EL AHORA DE ALEXANDRA.
NOTA 1: Este relato NO CONTIENE BALLBUSTING, es mĆ”s una descripciĆ³n de la vida ordinaria de Alexandra y NicolĆ”s. Algo tan cotidiano como un dĆa cualquiera de ustedes mis amigos(as) lectores(as), aunque en su Ć©poca adolescente.
NOTA 2: Para compensarles, decidĆ colocar a continuaciĆ³n de Ć©ste, un relato corto y que SĆ TIENE BALLBUSTINGā¦Introduciendo un personaje muy importante para las tramas futuras.
La situaciĆ³n en casa de NicolĆ”s, justo dĆ³nde quedĆ³ la historia de UNA NOCHE DE MIĆRCOLES PARA UNA MAĆANA DE DOMINGO,Parte 5.
āCĆ³mo que no tienes a dĆ³nde ir?ā NicolĆ”s no salĆa de su asombro.
āEs la verdad.
āA verā¦primero dime cĆ³mo es que llegaste aquĆ? No recuerdo haberte dicho en que casa vivoā¦
āEs verdad, me diste tu direcciĆ³n pero no en que casa exactaā¦pero escuchĆ© tu voz cuando le gritaste a ese pobre ebrio, asĆ ubique tu casa y tu cuarto.
āConociste a Fercho?
āPobre tipo, unas mujeres de seguro malvadas se divirtieron golpeĆ”ndolo en los testĆculos.
NicolƔs se enteraba del porquƩ de aquellos quejidos de Fercho, mucho despuƩs de patearlo Ʃl mismo.
Ante el pensativo joven, la chica recalcĆ³:
āPodrĆa quedarme aquĆ unos dĆas? Por favor.
NicolĆ”s se tomĆ³ un instante para pensarlo. Alexandra era una persona muy extraƱa, todos esos secretos y su talento para pelearā¦sin mencionar que de alguna forma escalĆ³ hasta el tercer piso para entrar por su ventana, aunque Ć©l en alguna ocasiĆ³n tambiĆ©n lo habĆa hecho.
Dio su respuesta:
āPor supuesto que puedes quedarte, pero si bien estoy en deuda contigo por salvarme y dos veces, merezco saber por quĆ© estĆ”s escondiĆ©ndoteā¦ y porque no quieres ser vista por las autoridades.
Alexandra ya esperaba aquel requisito.
āNicolĆ”s, te prometo contarte por quĆ© no quiero saber nada de la policĆa, pero maƱana, ya es tardeā¦Eso sĆ, te anticipo que no es por hacer nada malo.
Se quedĆ³ viendo un instante a NicolĆ”s, quien asintiĆ³.
Alexandra fue al baƱo a asearse. A los minutos saliĆ³ con su chaqueta pero sin pantalĆ³n. Aunque la chaqueta le cubrĆa mĆ”s de medio muslo, era seguro que no tenĆa debajo mĆ”s que sus pantaletas, NicolĆ”s se coloreĆ³, detallĆ³ los muslos y piernas de la joven.
āNo se molestarĆ”n tu madre y tu tĆa con mi presencia aquĆ?, si quieres podrĆa pedirles permiso yo misma, no veo problemaāLa pregunta sacĆ³ al chico de su trance.
āBueno, sobre eso creo que es mejor que no se enteren por ahora que te quedarĆ”s aquĆ.
Alexandra creyĆ³ prudente no preguntar mĆ”s. Vio que NicolĆ”s tenĆa una sĆ”bana y almohada en la mano, asĆ como otra sĆ”bana ya estaba puesta sobre la alfombra.
āEso no! , no te incomodarĆ©, yo dormirĆ© en el suelo.
āEso nunca lo permitirĆ© Alexandra, llĆ”malo una tonterĆa, pero la caballerosidad me impide dejarte en el suelo.
āEntonces dormiremos juntos en laā¦CAMAāLa chica se coloreĆ³ cuando terminaba de decirloā¦Aquello sonaba vergonzoso, fĆ”cilmente se podĆa malinterpretar.
NicolĆ”s soltĆ³ una risilla al verla tan roja, Ć©l tambiĆ©n se sonrojĆ³.
El incĆ³modo momento se saldĆ³ cuando NicolĆ”s propuso dormir espalda con espalda y colocando unos cojines como divisiĆ³n.
āDormirĆ”s con la chaqueta puesta? Si quieres te puedo prestar algo.
āAlgo cĆ³mo esa pijama?, no mucha gracias.
āMe lo merezco, es bastante ridĆcula lo admitoāAquella pijama de Dragon Ball color naranja era para avergonzarse.
Ambos ocuparon su media cama y la luz se apagĆ³ā¦Tras unos segundos de silencio, la joven expresĆ³:
āTu habitaciĆ³n es algoā¦pequeƱa.
āLo crees?
āBueno, seguro ya sabes que en realidad pertenezco a un estrato social alto.
āSĆ, eso supuse por la marca de tus vestidos y telĆ©fono.
āTe confieso que mi habitaciĆ³n es al menos 3 veces el tamaƱo de Ć©sta.
āEl triple de tamaƱo?
āY eso que no estoy incluyendo mi vestidor, creo que es casi como tu habitaciĆ³n.
āVestidor?, es esa habitaciĆ³n dĆ³nde los ricos solo guardan la ropa y una multitud de zapatos?
āAsĆ esā¦
āParece que vives como una princesaā¦
āJajaja, no exageresā¦Y la verdad jamĆ”s en mi vida he dormido en el sueloā¦
NicolĆ”s sonriĆ³: āVes porque aceptar la caballerosidad de alguien no es del todo malo.
āGraciasā¦Gracias por dĆ©jame quedarā¦Buenos noches NicolĆ”s.
āBuenas noches, Alexandra.
Fue cuando la chica se retirĆ³ la chaqueta. El movimiento y sonido delatĆ³ su acciĆ³n.
NicolĆ”s se sentĆa realmente incĆ³modoā¦Tras aquellos cojines que les separaban se encontraba esa linda chica que le habĆa salvado hoy, estaba agradecido!...
ā¦Pero tambiĆ©n estaba una chica solamente en blusa (con el logotipo de la academia de policĆa) y pantaletas.
De quĆ© color serĆa su ropa interior?. Le vino a la mente cuando Viviana (su Ex novia) le visitaba, nunca pasĆ³ nada entre ellos en su cuarto pues su estricta madre le tenĆa prohibido cualquier asunto sexual en casa. Pero en ocasiones y a espaldas de la madre, Viviana se dejaba ver en prendas Ćntimas para disfrute de su pareja.
TambiĆ©n estaba Mariela, su pervertida amiga del periĆ³dico escolar, quiĆ©n siempre tratĆ³ de seducirlo a pesar de dejarle claro en una ocasiĆ³n que no querĆa nada con ella. Aun asĆ la desvergonzada no dejaba de mostrarle un pecho o parte de sus pantaletas cuando le visitaba en casa, siempre fingiendo que fue por descuido.
Pero Alexandra no mostraba la picaresca o pervertida actitud de esas dos chicas, con ella se sentĆa entre excitado, apenado y confundido, por ahora la veĆa como una amiga, una buena y muy hermosa amiga.
Por su parte, Alexandra tambiĆ©n se sentĆa incĆ³moda, en su cabeza diversos pensamientos se sucedĆan: Sus problemas personales, āSe tocĆ³ su vendada muƱeca y mano izquierdaā El no tener a donde irā¦ y ahora estaba NicolĆ”s, parecĆa un buen chico y tremenda aventura tuvieron Ć©sta noche.
El sueƱo finalmente venciĆ³ a ambos.
A la maƱana siguiente, NicolĆ”s despertĆ³ temprano, sin hacer ruido bajĆ³ de la cama, observĆ³ a la chica cuyo rostro Ćŗnicamente asomaba de entre las sabanas. A hurtadillas se fue al baƱo, pero justo antes de abrir la puerta se escuchĆ³:
āBuenos dĆas, NicolĆ”sāEl joven volteĆ³ y respondiĆ³ al saludo.āMe pasas mis pantalones, los dejĆ© en el baƱo.
AsĆ lo hizo, al salir del baƱo la encontrĆ³ levantada con pantalones y chaqueta.
āCĆ³mo amaneciste?, aun te duelen tus partes?
La pregunta era muy incĆ³moda para el joven, pero al tiempo pareciĆ³ revisar en su mente cualquier sensaciĆ³n dolorosa de su cuerpo, afortunadamente no encontrĆ³ ninguna.
āYa estoy bien, gracias por preguntar.
En ese momento se escucharon ruidos en la puerta que alertaron a la chica. NicolĆ”s se apresurĆ³ a abrir, ingresando un gato negro.
āEs Mr Coddle, nuestro gato.
āJaja, que gracioso, su nombre significa mimar.
āExacto, es muy mimoso con todos, incluso con cualquiera que viene de visita.
Alexandra se queda viĆ©ndolo, NicolĆ”s la invitĆ³ a acariciarlo pero se escuchĆ³ la voz de una mujer que venĆa hacia la habitaciĆ³n. El joven se pone en alerta.
āEs mi mamĆ”!, rĆ”pido metete bajo la cama!āEl desespero de NicolĆ”s hizo salir al gato despavorido.
Casi a empujones Alexandra se dejĆ³ llevar al supuesto escondite. A Ćŗltimo momento NicolĆ”s vio los zapatos de la chica a media habitaciĆ³n, y de sendas patadas los metiĆ³ bajo la cama.
āAauu! Schei! me disteā¦āSe alcanzĆ³ a escuchar en ese sitio.
āShhhh!!, CĆ”llate!, si valoras mi vida guarda silencio!
La madre de NicolĆ”s entrĆ³ y enseguida fue al baƱo donde vaciĆ³ el canasto de ropa sucia, retornĆ³ al cuarto, pero justo antes de salir, expresĆ³:
āY esa pijama no estĆ” sucia?, quĆtatela.
āNo puedo quitĆ”rmela, mamĆ”.
āY porque no?
Alexandra alcanzaba a ver las piernas de NicolĆ”s y pensĆ³ en que la pijama caerĆan en cualquier momento, se coloreĆ³ y desviĆ³ la miradaā¦Pero no sucediĆ³.
āMamĆ”, mejor la lavo yo.
āPues como quieras, Ah recuerda que me debes la explicaciĆ³n por lo de anoche.
āMamĆ” cuando regreses del trabajo te cuento todo.
La madre se va y NicolĆ”s dio la seƱal a la chica de salir, Alexandra emergiĆ³ con los ojos cerrados, por si acaso, pero NicolĆ”s seguĆa vestido.
āPerdĆ³n! es que mi madre es muy estricta, ni siquiera deja que ninguna chica se quede en mi habitaciĆ³n mĆ”s allĆ” de las 8 de la noche.
āEs muy protectora. Creo que todas son asĆ.
āSi supiera que estĆ”s aquĆ y que te quedaste a dormirā¦me matarĆa!
āPero podrĆa decir que soy un chico, puedo volver a usar el inhaladorā¦
āNo!, se darĆa cuenta que eres una chica, es muy observadora y si sospecha algo no cesa hasta que descubre la verdad.
Hubo un instante de silencio hasta que NicolƔs vio el reloj.
āRayos!, se me hace tarde para la escuela.
āPeroā¦
āNo te preocupes antes de irme te traerĆ© unos sĆ”ndwiches.
āNo me referĆa a eso, no ibas a escuchar lo que tengo que contar?
āSerĆ” mĆ”s tarde, ahora tengo que baƱarme.
NicolĆ”s ingresa al baƱo a asearse, mientras estĆ” allĆ Alexandra detalla los cuadros y fotografĆas en las paredes de la habitaciĆ³n, se nota el gusto de NicolĆ”s por el beisbol. La chica coloca la pelota autografiada sobre unos libros en el escritorio.
En 5 minutos el joven emerge del baƱo ya vestido.
āEso fue rĆ”pido.
āVoy retrasadoā¦
Mientras se colocaba los zapatos como flash, dijo:
āIrĆ© por los sĆ”ndwiches, cuantos quieres?
āDos estarĆan bien, NicolĆ”s LĆ³pez.
āComo supiste mi apellido?
āEstĆ” escrito en tu diploma de primariaāLa adolescente apuntĆ³ al cuadro en la paredā Mira que bonito te veĆas a esa edad y con el birrete, jajajaā¦
āNo molestes, por cierto cuĆ”l es tu apellido? ayer dijiste que era difĆcil de pronunciar, AlemĆ”n, no?
āEs Volsfgalsfz, mi abuelo era alemĆ”n.
āCĆ³mo, cĆ³mo? Que extraƱo apellido.
āVolsf ā¦galsfz. Te dije que no es fĆ”cil de pronunciar.
NicolĆ”s tratĆ³ en vano de expresarlo, su boca adoptĆ³ extraƱas posiciones sin poder decirlo adecuadamente.
āJaja, debes escupir algo de saliva para pronunciar la f y z finales, solo asĆ lo podrĆas pronunciar correctamente.
El chico se dio por vencido, fue a la cocina y regresĆ³ minutos despuĆ©s con el desayuno prometido. El reloj marcaba las 8 Am.
Mientras Alexandra devoraba los sƔndwich, el joven le dio pautas:
āMi mamĆ” sale a su trabajo a las 9 Am, ella nunca entra aquĆ en mi ausencia, es mĆ”s yo soy quien limpio mi habitaciĆ³nā¦SĆ³lo no hagas ruido y pasarĆ”s el resto del dĆa sin peligros. Ella regresa a las 6 de la tarde. Mi tĆa ya debiĆ³ salir a su trabajo y vuelve aun mĆ”s tarde. EstarĆ”s bien?
āClaro que sĆ, sales de clases a las 3, no?
āAsĆ es, la casa queda a tu disposiciĆ³n, si lo deseas puedes ir al refrigerador y comer lo que quierasā¦ SĆ³lo no pruebes unos espaguetis que estĆ”n en la nevera, mama los hizo para mĆ anoche pero no los comĆ, crĆ©eme te caerĆ”n mal! yo los tirarĆa pero ella insiste en guardar la comida congelada por semanas.
Y asĆ, NicolĆ”s dejĆ³ la vivienda.
La jornada para Alexandra transcurriĆ³ entre la cocina y la habitaciĆ³n, no sin dar un vistazo a la casa completa.
Aquella vivienda era muy pequeƱa para lo que ella acostumbraba habitar:
La ostentosa casa de su familia, ubicada en el conjunto āLos Rosariosā, constaba de un espacio de 500 metros cuadrados, de dos pisos y hasta con su propio ascensor. La estructura de pisos marmoleados y ventanas con blindaje contaba con 7 habitaciones (todas con vestidor), cuatro baƱos con jacuzzi, una oficina con biblioteca, una cava provista de los mejores vinos, una sala de billar, una alberca, sauna y gimnasio. TambiĆ©n un cuarto de lavado, una amplia cocina con plancha de granito y desayunador, una extensa sala-comedor, vestĆbulo y una fuente decorativaā¦ Sin mencionar los jardines y amplios espacios de estacionamiento. AdemĆ”s la residencia contaba con una habitaciĆ³n para los vigilantes, cuarto y patio para la servidumbre.
Y por el trabajo de su padre habĆa una numerosa fuerza de seguridad, lo que no dejaba de incomodar a los vecinos.
DespuĆ©s de la comparaciĆ³n la chica se dio un baƱo. El gato rasguĆ±Ć³ la puerta de la habitaciĆ³n y le hizo pasar mientras Alexandra se veĆa ante el espejo, usaba un suĆ©ter con logotipos de la academia de policĆa.
Eran ya la 1 de la tarde.
Aquella prenda era usada debajo de su uniforme como cadete en la academia de policĆa. Ahora en ropas de civil seguĆa usĆ”ndola debajo.
En ese momento NicolĆ”s ingresĆ³ a su habitaciĆ³n, sorprendiĆ©ndola ante el espejo!
āKYAA!!āGritĆ³ con fuerza una alarmada joven, que estiraba el suĆ©ter casi hasta la rodilla, buscando que no se viera nada de sus pantaletas
NicolĆ”s se volteĆ³ apenado, de inmediato la chica corre a cubrirse con una toalla.
āLo siento, lo siento!āNo dejaba de decir NicolĆ”s.
El gato escapĆ³ por el alboroto.
āOh Schei!, No dijiste que volverĆas a las 3?!
āLo sĆ© pero me escapĆ© de la clase de deportes para salir tempranoā¦ Lo siento debĆ tocar, pero como la puerta estaba abiertaā¦.perdĆ³name nunca pensĆ© que te encontrarĆa asĆā¦
āNo mires!
NicolĆ”s permanecĆa de espaldas, por curiosidad y morbo tratĆ³ de observar con el rabo del ojo, pero decidiĆ³ comportarse como un caballero. La adolescente se acomodĆ³ la toalla a modo de falda.
āPerdĆ³name Alexandra, yo no sabĆaā¦
āEstĆ” bien, pero nunca vuelvas a hacer eso!
āLo juro āExpresĆ³ el joven levantando la palma a modo de juramentoāPromesa de explorador.
El colorado en el rostro de Alexandra menguĆ³.
āY eso? āSeƱalaba la toalla puestaāPorque no te pones tu ropa?
āMi ropa estĆ” en el baƱo, aĆŗn estĆ” hĆŗmeda.
āHĆŗmeda? No te pudiste aguantarā¦Jaja, es broma!
āTonto!, tenĆa algunas manchas y le pasĆ© algo de jabĆ³n.
āPorque no usaste la lavadora, tambiĆ©n seca, ya estuvieras usando tu ropa limpia.
āLo intentĆ©, peroā¦āLa chica miraba al piso.
āPero quĆ©?āNicolĆ”s se quedĆ³ esperando
āNo sĆ© cĆ³mo funcionan esas cosas!āAlexandra se mostrĆ³ molesta y avergonzada.
āNo sabes cĆ³mo funciona una lavadora?
āNo lo sĆ©, lo admito!
āNo te enfades, pero es curioso que sepas manejar una espada de madera pero no un electrodomĆ©stico.
āNo te burles NicolĆ”sā¦AdemĆ”s es que en mi casa la servidumbre hace esas cosas.
NicolĆ”s sonriĆ³, como se notaba que aquella chica llevaba en una vida muy acomodada.
āAdemĆ”sācontinuĆ³ la chicaādonde me he hospedado siempre habĆa servicio de lavanderĆa.
āDonde se ha hospedado?āAhora NicolĆ”s si se mostraba intrigado, querĆa saber la historia de Alexandraā¦Pero cambiĆ³ el tema:
āBueno, dejemos la discusiĆ³n, te traje esto!
NicolĆ”s le ofreciĆ³ una botella de Show-Cola.
āLa bebida falsificada de la que tanto hablabasā¦
Apenas probĆ³ la espumosa y oscura bebida, Alexandra dio su opiniĆ³n:
āMmmm, es demasiado deliciosa!, no pensĆ© que una bebida falsificada pudiera superar a la original.
āSabĆa que te gustarĆa.
āY que la hace tan diferente, lo sabes?
āNo, es un secreto, nadie en verdad sabe cuĆ”l es la fĆ³rmula secreta de la original, ni que le agrega Ć©l que la falsificĆ³.
DespuĆ©s de beber a gusto, Alexandra se ubicĆ³ en la ventana, con la vista en el paisaje comenzĆ³ a narrar su historia:
DIBUJADO A MANO POR SU SERVIDOR.
āNicolĆ”s, ahora te contarĆ© un incidente que sucediĆ³ hace algunas semanas en la academia de policĆa dĆ³nde estudiabaā¦porque ya no voy a ese lugarā¦Desde entonces mi vida ha cambiadoā¦
AquĆ se exponen los sucesos del relato: EL ANTES DE ALEXANDRA (Con Ballbusting F/M)
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