ENOJO FEMENINO.
Relato Ultracorto
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CONTIENE BALLBUSTING F/M.
*PUEDES ESCUCHAR EL RELATO AL FINAL.
Lorena despertĆ³ aquella maƱana a las 7:15, estaba realmente enojada!, RecordĆ³ lo sucedido la noche anterior y la sangre le hirviĆ³…Siempre terminaba en la cama con Ignacio, su Ex marido.
Cada vez que venĆa al pueblo supuestamente por asuntos de negocios, llegaba a su casa y siempre intentaba seducirla; Lorena caĆa a veces en los avances sexuales del hombre, pero en otras ocasiones —CĆ³mo anoche— trataba de resistirse, y era cuando Ignacio la sometĆa, SĆ! El miserable usaba la fuerza con ella!
—Yo
no quiero, Ignacio!—Le repetĆa una y otra vez la mujer, mientras el macho no
paraba de besarle el cuello y las tetas.
—TĆŗ
quieres!, tu siempre has querido mi verga—Era la respuesta del canalla.
Lorena
lo golpeaba con sus pequeƱos puƱos, pero sĆ³lo despertaba la risa en el fuerte
hombre, quien decidido a consumar el acto, la cargaba en su hombro para llevarla
a la habitaciĆ³n y arrojarla sobre el lecho…
…AllĆ
le era demasiado fƔcil el inmovilizarla y penetrarla.
Una
vez bajo Ć©l, y con el pene adentro, la mujer ya no le veĆa sentido a resistĆrsele
y correspondĆa a los besos y caricias de su Ex marido.
Lorena terminaba disfrutando de aquella verga, Ignacio era un semental, su pene de 22 centĆmetros siempre la hizo gritar de placer.
Su
vida sexual fue maravillosa, pero otra cosa fue su fidelidad. El maldito arruinĆ³
todo al traicionarla!, Ignacio le fue infiel a Lorena con cualquier cosa que
llevara falda, la gente se enterĆ³ y ella quedĆ³ humillada ante todo el pueblo.
Ahora
estaban divorciados, pero aun asĆ el Ex marido venĆa a su casa y la disfrutaba
a gusto.
Esa
maƱana Lorena analizaba con detalle su situaciĆ³n. SĆ! ella lo deseaba, disfrutaba
que le hiciera el amor, pero tambiƩn le odiaba por haberle sido infiel. El ya
no era parte de su vida, si tan solo dejara de venir a casa a seducirla y violarla,
ella podrĆa reiniciar su vida y buscar el amor verdadero.
Ahora,
como era su rutina al despertar, Ignacio hacĆa ejercicios en la habitaciĆ³n,
completamente desnudo…CĆ³mo le daba la espalda a la cama, lo veĆa por detrĆ”s
tensionar sus mĆŗsculos posteriores, separaba las piernas realizando flexiones.
La mujer detallaba sus duras nalgas y bajo ellas se asomaban aquellas pelotas dentro del suave escroto, eran grandes y pesadas como un par de mandarinas repletas de jugo. El miserable anoche las trajo repletas, pero de esperma! y con intenciones de llenarle la vagina con su maldita y abundante semilla.
Lorena mantenĆa fija la mirada en sus testĆculos. Colgaban y se movĆan con violencia con los fuertes ejercicios rutinarios de Ignacio. Ahora estaban vacĆos, porque tras hacerle el amor en cinco oportunidades era seguro que aĆŗn no recargaban.
—Maldito violador!—Se repetĆa Lorena en
su mente.
El
enojo aumentaba en ella, querĆa hacerle pagar por forzarla, por siempre hacerla
caer en sus brazos…
…Que
iba a hacer? Denunciarlo?, no podrĆa pararse ante un juez y contar lo que
pasaba, sobre todo si debĆa admitir que siempre que la penetraba ella alcanzaba
el orgasmo…SerĆa ella la humillada si el pueblo supiera ese detalle.
Pero
querĆa desquite, El enojo femenino finalmente dominĆ³ a Lorena, quiĆ©n sin dejar
de ver los testĆculos de Ignacio, decidiĆ³ vengarse!
Con
rapidez se incorporĆ³ desnuda de la cama y como una gata al acechĆ³ le llegĆ³ por
detrƔs. Ignacio no la vio venir.
Lorena
reuniĆ³ todas sus fuerzas y le propinĆ³ un violento puntapiĆ© entre las piernas,
dĆ”ndole duro en los testĆculos!
El hombre sĆ³lo sintiĆ³ una brisa entre sus muslos, una brisa que le hizo cosquillas en su escroto. Pero la brisa antecedĆa el impacto y el dolor!
Lorena
pateĆ³ esos testĆculos como si se tratase de un balĆ³n de fĆŗtbol. No le importĆ³ golpear
las partes mĆ”s delicadas en el cuerpo del hombre, lo que incluso podĆa causarle
alguna lesiĆ³n permanente. La mujer querĆa que le doliera, y claramente asĆ pasĆ³!
Ignacio
soltĆ³ un desgarrador alarido al tiempo que sus pelotas crujĆan como nueces golpeadas
por un martillo.
—AAAAAAHHHHHH!!!!
El
macho de inmediato se agarrĆ³ los testĆculos y cerrĆ³ tardĆamente los muslos, sus
piernas cedieron y se fue al suelo… En posiciĆ³n fetal, el varĆ³n no sabĆa que
habĆa sucedido, solĆ³ acunaba sus frutas cĆtricas, sobĆ”ndolas en busca de
alivio.
Lorena
se sintiĆ³ realmente aliviada, por fin tuvo un desquite!, no le importĆ³ que su
ataque fuera un triple acto de cobardĆa: Por sorpresa, por la espalda y a los
Ć³rganos sexuales…
…Ella
se justificaba, Ć©l se lo merecĆa por violador! y al ser ella mujer, era mĆ”s
dĆ©bil, asĆ que no veĆa problema en agredir a Ignacio en los genitales.
Ahora
estaba orgullosa, llena de Ćmpetus por plantarle cara a su debilitado y vencido
Ex esposo. PasĆ³ junto a Ć©l como la reina del universo, ExpresĆ³:
—Te
pasarĆ” lo mismo cada vez que vuelvas a mi casa…Se acabaron las culeadas gratis…A
partir de hoy hazte a la idea que no habrĆ” mĆ”s sexo…Entiende que ya no soy tu
esposa, Ignacio!… y si no quieres entenderlo, arriĆ©sgate!, a ver cuĆ”ntos golpes
resisten tus huevas antes de que te deje estƩril.
Lorena
se fue al baƱo a darse una ducha sin importarle la agonĆa de su ex marido.
Ignacio
entendiĆ³ a las malas que Lorena ya no le tolerarĆa sus visitas sexuales. El adolorido
hombre nunca volviĆ³ a casa de su Ex.
***
AUDIO DEL RELATO.
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