ANA, LA MUJER PROHIBIDA. - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

26 jul 2022

ANA, LA MUJER PROHIBIDA.

 

ANA, LA MUJER PROHIBIDA.

 

 

 Al final del relato pueden ver los ANUNCIOS DE ZATN PARA EL MES DE AGOSTO.


CONTIENE BALLBUSTING F/M.

 

 


Soy Felipe, es domingo y estoy en la sala del apartamento observando un partido de futbol…Es cuando Ana aparece y en su cara veo que quiere molestarme, no cesa en su actitud. Ella con 20 aƱos es dos aƱos mayor que yo y somos estudiantes universitarios, compartimos el apartamento.


—Que pasa Felipito, viendo un tonto partido?, quiero ver la telenovela, dame el control remoto—. Su vestimenta me impresionĆ³ aunque tratĆ© de no parecer perturbado, usaba una camisa ligera con dos botones abiertos en el escote, era muy obvio que no llevaba sostĆ©n, aunque no siempre usaba pues Ana es de pechos pequeƱos.


En vez de pantalĆ³n llevaba un short bastante apretado color rosa que delineaba bien su pelvis y caderas….Ella no dejaba de contornear sus caderas, incluso colocando las manos en ellas para acentuar mĆ”s sus curvas femeninas, no pude dejar de tragar saliva ante sus movimientos.


—Yo estaba primero— le respondĆ­—, conoces las reglas, el que estĆ” primero puede ver lo que quiera.

 

—Me vale gorro, yo quiero ver la telenovela, Pedro Alfredo va a traicionar a Roberta Alicia...y eso no pasa mĆ”s que 4 o 5 veces durante los 260 episodios de la telenovela, asĆ­ que muĆ©vete tonto!

 

Me mostrĆ© inflexible y ella se me acercĆ³…Vino a lo que en verdad querĆ­a, eso de la telenovela sĆ³lo era la excusa para enojarme.

 

—Que pasa Felipito, no me vas a consentir en esto que te pido?

 

DecidĆ­ mantener mi negativa, pero me tomĆ³ por sorpresa lo que hizo entonces…

…CĆ³mo yo estaba sentado en el sillĆ³n con las piernas abiertas, ella se me sentĆ³ al lado y tocĆ³ la pantaloneta que usaba, antes de que pudiera retirarle la mano, me tocĆ³ la entrepierna.

 

Ella sonreĆ­a y con su dedo Ć­ndice comenzĆ³ a hacer cĆ­rculos en la punta de mi pene, que pronto comenzĆ³ a saltar.

 

No supe que hacer, no era la primera vez que me tocaba la polla como broma o burla, siempre en un movimiento fugaz, pero Ć©sta vez fue algo permanente, mantuvo el contacto. Ella sonreĆ­a y mi pene reaccionaba, se me comenzĆ³ a parar.

 

—Se siente rico, Felipito?— MantenĆ­a los movimientos circulares y mi pene ya estaba parado.

 

—Se estĆ” poniendo grande…—Solo se burlaba, era un juego para ella, la conozco bien, Ana es lo que llaman una calienta huevos…es decir aquella chica que solo busca seducir a los hombres, no solo por coqueteos, sino tambiĆ©n para llamar la atenciĆ³n…

 

…Ana es una promiscua, no tiene novio y no tiene interĆ©s en tener uno, simplemente sale con varios chicos, actualmente hay 3 universitarios con los que ella tiene relaciones.

 

No me di cuenta cuando ella me bajĆ³ la pantaloneta, por instinto colaborĆ© con ella, ahora mis interiores blancos estaban a su vista y ella retomĆ³ el contacto con su indiscreto dedo, Se sentĆ­a aĆŗn mĆ”s rico, solo una delgada capa de tela separaba su dedo de mi polla.

 

—DĆ©jame ya, Ana— le reclamĆ© en voz baja, pero mi rostro enrojecido le daba a entender que no harĆ­a nada por retirar su dedo.

 

Ella comenzĆ³ a bajar el dedo, recorriendo mi erecciĆ³n sobre el interior, su dedo me hacĆ­a ver el cielo, lo descendĆ­a muy lentamente mientras bajaba por el tronco de mi polla…Para volver a subir a mi glande; Por un instante su palma entrĆ³ en contacto con el bulto de mis huevos…Me volviĆ³ loco la leve presiĆ³n contra mis testĆ­culos, anhelaba que ella tambiĆ©n les pusiera atenciĆ³n.


Tragaba saliva y trataba de no jadear ante sus tocamientos.

 

En su recorrido, su dedo continuĆ³ descendiendo, dejĆ³ el tronco para llegar a mis testĆ­culos, delineĆ³ un par de cĆ­rculos, para despuĆ©s retirar el dedo y regresar con los 4 dedos juntos y palpar mejor mis testĆ­culos sobre la tela del interior.


—Mmmmm, vaya, se sienten pesados— Los tocaba, sopesaba y masajeaba con aquellos 4 dedos.

 

—Basta, Ana— Fue lo Ćŗnico que podĆ­a decir en mi “trance”, ella me ignorĆ³ y continuĆ³.

 

—…Estos almacenes estĆ”n llenos, cuando fue la Ćŗltima vez que los vaciaste, Felipito?

 

No le respondĆ­a, solo disfrutaba de su contacto.

 

—No fue hace dos meses cuando Carolina terminĆ³ contigo?— Casi se burlaba.

 

—No te metas en mi vida!— Le reclamo con cierto enojo, pero ella solo sonrĆ­e y mantiene su masaje a mis bolas, sabe que a pesar de estar molesto, por nada del mundo le pedirĆ© que cese sus toqueteos…

 

—Dos meses ya?, y no te la jalas?, debes descargarlos, es lo mejor para el hombre…jĆ”latela!

 

—Yo no hago eso!— Casi le respondĆ­ indignado.

 

—Como que no?, todos lo hacen...Se la menean cinco minutos y ya estĆ”n felices.

 

—Yo no!, tiene que ser con una mujer, sĆ³lo asĆ­ me gusta venirme. — Era sincero, aunque lo mejor era no alimentar sus conocimientos sobre mĆ­ persona, porque de una u otra forma Ana a futuro lo usarĆ­a para su provecho.

 

—Bien dicho Felipito, sabes, con esa respuesta me impresionas un poco mĆ”s…



Ana se incorporĆ³ del sillĆ³n y se colocĆ³ de rodillas ante mĆ­, por instinto separĆ© los muslos dĆ”ndole todo el espacio que ella querĆ­a. Por un instante creĆ­ que todo conducirĆ­a a una mamada…Era un sueƱo! pero ella me miraba a los ojos y no se animaba aĆŗn, en vez de eso comenzĆ³ a dar leves palmadas a mi bulto testicular, no me hacĆ­a daƱo, era delicada y mantenĆ­a las suaves palmadas, casi como tocando ligeramente un tambor, ese contante y delicado palmoteo me tenĆ­a loco de la excitaciĆ³n….Ella es una completa malnacida, pero la condenada sabe muy bien como excitar a un hombre.

 

No querĆ­a caer en su tentaciĆ³n, ella es una mujer prohibida!, pero lo que hacĆ­a sĆ³lo podĆ­a generar dos respuesta, que le retirara la mano de mis bolas y me fuera enojado a mi cuarto, dejĆ”ndole el TV para su estĆŗpida novela…o lanzarme sobre ella, tirarla al suelo, retirarle el short y metĆ©rsela…como ella buscaba…


Fui dƩbil y cedƭ a mi impulso!

 

La empujĆ© de repente y con mucha fuerza, tumbĆ”ndola de espaldas!  Ella dio un grito de sorpresa y me le subĆ­, para empezar a manipular su camisa, le rompĆ­ —como si no estuviese allĆ­—el tercer botĆ³n que sĆ­ tenĆ­a cerrado y le comencĆ© a besar las tetitas.

 

Ella se calmĆ³ cuando vio mis intenciones, y retomĆ³ su sonrisa de chica mala.

 

Debo admitir que siempre imaginƩ en besar sus pequeƱas tetas, las chupaba con fuerza y le mordƭa los pezones, ella se dejaba y jugaba con mi cabello.

 


 Mi pene me dolĆ­a, el calzoncillo, —pegajoso por el presemen—me restringĆ­a, y por instinto movĆ­a la pelvis golpeando con la punta del pene su bello muslo, me encorvaba para avanzar y que mi falo chocara con su entrepierna, si no tuviera el short puesto podrĆ­a penetrarla…  

 

…Pero ahora eran sus tetas la que me tenĆ­an concentrado, ya vendrĆ­a el momento de despojarla de su prenda inferior.

 

—Eso es Felipito, sigue…—SentĆ­a sus manos en mi espalda y nuca, usaba sus uƱas para rasguƱarme de forma picaresca, ella querĆ­a y se lo darĆ­a con gusto.

 

Me volvƭ a mover para golpearla de nuevo en la vulva, llevƩ una mano a su short y quise bajƔrselo, pero ella se lo mantuvo arriba.

 

—Espera Felipito, primero quiero vĆ©rtela…

 

Me incorporƩ para cumplir su deseo, me quitƩ el suƩter y le dije, enseƱƔndole bien mi ropa interior.


—Mira por Ćŗltima vez este calzoncillo, porque lo que viene te gustarĆ”.

 

Lentamente me retirĆ© el, interior, dejando mi polla a la vista, estaba muy hinchada y por fin estaba libre, el dolor cesĆ³.


Ana sonriĆ³.

 

—Vaya, lo admito, es grande…— No podĆ­a decir otra cosa, mi polla estĆ” arriba del promedio, mide 18,5 cm en erecciĆ³n, y dentro del coƱo de una chica alcanza los 20 cm…Eso lo sĆ© porque cuando tuve sexo con una chica del laboratorio de ingenierĆ­a, (AllĆ­ en su mismo laboratorio!), ella me pidiĆ³ en pleno acto que se la sacara para medĆ­rmela, usĆ³ un metro y fue muy detallada al medir...no creo que fuera al primero a quien se la medĆ­a…

 

…Pero con un resultado comprobado de 20 cm, tanto ella como yo quedamos mĆ”s que felices, no perdĆ­ mĆ”s tiempo y retomĆ© la penetraciĆ³n.

 

Ana sonreĆ­a al ver mi verga, Ć©sta goteaba abiertamente, estaba muy excitado, deseaba a Ana y por fin estarĆ­amos juntos.

 

—MMmmm— ExpresĆ³ ella de forma seductora, observĆ© sus ojos y estaban fijos en mis bolas, su siguiente frase me lo confirmĆ³:

 

—Ven aquĆ­ muchachote, arrodĆ­llate por favor…Ven a descargar por fin a ese par que lleva lleno un buen tiempo…No los hagas sufrir mĆ”s—.

 

Me alegrĆ³ su referencia continua a mis testĆ­culos, Y la verdad con toda Ć©sta excitaciĆ³n causada por Ana, ya sentĆ­a incomodidad en las bolas, querĆ­a soltar mi leche….CumplirĆ­a lo que ella querĆ­a, serĆ­a feliz y de paso tendrĆ­a alivio para mis huevos.

 

Me coloque de rodillas, viĆ©ndola acostada ante mĆ­, ella sonreĆ­a y se tocaba los pechos, su invitaciĆ³n no daba a mĆ”s espera, una seƱal suya me llamĆ³ a besarla en el cuello me inclinĆ© y degustĆ© su delicado cuello de cisne.

 

Ana expresaba cosquillas y jadeaba, mi pene no dejaba de soltar lĆ­quidos, ya querĆ­a hacerla mĆ­a…Pero la frase que ella expresĆ³ a continuaciĆ³n me causĆ³ un limbo mental:

 

—La verdad, hace una semana que no me tomo las pastillas anticonceptivas.

 

El escuchar eso me dejĆ³ frio, Me separĆ© unos centĆ­metros de ella, sentĆ­ un latido en mi pene, no hacia arriba como cuando es de excitaciĆ³n, esta vez era hacia abajo, era de relajaciĆ³n, mi verga perdĆ­a dureza mientras mi mente era un caos, sĆ³lo pensaba:

 

—Si le hago el amor a Ana podrĆ­a embarazarla!, el sexo ahora es un riesgo!, ¿Un embarazo?, somos muy jĆ³venes…—PensĆ© en soluciones —ProtecciĆ³n?, buscar un condĆ³n! Donde tengo uno?

 

De repente sentĆ­ un fuerte golpe en mi entrepierna, la fuerza del impacto incluso elevĆ³ mi pelvis unos centĆ­metros, mientras mis testĆ­culos eran aplastados por completo, Ana me habĆ­a dado un fortĆ­simo rodillazo en los huevos.

 


—AAAAAAAAhhhhhh!!!!!— SoltĆ© un grito violento para enseguida apretar los dientes, mientras sentĆ­a un calambre que me recorrĆ­a el abdomen y se escurrĆ­a a mi pecho. Me dolĆ­an las bolas, pero no las sentĆ­a.

 

Ana soltĆ³ una risilla y expresando —QuĆ­tate!— me hizo arriba y a un lado con un movimiento de su brazo. Me eleve y ella se quitĆ³ de debajo de mĆ­.


Una vez se retirĆ³, mis rodillas tocaron tierra y en el piso me acurruquĆ©, mientras ella se incorporaba, mis manos fueron por instinto a mi entrepierna, mi erecciĆ³n ya casi se habĆ­a ido, pero lo que buscaba eran mis bolas…

 

…Las encontrĆ© donde siempre estĆ”n, mis dedos las cubrĆ­an, no sabĆ­a quĆ© hacer, el dolor era muy fuerte, tragaba saliva, querĆ­a sobĆ”rmelas, pero tenĆ­a tantos dedos para solo dos huevas, solo podĆ­a sostenĆ©rmelas, el dolor seguĆ­a saliendo de ellas y me abrumaba, me sentĆ­a caliente en todo el cuerpo, cada fibra de pelo de mi cuerpo, hasta mi cabello, estaban parados en punta, es como le dicen a eso piel de gallina, asĆ­ se siente cuando cada pelo del cuerpo se pone erecto…

 

Al fin me pude recostar contra un muro, mantenĆ­a una mano en mis bolas.


LancĆ© una mirada a Ana que reĆ­a a fuerte voz, lo hacĆ­a a propĆ³sito, la vi…Se abotonaba la blusa, con los botones que le quedaron.

 

—Que pasa Felipe? te duelen mucho? A todos siempre les duelen y bastante—ReĆ­a a gusto.

 

Trate de decir algo pero no me saliĆ³ palabra, ella lo notĆ³ y burlĆ³.

 

—Te los dejĆ© en la garganta?, jajaja.


—Maldita…Porqueee?— Pude decirle, lo que le causĆ³ mĆ”s felicidad al escuchar mi lastimera voz.

 

—QuĆ©?, ibas a hacerle el amor a tu hermana?, vaya que estas enfermo!, eres un pervertido hermanito—VolviĆ³ a reĆ­rse—Pero con ese golpe se te quitarĆ”n las ganas de cogerme, de eso estoy muy segura, Jajajaja.

 

Se me escapĆ³ un quejido, ella terminĆ³ de arreglar su blusa y se acercĆ³.

 

—Te ves un poco pĆ”lido, hermanito—No era preocupaciĆ³n, era simple burla.

 

Me dio la espalda.

 

—Nos vemos, Felipito pervertido, otro dĆ­a verĆ© la novela, Jajajaja—Se alejĆ³ con su risa forzada y escandalosa.

 

Es una malvada, pero es cierto, Ana es mi hermana, por eso es una mujer prohibida! desde hace 6 meses vine a vivir en el apartamento que nuestros padres costean para estar cerca de la universidad…Y no deja de molestarme con sus seducciones tontas, pero hoy las cosas fueron muy lejos…Por parte de ambos, eso no puedo negarlo.

 

No pude pensar mĆ”s nada, el dolor seguĆ­a entre mis testĆ­culos y mi cabeza, no creĆ­ poder soportarlo…SĆ³lo restaba intentarlo...VolvĆ­ a acostarme en el suelo en posiciĆ³n fetal. Los siguientes minutos serĆ­an una verdadera tortura!

 

 

Tiempo despuĆ©s…

 

 

Ahora estoy en mi alcoba y retiro una bolsa de hielo que lleva veinte minutos en contacto con mis calzoncillos y huevos; Me bajo el interior, observo mis pelotas, permanecen rojas e hinchadas.


—Rayos! Mil rayos! Siguen rojas!—Recuerdo lo sucedido y estoy enojado.

 

—Pero que esperas?—Me respondo a mĆ­ mismo, —Crees que en una hora van a desinflamarse?, es una parte sensible…SerĆ” hasta maƱana que vuelvan a la normalidad.

 

—Como se atreviĆ³ a golpearme en una zona tan delicada!— Sigo enojado con Ana, y lo que me enoja es que me dio con fuerza, como si se tratase de un violador de quiĆ©n debe defenderse…NO!, soy tu hermano, son las huevas de tu hermano las que golpeaste Ana!

 

Sƍ!, perdĆ­ la cabeza al querer intimar con mi hermana, ella me tiene loco, la he deseado desde hace tiempo y no me pude controlar hoy…Pero tĆŗ tambiĆ©n tienes culpa, seduciĆ©ndome, y engaƱƔndome para hacerme creer que querĆ­as sexo conmigo…

 

…Y todo porque? Te hice algo?, no! Siempre me he comportado bien contigo…SĆ³lo es tu conducta de niƱa malcriada y rebelde lo que te lleva a molestar a todos, tus bromas pesadas y conducta infantil a mĆ”s de uno ha perjudicado.

 

Me palpo las bolas, mi escroto tiene un tono rojizo brillante, busco algĆŗn morado en mis bolas que me indique algo grave en mis partes.

 

—Pudiste hacerme un daƱo de verdad y sĆ³lo para divertirte burlĆ”ndote de mĆ­—ExpresĆ³ en voz baja, aun revisando mis gĆ³nadas.

 

La maldita siempre tuvo fama de cascanueces en la escuela, a muchos chicos les sorprendĆ­a con manotazos o golpes de revĆ©s en la entrepierna…

…Incluso a mĆ­, en casa me sorprendĆ­a a veces, dejĆ”ndome encorvado y ella riendo a satisfacciĆ³n…En una Ć©poca debĆ­a mantener una mano en mis bolas para evitar sus tontos golpes.

 

Doy gracias a no encontrar ninguna zona morada o que indique algo mĆ”s severo que la inflamaciĆ³n…Ya tuve una vez esta mala experiencia a los 15 y Ć©sta volviĆ³ a mi cabeza, les contarĆ©:

 

 

No son pocas las veces que me he o me han golpeado en las bolas, pero nada mĆ”s allĆ” de una incomodidad que se quitaba a los minutos con unas flexiones. Excepto aquella vez que recibĆ­ un pelotazo durante un partido de beisbol, sufrĆ­ un dolor que superĆ³ al de hoy, aunque no por mucho, aquella vez perdĆ­ el conocimiento…


…DespertĆ© en el hospital con mi madre y Ana, que ya estaban tranquilas al informarles el doctor que tras los exĆ”menes no era nada grave. SĆ³lo estarĆ­a inflamado unos dĆ­as, y con medicaciĆ³n mejorarĆ­a rĆ”pido.

 

Esa vez mi insoportable hermana mayor (con 17 aƱos) me molestĆ³ en la clĆ­nica…De esa forma era nuestra relaciĆ³n entre hermanos:

 

—Te golpearon en las canicas? Jajaja— Como siempre burlĆ”ndose…

 

…Y el llamar a mis bolas asĆ­ y a mi pene salchichita comenzĆ³ cuando a los 11 aƱos, ella me vio desnudo, claro, que aĆŗn tenĆ­a cuerpo de niƱo y ella con 13 ya estaba desarrollada, desde entonces me molestaba con el tamaƱo de mis genitales.


—Al menos el golpe en las canicas sirviĆ³ para que se te pusieran mĆ”s grandes, aunque sĆ³lo por hoy, Jajajaja.

 

—Deja de joderme la vida, Ana! —Le respondĆ­ aquel dĆ­a, pero ella sĆ³lo continuĆ³ sus bromas.

 

—DĆ©jame vĆ©rtelas— Incluso tratĆ³ de sacarme las sabanas, la muy malvada, tĆ­pica hermana mayor!, sĆ³lo la amenaza de llamar a mamĆ” le hizo marcharse.

 

Al menos desde ese dĆ­a dejĆ³ de darme aquellos golpes sorpresivos en la entrepierna.

 

Sobre la burla a mis genitales, estas sĆ³lo cesaron cuando me mudĆ© a este mismo apartamento…

 

…En una de sus bromas tontas, me quitĆ³ la toalla al salir del baƱo, tras verme desnudo dio su opiniĆ³n.

 

—Vaya, parece que te crecieron bastante las canicas— En su rostro detallĆ© que estaba impresionada—Pero sigues con la salchichita…

 

—No la conoces parada—Me defendĆ­, aunque en reposo era mediana.

 

—Pues no creo que sea la gran cosa—Ella insistĆ­a en su intento de burla, pero apenas si podĆ­a usar eso para no verse derrotada en argumentos.

 

—Ninguna se ha quejado de ella—Se lo tirĆ© a la cara.

 

ReaccionĆ³ de una forma extraƱa, en vez de enojarse sonriĆ³.

 

—Pues tal vez un dĆ­a me anime a conocĆ©rtela parada—. Se marchĆ³ dejĆ”ndome confuso.

 

Desde ahĆ­ comenzaron sus episodios de burla pesadas en forma de intentos por seducirme…Lo que me regresa a los eventos de hoy.

 

 

Tras rememorar el incidente en el campo de beisbol, comparo que con el golpe de Ana estuve tambiĆ©n cerca de perder el conocimiento…

 

…Vi en serio la amenaza, porque incluso lleguĆ© por un instante a ver todo blanco, sacudĆ­ mi cabeza, resistiendo como podĆ­a para no desmayarme…Y lo logrĆ©, mi vista se concentrĆ³ y lo borroso se disipĆ³.

 

Hubiera sido terrible quedar desmayado en el piso de una casa, dĆ³nde tu propia hermana estarĆ­a encerrada en su cuarto cepillĆ”ndose el cabello, sin importarle en lo mĆ”s mĆ­nimo la salud de su familiar, aquel al habĆ­a dejado tirado en el piso tras casi deshuevarlo.

 

 

Ahora tomo aire, subo mis calzoncillos y vuelvo a poner el hielo sobre mi paquete…Trato de calmarme, pensar las cosas en frio me lleva a una decisiĆ³n fulminante:

 

No tengo rencor hacia Ana, por lo que no buscarĆ© un desquite tras su golpe bajo, porque mi decisiĆ³n es…MUDARME!

 

Debo mudarme, he decidido que Ana es una mujer fuera de toda posible relaciĆ³n carnal, no sĆ³lo por las leyes, sino por la moralidad. Aunque despuĆ©s de lo de hoy me mantendrĆ­a alejado de ella, la muy molesta seguirĆ” sus seductores acercamientos, y el problema mĆ”s grande con eso es que la conozco! y estoy seguro de que ella en su inmadurez y coqueteos, alguna vez podrĆ­a terminar dejĆ”ndose llevar y aceptarme de verdad en su cama…

 

…Ella dio hoy criterios de moral y demĆ”s, pero el dĆ­a que amanezca mĆ”s loca que de costumbre —cĆ³mo yo el dĆ­a de hoy—sĆ­ me dejarĆ” hacĆ©rselo, eso no debe pasar nunca!, podrĆ­a un dĆ­a despertar sabiendo que he embarazado a mi hermana…a mi bella y deseada hermana.


Desde hoy mantendrƩ la distancia, Para mƭ, en adelante, Ana es mƔs que nunca La mujer prohibida.

 

 

FIN.

 

 

***

 

 

 

 

ANUNCIOS DE ZATN PARA EL MES DE AGOSTO.

 

En el mes de Agosto se publicarƔ un relato cada MiƩrcoles.

 

Este mes serĆ” de viajes por el mundo, de muchas aventuras, se sumergirĆ”n en una verdadera ExpediciĆ³n, dado que 3 de los 5 relatos tratan ese tema.

 

*LA EXPEDICION, Parte 1.1 (3 de Agosto).

* LA REINA DEL CHISME. Parte 3 de 3. (10 de Agosto).

* LA EXPEDICION, Parte 2. (17 de Agosto).

*LA COCINA DEL INFIERNO, Parte 2 de 3. (24 de Agosto).

* LA EXPEDICION, Parte 3.1 /ANUNCIOS PARA SEPTIEMBRE (31 de Agosto).

 

***

 

 

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Pages