Contiene
Ballbusting mujer/hombre
Marcos ChacĆ³n un hombre de 50 aƱos propietario del hotel a orillas del mar Neptuno Palace conversaba desde el mirador de la confortable edificaciĆ³n, con la licenciada SofĆa CĆ”rdenas, se ubicaban en una de las zonas dispuestas para compartir comidas y bebidas entre los clientes mĆ”s jĆ³venes, charlaban despuĆ©s de una inspecciĆ³n de rutina. La licenciada trabajaba para el Circuito TurĆstico Nacional de Hoteles, un grupo que visitaba los hoteles del paĆs para agruparlos y clasificarlos en un ranking de los 100 mejores de la naciĆ³n.
—Muy encantada con su hotel, seƱor ChacĆ³n —decĆa la mujer—. Veo que mantiene el estĆ”ndar de calidad en un alto nivel como siempre.
—Como debe ser —afirmĆ³ el exministro de turismo—. Estoy en conversaciones con uno de mis hermanos que quiere abrir una sede en Miami.
—Oh, es una buena razĆ³n para ampliar la marca.
—SĆ, es fascinante. Pero no quiero alejarme del tema. Quisiera saber todo sobre mi paĆs, no nos alejemos del propĆ³sito del recorrido y la inspecciĆ³n a las instalaciones. Veo que le han gustado nuestras rutas, como siempre.
—Afirmativamente, seƱor ChacĆ³n.
—Bien —Marcos se rascĆ³ su cabello cano, y preguntĆ³ con duda—. SeƱora CĆ”rdenas, por la confianza que hay entre nosotros porque usted siempre inspecciona nuestras instalaciones, nunca hecho esta pregunta, ¿pero en quĆ© posiciĆ³n de la lista se publicarĆ” el hotel para la temporada de vacaciones de este aƱo?
La atractiva mujer sonriĆ³ y revisĆ³ una aplicaciĆ³n interna de su celular asociada a su grupo de trabajo. Luego dejĆ³ a un lado su smartphone y revisĆ³ las hojas con sus anotaciones.
—SeƱor ChacĆ³n —dijo devolviendo la mirada—. Estoy segura de que el Neptuno Palace estarĆ” en la posiciĆ³n nĆŗmero dos de los mejores hoteles del paĆs.
—¿CĆ³mo me va a hacer esto, mi querida licenciada? ¿Por quĆ© otra vez en el segundo lugar? Ya son dos aƱos con esa posiciĆ³n, no puedo soportarlo por tercera vez consecutiva.
SofĆa sonriĆ³ con gracia y aunque Marcos se sentĆa muy sereno en realidad estaba molesto.
—Le he mostrado que mis 2036 habitaciones estĆ”n en buenas condiciones usted los comprobĆ³ con las muestras al azar, todas con servicio de limpieza diario, a usted le encantĆ³ nuestro campo de golf, los 16 restaurantes temĆ”ticos estĆ”n avalados por los mejores chefs del mundo y ni hablar de los 5 bares. El spa ofrece servicio completo, tenemos excursiĆ³n a una isla virgen cercana, tenemos de todo y mĆ”s, ¿cĆ³mo nos van a castigar por tercera vez en el segundo lugar, mi querida muchacha?
—SeƱor Marcos, no se ponga mal, el segundo lugar es un bonito nĆŗmero.
—¿Quiere que visitemos la cancha de tenis? AllĆ no fuimos. O a la discoteca, un gran atractivo para los jĆ³venes.
—No, seƱor Marcos. El Neptuno Palace es un excelente hotel, sin embargo hemos recibido algunas quejas.
—¿Quejas? —Marcos ChacĆ³n se llevĆ³ la mano al pecho como si hubiera recibido el impacto de un rayo.
SofĆa se peinĆ³ el cabello y continuĆ³ explicando.
—Por ejemplo, en la pasada semana santa, supimos de un cliente reportĆ³ que la piscina de niƱos estaba frĆa y su pequeƱa hija se enfermĆ³ por tal motivo.
—¡Santo cielo! ¡¿CĆ³mo puede ser?!
—TambiĆ©n estamos al tanto del servicio de desayuno a la habitaciĆ³n, que aunque es gratuito no es tan bueno como lo son los otros menĆŗs del hotel que son de pago.
—¿Por eso, licenciada? Entiendo lo de la piscina de los niƱos, y me siento muy afectado, es necesario que me reĆŗna con el encargado del Ć”rea y le pida una explicaciĆ³n. Pero me dolerĆa muchĆsimo otro aƱo mĆ”s en el segundo lugar. ¿No hay nada que pueda hacer para subir al primer puesto? VerĆ” que no recibirĆ”n mĆ”s quejas de los servicios del hotel.
Por polĆticas de la empresa donde laboraba no podĆa hacer mĆ”s, sin embargo ella era personal clave y tenĆa influencias para cambiar las posiciones en el listado y Marcos ChacĆ³n se merecĆa el primer lugar. Era un hombre encantador, viudo e inteligente. Y no podĆa decir mĆ”s del bulto que siempre marcaba en su entrepierna. AllĆ sentado frente a ella su discreta mirada presenciĆ³ un amasijo de carne envuelta en su Ć”rea genital.
—Una prueba de resistencia, seƱor ChacĆ³n.
—¿QuĆ©, cĆ³mo? No comprendo.
—Hagamos usted y yo un juego, seƱor ChacĆ³n, por el primer lugar.
—¿Un juego? ¿De quĆ© me estĆ” hablando, licenciada?
—Si yo gano el Neptuno Palace se ubicarĆ” un aƱo mĆ”s en el segundo lugar, pero si usted vence. Le ofrezco dos aƱos consecutivos con el hotel de primero en la lista.
—Me gusta. Trato hecho. ¿De quĆ© se trata?
La mujer se quedĆ³ mirando la abultada entrepierna del exministro de turismo.
—Resistencia testicular.
Marcos abriĆ³ los ojos de sorpresa. ParpadeĆ³ un par de veces y tomĆ³ la decisiĆ³n dando un fuerte resoplido.
—¿Puedo llamar a uno de mis hijos?
—Es trampa, seƱor, el trato es con usted.
—EstĆ” bien, hagĆ”moslo. DĆ©jeme buscar la mejor habitaciĆ³n.
—AquĆ lo espero.
«Todo por mi hotel» pensĆ³ Marcos abandonando el asiento.
El seƱor ChacĆ³n simplemente se dirigiĆ³ al lobby, no necesitaba ningĆŗn tipo de permiso para tomar una de las computadoras e investigar que habitaciĆ³n estaba apta para el juego. Cuando la localizĆ³ buscĆ³ a la licenciada SofĆa y la hizo caminar al ascensor.
La habitaciĆ³n era hermosa. Pero lamentablemente no daba con vista al mar como hubiera deseado SofĆa.
“Viejo tacaƱo” pensĆ³ ella.
Sin embargo el lujoso espacio tenĆa vista al maravilloso jardĆn del hotel.
—Bueno —dijo Marcos inocente de los pensamientos de la invitada—. ¿De quĆ© manera comenzamos el juego? —aparentaba seguridad y confianza, en contraste su polla se delineaba claramente en el pantalĆ³n de manera mĆ”s notoria que horas antes cuando personalmente le hacĆa el recorrido por las instalaciones del complejo.
—Antes de iniciar necesito que estĆ© cĆ³modo, seƱor ChacĆ³n —asegurĆ³ SofĆa acercĆ”ndose al varĆ³n acomodando el cuello de su camisa.
—Estoy tranquilo —afirmĆ³ Marcos cambiando el tono de voz. Se sentĆa nervioso. SintiĆ³ la rodilla de SofĆa chocando perfectamente con sus dos bolas. El impacto pulverizĆ³ sus huevos repletos de leche ChacĆ³n.
Marcos soltĆ³ un fuerte grito cuando el dolor viajĆ³ por su cuerpo como un turista extranjero. Sus ojos se llenaron de lĆ”grimas y su boca temblĆ³ de agonĆa dejando resbalar un hilo de baba. CayĆ³ de rodillas, mirando a SofĆa con expresiĆ³n en shock. ¡Puta madre, estaba viejo! Sus huevos ya no resistĆan como 30 aƱos atrĆ”s cuando era el campeĆ³n de los testĆculos en la escuela nĆ”utica.
SofĆa retrocediĆ³ sintiĆ©ndose contenta. TenĆa para ella a uno de los hombres mĆ”s famosos en materia de turismo. Un hermoso Neptuno de carne y hueso para ella. Dispuesto a todo por su franquicia.
Marcos se desplomĆ³ de lado acurrucĆ”ndose fetal. Temblaba y se mecĆa como si estuviera en el Ćrtico, cada fibra de su cuerpo presenciaba un dolor insoportable.
—Parece que he ganado, seƱor ChacĆ³n —el tono de voz era inocente a pesar de la sonrisa maligna.
Marcos gimiĆ³, le dolĆan los huevos y su polla estaba dura como roca casi a reventar el pantalĆ³n, por lo menos todavĆa no tomaba pastillas para ponerse duro.
—No has ganado, licenciada —asegurĆ³ Marcos haciendo un gran esfuerzo en acumular fuerzas. Haciendo un fuerte gemido se puso de pie—, ¡ay! —con semblante de angustia se llevĆ³ las manos a la cadera.
Sin apartar la vista de su entrepierna, SofĆa hizo retroceder el pie y pateĆ³ a Marcos en los huevos con fuerza y rapidez. Marcos ChacĆ³n gritĆ³ a todo pulmĆ³n y se derrumbĆ³ en el suelo.
—¿He ganado, seƱor ChacĆ³n?
—No —gruĆ±Ć³ Marcos, retorciĆ©ndose de dolor.
—Creo que tiene bien merecido el segundo lugar su espectacular hotel.
Marcos gimiĆ³.
—Por tercer aƱo consecutivo el segundo lugar. No estĆ” mal, seƱor ChacĆ³n, serĆa horrible bajar una posiciĆ³n o dos. Al menos se mantienen.
—No soy un hombre de perder —argumentĆ³ Marcos ChacĆ³n poniĆ©ndose de pie. Su rostro regalaba dolor.
SofĆa riĆ©ndose se detuvo frente a Ć©l y lo detallĆ³ con expresiĆ³n sonriente peinando su camisa desde el pecho a los hombros. El hombre con cabello gris estaba que lloraba y SofĆa levantĆ³ la rodilla, machacando los grandes huevos, embistiĆ©ndolos contra su cuerpo.
Los ojos de Marcos se abrieron como dos grandes platos y su mandĆbula cayĆ³ mientras dejaba escapar un chillido que ponĆa los pelos de punta.
—Usted no hace nada por el primer puesto —asegurĆ³ SofĆa sosteniendo a Marcos por los hombros. VolviĆ³ a darle un rodillazo en las gĆ³nadas, haciĆ©ndolo doblarse mientras gritaba de dolor.
SofĆa lo mirĆ³ muy emocionada. El padre de Pablo cayĆ³ al suelo retorciĆ©ndose y comenzando a llorar. Aferrando ambas manos a sus grandes toronjas. AbriĆ³ la boca para decir algo, pero fue silenciado con una rĆ”pida patada en los huevos que le hizo sentir arcadas y profundo dolor.
—SĆ —afirmĆ³ SofĆa utilizando la pantalla tĆ”ctil de su celular para una anotaciĆ³n—. Hotel Neptuno Palace tercer aƱo consecutivo en el segundo puesto —sonriĆ³ como una chiquilla feliz—, hasta luego, seƱor ChacĆ³n, ha sido todo un placer compartir con usted.
La mujer saliĆ³ de la habitaciĆ³n dejando al dueƱo del hotel en medio de profundos lamentos.
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