Los hombres de Romina (2/5) - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

14 jul 2022

demo-image

Los hombres de Romina (2/5)

Antes de dormir Antonio sostuvo a su esposa Romina entre sus brazos, se besaron dominados por la pasión. Se tocaban por encima de sus ropas, las cuales se sacaron apresuradamente. Si dejaron de tener contacto con sus bocas fue solo para quedar desnudos uno frente al otro.

 

prideofmexico-20052022-0003~2

Antonio la empujó a la cama e inmediatamente se abalanzó sobre ella, besĆ”ndola sin tregua y tocĆ”ndole los pechos, sus nalgas y vagina, pero la mujer tampoco estaba inmóvil, le acariciaba el erecto pene de arriba hacia abajo y amasaba sus testĆ­culos, estimulando la llama de pasión en su marido.

 

Romina gemĆ­a demostrando en la caliente cama que querĆ­a gozar del pene erguido dentro de ella.

 

Antonio la besaba de manera posesiva y hambrienta, y ella gozaba de la misma manera e intentaba darle el mismo placer, con las manos en su miembro.

 

Sin mĆ”s, Antonio la penetró con fuerza, haciĆ©ndole gozar. Romina se llenó de placer ante la mezcla de sensaciones, en parte deseo y en parte dolor.

 

prideofmexico-20052022-0002~2

Antonio bombeó con la cadera durante varios minutos, con fuerza constante y Romina le pedĆ­a que le diera mĆ”s y con fuerza, Ć©l la complacĆ­a impulsivamente, le dio la vuelta y la puso de perrito, la penetró con Ć”nimos, Romina gritó por el placer tan intenso que le entregó el pene, estaba excesivamente mojada y receptiva. Le pedĆ­a mĆ”s y mĆ”s, a grito abierto, gimiendo:

 

basauri-20052022-0002~2

—MĆ”s fuerte, dame mĆ”s verga.

 

—Eres mi mujer, mi mujer para siempre —Antonio le insistĆ­a.

 

La penetró durante largos minutos de perrito, la nalgueaba fortísimo y ella no paraba de gozar, Antonio la complació, hasta que le saco la verga y eyaculó su copiosa leche en su espalda, con un semen caliente y abundante. La limpió después con una toalla.

 

basauri-20052022-0003

Romina se acurrucó en su pecho desnudo, completamente sudada, extasiada y delirantemente complacida, pero también cansada, entraba al mundo del sueño cuando de la nada y con la mirada puesta en el techo Antonio le preguntó:

 

prideofmexico-20052022-0001~2

—¿Por quĆ© me engaƱas con ese taxista malnacido?

 

La pregunta le arrancó el sueño de golpe. Romina se apartó del fuerte pectoral y se sentó. MirÔndolo. El dirigió su vista a su rostro:

 

—Eres tremenda actriz. Mereces un premio de la academia. Mientes tan bien, vengo a ti y me demuestras verdadero amor. Hasta me lo creĆ­.

 

Romina negó con la cabeza.

 

—¿Por quĆ©? Ā”Un bruto taxista, Romina! Debiste ser sincera desde el primer momento.

 

—¿Desde el primer momento?

 

—El lunes conocĆ­ a ese desgraciado. Justo despuĆ©s que te revolcaste en su cama. ĀæNo te da asco usar seguramente la podrida cama donde llevó a la que fue su mujer?

 

Solo habían transcurrido tres días desde aquello. Romina respiró profundo.

 

basauri-20052022-0004~2
—Lo sĆ©, lo supe todo ā€”afirmó ella, desviando la mirada y posando una mano en el muslo de su marido, lentamente subió la mano hasta el saco escrotal de Antonio, envolviĆ©ndolos con sus dedos y aplastando los grandes testĆ­culos entre sus dedos y palma.

 

El rostro de Antonio enrojeció y apretó los dientes.

 

—Estoy completamente enterada de lo que le hiciste a ElĆ­as, sĆ­. Ɖl me lo ha contado —respondió Romina agregando presión, apretando las vacĆ­as bolas del esposo en su mano derecha y girando un poco.

 

Antonio comenzó a jadear pesadamente.

 

Romina asintió y tiró hacia abajo del saco escrotal de su marido mientras continuaba en su mano.

 

Antonio gritó.

 

Con un último y fuerte apretón, Romina soltó las bolas de Antonio.

 

Screenshot_20220520-155747

—Aaaaaaay —susurró Antonio agarrando sus pelotas agonizantes.

 

—Estoy enterada de lo que hiciste con ElĆ­as —respondió—. Golpearle las bolas, Āæa caso a ti te gusta que te lo hagan? —miró a Antonio, que estaba acariciando sus testĆ­culos y respirando con dificultad.

 

—¿Por quĆ© Ć©l? ĀæPor quĆ© me engaƱas con un taxista?

 

—Sabes que fue mi novio antes de estar contigo.

 

—Un pobre y miserable vago ā€”gimió Antonio—. ĀæQuĆ© te puede ofrecer? ĀæUn aventón a casa de tus amigas? Si te fue con el chisme de lo que le hice, Āæpor quĆ© has actuado como si nada todos estos dĆ­as?

 

Romina se hundió de brazos. ĀæPor quĆ© prefirió callar a lo largo de esa semana? Sinceramente porque tampoco querĆ­a una discusión con Antonio, era mejor ignorar lo ocurrido y continuar como si nada. 

 

Su marido seguĆ­a acariciando su magullada hombrĆ­a.

 

—TĆŗ tambiĆ©n guardaste silencio de lo que le hiciste ā€”objetó Romina.

 

—Te estaba evaluando. CallĆ© como tĆŗ.

 

Romina guardó silencio.

 

—¿Te quedarĆ”s con ese infeliz?

 

Romina no dijo nada, miró a Antonio a los ojos.

 

Antonio graznó cuando de repente sus huevos fueron aplastados en las manos de su esposa. Sus ojos se humedecieron y comenzó a sudar.

 

Las uñas de Romina se clavaron en la piel del escroto, creando marcas de presión.

 

Screenshot_20220520-155928

Antonio tosió y cerró los ojos. Sus manos consolaron sus pobres testĆ­culos cuando Romina lo soltó otra vez. El hombre se hizo un ovillo sobre a cama y gimió miserablemente.

 

Romina salió del lecho con un rictus serio. Cogió su ropa Ć­ntima ademĆ”s de la bata.

 

Screenshot_20220520-160005

Antonio gimió.

 

—¿A dónde irĆ”s, Romina?

 

—DormirĆ© en el cuarto de huĆ©spedes —salió, cerrando la puerta detrĆ”s de ella.

 

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Pages

undefined