Guerreros de la arena (1/5): Egipcio vs Harrison - Las Bolas de Pablo

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22 ene 2020

Guerreros de la arena (1/5): Egipcio vs Harrison


   Egipcio sacĆ³ su vestuario del casillero y se preparĆ³. Se colocĆ³ la truza ajustada que el curbrĆ­a la piel aceitunada, botas a juego, saltĆ³ en el aire dando lo Ćŗltimos toques a su calentamiento y caminĆ³ por el pasillo hasta escuhar la voz desde el cuadrilatero.


—Y desde Asia... ¡EEEEEEEl EGIPCIOOOOOO!


   Aunque era mĆ”s Americano que SimĆ³n BolĆ­var, el luchador saliĆ³ corriendo al ring. bebiĆ³ un poco de alcohol, y chocĆ³ algunas manos, le golpearon el culo mientras se se dirigĆ­a dentro del ring. SaltĆ³ sobre las cuerdas y se preparĆ³ para la contienda.


   Harrison, su competidor estaba en el vestuario terminando de hacer algunas flexiones. LevantĆ³ su cuerpo del suelo y caminĆ³ al espejo. UntĆ³ un poco de aceite y sonriĆ³ mientras acomodaba su ropa, usando un pantalĆ³n ajustado y botas blancas. SaliĆ³ en direcciĆ³n al anillo de pelea, las luces se atenuaban y sonaba la presentaciĆ³n del luchador.


   —Proveniente de New Jersey... ¡HARRISON!


   El norteamericano corriĆ³ al ring. SubiĆ³ la entrada hacia el anillo observando al supuesto Ć”rabe que lo aguardaba. Harrison sonrĆ­o mientras su mano vagaba hacia el sur para ajustar su bulto que comenzaba a engrosarse instantĆ”neamente. Miro al Ć”rbitro y asintiĆ³, estaba listo.


   Egipcio empezĆ³ a rebotar sobre sus botas. DetallĆ³ a su blanco rival, sus mĆŗsculos brillaban. AsintiĆ³ con la cabeza hacia el Ć”rbitro mientras veĆ­a al gringo ajustarse la entrepierna. El efecto hizo que su propio pene palpitara. SaludĆ³ al pĆŗblico asistente levantando los musculosos brazos en el aire.


   Harrison se quedĆ³ mirando esos grandes mĆŗsculos. No se intimidĆ³, se golpeĆ³ en el hombro y se dirigiĆ³ al centro del ring, levantando las manos en alto.


   Egipcio sonrĆ­o viendolo caminar. Sus ojos recorrieron aquel cuerpo caliente... disfrutando de ese paquete en el pantalĆ³n brillante. ReaccionĆ³ con un gruƱido cuando Harrison se dejĆ³ caer para agarrarlo de las botas. Se balanceĆ³ tratando de mantenerse en posiciĆ³n vertical. GirĆ³ su  cuerpo hacia un lado y cayĆ³ golpeando con el codo la cabeza del gringo.


   Harrison diĆ³ un quejido dejando caer su cabeza sobre el lienzo. Se moviĆ³ hacia un lado sacudiendo la cara tratando de perder las estrellas que surgieron con el impacto.


   Egipcio se puso de pie. Viendo ese cuerpo sexy sacudir la cabeza. Se agachĆ³ y lo agarrĆ³ de la mandĆ­bula y los cabellos. DoblĆ”ndolo. Harrison hizo una mueca mientras Egipcio le guiƱaba un ojo, luego deslizĆ³ el brazo por sus muslos adueƱandose de su trasero, sintiendo su polla gringa presionar en su antebrazo. Lo levantĆ³ y luego lo arrojĆ³ hacia abajo sacudiendo su cuerpo.


   Harrison rebotĆ³ y luego se sentĆ³ con la cara retorcida de angustia, tenĆ­a una mano en la parte baja de su espalda mientras la otra descansaba en el lienzo del anillo tratando de volver a levantarse mientras el dolor le atravesaba la columna.


   Egipcio sonriĆ³ de ver como Harrison sufrĆ­a de dolor, estaba sentado erguido comenzando a levantarse. El moreno se adelantĆ³ y...


¡¡¡BAMMMM!!!


   Lo pateĆ³ en la espalda.


   —¡ARGHHH! —Harrison gritĆ³ sacudiendo la cabeza y cayendo de bruces en 4 patas. Se arrastrĆ³ hacia las cuerdas del anillo pero Egipcio estaba decidido a no darle tregua.


   CirculĆ³ lentamente alrededor del americano. Lo agarrĆ³ del cabello con la mano derecha. Poniendolo de pie y llevandolo contra las cuerdas. Cuando rebotĆ³, Egipcio saltĆ³ y le dio una patada directo en la cara.


   Harrison cayĆ³ a la lona sujetĆ”ndose la mejilla y pataleando salvajemente. RodĆ³ a un lado para escapar del ring y recuperarse por un momento. La audiencia a gritos le pedĆ­a que se levantase. Egipcio lo tomĆ³ del cabello y lo hizo poner de pie con un tirĆ³n. Lo empujĆ³ a la esquina.


   —Eres tan divertido, Harrison —siseĆ³ Egipcio pasando su mano izquierda por sus abdominales. Lo agarrĆ³ de la cintura, dejando que sus dedos se deslizaran dentro y acariciaran la base de su falo. En ese instante le dio un puƱetazo en los abdominales. Tras el impacto, Harrison se inclinĆ³ haciendo que sus labios hicieran contacto con el pecho de su enemigo. JadeĆ³ sintiendo aquel bruto dominio.


   El gringo colocĆ³ las manos en las cuerdas superiores y sacudiĆ³ la cabeza tratando de recuperarse. Esbozando una sonrisa malvada empujĆ³ el antebrazo contra la mandĆ­bula de Egipcio. Fue asĆ­ como los fanĆ”ticos de Harrison aplaudieron entusiastas.


   Egipcio no tuvo tiempo de reaccionar cuando Harrison lo agarrĆ³ del hombro y lo hizo girar contra el poste donde fue a dar con su culo. SacudiĆ³ la cabeza tratando de recuperar la vista. Pero recibiĆ³ otro golpe de  antebrazo en la mandĆ­bula.


   Egipcio gimiĆ³, sus abdominales se agitaban con fuerza, parpadeaba salvajemente para tratar de recuperar la visiĆ³n.


   Harrison se riĆ³ viendo al musculoso hombre sacudirse. Su polla palpitaba como loca. Dio un paso atrĆ”s y admirĆ³ su ardiente cuerpo y luego se inclinĆ³ para que su lengua tocara el pezĆ³n derecho del Ć”rabe, disparando electricidad en todos los mĆŗsculos de Egipcio, despuĆ©s colocĆ³ ambas manos en sus gruesos pectorales musculosos presionando sus pulgares en los pezones.


   —¡AAAAAAAh! —gimiĆ³ Egipcio disparando un grueso fajo de presemen en su truza.


   —¿Te gusta eso, Ć”rabe? —moviĆ³ su pelvis hacia adelante para que su pene palpitante se moviera contra el suyo.


   Harrison sonrĆ­o disfrutando aquella gran debilidad. ContinuĆ³ apretando con fuerza. Se inclinĆ³ y plantĆ³ un beso en los otros labios mientras su miembro erecto rozaba su supuesto pene Ć”rabe.


   Egipcio mirĆ³ la sonrisa arrogante frente a Ć©l. Disfrutaba sentir el roce de los genitales.


   Harrison de repente dejĆ³ de apetar y condujo a Egipcio al centro del anillo agarrado del cabello, luego metiĆ³ su cabeza debajo de la axila y golpeĆ³ su espalda tumbandolo de rodillas y con otro golpe de bruces. 

   Egipcio quedĆ³ tendido con los pectorales y abdominales agitados.



   Harrison se sentĆ³ sobre el luchador y comenzĆ³ a rebotar. Se burlĆ³ mientras se acercaba a Ć©l a la altura de su rostro colocando su paquete sudado a centĆ­metros de su nariz. Egipcio moviĆ³ la cabeza cuando el paquete brillaba sobre su cara, inhalĆ³ ese aroma sexy y caliente, sintiendo esa verga presionando a travĆ©s de tu lycra casi mojada, la sensaciĆ³n y los olores hacĆ­an que su polla palpitara mĆ”s y disparase otro fajo grueso de pre semen. La respiraciĆ³n caliente de Egipcio chocĆ³ contra el paquete de Harrison.


   Egipcio levantĆ³ el brazo y agarrĆ³ el costado del pantalĆ³n enemigo y empujĆ³ aquella cadera lejos de Ć©l.


   Cuando quiso huĆ­r, rĆ”pidamente Harrison reaccionĆ³ lanzandose contra Egipcio y plantando su paquete otra vez cerca de su rostro, sofocando su cara, Egipcio jadeĆ³ inhalando Ć©se aroma otra vez, su cintura se agitaba duro, su propio paquete parecĆ­a una carpa de circo. Harrison se levantĆ³ tomando al adversario de los cabellos quien quedĆ³ de rodillas. Harrison sonriĆ³ y empujĆ³ su paquete directamente a la cara de Egipcio, que lo probĆ³ en sus labios. Harrison frotĆ³ el bulto por la cara de un lado a otro, supo que la lengua se deslizaba a lo largo, saboreando.


   Harrison sonreĆ­a. EnganchĆ³ un brazo alrededor de su cuello y el otro sobre la parte superior de la cabeza de Egipcio envolviendo a su vez una pierna sobre su cadera y enganchĆ”ndolo a un costado.


   Egipcio gorgoteĆ³.


   Harrison comenzĆ³ a reĆ­r cuando el gran Egipcio sentĆ­a que la llave presionaba su arteria carĆ³tica y ralentizaba el flujo de sangre. Baba empezĆ³ a salir de su labio inferior. PataleĆ³ sin poder hacer nada y tratĆ³ de empujar el brazo que lo aprisionaba.  Se estaba disminuyendo sus fuerzas.


   La polla de Harrison palpitaba.


   El referĆ­ comenzĆ³ a realizar el conteo.


   —UNO.


   AlzĆ³ el brazo y el pĆŗblico lo ayudĆ³.


   —DOS


   Los ojos de Egipcio se giraron hacia atrĆ”s mientras babeaba. Los ojos de Harrison vieron aquel fuerte cuerpo retorcerce. Ya no podĆ­a aguantar mĆ”s, la asfixia, la presiĆ³n, el ambiente se ponĆ­a oscuro, todo se atenuaba.


   Harrison sonriĆ³ cuando su adversario musculoso se desplomaba. El referi levantĆ³ la mano y la dejĆ³ caer sobre el lienzo.


   —¡TRES!


   La multitud se volviĆ³ loca aplaudiendo hasta que el gringo soltĆ³ a Egipcio que cayĆ³ de espalda. Harrison se inclinĆ³ sacando su palpitante bulto y golpeandolo contra sus labios para empujarlo dentro de su boca, la cual martillĆ³ empujando su verga hasta el fondo de su garganta. Egipcio dejĆ³ escapar un fuerte gruƱido gutural.


   Cuando Harrison le sacĆ³ el pene de la boca el supuesto Ć”rabe se lo acariciĆ³ hasta que la semilla del gringo rociĆ³ su cara y cabellos.


   Harrison se sacudiĆ³ el miembro hasta que su Ćŗltima leche escapĆ³ de sus huevos. Se colocĆ³ de pie y plantĆ³ la bota sobre el pecho de Egipcio a medida que las fotografĆ­a memoraban la escena a la posteridad... guardando para siempre la victoria de Harrison sobre Egipcio con su rostro y cabellos salpicados de lefa y su entrepierna luciendo una potente erecciĆ³n.

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