Fama en Hollywood - Las Bolas de Pablo

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19 abr 2021

Fama en Hollywood

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Balbusting hombre/hombre


Cuatro reconocidos actores de telenovelas fueron convocados a un importante casting en Hollywood, ellos son: los mexicanos David Zepeda y Gabriel Soto, el cubano William Levy y el argentino David Chocarro. Los cuatro sementales estaban dispuestos en columna frente al director de la película.


—Se trata de un film de acción —les explicaba— cuyo protagonista es un hombre latino y quien mejor que ustedes que gozan de bastante popularidad en latinoamérica. William estuviste tratando de incursionar en Hollywood, lamentablemente la suerte no te acompañó. Pero esta es una nueva oportunidad que no se puede desperdiciar. Como tampoco se desperdiciaron aquellas fotografías con poca ropa. Je, je, je.

William Levy
—Mis papeles fueron secundarios, pero de bastante peso en las tramas —argumenta William Levy. Un exótico rubio de 40 años. Es bastante alto, de hombros gruesos y cuerpo tonificado. Viste un ajustado pantalón que deja firme sus nalgas y abulta una inminente área genital, que invita a ser devorada por las más golosas de las bocas desde su publicación de fotos desnudo en años anteriores.

—David Zepeda, hombre, tienes bastante prestigio en México y varias ciudades en el continente. ¿Por qué no darle un empujón a tu carrera en este papel de cine? Has hecho muchas películas para el cine mexicano, pero tus producciones no pasan de promocionarse en taquilla nacional. Nuestra película es un gran salto para tu carrera.

David Zepeda
—Lo sé —afirma David sujetando la camisa que vestía dándole un firme estirón. Después de eso hizo una mirada de suficiencia ante los hombres que lo acompañaban a ambos lados—. Cualquier papel que me pongan a interpretar sé que será un éxito. Todo para mi representa un éxito y mi trabajo lo hago con bastante orgullo.

—Con bastante orgullo como tu vídeo sexual —sonríe el director de casting.

Con bastante orgullo. Ya he declarado que no me arrepiento de la filtración de ese video. No sabes la mar de propuestas que surgieron desde esa publicación.

Gabriel Soto
—Si de videos íntimos se trata tenemos a don Gabriel Soto, ¿cómo estás, Gabriel? A veces parece que estás asustado por la crítica, últimamente el público dice que te ves avejentado para los papeles de protagonista. El personaje de esta producción puede ser tu última oportunidad para interpretar un hombre, si se puede decir, joven.

—De la edad y los papeles no tengo miedo, en lo absoluto —niega Gabriel Soto de 45 años. Viste con pantalones ajustados que aseguran unas nalgas gordas, firmes y bastante carnosas, también da a entender que su paquete reúne los mejores requisitos para el casting. Pero ya todos conocían su desnudez gracias a la filtración de su video íntimo, masturbándose. Su verga era de tamaño promedio con buen grosor y un par de bolas que aseguran galones de buen esperma—. Estoy confiado de mi carrera y sé que hay detrás de mí una generación de relevo. En algún momento haré de papá del protagonista y estaré satisfecho de eso. Si esta película me dará una nueva proyección, bienvenida sea.

David Chocarro
—Nueva generación, eh —el director sonríe—, si de nueva generación hablamos estás tú, David Chocarro. Pero la verdad es que tienes muchos años de experiencia actoral, pero no gozas de la popularidad de estos histriones de la actuación. Tienes años laborando en Estados Unidos, aunque Latinoamérica no te reconoce como de los grandes de la telenovela, aunque tienes éxitos en Telemundo; el público en común no reconoce tu cara. Nuestra película podría darte la fama que requieres.

David Chocarro de 41 años luce su atractiva sonrisa entre su castaña barba de tres días. —Sí; esta es una buena oportunidad y estoy seguro que la voy a ganar, el protagonico que ofreces lleva mi nombre y haré todo por ganarlo. En telemundo todas las producciones llevan mi nombre y tienen el sello de éxito.

—Así me gusta caballeros. Los cuatro tienen sus méritos, por esta razón los he convocado, nuestra película de acción requiere de un hombre fuerte, pues se trata de un detective que investiga una desaparición, el hombre se enfrentará a una banda de feministas y por lo tanto debe recibir varios golpes en los testículos. Ustedes son cuatro y estoy ante 8 tipos de huevos. Nuestro casting busca al hombre que más golpes en los cojones pueda resistir, básicamente así es la película. El más resistente se queda con el papel, ¿alguna pregunta? ¿Alguien se anima a comenzar?

—Seré el primero —afirma David Zepeda dando pasos adelante y sonriendo con arrogancia.

—¡Así me gusta! Actores con determinación. Separa tus piernas para mí. 

David Zepeda abrió sus extremidades con seguridad. Se levantó la mezclilla del pantalón para ubicar en mejor posición sus testículos dejándolos reposar en medio de sus muslos. El paquete lucía llamativo en su ropa recogida. 

El director levanta la pierna hacia atrás y apunta una patada en un arco preciso contra las joyas hereditarias de David Zepeda. El elegante actor cambia radical su postura poderosa, muestra un rostro de complejo dolor cuando el impacto explota en su entrepierna.

William Levy se echa a reír mientras David Zepeda aulla de dolor, saltaba arriba y abajo, agarrándose la entrepierna.

—Muy buena reacción —apunta el director—, es lo que esperaba, sin embargo no es lo que busco para el protagonista de la película. Puede mejorar... ¿Quién sigue? 

—Yo —afirma William Levy—, puedo demostrar que soy mejor que este payaso —señala a David con desprecio—. En México los mejores papeles eran para mi, mientras que este quedaba para el segundo lugar o como simple villano. 

William separa sus piernas, el culo le luce precioso en su ajustado pantalón. El paquete muy grande, se revela que la polla está erecta apuntando a un lado. El director cierra un ojo enfocando como si tuviera rayos equis la ubicación perfecta de los huevos del actor. Prepara su pierna y apunta la patada de futbolistas americano a los balones de carne. 

—¡Oooooooooh, mierda, mis bolas! —grazna William Levy mientras se dobla, agarrando su entrepierna.

—Tu reacción es similar a David, ustedes dos compiten tanto que terminan siendo parecidos. ¿Gabriel te apuntas para el siguiente? 

Gabriel Soto observa la reacción de sus dos compañeros estaban doloridos, doblados y gimiendo.

—Yo lo haré primero —se interpuso David Chocarro—. Soy más activo y mis testículos tienen más resistencia. 

—¿Sí? —interroga con crueldad el director—. Ponte en posición, amigo. 

El guapo flaco se peina el cabello, abre el compás de sus piernas llevando las manos a ambos lados de la cadera. Su respiración agitada muestra el nivel de sus nervios. 

El director le patea las bolas con la misma técnica anterior. Los ojos del delgado argentino se cruzaron cómicamente lanzando un grito horrible y gutural para terminar desplománse en el suelo acurrucado y meciendo sus testículos. 

—Bastante impresionante —responde el director—, no me lo esperaba. Es como si el nivel de tu fama también envuelve la resistencia de tus bolas, es bastante baja si la comparamos con Zepeda y Levy. 

—Ay, ay, ay —David Chocarro se lamenta en el suelo con los ojos cerrados, acuñando sus testículos entre las manos, llorando y pataleando. 

—Amigo, Soto. Imagina las luces de cámaras de Hollywood sobre ti, los periodistas aclamándote mientras Brad Pitt te envidia por tener mejor sueldo que el siendo latino. 

—¡Chingada. Es la gloria! —agrega Gabriel Soto abriendo sus piernas—. He practicado boxeo y en algunas peleas me han pegado accidentalmente en las joyas. Es un dolor terrible que se debe soportar…

No termina de hablar cuando recibe la patada del director contra sus huevos llenos de esperma.

Un rugido de ogro escapó de la boca de Gabriel Soto, se tambalea pero pudo mantenerse erguido. Aún así se agarra los testículos con una mano y dobla un poco la espalda. Su rostro se congestiona de dolor. 

—Así es. Estás sufriendo pero te aguantas como los machos.

—Yo… quiero… —intentaba decir David Zepeda con el rostro lleno de dolor— yo quiero ese papel. Puedo intentarlo otra vez —se planta frente al director y separa sus piernas. 

El hombre vuelve a intentar la prueba incrustando otra devastadora patada a los pobres testículos de David Zepeda.

El semental mexicano puso los ojos en blanco y dobla sus rodillas y espalda agarrándose los doloridos cojones.

—Bastante resistencia, pero no se compara con el señor Gabriel Soto. 

—Yo puedo igualarlo —confirma William Levy, todavía su voz se oye quejumbrosa, dentro del pantalón sus bolas estaban muy hinchadas y doloridas.

Enseguida recibió una patada en las gónadas con todas las fuerzas que el director la pudo dar.

Los ojos de William Levy se cerraron. Se queda petrificado en estado de shock por varios segundos. Finalmente emite un grito agudo y cayó al suelo en la misma posición de su colega David Zepeda.

—Les guste o no, ustedes están equilibrado. No vale la pena que compitan. ¿David Chocarro? 

El argentino continúa en el suelo retorciéndose de dolor, con la boca apretada mostrando los dientes y los ojos cerrados.

—Pobrecito, este no aguanta otra ronda. ¿Señor Soto? 

—Como un roble. 

—¿No estarás usando protector? 

—En lo absoluto que no. 

Gabriel Soto se abrió el pantalón dejándolo caer por sus bronceadas piernas. No tenía ropa interior su dura verga dejaba colgando a merced sus testículos productores del mejor semen de la sala.

Una y otra vez consecutivas patada del director fueron a las bolas del afamado actor. Aplastando brutalmente sus huevos contra el cuerpo.

—¡Aaaaaah! —gritó Gabriel por último dando un salto con la décimo cuarta patada particularmente dolorosa. Muestra los dientes blancos y se las arregló para no irse al suelo y echarse a llorar de dolor como tanto quería.

—Así que tenemos protagonista —anuncia emocionado el director dando un fortísimo abrazo a Gabriel Soto—. Bienvenido al mundo del cine, ya verás como se impulsa tu carrera, ¡eres el hombre! ¡Eres el verdadero hombre con las bolas de acero! 

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