Tras desgastantes meses de desvelos y trabajo de campo, que incluyĆ³ exitosas infiltraciones a instalaciones de alta seguridad, Rosso, como se hacĆa llamar un habilidoso desarrollador y hacker de tan solo 15 aƱos, finalmente habĆa develado uno de los mayores misterios del mundo, o al menos eso creĆa, pues aunque todo parecĆa aĆŗn confuso y no tenĆa ninguna certeza real, todas las pistas recabadas con tanto esfuerzo se lo decĆan.
Rosso era un huƩrfano, desde
temprana edad dio muestras de virtuosismo y genialidad. EntendĆa el mundo de
una manera diferente a los demƔs, con una sola computadora antigua en desuso
que se encontraba en el orfanato, y una precaria conexiĆ³n a internet, de forma
autodidacta absorbiĆ³ toda la informaciĆ³n que su dotado cerebro le
permitiĆ³. No solo eso, tambiĆ©n era un
atleta formidable, era el mƔs veloz y fuerte de todos los niƱos en el orfanato,
por sĆ solo comenzĆ³ a ejercitarse y practicar artes marciales, gimnasia, calistenia
y parkour, reproducĆa con facilidad todo lo que veĆa en internet.
El orfanato era un caseron ubicado a las afueras de la ciudad, en una montaƱa alta rodeada de Ɣrboles y
naturaleza, desde los ocho aƱos el niƱo se escapaba durante horas a practicar
todo lo que veĆa en lĆnea, ni su cuerpo ni su mente podĆan quedarse tranquilos.
Sus mĆŗsculos y huesos se fortalecieron con intensas horas de golpear arboles,
sus reflejos se agudizaron y sus articulaciones
eras tan elĆ”sticas que podĆa trepar a
cualquier Ɣrbol y moverse Ɣgilmente.
Cuando cumpliĆ³ 12 aƱos, un adinerado hombre de negocios visitĆ³ el orfanato, era el principal o mejor dicho el Ćŗnico benefactor del orfanato. Era un hombre cercano a los 40 aƱos, medĆa alrededor de 1.90, vestĆa un elegante traje negro, tenĆa un torso amplio y un mentĆ³n cuadrado y firme, su presencia era avasalladora y aun asĆ afable. Rosso quedĆ³ impactado al conocer a este hombre, quien contĆ³ a todos los niƱos que Ć©l tambiĆ©n era huĆ©rfano, sin embargo, habĆa una notable diferencia, Ć©l era inmensamente adinerado y siempre lo habĆa sido. A pesar de este hecho una creciente admiraciĆ³n se apoderĆ³ de Rosso, algĆŗn dĆa, Ć©l serĆa como este imponente hombre.
Rosso notĆ³ como un muchacho, quien
acompaƱaba a este hombre se le quedĆ³ mirando de forma inquisitiva,
escudriƱƔndolo, la mirada de este joven no era maliciosa, aun asĆ lo
incomodaba, Rosso supo que este joven se percatĆ³ de la desmedida admiraciĆ³n que
empezĆ³ a sentir por aquel hombre de negocios. Este muchacho tenĆa 18 aƱos,
medĆa cerca de 1.85 y era muy atractivo, su complexiĆ³n era mucho mĆ”s delgada que
la del maduro hombre de negocios, sin embargo el moderno traje azul que se
ceƱĆa a su atlĆ©tico cuerpo, denotaba que el muchacho se ejercitaba mucho.
Dick, 18 aƱos |
–PerdĆ³n, no era mi intenciĆ³n
hacerte daƱo –dijo el muchacho con una suave voz varonil.
Rosso continuĆ³ sollozando, inmĆ³vil,
el niƱo experimentĆ³ por primera vez la consistencia y dureza de los mĆŗsculos de un hombre ya
crecido, el agarre de este muchacho era recio, pero cƔlido y reconfortante,
estando entre los brazos de este joven, el niƱo se sentĆa en cierta forma seguro
y protegido.
–SabĆa que no caerĆas –continuĆ³
hablando el muchacho mientras mantenĆa al niƱo totalmente sujeto contra el
suelo -lo notĆ© desde que te vi, todo en ti, tu complexiĆ³n, tus movimientos, tus
nudillos, sobre todo tu mirada eran mƔs que obvios, eres diferente del resto,
eres especial, solo quise ponerte a prueba.
–¿Y si hubiera caĆdo del techo? –murmurĆ³
el niƱo.
–No hay forma en que eso hubiera
ocurrido –dijo el joven con firmeza- yo estaba listo para sujetarte, pero vi
como reaccionĆ³ tu cuerpo, asĆ que dejĆ© que lo resolvieras ¿Alguna vez has visto
como se retuerce un gato en el aire para caer de pie? –su pregunta no recibiĆ³
ninguna respuesta- pues tu cuerpo se moviĆ³ de forma similar.
El muchacho se incorporĆ³ y
extendiĆ³ amigablemente su mano para que el niƱo la tomara y se levantara
tambiĆ©n. Rosso tomĆ³ la mano del joven y se incorporĆ³ con su ayuda, pero al
hacerlo, golpeĆ³ con toda su fuerza la desprevenida entrepierna del joven, ante
lo sĆŗbito de la situaciĆ³n, Ć©ste fue incapaz de bloquearlo, el sĆ³lido puƱo del
niƱo que destrozaba pequeƱos Ć”rboles, impactĆ³ de lleno sus blandas gĆ³nadas
compactĆ”ndolas contra su pelvis, de inmediato, todos sus mĆŗsculos se tensaron,
su rostro se arrugĆ³ en agonĆa, Ć©l joven hombre de 18 aƱos sintiĆ³ un intenso
dolor, nauseas y perdiendo el control total de su cuerpo, cayĆ³ de rodillas ante
el niƱo, nunca habĆa experimentado un golpe como ese, ni un dolor similar, el
niƱo aprovechĆ³ la nueva posiciĆ³n de su oponente para golpear su desprotegida
mandĆbula en repetidas ocasiones, el joven no pudo reaccionar a tiempo y con
cada golpe sentĆa que la conciencia podĆa escapĆ”rsele, pues el niƱo era veloz y
realmente fuerte, para evitar ser noqueado se tirĆ³ de frente al piso y se
colocĆ³ en posiciĆ³n fetal protegiendo su entrepierna, mientras el niƱo lo
pateaba una y otra vez. El dolor en sus testĆculos era paralizante, lo peor de
todo era que no le dejaba pensar con claridad en cĆ³mo salir de esta bochornosa situaciĆ³n,
despuĆ©s de un solo minuto que se sintiĆ³ como una hora, el muchacho tomĆ³ el control,
se incorporĆ³ velozmente e inmovilizĆ³ al niƱo con una llave. Las bolas aun le
dolĆan, las piernas le temblaban y respiraba agitadamente.
–Eres realmente bueno -jadeĆ³ el
muchacho- fue un error de mi parte bajar la guardia.
–¡SuĆ©ltame! –gritĆ³ el niƱo.
–Solo si prometes que te vas a
calmar, ya tuviste tu revancha, ya estamos a mano ¿estas de acuerdo Jason? –al
escuchar el niƱo su nombre salir de la boca de este extraƱo, se relajĆ³, se dio
cuenta de que con el solo hecho de golpearlo en las bolas y poder golpear su
cara y por supuesto patearlo, su coraje y frustraciĆ³n se habĆan ido, de cierta
manera, Ć©l habĆa dominado por un corto periodo a un hombre mayor que Ć©l, quien
ademƔs era bueno peleando. Su orgullo estaba restaurado y su mente en calma. El
muchacho percibiĆ³ el cambio en la respiraciĆ³n del niƱo y lo liberĆ³.
–¿Por quĆ© molestarme? –preguntĆ³ el
niƱo.
–Ya te dije esa no fue mi
intenciĆ³n, solo querĆa comprobar mis sospechas, en verdad me disculpo- dijo
solemnemente el joven tocƔndose el pecho con la mano derecha, mientras con la
izquierda aun sobaba sus bolas.
DespuĆ©s de unos segundos el muchacho se acercĆ³ al niƱo lentamente y como una seƱal de confianza, se acuclillĆ³ frente a Ć©l, dejando vulnerables ante una posible patada sus aun adoloridas bolas y sujetĆ³ al niƱo de los hombros para decirle
–Vi la forma en que miraste a Bruce, Jason, yo te aconsejo que no lo hagas, no intentes seguir su rastro, estar junto a Ć©l no es como lo imaginas, es un camino muy difĆcil y de mucha insatisfacciĆ³n, escĆŗchame bien, no lo admires, no lo idealices, no lo idolatres, Ć©l no lo merece.
–Bruce no es perfecto, es poderoso, impone, si, pero estĆ” muy jodido y ademĆ”s… si solo… si pudieras verte como yo te veo Jason, te darĆas cuenta de que lo tienes todo, puedes crecer y ser brillante por tu cuenta, alejado de Ć©l. TĆŗ Jason eres especial –explicĆ³ el muchacho mientras acariciaba amablemente la cabeza del niƱo sacudiendo su pelo- Espero desde el fondo de mi alma que me hagas caso.
–¿CĆ³mo te llamas? –preguntĆ³ el niƱo.
–Mi nombre es Dick –respondiĆ³ sonriente el muchacho- Dick Grayson.
Jason desde ese dĆa considerĆ³ a Dick como su hermano mayor y desarrollĆ³ un afecto desmedido por Ć©l. Este afecto fue la causa que lo llevĆ³ a investigarlo y posteriormente a Bruce, en el camino comenzaron a haber mĆ”s preguntas que respuestas, asĆ que siguiĆ³ indagando hasta lo mĆ”s profundo, sin darse cuenta llegĆ³ a la conclusiĆ³n de que Bruce era Batman, uno de los mĆ”s grandes superhĆ©roes y Dick habĆa sido Robin y recientemente se hacĆa llamar Nightwing.
Jason 15 aƱos |
Afortunadamente llegĆ³ el dĆa en que el viejo no se encontraba, pues estaba de viaje en Inglaterra realizando unos encargos del seƱor Bruce. Jason no tenĆa pruebas tangibles de que los dos hombres que investigĆ³ eran en realidad superhĆ©roes y eso era justamente lo que iba a averiguar esa noche.
Solo 25 minutos despuĆ©s de que el joven ingresara a la mansiĆ³n por primera vez y despuĆ©s de instalar tres cĆ”maras en el despacho, un auto negro de lujo con chofer llegĆ³ a la entrada de la mansiĆ³n, Jason vio desde una de las ventana en la planta baja salir a Bruce del vehĆculo, su corazĆ³n latiĆ³ fuertemente al ver por segunda vez a este imponente hombre de negocios.
—El batimovil –susurrĆ³ para sĆ mismo JasĆ³n “debiĆ³ salir de una cueva subterrĆ”nea” pensĆ³.
Jason moviĆ³ con cuidado cuanto objeto pudo esperando que alguno fuera una palanca que abriera un acceso secreto, pero nada funcionaba. Cansado se sentĆ³ en la silla ejecutiva trepĆ³ sus pies sobre el escritorio y mirĆ³ el reloj de pared con pĆ©ndulo que quedaba frente a Ć©l, Ć©ste marcaba las 11:25. Por una fracciĆ³n de segundo Jason dudo sobre la hora, recordĆ³ que si Bruce llegĆ³ a las 12:25 deberĆa de ser mĆ”s de la una de la maƱana. Le pareciĆ³ muy raro que el reloj no funcionara y entonces lo entendiĆ³, ese reloj era la puerta de acceso, pero ¿cuĆ”l serĆa el cĆ³digo? Si era como los celulares actuales, probablemente el acceso se bloquearĆa si se introducĆa mal la contraseƱa tres veces o tal vez solo con una falla Ć©ste se bloquearĆa irremediablemente. Jason mirĆ³ la hora que marcaban sus cĆ”maras al momento del pulso que generĆ³ estĆ”tica, eran las 12:50, ahora era la 1:30, pero el reloj marcaba las 11:30, si el reloj siguiĆ³ funcionando normalmente despuĆ©s de introducir la contraseƱa, al restar los minutos transcurridos la hora introducida serĆa las 10:50, Jason repasĆ³ los datos mĆ”s importantes de su investigaciĆ³n sobre Bruce y recordĆ³ que sus padres fueron asesinados segĆŗn los informes de la policĆa a las 10:50 de la noche. El muchacho moviĆ³ las manecillas del reloj para colocarlas manualmente a las 10:50, al hacerlo una pared completa se deslizĆ³ a la derecha, dando acceso a un elevador.
Jason 15 aƱos. |
Sin dudarlo Jason entrĆ³ en el elevador, este se cerrĆ³, habĆa un solo botĆ³n que el muchacho presionĆ³, inmediatamente un gas tĆ³xico saliĆ³ de todos lados y luces rojas se encendieron, era un botĆ³n biomĆ©trico ¡QuĆ© estĆŗpido!, Jason tratĆ³ de aguantar la respiraciĆ³n pero finalmente quedĆ³ inconsciente.
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