QUE ALGUIEN CALME A ERICK EL ROJO! Parte 1 - Las Bolas de Pablo

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16 nov 2021

QUE ALGUIEN CALME A ERICK EL ROJO! Parte 1

 

QUE ALGUIEN CALME A ERICK EL ROJO! Parte 1. (Relato corto)

 

CONTIENE BALLBUSTING M/M.

 



Erick es un luchador de la UFC, de 26 aƱos, su color de pelo le colocĆ³ el apodo de “El rojo”; Es imponente en fuerza y tĆ©cnica, pero tiene un gran problema que le ha dificultado ascender en la disciplina o ganar tĆ­tulos…En ocasiones la ira lo domina y parece enloquecer. 

 

Cuando esto pasaba, todos decĆ­an, Que alguien calme a Erick el rojo!

Varios heridos y muchos daƱos eran las consecuencias de sus arranques de ira, hasta el que varĆ³n por fin se tranquilizaba. Era un problema que incluso lo trataba el psicĆ³logo de la empresa de luchas.

A continuaciĆ³n un par de momentos de ira del pelirrojo.

 

LOCURA EN EL GIMNASIO!

 

…De pronto estallĆ³!

 

Todos en el gimnasio voltearon y observaron a Erick el rojo con la cara tan roja como su cabello, el luchador comenzĆ³ a gritar y a rabiar, sus ojos parecĆ­an lanzar rayos…

 

…De inmediato tomĆ³ unas sillas y las arrojĆ³ a la distancia, mĆ”s de uno debiĆ³ moverse para no ser alcanzado. Todos observaba a Erick, sus mĆŗsculos tensionados y su tono de piel se notaba mĆ”s rojizo que de costumbre.

                                                                                

—Demonios!—ExpresĆ³ el entrenador de Erick de apellido Ochoa—AquĆ­ vamos de nuevo…

 

Todo era caos en el gimnasio, 4 luchadores rodearon a Erick, quien empuĆ±Ć³ las manos y se dispuso a pelear.

 

PUM! SonĆ³ la quijada de uno al recibir un impacto seco por parte del “Rojo”…PAM! Otro golpe ahora a las costillas de un hombre quien suelta un grito de dolor.

 

Mientras todo sucedĆ­a, el entrenador Ochoa abrĆ­a un baĆŗl y sacaba unas botas viejas, pero de una suela de grosor considerable, tomĆ³ un cepillo y comenzĆ³ a limpiarlas principalmente en la punta la cual parecĆ­a metĆ”lica.

 

Los luchadores contraatacan en grupo, sus golpes dan en el abdomen, costados y riƱones de Erick pero este soporta todo, responde con una patada al estĆ³mago, dejando a un colega sin aire y de rodillas.

 

3 hombres se miran unos a otros y se deciden a atacar, por fin logran derribar al “Rojo”.

 

—A las huevas, denle en las huevas, tontos—Se oye el consejo del entrenador Ochoa, quien seguĆ­a limpiando las botas.

 

Los que intentas contener al “Rojo” no quieren hacer uso de golpes bajos, pero finalmente uno hace caso; Ɖste hombre, adherido al muslo del enloquecido, aprieta el puƱo y lo descargan contra el paquete genital del colorado.

 

—AArrgg!!—Se queja Erick al sentir sus huevos impactados.

 

Erick entrecierra los muslos, protegiendo su masculinidad, mientras la ira parece que no disminuirĆ”.

 

Pero el forcejeo continĆŗa, un nuevo puƱo al paquete genital pero sin efecto, pues Erick se cubre ahora mejor las pelotas. Con una patada en la cara se quita de encima al que lo fauleĆ³.

 

Dos fuertes movimientos de brazos y los otros dos casi salen volando.

 

Ahora Erick estĆ” en pie y de inmediato los dos se lanzan al ataque, consiguen bloquearle los brazos…El tercero aprieta el puƱo y emprende carrera contra el iracundo.

 

El sujeto es detenido en seco de una patada en los testĆ­culos.

                                                                             

—AAAAAuuuuuu!!!!!!!!—AĆŗlla como un lobo el luchador, cubriendo su lastimada hombrĆ­a.

                                                                                   

El hombre grita de dolor y empieza a brinca como un canguro por todo el gimnasio.

 

 —Son todos unos pendejos, deben coordinarse mejor para atacarlo—ExpresĆ³ el entrenador quien ahora se colocaba las botas.

 

—Malditooos!!!!—Expresaba Erick, quien atacaba de nuevo. ZafĆ”ndose de quienes le sujetaban.

 

El “Rojo” pateĆ³ en la espalda baja a un luchador y a otro le saco la saliva de un codazo en la mandĆ­bula.

 

Llegan refuerzos pero dudan en atacar al “Rojo”, quien les reta a venir todos juntos…

 

…Es cuando Ochoa le llega por detrĆ”s a Erick y sin mediar palabra le propina una brutal patada en la entrepierna. Tomado por sorpresa Erick no tuvo nada que hacer…

                                                                              

La punta metĆ”lica aplastĆ³ las gĆ³nadas del enfurecido contra su pubis, se escuchĆ³ un leve crujido.

 

—AAAAHHHH!!!!—BramĆ³ al techo Erick, tratĆ³ de cubrirse las pelotas, pero Ochoa a pesar de su edad era Ć”gil y lanzaba una segunda patada en las huevas dentro del calzĆ³n de combate que usaba el pelirrojo.

 

—OOOUUUGGHH!!—Erick cerrĆ³ los muslos y se cubriĆ³ la virilidad. El fornido pelirrojo se negaba a caer.

 

—Les dije a las huevas, solo asĆ­ se puede calmar a este enorme colorado cuando se enrabieta.

 

Erick miraba con ojos de furia al entrenador, quiƩn no temƭa la venganza del enloquecido luchador.

 

El “Rojo” parecĆ­a querer avanzar contra Ochoa, pero Ć©ste levantĆ³ una mano y todo pareciĆ³ oscurecerse para Erick…

 

…Era una seƱal de Ochoa y como ranas 5 luchadores se lanzaron sobre el debilitado  “Rojo”, quien ya no pudo liberarse, sometido por una fuerza superior fue inmovilizado y lograron atarlo.

 

Por fin su ira cediĆ³ al no poder moverse.

 

Como siempre tras un ataque de ira, Erick pedĆ­a un montĆ³n de disculpas a todos, llegaba incluso a arrodillarse y llorarle a su entrenador. Un acto de alguien agradecido con quien le enseĆ±Ć³ todo y toleraba sus momentos de furia…Era algo jocoso ver al enorme pelirrojo de rodillas y apenado ante su entrenador.

 

 

***

 

 

UNA ELECTRIFICANTE RECEPCIƓN.

 

…De pronto estallĆ³!

 

Una vez mĆ”s Erick el rojo estaba fuera de sĆ­. El incidente sucediĆ³ en una recepciĆ³n entre la empresa de luchadores y los representantes de una empresa de apuestas que ofrecĆ­a un contrato para la marca de lucha. En el sitio tambiĆ©n se promocionaba la pelea entre Erick el rojo y el campeĆ³n actual…pero todo fue caos!

 

Al estar en calzoncillos por el pesaje de la pelea, Erick demostraba toda su musculatura.

                                      

—Que alguien calme a Erick el rojo!—Se escuchĆ³ de boca de un directivo de la empresa de luchas.

 

Dos luchadores y 3 guardias atacaron al enloquecido hombre, Erick lidiĆ³ hĆ”bilmente con los luchadores, esquivando golpes y conectando impactos contundentes…Pronto ambos combatientes estaban sobĆ”ndose por los golpazos.

 

ApareciĆ³ un luchador con una enorme barriga y que en peso superaba al imponente Erick, parecĆ­a un oponente insuperable para el pelirrojo.

 

PUM, PAM, PUM!! Fueron los golpes de Erick, quien apuntĆ³ al voluminoso estĆ³mago del luchador, a pesar de la gruesa capa de grasa abdominal, la fuerza del pelirrojo si hizo mella en el sujeto, quien torciĆ³ los ojos y se fue de panza al piso.

 

Con los luchadores reducidos. Los 3 guardias atacaron con sus garrotes, dos impactos de madera en la espalda de Erick le hicieron gritar de furia, el pelirrojo embistiĆ³ a los tres, terminando todos en el suelo…

…En cierto momento uno de los guardias aprovechĆ³ para patear a Erick en la entrepierna cuando tenĆ­a del cuello a los otros dos sujetos.

 

—Aii!—Erick contuvo el soltar un grito de dolor ante el golpe bajo, el luchador entrecerrĆ³ los muslos, soltĆ³ a los dos hombres y se fue contra quiĆ©n le pateĆ³ las pelotas.

 

El guardia veĆ­a a aquel enorme pelirrojo a punto de destrozarlo, su hombrĆ­a quedĆ³ en vergĆ¼enza, cuando dentro de sus calzoncillos su pene estaba mĆ”s pequeƱo y flĆ”cido que una larva de mosca.

                                                                              


—Maldito traicionero, cĆ³mete esto!!!

 

—AAAagghh!!—Erick pateĆ³ la entrepierna del guardia con tal fuerza que lo elevĆ³ cerca de un metro.

 

Casi como un resorte, el hombre volviĆ³ a caer de pie, pero de inmediato terminaba de rodillas y con las manos entre las piernas.

 

Mientras tanto los dos guardias golpeaban a Erick con sus garrotes, pero no tardĆ³ en dejarlos desarmados y en el piso.

 

—Esto se fue al diablo!—ExpresĆ³ el entrenador Ochoa; La posibilidad de la pelea por el tĆ­tulo se esfumaba y el asunto se complicaba con el arribo de la policĆ­a.

 

Tres uniformados hicieron presencia y rodearon a Erick.

 

—Manos arriba y ponte de rodillas!!

 

Erick no hizo caso, su mirada de furia amenazaba a los agentes quienes se decidieron a actuar.

 

Los policĆ­as sacaron sus armas TASER y no dudaron en disparar sobre Erick, el dispositivo elĆ©ctrico se clavĆ³ en cada costado el luchador…Y los agentes accionaron el voltaje.

                                                                              

—AAahhhh!!!!!!!!!!!!!—Gritaba el “Rojo” cuando la electricidad golpeaba cada rincĆ³n de su humanidad…desde su cerebro hasta las uƱas de sus pies, todo temblaba ante la electricidad…Incluso su escroto se contraĆ­a con la corriente, batiendo su abundante esperma acumulada.

 

Los agentes repitieron la descarga, pero el enfurecido Erick no caĆ­a, es mĆ”s! parecĆ­a poseĆ­do por el diablo, miraba a los agentes con los ojos de furia, Ć©stos llegaron a temer que el fornido varĆ³n se les viniera encima.

 

..Pero un tercer agente, mucho mƔs bajito les hizo una seƱal y los policƭas cesaron sus descargas.

 

El policĆ­a sacĆ³ de su cinto una arma elĆ©ctrica de uso corto (Stun gun) y probĆ³ el dispositivo.

                                                                               


Su objetivo?, simple! los genitales del pelirrojo que estaban indefensos en aquel interior azuloso…

                                                                                  

…Introdujo el arma entre las piernas de Erick y le dio un electroshock en las huevas.

 

—AAAAhhhhhh!!!!!!!!!!!—Erick gritĆ³ al techo.

 

Por instinto Erick separĆ³ aĆŗn mĆ”s los muslos para ampliar su base de sustentaciĆ³n y evitar caer sobre sus rodillas.

 

El policĆ­a retirĆ³ la pequeƱa arma y vio una alternativa a repetir el ataque…en lugar de eso se acomodĆ³ de medio lado, se aferrĆ³ a una cadera del rebelde, cerrĆ³ su puƱo y lo lanzĆ³ por debajo de las nalgas del pelirrojo, en un gancho ascendente que explotĆ³ en el bulto escrotal de Erick.

 

—OOOuugghh!!!!—El pelirrojo puso la boca en forma de una “O” gigante.

 

Por fin el luchador cediĆ³, cayendo de rodillas y seguidamente al suelo, cubriĆ©ndose los testĆ­culos.

 

—Bien hecho, Altamar—FelicitĆ³ uno de los policĆ­as con Tasers a su colega de menor estatura.

 

Junto al derribado pelirrojo, casi posaba como victorioso, el agente Altamar respondiĆ³ a su colega:

 

—Este maldito aguanta bastante castigo, pero el gancho a los huevos siempre es efectivo…

 

Altamar mantenĆ­a el puƱo en alto, orgulloso de su acciĆ³n.

 

Al final Erick fue llevado esposado a la estaciĆ³n de policĆ­a, allĆ­ durarĆ­a 3 dĆ­as en las celdas, hasta cuando su abogado pudo liberarlo.

 

El daƱo estaba hecho! su oportunidad de pelear por el campeonato se habĆ­a ido, sin mencionar que estuvo a punto de ser despedido de la empresa; Solo gracias al entrenador Ochoa pudo conservar su empleo...AlgĆŗn dĆ­a podrĆ­a disputar algĆŗn tĆ­tulo del mundo? HabrĆ­a alguna forma de prevenir los accesos de ira de Erick el rojo?

 

 

CONTINUARƁ…

 

 

***

 

 

 

 



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