Egipcio sacó su vestuario del casillero y se preparó. Se colocó la truza ajustada que el curbrĆa la piel aceitunada, botas a juego, saltó en el aire dando lo Ćŗltimos toques a su calentamiento y caminó por el pasillo hasta escuhar la voz desde el cuadrilatero.
āY desde Asia... Ā”EEEEEEEl EGIPCIOOOOOO!
Aunque era mĆ”s Americano que Simón BolĆvar, el luchador salió corriendo al ring. bebió un poco de alcohol, y chocó algunas manos, le golpearon el culo mientras se se dirigĆa dentro del ring. Saltó sobre las cuerdas y se preparó para la contienda.
Harrison, su competidor estaba en el vestuario terminando de hacer algunas flexiones. Levantó su cuerpo del suelo y caminó al espejo. Untó un poco de aceite y sonrió mientras acomodaba su ropa, usando un pantalón ajustado y botas blancas. Salió en dirección al anillo de pelea, las luces se atenuaban y sonaba la presentación del luchador.
āProveniente de New Jersey... Ā”HARRISON!
El norteamericano corrió al ring. Subió la entrada hacia el anillo observando al supuesto Ć”rabe que lo aguardaba. Harrison sonrĆo mientras su mano vagaba hacia el sur para ajustar su bulto que comenzaba a engrosarse instantĆ”neamente. Miro al Ć”rbitro y asintió, estaba listo.
Egipcio empezó a rebotar sobre sus botas. Detalló a su blanco rival, sus mĆŗsculos brillaban. Asintió con la cabeza hacia el Ć”rbitro mientras veĆa al gringo ajustarse la entrepierna. El efecto hizo que su propio pene palpitara. Saludó al pĆŗblico asistente levantando los musculosos brazos en el aire.
Harrison se quedó mirando esos grandes músculos. No se intimidó, se golpeó en el hombro y se dirigió al centro del ring, levantando las manos en alto.
Egipcio sonrĆo viendolo caminar. Sus ojos recorrieron aquel cuerpo caliente... disfrutando de ese paquete en el pantalón brillante. Reaccionó con un gruƱido cuando Harrison se dejó caer para agarrarlo de las botas. Se balanceó tratando de mantenerse en posición vertical. Giró su cuerpo hacia un lado y cayó golpeando con el codo la cabeza del gringo.
Harrison dió un quejido dejando caer su cabeza sobre el lienzo. Se movió hacia un lado sacudiendo la cara tratando de perder las estrellas que surgieron con el impacto.
Egipcio se puso de pie. Viendo ese cuerpo sexy sacudir la cabeza. Se agachó y lo agarró de la mandĆbula y los cabellos. DoblĆ”ndolo. Harrison hizo una mueca mientras Egipcio le guiƱaba un ojo, luego deslizó el brazo por sus muslos adueƱandose de su trasero, sintiendo su polla gringa presionar en su antebrazo. Lo levantó y luego lo arrojó hacia abajo sacudiendo su cuerpo.
Harrison rebotó y luego se sentó con la cara retorcida de angustia, tenĆa una mano en la parte baja de su espalda mientras la otra descansaba en el lienzo del anillo tratando de volver a levantarse mientras el dolor le atravesaba la columna.
Egipcio sonrió de ver como Harrison sufrĆa de dolor, estaba sentado erguido comenzando a levantarse. El moreno se adelantó y...
”””BAMMMM!!!
Lo pateó en la espalda.
āĀ”ARGHHH! āHarrison gritó sacudiendo la cabeza y cayendo de bruces en 4 patas. Se arrastró hacia las cuerdas del anillo pero Egipcio estaba decidido a no darle tregua.
Circuló lentamente alrededor del americano. Lo agarró del cabello con la mano derecha. Poniendolo de pie y llevandolo contra las cuerdas. Cuando rebotó, Egipcio saltó y le dio una patada directo en la cara.
Harrison cayó a la lona sujetĆ”ndose la mejilla y pataleando salvajemente. Rodó a un lado para escapar del ring y recuperarse por un momento. La audiencia a gritos le pedĆa que se levantase. Egipcio lo tomó del cabello y lo hizo poner de pie con un tirón. Lo empujó a la esquina.
āEres tan divertido, Harrison āsiseó Egipcio pasando su mano izquierda por sus abdominales. Lo agarró de la cintura, dejando que sus dedos se deslizaran dentro y acariciaran la base de su falo. En ese instante le dio un puƱetazo en los abdominales. Tras el impacto, Harrison se inclinó haciendo que sus labios hicieran contacto con el pecho de su enemigo. Jadeó sintiendo aquel bruto dominio.
El gringo colocó las manos en las cuerdas superiores y sacudió la cabeza tratando de recuperarse. Esbozando una sonrisa malvada empujó el antebrazo contra la mandĆbula de Egipcio. Fue asĆ como los fanĆ”ticos de Harrison aplaudieron entusiastas.
Egipcio no tuvo tiempo de reaccionar cuando Harrison lo agarró del hombro y lo hizo girar contra el poste donde fue a dar con su culo. Sacudió la cabeza tratando de recuperar la vista. Pero recibió otro golpe de antebrazo en la mandĆbula.
Egipcio gimió, sus abdominales se agitaban con fuerza, parpadeaba salvajemente para tratar de recuperar la visión.
Harrison se rió viendo al musculoso hombre sacudirse. Su polla palpitaba como loca. Dio un paso atrÔs y admiró su ardiente cuerpo y luego se inclinó para que su lengua tocara el pezón derecho del Ôrabe, disparando electricidad en todos los músculos de Egipcio, después colocó ambas manos en sus gruesos pectorales musculosos presionando sus pulgares en los pezones.
āĀ”AAAAAAAh! āgimió Egipcio disparando un grueso fajo de presemen en su truza.
āĀæTe gusta eso, Ć”rabe? āmovió su pelvis hacia adelante para que su pene palpitante se moviera contra el suyo.
Harrison sonrĆo disfrutando aquella gran debilidad. Continuó apretando con fuerza. Se inclinó y plantó un beso en los otros labios mientras su miembro erecto rozaba su supuesto pene Ć”rabe.
Egipcio miró la sonrisa arrogante frente a él. Disfrutaba sentir el roce de los genitales.
Harrison de repente dejó de apetar y condujo a Egipcio al centro del anillo agarrado del cabello, luego metió su cabeza debajo de la axila y golpeó su espalda tumbandolo de rodillas y con otro golpe de bruces.
Egipcio quedó tendido con los pectorales y abdominales agitados.
Harrison se sentó sobre el luchador y comenzó a rebotar. Se burló mientras se acercaba a Ć©l a la altura de su rostro colocando su paquete sudado a centĆmetros de su nariz. Egipcio movió la cabeza cuando el paquete brillaba sobre su cara, inhaló ese aroma sexy y caliente, sintiendo esa verga presionando a travĆ©s de tu lycra casi mojada, la sensación y los olores hacĆan que su polla palpitara mĆ”s y disparase otro fajo grueso de pre semen. La respiración caliente de Egipcio chocó contra el paquete de Harrison.
Egipcio levantó el brazo y agarró el costado del pantalón enemigo y empujó aquella cadera lejos de él.
Cuando quiso huĆr, rĆ”pidamente Harrison reaccionó lanzandose contra Egipcio y plantando su paquete otra vez cerca de su rostro, sofocando su cara, Egipcio jadeó inhalando Ć©se aroma otra vez, su cintura se agitaba duro, su propio paquete parecĆa una carpa de circo. Harrison se levantó tomando al adversario de los cabellos quien quedó de rodillas. Harrison sonrió y empujó su paquete directamente a la cara de Egipcio, que lo probó en sus labios. Harrison frotó el bulto por la cara de un lado a otro, supo que la lengua se deslizaba a lo largo, saboreando.
Harrison sonreĆa. Enganchó un brazo alrededor de su cuello y el otro sobre la parte superior de la cabeza de Egipcio envolviendo a su vez una pierna sobre su cadera y enganchĆ”ndolo a un costado.
Egipcio gorgoteó.
Harrison comenzó a reĆr cuando el gran Egipcio sentĆa que la llave presionaba su arteria carótica y ralentizaba el flujo de sangre. Baba empezó a salir de su labio inferior. Pataleó sin poder hacer nada y trató de empujar el brazo que lo aprisionaba. Se estaba disminuyendo sus fuerzas.
La polla de Harrison palpitaba.
El referà comenzó a realizar el conteo.
āUNO.
Alzó el brazo y el público lo ayudó.
āDOS
Los ojos de Egipcio se giraron hacia atrĆ”s mientras babeaba. Los ojos de Harrison vieron aquel fuerte cuerpo retorcerce. Ya no podĆa aguantar mĆ”s, la asfixia, la presión, el ambiente se ponĆa oscuro, todo se atenuaba.
Harrison sonrió cuando su adversario musculoso se desplomaba. El referi levantó la mano y la dejó caer sobre el lienzo.
āĀ”TRES!
La multitud se volvió loca aplaudiendo hasta que el gringo soltó a Egipcio que cayó de espalda. Harrison se inclinó sacando su palpitante bulto y golpeandolo contra sus labios para empujarlo dentro de su boca, la cual martilló empujando su verga hasta el fondo de su garganta. Egipcio dejó escapar un fuerte gruñido gutural.
Cuando Harrison le sacó el pene de la boca el supuesto Ôrabe se lo acarició hasta que la semilla del gringo roció su cara y cabellos.
Harrison se sacudió el miembro hasta que su Ćŗltima leche escapó de sus huevos. Se colocó de pie y plantó la bota sobre el pecho de Egipcio a medida que las fotografĆa memoraban la escena a la posteridad... guardando para siempre la victoria de Harrison sobre Egipcio con su rostro y cabellos salpicados de lefa y su entrepierna luciendo una potente erección.
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