EN BUSCA DE VIVIANA. Parte 2 - Las Bolas de Pablo

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12 oct 2021

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EN BUSCA DE VIVIANA. Parte 2

 

EN BUSCA DE VIVIANA. Parte 2

 AYUDA INTERNA.

 

 CONTIENE BALLBUSTING M/M Y F/M.

 

 

En la Primera Parte, NicolĆ”s se entera de lo ocurrido con su exnovia Viviana y a su padre el coronel Ocampo. Desesperado por ayudarla, no sabe quĆ© hacer. Alexandra se ofrece a obtener informaciĆ³n sobre el caso policial gracias a su padre el general; Pero Ć©ste trata de atrapar a la joven, quien ya esperaba una jugarreta asĆ­ por parte de su progenitor. En el Fuerte de Sevilla, Viviana logra evadir a su captor y llama a casa sin respuesta, es cuando se le ocurre contactar a NicolĆ”s.


 

 

NicolĆ”s y Alexandra observaban los expedientes policiales, la foto de la asesina nĆŗmero uno del mafioso CHO-FER aparecĆ­a ante sus ojos, la chica dedujo que es ella la culpable del rapto de Viviana, y sin duda lo intentĆ³ anteriormente con ella en aquel incidente dentro de la academia de policĆ­a.

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NicolĆ”s encendiĆ³ la motocicleta, irĆ­an a casa y si era necesario pasar la noche leyendo aquellos documentos, asĆ­ serĆ­aā€¦

 

ā€¦En ese momento sonaba su telĆ©fono, eran las 12 de la noche. Era su madre, quĆ© intensa estaba su progenitora si apenas era media noche.

 

ā€”AlĆ³ mamĆ”.

 

ā€”Muchacho descarriado, dĆ³nde estĆ”s?

 

ā€”Ya voy camino a casa.

 

ā€”AsĆ­? y quien es Alexandra Vols?...Volsā€¦que apellido tan difĆ­cil de pronunciar!ā€”La madre tenĆ­a en su mano los documentos de identidad que la adolescente dejĆ³ en su pantalĆ³n y chaqueta.

 

NicolĆ”s quedĆ³ sorprendido. Su trama de engaƱo se venĆ­a abajo.

 

ā€”MamĆ”, entraste a mi cuarto?

 

ā€”Y de que otra forma te iba a pillar en tu sinvergĆ¼encerĆ­aā€¦Metiste a una chica en tu cuarto, me vas a tener que responder cuando llegues a casa, jovencito!

 

La madre comenzĆ³ una secciĆ³n de regaƱos, mientras NicolĆ”s trataba de que le dejase hablar. Alexandra escuchaba todo.

 

Finalmente el joven se rindiĆ³ y le dijo a su enojada madre que se quedarĆ­a esta noche en casa de un amigo, que durmiera bien y maƱana temprano llegarĆ­a a explicarle todoā€¦ La madre no aceptĆ³ esto pero el joven se disculpĆ³ y colgĆ³.

 

ā€”Vaya que estĆ” molesta tu madre.

 

ā€”No la escuchaba asĆ­ desde hace tiempo, pero no se puede hacer nada por ahora.

 

ā€”Tu mamĆ” tienen mis documentosā€¦

 

ā€”No te preocupes Alexandra, ya se le pasarĆ” el enojo, el sueƱo siempre la calma, ya maƱana te la presentarĆ© y verĆ”s que cuando sepa tu historia aceptarĆ” que te quedes.

 

ā€”Pero ayer dijiste que ella no entenderĆ­a ni aceptarĆ­a.

 

ā€”Lo harĆ” despuĆ©s de enojarse y regaƱarme por horas, lo querĆ­a evitar escondiĆ©ndote, pero ya ahora eso es inevitable.

 

ā€”Perdona las molestiasā€¦

 

ā€”Cuales molestias, si no has dejado de ayudarme.

 

ā€”Y ahora quĆ© hacemos?

 

NicolĆ”s astutamente cabeceĆ³ unos instantes y se le ocurriĆ³ un plan. Claramente no irĆ­an a casa, y lo de quedarse con un amigo esta noche si era real.

 

El dĆŗo tomĆ³ rumbo a su barrio, pero cerca de casa la ruta variĆ³, NicolĆ”s dejĆ³ a Alexandra en una esquina.

 

ā€”EspĆ©rame aquĆ­ unos minutos, voy a devolver la moto y a prestar algo de dinero, ademĆ”s tengo un mal presentimiento con algo.

 

Mientras el joven avanzaba con la moto apagada, Alexandra se preguntaba a que se referĆ­a su amigo.

 

Tras unos instantes regresĆ³, ambos caminaron unas cuadras a su siguiente destino.

 

En el trayecto el joven contĆ³ sobre su presentimientoā€¦Y es que su madre fue hace poco a casa de Mariela, y al no encontrarle se fue molesta. Ya esperaba eso de su progenitora, por eso debĆ­an quedarse donde alguien que ella no esperase.

 

Llegaron a una casa muy bonita del sector. NicolĆ”s tocĆ³ la puerta del garaje y alguien abriĆ³.

 

Se trataba de Fercho el vecino ebrio que conocĆ­a NicolĆ”s (UNA NOCHE DE MIERCOLES PARA UNAMAƑANA DE DOMINGO PARTE 5 ) siendo un ebrio habĆ­a sido relegado por su familia al garaje, dĆ³nde vivĆ­a en un espacio amplio pero en medio de un montĆ³n de cajas y demĆ”s cosas viejas que guardaban allĆ­.

 

Este de inmediato reconociĆ³ a Alexandraā€¦ ahora tan diferentemente vestida con ese uniforme de gimnasia

 

ā€”Eres tu niƱita, la que me ayudĆ³ anoche y veo que estĆ”s con NicolĆ”s.

 

Durante la llegada a casa de NicolĆ”s, Alexandra le habĆ­a dicho como auxiliĆ³ al ebrio despuĆ©s de la agresiĆ³n de dos mujeres, y tras el grito de NicolĆ”s para callarle, pudo ubicar su casa y habitaciĆ³n.

 

Ante el efusivo Fercho, la chica le sonriĆ³ y se ocultĆ³ un poco tras NicolĆ”s, le daba mucha pena seguir vestida asĆ­, y ahora no podĆ­a acceder a su ropa.

 

ā€”Una amiga? O novia?ā€”Fue el comentario mordaz de Fercho.

 

 Colorados los dos no dieron para responder.

 

ā€”Novia, entonces?

 

ā€”Amigos, sĆ³lo amigos!ā€”ReaccionĆ³ por fin Alexandra, mĆ”s roja que una fresa.

 

El dĆŗo ingresĆ³ y NicolĆ”s planteĆ³ el enojo de su madre y que debĆ­a quedarse en alguna parte hasta la maƱana.

 

ā€”No hay problema NicolĆ”s, les harĆ© un espacio.

 

ā€”No!, debemos estudiar y no queremos interrupcionesā€”Fue la mentira que dijo en vez de que debĆ­an leer aquellos confidenciales expedientesā€”Toma esto y dĆ©janos aquĆ­.

 

NicolĆ”s le extendiĆ³ un billete de alta denominaciĆ³n, el cual acababa de prestar  a los hermanos de Mariela, con eso no tardĆ³ Fercho en alistarse para ir a comprar alcohol y festejar.

 

Antes de salir el imprudente le hablĆ³ al oĆ­do a NicolĆ”s.

 

ā€”El viejo truco de ir a estudiar con la chica linda, no?, jajaja, yo tambiĆ©n fui a la escuela, hace mucho pero ya existĆ­an esos truquitos.

 

ā€”Nada de eso, Fercho.

 

ā€”La vas a usar eh?ā€”Fercho  le dio una palmada en el paquete, golpeando parte del pene y las bolas, pero asegurĆ”ndose de que la chica estuviese de espaldas.

 

NicolĆ”s se doblĆ³ un instante, tomĆ”ndose la entrepierna, apenado volteĆ³ hacia Alexandra quien estaba explorando el garaje, por fortuna no le vio.

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ā€”Cuidado con las bolas, imbĆ©cil!ā€”Se notaba enojado pero no pudo alzar la voz.

 

ā€”Las vas a vaciar en esa chica, no?

 

Fastidiado NicolĆ”s le dio un duro puƱo en el hombro, pues Fercho se cubriĆ³ las pelotas previniendo una respuesta, despuĆ©s de todo ya la madrugada anterior le habĆ­an lastimado bastante las gĆ³nadas.

 

ā€”Tienen a disposiciĆ³n mi cama, eh?, es de tamaƱo personal, pero tiene buenos resortesā€¦ Y tengo mi baƱo propio, pequeƱo pero sin fugas de agua.

 

ā€”Somos amigos nada mĆ”s, Fercho!

 

ā€”Como tĆŗ digas, jejejeje.

 

Afuera del garaje y a punto de irse, Fercho agregĆ³:

 

ā€”Ya fuera de bromas, te dirĆ© esto NicolĆ”sā€¦No dejes ir a esa chica, es muy bonita y es buena samaritana, no se encuentra una chica asĆ­ todos los dĆ­as.

 

Fercho se fue dejando a NicolĆ”s pensativo, sacudiĆ³ su cabeza y retornĆ³ al garaje, debĆ­an leer los expedientes, saber todo sobre el caso y a ver si aparecĆ­a alguna pista sobre el paradero de Viviana.

 

 

La madre de NicolĆ”s realizĆ³ llamadas desde otros telĆ©fonos para que su hijo le contestara, pero tras la primera respondida, NicolĆ”s dejĆ³ de aceptar las siguientes.

 

A la mujer le rechinaban los dientes del enojo.

 

Decidida a encontrar y traer de las orejas a su descarriado retoƱo, la mujer toma rumbo a las casas cercanas de los amigos de NicolƔs. Casi todos en profundos sueƱos, dado que por la maƱana tenƭan escuela.

 

En una casa si encontrĆ³ gente en la terraza, en una especie de reuniĆ³n con algĆŗn vecino y uno que otro familiar, todos bebiendo y charlando. SimĆ³n era uno de los mejores amigos de NicolĆ”s y reconoce a la mujer llena de rulos.

 

Ante una especie de reclamo para que llame a su hijo, SimĆ³n le responde:

 

ā€”Ɖl no estĆ” aquĆ­, seƱora LĆ³pez.

 

La mujer no le cree y le estruja con energĆ­a, el tĆ­o del joven le reclama e interviene.

 

ā€”TĆŗ no te metas, infeliz! ā€”La seƱora de inmediato lleva su mano derecha contra la entrepierna del tĆ­o, agarrĆ”ndole de las bolas, le hace expresar un:

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ā€”UUuugghhh!!!ā€”El varĆ³n queda de puntillas al hacer la mujer un leve levantamiento de aquello que agarraba con fuerza.

 

Todos en la terraza quedan con la boca abierta.

 

ā€”Contesta! DĆ³nde estĆ” NicolĆ”s!

 

SimĆ³n sĆ³lo decĆ­a:

 

ā€”Suā€¦Suelte a mi tĆ­o, seƱora LĆ³pez.

 

ā€”TĆŗ sabes algo, NicolĆ”s anda en algo raro, anoche llegĆ³ con golpesā€¦Canta o podrĆ© a gritar al huevĆ³n de tu tĆ­o. La mujer apretĆ³ un poco mĆ”s y el macho casi exclamĆ³ un alarido.

 

ā€”Ok, le dirĆ© lo que sĆ©, Ć©l me contĆ³ algo en la maƱana.

 

La madre abriĆ³ la mano y el tĆ­o del joven se derrumbĆ³ al suelo. El sujeto se encorvĆ³ y solo decĆ­a.

 

ā€”Vieja locaā€¦

 

ā€”Eso es para que no te metas donde no te han llamado, gran huevĆ³n!

 

El chico le narra lo que NicolĆ”s le contĆ³ en la escuela, el ataque de Bornacelli, aquel estudiante expulsado por vender drogas y que se quiso vengar de NicolĆ”sā€¦por eso los golpes. Un chico le ayudĆ³ y pudo salvarse de la segura paliza que le hubieran dado.

 

La madre interrogĆ³:

 

ā€”Y que hay de una chica llamada Alexandra, una chica con un apellido muy extraƱo.

 

ā€”De eso no se nada seƱora. SerĆ” Alexander, Ć©l me contĆ³ que en la pelea le ayudĆ³ un chico llamado Alexander, y que le conociĆ³ en el autobĆŗs camino al partido de bĆ©isbol...Es todo lo que sĆ©, seƱora.

 

La madre quedĆ³ satisfecha y se retira.

 

SimĆ³n va enseguida con su tĆ­o, quiĆ©n ya estaba en una silla y con un vaso plĆ”stico lleno de hielo ubicado en la entrepierna.

 

El varĆ³n no dejĆ³ de maldecir a aquella mujer de los rulos, casi le deja sin vida sexual esa semana.

 

ā€”Maldita enrulada.

 

 

En la mansiĆ³n Volsfgalsfz.

 

El General Volsfgalsfz recibĆ­a el reporte de Elsa y los 3 hombres que enviĆ³ a capturar a su desobediente hija.

 

ā€”Pero que fracasados son ustedes!

 

Los 3 hombres bajaron la cabeza, el mƔs veterano de apellido Caviedes era el que se mantenƭa con mƔs altivez.

 

ā€”Caviedes, usted tambiĆ©n fracasĆ³ā€”El General le seƱalaba algo decepcionado.

 

ā€”No tengo excusa, mi Generalā€”El veterano se mantenĆ­a firme.

 

ā€”Yo respeto las canas, asĆ­ que hasta aquĆ­ llega la reprimenda con usted, pero no baje la guardia de nuevo.

 

ā€”Fui descuidado mi General, desprotegĆ­ mi virilidad.

 

Al escucharlo Elsa se sonrojĆ³, entonces era cierto lo que ellos le contaron, a mĆ”s de uno les vio regresar a la casa tomĆ”ndose la entrepierna, la joven Alexandra les habĆ­a atacado en los genitales.

 

ā€”Caviedes, le tengo otra misiĆ³nā€¦Usted ya sabe!ā€”El General se alejĆ³ un par de pasos de los otros dos hombres y le hizo seƱas a Elsa de alejarse tambiĆ©n. La extraƱada mujer obedeciĆ³.

 

Caviedes se acercĆ³ a uno de los hombres y le enterrĆ³ un fuerte rodillazo en las pelotas.

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ā€”AAAHH!!!ā€”Se quejĆ³ el hombre quien sintiĆ³ sus pelotas aplastadas por la rodilla del veterano, de inmediato se doblĆ³. A Ć©l Alexandra tambiĆ©n le habĆ­a golpeado las bolas.

 

ā€”Lo siento compaƱero, pero son Ć³rdenes del General, sĆ© bien lo que eso duele.

 

Elsa se cubriĆ³ la boca sorprendida y apenada.

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El otro hombre a quien aĆŗn le dolĆ­a la nariz, sudaba por montonesā€¦Y le llegĆ³ su propio rodillazo.

 

ā€”IIiiaaa!!!!!ā€”El sujeto era mĆ”s sensible que el primero, sus hasta ese momento ilesos testĆ­culos le transmitieron mĆ”s dolor que nuncaā€¦Este hombre se fue al piso enseguida, en posiciĆ³n fetal de retorcĆ­a.

 

ā€”Es delicado en las pelotas, debe fortalecerse mĆ”sā€”ExpresĆ³ el General.

 

Elsa lo escuchĆ³ y se coloreĆ³ ante el comentario y las agresiones testiculares.

 

El General dio una orden al veterano, ya estaba bien de castigos.

 

Una empleada trajo hielo para todos, quienes cojeando se fueron a sus aposentos.

 

Tras la ida de los 3, Elsa debiĆ³ quedarse a contarle al General con mĆ”s detalles su conversaciĆ³n con Alexandra.

 

 

En el garaje de Ferchoā€¦

 

Alexandra y NicolƔs leyeron los expedientes, saben que secuestraron a Viviana de la clƭnica de adictos: Vital Medical Center.

NicolĆ”s le cuenta a Alexandra que Viviana  terminĆ³ con Ć©l despuĆ©s de acusarla con su padre, porque querĆ­a que saliera de las drogasā€¦DespuĆ©s logrĆ³ que expulsaran de la escuela a Bornacelli.

A las 5 Am, ambos ya bostezaban, el sueƱo pronto les vencerĆ­a, tomarĆ­an un leve descanso e irĆ­an a casa a recibir el regaƱo maternoā€¦Es cuando suena el telĆ©fono de NicolĆ”s, el joven no quiere contestar, seguro es su madre marcando desde otro nĆŗmero para que si le conteste.

 

Tal vez durmiĆ³ y su humor cambiĆ³, decidiĆ³ contestar.

 

ā€”AlĆ³, mamĆ”?

 

ā€”AyĆŗdame NicolĆ”s, por favor!

 

El joven reconociĆ³ de inmediato la voz de su exnovia.

 

ā€”Viviana, dĆ³nde estĆ”s?

 

ā€”Me tienen secuestrada Nico, ayĆŗdame, y a mi padre le hanā€¦

 

ā€”Se lo que te pasa y lo que le ocurre a tu padre, dime dĆ³nde estĆ”s?

 

ā€”Me tienen en el Fuerte de Sevillaā€¦Llama la policĆ­a por favorā€¦NicolĆ”s me van a encontrar, ayĆŗdame!

 

ā€”Viviana!, Iremos por ti Viviana, te salvarĆ©!

 

Se terminĆ³ la llamada.

 

 

Mientras tanto en el Fuerte de Sevillaā€¦

 

Viviana se ocultaba tras un escritorio, escuchaba los pasos del hombre que la buscaba, se le ocurriĆ³ llamar a NicolĆ”s. MarcĆ³ los nĆŗmeros y la llamada entrĆ³.

 

Apenas dijo en donde estaba, el custodio ingresĆ³ a la habitaciĆ³n descubriendo el escondite de la chica, Ć©sta alcanzĆ³ a colgar. El sujeto se le abalanzĆ³ y le dio un puƱo en la cara, Viviana soltĆ³ el telĆ©fono y se sobĆ³ del golpe, mientras el sujeto revisaba el aparatoā€¦

 

ā€¦La chica borrĆ³ los nĆŗmeros, si es que alcanzĆ³ a llamar. El sujeto la mirĆ³ con enfado real, pisĆ³ el telĆ©fono daƱƔndolo y comenzĆ³ a zarandear a la chica.

 

ā€”A quien llamaste, puta?!

 

ā€”A nadie, lo juro!

 

ā€”Me lo vas a jurar cuando seas mĆ­a, perraā€¦ porque ahora me pagas el apretĆ³n que me diste.

 

ā€”Nooo!, dĆ©jeme!

 

El criminal le dio una bofetada y la dejĆ³ tendida en el suelo, de inmediato comenzĆ³ a abrirle la blusa, Viviana intentaba resistir pero el hombre fĆ”cilmente la sometiĆ³ inmovilizĆ”ndole las manos, comenzĆ³ a besarle el cuello.

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Ahora el macho se sacaba la ropa, Viviana estaba desesperada, la iba a violar!

 

Al quitarse la ropa le liberĆ³ las manos un instante, Viviana quiso atacarloā€¦Al verlo en bĆ³xer la chica Ocampo tratĆ³ de cogerle los testĆ­culos para apretĆ”rselos una vez mĆ”s, pero el macho estaba prevenido esta vezā€¦

 

ā€¦Le atrapĆ³ la mano y le apretĆ³ tan fuerte que los dedos tronaron y la chica se quejĆ³.

 

ā€”Te duele perra?, en unos segundos te va a doler mĆ”s porque te lo harĆ© a las malas!

 

Viviana no podĆ­a hacer nada.

 

ā€”AAAAAAHHHHH!!!!!!!ā€”GritĆ³ el criminal y se le quitĆ³ de encima a la joven.

 

Por detrĆ”s alguien le habĆ­a pateado los testĆ­culos (que se notaban bastante en el bĆ³xer) con extrema fuerza!, fue una patada con impulso y dada para dejar al criminal mĆ”s que aturdido.

 

Viviana mirĆ³ al canalla a medio lado suyo, su rostro mostraba mucho dolor y tenĆ­a las manos entre las piernas, cubriendo su hombrĆ­a herida.

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La chica mirĆ³ al frente y vio una mano que le era extendida, era otro secuestrador.

 

ā€”No te asustes, te voy a sacar de aquĆ­.

 

Viviana aceptĆ³ la mano de este hombre y se incorporĆ³. El hombre la puso a su espalda y sacĆ³ un arma de su bolsillo, se notaba el silenciador en la punta. AcercĆ³ el arma a la cabeza del muy dolido criminal.

 

ā€”Esto te mereces por violador, despĆ­dete!

 

El hombre apretĆ³ el gatillo, se vio un salpicĆ³n de sangre, y el cuerpo del custodio dejĆ³ de moverse.

 

Viviana estaba anonadada, el ver como la sangre salĆ­a de la cabeza de su agresor y ahora manchaba el piso, la hizo desmayar.

 

Pero quien era y porque Ć©ste hombre le brindaba una ayuda, una ayuda interna.

 

 

En el garaje de Ferchoā€¦

 

NicolƔs sabƭa que ir por Viviana era una locura pero estaba dispuesto al riesgo, otra cosa era arriesgar a Alexandra

ā€”IrĆ© sĆ³lo!


ā€”EstĆ”s loco, es un suicidio ir a ese sitio sin ayuda, habrĆ” mafiosos y armados!... IrĆ© contigo!


ā€”Pero no es tu problema, no debes arriesgarte!


ā€”Quiero ir y debo cuidarteā€¦AdemĆ”s hemos sido buen equipo.


NicolĆ”s se mostrĆ³ agradecido, pero se mantuvo en su posturaā€¦

ā€”Pero no quiero que te pase nadaā€¦


Alexandra sonriĆ³ y le tomĆ³ de las manos con determinaciĆ³n, le mirĆ³ a los ojos y expresĆ³:

ā€”NicolĆ”s, tĆŗ eres mi amigo, es cierto que te conozco desde hace apenas 2 dĆ­as, pero te considero mi amigoā€”La chica se coloreĆ³ā€”Yo tampoco quiero que te pase nada.


NicolĆ”s asintiĆ³ y ahora fue Ć©l quien tomĆ³ aquellas pequeƱas manos con firmeza:


ā€”Y tĆŗ eres mi amiga, Alexandra ā€”Ambos quedaron viĆ©ndose a los ojos, fue un momento bastante incĆ³modo. Alexandra por fin liberĆ³ sus manos muy, pero muy apenada.


Tras una pausa NicolĆ”s retomĆ³ la conversaciĆ³n.

 

ā€”Para rescatarla debemos entrar sin que nos veanā€¦El asunto es cĆ³mo no nos van a ver.

 

ā€”Yo conozco el Fuerte, mi padre me llevĆ³ una vez en un recorrido turĆ­stico y muy especial.

 

ā€”Eso es perfecto, entonces una vez adentro la ubicamos y llamamos a la policĆ­a.

 

ā€”No! No podemos involucrar a la policĆ­a, sin duda estĆ” infiltrada.


ā€”Y tu padre? Si no es mucho abuso de confianza, Ć©l podrĆ­a ayudarnos...ā€”NicolĆ”s no veĆ­a mĆ”s opciones.


ā€”No, despuĆ©s de lo de anoche no se puede confiar en Ć©l, si se llegase a enterar lo que pretendemos, intentarĆ” atraparme antes de que cometa una locura asĆ­.


ā€”Pues no lo culparĆ­a, es muy peligroso ir allĆ”, pero debo salvar a Viviana.


ā€”Pero tienes razĆ³n, debe ser mi padre, pero sĆ³lo cuando ya estemos allĆ” y comprobemos que Viviana si estĆ” o la hallamos rescatadoā€¦ Debe ser asĆ­, porque el General debe movilizar a la policĆ­a y si le avisamos mucho tiempo antes, los infiltrados les avisarĆ”n a los secuestradores y pueden mover a Vivianaā€¦


Alexandra planeaba bien en su cabeza que hacer.


ā€”ā€¦Pero debes saber NicolĆ”s, que no serĆ” lo mismo entrar que salir, porque si notan que la raptada no estĆ”, cerrarĆ”n el lugar y nos cazarĆ”n como ratas.


NicolĆ”s sentĆ­a cierta confianza en su amiga, planeaba rĆ”pido y con detalle, sin duda venĆ­a de una familia de policĆ­as, y aunque aĆŗn no decidĆ­a su futuro, tendrĆ­a sin duda Ć©xito como agente del orden, o por lo menos detective privado.


El dĆŗo quedĆ³ conforme con el improvisado ā€œvestigio de planā€ y tomaron rumbo al Fuerte.

 

 

En el Fuerteā€¦

 

Viviana finalmente despertĆ³ ante las suaves bofetadas del hombre.

 

ā€”Despierta querida, no puedo salvarte si te debo cargar todo el tiempo.

 

ā€”Quien eres tĆŗ?

 

ā€”Me llamo Manuel Fierro, soy policĆ­a encubierto, lamento no haberte ayudado desde que llegaste pero me hubieran descubierto, y como estabas a salvo no habĆ­a necesidad, pero ahora cambian las cosas, ademĆ”s algo sucede en los niveles superiores, debemos salir de aquĆ­ ahora!

 

 

CONTINUARƁā€¦

 

 

 

***

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