Muchos de ustedes todavĆa no me conocen, no realmente. Me presento, mi nombre es Damian Wayne al Ghul, tengo veinticinco aƱos y soy el nuevo Batman. Tal vez crean que soy un villano malvado, con oscuros propĆ³sitos, nada mĆ”s alejado de la realidad. Lo Ćŗnico que yo deseo es vivir y ser feliz, vivir intensamente sin que nada me detenga, para hacerlo, debo obedecer las Ć³rdenes de Madre, ella me programĆ³ genĆ©ticamente para tal propĆ³sito. Si Talia dicta una orden, yo debo acatarla. Nada me enfurece mĆ”s que ese dominio que ejerce sobre mĆ, me enferma, me altera demasiado saber que no controlo mi destino.
Me presento, este soy yo: Damian |
—La Batifamilia defenderĆ” a RED hasta las Ćŗltimas consecuencias, es entonces cuando se desata una guerra civil, donde la mayorĆa de superhĆ©roes muere. Cuando ya no le son Ćŗtiles, ese mismo software elimina a Batman y compaƱĆa. Yo estuve ahĆ, me duele mucho decirlo, pero debemos contener a mi familia, por el bien de este mundo y para salvar sus vidas tambiĆ©n —expuse en la Atalaya (Central de operaciones de la Liga de la Justicia).
—Aunque lo que propones fuera aceptado, no serĆ” una tarea fĆ”cil —comentĆ³ la Mujer Maravilla—, todos ellos son muy hĆ”biles.
—Sobre todo Nightwing y Capucha Roja y Cassandra CaĆn ni se diga… y Kate Kane —completĆ³ Aquaman—. Debemos tener mucho cuidado. Si no hacemos las cosas bien, podemos entonces, desatar nosotros mismos una guerra.
—¿Lo ven? La mayorĆa de ustedes son dioses, sin embargo les temen, de ese tamaƱo es el poder de la Batifamilia —argumentĆ©—. Esa es la magnitud del peligro que ellos representan.
—Debemos emboscarlos por separado, al mismo tiempo, en una acciĆ³n coordinada, no podemos arriesgarnos a que alguno escape —comentĆ³ Superman (esta reuniĆ³n sucediĆ³ antes de que me sorprendiera teniendo intimidad con su hijo š)—. Titanes, JĆ³venes Titanes, cuantos mĆ”s superhĆ©roes formen parte del operativo, serĆ” mejor.
—No sĆ©, si no fuera tan peligroso, me gustarĆa visitar ese futuro post apocalĆptico —intervino Flash. Yo sentĆ que el alma se me iba al suelo. No considerĆ© que entre los miembros de la Liga, existĆan quienes podĆan desmentir mis afirmaciones.
—¿Lo harĆ”s? —preguntĆ©.
—Probablemente no, Batman. He tenido malas experiencias con viajes en el tiempo, el riesgo no lo vale —dijo el velocista. Yo me tranquilicĆ©.
Luego del placentero incidente que tuve con el llamado “hombre de acero”, amenacĆ© a Jon con asesinar a su padre, si no grababa un mensaje diciendo que ambos tenĆan asuntos kryptonianos por resolver en el espacio, que volverĆan en unos meses y nadie debĆa preocuparse.
Las cosas me habĆan salido bien, los preparativos se llevaron a cabo, todo estaba dispuesto para la captura de los miembros de la Batifamilia. Justo un dĆa antes, Hal Jordan (Linterna Verde) llegĆ³ de visita del espacio. La Liga le informĆ³ lo que estaba sucediendo.
—Creo que yo sĆ puedo verificar ese futuro post apocalĆptico —afirmĆ³ el guapĆsimo hombre de cabellos oscuros y ojos claros—, he viajado antes al siglo cincuenta ¿lo recuerdan? Con el poder de mi anillo y la fuerza de mi voluntad. Puedo lograrlo. Es mucho mĆ”s seguro que usar la Fuerza de Velocidad.
Fui a visitsr a Hal |
Ćl me hizo muchas preguntas, querĆa tener el mayor contexto posible para su viaje. Yo le respondĆ de la forma mĆ”s coherente que pude, intentando no contradecirme. AprovechĆ© para preguntarle algunas cosas sobre cĆ³mo funcionaba el poder del anillo y cuĆ”l era la magnitud de sus poderes. Luego de una hora de amena conversaciĆ³n, Ć©l comenzĆ³ a sentirse mareado y desorientado.
—No sĆ© quĆ© me pasa, Damian, me estoy sintiendo mal —dijo.
—No puedes viajar al futuro, no puedo permitirlo, lo hago por tu propio bien —dije acercĆ”ndome hacia Ć©l.
—¿QuĆ© dices? No entiendo.
—Si tĆŗ haces ese viaje, vas a morir, mis hermanos Jason y Richard te capturarĆ”n y asesinarĆ”n —asegurĆ©, acariciando su hermoso rostro.
—Eso no puede ser, yo… yo pertenezco al Cuerpo de Linternas, soy un Linterna Verde —balbuceĆ³ el apuesto hombre, quien se encontraba muy drogado.
Muy feliz, bebiendo su tƩ. |
—Yo puedo purificar mi cuerpo, con el poder de mi… de mi… voluntad, tardarĆ© una media hora, pero puedo… yo puedo —dijo cerrando los ojos para concentrarse.
—No lo dudo, Hal, pero si en ese tiempo yo doblego tu voluntad, no podrĆ”s hacerlo —comentĆ© frotando con mi mano sus fuertes abdominales.
—Nadie puede doblegar la voluntad de un Linterna —dijo Ć©l.
LlevĆ© mi mano a su entrepierna y comencĆ© a apretar con mucha fuerza sus testĆculos. El indefenso Hal comenzĆ³ a quejarse debido al dolor, inĆŗtilmente quiso retirar mi agarre, su cuerpo no le respondĆa, Ć©l se movĆa con torpeza y letargo, sin embargo, mantenĆa cerrado con fuerza de acero su puƱo para evitar que el anillo le fuera arrebatado.
Lo desvestĆ por completo y lo recostĆ© sobre la cama con las piernas muy abiertas. Su esbelto cuerpo velludo me pedĆa a gritos poseerlo. ComencĆ© a propinar una serie de poderosos golpes a sus carnosas bolas, el hombre gemĆa de dolor y se sacudĆa. Inesperadamente, un calzĆ³n de energĆa verde cubriĆ³ su desnuda entrepierna, blindando su masculinidad.
¡Maldita sea! ¿SerĆ” que en verdad la voluntad de un Linterna es inquebrantable? ¡No puede ser! Se me va a escapar.
DecidĆ colocarme detrĆ”s de Ć©l y aplicar una llave mata leĆ³n para dejarlo inconsciente, nuevamente una energĆa verde cubriĆ³ su cuello para protegerlo. Entonces decidĆ hundir mis pulgares en sus ojos, de nuevo la fuerza de su voluntad se interpuso. Esto Ćŗltimo provocĆ³ que el calzĆ³n verde desapareciera. Hal no contaba con la concentraciĆ³n suficiente para manifestar varios objetos a la vez. RĆ”pidamente llevĆ© mi mano hacia sus testĆculos y apretĆ©. Ćl quiso formar una protecciĆ³n, pero fue inĆŗtil, mis manos estaban clavadas en su escroto, yo no lo iba a liberar.
Con todas mis fuerzas presionĆ© sus testĆculos entre mis dedos, su cuerpo comenzĆ³ a sacudirse, sus suplicantes alaridos inundaban la habitaciĆ³n. Ocasionalmente, Ć©l reunĆa la energĆa necesarias para decirme:
El guapĆsimo semental |
—Te lo dije, Hal, tu voluntad puede ser quebrada —asegurĆ©.
—Lo entiendo, ahora lo sĆ©, no irĆ© al futuro, lo prometo, por favor, Damian —el guapĆsimo semental imploraba.
—No Hal, no lo has entendido aĆŗn —dije incrementando la presiĆ³n ejercida por mis dedos, yo estaba seguro de que en cualquier momento sus testĆculos estallarĆan, convirtiĆ©ndose en algĆŗn lĆquido gelatinoso sin forma.
Fue entonces cuando sentĆ el desesperado agarre de sus dos manos en mi muƱeca. Ćl ya no mantenĆa el puƱo cerrado. De inmediato soltĆ© su hombrĆa, tomĆ© su mano derecha y le retirĆ© el anillo.
—¡DĆ”melo! Por favor —Hal rogaba mientras desesperado frotaba sus hombrĆa en busca de alivio—. Ya lo demostraste, mi voluntad puede ser quebrada, yo puedo morir, ya lo entendĆ, dame mi anillo.
—¿QuĆ© me vas a dar a cambio? —preguntĆ©. El hombre se retorciĆ³ torpemente en la cama hasta quedar encogido en posiciĆ³n fetal—. PreguntĆ© ¿quĆ© me vas a dar a cambio?
—No entiendo —susurrĆ³ Ć©l.
—Para devolverte tu anillo. ¿QuĆ© me vas a dar a cambio?
—No sĆ©, Damian, lo que quieras —dijo con el rostro agonizante debido al intenso dolor testicular que sentĆa.
—Quiero tu “anillo” —dije riendo. Hal era quizĆ” el hombre mĆ”s guapo que yo habĆa visto en persona, todo en Ć©l era hermoso. Yo necesitaba poseerlo—. Tal vez no entendiste mi chiste, yo…
—No, Damian, no te darĆ© ni mi “ano”, ni mi cuerpo —respondiĆ³ con severidad—. Yo no soy homosexual.
—No tiene que ser por voluntad propia, puedo obligarte— dije colocĆ”ndolo bocabajo y montĆ”ndome sobre Ć©l.
Al igual que hice con Superman, metĆ mi mano entre sus piernas y sujetĆ© sus bolas. El hombre quedĆ³ a merced mĆa. FrotĆ© mi cuerpo contra el suyo hasta que mi miembro se alzĆ³ por completo. Con una mano tirando de su escroto y la otra estimulando mi falo, inicie las preparaciones para la placentera penetraciĆ³n. EscupĆ en mi mano varias veces para lubricarme, tambiĆ©n juguĆ© introduciendo mis dedos en el trasero de Linterna Verde. Luego de unos pocos minutos, comencĆ© la embestida. Introduje agresivamente la totalidad de mi pene erecto. Hal emitiĆ³ un grito de dolor y su cuerpo se estremeciĆ³. Yo continuĆ© aplastando con mi mano sus maltratados testĆculos, para mantenerlo sometido.
—¡Te vas a arrepentir! Maldito enfermo, esto no se va a quedar asĆ —decĆa mientras apretaba los puƱos y los dientes. Yo flexionaba un brazo haciendo saltar mi bĆceps como seƱal de fortaleza y dominio. Montar a un macho como Hal Jordan era algo muy excitante.
RetirĆ© mi pene, girĆ© su cuerpo, elevĆ© sus piernas por sobre mis hombros, nuevamente sujetĆ© sus vulnerables testĆculos y lo penetrĆ©. Pude ver en sus preciosos ojos como esmeraldas, el odio y dolor que sentĆa, eso de alguna manera incrementĆ³ mi deseo sexual. Tomarlo por la fuerza, en contra de su voluntad, era como una droga para mĆ. Me di cuenta de que al abusar sexualmente de estos superhĆ©roes, yo les quitaba el control y lo tomaba para mĆ. Eso era lo que yo querĆa, controlar mi vida y mis decisiones, sin que Madre se interpusiera. Al violarlos hacĆa lo mismo con ellos, los despojaba de su poder de decisiĆ³n, ellos no podĆan oponerse a mis deseos.
ExclamĆ© virilmente mientras eyaculaba al interior de Linterna Verde. Antes de remover mi pene de su trasero, di un Ćŗltimo apretĆ³n a sus albĆ³ndigas.
El hombre estaba llorando, no solo por el dolor en sus gĆ³nadas, tambiĆ©n se sentĆa profundamente humillado y vulnerado, yo le habĆa quitado su valor como macho, eso me hacĆa sentir fenomenal. AbrĆ un portal hacia ‘Etha Alth’eban y lo llevĆ© con Madre. Talia se sorprendiĆ³ cuando lo tirĆ© en el suelo frente a ella, como si fuera un trapo sucio.
Un trapo sucio. |
—¿QuĆ© significa esto, Damian? ¿Te has vuelto loco? —dijo con enojo. Yo contĆ© lo sucedido, le dije que no podĆa permitir que viajara al futuro.
Luego de una fuerte discusiĆ³n, accediĆ³ a mantenerlo prisionero.
—Hay algo que necesito que hagas —dijo antes de que me fuera
—Dime, Madre.
—Dame el anillo de Linterna Verde —ordenĆ³.
—Lo dejĆ© en la Atalaya —era verdad, sabĆa que me lo pedirĆa y que quizĆ” yo no podrĆa oponerme a una orden suya.
—La prĆ³xima vez que pongas un pie en ‘Eth Alth’eban, traerĆ”s el anillo contigo y me lo entregarĆ”s, ¿entendiste? ¡Es una orden! —gritĆ³ con severidad.
—SĆ, Madre, como tĆŗ digas —respondĆ.
Talia al Ghul |
—¿Quieres que lo rete a un duelo a muerte y lo asesine?
—No, no es necesario. Conozco a DamiĆ”n y sĆ© que conseguirĆ” llegar con su hermano y le contarĆ” toda la verdad.
—Tienes mucha confianza en ese… niƱo.
—Ćl es mi hijo, un al Ghul. Tengo un plan de contingencia para mantenerlo aquĆ, pero a Jason no lo puedo retener. Necesito que te encargues de Ć©l.
Si Ć©l es tu hijo, ¿yo que soy, maldita loca? TĆŗ me ves como un simple experimento, un objeto que manipulas a tu antojo. No, maldita enferma, yo te voy a demostrar quiĆ©n soy, y te vas a arrepentir. Como ya dije antes, no siento ningĆŗn apego por lo que ese chico considera su familia. La Ćŗnica razĆ³n por la que te obedezco, desgraciada, infeliz, es porque tĆŗ asĆ me creaste. Si para sobrevivir debo deshacerme de la copia que llamas hijo o incluso de ti, no dudarĆ© ni un segundo en hacerlo.
—Dalo por hecho, Madre, yo me encargo de Jason —dije. RegresĆ© a la Atalaya.
Al dĆa siguiente, los hĆ©roes creyeron que Hal Jordan habĆa viajado al futuro sin despedirse. El plan para capturar a la Batifamilia se llevĆ³ a cabo con Ć©xito, todos fueron aprehendidos. Los hĆ©roes de la Liga nos encontrĆ”bamos reunidos en la Atalaya, celebrĆ”ndolo. Un portal se abriĆ³ y de Ć©l emergiĆ³ Capucha Roja. De inmediato fue sometido por Flash e Impulse (Bart Allen), quienes lo sujetaron de los brazos.
—¡QuĆ© verga! —exclamĆ³ Ć©l—. Damian es un impostor, el verdadero se encuentra en ‘Eth Alth’eban, sigue siendo un adolescente. RED no es una amenaza, ese futuro post apocalĆptico no existe, es un invento.
—PasĆ³ tal y como lo predijiste, Damian —comentĆ³ la Mujer Maravilla—. En esta Ć©poca del aƱo Ć©l visita ‘Eth Alth’eban. Jason aprovecharĆa el suceso para tratar de desacreditarte y volvernos en tu contra. Para asĆ defender a RED y tratar de salvar a su familia.
—Espera, ¿quĆ©? —dijo Jason con sorpresa.
—Todos fueron capturados, hace unos minutos capturamos al Ćŗltimo de ellos: Nightwing. Me duele mucho hacerte esto Jason, pero es por el bien del mundo y para salvar sus vidas —dije con fingida aflicciĆ³n—. La Batifamilia ya no existe.
—¡Hijo de puta! Literal ¡Eres un hijo de tu reputĆsima madre! ¡Infeliz! ¡Impostor! ¡Clon de mierda! Los dos, tĆŗ y tu puta madre se van a arrepentir —gritĆ³ encolerizado.
—Hablamos con Amanda Waller, a diferencia de tus hermanos y hermanas, tĆŗ eres un criminal. Hay una celda en Belle Reve con tu nombre, fue preparada especialmente para contenerte —intervino la Mujer Maravilla.
—¡Maldita perra! JamĆ”s vas a olvidar que yo atĆ© tus brazaletes ¿verdad? —respondiĆ³ Jason con ira—. Si eres tan lista. ¿Por quĆ© no usas tu puto lazo para comprobar si digo la verdad? Mejor aĆŗn ¿Por quĆ© no lo utilizas en este impostor?
Antes de que yo pudiera hacer algo, Diana me atĆ³ con su lazo y me preguntĆ³: “¿QuiĆ©n eres?”. La mujer no era una tonta. Yo me encontraba a nada de revelar la verdad.
—Soy Damian Wayne al Ghul, tengo veinticinco aƱos, vengo del futuro. La inteligencia artificial conocida como RED toma el control de Tim Drake. Utilizando a la Batifamlia, consigue eliminar a la mayorĆa de los hĆ©roes de la Tierra. Sus generales mĆ”s peligrosos: Richard Grayson y Jason Todd son los mĆ”s despiadados. Para prevenir ese futuro, viajĆ© varios aƱos en el pasado hasta este momento —respondĆ.
Jason no daba crĆ©dito a lo que sucedĆa. Yo habĆa logrado mantener mi mentira, a pesar de estar bajo los efectos del Lazo de la Verdad.
—AhĆ tienes tu respuesta —dijo ella— ¡LlĆ©venselo!
—Eres su cĆ³mplice, maldita perra amazona —gritĆ³ Jason.
—Si vuelves a llamarme perra, juro que te arrancarĆ© las bolas con mis propias manos —dijo y lo soltĆ³. Jason quedĆ³ en muy mal estado—. ¡LlĆ©venselo!
Pobre Jason |
¿CĆ³mo conseguĆ superar al Lazo de la Verdad? UtilicĆ© el anillo de Linterna Verde, con Ć©l envolvĆ mi cuerpo en un aura invisible de voluntad. El objeto mĆ”gico de la amazona jamĆ”s me tocĆ³, mi voluntad me protegiĆ³, fue asĆ como pude mentir. Por cierto, tambiĆ©n soy capaz de ocultar la presencia del anillo en mi mano, reflejando la luz con mi fuerza de voluntad. ¿Saben algo? Manejar esta joya, parece ser pan comido. Lo Ćŗnico que se necesita es mucha voluntad e imaginaciĆ³n, yo poseo ambas en abundancia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario