Azul Caribe (1/5): Otto Salinas - Las Bolas de Pablo

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7 abr 2021

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Azul Caribe (1/5): Otto Salinas

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Otto Salinas
Pablo se sorprendiĆ³ aquella noche de viernes al encontrarse con su padre y su amigo Otto Salinas conversar en una sala de reuniones del hotel. Los dos viejos amigos compartĆ­an algunos tragos mientras conversaban de los aƱos atrĆ”s cuando trabajaban en el gobierno nacional. Era la primera vez que Pablo observaba a Otto con un tipo de ropa que no eran los ostentosos trajes de conferencias y ruedas de prensa. 


Otto Salinas era un ex polĆ­tico de 40 aƱos para la ocasiĆ³n vestĆ­a un jeans y franela verde que hacĆ­a perfecta sincronĆ­a con sus hermosos ojos de color azul. Su cabello era corto y tenĆ­a una barba pequeƱa que se veĆ­a mĆ”s poblada en la parte superior de los carnosos labios. AƱos atrĆ”s fue muchas veces diputado y presidente del Congreso.

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Pablo saludĆ³ a ambos y aceptĆ³ la invitaciĆ³n de su padre para tomarse una bebida con ellos. De vez en cuando su mirada se desviĆ³ a la abultada entrepierna de Otto y sintiĆ³ que algo dentro de su calzoncillo se movĆ­a cobrando vida propia. 

Otto Salinas vivĆ­a en la capital del paĆ­s pero estaba de visita en la isla con la intenciĆ³n de ampliar su red de negocios gastronĆ³micos. 

Conversaban sobre las bellezas turĆ­sticas de la isla cuando el celular de Marcos ChacĆ³n interrumpiĆ³ con una llamada. 

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ā€”Es la oficina nacional del partido ā€”dijo el hombre de cincuenta aƱos mirando a su amigoā€”. ĀæPara quĆ© serĆ” una llamada a esta hora de la noche? 

ā€”Sin duda alguna lĆ­nea directa con el presidente del partido, Marcos. 

ā€”SĆ­, lo creo. Ya vuelvo. 

Marcos ChacĆ³n deslizĆ³ la pantalla del smartphone, se llevĆ³ el celular al oĆ­do y abandonĆ³ el asiento para responder a la conversaciĆ³n alejados de ellos en un sitio mĆ”s Ć­ntimo.  Ocupaban tres sillas Marcos y Otto estaban uno al lado del otro, mientras que Pablo frente a ellos. 

AsĆ­ que Pablo ChacĆ³n y Otto se habĆ­an quedado juntos. 

ā€”ĀæCĆ³mo estĆ”s, Pablito? ā€”Otto se interesĆ³ en Ć©l con una sonrisa encantadoraā€”. EstĆ”s enorme, la Ćŗltima vez que te vi estabas de este tamaƱo ā€”hizo un gesto con la mano tomando la estatura de un pequeƱo adolescenteā€”, te veo alto y muy bien formado, no hay que negarlo. ĀæCĆ³mo estĆ” la universidad? Seguiste el camino nĆ”utico de tu papĆ”. Te felicito. ĀæPor quĆ© no la polĆ­tica? 

ā€”Para la polĆ­tica estĆ” Israel. Claro como buen militante del partido a veces participo en las actividades del sector juvenil. 

ā€”Eso es bueno, encamĆ­nate a la polĆ­tica. Estoy seguro que tendrĆ­as un futuro brillante. Tienes un buen zorro viejo que te va a ayudar sobre cualquier cosa y es tu padre. Yo tambiĆ©n puedo ayudarte en muchas o todas las cosas que quieras ā€”afirmĆ³ con mucho Ć©nfasis sus Ćŗltimas palabras. 

ā€”Gracias, Otto. 

ā€”Y dime, Pablitoā€¦ ĀæQue digo, Pablito? Ā”Pablote ya eres! Todo un hombre grande y fuerte, ja, ja, ja. ĀæTienes novia Pablo? Deben ser muchas, una fila de mujeres para ti. 

ā€”No ā€”negĆ³ Pablo accediendo a la galanterĆ­a de Otto, a pesar de su edad, habĆ­a un magnetismo especial en aquel hombre que le gustaba, ademĆ”s de su rostro y las poderosas nalgas que siempre marcaba en su pantalĆ³n: firmes y llenas de carneā€”. No tengo novia y mucho menos novio, soy gay Otto. ĀæTendrĆ”s problemas con eso

ā€”Ā”No! Ā”Para nada! ā€”negĆ³ el hombre con sus ojos cargados de un brillo especial. 

ā€”ĀæY quĆ© me cuentas de ti, Otto? TodavĆ­a no te has casado o no tienes hijo, ĀæA caso los tienes escondidos? ā€”Pablo acentuĆ³ una sonrisa. Ambos lo hacĆ­an; parecĆ­an dos cĆ³mplices. Pablo esperaba recibir una respuesta reveladora de Otto, pues su hermano SimĆ³n siempre decĆ­a que a Otto Ā«le gustaba la carne por detrĆ”sĀ». 

ā€”No, mo me case, tampoco tuve hijos, disfruto mi solterĆ­a porque se pueden hacer muchas cosas

ā€”ĀæMuchas cosas, Otto? ā€”interrogĆ³ Pablo sintiendo como su pene palpitaba dentro de su ropaā€”. ĀæCosas buenas o malas? 

ā€”Cosas de todo tipo ā€”respondiĆ³ Otto, inclinĆ”ndose y colocando su mano en una rodilla de Pabloā€”. Y te confieso que esta maravillosa isla me invita a hacer las mejores cosas de la vida. Y ojalĆ” las pueda compartir contigo.

ā€”ĀæSĆ­? Nuestra isla es muy especial. Ya que me invitas puedo acompaƱarte a hacer todo eso que quieras. 

ā€”AsĆ­ me gusta, Pablo ā€”Otto lo mirĆ³ directo a los ojos, era el sello oficial para un aventura entre ambosā€”. La vamos a pasar muy bien, te lo aseguro. 

Pablo sonriĆ³ y levantĆ³ una ceja cuando su padre regresaba al salĆ³n y Otto se acomodaba en el asiento. 

ā€”ĀæEn quĆ© estĆ” su conversaciĆ³n? ā€”quiso saber. 

ā€”Hablamos de los estudios universitarios de Pablo ā€”afirmĆ³ Otto mirando los ojos del jovenā€”. Te felicito por el trabajo que haces con Pablo. 

ā€”SĆ­, estoy orgulloso de mi gorila menor. 

ā€”Hombre, Āæpuedes contarnos se quĆ© se tratĆ³ tu llamada? 

ā€”Por supuesto que sĆ­ ā€”afirmĆ³ Marcos sirviĆ©ndose mĆ”s whiskyā€”. De hecho no debĆ­ responder. Es una reuniĆ³n para maƱana, esto ha hecho que me tenga que ir a dormir temprano. 

ā€”ĀæUna reuniĆ³n? ĀæQuiere decir que me contactarĆ”n a mi tambiĆ©n? 

ā€”No ā€”sonriĆ³ Marcosā€”. Solo yo. LlegarĆ” un helicĆ³ptero a buscarme. Estoy seguro que se trata de la candidatura de Israel a la gobernaciĆ³n. 

ā€”Ā”Que suerte! ā€”comentĆ³ Otto. 

ā€”AsĆ­ que mis amigos. Me ausentarĆ© en un rato ā€”confirmĆ³ Marcos levantando su vasoā€”. TomarĆ© este vaso con ustedes y me irĆ© a conversar con mi hijo mayor ante de dormir. Te quedas como en tu casa, Otto. 

Marcos se retirĆ³ algunos minutos despuĆ©s, por lo que nuevamente Pablo y Otto se quedaron en solitario. Y cada uno con el miembro duro dentro de su pantalĆ³n. 

ā€”PensĆ© que le ibas a comentar a papĆ” las muchas cosas buenas que quieres disfrutar en la isla. 

ā€”Ja, ja, ja. Yo las quiero disfrutar contigo y no con Ć©l. 

ā€”Ja, ja, ja. Otto me siento halagado. 

ā€”ĀæQuerrĆ”s pasar cosas buenas conmigo? ā€”Otto se mordiĆ³ el labio inferior lo que excitĆ³ a Pablo. 

ā€”SĆ­. Muchas cosas. Que podrĆ­amos comenzar desde ya. 

ā€”Directo al grano, Pablito. AsĆ­ me gusta con determinaciĆ³n. 

ā€”Determinado estoy a penetrarte el trasero que tienes ā€”confesĆ³ el joven con una sonrisaā€”. Tienes unas nalgas muy hermosas. 

ā€”ĀæA penetrarme? Que atrevido. ĀæTu novio no se pondrĆ” furioso? 

ā€“No hay ninguno ā€”dijo Pabloā€”, y el que habĆ­a fue un idiota que embarazĆ³ a su chica. 

ā€”Que idiota. Yo a ti te harĆ­a feliz y no te dejarĆ­a ir nunca. Como feliz te quiero hacer esta noche. 

ā€”Ā”Grrr! 

ā€”ĀæSubimos a mi habitaciĆ³n? Nos estĆ” esperando. 

ā€”Vayamos. 

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Otto y Pablo abandonaron la sala, fue gracioso porque cada uno iba acomodando su pene erecto en el pantalĆ³n. Cuando estuvieron juntos en la intimidad de la elegante suite Otto comenzĆ³ a comerle la boca a Pablo a besos, lo hacĆ­a con pasiĆ³n y deseo. Se tumbaron en la cama donde se besaron y frotaron con ansias. Los dos estaban muy empalmados. Pablo agarrĆ³ las dos carnosas nalgas de Otto en el momento que lo tenĆ­a encima. 

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Fueron quitĆ”ndose la ropa y cuando estuvieron desnudos, Otto se enamorĆ³ de los grandes genitales de Pablo. Su polla blanca y larga y el par de gigantescos cocos. Igualmente el hombre todavĆ­a se observaba apetecible con un ajustado calzoncillo color verde, sus genitales parecĆ­an imposibles de contener en la tela y sus nalgas invitaban a Pablo de ser penetradas por su sable. 

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ā€”RelĆ”jate ā€”le dijo Otto haciĆ©ndolo acostar en la king size. AcercĆ³ la mano a una pequeƱa cartera sobre la mesa de noche y extrajo un lubricante. Se echĆ³ una cantidad generosa en sus manos y comenzĆ³ a masajear los testĆ­culos y la dura polla de Pablo. 

Pablo comenzĆ³ a jadear relajĆ”ndose y cerrando los ojos. Fue el momento en el que Otto apretĆ³ el puƱo y lo enviĆ³ estrellĆ”ndose contra sus bolas, mientras sacudĆ­a su polla suavemente.

Pablo emitiĆ³ un fuerte gruƱido. 

Otro fuerte golpe hizo que Pablo gimiera de dolor mientras sus bolas se hinchaban ligeramente. Para volver a encontrarse con el puƱo de Otto. 

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ā€”ĀæEstĆ”s bien, Pablo? ā€”preguntĆ³ alegrementeā€”. Estoy dispuesto a entregarte mis nalgas, pero tienes que demostrar que eres un hombre muy fuerte y merecedor de ellas. 

ā€”Haz lo que quieras, pero tus nalgas son mĆ­as, Otto ā€”respondiĆ³ Pablo con voz tensa.

ā€”Eres fascinante, Pablo, me gusta verte asĆ­ como todo un hombre y no como el niƱo lleno de mocos que se la pasaba jugando con sus hermanos ā€”Otto se riĆ³ entre dientes, como premio sacudiĆ³ la polla del joven aumentando el ritmo. La respiraciĆ³n de Pablo se acelerĆ³ y sus gemidos se hicieron cada vez mĆ”s fuertes.

Otto se lamiĆ³ los labios y acariciĆ³ la palpitante polla de Pablo. Sus manos manejaban como todo un profesional el erecto miembro.

Pablo jadeaba profundamente sintiendo un delicioso cosquilleo en su entrepierna. Otto dirigiĆ³ un puƱetazo a sus gordos testĆ­culos.

Pablo se agitĆ³ sintiendo un dolor terrible, sin embargo su pene se puso mĆ”s rĆ­gido en la mano de Otto. 

ā€”Si quieres taladrar mi culo tendrĆ”s que resistir ā€”le recordĆ³ inclinĆ”ndose a Ć©l y regalando su tibio aliento. DejĆ³ de masturbar a Pablo y apretĆ³ los puƱos, comenzĆ³ a golpear las bolas de Pablo consecutivamente. 

Pablo tensĆ³ su espalda y emitiĆ³ un gruƱido agĆ³nico, sintiendo que las bolas se le iban a volver aƱicos. Mientras Otto aumentaba el ritmo de sus golpes, acercando a Pablo al lĆ­mite del orgasmo.

ā€”Ā”Aaaaaaaaah! ā€”gruĆ±Ć³ Pablo cuando su pene estallĆ³ con un potente lote de esperma cremosa que desafiĆ³ la gravedad, salpicĆ³ su pecho, muslos y la barbilla llena de pelos de Otto. 

El hombre de cuarenta aƱos agarrĆ³ el semen en su barbilla con la punta de su dedo y lo probĆ³. 

ā€”Delicioso. TenĆ­a mucho tiempo sin probar la leche de un semental. Creo que eres muy digno de guardar tu pene en mi culo, Pablo. 

Pablo gimiĆ³.

Otto lo agarrĆ³ de las bolas y las apretĆ³ con fuerza. ā€”TodavĆ­a queda leche aquĆ­, puedo sentirlo. Quiero que me des de comer. SĆ­, dame leche, semental ā€”dijo saboreando sus labios.

ā€”Toma esta ā€”dijo Pablo seƱalando su abdomen. 

ā€”Ya estĆ” frĆ­a. La quiero directamente de la mĆ”quina. 

Otto metiĆ³ el pene de Pablo dentro de su boca mamando a nivel profesional. Al mismo tiempo sus dedos se clavaron profundamente en los traumatizados testĆ­culos del joven, aplastando sus papas todavĆ­a llenas de esperma.

La tensiĆ³n sexual estaba en el aire, llenando la habitaciĆ³n, se escuchaba el sonido de la boca desesperada de Otto, y los gemidos de Pablo entre dolor y placer, sus colosales testĆ­culos eran aplastados con toda la fuerza que Otto pudo reunir.

La polla de Pablo palpitaba y temblaba dentro de la boca de Otto, siendo apretada por sus labios y la lengua del seƱor.

ā€”Ah, ah, ahā€¦

Eran los sonidos de Pablo, mientras Otto se afincaba mĆ”s en su polla. El joven levantĆ³ la espalda y la sensaciĆ³n de presiĆ³n en sus testĆ­culos se agudizĆ³. CerrĆ³ los ojos y derramĆ³ todo el jugo de sus bolas dentro de la boca de Otto que comenzĆ³ a tragar sin perder el preciado lĆ­quido y con sabor a cloro.

Cuando Otto sacĆ³ la polla limpia del joven de su boca, su barba tenĆ­a algunos rastros de leche. Pablo sonriĆ³ y lo limpiĆ³ con sus dedos.

Otto le liberĆ³ los traumatizados testĆ­culos, despuĆ©s se inclinĆ³ pasando la lengua por el abdomen de Pablo.

Se miraron a los ojos y sonrieron.

ā€”TodavĆ­a falta el premio mayor, mis nalgas para ti. ĀæPuedes?

ā€”Es obvio que sĆ­ ā€”afirmĆ³ Pabloā€”. Quiero el premio gordo.

Otto sonriĆ³ y le dio otro generoso beso en la boca. SaliĆ³ de la cama y bajĆ³ su ropa interior por los muslos. 

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