¡Ya llegó su mosca, pinches mierdas! En algún momento de mi vida, cuando era el patético Jason Todd, pensaba que quizá mi destino era ser un héroe, terminé siendo el segundón del peor vigilante que ha visto este mundo, obviamente me refiero al puto Batman y es que, la verdad, al chile díganme ¿qué clase de superhéroe deja escapar a sus villanos tantas ocasiones? ¡pues todos! jajaja, jajaja, jajaja … hablando en serio, mi padre adoptivo es un caso aparte, es un tibio pocos huevos, que disfraza su cobardía bajo un infame código moral. En Gótica tenemos a los peores criminales, los más desquiciados, oscuros, crueles, viles, pervertidos y perniciosos. Para muestra basta un botón, a pesar de que existe la penitenciaría Blackgate, la mayoría de maleantes van a dar a Arkham, un puto psiquiátrico que también hace las veces de presidio ¿qué otra jodida ciudad de nuestro planeta tiene un manicomio/prisión? Jugar al gato y al ratón con esta escoria en vez de ponerles un fin, es una irresponsabilidad tan grande que debería ser considerada en sí misma un crimen. Batman es el mayor criminal que hay en la ciudad, ya lo he juzgado como tal, próximamente ejecutaré su sentencia.
Actualmente soy conocido como Capucha Roja, el líder criminal más importante de la ciudad, yo no me ando con mamadas, no vine a jugar, vine a castigar, volví para poner orden y ajustar cuentas. Yo lo controlo todo en Gótica y en las ciudades vecinas, cuando digo todo putos, es ¡TODO! No hay contrabando, asesinato, robo, secuestro, embarque o trafico de droga que no se haga sin que yo lo ordene. Llegar a donde me encuentro no fue fácil… miento, si fue fácil, tuve que abrirme paso entre una multitud de celebres destornillados que habitan en este nauseabundo rincón del planeta, pero lo conseguí.
Ciertamente comenzar mi travesía cargándome al payaso y a su perra fue toda una declaración, una carta de presentación que me abrió de par en par, las puertas de esta cochina ciudad. Batman nunca tuvo los huevos, yo los tengo bien puestos, colgando en su lugar.
Actualmente soy conocido como Capucha Roja, el líder criminal más importante de la ciudad, yo no me ando con mamadas, no vine a jugar, vine a castigar, volví para poner orden y ajustar cuentas. Yo lo controlo todo en Gótica y en las ciudades vecinas, cuando digo todo putos, es ¡TODO! No hay contrabando, asesinato, robo, secuestro, embarque o trafico de droga que no se haga sin que yo lo ordene. Llegar a donde me encuentro no fue fácil… miento, si fue fácil, tuve que abrirme paso entre una multitud de celebres destornillados que habitan en este nauseabundo rincón del planeta, pero lo conseguí.
Ciertamente comenzar mi travesía cargándome al payaso y a su perra fue toda una declaración, una carta de presentación que me abrió de par en par, las puertas de esta cochina ciudad. Batman nunca tuvo los huevos, yo los tengo bien puestos, colgando en su lugar.
Esperen ¿qué vergas? al acceder y revisar, me percaté de que estaba equivocado, esta locación de Oráculo ya no era funcional, fue abandonada hace dos meses, ella ya no ocupaba esta infraestructura, mudó todo a… ¡maldita perra! cubrió su rastro. No sé a dónde ha mudado Oráculo, pero por lo que encontré en los archivos, parece ser que la nueva versión es… no te mames, cincuenta veces más potente que la que yo creé. Por curiosidad revisé el código y ¡oh sorpresa! la mujer no ha perdido el tiempo, claramente ha dedicado su vida a esto, aunque ahora vive en Blüdhaven con mi puto hermano, las mejoras que hizo a mi programa son magníficas, soy tan nerd, que se me paró la verga de solo mirar sus líneas de código, ¡oh Bárbara! mi querida Bárbara Gordon, eres la perra más lista en este jodido mundo, te lo concedo.
Ya que estaba en desuso, decidí ocupar estas instalaciones como mi base de operaciones, justo eso eran antes de que yo muriera. Por supuesto tomé medidas y cubrí mi rastro, si ella hiciera una revisión o diagnóstico remoto, lo cual es lo único que puede hacer ya que está paralítica, creería que este lugar sigue abandonado y a su disposición.
Con el poder de este Oráculo, rastreé y seguí todos los pasos del Guasón, Harley, Batman y Robin durante un mes, creé un patrón de comportamiento de los cuatro. Descubrí en qué andaba metido el payaso y su siguiente golpe era secuestrar al gobernador, quién se encontraba en una gira de trabajo en la Ciudad. El Guasón no lo supo, pero yo distraje al murciélago y a su ayudante para que no llegaran a tiempo, esa fue la primera vez que me presenté ante esos dos como Capucha Roja, con todo y casco.
Robé un camión blindado de valores, desde el segundo piso de un paso a desnivel, caí con el vehículo para obstruir al batimóvil, justo a la salida de un túnel que detoné en mil pedazos. Batman sacó una jodida motocicleta del batimóvil que había quedado atascado para seguir su camino, ¡wow! súper cool ese movimiento, es un truco reciente, no lo hacía cuando yo era su batipendejo, pero gracias a Oráculo yo ya estaba al tanto de ello. Lancé un batarang que hizo estallar la llanta trasera, Batman perdió el control, saltó del vehículo y éste se estrelló, provocando una aparatosa explosión ¡Ups! creo que ahora si lo dejé sin transporte.
En cuanto a Robin, pensé que irían juntos en el mismo vehículo, su modelo de comportamiento así lo indicaba, lo que no consideré, es que Tim es un geek, fabricó su propia motocicleta roja, justamente este día se le ocurrió estrenarla. El chico descendió del mismo paso a desnivel que yo de forma épica haciendo un drift al caer, quedando al lado de Batman ¡wow! ¡cómo ha crecido ese hijo de perra! El chico le cedió su motocicleta al murciélago, según escuché la llamó “Red Bird”, ridículo. Lancé un batarang explosivo para hacer estallar esa moto también, pero Robin lo anticipó y lanzó otro que interceptó al mío. El murciélago logró escapar a toda velocidad, el tiempo que tardó en llegar me indica que su "Red Bird" no es más veloz que el batimovil. Recé para que este par de minutos fueran suficientes para retrasar a Batman, de lo contrario todo mi plan se vendría abajo ¡te odio Tim Drake!
El patrón delegó en mi hermanito la tarea de cazarme, ¡grave error! Batsy creyó que yo era un mercenario de poca monta, un segundón, un achichincle cualquiera, alguien sin importancia que el payaso contrató para distraerlo. Debo darle crédito a Tim, él es increíblemente veloz y ágil, no será el mejor combatiendo, pero ¡qué rápido es el canijo! esperaba poder evadir un enfrentamiento con él, por eso corrí. El chico era más hábil de lo que le convenía, logró alcanzarme, ahora debía usarlo para dar una importante declaración.
Ambos nos pusimos enguardia, nos encontrábamos en un parque, era de noche por cierto, él me comenzó a atacar, usaba un bastón como arma. Había mejorado notablemente su explosividad y potencia, yo bloqueaba y esquivaba fácilmente todos sus ataques, pobre chico, no tenía oportunidad, mejoró su técnica, desafortunadamente, aún mantenía viejos hábitos que yo leía sin dificultad. Tim logró golpearme en el estómago, incluso me dio un fortísimo golpe en la entrepierna con su palo, pero con este traje no sentía dolor. Harto de juegos, le ordené a Red que de mis guantes creara dos pistolas con silenciador.
Robin tomó distancia al ver las armas, velozmente me lanzó batarangs para arrancármelas y lo logró, pero nuevas pistolas aparecieron en mis manos, las que cayeron al piso se fundieron con mi traje, Red es el mejor. Noté en su expresión que mi hermanito no entendía cómo esto sucedía, aún así su mente ya trabajaba en una forma de contrarrestarlo, se volvió precavido, ya no me atacaba con ímpetu. Yo no deseaba dispararle, no al pobre de Tim, las pistolas las convertí en dos espadas, él dividió su bastón para blandir doble como yo.
Ahora sosteníamos un enfrentamiento con nuestras armas, sus bastones emitían potentes descargas eléctricas que no surtieron efecto en mí gracias a Red, incluso liberaban un gas adormecedor que debido a mi casco tampoco funcionó, ninguno de sus trucos le eran de utilidad, yo tenía mejor tecnología que él y recién le quedaba claro. Durante el combate corté superficialmente sus piernas y brazos, no quería hacerle daño. Él estaba cansado, agitado, sabía que debía huir, que no era rival para mí, pero su nobleza y orgullo lo mantenían luchando, era todo un chico maravilla.
–Vete ahora si no quieres morir –le grité, mi casco alteraba mi voz– no hay vergüenza en reconocer que tu oponente es superior.
Si mi hermanito huía ahora, lo dejaría ir, aunque eso significara no hacer la declaración que quería. Robin sonrió, noté que tenía una mano oculta en la espalda, era uno más de sus trucos ¡eres un maldito necio Tim Drake! de pronto varias explosiones ocurrieron por todo mi cuerpo, todas con una potencia similar a la que usó alguna vez Harley Quinn para romper mi traje. ¡VERGA! me llenó de explosivos y Red no lo notó, seguramente sus bombas tenían un programa que él mismo redactó de forma soberbia para evitar ser detectado. Todo mi ser se sacudió violentamente de un lado a otro con cada explosión, incluso me elevé por los aires, Red quedó hecho jirones, solo sobrevivieron mis guantes, botas y algo de ropa alrededor de mi pelvis, gracias a que el chico tuvo la cortesía de no colocar un explosivo en mis genitales.
Mi casco era la parte más resistente de todo mi traje, aun así perdí la mitad de él, debajo llevaba una máscara de tela negra que cubría mi mentón hasta la nariz y un antifaz rojo, mi identidad permanecía a salvo por el momento. Tim es un verdadero Robin, eficiente, inteligente y hábil, estaba muy orgulloso de este hijo de perra, me tenía aquí, a gatas, sometido, quería darle esta victoria, dejarme atrapar por él, el chico lo merecía, pero no podía hacerlo.
Comenzamos a luchar cuerpo a cuerpo, él usaba sus bastones para golpearme en las bolas, sus ataques ahora si tenían efecto en mí, el blindaje de Red estaba desactivado, me hizo caer al piso retorciéndome, continuó golpeándome mientras me encontraba tirado, me pateaba los testículos con sus pesadas botas, yo me sacudía quedando en posición fetal, la electricidad de sus bastones me hacía perder el control de mis extremidades, causando que dejara expuesta mi entrepierna. El cabroncito clavó ambos palos en mi hombría y con la máxima potencia me electrocutó los huevos, me retorcí sin control, sentí que me desmayaba, mi hermano me aturdió completamente, yo babeaba.
Pude apreciar en su rostro una sonrisa de satisfacción, el chico creyó que me había vencido, no era así, en la Liga de Asesinos aprendí a tolerar el dolor y la electricidad a niveles extremos, esto no estaba ni cerca de mi máxima resistencia. Con uno de sus bastones nuevamente sacó gas adormecedor, yo contuve la respiración, me incorporé rápidamente y lo tacleé para derribarlo, la velocidad del impacto lo forzó a soltar sus armas. Soy físicamente mucho más grande y fuerte, quedé montado sobre él, con mi guante toqué la insignia de Robin en su pecho, su vestimenta de combate se desactivó y volvió a su configuración básica, unas mallas de licra que no protegen en lo absoluto. Con ese ademán hackeé su traje, hice con él, lo que Harley Quinn hizo conmigo, preparé este código con antelación en Oráculo, esperaba no tener que usarlo, mucho menos contra Tim.
El chico se cubría, pero yo estaba embrutecido, aún no controlaba totalmente mi cuerpo, intentó defenderse, sus esfuerzos fueron inútiles, con una mano alcanzó uno de su bastones y trató de electrocutarme sin éxito, en aquel momento yo era una bestia salvaje. Su ceja, nariz y labio comenzaron a sangrar abundantemente, continué golpeando su cara hasta atarantarlo, el muchacho apenas y se mantenía consciente. ¡Tengo que retribuirte cabroncito! sin contenerme, le di una patada fortísima en los huevos.
–¡Ay! ¡Ah! –chilló de dolor, se sacudió ligeramente y de forma torpe intentó cubrir sus genitales.
Lo tomé de los tobillos y levanté sus piernas, pateé sus manos para que las retirara y sin piedad pisé sus jóvenes gónadas.
–AHHHHHH –el chico gritó con desesperación, mientras elevaba su torso y fruncía el rostro, estaba recuperando la conciencia.
Solté sus pies, junté mis palmas y convertí mis dos guantes en un arma de fuego, coloqué el cañón contra su frente mientras con mi bota continuaba aplastando sus bolas. La verdad es que Red no contaba con suficiente material en mis manos para crear municiones, la pistola que materializó no estaba cargada.
–Pude terminar con tu vida en este instante putito, quiero que Batman sepa que tú pudiste convertirte hoy, en el segundo Robin en morir y que te tuve piedad ¡tu patrón está en deuda conmigo!
¡Listo! hice la declaración que tenía que hacer. Si Batman interpretaba mi declaración de la forma correcta, Gótica sería mía.
–Estuviste a punto de vencerme –le dije colocando mi dedo sobre su insignia reactivando su traje sin dejar de apuntarle– si supieras lo que eso significa, te darías cuenta de que eres extraordinario, a pesar de todo, tú eres el mejor Robin.
¡Oiesamamada! me mamé, al chile me mamé, pero no quería que él se sintiera mal, realmente mi hermano es extraordinario, sólo que es muy joven, yo estoy en otro nivel. También me hubiera partido la madre a mí mismo, si hubiera combatido conmigo cuando era Robin. ¿Le habré dicho demasiado al chico? ¿hablé de más? ¡me vale verga! tengo otras cosas en qué pensar. Tomé sus dos bastones y lo electrocuté con ellos hasta hacerlo perder la conciencia. Los restos de mi traje se reunieron a unos metros de distancia, formando un pedazo de tela negra, la recogí y me fui.
Les explico como funciona mi traje, los trillones de nanobots que lo componen, son de tamaño microscópico, tienen la facultad de cambiar su forma y estado para crear texturas, apariencias y grados de protección, en mi caso pueden crear armas de todo tipo y municiones. Yo no desarrollé esta tecnología, ya estaba cuando yo me convertí en Robin, fue Lucius Fox el creador de tal maravilla, es probable que los nanobots en el traje de mi hermanito sean más avanzados que los míos, potencialmente él podría hacer lo mismo que yo, lo que hace la diferencia es el software de inteligencia artificial que yo poseo: mi compa Red, creanme cuando les digo que él es un milagro, no solo por que me salvó la vida, sino por que no existe nada como él en todo Tierra 92.
Esas explosiones no destruyeron mis nanobots, estos no sufrieron daño alguno, lo que el chistecito de Tim provocó, fue que se dispersaran en el ambiente, interrumpiendo su conexión con Red, los nanobots hermanos están programados por defecto para reunirse unos con otros, Lucius así los diseñó, por eso se convirtieron en una tela negra. Ahora debo esperar a que todos y cada uno se sincronicen nuevamente con Red para poder utilizarlo, este proceso antes tardaba días, ahora es muchísimo más rápido.
¡Demonios! ¿Ya vieron la hora? la pelea con Tim me demoró más de lo que pensé. Al final, todo salió según lo esperado, Batman no llegó a tiempo, gracias a Oráculo deje algunas trampas que ayudaron a cubrir los rastros del Guasón, el estúpido murciélago no sabía dónde se encontraban el payaso y el gobernador. En cuanto él se comunicara con Robin y no recibiera respuesta, se preocuparía e iría a buscarlo.
La noche era tan corta, había tanto por hacer, mi traje todavía no se recuperaba en su totalidad, era cuestión de tiempo, por el momento era una licra negra, mi casco ya estaba como nuevo. Semanas atrás, con Oráculo infiltré a dos mercenarios en la fuerza aérea para que robaran un helicóptero de ataque, uno de ellos ahora era mi piloto, me recogieron en el punto acordado. Llegamos al sitio donde el Guasón mantenía cautivo al gobernador, era una fortaleza con cientos de payasos asesinos rodeando el área. El otro mercenario que contraté, disparó con el arsenal de la aeronave, cubriéndome mientras yo saltaba con una cuerda para caer desde el cielo, justo en el centro de la acción, al igual que lo hacía Batman. Toda mi vida deseé hacer este tipo de entrada, lástima que no llevaba capa, odio las capas, pero reconozco que se ven perronas.
El Guasón y Harley Quinn me miraron desconcertados, yo quería asesinarlos aquí y ahora, podría haberles metido un plomazo en la cabeza, pero eso hubiera sido como tenerles misericordia y no les iba a hacer el favor. Ella comenzó a atacarme, yo no tenía tiempo de jugar, durante el combate la inmovilicé fácilmente y le inyecté un sedante, lo mismo hice con el payaso del crimen, quien trató de dispararme. Me llevé a los dos y al gobernador en el helicóptero, partimos hacia una locación secreta que ni Batman, tal vez ni Bárbara serían capaces de encontrar.
Esto se va a poner feo, si no toleran la extrema violencia, sáltense unos seis o siete párrafos y no lean lo que a continuación viene. Solamente sepan que asesiné a la puta Harley Quinn y al puto Guasón de una forma tan cruel y despiadada, que toda Ciudad Gótica se estremeció: héroes, villanos, policías, público en general, gracias a lo que hice, tiemblan por igual ante la mención de mi nombre: Capucha Roja.
Harley Quinn despertó atada a una silla y amordazada, mientras que el Guasón colgaba de cabeza totalmente amarrado, los tenía en un cuarto sin ventanas con una sola puerta, una cámara estaba frente a ellos.
Mi traje ya se encontraba al cien nuevamente. El Guasón comenzó a hablar, como es usual no le paraba el hocico, lo único que sabía hacer era escupir veneno. Le pedí a Red que con mi casco bloqueara cualquier sonido y que pusiera música clásica, no importaba cuánto ladrara este payaso, yo no lo escucharía. Tomé un bate de metal y al compás de la canción Mesías de Haendel, comencé a golpear salvajemente a Harley Quinn en la cabeza, con todas mis fuerzas y con todo el odio del que era capaz, sin medirme, le molí el cráneo a golpes, después del décimo golpe ella perdió la conciencia, coloqué mis dedos en su cuello, no tenía pulso, ya estaba muerta. Eso no me detuvo, la perra me penetró con una verga de plástico cuanto quiso hace siete años, continué golpeándola, su cráneo se rompió, pude ver su cerebro y partes del hueso expuesto en sus pómulos también, no paré hasta deshacerle por completo la cabeza y dejar expuesta su columna vertebral. La sangre había salpicado por todo el lugar, sobre el Guasón y sobre mí, la cámara lo grabó. Así fue como esta perra asesinó a mi madre: a golpes, es cierto que me drogó, pero era mi madre ¡MI PUTA MADRE PERRA! y tú la mataste.
En cuanto al Guasón, la música seguía en mi casco así que no escuché lo que me decía. Lo primero que hice fue cortarle la lengua para que no pudiera hablar más, abundante sangre brotó de su boca. Apagué la cámara, me quité el casco, la mascara, el antifaz y le mostré mi rostro, su expresión de miedo se convirtió en una de alegría, aunque ya no podía emitir palabra, él era feliz de ver en lo que me había convertido. Ser yo quien finalmente le quitara la vida y tomara su lugar le produjo una gran satisfacción, lo supe cuando esos perversos ojos se desorbitaron y comenzaron a brillar, la curvatura de sus labios se pronunció de una forma nunca antes vista por mí, su cuerpo se sacudía porque se estaba desternillando.
–¿Crees que a Batman le va a importar que un hijo adoptado como yo asesine a un criminal como tú? –le pregunté burlonamente– seguramente ya lo sabes, lo anunciaron en todos los medios hace unas semanas, Bruce ya tiene un hijo biológico de nueve años. Lo que no se ha hecho público es que ese niño es un asesino profesional, ha matado a decenas de personas con sus propias manos, el chiste que esperabas contar conmigo, ya es viejo padre ¡yo se lo conté a Batsy primero!
Esta declaración le causó mayor alegría, saber que yo lo había superado, que teníamos el mismo sentido del humor, asesinarlo era para él una victoria, pero me valía verga que así fuera, a esto es a lo que vine, esto era lo número uno en mi lista, lo que más ansiaba en este momento era acabar con él. Tomé una palanca de metal y comencé a aporrearlo con todas mis fuerzas por todo su tonificado cuerpo, cual piñata, al igual que él hizo conmigo, mi casco comenzó a emitir en altavoz la quinta sinfonía de Beethoven. Si han seguido mis aventuras, sabrán que mi padre era perversamente guapo, repulsivo por su locura y crueldad, pero físicamente muy atractivo.
A pesar de no poder hablar, el payaso seguía carcajeándose, tuve cuidado de golpearlo fuertemente en los testículos, quería que el maldito sufriera lo más posible. Para concluir esta etapa del castigo, desabotoné su pantalón y expuse sus genitales, aprisioné con mi mano sus grandes gónadas y con la palanca de metal las golpeé repetidamente, esto causó mucho dolor en mi víctima, pero él aún reía pese a todo, no porque tolerara el dolor como yo, simplemente estaba desquiciado. Decidí apretar con todas mis fuerzas, mientras reflexionaba sobre el hecho que de este par de bolas que me encontraba aplastando, salió el espermatozoide que se convirtió en mí. Su risa se volvió un potente grito de dolor, comenzó a toser, lo solté y cerré su pantalón.
Me puse nuevamente la máscara, el antifaz y el casco, la música continuó sólo para mis oídos, encendí la cámara, descolgué al Guasón, con una patada hice a un lado el cuerpo de Harley Quinn que previamente desaté, cayó como costal de basura, en esa misma silla senté al payaso y lo amarré, coloqué en su cuello una gargantilla de cuero, era un explosivo, me ubiqué en primer plano frente a la cámara, saqué un pequeño dispositivo, presioné un botón y detrás de mí, en segundo plano, la cabeza del Guasón carcajeándose explotó, sus sesos se pegaron al lente, haciendo más grotesca la imagen.
Limpié la cámara, la removí de su trípode. Mientras aun estaba empapado en la sangre de los payasos, me dirigí a otra habitación y grabé otro video donde me presenté como Capucha Roja, pedí un rescate por cuatrocientos millones de dólares a cambio de las vidas del gobernador y su familia, cien "milloncitos" por cada uno. ¿No se los platiqué? disculpen, se me pasó, verán, la mañana del secuestro cuando el mandatario viajó a Ciudad Gótica, yo fui a Blüdhaven y secuestré a su esposa y dos hijos, ¿por qué conformarme con el gobernador? el mundo le pertenece a los audaces.
En la grabación que hice, todos estaban amarrados y tenían un collar similar al que le hizo volar la cabeza al Guasón, afirmé que si no cumplían con mi demanda y me entregaban ese dinero, a esta familia se la iba cargar la chingada, al igual que al payaso. Envié ambos videos a todos los medios. En internet se volvieron virales, a pesar de la censura me convertí en el tema del momento, la mayoría de la población quedó aterrorizada por la crueldad que demostré. Me encontraba fuera del alcance de Batman y Bárbara. Después de dos días en los cuales no lograron encontrarme, justo antes de que venciera el plazo, Bruce Wayne donó de su bolsa el rescate de cuatrocientos millones de dólares. El murciélago se negó a aceptar la ayuda de la Liga de la Justicia, al parecer entendió mi declaración y saldó su deuda, mi padre adoptivo no me entregó este dinero como recompensa por el gobernador y compañía, yo aseguré esta victoria, al perdonar la vida de Tim Drake, la sola idea de perder a otro Robin, tuvo que haberlo estremecido, psicológica y emocionalmente.
Una vez recibido el dinero, liberé a los prisioneros, no tenía nada contra ellos. Los devolví sanos y salvos a Blüdhaven. Luego de este triunfo, ascender fue pan comido, hubo algunos villanos que pensaron que podían oponérseme pero a todos los puse en su lugar y les demostré quien es el jefe.
Encontré un poderoso herbicida con el cual envenené a hiedra venenosa, la desgraciada quedó en coma en el hospital. Estudié como funciona el traje del Señor Frío y luego de desactivarlo le prendí fuego, con él adentro obviamente, el bastardo no murió pero tiene quemaduras muy graves. Contraté al mejor cirujano del país, para que realizara una cirugía reconstructiva a Dos Caras, el resultado fue impresionante, parece una persona normal, su carácter ha cambiado desde la operación, no sé si en verdad se ha vuelto bueno, lo mantengo encerrado bajo observación. Al peligroso pingüino lo tengo criogenizado en un lugar secreto, utilicé la tecnología del propio Victor Fries, dado que el sitio donde se encuentra es helado, permití que sus pingüinos le hicieran compañía. En cuanto al Acertijo, le mandé hacer una lobotomía, está totalmente ido en Arkham.
El resto de criminales se rindió ante mí y ahora soy su líder ¡cobardes! a la mayoría los retiré. Me apoderé de la infraestructura criminal de Máscara Negra y la utilicé como cimientos para construir mi imperio criminal: “Los capuchas rojas”, mis hombres usan pasamontañas rojos. Ya se los dije, yo lo controlo todo, no solo en Gótica o Blüdhaven, el noreste de los Estados Unidos Mexicanos en su totalidad me pertenece.
Con mi intelecto y mis cualidades atléticas innatas, con Red que me asiste en combate, con el respaldo de Oráculo que me provee de una inteligencia superior a la de la baticueva, con la formación que obtuve del “patrón” y del “imbécil” y con el adiestramiento conseguido en la Liga de Asesinos, tengo el paquete completo perras, yo soy invencible. Talia tuvo razón, me he convertido en alguien mejor que Batman.
En este punto exacto de mi vida es cuando comencé a contarles mi historia, esto quiere decir perros, que a partir de ahora, no narraré las cosas en pasado, sino en presente, ustedes se van a enterar de lo que ocurre al mismo tiempo que yo.
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