EN BUSCA DE VIVIANA. Parte 3.1.1 - Las Bolas de Pablo

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23 nov 2021

EN BUSCA DE VIVIANA. Parte 3.1.1

 

EN BUSCA DE VIVIANA. Parte 3

 CONFLICTO EN EL FUERTE DE SEVILLA. Parte 1/2.*

 

 

CONTIENE BALLBUSTING M/M Y F/M.

 

 

Tiene MUCHA relaciĆ³n con los relatos A LA CAZA DE LA VAMPIRA, Parte 3  y Parte 4 .

 

En la Segunda Parte, Alexandra y NicolĆ”s analizan los expedientes clasificados sobre el caso del padre de Viviana y el rapto de Ć©sta. La secuestrada logra llamar a NicolĆ”s diciĆ©ndole donde se encuentra, NicolĆ”s decide ir en su rescate y Alexandra ofrece unĆ­rsele en la peligrosa misiĆ³n.

Mientras tanto, Viviana es salvada por un policĆ­a encubierto llamado Manuel Fierro, ahora deben escapar pues algo sucede en el Fuerte.


 

Los sucesos ocurren entre las 5:20 Am y las 7:30 Am, en El Fuerte de Sevilla, una fortaleza de la Ʃpoca colonial espaƱola, la estƔ junto a la bahƭa de la ciudad y es visitada por turistas a diario.


 

Manuel Fierro de 30 aƱos, era un policĆ­a infiltrado que formaba parte de una operaciĆ³n del grupo especial contra CHO-FER. Llevaba un mes encubierto, y lo que ocurrĆ­a en el Fuerte no era nada importante en la operaciĆ³n de los mafiosos; Pero eso cambiĆ³ cuando unas horas antes el personaje de La Vampira arribĆ³ al Fuerte y ella era un figura de temer, por algo era la mano derecha del jefe mafioso y su asesina nĆŗmero uno.

 

Les habĆ­an informado a todos los mercenarios del Fuerte que al iniciar la maƱana podrĆ­a darse un operativo policial, sĆ³lo a los de cierto nivel de liderazgo les dieron mĆ”s detalles, segĆŗn la poca informaciĆ³n que obtuvo Fierro se trataba de una trampa puesta contra los que vendrĆ­an, era muy posible un tiroteo o incluso tener que evacuar la base…Todos debĆ­a estar pendientes de su radios comunicadores en espera de instrucciones de los mandos.

 

5:20 Am.

 

Como uno de los encargados de la seguridad del tercer subnivel, Manuel veĆ­a con cierta frecuencia a la raptada Viviana Ocampo, el custodio de ella era un patĆ”n y desconfiaba de que la joven estuviera segura bajo su cuidado, no podĆ­a hacer nada por ahora; Pero cuando se percatĆ³ que la adolescente no estaba en su cuarto, fue en su bĆŗsqueda, en esos minutos se enterĆ³ por la radio que habĆ­a una presencia de policĆ­as en la entrada…la trampa se habĆ­a activado y Manuel vio conveniente escapar del Fuerte.

 

Fierro encontrĆ³ al custodio a punto de violar a Viviana, asĆ­ que actuĆ³, le propinĆ³ una patada entre las piernas cuando estaba sobre la chica, el sujeto dio un fuerte grito de dolor. El encubierto uso su pistola con silenciador para acabar con el miserable.

 

Viviana se desmayĆ³ ante la impresiĆ³n y permaneciĆ³ asĆ­ mientras Manuel ocultaba el cadĆ”ver del canalla…

 

…Unas bofetadas y Viviana despertĆ³.

 

Manuel la condujo a la zona de vestidores, y tras tomar unas prendas, regresaron a la habitaciĆ³n donde Viviana era retenida, allĆ­ le comunicĆ³ su plan y se marchĆ³ unos momentos…

 

…Viviana comenzĆ³ a vestirse con las ropas que Fierro le entregĆ³. Para sacarla del Fuerte sin que se enteren debĆ­a disfrazarse de hombre, entre los mercenarios al servicio de CHO-FER, no habĆ­a mujeres (excepto su asesina nĆŗmero uno) y apenas se asomase con ella en la entrada la reconocerĆ­an.

 

Viviana se colocĆ³ una tela atada a la cintura a modo de faja, para asĆ­ aparentar mayor grosor en esa zona y que su silueta no fuese tan obviamente femenina, tambiĆ©n se colocĆ³ una gorra que le ocultaba el cabello largo y casi hasta los ojos, el conjunto se complementaba con botas militares, pero Viviana se negĆ³ a usarlas, unos zapatos deportivos igual servĆ­an.

 

—No estĆ” mal—OpinĆ³ Fierro al verla vestida de hombre a su regreso—Pero te falta esto…

 

Fierro le extendiĆ³ un par de medias enrolladas.

 

—Y eso para quĆ© es?

 

—ColĆ³catelo en la ingle, asĆ­ parecerĆ”s un varĆ³n real, debes tener un volumen entre las piernas o no pasarĆ”s como un macho.

 

Viviana se apenĆ³ y accediĆ³ a la peticiĆ³n, se estirĆ³ un poco el pantalĆ³n y acomodĆ³ las medias quedando con un bulto de buen tamaƱo.



—Esto es necesario?

 

—Lo es!, en los niveles de arriba no habrĆ” mujeres hasta las 8 de la maƱana, a esa hora entra el personal de aseo y quienes laboran en la parte turĆ­stica del Fuerte.

 

Por fin el trabajo estaba hecho.

 

—AsĆ­ estĆ” mejor, ahora tienes pene y bolas allĆ” abajo.

 

Viviana se sentĆ­a apenada caminando con aquel peso en su entrepierna, pero era algo inevitable…No entendĆ­a como los hombres podĆ­an caminar cargando sus bolas adelante de la pelvis. RecordĆ³ por un momento los testĆ­culos de su Ex novio NicolĆ”s. RecordĆ³ la llamada y Ć©l se comprometiĆ³ a venir en su rescate, ahora temĆ­a que su Ex viniera, podrĆ­a morir a manos de todos estos villanos.

 

El reloj marcaba ya las 5:40 Am y se escuchĆ³ la fuerte sirena de un barco, que casi enmascaraba el ruido de una explosiĆ³n, en toda la red de tĆŗneles en el Fuerte se sintiĆ³ un leve estremecimiento. Ambos debieron permanecer en el tercer subnivel mientras sabĆ­an que pasaba.

 

Por radio Fierro se enterĆ³ que la entrada principal habĆ­a quedado bloqueada por la explosiĆ³n. Ahora entendĆ­a la movilizaciĆ³n de explosivos de hace unas horas. TambiĆ©n supo que todas las comunicaciones estaban cortadas a excepciĆ³n del contacto por radio…Las cosas no pintaban bien, los supuestos policĆ­as que entraron al Fuerte estaban ahora atrapados en el interior.

 

6:00 Am.

 

Tras pensar las cosas, Manuel Fierro cambiĆ³ de plan, debĆ­an salir ahora por la entrada Norte, con rapidez se dirigieron allĆ­, esperaba forzar la reja y salir, asĆ­ tuviese que usar su arma.

 

La marcha era lenta pues se escuchaba un tiroteo en otras secciones del primer nivel (Los mercenarios por Ć³rdenes de la Vampira estaban atacando a las 3 policĆ­as atrapadas, intentando guiarlas al subnivel 2. Entre las 5:40 y 6:10 se darĆ”n estos tiroteos).

 

Viviana y Manuel Fierro caminaban por el entramado de tĆŗneles y debĆ­an esquivar el sistema de cĆ”maras de video alterno (que aun con la explosiĆ³n seguĆ­an operando); La adolescente veĆ­a en el policĆ­a encubierto una real esperanza de escapar, esperaba que la sacara antes de que NicolĆ”s apareciese, asĆ­ estarĆ­a tambiĆ©n Ć©l a salvo.

 

Al llegar a la entrada norte, Fierro se topĆ³ con una reja protegida con explosivos, se requerĆ­a un cĆ³digo de desactivaciĆ³n y Ć©l no tenĆ­a acceso a este. No tenĆ­an alternativa mĆ”s que regresar al 3er subnivel…

 

…Pero entonces se escuchĆ³ a alguien acercarse, guiĆ³ a Viviana a una saliente tras un muro y preparĆ³ una emboscada, quien fuera no le creerĆ­a nada sobre su motivo para estar allĆ­, debĆ­a eliminarlo!

 

El policĆ­a debiĆ³ disparar su arma para eliminar al criminal apenas lo tuvo en frente, por fortuna usaba silenciador.

 

Superado el obstĆ”culo, llamĆ³ a Viviana para retomar su camino, pero al girar en un tĆŗnel la pistola le fue arrebatada de las manos, ahora fue a Ć©l a quien le tendieron la emboscada.

 

Se trataba de un guardia que sin duda iba con su colega muerto y logrĆ³ mantenerse a cubierto esperando el momento de atacar. El sujeto apuntĆ³ con su arma, pero Fierro la mantuvo bloqueada con sus manos, impidiĆ©ndole el usarla.

 

Cuando el arma volĆ³ de sus manos, se iniciĆ³ un forcejeo, dĆ³nde Fierro logrĆ³ ubicarse tras el sujeto y lo tomĆ³ del cuello, tratando de rompĆ©rselo o al menos que se desmayase, el criminal se resistĆ­a con todo lo que tenĆ­a.

 

—AArgg!—ExpresĆ³ Fierro cuando sintiĆ³ un golpe en sus huevos, el guardia alcanzĆ³ a darle un impacto de con el dorso de la mano en su bulto genital.

 

Fierro aflojĆ³ su agarre y el agresor se pudo liberar, es cuando comienza a golpear el rostro del policĆ­a. Dos y tres impactos al rostro el cual Fierro alcanza a cubrirse, el guardia tiene las de ganar ahora.

 

—AAAAAHHH!!—Exclama el criminal y Fierro le observa cĆ³mo se queja de dolor, nota el pie de Viviana entre las piernas del hombre. La joven le pateĆ³ las pelotas por detrĆ”s con tal fuerza que su calzado deportivo saliĆ³ volando al techo.



Fierro aprovecha la oportunidad y conecta dos puƱos al rostro del sujeto y un tercero en la quijada tumbƔndole. Ya en el suelo el adolorido se encorva sosteniendo sus bolas, Fierro lo noquea de una patada en la cara.

 

—EstĆ”s bien?—PreguntĆ³ la preocupada joven.

 

Fierro no escuchĆ³ la pregunta se sobaba la entrepierna.

 

—EstĆ”s bien? —RepitiĆ³ Viviana ahora viendo sobarse al policĆ­a.

 

El varĆ³n tomĆ³ aire y respondiĆ³:

 

—SĆ­, estoy bien…Muchas gracias, estaba por vencerme.

 

—No me agradezcas, me conviene que estĆ©s bien, tĆŗ me sacaras de aquĆ­.

 

—Claro—ExpresĆ³ Fierro, pero en el fondo era pesimista en cĆ³mo salir de allĆ­.

 

 

Mientras esto sucedĆ­a

 

Alexandra y NicolĆ”s arribaban al Fuerte, abordaron un taxi al cual le dieron instrucciones de parar a una cuadra del sitio; La chica estaba muy incĆ³moda al seguir vistiendo aquel uniforme deportivo que revelaba tanto.

 

Tras tantear el terreno emprendieron camino al mar, Alexandra ya habĆ­a planeado que hacer…

 

…La inteligente chica dedujo correctamente que de estar raptada en el Fuerte, Viviana estarĆ­a en el tercer subnivel, el primero era visitado por turistas y el segundo si bien era parcialmente restringido en ocasiones turistas importantes ingresaban en recorridos VIP, como ella con su padre el general y sus hermanos…

 

…No podĆ­an ingresar por la entrada principal y tampoco por el lado norte (La entrada protegida por explosivos, aunque ellos desconocĆ­an eso) pues les verĆ­an con las cĆ”maras de seguridad, en lugar de eso existĆ­a una tercera entrada y era por la bahĆ­a…

 

…El Fuerte en su cara sur colindaba estrechamente con el mar, pero en uno de esos enormes muros existĆ­an aberturas con vista al mar, todas enrejadas y que daban al patio interno del fuerte (en la superficie), excepto una muy especial…Al hacer el recorrido VIP, pudo realizar una visita corta al subnivel 2 y tener informaciĆ³n sobre el subnivel 3, al cual no accedieron por ser unas catacumbas y semi inundadas. TambiĆ©n en una embarcaciĆ³n ligera observaron aquella cara del Fuerte que resistĆ­a al mar…



…AsĆ­ Alexandra se enterĆ³ que una de las aberturas comunicaba con el tercer subnivel, incluso en marea alta el agua entraba por Ć©sta e inundaba parcialmente ese nivel.

 

El plan era caminar por todo el estrecho borde de roca hasta aquella abertura que les diera acceso al Fuerte.

 

Justo antes de iniciar la travesĆ­a por el borde, Alexandra se detuvo un momento, NicolĆ”s la observĆ³, se veĆ­a algo pĆ”lida y agitada, por fin aspirĆ³ aire y se decidiĆ³ a iniciar la caminata.

 

Alexandra iba adelante, se apoyaban en el muro y pasaban junto a las posibles entradas, ni la primera y la segunda tenĆ­an una abertura que comunicase con el interior; NicolĆ”s de nuevo veĆ­a a Alexandra, jadeaba y sudaba, caminaba muy lentamente midiendo bien sus pasos, asĆ­ no era ella…NotĆ³ que de reojo observaba el agua.

 

—Que sucede Alexandra?

 

La chica se detuvo y volteando con cuidado la cara hacĆ­a el joven respondiĆ³ con inseguridad.

 

—No, no es nada, estoy bien.

 

—No lo estĆ”s…No sabes nadar?

 

—Si sĆ© nadar, pero no es eso…Mira, sĆ³lo continuemos—Se notaba en ella una  molestia en dar respuesta.

 

ParecĆ­a otro de los muchos secretos de Alexandra. NicolĆ”s decidiĆ³ no incomodarla mĆ”s, y si resultaba que en realidad la chica no sabĆ­a nadar no habĆ­a problema, Ć©l estaba allĆ­ y si caĆ­a al agua la ayudarĆ­a. Aun asĆ­ le pareciĆ³ muy valiente que la chica se arriesgara a aquella misiĆ³n a pesar de su temor. Se sentĆ­a mucho mĆ”s agradecido con ella.

 

Finalmente alcanzaron el objetivo! La abertura era el ingreso a un tĆŗnel que sin duda iba al tercer subnivel.

 

—AquĆ­ es, llegamos…ten cuidado es una bajada de unos 10 metros.

 

Se trataba de un camino en bajada, casi era como descender por un tobogƔn de roca de hace 3 siglos.



—Entonces al final de este “tobogĆ”n” se halla el tercer subnivel?—AnotĆ³ NicolĆ”s al observar el oscuro fondo del tĆŗnel.

 

—AsĆ­ es, sĆ³lo una reja nos separarĆ” de Ć©l—Otro dato aprendido por Alexandra durante su visita VIP.

 

El dĆŗo se lanzĆ³ a la oscuridad y pronto la reja los detuvo. HabĆ­a un candado NO muy antiguo y Alexandra ya lo esperaba, no tardĆ³ en abrirlo con un gancho de pelo y un alambre que habĆ­an traĆ­do.

 

Ahora estaban adentro del Fuerte!

 

 

6:20 Am.

 

Una vez comenzaron a moverse por el tercer subnivel se toparon con un sujeto caminando, parecĆ­a ser un guardia pero no tenĆ­a su arma desenfundada, seguro confiado de que nada sucedĆ­a por esa zona del Fuerte.

 

Alexandra parece prepararse para atacarle pero de repente NicolƔs avanza, toma una roca del suelo y la lanza contra el sujeto, este no ve venir la roca y Ʃsta le da en plena frente, el sujeto estƔ atontado y no puede evitar cuando NicolƔs le entierra un puntapiƩ entre las piernas.



El sujeto apretĆ³ los dientes y se cubriĆ³ la entrepierna, NicolĆ”s le dio una patada en la cara, derribĆ”ndolo, retomĆ³ la piedra para darle de nuevo en la cabeza una y dos veces, el adolescente se detuvo y vio al guardia sin sentido.

 

Alexandra se acercĆ³ a Ć©l y tenĆ­a una expresiĆ³n de asombro.

 

—SĆ© que eso no fue muy leal, pero todos estos tipos son criminales y tal vez asesinos y yo…pues yo aĆŗn no dejo la escuela.

 

—EstĆ” bien NicolĆ”s, no hay que dudar en atacar, asĆ­ sea a los genitales. —La joven comenzĆ³ a registrar al sujeto.

 

NicolĆ”s sentĆ­a una rabia interna, todos estos malditos habĆ­an raptado a Viviana, y quien sabe que mĆ”s le habĆ­an hecho, no tendrĆ­a compasiĆ³n de ellos…RespirĆ³ profundo para calmarse, querĆ­a aprovechar la rabia interna para seguir adelante sin importar que se le viniera y poder salvar a su Ex novia.

 

—Sabes usar una pistola?—La joven le extendĆ­a un arma del sujeto, mientras ella se aseguraba otra que le encontrĆ³.

 

—Claro, asisto a escuela pĆŗblica…

 

Alexandra se le quedĆ³ mirando intrigada, NicolĆ”s sonriĆ³ y aclarĆ³:

 

—Es un chiste, pero sĆ­ he disparado antes, los hermanos de mi amiga Mariela tiene pistola y me han enseƱado a disparar, ademĆ”s visitamos un polĆ­gono—NicolĆ”s tomĆ³ la pistola y revisĆ³ el proveedor.



—Yo nunca he matado a alguien Alexandra. —El joven se veĆ­a serio una vez mĆ”s.

 

—Yo tampoco lo he hecho NicolĆ”s, pero lo harĆ© de ser necesario; Debes ser fuerte, yo estoy un poco mĆ”s preparada y te aconsejo que no dudes si debes hacerlo, porque estamos en un peligro de muerte al meternos a la cueva del lobo.

 

—No dudarĆ© en disparar Alexandra, por fortuna y asĆ­ debo decirlo…por fortuna todos aquĆ­ son criminales…Son asesinos y secuestradores, no me temblarĆ” la mano para jalar el gatillo…Lo harĆ© sin dudar para salvar a Viviana.

 

Alexandra admirĆ³ la determinaciĆ³n en su amigo, Viviana sin duda le importa mucho.

 

NicolĆ”s emprendiĆ³ la marcha y la chica fue tras Ć©l.

 

 

Pero no todo iba bien, una de las intermitentes cƔmaras del tercer subnivel registraba el avance de los adolescentes, y el jefe mafioso CHOFER quedaba sorprendido.

 

Pero si se trata de la hija del general Volsfgalsfz. QuĆ© situaciĆ³n mĆ”s conveniente, la hija en el Fuerte de Sevilla junto a un extra que le acompaƱa.

 

El mafioso no podƭa creer la suerte que tenƭa, ahƭ estaba un rehƩn mƔs valioso que Viviana Ocampo, la hija de un general de la policƭa podrƭa caer en sus manos. Era una nueva oportunidad para corregir el fracaso de la Vampira al intentar raptarla en la academia de policƭa.

 

En la radio se disponen Ć³rdenes para atraparlos vivos.

 

 

MĆ”s adelante, cuando el adolescente dĆŗo de rescate avanzaba, una bala pasĆ³ cerca de ellos, y tras Ć©sta toda una rĆ”faga.

 

—Malditos imbĆ©ciles quiĆ©nes son?!—Se escuchaba desde una esquina, de donde provenĆ­an los disparos.

 

Tras un muro los adolescentes se refugiaron.

 

—Maldito!, no sabes quienes somos y disparas antes?. Canalla!—ReplicĆ³ NicolĆ”s, dejando a Alexandra atĆ³nita.

 

NicolĆ”s respondiĆ³ al fuego con 3 tiros.

 

—Jajajajaja, morirĆ”n!—Era la risa y conducta sĆ”dica de alguien, quien estaba sin camisa y cargaba un fusil AK-47.



Los jĆ³venes dedujeron acertadamente de que se trataba de un sujeto extremadamente drogado.

 

Los disparos se sucedĆ­an, la droga intravenosa saturaba por completo el cerebro del hombre.

 

—Vengan que aquĆ­ tengo para todos, putos de mierda…Yo tengo pelotas para enfrentarme a quien sea—Se tomaba el paquete genital presumiendo el ser muy varĆ³n—…Los tengo bien puestos, venga a verlos si quieres y de paso se llevan un regalito de mi fusil, jajaja—La droga dominaba su mente.

 

Alexandra pensĆ³ en una estratagema, a toda prisa saliĆ³ corriendo del muro en direcciĆ³n a otro, casi teniendo que llamar la atenciĆ³n del sujeto que ni siquiera la vio; Por fin comenzĆ³ a disparar creyendo que los dos se hallaban tras aquel nuevo muro, pero NicolĆ”s se mantenĆ­a en su posiciĆ³n, desde allĆ­ y con cuidado pudo acercarse al atacante, sorprendiĆ©ndole!

 

Un golpe en plena cara con el arma hizo retroceder al adicto, quien soltĆ³ el fusil en el proceso, NicolĆ”s pisĆ³ el arma larga manteniĆ©ndola fuera del alcance del criminal, Ć©ste se tomĆ³ la nariz que sangraba, mirĆ³ al adolescente y se lanzĆ³ contra Ć©l.

 

NicolĆ”s apuntĆ³ la pistola contra el sujeto quien no se inmutĆ³ ante el arma en frente que amenazaba con disparar. Alexandra tratĆ³ de llegar a tiempo para evitar que NicolĆ”s disparase, no querĆ­a que matara a alguien de frente y desarmado, aunque estaba en su derecho al ser atacado y pudiendo ser desarmado...

 

…Pero entonces NicolĆ”s proyectĆ³ la pierna derecha con fuerza, hundiĆ©ndole el zapato entre los muslos del adicto. Los muy presumidos testĆ­culos del drogado sujeto quedaron aplastados contra su hueso pĆŗbico.

 

—AAAUUU!!!—ExclamĆ³ el adicto cerrando las piernas y agarrĆ”ndose el bulto. Alexandra se detuvo y alegrĆ³ ante el no uso de fuerza letal por parte de NicolĆ”s.

 

—Mis bolas, dĆ³nde estĆ”n?—El adicto metĆ­a sus manos en el pantalĆ³n tratando de encontrarse las gĆ³nadas.



El tocarse los testĆ­culos era lo Ćŗnico que le importaba al dolido sujeto, se sobaba al tiempo que parecĆ­a aliviado de aun tenerlas colgando entre sus piernas.

 

NicolĆ”s se le quedĆ³ viendo, su actitud y comportamiento le recordaron  a Viviana. Hundida en las drogas su exnovia actuaba sin pensar, solo la sed por su dosis diaria la dominaba, querĆ­a salvarla, por eso la denunciĆ³ con su padre el coronel Ocampo. Ahora sentĆ­a mĆ”s deseos de llegar a ella y ayudarla, no solo del rapto sino tambiĆ©n de esa peste que significaba la drogadicciĆ³n.

 

—Ya te las encontraste?—ExpresĆ³ Alexandra al ubicarse junto al sujeto; Cuando Ć©ste la mirĆ³ con intenciones de responderle la adolescente le propinĆ³ un contundente golpe con su pistola dejĆ”ndole sin sentido en el suelo.

 

Fue NicolĆ”s quien tomĆ³ del suelo la AK-47, extendiĆ©ndole la pistola que tenĆ­a a su amiga, Ć©l usarĆ­a el arma larga.

 

—Y sabes usar eso?

 

—Si—NicolĆ”s manipulaba el cargador del fusil.

 

—No me digas que por estudiar en escuela pĆŗblica—Le devolviĆ³ la broma de antes.

 

—No, pero he asistido con los hermanos de Mariela a batallas de Paintball, allĆ­ si se ven armas de todo tipo, los rifles de asaltos son comunes, modificados claro estĆ”.

 

Su bĆŗsqueda de Viviana por el tercer subnivel continuĆ³.

 

 

Manuel Fierro y Viviana retornaron al subnivel 3 pero habĆ­a problemas, el policĆ­a sospechĆ³ de una comunicaciĆ³n en clave por radio, sin duda ya sabĆ­an que Ć©l y Viviana andaban libres y queriendo escapar…Alguna cĆ”mara oculta los captĆ³?...La pareja debiĆ³ ocultarse por varios minutos del paso de patrullas que les buscaban, debiendo esperar el momento justo de emerger y escapar.

 

La Ćŗnica salida era por el lado sur, el lado de la bahĆ­a, por aquel tĆŗnel que daba al mar y por dĆ³nde NicolĆ”s y Alexandra habĆ­an ingresado.

 

—Y porque no vamos ya?—PreguntĆ³ Viviana cuando minutos antes Manuel le informĆ³ de esa Ćŗnica opciĆ³n de salida.

 

—No es una salida como tal, sĆ³lo es un tĆŗnel que da al exterior, tiene una reja con candado, pero ese no es el problema…Aun sin que nos estuvieran buscando por allĆ­ no se puede salir…Apenas nos acerquemos sospecharĆ”n de nosotros, sĆ³lo en una emergencia se saldrĆ­a por ahĆ­…de una u otra manera habrĆ­a que aparecer disparando y la desventaja serĆ­a mucha.

 

Viviana se sintiĆ³ desesperada, estaba cerca del llanto, pero Fierro la tomĆ³ de los hombros y la sostuvo con firmeza.

 

—No te desesperes, no dejarĆ© que nada te pase, no te abandonarĆ©…Los dos saldremos de este Fuerte!

 

 

CONTINUARƁ…

 

***

 

 

* NOTA: Este episodio CONFLICTO EN EL FUERTE DE SEVILLA. Parte 1 de 2, se volviĆ³ realmente extenso, por lo que finalmente decidĆ­ dividirlo, algo que no estaba en los anuncios para este mes de Noviembre. El prĆ³ximo domingo 28 de Noviembre verĆ”n la continuaciĆ³n.

El miĆ©rcoles 01 de diciembre se publicarĆ” la parte 2 de 2 (final), como se  anunciĆ³ para el prĆ³ximo mes.

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