Heroes: La tragedia de Superman (1/2) - Las Bolas de Pablo

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7 ene 2020

Heroes: La tragedia de Superman (1/2)


Este 2020 inicia una nueva secciĆ³n, Heroes, con cortas historias o series de reconocidos defensores de la justicia o hĆ©roes originales. En esta primera entrega el favorito de much@s Superman.

CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Los buenos planes, si van a ser totalmente efectivos, deben pensarse cuidadosamente para eliminar toda posibilidad de errores. Y si esos planes implican la captura de un superhĆ©roe aclamado mundialmente, requiere el mayor grado de astucia. Si el superhĆ©roe es Superman, el hombre de acero, la meta estĆ” tan alta que el Ć©xito es inalcanzable para todos los efectos. A menos que... el villano que planee la captura sea Luthor, archienemigo de los superhĆ©roes mĆ”s fuertes.


   Cuando Clark Kent levantĆ³ la vista de su escritorio, su mirada sorprendida se encontrĆ³ con la de un mensajero bien vestido con un documento de aspecto muy oficial. Cuando el joven le entregĆ³ el sobre al periodista del Daily Planet, declarĆ³: —Me dieron instrucciones de colocarlo personalmente en sus manos. Es del gobernador y estĆ” destinado a Superman. En opiniĆ³n del gobernador, usted puede garantizar que Superman vea esto antes del final del dĆ­a. ¿Es cierto?


   —Si es muy importante... Superman lo verĆ” dentro de una hora. Puedes asegurarle al gobernador mi palabra. ConfĆ­a en mĆ­, puedo decirle que esto es urgente.


   Clark era plenamente consciente de la importancia de esa comunicaciĆ³n. Su visiĆ³n de rayos X ya habĆ­a escaneado la carta. Era especĆ­fica en su contenido, tenĆ­a la firma del gobernador y el sello oficial de la oficina de gobernaciĆ³n. Se leĆ­a:


Superman:


Homeland Security nos ha alertado que una cĆ©lula terrorista ha colocado una bomba en el sĆ³tano del City Bank. Si se le permite detonar, irradiarĆ” un radio de 6 millas en la zona mĆ”s poblada de MetrĆ³polis. Miles morirĆ”n. Es demasiado peligroso arriesgar a nuestra policĆ­a o Guardia Nacional y quedar indefensos si la bomba explota. Esto debe manejarse en completo secreto para evitar el pĆ”nico. Es un trabajo que solo en usted puedo confiar para manejar. Es un trabajo para Superman. Necesitamos desesperadamente su ayuda. Nuestra informaciĆ³n indica que la bomba podrĆ­a explotar en cualquier momento. Hay que darse prisa.


Buena suerte, Superman. ¡Contamos con usted!


   La firma del gobernador no dejaba ninguna duda en la mente de Clark Kent de su autenticidad.


   Una vez que el mensajero saliĆ³ y su oficina quedĆ³ vacĆ­a, Clark Kent se transformĆ³ rĆ”pidamente en el poderoso Hombre de Acero y despegĆ³ hacia su misiĆ³n. En cuestiĆ³n de minutos entrĆ³ al sĆ³tano del City Bank... solo... buscando el dispositivo explosivo predicho por el gobernador. En el centro de la habitaciĆ³n habĆ­a un gran recipiente cilĆ­ndrico.


   Su blindaje de plomo impidiĆ³ el examen de rayos X, lo que requiriĆ³ una inspecciĆ³n mĆ”s cercana de parte del poderoso superhĆ©roe. Mientras despegaba las capas de protecciĆ³n, Superman fue golpeado por la radiaciĆ³n, pero no por los residuos radiactivos esperados utilizados en la construcciĆ³n de bombas explosivas. Era kriptonita, y una forma mĆ”s poderosa y potente de la que habĆ­a experimentado en el pasado. La intensidad derribĆ³ al Hombre de Acero de rodillas. IntentĆ³ levantarse pero el intenso dolor lo aplastĆ³.


   Mientras luchaba nuevamente por levantarse, una pesada bota golpeĆ³ contra sus testĆ­culos desde atrĆ”s lo empujĆ³ brutalmente hacia adelante. Y su rostro despuĆ©s de emitir un chillido fue a parar contra el Ć”spero piso de cemento. Mientras agarraba sus bolas con ambas manos gimiĆ³ de dolor cuando una segunda patada en la parte baja de la espalda asegurĆ³ que se quedara abajo.


   Una voz familiar sonĆ³ en el oĆ­do de Superman.


   —No pudiste resistir la oportunidad de rescatar al mundo otra vez, ¿verdad? Eso es exactamente con lo que estaba contando. Y... ahora, ¡eres mĆ­o! DespuĆ©s de todos estos aƱos, finalmente te tengo exactamente donde quiero.


   Con solo presionar un botĆ³n en un pequeƱo dispositivo de control remoto, la segunda figura en la habitaciĆ³n activĆ³ pequeƱas puertas en el equipo similar a una bomba, permitiendo la exposiciĆ³n total a la radiaciĆ³n de kriptonita. La habitaciĆ³n brillaba en un verde brillante. Las muecas angustiadas de Superman eran una clara indicaciĆ³n del dolor insoportable que estaba experimentando. En cuestiĆ³n de segundos, el hombre mĆ”s poderoso del universo estaba inconsciente. Su Ćŗltimo pensamiento antes de volverse comatoso fue:


   —¡Luthor!


   Despojado de su uniforme y capa, Superman se quedĆ³ desnudo, su cuerpo brillaba en sudor verde pĆ”lido. Amarrado de las muƱecas y tobillos con kriptonita, el luchador contra el crimen, quedĆ³ indefenso. El poderoso finalmente habĆ­a caĆ­do. El sĆ­mbolo de fuerza para la humananidad colgaba derrotado, apenas capaz de levantar la cabeza.


   Cuando Superman despertĆ³ de lo que debiĆ³ parecer un sueƱo interminable de dolor, sus ojos se enfocaron lentamente en la figura de su poderoso y orgulloso enemigo. Luthor se parĆ³ directamente ante el Hombre de Acero, cara a cara.


   —¿CĆ³mo te sientes, Superman? ¿Ese increĆ­ble cuerpo tuyo absorbiĆ³ suficiente radiaciĆ³n como para ponerte fuera de servicio por un tiempo? Sus efectos pronto comenzarĆ”n a desaparecer. Siempre lo hace y tu cuerpo se restaura y luego empieza todo otra vez tratando de vencerte.


   Con una fuerza poderosa pateĆ³ los testĆ­culos del macro hombre de acero haciĆ©ndolo aullar de dolor, cerrando los ojos y abriendo mucho la boca. Sus testĆ­culos palpitaban en medio del dolor.


   —Esta vez —continuĆ³ Luthor—. Las cosas serĆ”n diferentes. Durante el Ćŗltimo mes o mĆ”s, mis amigos y yo hemos estado comiendo una nueva maravillosa dieta que preparĆ©. EstĆ” mezclada con kriptonita en una nueva forma purificada y digerible. Una vez comido, se convierte en parte de nuestra estructura celular. Ahora estĆ” en nuestra sangre... en nuestra saliva... y sĆ­... en nuestro semen. Antes que la dosis casi letal de kriptonita de mi bomba desaparezca... obtendrĆ”s otra... y luego otra... y despuĆ©s otra... pero no del exterior. Estas dosis serĆ”n desde adentro. Eres un tipo inteligente... Creo que ya lo has descubierto. Pero en caso de que no lo hayas hecho, dĆ©jame demostrarte.


   Con una enorme sonrisa malvada, Luthor se colocĆ³ detrĆ”s del Hombre de Acero. Con ambas manos separĆ³ las mejillas musculosas y apretadas del trasero, exponiendo un hermoso culo y su agujero. La polla de Luthor ya rezumaba con espesas gotas de presemen verde. Descansando momentĆ”neamente la cabeza de su miembro contra el agujero de Superman, lo embistiĆ³ con un poderoso empujĆ³n.


   —¡SUPERMAN! ¡ESTA VEZ SERƁS REALMENTE FOLLADO Y VOY A HACER QUE NUNCA LO OLVIDES!

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