Halloween es una noche de horror - Las Bolas de Pablo

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30 oct 2021

Halloween es una noche de horror

TobĆ­as hizo una pose de doble bĆ­ceps mientras se admiraba en el espejo.

 

—Esta noche conquistarĆ© al mejor coƱo de la fiesta —se jurĆ³ a sĆ­ mismo el arrogante macho alfa.

 

El musculoso moreno de cabello oscuro miraba todo el arduo trabajo que habĆ­a hecho en su cuerpo. Algunos de sus compaƱeros de graduaciĆ³n estaban celosos de su fuerte pecho y grandes brazos a su edad.

 

Era Halloween y pensĆ³ que de ninguna manera iba a esconder su cuerpo. HabĆ­a buscado el disfraz perfecto y fue cuando su vecino Alan, le sugiriĆ³ una idea que cubriĆ³ sus expectativas. Era un disfraz de mariachi. Constaba de un ajustado atuendo abrazado a todas las fibras de su cuerpo. Para Ć©l era la mejor manera de mostrarse a las personas.

 

El hombre musculoso se iba a reunir con sus amigos para ir a la ciudad. El plan de TobĆ­as era usar su atuendo para impresionar a las mujeres. Su plan en verdad iba a funcionar porque, sea como sea, el semental siempre tenĆ­a las miradas encima. Antes de que Ć©l y sus amigos se dirigieran al club nocturno, el macho ya se habĆ­a besado con algunas hembras y habĆ­a conseguido un montĆ³n de nĆŗmeros.

 

—Una de estas perras se va a acostar conmigo esta noche —pensĆ³ para sĆ­ mismo.

 

La discoteca estaba llena de gente con disfraces de Halloween. HacĆ­a calor y TobĆ­as comenzĆ³ a brillar en sudor, lo que solo acentuaba su cuerpo musculoso. El lugar estaba oscuro y el semental habĆ­a dejado a sus amigos despuĆ©s de que le dieron una bebida y caminaba buscando mĆ”s mujeres.

 

Mientras cazaba a una fĆ©mina, notĆ³ que una persona con un disfraz enmascarado lo miraba. No significaba que nadie mĆ”s lo estuviera mirando tambiĆ©n, sino que esa mirada estaba fija en Ć©l. De hecho, pensĆ³ que habĆ­a visto a esta persona en otros bares antes. El disfraz era de una vieja pelĆ­cula de terror de la dĆ©cada de 1990 con una mĆ”scara de fantasma. El semental musculoso tuvo la idea de que lo estaba siguiendo, lo que lo asustĆ³. Pero se encogiĆ³ de hombros porque habĆ­an otros clientes del bar con el mismo obsoleto disfraz.

 

BebiĆ³ su trago y mirĆ³ al sitio donde estaba de pie el enmascarado pero habĆ­a desaparecido. SintiĆ©ndose un poco borracho, siguiĆ³ mirando a su alrededor, sin embargo, un par de minutos despuĆ©s comenzĆ³ a sentirse muy sudado y necesitaba refrescarse. DejĆ³ el club y deambulĆ³ por las calles. No se dio cuenta de que lo seguĆ­an.

 

El musculoso apoyĆ³ la mano contra la pared para estabilizarse, no creĆ­a que bebiera tanto, pero tenĆ­a las rodillas dĆ©biles. De repente sintiĆ³ un brazo en su hombro que lo llevĆ³ a un callejĆ³n lateral. TobĆ­as fue empujado contra una pared del callejĆ³n y vio que era la persona con la mĆ”scara de fantasma.

 

Aunque no podĆ­a descifrar de quien se trataba, sabĆ­a que era un hombre por sus manos. El hombre enmascarado pasĆ³ sus manos por el musculoso torso de TobĆ­as, prestando atenciĆ³n a sus grandes pectorales y los fuertes pezones. TobĆ­as pudo escuchar la respiraciĆ³n pesada del hombre mientras lo tocaba. El semental vestido de mariachi no creĆ­a lo que le estaba pasando, nunca en su vida habĆ­a permitido que un hombre lo tocara asĆ­. En circunstancias normales, TobĆ­as fĆ”cilmente habrĆ­a golpeado al hombre por eso. TratĆ³ de apartarlo, pero no sirviĆ³ de nada porque estaba tan dĆ©bil que no pudo evitar que el hombre lo tocara.

 

—Detente, apĆ”rtate —dijo TobĆ­as con voz arrastrada.

 

DespuĆ©s de un rato, el hombre acompaĆ±Ć³ a TobĆ­as hasta un automĆ³vil y lo empujĆ³ al lado del pasajero. Fue conducido por la ciudad y terminaron en su edificio. 

 

—¿CĆ³mo sabes dĆ³nde vivo? —preguntĆ³ TobĆ­as con voz entrecortada. 

 

El hombre enmascarado no respondiĆ³ y solo lo llevĆ³ hasta su apartamento. Una vez dentro, se dirigiĆ³ al dormitorio de TobĆ­as, donde lo arrojĆ³ sobre su cama.

 

TobĆ­as intentĆ³ moverse pero estaba tan dĆ©bil y mareado que todo lo que pudo hacer fue pequeƱos movimientos. ObservĆ³ impotente cĆ³mo el enmascarado le quitaba su disfraz dejĆ”ndolo totalmente desnudo exponiendo su poderosa polla, luego vio con horror como el hombre comenzaba a quitarse la ropa dejando solo la mĆ”scara puesta. El cuerpo del hombre era normal en comparaciĆ³n con el musculoso de TobĆ­as, pero su polla era enorme. DejĆ³ su telĆ©fono a un lado y se dirigiĆ³ a la cama.

 

El hombre se subiĆ³ al musculoso y se quitĆ³ la mĆ”scara. TobĆ­as pareciĆ³ sorprendido al reconocerlo. 

 

—¡Alan! —jadeĆ³ TobĆ­as.

 

—SĆ­, mi vecino sexy, ¡finalmente te tengo aquĆ­, con tu magnĆ­fico cuerpo! —dijo Alan con malicia.

 

Alan amaba a los tipos musculosos, especialmente a los de pecho enorme y moreno; cuando vio a este gran vecino por primera vez, habĆ­a codiciado a TobĆ­as. Constantemente pensaba en el semental en la cama mientras se masturbaba, siempre fantaseaba con lo que le harĆ­a al musculoso.

 

Siempre recibĆ­a las burlas del semental por su cuerpo flaco y desgarbado, sugiriĆ³ a TobĆ­as que se pusiera el disfraz de mariachi en Halloween para poder ver su cuerpo musculoso. Cuando lo vio con su atuendo, su polla se puso dura, su cuerpo era perfecto y sus piernas, paquete y nalgas su mejor activo. 

 

Alan tambiƩn se habƭa comprado un disfraz para que su vecino sexy no lo reconociera mientras lo acechaba a travƩs de los bares a los que iba y luego al club.

 

Alan sabĆ­a que TobĆ­as solo consumĆ­a un tipo de bebida y, en el club, cuando los amigos de TobĆ­as compraron su bebida, le aƱadiĆ³ un suplemento especial que lo debilitĆ³ y lo dejĆ³ incapaz de resistir sus avances enfermos.

 

El plan habĆ­a funcionado perfectamente y ahĆ­ estaba TobĆ­as ante su cama e incapaz de evitar que su pervertido vecino realizara sus fantasĆ­as sexuales.

 

Alan se apoderĆ³ de las bolas de TobĆ­as, agregando presiĆ³n a su control y llevando al poderoso semental a un nuevo estrato del dolor. 

 

—¿ALAN? ¡AAAAAAAH! ¿QUƉ HACES? NOOOOO —TobĆ­as comenzĆ³ a retorcerse y llorar del dolor de bolas.

 

Alan apretĆ³ con mĆ”s fuerza en combinaciĆ³n con un tirĆ³n contundente, lo que provocĆ³ que TobĆ­as dejara escapar un lastimoso aullido.

 

Alan estaba muy concentrado en maltratar la hombrĆ­a del atractivo semental, parecĆ­a como si le quisiera arrancar las pelotas.

 

TobĆ­as gritĆ³ y se retorciĆ³ moviendo la cara de un lado a otro de desespero. Su dolor de gĆ³nadas era arrasador.

 

Alan lo soltĆ³ de sus testĆ­culos casi licuados.

 

—Dudo que a partir de esta noche vuelvas a presumir por el edificio sobre tus grandes dotes —susurrĆ³ Alan, manipulando con una mano su miembro que se habĆ­a puesto erecto y largo como una vara.

 

—Por favor —suplicĆ³ TobĆ­as—, siento que me partiste los huevos.

 

Alan se subiĆ³ a la cama, quedando de piernas abiertas sobre el robusto cuerpo del semental, TobĆ­as se llenĆ³ de horror y lamentos. Alan, con fuerza aplastante, plantĆ³ su pie en las albĆ³ndigas de TobĆ­as haciĆ©ndolo gemir de agonĆ­a.

 

—Otra vez no, por favor —suplicĆ³ TobĆ­as—, ¡Nooooooo!

 

Alan flexionĆ³ la rodilla hacia atrĆ”s, estaba con la vista fija entre las piernas de TobĆ­as.

 

Con un pisotĆ³n preciso y contundente, aplastĆ³ las bolas de TobĆ­as.

 

—¡Oooh!

 

En seguida TobĆ­as empezĆ³ a tener arcadas, sus ojos muy abiertos se cruzaron.

 

Alan se echĆ³ a reĆ­r, se arrodillĆ³ en el colchĆ³n y pasĆ³ su mano por el duro pecho de TobĆ­as. Palpando sus tetillas y tambiĆ©n los abdominales. DespuĆ©s le dio una palmada en las bolas con un sonoro bofetĆ³n.

 

TobĆ­as hizo una mueca y rugiĆ³ de dolor.

 

Alan volviĆ³ a reĆ­rse.

 

Hoy es halloween —indicĆ³—, y es una noche de horror, semental.

 

TobĆ­as se quedĆ³ confuso. Sin poner resistencia dejĆ³ que Alan subiera sus muslos por encima de su hombro.

 

—¿QuĆ©? ¿QuĆ© haces? —se limitĆ³ a decir en un bajo susurro. Tras eso emitiĆ³ un ligero gruƱido al sentir que algo duro se abrĆ­a camino entre sus nalgas.

 

Alan jadeĆ³ cuando empezaba a penetrar el virginal agujero de TobĆ­as, al mismo momento que el miembro viril del semental del edificio adquirĆ­a una dureza firme adornada de gruesas venas.

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