TobĆas hizo una pose de doble bĆceps mientras se admiraba en el espejo.
—Esta noche conquistarĆ© al mejor coƱo de la fiesta —se jurĆ³ a sĆ mismo el arrogante macho alfa.
El musculoso moreno de cabello oscuro miraba todo el arduo trabajo que habĆa hecho en su cuerpo. Algunos de sus compaƱeros de graduaciĆ³n estaban celosos de su fuerte pecho y grandes brazos a su edad.
Era Halloween y pensĆ³ que de ninguna manera iba a esconder su cuerpo. HabĆa buscado el disfraz perfecto y fue cuando su vecino Alan, le sugiriĆ³ una idea que cubriĆ³ sus expectativas. Era un disfraz de mariachi. Constaba de un ajustado atuendo abrazado a todas las fibras de su cuerpo. Para Ć©l era la mejor manera de mostrarse a las personas.
El hombre musculoso se iba a reunir con sus amigos para ir a la ciudad. El plan de TobĆas era usar su atuendo para impresionar a las mujeres. Su plan en verdad iba a funcionar porque, sea como sea, el semental siempre tenĆa las miradas encima. Antes de que Ć©l y sus amigos se dirigieran al club nocturno, el macho ya se habĆa besado con algunas hembras y habĆa conseguido un montĆ³n de nĆŗmeros.
—Una de estas perras se va a acostar conmigo esta noche —pensĆ³ para sĆ mismo.
La discoteca estaba llena de gente con disfraces de Halloween. HacĆa calor y TobĆas comenzĆ³ a brillar en sudor, lo que solo acentuaba su cuerpo musculoso. El lugar estaba oscuro y el semental habĆa dejado a sus amigos despuĆ©s de que le dieron una bebida y caminaba buscando mĆ”s mujeres.
Mientras cazaba a una fĆ©mina, notĆ³ que una persona con un disfraz enmascarado lo miraba. No significaba que nadie mĆ”s lo estuviera mirando tambiĆ©n, sino que esa mirada estaba fija en Ć©l. De hecho, pensĆ³ que habĆa visto a esta persona en otros bares antes. El disfraz era de una vieja pelĆcula de terror de la dĆ©cada de 1990 con una mĆ”scara de fantasma. El semental musculoso tuvo la idea de que lo estaba siguiendo, lo que lo asustĆ³. Pero se encogiĆ³ de hombros porque habĆan otros clientes del bar con el mismo obsoleto disfraz.
BebiĆ³ su trago y mirĆ³ al sitio donde estaba de pie el enmascarado pero habĆa desaparecido. SintiĆ©ndose un poco borracho, siguiĆ³ mirando a su alrededor, sin embargo, un par de minutos despuĆ©s comenzĆ³ a sentirse muy sudado y necesitaba refrescarse. DejĆ³ el club y deambulĆ³ por las calles. No se dio cuenta de que lo seguĆan.
El musculoso apoyĆ³ la mano contra la pared para estabilizarse, no creĆa que bebiera tanto, pero tenĆa las rodillas dĆ©biles. De repente sintiĆ³ un brazo en su hombro que lo llevĆ³ a un callejĆ³n lateral. TobĆas fue empujado contra una pared del callejĆ³n y vio que era la persona con la mĆ”scara de fantasma.
Aunque no podĆa descifrar de quien se trataba, sabĆa que era un hombre por sus manos. El hombre enmascarado pasĆ³ sus manos por el musculoso torso de TobĆas, prestando atenciĆ³n a sus grandes pectorales y los fuertes pezones. TobĆas pudo escuchar la respiraciĆ³n pesada del hombre mientras lo tocaba. El semental vestido de mariachi no creĆa lo que le estaba pasando, nunca en su vida habĆa permitido que un hombre lo tocara asĆ. En circunstancias normales, TobĆas fĆ”cilmente habrĆa golpeado al hombre por eso. TratĆ³ de apartarlo, pero no sirviĆ³ de nada porque estaba tan dĆ©bil que no pudo evitar que el hombre lo tocara.
—Detente, apĆ”rtate —dijo TobĆas con voz arrastrada.
DespuĆ©s de un rato, el hombre acompaĆ±Ć³ a TobĆas hasta un automĆ³vil y lo empujĆ³ al lado del pasajero. Fue conducido por la ciudad y terminaron en su edificio.
—¿CĆ³mo sabes dĆ³nde vivo? —preguntĆ³ TobĆas con voz entrecortada.
El hombre enmascarado no respondiĆ³ y solo lo llevĆ³ hasta su apartamento. Una vez dentro, se dirigiĆ³ al dormitorio de TobĆas, donde lo arrojĆ³ sobre su cama.
TobĆas intentĆ³ moverse pero estaba tan dĆ©bil y mareado que todo lo que pudo hacer fue pequeƱos movimientos. ObservĆ³ impotente cĆ³mo el enmascarado le quitaba su disfraz dejĆ”ndolo totalmente desnudo exponiendo su poderosa polla, luego vio con horror como el hombre comenzaba a quitarse la ropa dejando solo la mĆ”scara puesta. El cuerpo del hombre era normal en comparaciĆ³n con el musculoso de TobĆas, pero su polla era enorme. DejĆ³ su telĆ©fono a un lado y se dirigiĆ³ a la cama.
El hombre se subiĆ³ al musculoso y se quitĆ³ la mĆ”scara. TobĆas pareciĆ³ sorprendido al reconocerlo.
—¡Alan! —jadeĆ³ TobĆas.
—SĆ, mi vecino sexy, ¡finalmente te tengo aquĆ, con tu magnĆfico cuerpo! —dijo Alan con malicia.
Alan amaba a los tipos musculosos, especialmente a los de pecho enorme y moreno; cuando vio a este gran vecino por primera vez, habĆa codiciado a TobĆas. Constantemente pensaba en el semental en la cama mientras se masturbaba, siempre fantaseaba con lo que le harĆa al musculoso.
Siempre recibĆa las burlas del semental por su cuerpo flaco y desgarbado, sugiriĆ³ a TobĆas que se pusiera el disfraz de mariachi en Halloween para poder ver su cuerpo musculoso. Cuando lo vio con su atuendo, su polla se puso dura, su cuerpo era perfecto y sus piernas, paquete y nalgas su mejor activo.
Alan tambiĆ©n se habĆa comprado un disfraz para que su vecino sexy no lo reconociera mientras lo acechaba a travĆ©s de los bares a los que iba y luego al club.
Alan sabĆa que TobĆas solo consumĆa un tipo de bebida y, en el club, cuando los amigos de TobĆas compraron su bebida, le aƱadiĆ³ un suplemento especial que lo debilitĆ³ y lo dejĆ³ incapaz de resistir sus avances enfermos.
El plan habĆa funcionado perfectamente y ahĆ estaba TobĆas ante su cama e incapaz de evitar que su pervertido vecino realizara sus fantasĆas sexuales.
Alan se apoderĆ³ de las bolas de TobĆas, agregando presiĆ³n a su control y llevando al poderoso semental a un nuevo estrato del dolor.
—¿ALAN? ¡AAAAAAAH! ¿QUĆ HACES? NOOOOO —TobĆas comenzĆ³ a retorcerse y llorar del dolor de bolas.
Alan apretĆ³ con mĆ”s fuerza en combinaciĆ³n con un tirĆ³n contundente, lo que provocĆ³ que TobĆas dejara escapar un lastimoso aullido.
Alan estaba muy concentrado en maltratar la hombrĆa del atractivo semental, parecĆa como si le quisiera arrancar las pelotas.
TobĆas gritĆ³ y se retorciĆ³ moviendo la cara de un lado a otro de desespero. Su dolor de gĆ³nadas era arrasador.
Alan lo soltĆ³ de sus testĆculos casi licuados.
—Dudo que a partir de esta noche vuelvas a presumir por el edificio sobre tus grandes dotes —susurrĆ³ Alan, manipulando con una mano su miembro que se habĆa puesto erecto y largo como una vara.
—Por favor —suplicĆ³ TobĆas—, siento que me partiste los huevos.
Alan se subiĆ³ a la cama, quedando de piernas abiertas sobre el robusto cuerpo del semental, TobĆas se llenĆ³ de horror y lamentos. Alan, con fuerza aplastante, plantĆ³ su pie en las albĆ³ndigas de TobĆas haciĆ©ndolo gemir de agonĆa.
—Otra vez no, por favor —suplicĆ³ TobĆas—, ¡Nooooooo!
Alan flexionĆ³ la rodilla hacia atrĆ”s, estaba con la vista fija entre las piernas de TobĆas.
Con un pisotĆ³n preciso y contundente, aplastĆ³ las bolas de TobĆas.
—¡Oooh!
En seguida TobĆas empezĆ³ a tener arcadas, sus ojos muy abiertos se cruzaron.
Alan se echĆ³ a reĆr, se arrodillĆ³ en el colchĆ³n y pasĆ³ su mano por el duro pecho de TobĆas. Palpando sus tetillas y tambiĆ©n los abdominales. DespuĆ©s le dio una palmada en las bolas con un sonoro bofetĆ³n.
TobĆas hizo una mueca y rugiĆ³ de dolor.
Alan volviĆ³ a reĆrse.
—Hoy es halloween —indicĆ³—, y es una noche de horror, semental.
TobĆas se quedĆ³ confuso. Sin poner resistencia dejĆ³ que Alan subiera sus muslos por encima de su hombro.
—¿QuĆ©? ¿QuĆ© haces? —se limitĆ³ a decir en un bajo susurro. Tras eso emitiĆ³ un ligero gruƱido al sentir que algo duro se abrĆa camino entre sus nalgas.
Alan jadeĆ³ cuando empezaba a penetrar el virginal agujero de TobĆas, al mismo momento que el miembro viril del semental del edificio adquirĆa una dureza firme adornada de gruesas venas.
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