A LA CAZA DE LA VAMPIRA, Parte 3 (Relato Corto).
CONTIENE BALLBUSTING F/M.
Tiene relación con el relato EL ATAQUE DE LA VAMPIRA, La clĆnica para Adictos, parte 1
En la SEGUNDA PARTE, la capitana Gertrudis Ferrer y las detectives Soler y Taylor, llegaron a la guarida principal de La Vampira. La oriental de nombre Linh, estaba realmente enfadada, pero no podĆa desquitarse de momento. Al final obliga al informante conocido como Juvenal a dar la ubicación del supuesto escondite de CHO-FER āEn dónde la asesina tambiĆ©n se refugiabaā AllĆ les tienen preparada una trampa.
Eran las 5 Am cuando la capitana y sus dos detectives llegaron en ropas civiles al sitio dado por Juvenal, se trataba de El Fuerte de Sevilla, una fortaleza de la Ć©poca colonial espaƱola. La edificación era un patrimonio histórico y databa del siglo XVIII, estaba junto a la bahĆa de la ciudad y era visitada por turistas a diario.
Desde el perĆmetro las mujeres observaban el sitio.
āEsos canallas!āExpresó GertrudisāEse lugar es perfecto, un sitio histórico donde reemplazan a los guardias con personal propio, asĆ todos sus secuaces ingresan a gusto aparentando ser turistas, se creen muy listos los malditos.
Angélica añadió:
āJefa, he visitado el Fuerte, aparte del nivel superficial y del faro, hay dos subnivelesā¦Pero el tercero no estĆ” abierto al pĆŗblico.
Yolanda aportó:
āEntonces ahĆ debe ser dónde tienen su guarida, justo a pocos metros de los turistas incautos, nadie sospecharĆa que allĆ se ocultan ese par de monstruos.
El sol ya asomaba en el horizonte y el operativo parecĆa iniciar. De pronto una mujer emerge del Fuerte, es la Vampira!
āQue acaso salió a tomar aire fresco?, esto no me huele bienāGertrudis era precavida.
Yolanda apoyó a su compañera detective:
āJefa ya estamos aquĆ, debemos aventurarnos e ir tras ellaā¦es nuestra oportunidadā¦AdemĆ”s capturaremos a CHO-FER!
Gertrudis como superiora pensaba las cosas mĆ”s calculadamente, sin dudas sus mĆ”s jóvenes detectives eran impetuosas y querĆan acción.
āNo quiero parecer una burócrata, jefaāInterpuso AngĆ©lica, pensando mejor el asunto al escuchar el apodo CHO-FERāPero estĆ” bien atraparlo sin decirle al equipo especial?, es misión de ellos el capturar a ese jefe mafioso. Se pueden enfadar en los altos mandos con ustedā¦Al menos deberĆamos avisarles.
La capitana se detuvo a pensar, todo lo expuesto por AngĆ©lica era cierto pero tambiĆ©n consideraba otros parĆ”metros, sobretodo la clara fuga de información en la estación de policĆaā¦ademĆ”s el equipo especial no habĆa logrado nada contra CHO-FER, eran unos incompetentesā¦
ā¦Tras exponerle este anĆ”lisis a sus subalternas, la capitana toma la decisión de continuar el operativo, capturarĆ”n o darĆ”n de baja a ambos, a La Vampira y a CHO-FER.
La Vampira reingresó al Fuerte y las policĆas iniciaron su movilización. A las 9 Am era la hora de apertura del Fuerte para los turistas, asĆ que tenĆa tiempo de sobra para el operativo.
El primer obstĆ”culo fueron los guardias de la entrada, por ser muy temprano se daba el intercambio de guardias y todos se reunĆan en la entradaā¦era el momento perfecto, asĆ sabrĆan su nĆŗmero.
Las oficiales contaron 7 hombres, 3 con uniformes de seguridad y 4 de civil. Ćstos se dividieron, quedando tres en el Fuerte y los otros cuatro se repartieron por el amplio perĆmetro.
āDĆ©jeme encargarme de los de la entrada, CapitanaāSuplicó AngĆ©lica, la entusiasta detective querĆa demostrar su valĆa, en el operativo contra la guarida de la Vampira quedó decepcionad al vencer fĆ”cilmente a un guardia.
Gertrudis le dio la misión, AngĆ©lica era la Ćŗnica de las 3 que habĆa ingresado al Fuerte y al menos sabĆa la ubicación de la estación de seguridad del primer nivel.
Y comenzarĆa la labor de las policĆas por despejar de guardias toda la zona perifĆ©rica y de entrada al Fuerte.
Gertrudis divisó a sus dos objetivos, cuando Ć©stos se dividieron fue por uno, la competente mujer le tomó por detrĆ”s tapĆ”ndole la boca y dĆ”ndole uno y dos karatazos en el cuello. El sujeto volteó los ojos y comenzó a caer lentamente, Gertrudis tuvo la amabilidad de ayudarle en la caĆda, depositĆ”ndolo suavemente en el piso.
La capitana le propinó un último golpe de karate en el cuello dejÔndole sin sentido por un buen rato.
āOk, quĆ©date a dormir un rato aquĆ mientras me encargo de tu amigo.
Pero ese amigo aparecĆa tras ella y la tomaba por sorpresa del cuello, el grueso brazo del guardia amenazaba con asfixiarla y puso a Gertrudis a forcejearā¦Pero la mujer reaccionó rĆ”pido, lanzó la pierna derecha hacĆa atrĆ”s dĆ”ndole con sus zapatos deportivos un talonazo en los testĆculos al hombre.
āAAHH!!āExpresó el sujeto en un grito corto, cuando sus pelotas ācasi fijas debido a lo ajustado del pantalón que usabaā no pudieron moverse y escapar al golpe, su destino fue ser aplastadas por el talón de la capitana.
Ya libre, Gertrudis se volteó contemplando al varónā¦No parecĆa una amenaza.
āOughh!āEl guardia se volvió a quejar, torció lo ojos y quedó tambaleante.
āCome zapato, maldito!
La capitana le propino una patada al rostro, el zapato de la mujer pasó fugazmente de lado por la boca del individuo, ingresando parcialmente a la cavidadā¦Literalmente lo puso a comerle el zapato.
Yolanda por su parte fue ansiosa al atacar a dos guardias que aun caminaban juntosā¦
ā¦Les llegó por detrĆ”s, uno de civil alcanzó a verla pero no pudo reaccionar a tiempo pues la mujer le conectó dos veloces golpes a la quijada, el varón retrocedió atontado y la detective se giró como un rayo ante el otro rival que sacaba su bastón.
Ante el ataque del palo, Yolanda se hizo a un lado esquivando muy bien el impacto⦠La mujer dio dos saltos atrĆ”s haciendo distancia de su atacante y cuando Ć©ste, bastón en mano se venĆa contra ella, la detective le recibió con un puntapiĆ© en la entrepierna, elevando al sujeto unos centĆmetros.
āAAahhh!!!!!!!āLos cojones del macho crujieron ante el contacto con el zapato de Yolanda.
El bastón cayó al suelo y las manos del hombre acunaron sus pelotas. El sujeto apretaba los dientes tratando de sobrellevar el dolor gonadal.
La detective Taylor le remató con una patada de artes marciales a la cara, haciéndole comer tierra.
De repente el primer atacante pareció reaccionar y tomó a Yolanda del cuello, no era mucha la fuerza que tenĆa ahora, la mujer se mostró calmada, movió la pelvis y lanzó su enorme trasero hacĆa atrĆ”s aplastando con sus glĆŗteos el bajo vientre y entrepierna del guardia.
El violento culazo fue demasiado para el hombre, quien quedó boquiabierto sin emitir sonido alguno.
Los testĆculos del imprudente quedaron aplastados por un instante como tortillas, y cuando las nalgas se retiraban el sujeto no pudo mantener la verticalidad, quedando en el suelo. Yolanda remató a ambos sujetos dejĆ”ndoles sin sentido.
Era el turno de AngĆ©lica quien con sigilo se acercó a la entrada, apareció por sorpresa ante un Ćŗnico vigilante, evitando las cĆ”maras exteriores. Un golpe de karate el cuello y el sujeto rodó por el piso, Ć©ste trató de sacar su arma pero la detective la pateó, un puƱo en la boca del estómago dejó al hombre sin aire y habla, le noqueó con una patada al rostroā¦
La mujer con rapidez le arrastró adentro, intentando no ser captada en cĆ”mara. Una vez en el interior ubicó la habitación de seguridadā¦Al entrar halló a un vigilante sentado frente a un escritorio y para nada pendiente de las cĆ”maras⦠Ante la intrusa el sujeto no tuvo tiempo de sacar su armaā¦
ā¦AngĆ©lica saltó sobre el escritorio, propinĆ”ndole una acrobĆ”tica patada voladora en la cabeza. El hombre se fue de espaldas al suelo con todo y silla, y tras el brutal impacto quedó con expresión de muerto en vida.
Apareció entonces el tercer vigilante āEste de civilāSalĆa de un pequeƱo baƱo aledaƱo e ingresaba a la habitación. ..Enseguida tomó a AngĆ©lica desde atrĆ”s cerrando los brazos alrededor de ella.
āQuien demonios eres?
La respuesta de la detective fue inmediata!, condujo una mano atrĆ”s y con la palma abierta le golpeó en los testĆculos. A Ćŗltimo minuto, la mujer con pantalón oscuro decidió no apretarle las bolas para que el pleito durase mĆ”s.
āAAaiii!!!āSe quejaba el sujeto y repetĆa la expresión cuando por una segunda y tercera vez, AngĆ©lica palmoteaba sus pelotas.
Plap! Plap! Sonaban los impactos gonadales, arrugando mƔs y mƔs la cara del guardia.
Un cuarto palmetazo y las bolas del varón parecĆan casi planas. El debilitado sujeto liberó a la mujer, quien ahora le dio el frente y le conecto dos puƱos al rostro. Sólo debió tocarle la frente para que cayese desmayado al piso.
La mujer aseguró al Ôrea y desactivó el sistema de cÔmaras, internas y externas.
Durante la pelea en la entrada, se escuchó un fuerte sonido proveniente de un barco; cerca del Fuerte anclaba un buque de mediano calado, al parecer un remolcador quien cada cierto tiempo hacĆa sonar la sirena.
Luego de vencer a sus respectivos guardias, Yolanda y Gertrudis les ataron y ocultaron en las cercanĆas para que nadie les encontrase tan rĆ”pido.
Acto seguido ingresaron al Fuerte, siendo recibidas por Soler. Poco a poco y prevenidas fueron entrando en la red de túneles del Fuerte. De pronto la detective Taylor advirtió:
āCapitana, hay cĆ”maras alternas en los pasillos, nos pueden ver.
A pesar de estar camufladas una tenue luz roja en las esquinas oscuras las delataba, era un sistema independiente de las cƔmaras de seguridad ya apagadas.
āEsto parece sin duda una trampaāLa capitana seguĆa su instintoā SerĆ” mejor retirarnos y llamar a los refuerzos, estamos expuestas aquĆ adentro.
Comenzaban a tomar rumbo a la salida cuando se escuchó la sirena del barco, el ruido era ensordecedorā¦de repente se dio una detonación. Era una explosión de baja potencia y bien calculada para no llamar demasiado la atención de los alrededoresā¦La entrada principal al Fuerte colapsó, una multitud de rocas bloquearon la zona
Las 3 policĆas estaban atrapadas como roedores!
Intentaron comunicarse pero la seƱal de sus radios y telĆ©fonos no encontraban respuesta, al final se rindieron, llegaron a la conclusión que no solo las rocas evitaban la seƱalā¦De seguro habĆa algĆŗn bloqueador de seƱales, vaya que estaban en un lĆo.
āQue coincidencia, la sirena del barco se dio casi simultĆ”nea a la detonaciónāExpuso Yolanda.
La capitana Ferrer dedujo:
āEs obvio que era para ocultar la explosión y que no llamase la atención circundante.
La capitana decidió continuar por el nivel 1, por fortuna las luces de los tĆŗneles y habitaciones seguĆan funcionando. DebĆa haber mĆ”s salidas, pero de seguro podrĆa haber custodios en ellas, si no es que otras cargas explosivas.
Aunque no recordaba mucho de su recorrido turĆstico al Fuerte, AngĆ©lica se convirtió en la improvisada guĆa.
āEl informante nos traicionó, jefaāExpuso Yolanda.
Gertrudis no podĆa creerlo, realmente confiaba en Juvenal, pero no habĆa otra explicación, Ć©l las guió a una trampa.
MƔs profundo adentro del Fuerte, La Vampira hablaba por radio con CHO-FER. Al parecer en el interior del fuerte las comunicaciones si funcionaban.
āYa estĆ”n atrapadas, seƱor CHO-FER.
āGuĆalas al segundo subnivel.
āSĆ seƱor.
āRecuerda el plan, mi Vampira, las quiero vivas para sacarle la mayor información, y sólo despuĆ©s te dejarĆ© matarlas.
āSeƱor, se lo agradezcoā¦Pero cambiando de tema, estĆ” seguro de esto? porque no sacó a la chica Ocampo del Fuerte?
āNo te preocupes, hoy necesito que estĆ© justo allĆ.
CHO-FER terminó la llamada, sin dar tiempo de réplica.
La Vampira no entendĆa, porque CHO-FER no le habĆa dicho su plan real para la chica Viviana Ocampo?, desde que la sacaron de la clĆnica para adictos, la tenĆan prisionera en el tercer subnivel del Fuerteā¦La habĆan usado para chantajear a su padreā¦Pero con el coronel bajo arresto, de que le servĆa ya?
La asesina siguió el plan y dio instrucciones a 5 hombres de confianza para que disparaban a las policĆas pero manteniĆ©ndose bien resguardados. Se dieron entonces tiroteos cortos, donde la intención no era matar a las mujeres, sino conducirlas al segundo subnivel.
Aunque sabĆan que las estaban guiando a algĆŗn lado, las agentes no tenĆan opción⦠Sólo restaba plantear batalla a los criminales y vencerles, dejando algĆŗn sobreviviente para sacarle la información de cómo salir.
Mientras esto sucedĆa, La Vampira atendĆa otro asunto.
El detective Camargo habĆa entrado al Fuerte por un acceso diferente (Minutos antes que las policĆas), habĆa sido llamado por CHO-FER āquien le usaba como espĆa en la policĆaāpara que recibiera su soborno mensual y a la vez presenciara la emboscada a las 3 mujeres⦠DespuĆ©s del apretón testicular por parte de AngĆ©lica, Camargo querĆa desquite.
Ahora estaba en el segundo subnivel, en una habitación algo amoblada (escritorio, sillón etcā¦) donde la Vampira monitoreaba en unas pantallas el recorrido de las policĆas por el Fuerte.
āā¦Que tal el dato del informante Juvenal, eh?...esas putas pagarĆ”n por lo que me hicieron.
Fue Camargo en persona quien obtuvo de los expedientes de Gertrudis la información sobre Juvenal, asà pudieron ponerle una reunión, atraparle y obligarle a poner la trampa.
āEsos Ćngeles de Charlie estĆ”n acabadosāSe jactaba el oficial.
La Vampira le ofrecĆa un vaso de whisky y otro de soda al corrupto detective, que se regodeaba en un sillón.
āPor cierto, excelente plan lo de la sirena del barco āEructó el hombreā, nadie se enterarĆ” de las explosiones, ni de los asesinatos que se den aquĆ adentro.
āPero no las mataremosā¦Al menos no por ahora.
āY que harĆ”n con ellas?
āEsos son asunto de mi jefeā¦Tenga aquĆ lo acordadoāLa Vampira le extendió un pequeƱo bolso, el cual abrió Camargo sonriendo de inmediatoā¦unos fajos de billetes llenaban el objeto de cuero.
āBueno, me marchoāSe incorporó el detectiveāSi no las van a matar no tengo motivos para quedarme.
āSabes Camargo, tienes razón en cuanto a la idea del barco, nadie se darĆa cuenta de cualquier asesinato aquĆ adentro.
AhĆ es cuando la asesina le aprieta bolas por sorpresa.
āAAAAhhh!!!!!!!āGritó con fuerza el detective, el apretón de la oriental a sus testĆculos fue brutal.
Camargo estaba sorprendido, trata de tomar el arma que traĆa en el saco. Pero la Vampira le da un araƱazo en el antebrazo, haciĆ©ndole renunciar al armaā¦La mujer mete su mano al saco y le quita la pistola, arrojĆ”ndola lejos.
āNada de eso, cariƱoāAumentó la presión a aquellas pelotas, ante lo cual Camargo casi gritó de nuevo.
āSuĆ©ltame, por favorā¦āLa mirada del detective era de sĆŗplica, el apretón de la Vampira no se comparaba al de AngĆ©lica.
āComo quierasā¦
La asesina atrajo su propia mano, estirando el escroto del policĆa y seguidamente sus uƱas rasguƱaron la zona Ćntima del suplicante.
āYYaaauuu!!āSe quejó Camargo, quien sintió el ardor de aquella agresión a sus genitales.
Ya libre del apretón, el calzoncillo y pantalón del detective empezó a mancharse de sangre. La Vampira le habĆa desgarrado el escroto con su terribles uƱas. Camargo vio la mancha de sangre y gritó horrorizado.
El detective tambaleó mientras se tomaba la ingle.
āMIS PELOTAS!!ā¦DONDE ESTĆN MIS PELOTAS?!
āYa no eres Ćŗtil Camargo, eres demasiado corrupto y descuidado, tus propios colegas desconfĆan de tiā¦y asĆ no nos sirves.
La Vampira se abalanzó sobre Ć©l, inmovilizĆ”ndole, el claro objetivo era su cuelloā¦
ā¦Los colmillos de la mujer penetraron la blanda carne, hundiĆ©ndose al mĆ”ximo e iniciando una hemorragia
āAAAAAAAAHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!āEn su retirada, los dientes de la mujer trajeron consigo partes de mĆŗsculos y unos centĆmetros de venas del detective, quien gritaba desesperadamente.
Casi convulsionando el policĆa se fue al suelo.
Mientras Camargo se desangraba, la Vampira le observaba agitada, escupĆa la sangre de su vĆctima mientras se desabrochaba el pantalón.
A pesar de no ser una pelea, el matar a Camargo si le despertó el deseo de masturbarseā¦La tensión previa a un potencial enfrentamiento con las 3 policĆas, ayudó bastante.
La oriental comenzó a rozar los dedos sobre su clĆtoris, por encima de las pantaletas, su Ć”rea vulvar se hinchó y humedeció, empapando la prenda Ćntima que se hacĆa semitransparente de tantos fluidosā¦
ā¦ExcitadĆsima, alcanzó a introducir uno y dos dedos de la mano contraria, aun sin bajar las pantaletas
ā¦Metió los dedos mĆ”s y mĆ”s hondo hasta llegar al placer.
La mujer gritó pletórica, el orgasmo coincidió con la muerte de Camargo.
Por su parte continuaba la marcha de las policĆas, en cierto momento encontraron una lejana luz, la siguieron recorriendo un estrecho pasillo que terminaba en una escalera, se dieron cuenta que era una salida, peroā¦
ā¦Pero habĆa una reja con candado que impedĆa el escape, asĆ como explosivos con detonadores de clave, colocados adjunto.
Era la ruta alterna de salida de los criminales, solo capturando a alguno con vida se le podĆa sacar el código para desactivar los explosivos y salir indemnes por allĆā¦Y de seguro sólo CHO-FER y la Vampira tendrĆan ese código.
Todo era una gran trampa, aun viendo la luz del sol no tenĆan seƱal de comunicación, eso confirmaba que era un bloqueo electrónico, ademĆ”s la salida estaba por el lado del Fuerte que miraba hacia la bahĆa, adiós a pedir ayudaā¦
ā¦Lo que si alcanzaban a ver era un buque mediano, de seguro aquel mismo que por mórbida coincidencia sonaba su sirena escondiendo todo ruido del Fuerte.
Gertrudis tomó su decisión:
āIremos al segundo subnivel, nos quieren allĆ”?, pues no los decepcionaremos!ā¦Somos policĆas y vinimos aquĆ por esa asesina, La caza de la Vampira aĆŗn sigue en pie!
Las detectives estuvieron de acuerdo.
A lo lejos se escuchaban los jadeos de La Vampira, quien alcanzaba el orgasmo.
CONTINUARĆā¦
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