Azul Caribe (2/5): autoballbusting - Las Bolas de Pablo

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13 abr 2021

Azul Caribe (2/5): autoballbusting

Contiene:

Ballbusting hombre/hombre


Pablo doblĆ³ el condĆ³n que habĆ­a usado para penetrar a Otto Salinas, mientras el guapo hombre de 40 aƱos observaba el exuberante paisaje que se manifestaba a su alrededor. Era una isla deshabitada donde Pablo lo llevĆ³ a bordo de una lancha a motor. El mar se detallaba de un hermoso azul, la arena amarilla, el bosque de un verde virgen, casi de tonalidad azul y muchos cocoteros fueron testigo de su sexo a poca distancia del mar.


—Es hermosa tu isla —dijo Otto. 

—Hermosas son tus nalgas —se riĆ³ Pablo dĆ”ndole un beso en el cuello. No tenĆ­an una relaciĆ³n formal, simplemente acordaron pasar tiempo para el placer, pero sin darse cuenta estaban pasando mĆ”s rato juntos de lo normal y la estadĆ­a de Otto en la isla se alargĆ³ sin explicaciĆ³n alguna. 

Otto Salinas era un viejo amigo de Marcos ChacĆ³n en asuntos de la polĆ­tica. Estaba en el distrito insular para abrir unos locales comerciales de su propiedad. Por cuestiones del destino decidiĆ³ aventurarse como amante de un joven 20 aƱos menor que Ć©l. 

Pablo se rascĆ³ la sexy barba negra y se sentĆ³ en la arena, se habĆ­a puesto un calzoncillo blanco guardando sus grandes bolas, que seguĆ­an marcĆ”ndose al compĆ”s de sus piernas abiertas. ContemplĆ³ el paisaje. 

—SĆ­, es un hermoso lugar. AquĆ­ se hace senderismo con los turistas y otros deportes con los clientes del hotel. ObservĆ© que no tenĆ­a nada agendado para hoy y supe que era ideal para que estuviĆ©semos juntos. 

—Me gusta —afirmĆ³ Otto, inclinĆ”ndose y dĆ”ndole un beso en la boca a Pablo. Se puso de pie y se colocĆ³ un baƱador azul. 

Pablo se mordiĆ³ los labios detallando el magnĆ­fico cuerpo de Otto, sus potentes piernas eran fabulosas y el majestuoso culo que se tenĆ­a lo invitaba a devorarlo por horas. 

Otto le dirigiĆ³ la mirada y se sentĆ³ a su lado. Intercambiaron nuevos besos. 

—En algunos dĆ­as me irĆ© a mi ciudad —dijo—. No me quiero ir, aquĆ­ la paso muy bien. ¿Te vendrĆ­as conmigo? Tengo un espacioso apartamento. 

Pablo perdiĆ³ su mirada en el mar, al noreste se contemplaba la blanca edificaciĆ³n del Neptuno Palace, el hotel de su padre. 

—Puedo ir antes de vacaciones —respondiĆ³ Pablo—. AquĆ­ tengo mi vida, los negocios, la universidad que no he terminado. No rechazo tu invitaciĆ³n. Puedo ir unos dĆ­as. 

—De acuerdo —comentĆ³ Otto—. ¿Crees que tu padre se enfurezca si se entera de nuestra aventura? 

—Ja, ja, ja. Estoy 100% seguro que sĆ­. Pero la aceptarĆ­a de todos modos. 

Otto se riĆ³ moviendo la cabeza incrĆ©dulo. 

—¿Fue difĆ­cil salir del closet con Ć©l?

Pablo se echĆ³ a reĆ­r. 

—SĆ­, ja, ja, ja. QuiĆ©n primero lo descubriĆ³ fue SimĆ³n. 

—¿Mi ahijado? ¿CĆ³mo? 

Pablo se echĆ³ a reĆ­r con mĆ”s fuerza. 

—Haz de cuenta que cuando yo tenĆ­a como 12 o 13 aƱos SimĆ³n se buscĆ³ la manera de ingresar en las habitaciones cĆ”maras de seguridad y grababa a los clientes follando. 

Otto soltĆ³ una risa. 

—¿QuĆ© edad tenĆ­a SimĆ³n? 

—No sĆ©. Eramos adolescentes y vagos, debĆ­a tener 15 o 16. Entonces nos masturbĆ”bamos viendo esas parejas que llegaban al hotel. Hasta que cierto dĆ­a la grabaciĆ³n era de dos hombres, sucede que nunca sabĆ­amos a quien grababamos. Y se trato de una pareja de gays. Yo me puse como un asta, ¡JAJAJA! Mi soldado estaba excitado pero el de SimĆ³n mĆ”s dormido que nunca. AsĆ­ Ć©l me descubriĆ³ estuvo una semana agobiĆ”ndome preguntando por quĆ© me excitĆ© con esos hombres hasta que le dije que me excitaba. Jajaja, me apoyĆ³ por siempre. Y guardĆ³ el secreto por algunos aƱos hasta que me dio Ć”nimos de hablarlo con la familia. 

—Que bueno es SimĆ³n —afirmĆ³ Otto acercĆ”ndose a Pablo—. Pero mĆ”s bueno estĆ”s tĆŗ —y comenzaron a besarse. 

—Te invito esta noche a mi suite —dijo Pablo acomodĆ”ndose la dura erecciĆ³n. 

—¿Otra inigualable noche de sexo? 

—Una noche de ballbusting. El ballbusting que no me has hecho hoy. 

—¡Delicioso! 

—EstarĆ”s en agenda —sonriĆ³ Pablo. 

Se dedicaron nuevos besos y caricias. Se dirigieron al barco de motor donde Pablo condujo de regreso al hotel familiar, por el resto de la tarde cada uno atendiĆ³ sus prioridades. Otto saliĆ³ en su vehĆ­culo para reunirse con sus socios ejecutivos y Pablo se dedicĆ³ a inspeccionar las diversas Ć”reas del hotel. 

Cerca de las once de la noche Pablo recibiĆ³ al amigo de su padre en su suite. El muchacho tenĆ­a puesta una bata de dormir blanca. 

—Es hermosa tu suite —dijo Otto mirando a todos lados al ingresar—, mĆ”s grande que la mĆ­a. 

—EstĆ” diseƱada como casa. Igualmente estoy haciendo mis gestiones para comprar mi propia residencia. 

—¿Por quĆ©? Tienes todo aquĆ­. 

—Lo sĆ©. Pero tener mi residencia me darĆ” un plus. 

TambiĆ©n para recibirme sin problemas —asegurĆ³ Otto pasando una mano de forma seductora por el pecho de Pablo—. ¿Me has invitado a una sesiĆ³n de ballbusting? 

—SĆ­. Una sesiĆ³n de auto ballbusting. 

—¿CĆ³mo? 

Pablo sonriĆ³ de manera pĆ­cara. —SiĆ©ntate y disfruta como me golpeo los huevos. 

—Hot —comentĆ³ Otto abriĆ©ndose la camisa y mostrando sus pectorales. Fue conducido a la recamara de Pablo donde se acostĆ³ de piernas abiertas. 

Pablo se quitĆ³ la bata, quedando completamente desnudo para deleite visual de Otto. 

Extrajo de un cajĆ³n al lado de la cama un juguete de goma con forma de martillo. 

—Iba a ser un regalo que nunca dĆ­ a mi sobrino Vicente —le dijo sopesando el juguete en sus manos—. Hasta que descubrĆ­ su utilidad. Pegarme en los huevos. 

ColocĆ³ un pie sobre la cama y el otro lo dejĆ³ firme en el suelo. Su polla ya estaba erecta dejando a merced de contacto las grandes bolas. Pablo empujĆ³ el martillo contra ellas. 

Sus mejillas se hincharon. 

—Oh. 

Otto se acomodĆ³ en el colchĆ³n sintiendo una inmensa emociĆ³n mientras su pene empezaba en endurecerse. 

Pablo se mordiĆ³ el labio, excitando mucho a Otto y un golpe fuerte con el juguete entre sus piernas hizo que se tambaleara y gimiera.

Mientras resoplaba de dolor, Otto se masajeĆ³ la entrepierna metiendo la mano en su calzoncillo sin apartar la vista de Pablo. 

Pablo volviĆ³ a golpearse las bolas con el martillito infantil. 

—Oh, diablos, oh —comentĆ³ con voz gutural. 

—Sigue asĆ­. 

—Ven, Otto, ven conmigo. 

Pablo se giro y saliĆ³ de la alcoba, Otto lo siguiĆ³ con una protuberancia muy grande en sus calzoncillos. 

Pablo se subiĆ³ a un mueble, se inclinĆ³ para dejar sus testĆ­culos libres para caer sobre el espaldar. BrincĆ³ y dejĆ³ que sus cojones impactaran de lleno contra el acolchado mueble. 

Sus ojos se abrieron y su boca escapĆ³ un grito. Se dejĆ³ caer al mueble y despuĆ©s rebotĆ³ al suelo chillando de dolor, retorciĆ©ndose.

Otto le aplaudiĆ³, se sentĆ³ en el mueble bajando su calzoncillo, su morena verga era bastante gruesa sin ser grande. Mirando a Pablo comenzĆ³ a masturbarse dando pequeƱos jadeos. 

Pablo seguĆ­a retorciĆ©ndose en el suelo. Su polla estaba tiesa y sus bolas comenzaban a hincharse. 

Luego de un minuto el joven se arrastrĆ³ hasta quedar muy cerca de las torneadas piernas de Otto. El joven separĆ³ sus muslos invitando al seƱor. 

Otto aceptĆ³ la invitaciĆ³n entre las piernas se Pablo. LevantĆ³ la planta del pie y lo estrellĆ³ contra los testĆ­culos del guapo joven. 

Pablo gimiĆ³ mientras Otto movĆ­a el pie en movimientos circulares sobre sus bolas.

Los dedos de los pies de Otto masajearon de momento el pene de Pablo, quitĆ”ndole algunos oh, ah, asĆ­, uf. Otras veces el talĆ³n se aferraba a sus huevos, apretĆ”ndolos contra su pelvis. 

—EstĆ”s siendo tramposo, Pablo —dijo Otto levantando el pie—. Me has invitado aquĆ­ para ver como te golpeabas los testĆ­culos. No para yo hacerlo, pero… —aterrizĆ³ la planta del pie en las bolas de Pablo. 

El dolor fue suficiente para que un disparĆ³ de semen saliera expulsado del pene del joven. Fue una rĆ”faga grande y potente de leche que cayĆ³ en la cara y labios de Pablo, Otto continuĆ³ removiendo el pie y los charcos se fueron acumulando en su abdomen y pecho.

Otto hizo presiĆ³n con la punta de su pie en las bolas de Pablo drenando mĆ”s leche de sus huevos.

Oh —dijo Pablo con su cuerpo empapado de semen.

Otto lo mirĆ³ con los ojos llenos de brillo y la boca echa agua. Se levantĆ³ del mueble para ponerse de cuclillas sobre el muchacho. Le dio un sutil beso en la boca.

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