Chacón vs Común (3/8): Pablo vs David - Las Bolas de Pablo

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24 ene 2020

Chacón vs Común (3/8): Pablo vs David

CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   —¡Hola chicos! —dijo Bastian muy entusiasta cuando penetró a la sala y ahí estaban los hombres de su estudio. Ese día iba a disputarse una lucha y quien ganase sumaría un punto a su equipo—. ¡Ya conocen las reglas! No sé por qué pero siento un palpito de que la batalla de hoy será épica y especial.


   Farid sonrió y preparó los papeles que ya estaban hecho trozos en sus manos.



   —Agrupense, muchachos —solicitó.



   Y se dividieron en bandos. Por un lado los hombres comunes y del otro extremo los Chacón. Cada uno de los miembros eligió uno de los papelitos.



   —Oh, mierda.



   El que tenía la selección en su hoja resultó David Aceituno, un guapo y fortachón moreno que era esposo de Pablo aunque tiempo atrás estuvo casado en otro matrimonio donde procreó un hijo que llevaba su nombre. Era dueño de un gimnasio y prefería gopear en ballbusting. 



   —Ja, ja, ja —se burló Farid—. ¿Quien será el Chacón que luchará contra David?



   Jean quien participó en la lucha inaugural observó como uno a uno de sus primos iban negando y mostrando sus hojas blancas.



   Pablo estaba petrificado al lado de la puerta. Era rubio y atractivo, vestido con jeans azules y camiseta blanca.



   —Soy yo —dijo con pesar—. ¿Puedo rechazar mi participación?



   —Genial —se rió Bastian sin prestar atención a las burlas de la mayoría de los hombres de los equipos—. Sabía que la batalla de hoy va a ser memorable. Por supuesto que no la puedes negar.



   Pablo y David gimieron y sin embargo sus pantalones se abombaron en la zona de la entrepierna.



   Todos fueron sentándose clamando por la pelea. Pablo y David de la incomodidad pasaron a las risas y bromas.



   Pablo rápidamente se quitó la ropa, era más desinhibido para desnudarse en comparación con su esposo. Chacón tenía una fuerte erección. Debajo de su miembro carnoso y grueso le colgaban dos bolas fuertes que demostraba ser digno hijo de Marcos Chacón.



   David miró la polla de Pablo, y estalló en risas sonrojandose.



   —¡Así que eso es lo que te comes todas las noches, David!



   —¡Goloso!



   —¡Perra!



   —Dejando sin carne al resto de la humanidad.



   Las bromas pertenecían a Jean, Ignacio, Lenin y Farid.



   Pablo sonrió y golpeó su polla para que se balanceara hacia arriba y abajo con un movimiento lento y pesado. Miró a David y se echó a reír. Pasó el dedo sobre su larga y dura erección, acariciándola cariñosamente—. ¿Estás enamorado de mi guevo, eh? ¿Me quieres más a mí o a él?



   A David le brillaron los ojos y se sonrojó respondiendo con una risa nerviosa. Su pantalón estaba que reventaba con su erección.



   —No digas nada —respondió Pablo lanzándole un beso pícaro—. Me lo dices esta noche en la cama —hubo múltiples muestras de emoción entre los miembros del equipo—. Esta noche en la cama cuando te estés sobando de la paliza que te voy a dar.



   Horacio, Román e Ignacio daban largas risotadas.



   —David, ¿podrías quitarte la ropa también? —interrogó Bastian.



   David asintió rápidamente y comenzó a desvestirse. Su polla no era grande, pero sí monstruosamente gruesa. Sus grandes testículos estaban afeitados y colgaban en su saco. Miró a Pablo y se echó a reír, los dos estaban muy empalmados.



   —Esto va a ser fácil —comentó Pablo parándose frente a David.



   Su esposo se quedó mirándolo.



   Pablo sonrió.



   Luego, de la nada, metió su pie descalzo en el escroto de David. Las pelotas de David fueron aplastadas contra su pelvis con un impacto rotundo.



   Lenin se rió.



   Camilo se encogió sujetando su propia entrepierna.



   —Ouch —emitió Erick..



   Pablo también sonrió, confiado en la victoria. Miró a David, esperando que se doblara.



   Pero David solo tragó saliva y apretó los dientes. No tuvo mayor reacción dolorosa ante la poderosa patada de Pablo.



   La boca de Pablo estaba abierta. Soltó una risa incrédula, David era débil de las pelotas, ¿qué había pasado?



   David solo soltó un gemido.



   —¡Así se hace! —Ignacio comenzó a aplaudir.



   Los hombres comunes lo imitaron.



   Los ojos de Pablo se entrecerraron. Luego llevó su pierna hacia atrás y envió su pie hacia las bolas de David nuevamente. Su empeine chocó contra las joyas carnosas de su esposo aplastandolas contra su pelvis.



   David gruñó y dobló la cara.



   —¡No te rindas, David, eres nuestra esperanza! — gritó Walter, riendo.



   —Mi turno —habló rápidamente David tomando el colgante escroto de Pablo, quien lo miró con incredulidad.



   Envolvió su mano derecha alrededor del saco de Pablo y apretó con fuerza.



   Pablo inhaló bruscamente y se puso de puntillas.



   —¡Oh! —comentó dolorosamente Horacio mirando la acción.



   Agarrando la hueva izquierda de Pablo con su mano izquierda y su derecha con la otra mano, David comenzó a aplastar los dos grandes testículos entre sus dedos.



   Pablo dejó escapar un grito.



   David se estaba concentrando en las dos carnosas gónadas en su mano. Giró los cojones en direcciones opuestas, haciendo que Pablo gritara a todo pulmón.



   —Ooooohhh —Román hizo una mueca pasando sus dedos por el dibujo de sus bolas en el jeans.



   Lenin y Camilo estaban sonriendo.



   Pablo empezaba a sudar. Respiraba pesadamente. Luego trató de lanzar un contraataque. Agarró las huevas de David y las apretó con fuerza.



   La boca de David se torció, pero no perdió el control sobre las bolas de Pablo.



   Pablo gritó de rabia, frustración y dolor.



   De repente, David soltó las gónadas de Pablo.



   El rubio dejó escapar un suspiro de alivio.



   Pero David envolvió sus brazos alrededor del cuerpo de Pablo, y levantó la rodilla contra sus bolas de Pablo. Aporreandolas.



   Pablo gritó.



   Hubo cuatro rodillazos seguidos.



   El cabello de Pablo estaba mojado de sudor. Luchó contra David, pero no pudo agarrar bien el cuerpo desnudo de su esposo y amante.



   Otros cinco rodillazos se estrellaron en su entrepierna machacandole las bolas.


   —Coño —gimió Pablo.



   Walter, Camilo e Ignacio comenzaron a animar a David, aplaudiendo y gritando.



   Tres rodillazos más.



   Los ojos de Pablo perdieron el foco



POF, POF, POF, POF, POF, POF,POF, POF.



   El cuerpo de Pablo quedó flácido.



   Cinco rodillazos más se sumaron a la tortura.



   —Detente —gimió Pablo.



   David dio un paso atrás.



   La orgullosa erección de Pablo se había desinflado en una salchicha larga y floja que colgaba frente a sus magulladas bolas. Se dobló.



   David lo miró fijamente.



   —¿Te rindes? —gritó Moisés.



   Ignacio y Camilo se rieron.



   Pablo masajeó sus bolas doloridas, haciendo una mueca de dolor. —Cómo pudiste, David —murmuró. Apretó el puño y golpeó a su esposo en los abdominales, tomándolo por sorpresa.



   David se tambaleó hacia atrás y gimió. Luego volvió a centrarse en Pablo frotándose los abdominales.



   Pablo lo miró, suplicando piedad. —Me duele mucho.



   Se acurrucó en una pequeña bola, gimiendo y acariciando sus bolas maltratadas con las manos.



   David se puso la ropa y miró a Bastian.



   —Todo indica que has ganado —le dijo—. El punto de esta tarde es para los comunes.



   Los hombres que no tenían el gen Chacón en la sala saltaron de alegría. Entretanto David no se unía al júbilo para arrodillarse preocupado ante Pablo acariciandole y regalandole múltiples besos mientras le pedía perdón y que no lo quería hacer.



   Pablo simplemente bufó entre los besos que recibía y la algarabía a su alrededor.

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