EN BUSCA DE VIVIANA. Parte 3.2 - Las Bolas de Pablo

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30 nov 2021

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EN BUSCA DE VIVIANA. Parte 3.2

 

EN BUSCA DE VIVIANA. Parte 3.

 CONFLICTO EN EL FUERTE DE SEVILLA. Parte 2/2.

(Relato Corto).

 

  

CONTIENE BALLBUSTING M/M Y F/M.

 

 

En el relato anterior Viviana intenta escapar del Fuerte de Sevilla con ayuda del policía infiltrado Manuel Fierro, pero tras muchos intentos de salir, éste es herido de muerte y la adolescente debe ocultarse; Por su parte Alexandra y NicolÔs ingresan al Fuerte por la bahía y tienen múltiples enfrentamientos adentro. Al final los dos continúan su búsqueda de Viviana.


 

 

Alexandra y NicolƔs avanzaban por el tercer subnivel, NicolƔs se mostraba ansioso, casi corrƭa, despuƩs de lo advertido por Fierro era preciso hallar pronto a Viviana.

 

No tardaron el encontrarse con un solitario guardia, Alexandra frenó en seco a NicolĆ”s para que no fuese visto. Con mĆ­micas le expuso el plan…

 

…Y asĆ­, mientras NicolĆ”s se dejaba ver a propósito y el guardia creyĆ©ndose afortunado le llegaba por detrĆ”s, la propia Alexandra le llegó por la espalda a Ć©ste y sin mediar palabra le pateaba entre las piernas.

 

—OOuugh!—Fue la corta queja del guardia, para de inmediato cubrir sus bolas y doblarse.

Con el sujeto disminuido le ataron y comenzaron a preguntarle por el paradero de la raptada.

 

El individuo se negaba a cooperar, y en vez de eso amenazaba a Alexandra con que pronto serĆ­a atrapada, dos bofetadas por parte de la joven y el guardia le confesó que la andaban buscando por ser hija de su padre, el lĆ­der mafioso CHO-FER la vio en las cĆ”maras de seguridad y ordenó su secuestro. Ɖsta vez no fallarĆ”n en raptarla.

 

Ahí Alexandra confirma que el intento de rapto en la academia de policía era para presionar a su padre, cómo al padre de Viviana.

NicolÔs se abalanzó sobre el sujeto y le dio un puño en plena boca, el hombre cayó boca arriba con la boca sangrando, NicolÔs se apoderó de inmediato de su paquete genital, despertando la sorpresa en su amiga adolescente.

 

—Canta maldito…Ya me cansĆ© de que hagas tiempo, donde estĆ” Viviana Ocampo!?

 

El sujeto trató de hacerse el rudo y no decir nada, pero NicolÔs estaba enfurecido, apretó los testículos del guardia como si se tratasen de una pelota anti estrés, casi deformando la gónada. De tener rostro el testículo hubiera puesto cara de tristeza.

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El alarido del sujeto fue estruendoso!

 

—AAAAHHHHHH!!!!!!—El hombre abrĆ­a la boca al mĆ”ximo.

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—Habla miserable, dónde la tienen?!

 

Como el sujeto no hacía mÔs que gritar, NicolÔs aflojó la presión dÔndole un respiro al guardia. La mirada de furia del adolescente y el ser imprudente al retarlos cuando tenía todas las de perder, hizo al sujeto hablar.

 

Alexandra golpeó al tipo en la nuca y le dejó sin sentido, de inmediato comenzó una carrera tras NicolÔs quien ya con la información de dónde tenían a Viviana fue de inmediato hacia allí.

 

Minutos antes…

 

Viviana había escapado del tiroteo donde fue herido Fierro y aun intercambiaba balas con los criminales, pero no tardaron en ubicar a la joven en un cuarto dónde se ocultaba. RÔpidamente fue derribada por un mercenario, sonriente ante tan débil presa.

 

—Dejameeee—Casi suplicaba Viviana, el hombre la agarraba y tocaba por todos lados disfrutando el instante, pero las cosas no fueron como el esperaba, la chica pasó una mano bajo el confiado sujeto y con dos dedos le pellizcó un testĆ­culo.

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—AAiiii!!—El sujeto apretó los dientes los mĆ”s fuerte que pudo tratando se soportar el dolor, la adolescente mantenĆ­a la presión en su testĆ­culo izquierdo, incapacitĆ”ndole de moverse y siquiera contraatacar…
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…Para su salud gonadal, un colega se percató de su padecimiento y descargó un puƱo en la frente de Viviana dejĆ”ndola sin conocimiento.

 

De inmediato el adolorido rodó por el suelo sobando sus pelotas y quejÔndose sin fin.

 

—Maldita puta…Pero me las va a pagar!—Sentenció en medio de su dolor.

 

—OlvĆ­dalo amigo, el jefe no ha dado órdenes de liquidarla, si valoras tu vida no te vengarĆ”s de ella.

 

Minutos despuƩs Alexandra y NicolƔs llegaron al lugar indicado, por sorpresa encaƱonaron a dos hombres que tenƭan a Viviana en custodia, la joven seguƭa inconsciente en el suelo.

 

Los hombres quedan contra la pared, desarmados y con las manos arriba, mientras NicolƔs revisa a Viviana.

 

La joven no reaccionaba ante los estĆ­mulos de NicolĆ”s, Alexandra se acercó sin dejar de apuntar a los sujetos, le revisó el pulso y determinó que solo estaba desmayada, ademĆ”s notó que tenĆ­a un golpe en la frente. NicolĆ”s lo observó y volteó hacia los sujetos…

 

…Con enojo se lanzó contra uno de ellos, hundiĆ©ndole una patada en la entrepierna.

 

—AArgghh!!! —Rugió el sujeto, coincidencialmente el mismo que golpeó a la adolescente.

 

El hombre cayó de rodillas y se tomó la ingle.

 

—Canalla! —Gritó NicolĆ”s conectando dos puƱos en el criminal, el joven se le colocó encima dĆ”ndole una andanada de impactos, dejĆ”ndole la boca llena de sangre. El sujeto no tuvo oportunidad.

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Alexandra finalmente le detuvo en su furia.

 

—Ya, ya estĆ” inconsciente…

 

NicolÔs se levantó mirÔndolo con odio, le hundió un último puño, ahora a sus pelotas, que no despertaron reacción alguna en el desmayado, finalmente le escupió y fue de regreso con Viviana.

 

El enojado chico cargó a la desmayada y se preparó para marchar, volteó al escuchar un —AAAHHHH!!!!

 

Alexandra acababa de patear al otro guardia en la entrepierna (La que Viviana apretó antes)y le remataba con el arma en la cabeza, dejÔndole también fuera de combate.

 

—Y eso? —Se extrañó el ya mĆ”s calmado NicolĆ”s.

 

—AsĆ­ es mĆ”s rĆ”pido para noquearlos…Ahora salgamos de aquĆ­!

 

Pero nada serĆ­a fĆ”cil en aquel Fuerte, apenas salieron del cuarto, observaron un grupo de mercenarios bien armados que ya habĆ­an sido advertidos de la presencia de aquellos dos intrusos. Ante la clara superioridad de los mercenarios los 3 escaparon en dirección opuesta, un intercambio de disparos y finalmente Alexandra y NicolĆ”s encontraron un refugio…

 

…Se trataba de una pesada puerta metĆ”lica, bien asegurada por dentro, la puerta les dio algunos minutos de paz, pues para abrirla debĆ­an usar mĆ”s que balas, sin duda algĆŗn explosivo o equipo de soldadura, pero eso llevarĆ­a tiempo.

 

La puerta era el acceso a una de las zonas mƔs deterioradas del tercer subnivel, habƭa una lluvia incesante por los daƱos en el techo y en el piso existƭan zonas inundadas, notƔndose que lo estaban desde antes de las fugas de agua...El sitio literalmente era una catacumba.

 

Caminaron por el Ôrea buscando por donde salir. Alexandra volvió a expresar su cierta angustia bajo aquella llovizna, pero continuaron en busca de alguna salida.

 

Finalmente llegaron al extremo opuesto del sector, viƩndose rodeados solo de gruesos muros de roca antigua.

 

—Estamos atrapados aquĆ­, —Expuso NicolĆ”s dejando a Viviana en el suelo—No tardarĆ”n en abrir esa puerta, crees que usen bombas?

 

—No creo, esa explosión de antes afectó las estructuras, dudo que se arriesguen a provocar un derrumbe, supongo que usarĆ”n sopletes o algo similar.

 

Intentan llamar a la policía, pero las llamadas de teléfono móvil no salían, parecían estar bloqueadas las señales...Se lo adjudican a lo profundo de Fuerte y paredes gruesas. Desconocían que por la trampa puesta a las policías en los niveles superiores, un bloqueador de señales estaba activado, afectando toda la zona.

 

Por los siguientes segundos cada uno se dedicó a algo, mientras NicolÔs parecía querer despertar a Viviana, Alexandra contemplaba aquellos muros.

 

—Viviana reacciona!—NicolĆ”s le daba leves palmadas en la cara, leves movimientos de las cejas y frente en la joven confirmaban que solo estaba desmayada.

 

La adolescente abrió los ojos, cruzÔndose con los de NicolÔs.

 

—NicolĆ”s?...NicolĆ”s! —Reaccionó la joven abrazando a su ex novio.

 

La chica parecía desesperada, sollozaba, NicolÔs la recostó nuevamente.

 

—Calma, todo estĆ” bien, vinimos a rescatarte…

 

Por un instante Viviana miró a su alrededor y observó a Alexandra, aquella desconocida chica en uniforme deportivo escolar, ésta le hizo una seña de saludo. Viviana no sabía que decir antes tanta información nueva y repentina, por un instante mostró un rostro de desesperación, pero a último momento se contuvo, observó de nuevo la cara del joven y fue cuando avanzó su rostro para besarle.

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NicolĆ”s aceptó el beso, mas sorprendido que otra cosa, jamĆ”s esperó que lo besara en aquel momento de peligro…Los labios no dejan de tocarse, humedeciĆ©ndose y compartiendo un fino calor.
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Alexandra desvió la mirada mostrando cierto color en sus mejillas y a la vez una inesperada expresión de decepción.

 

 DIBUJO HECHO A MANO POR SU SERVIDOR.

 

Tras el beso ambos se mostraron agitados, se incorporaron pero la chica se mostró ahora estresada, por fin volvían a su mente los hechos de las últimas horas y la tragedia que vivía.

 

NicolƔs la abrazaba tratando de calmarla, el rostro de Viviana estaba extremadamente pƔlido y sudoroso.

 

Mientras tanto, Alexandra se apoyaba contra los gruesos muros de roca, parecĆ­a querer escuchar tras ellos.

 

—Oh NicolĆ”s, NOS VAN A MATAR!, NOS VAN A MATAR!!—Viviana gritaba al techo, su mirada era difusa, casi miraba de un lado a otro tratando de buscar a alguno de esos secuestradores.

 

El joven la abrazaba con fuerza, pero Viviana seguĆ­a gritando.

 

—Atento NicolĆ”s!—Expresó Alexandra, mientras se acercaba tras la desesperada Viviana.

 

Alexandra se acercó y le dio un golpe de karate en la nuca a la joven, Viviana se derrumbó contra el pecho de NicolÔs.

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—Porque hiciste eso?—NicolĆ”s la miró extraƱado.

 

—Estaba en shock…No es extraƱo, debe haber pasado por mucho estrĆ©s estas Ćŗltimas horas, serĆ­a difĆ­cil lograr calmarla.

 

—Ahora es mĆ”s difĆ­cil escapar si la tenemos que llevar cargada…pero que digo?, no saldremos de aquĆ­, estamos atrapados!

 

—Si saldremos de aquĆ­ NicolĆ”s, ya sĆ© cómo escapar…

 

El joven sintió esperanzas solo de oír el tono de seguridad en Alexandra, ¿pero cómo saldrían?

 

Alexandra comenzó a explicar:

 

—Estos muros son nuestra ruta de escape, el muro de la derecha colinda con la bahĆ­a, tras Ć©l estĆ” el ocĆ©ano, no podemos salir por allĆ­ pues el agua inundarĆ­a a una presión increĆ­ble toda Ć©sta catacumba…Pero el muro de la izquierda—La joven se acercó y golpeó suavemente el muro con su puƱo—Este muro no estĆ” apoyado contra tierra, hay un espacio tras Ć©l…Deduzco que cuando instalaron el sistema de alcantarillado de la ciudad hace dĆ©cadas, debieron colocar tuberĆ­as y estas irĆ­an por tĆŗneles, angostos, pero una persona cabrĆ­a por allĆ­.

 

—Y?—NicolĆ”s no entendĆ­a.

 

—Este muro colinda con uno de esos tĆŗneles, se escucha una corriente leve de agua tras Ć©l, y no es mar, puesto que estĆ” en dirección opuesta. Si lo atravesamos entraremos al sistema de alcantarillado de la ciudad, inicialmente serĆ”n espacios entre muros, pero si avanzamos llegaremos a ductos y podremos salir por una alcantarilla de la periferia del Fuerte.

 

NicolÔs estaba asombrado por el plan de su amiga, era sin duda una estrategia, sólo tenía un pequeño problema para ser exitoso.

 

—Y como se supone que vamos a atravesar ese muro de roca?, no es una simple pared de ladrillos, son piedras de un grosor increĆ­ble y llevan casi 3 siglos en pie…Para serte sincero Alexandra, si tuviera un mazo me tardarĆ­a una hora en hacerle un pequeƱo agujero.

 

—Yo me encargarĆ© de eso, NicolĆ”s—La adolescente comenzó a mirar su vendada mano izquierda.

 

NicolÔs la observó y retomó el viejo interés por saber que cubría Alexandra con ese vendaje.

 

—La verdad NicolĆ”s, tambiĆ©n noqueĆ© a Viviana porque no querĆ­a que viera esto…

 

La joven suspiró.

 

—Es ist Zeit zu...—De nuevo aquella frase salió de la boca de Alexandra, de seguro en alemĆ”n…Era como aquella vez cuando pelearon contra Bornacelli y sus aliados al salir del estadio de beisbol

 

NicolĆ”s observó como la mano izquierda y vendada de Alexandra trataba de cerrarse, la joven tenĆ­a dificultad en lograr aquel simple movimiento de empuƱar…Se escuchaban leves tronidos de los dedos.

 

—Recuerdas que cuando te contĆ© sobre mi escape de la academia de policĆ­a omitĆ­ decirte como salĆ­ de aquella bodega en la que me habĆ­a encerrado…Pues ahora sabrĆ”s como logrĆ© salir. (EL ANTES DE ALEXANDRA y EL ANTES DEALEXANDRA SECUELA.)

            

Por fin Alexandra logró cerrar su mano vendada, se escuchaban mÔs fuertes los sonidos de huesos, como si las estructuras óseas chocasen entre sí.

 

—No te acerques por favor…y no te asustes, confĆ­a en mí…

 

Alexandra se acercó al muro, retrocedió el brazo izquierdo y lanzó un fuerte puño contra la sólida estructura. La pared de roca tembló violentamente. NicolÔs quedó con los ojos abiertos.

 

La adolescente volvió a la carga y conectó un segundo puñetazo de izquierda, la dura roca se resquebrajó, y ante un tercer y brutal impacto, las rocas salieron volando por todas partes, dejando un agujero de un metro y medio de ancho en su lugar.

 

La chica se alejó del agujero mientras aun caĆ­an algunas piedras…Como habĆ­a calculado, el muro colindaba con un tĆŗnel del sistema de residuos de la ciudad. 

 

Nota: Así fue como Alexandra escapó de aquella bodega, con los golpes de su puño izquierdo rompió aquella pared haciendo fÔcilmente un agujero a la calle, dejando a la Vampira y sus secuaces sin su objetivo a secuestrar.

 

—Co…como…como hiciste eso?—NicolĆ”s no creĆ­a lo que habĆ­a visto, Alexandra habĆ­a hecho un gran agujero en la pared con los golpes de sus puƱos, y parecĆ­a no estar lesionada.

 

La adolescente mantenía el puño cerrado, desvió la mirada.

 

—Te lo contarĆ©, pero despuĆ©s de que salgamos de aquĆ­.

 

NicolĆ”s cargó a Viviana en su espalda y avanzaron por el tĆŗnel, era mĆ”s amplio de lo que pensaban…

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… Aunque unos 20 metros mĆ”s allĆ” se reducĆ­a poco a poco…50 metros mĆ”s adelante encontraron una reja de bloqueaba el camino, Alexandra de un puƱo la derribó! Asombrando nuevamente a NicolĆ”s.

 

En unos 15 metros vieron en el techo del tĆŗnel una abertura de alcantarilla urbana y pudieron salir.

 

NicolĆ”s y Alexandra lograron por fin rescatar a Viviana…¿Pero quĆ© pasarĆ­a ahora?

 

 

FIN.

 

 

 

***

 

 

NOTA: Las Aventuras de Alexandra y NicolƔs continuarƔn en futuros relatos.

 

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