ANECDOTAS DE GINA Parte 1.
CONTIENE BALLBUSTING Y SEXO M/M
Tiene relaciĆ³n con el relato: ANECDOTAS VERGONZOSAS.
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Gina ChalĆ³n es una abogada de 29 aƱos, se especializĆ³ en derecho de familia y se considera bastante buena en su trabajo. Gina es transexual, a los 20 decidiĆ³ adoptar el rol femenino. Su cuerpo natural era de caracterĆsticas delgadas y delicadas, por lo que gracias a algunas pocas cirugĆas (implantes mamarios, aumento de caderas y feminizaciĆ³n de voz) y mucho gimnasio, presume ahora un bello cuerpo femenino. AƱadido a que su rostro es realmente hermoso.
Para Gina un tratamiento de hormonas era impensable y es que entre las piernas ella aun es varĆ³n, la abogada en gustos es bisexual, y con genitales masculinos de buen tamaƱo disfruta al mĆ”ximo su sexualidad, tanto con mujeres como con hombres. Gina es lo que se le conoce como una SHEMALE
Aquella noche llegaba a su apartamento, allĆ la esperaba Pilar, una reservada mujer de 35 aƱos y su actual amante, se conocĆan hace mĆ”s de un aƱo y luego de ser amigas se volvieron amantes, hecho que generĆ³ que el matrimonio de Pilar terminara, de hecho aun estaba en los trĆ”mites del divorcio de su esposo Camilo, aunque desde hace unos 6 meses no convivĆa con Ć©l.
Gina era la abogada del divorcio de Pilar, lo que no era muy Ć©tico de su parte siendo ella la causa del fracaso matrimonial, pero ese mismo aspecto le trajo problemas el dĆa de hoy.
La abogada habĆa asistido al lugar de trabajo de Camilo con la intenciĆ³n de entregarle un citatorio. El enfurecido hombre odiaba a la abogada por quitarle a su esposa y volverla lesbiana -Ć©l desconocĆa la masculinidad oculta de Gina- El conflicto se produjo y Gina le demostrĆ³ lo buena peleadora que era…
…Camilo terminĆ³ noqueado en el piso del estacionamiento ante una enojada pero victoriosa abogada. Pero de repente la transexual recibirĆa por detrĆ”s un fuertĆsimo patadĆ³n en los testĆculos. El sorpresivo y doloroso golpe dejĆ³ a Gina sin sentido.
Tiempo despuĆ©s despertĆ³ y se enterĆ³ que el propio Camilo le prestĆ³ auxilio y la dejĆ³ a cargo de una empleada.
Gina se dirigiĆ³ a su vivienda, querĆa descansar hasta la maƱana siguiente, sus testĆculos todavĆa le ardĆan. Pero Pilar la recibiĆ³ curiosa, pues esperaba noticias sobre la entrega del citatorio a su esposo.
La abogada habĆa olvidado por completo el plan de verse con la mujer aquella noche. De seguro ademĆ”s de las noticias esperaba intimar con ella, pero el dolor de bolas le habĆa quitado todo Ć”nimo de fornicar.
Pilar la recibiĆ³ con besos y abrazos, el contacto de su paquete con el bajo vientre de Pilar le incomodĆ³, rechazĆ”ndola.
—QuĆ© te pasa, Gina?
—Es que me siento mal.
Pilar observĆ³ cĆ³mo su amante se tocaba la entrepierna
—Dime que te pasa!, te duele algo, estas bien?
—Pilar, me patearon las bolas.
La amante se alarmĆ³, habĆan lastimado a su amante Gina en las partes viriles, aquellas que tanto la complacĆan.
—Pero que sucediĆ³?, Camilo te pegĆ³ en las bolas?, pero Ć©l no sabe que tĆŗ eres…—Pilar de inmediato asociĆ³ el asunto de la entrega del citatorio a su esposo.
—No Pilar, Ć©l no fue, sĆ! me pelee con Ć©l, pero le ganĆ©.
—Entonces te peleaste con Ć©l?—ExpresĆ³ Pilar asombrada. Aunque no lo esperaba era una real posibilidad dado el enojo que Camilo en el pasado habĆa demostrado hacia su amante y abogada.
—Es mĆ”s, le deje noqueado! en el suelo!, tu sabes que soy buena peleando.
—Dios!, dime que sucediĆ³, cuĆ©ntame todo!
Gina le contĆ³ los hechos con detalles, finalmente llegĆ³ a la parte del ataque testicular:
—…Pero ahĆ alguien me pateĆ³ las bolas por detrĆ”s.
—Oh Dios Gina!, y con lo que te duelen esos golpes.
—Me desmayĆ©, Pilar—Le dijo la abogada con un tono de decepciĆ³n, a pesar de tener apariencia femenina y frĆ”gil, se consideraba fuerte y lo probĆ³ venciendo a su rival Camilo, pero el caer desmayada y de un solo golpe la hacĆa parecer dĆ©bil.
—Te desmayaste?, Dios bendito!!!
—Me patearon muy duro… y me tomaron por sorpresa, no es justo!, asĆ no hay forma de hacer algo…—PareciĆ³ excusarse la transexual.
—Pero quien fue el cobarde?
—No lo sĆ©—En su mente Gina barajaba posibles enemigos, tenĆa muchos al ser una despiadada abogada de divorcios. Fue algĆŗn marido a quien le quite la esposa?, o viceversa, Alguna esposa contratando a alguien para que me golpeara por hacer que su esposo dejara el closet?…cualquier posibilidad podĆa ser la acertada.
Pilar se le acercĆ³ nuevamente y la besĆ³ en los labios.
—Gina, dĆ©jame aliviarte, te los besarĆ©.
La abogada aceptĆ³ la oferta, se acostĆ³ en la cama, subiĆ³ su falda y se bajo lentamente las pantaletas, Pilar se arrodillĆ³ entre sus piernas y detallo aquellas bolas del triple de tamaƱo de unos testĆculos promedio.
La aĆŗn casada sintiĆ³ alivio, las pelotas de Gina estaban en su tamaƱo de siempre, si la patada se las inflamĆ³ ya habĆa pasado el daƱo. SonriĆ³ y le dio un beso en el escroto. Pilar adoraba lo enorme que eran los testĆculos de Gina, fue de las cosa que mĆ”s le atrajo de ella.
Con Pilar besĆ”ndole una y otra vez los huevos, Gina comenzĆ³ a jadear, los besos repetidos a sus gĆ³nadas la relajaban, mirĆ³ al techĆ³ y su mente comenzĆ³ a divagar.
RememorĆ³ el terrible dolor de aquella patada a traiciĆ³n y lo que alcanzĆ³ a ver hasta perder el conocimiento, era el dolor mĆ”s horrible que recordaba en su vida, comenzarĆa a revisar algunas otras ocasiones en las que sus enormes pelotas sintieron dolor.
Eran las anƩcdotas de Gina:
HACE 3 AĆOS
Gina conociĆ³ a Lalo Encole, -un hombre de 30 aƱos en aquel entonces-, en un bar gay. Lalo no aceptaba aun su gusto por otros hombres y visitaba por primera vez un lugar asĆ.
Siempre fue un hombre de familia y con su esposa tenĆa un hijo de 6 aƱos. La abogada nota la incomodidad del sujeto, se le acerca y le invita un trago. El inexperto hombre se muestra nerviosos ante la bella, creyendo que es una mujer del bar, pues es un sitio donde sĆ³lo ha visto hombres, aunque homosexuales.
La charla pronto se hace amena y Gina obtiene informaciĆ³n familiar sobre Lalo, muy sutilmente la transexual le aconseja no luchar contra sus gustos sexuales y dejarse llevar por estos, en otras palabras salir del closet.
Lalo no parece tenerle confianza a la inesperada consejera, y es cuando Gina le confiesa:
—Y quien te dijo que yo soy mujer?, no cariƱo, entre las piernas soy muy hombre.
Lalo se sorprende ante la transexual y se muestra mĆ”s abierto, pero aun asĆ inseguro. Durante los siguientes dĆas, Gina saldrĆa a tomar y charlar con Lalo, volviĆ©ndose confidente de las reprimidas pasiones que albergaba el corazĆ³n del hombre.
Ante la continua indecisiĆ³n de Lalo, Gina decide usar mĆ©todos menos ortodoxos…Le pone una emboscada! Le tentarĆa para que se decidiese a yacer con otro hombre, y si fuese ella serĆa mejor.
Gina le cita en un sitio de fiestas privadas, era un lugar propiedad de un conocido de la abogada que se usaban en celebraciones tanto para adulto como para niƱos, eran las 3 pm y Lalo se sorprende al encontrarse en un sitio vacĆo.
El negocio era una enorme sala llena de mesas y sillas, habĆa atracciones para niƱos, incluyendo una piscina de pelotas y otra llena de espuma. Al parecer el sitiĆ³ habĆa sido usado en la maƱana y aĆŗn quedaban los rastros de una fiesta infantil.
Lalo pidiĆ³ explicaciones, mientras la abogada sentada en el suelo y usando un grueso abrigo le sonreĆa. Finalmente Gina se retirĆ³ el abrigo, debajo la transexual estaba desnuda!
Lalo observĆ³ la femenina apariencia de Gina, sus desnudos pechos le excitaron, y entre sus piernas estaban un pene semi erecto, bastante grueso y un amplio escoto cargando dos enormes testĆculos, Gina era muy bien dotada genitalmente hablando.
—Que…que haces?—Lalo estaba sudando por los nervios, parecĆa un adolescente inseguro, en su calzoncillo algo crecĆa y se empapaba.
—Dejemos esto claro, hoy tendrĆ”s relaciones conmigo—ExpresĆ³ Gina quien ya se habĆa puesto en pie y avanzĆ³ lentamente hacĆa Ć©l.
Lalo observĆ³ las colgantes pelotas de la transexual bambolearse de un lado a otro a cada paso.
El hombre tratĆ³ de marcharse pero la desnuda Gina fue rĆ”pida y se recostĆ³ contra la puerta de salida. La abogada planteĆ³ su estrategia.
—Si quiere irte, tendrĆ”s que pelear conmigo y ganarme.
Gina caminĆ³ nuevamente hacia Ć©l, y este retrocediĆ³ hasta el centro de la enorme sala.
—Pero de que hablas?!
—Peleemos!, si ganas volverĆ”s con tu mujercita, tu hijito y a vivir reprimiendo tu naturaleza gay, pero si te venzo tendremos sexo, te darĆ© por ese culito que de seguro quiere experimentar el ser perforado, Jajajaja.
—Esto es una locura!
—No lo es, deja salir ese gusto por un buen pene, no lo puedes esconder de mĆ…Vamos Lalo, presĆ©ntame a tu amiguito, le darĆ© un beso si sale…
—Esto es un error…
—Vamos, no tengas miedo!, tienes bolas como yo, o no?, bueno, no tan grandes por lo que veo en esos pantalones.
Lalo cerrĆ³ un poco los muslos de la pena.
—Vamos Lalo!, o no me digas que tienes las bolas sĆ³lo de adorno? Tu esposa te domina en casa, verdad?
—CĆ”llate…
—Parece que si las tienes de adorno, mejor serĆ” que te las cortes y cuelgues del Ć”rbol de navidad, asĆ al menos serian Ćŗtiles.
Lalo se mostraba enojado por los provocadores comentarios de Gina.
—Vamos, atĆ”came gran marico!
—Yo no soy marico!—PareciĆ³ enojarse el hombre, Gina vio su enfado y le retĆ³ mĆ”s.
—Pero claro que lo eres, cariƱo, no lo niegues mĆ”s…un marico que obedece a su esposa como perro faldero, JA!
—Que no lo soy!—Lalo lanzĆ³ un puƱo contra Gina, pero la experimentada peleadora se lo esquivĆ³ fĆ”cilmente. Enseguida le atravesĆ³ el pie y le hizo irse de cara al suelo, por fortuna atravesĆ³ las manos para evitar el impacto al rostro.
—Y crees que me ganarĆ”s con esos puƱos a velocidad de tortuga?
La adrenalina apareciĆ³ y Lalo quiso un nuevo intento, se retirĆ³ la camisa, Gina aplaudiĆ³ ante el torso desnudo del enojado hombre.
Lalo lanzĆ³ dos golpes, igualmente esquivados por la abogada, quien le conectĆ³ uno y dos puƱos en los costados, Lalo cayĆ³ de rodillas faltĆ”ndole el aire.
Gina se ubicĆ³ frente a Ć©l con las manos en las caderas
—Querido Lalo, mejor accede por las buenas o te partirĆ© la madre.
—CĆ³mo es que…
—QuĆ©?, esperabas que por verme frĆ”gil no podrĆa contigo?, pero levanta la cara al menos, sĆ© hombre!
Para no verse tan acabado como en realidad estaba, Lalo levantĆ³ la mirada, sĆ³lo para toparse con el dotado pene de Gina a centĆmetros de su cara…
—Oh dios! —LadeĆ³ el rostro Lalo, asqueado, pero a la vez enrojecido.
Gina soltĆ³ una fuerte carcajada.
—Vamos hombre sonrojado, dale un beso a la punta, sabes que te gustan las pollas, jajajaja.
La transexual comenzĆ³ a reĆr sin parar, el enojo en Lalo aumentĆ³ y recobrĆ³ algo de energĆas.
Lalo se lanzĆ³ contra ella, dio un gran brinco cayĆ©ndole espectacularmente encima. La habĆa tomado descuidada, de la tremenda embestida ambos cayeron en la piscina de espuma.
—Aau! —se quejĆ³ Gina—Vaya, veo que te gusto mucho, quieres que lo hagamos aquĆ en la espuma?, pervertido, jajaja.
Cuando la abogada levantĆ³ la vista, observĆ³ que Lalo tenĆa el puƱo listo para impactarle el rostro, en vez de asustarse Gina sonriĆ³.
—QuĆ© pasa?, no me vas a pegar en la cara?
—Yo…—Lalo dudaba en soltar en puƱo—yo nunca he golpeado a una mujer.
—Pero yo no soy una.
—Pero, pareces una, y eres muy bonita, no puedo pegarte en la cara.
—Entonces quĆtate de encima…
—CĆ”llate!, Eres una engreĆda y una petulante, pero ahora te tengo.—El varĆ³n usĆ³ toda su fuerza para mantener a Gina sometida.
La abogada se reĆa.
—Ahora yo tengo el control, rĆndete y te soltarĆ©, entonces me irĆ©, rĆndete! te doy esa opciĆ³n!
—Vaya…De veras de das la opciĆ³n de rendirme, Jajajaja.
—De que te rĆes?, mira que yo…—Fue interrumpido cuando Gina le enterrĆ³ la rodilla en los testĆculos, tan fuerte que elevĆ³ el trasero de Lalo.
—AAUuuu!!!!—Se quejĆ³ Lalo, quien de inmediato se le quitĆ³ de encima y quedĆ³ en posiciĆ³n fetal en toda la extensiĆ³n de la espuma.
—No dejes tus bolas expuestas, querido.
Lalo se retorcĆa, sosteniendo sus cojones, no pudo hacer nada cuando la transexual le sacĆ³ los pantalones, la lubricante espuma hizo mĆ”s fĆ”cil la labor.
El hombre apenas pudo lanzarle una dĆ©bil patada hacia atrĆ”s, la abogada la esquivĆ³ sin dificultad y le conectĆ³ en desquite un nuevo golpe a las costillas.
Mientras el varĆ³n soportaba sus dolencias, Gina permaneciĆ³ ahora afuera de la piscina, estĆ”tica y cruzada de brazos esperando que Lalo recobrase fuerzas. Pudo haber acabado la pelea rematĆ”ndole, pero querĆa darle otra oportunidad.
Lalo sentĆa como si las bolas estuviesen en su estĆ³mago, allĆ junto a la carne, patatas y huevos de codorniz que habĆa almorzado. RespirĆ³ profundo y por fin se pudo poner de rodillas.
—Eso es, arriba querido!, quĆ© te parece si tenemos un nuevo round, seƱor de bonitos calzoncillos.
Lalo miraba al suelo, aun faltaba para que pudiese incorporarse. Pensaba que hacer, a pesar de ser mƔs alto no era rival para Gina, ella era superior a Ʃl dando golpes.
QuĆ© hacer?, se convenciĆ³ que solo habĆa una posibilidad, mirĆ³ de reojo y pudo ver los testĆculos de la transexual, Gina permanecĆa en un mismo sitio, pero meneaba la cadera de un lado a otro, parecĆa concatenar un ritmo entre un leve tarareo y su movimiento de caderas.
Claramente los colgantes huevos de la abogada se meneaban como pesadas campanas de iglesia.
—Le peleo sucio? —Se decĆa Lalo—Yo no soy un tramposo.
Pero no veĆa otra forma, si le pegaba allĆ ganarĆa o por lo menos igualarĆa esta tonta e inĆŗtil pelea.
—Pero ella es…No! No es una mujer!, esas bolas son la prueba, tonto! —Se regaĆ±Ć³.
Lalo tomĆ³ su decisiĆ³n y aĆŗn tambaleante se comenzĆ³ a levantar. VolviĆ³ a verle los testĆculos, eran muy grandes, le provocarĆa mucho dolor.
Apenas emergiĆ³ de la piscina de espuma, le lanzĆ³ por sorpresa una fuerte patada contra su entrepierna, si ella se las golpeĆ³ entonces no se podrĆa quejar para nada por su traicionero ataque.
El pie ascendiĆ³ entre los bellos muslo de la abogada rumbo a sus enormes y sensibles partes esfĆ©ricas, pero las manos de Ć©sta detuvieron la patada. Lalo observĆ³ el bonito rostro de una enojada Gina.
—No me gusta que me peguen en las bolas!—La transexual estaba muy molesta.
—Entonces para que pegas en los huevos a otros! —Lalo estaba inmĆ³vil con su pierna en poder de la abogada, temiendo una patada en su propia entrepierna, se la cubriĆ³ con una mano.
Gina le tirĆ³ del pie, haciendo que Lalo avanzara hacĆa ella y le recibiĆ³ con un duro puƱo en la boca, la abogada se alejĆ³ y el hombre cayĆ³ de rodillas al suelo…TratĆ³ de incorporarse rĆ”pido, pero se dio cuenta que su rival ya no estaba…tenĆa a Gina detrĆ”s!
La transexual le puso una mano en la espalda, bajĆ”ndole y haciĆ©ndole quedar en posiciĆ³n de 4, a continuaciĆ³n y con rapidez le descargĆ³ desde atrĆ”s un golpe de palma contra el bulto en sus calzoncillos.
—OOhh!!—ExpresĆ³ Lalo con la boca semiabierta, perdiĆ³ las fuerzas y Gina le llevĆ³ contra una barandilla, allĆ le apoyĆ³ el abdomen dejando su cola expuesta, seguido le sacĆ³ el calzoncillo y pateĆ³ sus piernas obligĆ”ndole a separarlas.
—Que vas a hacer…—AlcanzĆ³ a decir el debilitado Lalo.
Gina volviĆ³ a rematar sus vulnerables pelotas, ahora desnudas, con otro manotazo, el dolor fue mucho mayor.
—Vas a sentir mi pene y por fin tu cuerpo recibirĆ” lo que anhela, una relaciĆ³n homosexual!
La abogada sacĆ³ un poco de gel que llevaba en el abrigo y con el dedo bien lubricado comenzĆ³ a estimular el ano, Lalo sentĆa extraƱas sensaciones, Gina era muy hĆ”bil dando placer por detrĆ”s. Cuando el ano estuvo bien sensible y dilatado, la transexual apuntĆ³ su falo y comenzĆ³ a penetrarle.
Gina fue considerada al ser la primera experiencia de Lalo y mĆ”s al ser de pene grande, lentamente el falo ingresaba al ano, centĆmetro a centĆmetro le penetraba. La garganta del hombre parecĆa cerrar, reflejando el ingreso de aquello grande en su cuerpo, y aunque era por detrĆ”s y debajo, para Ć©l era como si el pene de la transexual le subiera por el esĆ³fago y se atrancara en su garganta.
El pene de Gina nunca entrĆ³ por completo, no querĆa lastimar aquel ano virgen.
Lalo por fin se dejĆ³ llevar por el creciente y delicioso cosquilleo anal, jadeaba para felicidad de la abogada. El propio falo de Lalo creciĆ³ y no paraba de dar brincos, Ć©l hombre comenzĆ³ a masturbarse como loco.
Gina se aferrĆ³ mĆ”s a las caderas de Lalo y aumentĆ³ el ritmo.
—Vaya! —se sorprendiĆ³ Gina cuando sintiĆ³ que le tocaban los testĆculos. Lalo parecĆa muy curioso, metiĆ³ su mano libre entre sus propias piernas para acariciar aquellos orbes.
—Adelante Lalo, toca cuanto quieras.— Gina disfrutaba como siempre las caricias testiculares.
Y fue Lalo quien se corriĆ³ ante el estĆmulo anal y manual. EyaculĆ³ con una potencia inusitada, sudaba como un animal bajo el sol, la abogada no paraba de darle por detrĆ”s.
—Ya casi, solo un poco mĆ”ssss —anunciĆ³ Gina que se acercaba al Ć©xtasis.
Ambas manos de Lalo fueron a acariciar las pelotas de la transexual.
—Ooouu!, no tan fuerte— se quejĆ³ Gina ante el incremento de fuerza de aquellas manos hacia sus testĆculos.
—Nada de eso, ahora te tengo! —Ya obtenido su orgasmo, Lalo pensĆ³ en un desquite por los ataques bajos previos.
La presiĆ³n a los testĆculos de la transexual se daba en un momento crĆtico del acto sexual, a punto de correrse la presiĆ³n gonadal se manifestĆ³ en una poderosa corrida.
—AArG!!!!! —ExpresĆ³ Gina al eyacular con furia, la presiĆ³n aumentaba y trataba de soportar el sufrimiento, apretaba la mandĆbula y cerraba los ojos.
Lalo mantuvo el apretĆ³n mientras sentĆa el ano inundarse de semen, era una sensaciĆ³n Ćŗnica, apretĆ³ mĆ”s, y mĆ”s semen le llenaba el recto, el rico sentir aumentaba a mĆ”s leche en su interior y Lalo querĆa todo.
ApretĆ³ con todas sus fuerzas!
—AAAAAHH!!—gritĆ³ Gina. Con el alarido, Lalo le liberĆ³ las gĆ³nadas.
La transexual enseguida se saliĆ³ del ano y se derrumbaba al suelo quedando en posiciĆ³n fetal.
Lalo jadeaba sin parar, algo habĆa cambiado en su vida, su vida sexual no volverĆa a ser la misma.
Ya mĆ”s recuperado, Lalo observĆ³ a la bella abogada quien respiraba agitada. Ćsta le reclamĆ³:
—Maldito traidor! Oouu!
—Jaja, pues como dice el dicho, ojo por ojo, diente por diente, y bolas por bolas, Gina.
Los Ɣnimos se calmaron por parte de Lalo, pero no para Gina quien estaba muy molesta.
—Te dije que no me gusta que me peguen en las bolas, me las pagarĆ”s!
Lalo pasarĆa los siguientes minutos tratando de calmarla, cuando todo pareciĆ³ inĆŗtil y Gina ya comenzaba a incorporarse, el hombre se marchĆ³.
—Lo siento mucho Gina, pero recibiste lo que te merecĆas, mejor me voy, no quiero que mis bolas vuelvan a sufrir…no como las tuyas, Jaja.
—Canalla, ven aquĆ! —La abogaba tratĆ³ de atraparle, pero Lalo la evadiĆ³ fĆ”cilmente, saldrĆa del sitio dejando a la transexual apoyada contra una mesa, aun le dolĆan las bolas y bastante!
Con el paso de los dĆas, las cosas volvieron al terreno de la amistad, Gina terminĆ³ perdonando a Lalo por el castigo gonadal.
Finalmente Lalo dejĆ³ salir su verdadera identidad sexual. No tardĆ³ en darse el divorcio y la transexual ganarĆa mucho dinero, porque adivinen quien fue la abogada de divorcio de Lalo.
La anĆ©cdota terminĆ³ y Gina volviĆ³ a la actualidad, habĆa pasado media hora y Pilar aun le besaba los testĆculos, sin duda estaba realmente obsesionada con sus esfĆ©ricas partes viriles… Tal vez por el tamaƱo, no era la primera persona que se impresionaba de esa manera con sus grandes bolas.
Pero no se quejaba para nada, sus huevos ya no dolĆan y su amante merecĆa un premio.
La abogada se incorporĆ³ y comenzĆ³ a desnudarse.
CONTINUARĆ…
***
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