CONTIENE:
BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
SEXO HOMOSEXUAL
—¡Papá, feliz cumpleaños! —Pablo dio un beso y un abrazo al señor Marcos Chacón tan pronto llegó a casa.
Marcos aquel 21 de agosto estaba cumpliendo 60 años, y tan avanzada edad (considerada por muchos) todavía seguía siendo un hombre apuesto, fuerte y la experiencia de años no había echo estragos en su piel pues conservaba muy bien la longevidad. Recibió el paquetito que le obsequio el menor de sus hijos varones y comentó:
—Creí que ya no ibas a venir.
—Hasta ahora salí de Cinturón de honor, se estaba planificando una nueva estrategia de marketing para las próximas semanas.
—Sí. Me alegro que hayas llegado. David te ganó y ya está aquí.
Pablo se reunió con el resto de sus familiares, ahí estaba Israel con su hijo Rafael, Simón con su esposa y los tres niños, Jenny junto a Lucas.
La madre de Pablo se dedicó a atender el resto de la reunión con motivo de celebrar el cumpleaños del guapo patriarca familiar. Marcos Chacón era un retirado arquitecto padre de cuatro hijos. En los registros familiares de su hermano Bastian estaba guardado que era el hombre con los testículos más grandes entre los hombres de su generación, incluyendo hermanos y primos. Entre las bendiciones genéticas que heredó a sus hijos fue resistencia testicular para Pablo, grandes lotes de producción de semen en Simón e Israel tenía los testículos más grandes entre sus hermanos.
El pastel fue de mil hojas, el dulce favorito de Marcos quien repitió la comida hasta tres veces.
El atractivo y alto señor se sintió muy contento de haber compartido una noche más de cumpleaños con su familia.
—Me emociona mucho que te hayas mudado con tu padre —felicitó Marcos al mayor de sus nietos al momento de la despedida.
—Sí —afirmó el simpático Rafael—. En cuestión de semanas comienzo la universidad.
—Te ayudaré en todo lo que pueda. Y cuando quieras podrás venir y quedarte a dormir aquí, ésta también es tu casa.
—Gracias, abuelo.
Rafael subió al vehículo, el cual iba a conducir bajo la supervisón de Israel.
—¿Y tú? ¿Cuando se mudará contigo tu esposa? ¡Está embarazada y las mujeres se ponen en su etapa susceptible!
—Ella está resolviendo unos asuntos de negocio y estoy seguro que antes de culminar el año estará aquí.
—Está bien.
Marcos se despidió del mayor de sus hijos con un beso y abrazo y vio a Israel subir en asientol del copiloto.
Cuando finalmente Marcos se quedó en solitario con su esposa ambos se encerraron en la intimidad de su habitación, no había necesidad de estar bajo seguro pues vivían solos en sus casas y sus hijos habían hecho ya su vida.
—60 años, señor Chacón —sonrió su rubia esposa besándolo—, y sigue tan guapo como el primer día.
La señora Yenny pegó su cuerpo contra el de él, sus senos se frotaron contra los terso pechos de su marido. Y enroscó sus brazos tras la nuca de su marido mientras lo besaba con pasión en la boca.
—¿Qué es esto, Chacón? ¿Mmmm? —la pícara señora Yenny trasladó su mano a la abultada entrepierna de su marido—. ¿Qué es esto tan grande? —Yenny ronroneó palpando con la palma de la mano la erecta zona viril de su marido.
Marcos Chacón se rio bajo su grueso tono de voz sintiendo la palma frotar su larga salchicha.
—Es todo para ti, cariño.
—Uf, Chacón, ¡que delicia! —la señora Yenny gimió y después besó el lóbulo de la oreja de su marido en lo que él besaba su cuello.
Pero la mayor bendición de aquel hombre de 60 años era su natural erección sin necesidad de pastillas milagrosas.
Ambos se fueron quitando la ropa, el dedo índice de la señora paseó por el abdomen de su marido y subió a su pecho, cuando rozó los labios del señor Marcos, éste lo besó suavemente con sus labios.
—Te la voy a enterrar hasta lo más profundo, cariño —aseguró tomándola entre sus brazos.
La besó en el cuello y la señora Yenny gimió a más no poder. Seguidamente el hombre se quedó parado con los brazos en alto y su mirada invitó abajo a su entrepierna. Su esposa supo que quería que le hiciera una mamada en la pija.
Pero por el contrario la mujer tomó las pelotas de su marido en ambas manos y las apretó.
—¡Aaaaaah! —Marcos Chacón contuvo el aliento y se puso de puntilla con los ojos subiendo hacia el techo.
Enseguida Yenny lo soltó de sus grandes papas.
—¡Ay, Yenny! ¿Estás loca? ¡Como has podido!
La señora Yenny se hecho a reír.
—Disculpame, querido. Necesitaba saber si con tu nueva edad mantenías la resistencia de tus huevas.
—Ay, parece que se han vuelto más frágiles —Marcos respiró con dificultad y se agarró las pelotas.
—Ay, amor, disculpa. Sigamos con lo nuestro y deja que mis labios te reconforten.
Marcos se sentó en el borde de la cama apartando las manos de su entrepierna y dejando que sus inmensas gónadas reposaran entre sus muslos. Su larga pija se quedó erecta frente a su abdomen. Su esposa se hincó ante él.
La mujer se metió la verga a la boca y comenzó su apetecible labor. Cerró los ojos a medida que lamía esa rica verga. Su pene tenía un sabor delicioso y la leche derramada por su marido tuvo esa noche un rico sabor. Eyaculó rápido, pero el deseo no se acabó, la señora Yenny quería que su macho la partiera por dentro.
Marcos la hizo acostar sobre la cama, y fue su turno de aplicar sexo oral sobre su mujer.
Yenny gemía como quinceañera, dos orgasmos consecutivos experimentó. Cuando Marcos se levantó tenía la cara llena de los jugos femeninos de su mujer.
—Entierramela, Chacón. Ya no aguanto más, fue una delicia eso que me hiciste.
Marcos sonrió y se acomodó para empujar su verga dentro de la señora Yenny. La mujer se sintió llena con aquella pinga dentro de ella, era una delicia y estaba tan lubricada que corría libre dentro de su vagina.
Marcos siguió follándola, bombeando con fuerza. Yenny gemía y gemía sintiendo aquel pedazo de carne más duro dentro de ella.
Marcos Chacón continuó sin cansarse, ambos a su edad mantenían buen ritmo. Sus cuerpos se movían, hubo abrazos, besos, caricias, gemidos.
Hubo un orgasmo tras otro.
Y el señor Chacón explotó en semen, para Yenny fue una delicia sentir como se llenaba su coño de leche y tuvo otro orgasmo. Marcos se dejó caer encima de ella en la cama y se quedaron dormido tras ese placentero sexo del bueno.
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