EL ANTES DE ALEXANDRA, Secuela.
(Relato corto)
CONTIENE BALLBUSTING F/M y M/M.
Terminado de leer el relato EL ANTES DE ALEXANDRA, ahora se enterarĆ”n de sucesos que ocurrieron en la academia de policĆa sin que la adolescente tuviese conocimiento.
Tras la huida de Alexandra en su pelea contra la mujer oriental, Ć©sta ordenó a sus 3 lacayos que la atrapasen. Los dos criminales que fueron golpeados por la chica intentaban derribar la puerta de la bodega donde se escondĆa, mientras el tercero regresó junto a la jefa para informarle que la adolescente estaba encerrada.
En ese instante se escuchó:
āQuiĆ©nes son ustedes y que hacen aquĆ?
Era Pablo Toledo. No era extraƱo que visitara el gimnasio en horas diferentes a las de prĆ”cticasā¦VestĆa ropa de karate con su cinturón marrón.
El joven no esperó una respuesta y añadió:
āNo me digan que son del grupo 47, los esperĆ”bamos esta maƱana.
āSĆ! somos nosotrosāSe apresuró a responder el criminal, queriendo aparentar normalidad.
āEstĆŗpido!āRegañó la orientalārespondiste lo que Ć©l querĆa.
Y era cierto, la pregunta sólo fue un engaño para confirmar lo que sospechaba, aquellos eran intrusos!
āUstedes no son policĆas, jamĆ”s les he visto aquĆ.
Pablo se puso en guardia, era demasiado obvio que el asunto terminarĆa en una pelea fĆsica.
La oriental mostró una sonrisa, se quedó con las ganas de mĆ”s acción despuĆ©s de la huida de la jovencita, Ć©ste entrometido parecĆa digno de darle combate.
āTĆŗ inĆŗtil, pelea con Ć©l!āOrdenó la mujer a su secuaz, quiĆ©n querĆa ver las habilidades del nuevo.
El sujeto ataca a Toledo quien le evita 3 golpes de puƱo. Toledo le patea la pierna, el dolor en la tibia le saca un quejido al criminal, quiƩn retrocede.
Una patada al estómago y el falso policĆa retrocede aĆŗn mĆ”s. Toledo queda expectante.
āQuĆ© esperas?, gĆ”nale!āExige la mujer.
El secuaz, desesperado por cumplir la orden va con todo contra Pablo quiĆ©n le recibe con un puntapiĆ© en los testĆculos.
āAArrgg!āEl criminal se cubre las pelotas y retrocede hasta quedar contra la paredā¦finalmente queda sentado en el piso.
La oriental se le acerca.
āQue decepcionante, vamos arriba!āLe ofrece las manos y asĆ ayuda a incorporarloā¦
ā¦Cuando el varón estĆ” en pie, abre la boca con fuerza:
āAAAahhh!!!!āSe queja cuando la mujer le da una fuerte palmada en las pelotas.
āAhora quĆ©date ahĆ y observa como se haceā¦
Pablo detalló a la mujer, no podĆa confiarse por ser ella de sexo femenino, su forma de caminar y actitud, reflejaban una confianza absoluta.
Comenzó el enfrentamiento donde cada uno lanzaba veloces patadas y puños, la velocidad de Pablo no estaba nada mal, en opinión de la oriental.
En cierto momento por fin Toledo pudo impactar la cara de la mujer, ésta retrocedió pero pudo dar un giro y responder con un golpe de dorso a la cara del cinturón marrón en karate.
Sin duda el enfrentamiento estaba equilibrado.
Fue entonces cuando se escuchó un BUM!, seguido de otro BUM! unos segundos despuĆ©s, los enfrentados no tenĆan idea de que era, parecĆa como su algo se hubiera derrumbadoā¦el sonido venia de aquel pasillo hacia donde Alexandra y los dos criminales que la siguieron se encontraban.
Pasado el incidente retoman el combate. La oriental lanza ataques con sus uƱas, unas verdaderas garras que son muy potentes, Toledo con solo ver esas uƱas sabe que son de cuidado, retrocede esquivƔndolas muy bien.
Pero ya estƔ bien de retroceder, el karateka decide contraatacar. Patadas sucesivas lanzadas contra el rostro de la dama (sin acertarle) la ponen en retirada, dejƔndola totalmente fuera de balance. Es entonces cuando Pablo lanza una contundente patada alta. Las piernas del artista marcial se abren como un compƔs.
Pero la mujer responde, agachƔndose y aprovechando la expuesta entrepierna de Pablo. Un veloz puntapiƩ se hunde en la holgada prenda de karate, encontrando las pelotas del joven.
āAAhhh!!!āExpresa Pablo, quiĆ©n de inmediato recoge su extremidad y da un paso atrĆ”s.
āTe di en las pelotas, cariƱo?āSe burla la mujerāNunca lances una patada alta sin tener certeza de que tu oponente no te puede contraatacar... Porque como ves, dejas sin defensa tus partes mĆ”s delicadas.
La mujer disfrutaba del momento, se sentĆa algo excitada, sobre todo al ver al joven adolorido. Se saboreaba al detallar como Pablo se inclinaba, juntaba los muslos y apretaba las nalgas.
La oriental comenzó a jadear del placerā¦continuó con su ofensiva.
Un veloz puño dejó la boca de Pablo con sabor a sangre, después vinieron 3 puños mÔs. Toledo quedó en el suelo.
āArriba cariƱo, aĆŗn es muy pronto para irse a dormir. āCada impacto calentaba mĆ”s a la mujerāTengo mucho mĆ”s para castigar ese cuerpo juvenil.
Pablo por fin se levantó y lanzó un par de golpes, parecĆan buenos y con fuerza pero terminaron sin destino.
La nueva ofensiva de la oriental se manifestó en una sucesión de golpes, Toledo los recibió lo mejor que pudo, el dolor en las pelotas le incomodaba demasiado, esperaba reponerse lo mÔs pronto posible, pero la dama no le daba respiro.
Finalizando su ataque, la mujer lanzó su terrible garra.
El impacto de la garra a la zona del pecho le destrozó la ropa de karate, a la vez que gotas de sangre saltaban por el aire, una marca de 4 rasguƱos ahora se veĆan en el pecho desnudo de Pablo.
āLindos pectorales, papiāComo gozaba la oriental.
La pelea estaba perdida desde hace mucho para Pablo, y ahora el dolor en su pecho le tenĆa fuera de concentración.
Para rematarlo, la mujer le da golpes al rostro que lo dejan mareado y sin guardia. Incluso su entrepierna esta desprotegida, pero no es deseo de la excitada oriental el dejarle capado de una patada...
ā¦En vez de eso se eleva mĆ”s de un metro en el aire y propina una patada frontal a la cara del pobre joven. La quijada del varón reproduce un crujido.
Pablo cae contra un montón de objetos, impactÔndose la cabeza de forma brutal contra unas pesas. El joven pierde el sentido.
El cese de la acción no baja en calor en la dama, quien va en busca del joven.
Toledo estaba desmayado, totalmente expuestoā¦Es cuando la excitada oriental le agarra las bolas, una amplia sonrisa en la dama precede a un apretón.
āVaya, no estĆ”n nada mal de tamaƱo tus bolasā¦las quiero apretar MĆS!!
Las terribles uƱas empiezan a enterrarse en el paquete del muchacho.
āJefa, NO!āExclama el secuaz, quiĆ©n sobĆ”ndose las pelotas todo el tiempo, no ha dejado de ver el combate.
La mujer afloja el agarre de sus uñas y tranquiliza un poco su respiración.
āEs cierto, no debo dejarme llevar por el disfrute, nadie debe morir o esto se harĆ” demasiado pĆŗblico.
Se acerca al cuello de Pablo y palpa la vena yugular internaā¦Amplia, suave, cĆ”lida, los dedos de la mujer perciben el paso de la sangre.
La oriental abre la boca como si fuera a morder algún pedazo de carne y⦠hunde sus dientes en el cuello de Toledo!, una mancha de sangre crece y escurre hacia la zona del tórax.
āEs solo una caricia, Jajajajaja, agradece que debo ser sutil, de lo contrario te podrĆa matarā La oriental deliberadamente evitó la yugular, mordiendo algĆŗn vaso de menor importancia y mĆ”s superficial de aquel cuello.
Con Toledo vencido, la mujer se movilizó junto a su dolido subalterno.
Pueden ver a los dos secuaces justo en la entrada de aquella bodega dónde se encerró Alexandraā¦Aunque ya habĆan abierto la puerta, permanecĆan afuera, estaban cabizbajos.
āQuĆ© diablos les sucede, inĆŗtiles?
La mujer les hizo a un lado.
āPero quĆ© rayos pasó?!āExpresó anonadada la dama oriental al ingresar y encontrar en la pared opuesta un enorme agujero de unos 2x2 metros. El hoyo daba a la calle, era reciente pues algunos ladrillos estaban flojos y otros estaban por caer.
āDonde estĆ” ella?, Dónde estĆ” la maldita mocosa?
La chica habĆa escapado sin duda por el agujero. ĀæPero cómo se hizo aquel agujero? La chica jamĆ”s pudo haber hecho ese hoyo, Āæcon quĆ© tiempo?, y sobre todo porque en la bodega no habĆa nada que pudiera usarse para ello.
Por un momento la mujer asoció aquel extraƱo y fuerte ruido (BUM!) a la creación del agujeroā¦Un derrumbe que favoreció el escape de la adolescente? Que conveniente serĆa eso. No podĆa entender que habĆa sucedido.
La conmoción entre los delincuentes no duró mucho, debĆan salir de la academia antes que notaran lo sucedido.
Ya en el estacionamiento y justo por entrar a su vehĆculo, uno de los criminales expresó:
āQuĆ© mala suerteā¦Y quĆ© le vamos a decir ahora al CHO-FER?
Repentinamente la oriental le da un manotazo en las pelotas que le hace encorvar y morderse los labios:
āNo menciones su nombre, estĆŗpido! Y menos asĆ tan trivial.
āMaldita sea mi suerte!āSe alcanzó a quejar el hombre, mientras brincaba de un lado a otro, era el mismo que se enfrentó a Toledo y nuevamente le daban en los testĆculos aquel domingo.
Precisamente en ese instante el telƩfono de la mujer sonaba.
āQue ha pasado?, la tienen ya?
āSeƱor CHO-FER hubo un problemaā¦ella, ella escapó.
āPodrĆas repetir eso?
āLo siento seƱor, la hija del general escapó de la academia, no sabemos en dónde estĆ”.
āYa veo, Vampiraā¦Yoā¦Estoy un poco decepcionado.
āPerdón seƱor.
La persona terminó la llamada y la oriental se mostró preocupada.
La instructora y subdirectora temporal Angélica Soler visitó el gimnasio horas después de que todo se hizo público, las rÔpidas investigaciones no dieron respuesta a la desaparición de la cadete, al agujero en el muro, ni al herido encontrado.
Pablo Toledo fue hallado inconsciente, le llevaron al hospital dónde se recuperarĆa de sus heridas. TenĆa mĆŗltiples golpes, pero lo que llamaba la atención fue la herida en su cuelloā¦sin duda provocada por dientes humanos.
Del joven Toledo finalmente obtuvieron la información de los intrusos, sobre todo aquella mujer de rasgos orientales, e investigando descubrieron el saboteo de las cĆ”maras de seguridad. No habĆa mĆ”s pistas.
La desaparición de la cadete fue la consecuencia con mĆ”s repercusiones. Su padre el general no aceptó pĆŗblicamente la teorĆa del secuestro, para Ć©l lo Ćŗnico valedero era que su hija habĆa escapado por su cuenta...Decidió que se encargarĆa en voz baja de buscar a los responsables. Pero si recriminó con firmeza a las directivas de la academia.
FIN.
NOTA INFORMATIVAS:
1- Les confirmo que el misterioso criminal conocido como CHO-FER siempre hablarĆ” con una letra diferente. Esta letra en particular.
2- La mujer de rasgos orientales también se le conocerÔ por su apodo de LA VAMPIRA, y en el próximo mes la verÔn con mucha frecuencia en mis relatos⦠De hecho al entrante mes de Agosto le he llamado. EL MES DE LA VAMPIRA!
Espero les agraden estos personajes.
Gracias.
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