre.
Amelia tiró con fuerza del escroto de su marido, haciĆ©ndole dar grito tras grito, el varón caminaba hacia atrĆ”s, rogando a su esposa que dejase de hacer fuerza⦠pero parecĆa que Amelia le arrancarĆa las pelotasā¦
ā¦Por fin vio alivio cuando la mujer se cansó y le soltó.
Lista para rematarle, la esposa volteó al adolorido macho, y antes de que pudiera cubrirse los genitales, le dio un rodillazo en la ingle, El marido se quejó aún mÔs.
āPor fortuna no me dio en las bolas, me pego fue en el monstruoā. Exclamaba el narrador a sus asombrados nietos.
A Alirio le habĆa dolido el rodillazo, pero no tanto como le dolĆan las pelotas, y curiosamente al tener todavĆa parado el pene, este le sirvió de obstĆ”culo y protegió sus cojones.
La esposa dio un quejido de frustración al no hacer acertado en su objetivo y le empujó⦠Alirio terminó en el suelo.
Incapacitado el infiel, Amelia fijo su atención en la doctora, quién apenada se estaba vistiendo.
La iracunda campesina tomó a Mercy por el pelo, y la azotó contra el suelo, parecĆa estar poseĆda al tener tanta fuerza, La doctora gritaba cuando una vez mĆ”s del cabello, Amelia la sacó del lugar rumbo a la fiesta; Los gritos hicieron venir a la gente, y fue entonces cuando la esposa, la emprendió contra la ropa de la mĆ©dica, vuelta girones ya no cubrĆa y todos vieron la desnudez femenina.
Mercy sintió la vergüenza de su vida.
Ya calmados los Ć”nimos, hubo consecuencias: Mercy Villalba dejó el pueblo avergonzada, mientras Alirio fue echado de su hogar por la enfurecida Amelia; Con el pasar de los dĆas el campesino le pidió perdón a su esposa, quien tras un mes de enojo, accedió a recibirleā¦
ā¦El marido dejó ese libertinaje crónico, y la mujer extraƱaba siempre en su cama a aquel ācaballoā.
Luego del mes, Alirio volvió con el nuevo doctor, esta vez un hombre, quien finalmente le entrego los resultados mĆ©dicos; Estos arrojaron algo positivo, Alirio no tenĆa evidencia alguna de daƱo testicular, asĆ que su aparente esterilidad era un misterio.
Durante la charla con el mĆ©dico, Alirio contó que Amelia ocasionalmente tenĆa fuertes dolores en los ovarios⦠Lo que suponĆa normal en ella, fue sospechoso para el mĆ©dicoā¦
ā¦Una consulta de Amelia, confirmó un padecimiento en ella, como la causa de una esterilidad, mĆ”s sin embargo, un corto tratamiento hormonal corrigió su problema.
Cuando el doctor la dio por curada, Amelia retomó la vida sexual con Alirio, quedando embarazada ese mismo mes. Desde entonces se embarazó de 4 hijos mĆ”sā¦Alirio agradeció siempre tener unas pelotas fĆ©rtiles y una buena descendencia.
La historia terminó y los nietos por fin dejaron de molestar al abuelo, quien encendió una pipa y continuó escuchando su radio.
FIN.
Gracias.
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