UNA NOCHE DE MIERCOLES, Para una mañana de Domingo. Parte 3 - Las Bolas de Pablo

Lo más nuevo

10 abr 2021

UNA NOCHE DE MIERCOLES, Para una mañana de Domingo. Parte 3

 

UNA NOCHE DE MIERCOLES,

 Para una mañana de Domingo. Parte 3

 

CONTIENE BALLBUSTING M/M.

 

En el relato anterior Nicolás entabla una charla con la misteriosa persona de chaqueta azul llamado Alexander. Luego de descender del autobús es seguido y atacado por el trio que le vigilaba. Es en ese momento cuando el joven de chaqueta aparece y tras un enfrentamiento con los agresores, les hace huir. Finalmente Nicolás le ve el rostro a Alexander.

 

—Gracias por ayudarme, esos tipos me estaban dando una paliza—Expuso Nicolás.

—Eran 3 contra uno, no era justo…—Respondió aquella fuerte voz.

Alexander le ayudó a sentarse, Nicolás mantuvo las piernas separadas mientras continuaba sobando sus genitales. Intercalaba la mirada entre su doloroso bulto que sobaba y Alexander que se alejó unos metros en busca de sus auriculares de diadema, el costoso aparato era revisado por su dueño, al parecer estaban intactos pues se los colocó alrededor del cuello.

Al regresar, Nicolás le abordó con preguntas:

—Porque me ayudaste?, como es qué?...mira te agradezco la ayuda, es más, te debo mucho, pero como llegaste aquí?, como supiste?

—Cuando bajaste a la estación, vi que esos 3 bajaron tras de ti y te seguían, Se notaba que tenían malas intenciones, así que bajé del autobús… Nunca me han gustado los abusones.

—Pero como bajaste del autobús?

—Bueno, no fue muy legal el asunto, es cierto que una vez deja la estación el autobús no abre las puertas hasta la siguiente, pero mostrar mi identificación convenció al conductor de detenerse y dejarme bajar.

Lo expuesto recordó a Nicolás que Alexander era policía, pero no lo aparentaba.

—Eres policía en verdad?, Ahora que te veo no creo que tengas más edad que yo.

—Tengo 15 años, y la verdad, no!, no soy policía.

—Pero te identificaste como uno, hasta les enseñaste a esos pillos una identificación.

—Era ésta—Alexander le mostró su billetera, había una credencial pero la foto no era visible al taparla un dedo del joven.—Estoy inscrito en una academia de policía, es mi identificación como recluta. Bueno, la verdad pensé que podría ahuyentarles con esa mentira.

—Estudias en una academia de policía?, pero no vas a la escuela?

—Terminé la escuela hace 6 meses, verás, en mi familia es una tradición ingresar a la academia de policía, allí además te dan clases en diferentes ciencias básicas.

—Con razón peleas bien, les diste en su madre a esos miserables, yo no pude hacer nada, me tomaron por sorpresa, y ese cobarde me dio en las bolas, maldito!

Nicolás volvió a sobarse los testículos, Alexander desvió la mirada.

—Quienes eran ellos?—Preguntó Alexander aun con la cara desviada.

—El líder se llama Bornacelli, estudiaba en mi escuela pero le expulsaron, fui yo quién le denuncié por vender drogas, el miserable se quiso vengar hoy.

—Eso fue muy arriesgado, te ganaste su enemistad.

—No puedo permitir que corrompa a mis compañeros y a las personas que me importan con sus malditas drogas— por un instante Viviana vino a su mente—. Me siguieron, muchos saben que voy los miércoles al juego de pelota y me quisieron emboscar.

Nicolás se intentó a incorporar, pero del dolor debió nuevamente sentarse. El joven de la chaqueta se quedó mirándole y le aconsejó:

—Reposa mejor, o lo lamentará tu novia.

Nicolás recordó nuevamente a Viviana.

—Eso le afectaría hace un mes, pero ahora ya no le importo mucho.

Alexander entendió que había terminado recientemente con su pareja.

Nicolás tomó más aire y extendió la mano al chico.

—Muchas gracias por ayudarme bolas de…eh…dijo, Alexander, verdad? —Casi se le salió a Nicolás el apodo bolas de naranjas.

—Sí, Alexander, y no fue nada, Nicolás.—Se saludaron de mano, la mano de Alexander era pequeña y suave. Nicolás observó su mano opuesta y el vendaje que llevaba en parte de esta y la muñeca.

—Que te pasó en la mano?

—Eh?, Ah! es una herida antigua, ya estoy mejor, gracias por preguntar Nicolás.

Éste sonrió, Alexander recordaba su nombre a pesar de la corta conversación del autobús.

Volvió a verle el rostro.

—Estás bien?—Ante la pregunta, el chico de la chaqueta pensó que se refería a la sangre.

—Sí, solo me sangró el labio con el golpe que me dio—Alexander introducía un dedo en su boca, el puño de Bornacelli le hizo cortarse el labio con un diente.

—No hablo de tu boca…

—A qué te refieres?—El joven no sabía de qué hablaba.

—Vi que te golpearon en las bolas de naran…—, Una vez más estuvo a punto de llamarle por el apodo. Observó el rostro de Alexander que no pareció entender y esperaba que terminase su frase. Apenado corrigió —…Eh, digo, que te golpearon en los huevos, pero no te dolió casi, tienes protección? o…—Nicolás dudo en terminar la frase —…o acaso los tienes de hierro, jajaja.

—No, no fue…—Alexander se coloreó.

Nicolás extendió una mano para tocar y palmotear el supuesto protector.

—NO!— Con agilidad Alexander le tomó de la muñeca deteniendo su avance, enseguida le alejó la extremidad de su entrepierna, tenía en ceño fruncido.

Nicolás notó cierta tensión en la mano que le detuvo, parecía que no le gustó para nada su intención de tocarle allí.

—No…no tengo protector, él sólo falló, eh, me dio más arriba...—Alexander se expresaba con cierta inseguridad, lo que alegró a Nicolás pues quedaba claro que el chico no estaba molesto con él.

—Entonces te dio en la verga?

Alexander se sonrojó más.

—Eh…si…me dio en la… verga.

—Pues que suerte la tuya, la verga no duele tanto como las bolas. —Nicolás finalmente se incorporó.

Por un instante quedaron frente a frente, parecía que nadie sabía qué hacer. Alexander observaba al más alto Nicolás, éste finalmente interrumpió el silencio.

—Te puedo hacer una pregunta?

—Claro.

—Porque me salvaste?

—Eso ya te lo dije.

—Sí, no te gustan los abusones…pero una cosa es eso y otra es salir del autobús e ir tras ellos para salvar a un desconocido.

Alexander tardó en responder. Aun con la capucha puesta se vio cuando desvió la mirada y apretó los labios. Por fin habló.

—Parecías una buena persona cuando me hablaste en el autobús…nunca he soportado que le pasen cosas malas a personas buenas, y desafortunadamente los buenos no abundan en esta época, tenía que ayudarte...

—Es muy profundo lo que dices, aunque tú también te ganaste un problema con esos gañanes, no está bien andar metiéndose en líos por ahí.

—Tienes alguna queja por lo que hice?

—Oh claro que no, me salvaste el cuello, solo digo que no es normal…no!, normal no es la palabra, no es de una persona común ayudar a otra sin siquiera conocerla.

—Bueno, —Alexander miró un instante al suelo—no me considero una persona común.

A pesar de su tono de voz grave, sus palabras y miradas daban la impresión de tratarse de una muy buena persona.

—Se nota que no lo eres…—Nicolás detalló el aspecto de Alexander, toda su costosa ropa, sus pertenencias de valor y su actitud de ayudar al prójimo, no parecía encajar en alguien común, no había conocido a una persona tan diferente —Gracias, gracias por ayudarme Alexander.

—De nada—El joven se dio la vuelta—Y ahora me marcho.

—No, espera!...Te gusta el beisbol?, te invito al partido.

—Pero, no te vas a tu casa? —Alexander se mostró preocupado.

—No, iré al partido, ya casi comienza—Nicolás miró el reloj—ya estamos a tiro de piedra del estadio.

—Deberías ir a un hospital o al menos a  tu casa y reposar, debes estar muy dolido.

—Me duelen las bolas como el diablo, pero ya estoy mejorando, solo me duele cuando me rio, Jajaja…Auch!...vez!

Alexander sonrió, miró nuevamente al suelo y aceptó.

Rumbo a la taquilla del estadio, Nicolás decidió mantener una fluida conversación.

—Sabes Alexander, cuando me atacaron pensé por un segundo que se trataba de ese misterioso sujeto del que todos hablan estos días…ese tal Chofer, es gracioso su nombre, que auto conducirá? Jajaja.

—No es Chofer, es CHO-FER—Corrigió Alexander—Puede ser un apodo, o es muy probable que sea un apellido oriental, tal vez coreano.

—Parece que sabes de él.

—Solo lo que ha aparecido en los diarios, aparte de su nombre lo único que las autoridades conocen es su afición a los comics estadounidenses, principalmente Batman, en sus supuestas guaridas han encontrado historietas de ese personaje de DC Comics, y entérate que son historietas muy costosas.

—Vaya, eres una persona muy instruida, claro! casi eres policía. Pero sobre comics, personalmente prefiero a Wolverine de Marvel comics.

Una vez ingresaron al estadio, Nicolás fue de inmediato al baño.

—Espérame aquí, voy a orinar y a…a verme abajo.

—Te revisarás los testículos?—Expresó casi con tono curioso Alexander, aunque con su fuerte tono.

—Baja la voz!—regañó Nicolás— Sí, me los veré a ver qué tal están.

—Por eso te aconsejé fueras a casa.

—Estoy bien, sólo es una revisada…Y tú deberías verte la verga también bolas de...dijo, deberías revisártela.

Alexander se sonrojó levemente.

—Mis partes están bien, gracias. Ahora ve a revisar tus cosas, te espero aquí —Le apuró.

El improvisado examen no tuvo inconvenientes y fue rápido, su escroto mostraba un tono rojo brillante pero no había hinchazón, Unos cuantos toques a la muy caliente piel y Nicolás concluyó que no había nada serio en sus bolas.

 

Mientras tanto…

Bornacelli y sus secuaces se dirigieron a una oscura zona a una cuadra del estadio de beisbol. En el sitio había un enorme árbol que obstruía la luz del alumbrado público, el sitio era perfecto para ocultarse de cualquiera.

El líder aun cojeaba sobando sus testículos, mientras los otros dos sobaban su estómago y rodilla respectivamente.

—Malditos!, me voy a desquitar.

—Pero “B” es mejor dejar las cosas así, ese imbécil de chaqueta azul nos dio una buena tunda.

—Es un maldito sucio, pegando en los huevos. —Bornacelli recordó la pequeña rodilla de su agresor hundida en sus cojones.

—Pero tú también le pegaste en las bolas…—Aclaró uno se los secuaces.

—Cállate imbécil!—Bornacelli se enfureció y tomó a su compañero de los testículos.

—AAuuu!!!—Chilló el joven cuando su líder le apretaba con fuerza de las bolas. Mordía fuerte la quijada y estaba a punto de suplicar.

—Ya déjalo B!—Pidió en tercer facineroso, y un fastidiado Bornacelli abrió la mano.

—Ugh!—Exclamó aliviado el torturado chico.

El compinche añadió:

—Ese imbécil debió usar un protector porque no le afectó el rodillazo que le diste.

—No, si hubiera tenido protector me hubiera dolido la rodilla, no tenía nada, le di aunque no sentí gran cosa, los tiene bien pequeños.

—Cómo canicas?, jajaja—Se burló el compinche, lo que no agradó a Bornacelli, se acercó al “comediante” y dijo:

—Jaja, como canicas, sí!, las debe tener así, porque cuando le pegué...—Bornacelli le enterró un rodillazo en los huevos, se aseguró de darlo en todo el centro para no fallar nada de escroto —…No sentí nada de tamaño!

—AAiiii!!!!—Se quejó el sujeto casi con tono femenino, la verdad era la primera vez que le golpeaban fuerte en los testículos. Impreparado para tal dolor, de inmediato se fue al suelo y se retorcía desesperado.

Bornacelli observaba al derribado compañero de fechorías; se sentía enojado, cuando golpeó a Nicolás supo que éste tenía unos testículos de tamaño considerable, y ahora al apretar y golpear las pelotas de sus compinches, notaba que ellos tenía huevos de un tamaño, si bien inferior a Nicolás, si superiores a los propios. Al parecer todos tenían las bolas más grandes que las suyas…

…Todos excepto aquel de la chaqueta azul y voz grave, aquel con bolas como canicas…pero aun así no podía sentirse orgulloso, pues en un claro duelo de resistencia testicular, le había vencido sin atenuantes.

—Maldita vida…—alcanzó a murmurar.

Volvió a mirar a su colega en el suelo, se notaba que sufría demasiado, casi suplicaba por ayuda, sus testículos jamás le habían transmitido esas horribles sensaciones. El líder le dijo:

—Aguántalo!, aguanta el dolor de huevos!, eso te hará hombre.

 

Volviendo al estadio…

Si bien el juego ya había iniciado el dúo se tomó un tiempo al pasar por el área de souvenirs. Alexander se obsesionó con una pelota de beisbol, tenía marcada una estrella.

El exagerado gusto de su invitado llamó la atención de Nicolás.

—La quieres?—Preguntó Nicolás deduciendo que el chico no tenía con que pagarla, tal vez estaba sin efectivo, porque por ropa y electrónicos si debía tener dinero. Vio el asunto conveniente, se la compraría como una muestra más de agradecimiento.

Alexander entendió sus intenciones y se apresuró a responder:

—Oh, claro que no, es costosa y tú ya me invitaste al juego, te lo agradezco pero no.

Nicolás decidió pactar.

—Entonces déjame invitarte un hot dog y soda.

Los labios de Alexander parecieron humedecerse y tragó saliva, era claro que tenía hambre. Nicolás sonrió al dar en el blanco, y así con comida y bebida el par por fin llegó a ocupar sus asientos.

El partido durante la parte baja de la cuarta entrada se mostraba más que aburrido. Nicolás observó a su invitado.

Alexander devoraba su hot dog; Sentado a su izquierda, Nicolás solo veía perderse aquel pan caliente en la capucha y emerger con una mordida. Igual sucedía con la lata de bebida carbonatada.

—Sabes, prefiero la Show-Cola—Se refirió Nicolás a la bebida carbonatada que igual desaparecía en la capucha de Alexander.

Lean el relato El secreto de la SHOW- COLA.

—No conozco esa bebida, sabe bien?—Respondió sin ladear la cabeza, ni dejar de masticar.

—No sólo sabe bien, a pesar de ser una imitación de la Coca-Cola, supera su sabor.

—Una imitación? de que está hecha?—Alexander interrumpió el acelerado movimiento mandibular.

—Nadie lo sabe, es una bebida ilegal, no la venden aquí adentro.

—No es legal? Me causa curiosidad, pero si es un producto ilegal lo mejor es no consumirlo.

—No sabes lo que te pierdes, bolas de…dijo, la cuestión es que su sabor es único.

Alexander retomó la masticación y pronto al hot dog desapareció por completo.

Nicolás se quedó viéndole de medio lado, recordó su rostro, era muy bello, le regresó la idea de que Alexander fuese una chica, pero su voz gruesa simplemente no encajaba. Si tan solo le pudiera ver sin capucha…

De pronto el brazo izquierdo de Alexander se movió, venía hacía su cara!. En reflejo, Nicolás alejó un poco su cabeza, fue cuando miró al frente y encontró la mano y muñeca vendada de Alexander sosteniendo una pelota de beisbol…el chico había detenido un FOUL BALL que se iba a estrellar contra el rostro del distraído Nicolás.

—Gra…Gracias.

Hubo muestras de admiración entre el público alrededor, aquel chico de la capucha había tomado aquella potente bola con las manos desnudas y sin siquiera ladear la cabeza.

Alexander recogió el brazo y observó la nueva bola de su propiedad.

Los comentarios cesaron y la calma regresó.

Nicolás por fin salió del asombro y expresó:

—Estás bien?, tu mano…

—Estoy bien, te lo había dicho es una herida antigua—En ningún momento ladeó la cabeza.

Nicolás volvió a verle, su curiosidad no cesaba.

—Deja de hacer eso…

La inesperada frase de Alexander le tomó por sorpresa.

—Hacer qué?

—Deja de mirarme, es incómodo…

—Lo, lo lamento…

—…Y casi te cuesta un golpe en el rostro.

—Perdón, es que…—Nicolás no continuó, ¿qué le iba a decir? Es que tienes un rostro bonito? Ó le diría Al fin eres un chico o una chica?. No podía decir esas cosa, lograría que Alexander dudara de su heterosexualidad —Es que…Me gusta mucho tu chaqueta!

—Seguro que veías eso?

Ante la pregunta de duda, Nicolás decidió seguir con su falsa excusa:

—Sí, es que me gusta mucho, en el autobús ya te lo había dicho, lamentablemente no creo poder comprarme una así.

Alexander mantuvo el silencio un instante, parecía que no se creía la distractora conversación de Nicolás.

—Tampoco es tan costosa, me gusta vestir bien—Finalmente respondió.

Aliviado por no ser descubierto, Nicolás continuó:

—Y se nota que esos zapatos también son nuevos, deben costar unos 200 dólares como mínimo.

—Eres muy observador.

—Tú no te quedas atrás…

Mientras avanzaban las entradas del juego, la conversación entre los dos continuó fluidamente.

La charla hizo que el detallar el bello rostro de Alexander pasara a un segundo plano para Nicolás.

Alexander se enteró que Nicolás era hijo único y vivía con su madre y una tía solterona, mientras Nicolás conocía que Alexander era el menor de 4 hermanos, los 3 mayores ya ejercían en la policía con diferentes rangos.

Sobre sus lugares de estudio y residencia, Alexander conoció a que escuela y en qué dirección vivía Nicolás, y éste supo de su contraparte a que academia de policía asistía, pero no en dónde residía. Alexander adujo una vieja costumbre de policías el no dar su lugar de residencia tan fácilmente. Nicolás no se mostró ofendido.

 

Volviendo al trio de criminales…

Éstos continuaban bajo el enorme árbol y ya estaban mejor de sus respectivas pelotas. A lo lejos se veía a dos personas que se acercaban.

—“B” esos no parecen gente buena y vienen para acá, que hacemos, peleamos?

—Somos más, pero y si tienen chuzos?—Expresó el otro compinche, quien se refería a armas blancas.

—Calmados—Expresó Bornacelli—No se puede andar armado cerca del estadio, y claramente vienen de allá, que no saben que estas noches de beisbol hay policía afuera y siempre requisa a los sospechosos…sea quien sea no puede andar con armas o se expone a que en cualquier requisa la autoridad les sorprenda.

Bornacelli detalló a los dos caminantes, eran de edades similares a él, apenas logró divisar el rostro de uno, mostró una sonrisa.

—Ah, eres tú Bornacelli—Expresó uno de los llegados, quien tenía el rostro bastante afectado por el acné.

—Que más, cómo estás “cara de sopa”—Respondió el líder.

Al parecer el líder y el dúo se conocían, Bornacelli como vendedor de drogas y el dúo que estaba en el negocio del hurto a personas.

—Pero que hacen por acá? Es nuestro territorio Borna, y lo tuyo es la droga, no las billeteras—Preguntó el del acné, quien tenía por nombre Arnubis, pero por ese tipo de nombre, mejor le llamaban por su apodo.

El negocio de las drogas a esa hora y afuera del estadio era casi imposible por la abundante policía, otro asunto era el arte del robo, sutil -y sin que se diera cuenta la víctima- a esas tempranas horas, pero más violento ya cerca de la media noche e ida la policía.

Bornacelli no quiso hablar e instruyó a uno de sus secuaces, éste comenzó a narrar el ataque a Nicolás y la intromisión de aquel supuesto y falso policía de chaqueta azul.

—Chaqueta azul?—Se preguntó el compañero de Arnubis, quien habló en voz baja con su colega ladrón.

—Pues creo que vimos a ese sujeto de chaqueta azul—Explicó Arnubis. —Llevaba unos costosos auriculares de diadema al cuello, lo recuerdo porque está marcado.

—Marcado?—Preguntó uno de los secuaces de Bornacelli, y éste explicó:

—Marcado significa que este par le puso el ojo, cuando termine el partido será uno de sus potenciales blancos, esos auriculares cuestan bastante.

—Así es—añadió Arnubis—Y esa chaqueta también vale, quizás más.

Bornacelli se mostró pensativo:

Así que ese maldito asistió al partido de beisbol…pero, y Nicolás?

—Iba sólo?—Expresó con ansiedad Bornacelli. Arnubis de inmediato le contestó:

—No, iba con un amigo y ambos entraron al estadio.

El líder pidió la descripción del acompañante y al comparar con las ropas de Nicolás, Bornacelli confirmó que su “enemigo” también fue al estadio tras la pelea. Mostró una sonrisa y expresó:

—Venganza!, tendré mi venganza, escúchame “cara de sopa”, nos aliaremos esta noche!, cuando termine el partido, ustedes robaran a ese par y nosotros les daremos la paliza de desquite que se merecen.

Los presentes debatieron el asunto, quedando acordado el plan de acción.

Bornacelli se sobó las bolas un instante, recordó de nuevo el rodillazo que le dio el de chaqueta azul, quería golpearlo pero antepuso su plan contra Nicolás:

—Nicolás es sólo mío, ustedes encárguense del otro.

—Nos desquitaremos por el golpe que te dio en los huevos “B”—Declaró uno de sus compinches, aunque ellos mismos habían sido fauleados por el líder.

—Déjalo sin canicas—Bornacelli se dirigió al compañero que recibió de él un rodillazo y sufrió como un condenado— Desquita ese dolor de bolas contra ese maldito de chaqueta azul, déjalo sin huevos, así te sentirás mejor, créeme!

—Llevaremos los chuzos, tienen inconveniente de que los usemos contra ese par? —Expuso Arnubis.

Bornacelli sonrió más profundamente:

—Llévenlos, por si acaso.

 

Regresando al partido…

En cierto momento Alexander se excusó, debía ir al baño.

—Revísate la verga, no seas pendejo —Se bufó Nicolás. Alexander nada respondió.

Tras verlo partir, el joven decidió ir al área de souvenirs. En su cabeza seguía el interés por comprarle aquella pelota estrellada, si bien Alexander tenía ahora una pelota obtenida del partido, no era un obsequio de su parte.

Fue cuando una mujer paso tras él, llevaba una ceñida falda lo que resaltaba su protuberante trasero. Las hormonas adolescentes le hicieron seguirla a cierta distancia. Aunque el rostro de la dama de unos 30 años no era agraciado, el contorneo de cadera y trasero lo tenían hipnotizado.

Como la mujer se dirigía a la zona de sanitarios, decidió ver ese enorme culo hasta que desapareciera en el baño de damas. Aprovecharía a que Alexander saliera del baño, así retornarían a sus asientos y le plantearía el asunto de la pelota estrellada.

Cuál fue su sorpresa al ver emerger a Alexander del baño de damas.

—Alexander? —Nicolás quedó impactado al ver como nunca a su invitado.

Alexander miraba al suelo, traía la capucha abajo y se disponía a cubrir su cabeza, es cuando levanta la vista al oír su nombre y se encuentra frente a frente a Nicolás.

 

Oh, Schei! —Con su fuerte voz, expresó aquella extraña palabra.

 

El chico parecía estar congelado, soltó la capucha manteniendo la cabeza descubierta. Nicolás detalló a su atónito nuevo “amigo”, podía verle mejor:

 

Sus mejillas enrojecidas, su cabello corto, los mechones de pelo a ambos lados de la cara, todo hacía un conjunto, un bonito conjunto…Alexander se veía demasiado hermoso!

 

Ahora estaba convencido, lo que veía en Alexander superaba a lo que escuchaba de él. Pensó:

Bolas de naranjas, es una chica!

Su pensamiento se tradujo en:

Entonces… Eres una chica.

Alexander se mordió el labio inferior el cual tomó un intenso tono rojizo, respondió:

Si…

 

CONTINUARÁ…

 

***

Con el descubrimiento al final del episodio, del relato anterior se corrige que además de Ballbusting M/M también era F/M (No podía Spoilearme).

 

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Pages