ROBIN & SUPERBOY (10/14): BATMAN VS ROBIN - Las Bolas de Pablo

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30 sept 2021

ROBIN & SUPERBOY (10/14): BATMAN VS ROBIN

Escrito por: Fercho MX
Contiene: Ballbusting hombre/hombre


    Mi clon se saliĆ³ de control, utilizando el anillo de Linterna derrotĆ³ y capturĆ³ a la Liga de la Justicia, Titanes y JĆ³venes Titanes. Mantiene contenidos dentro de cubos de voluntad a los tres velocistas, Aquaman, Cyborg y Raven. MaterializĆ³ kryptonita real con la que sometiĆ³ a Conner y Kara. AmenazĆ³ a Shazam con asesinarlos a todos si no decĆ­a su nombre, apenas se transformĆ³ en Billy Batson, creĆ³ una mordaza verde que le impidiĆ³ recuperar sus poderes. En cuanto a las Amazonas: Diana, Dona y Cassandra, Ć©l conjurĆ³ unas cadenas que ataron sus brazaletes. El resto de superhĆ©roes poco pudieron hacer contra su fuerza de voluntad.



   Para detenerlo, Madre liberĆ³ a Superman, Hal Jordan, Jon, y por supuesto a mĆ­. Junto con Lady Shiva, nos tele-transportamos todos a BlĆ¼dhaven. Antes de partir, Abuelo hizo un comentario:

   —Era la crĆ³nica de un fracaso anunciado, Talia. Si no pudiste controlar a Damian siendo un niƱo. ¿CĆ³mo esperabas controlarlo siendo un adulto? —enseguida, se echĆ³ a reĆ­r

    Cuando llegamos a BlĆ¼dhaven, descubrimos que la batifamilia ya estaba ahĆ­, a una distancia prudente, ideando un contraataque. Lucius Fox escapĆ³ a OrĆ”culo, donde RED se mantenĆ­a inactivo por Ć³rdenes de Tim y BĆ”rbara. Aprovechando la derrota y captura de la Liga de la Justicia, fue fĆ”cil para ellos escapar. Lucius envĆ­o a RED en un androide con forma de Batichica para liberar a Cassandra, ella liberĆ³ a Jason, ambos liberaron a otros mĆ”s, en menos de dos horas, mi familia completa se encontraba en libertad. Mis cuatro hermanos me abrazaron, mis hermanas y Luke me dieron la bienvenida, me sentĆ­ feliz al ver a todos reunidos, sobre todo a Katy y a Padre.

    —¡QuĆ© valor tienes de mostrar tu cara, hija de puta! —dijo Jason aproximĆ”ndose a Madre—. Cuando esta crisis pase, te vas a arrepentir, yo personalmente me voy a encargar de ti.

   —La necesitamos, por eso vino —intervine—. Mi clon estĆ” genĆ©ticamente programado para obedecerla, estĆ” en su ADN, no puede negarse. Debemos hacer que ella llegue a Ć©l.

   —¿CĆ³mo sabemos que no nos va a traicionar? —preguntĆ³ Jason—. Que no le va a decir: “dame el anillo” o “mata a todos”.

   —Justo por eso vine yo, mi SeƱor —comentĆ³ Lady Shiva—. Yo te prometo, Jason, que la acompaƱarĆ© y vigilarĆ©, si algo intenta, yo mismo la asesinarĆ©.

   —Cuento contigo, Lady Shiva —dijo mi hermano.

   —Hal debe venir con nosotras —afirmĆ³ Talia—. OrdenarĆ© a Damian que le devuelva el anillo.

Richard Grayson, todo un lĆ­der
   —Bueno, por lo visto vamos a ser carnada, ¿me equivoco? —interrumpiĆ³ Richard, reuniendo a todos—. Atacaremos en conjunto por diferentes Ć”ngulos para distraerlo. PodrĆ” poseer ese anillo, pero es humano, somos muchos, si cada quien ataca desde una direcciĆ³n diferente, aunque nos capturĆ©. Podremos lograr que Talia llegue hasta Ć©l. ¿Alguna pregunta?

   Pusimos en marcha nuestro plan, como esperĆ”bamos, Ć©l consiguiĆ³ capturar a todos y cada uno de los miembros de mi familia y aliados. Frente a Ć©l solamente quedĆ”bamos Jon y yo, por detrĆ”s, Madre y compaƱƭa.

   Mi clon se habĆ­a establecido en una llanura, entre un bosque y una montaƱa, a las afueras de la ciudad. AhĆ­ mantenĆ­a cautivos a los superhĆ©roes. Lo mĆ”s extraƱo era que todos, hombres y mujeres adultos, lucĆ­an como esclavos sexuales, pues estaban desnudos, aprisionados con arneses y cadenas color esmeralda. Bart, Wally y Barry se encontraban a gatas, con collares como si fueran perros, dando la espalda, exhibiendo sus colgantes testĆ­culos. Las tres amazonas estaban encadenadas con las piernas y brazos abiertos, sus enormes pechos y formas curvilĆ­neas eran perfectamente visibles. Aquaman estaba de rodillas, con los brazos atados al torso y una mĆ”scara extraƱa con una cuenca a la altura de la boca cubrĆ­a su rostro, creo que mi clon lo utilizaba como poceta para orinar.

   —Entrega ese anillo a Hal Jordan, es una orden, Damian —gritĆ³ Madre. El clon la escuchĆ³ perfectamente. El apuesto hombre comenzĆ³ a reĆ­r.

   —No, tĆŗ ya no me mandas. Nunca, jamĆ”s, te obedecerĆ©, perra —respondiĆ³. Madre no entendĆ­a lo que ocurrĆ­a—. ¿Sabes por quĆ© tengo a todos estos hĆ©roes desnudos y encadenados alrededor de mĆ­? Para mantenerme excitado y cachondo. En ese estado, la parte racional de mi cerebro encargada de obedecerte se desactiva, me encuentro embrutecido por la calentura. Esto es temporal, he usado el anillo para reescribir mi ADN, me ha tomado varios dĆ­as, pero finalmente, en unos pocos minutos, serĆ© libre, ¿entiendes eso? Libre de ti, maldita loca.

    El villano encarcelĆ³ a Madre, Lady Shiva y Hal en un cubo de voluntad. Hizo desaparecer el traje verdoso de Batman que cubrĆ­a su cuerpo, comenzando por su entrepierna, para que Jon y yo pudiĆ©ramos observar que el anillo de Linterna, lo portaba alrededor de sus genitales, ocupĆ”ndolo para mantener una poderosa erecciĆ³n. Sosteniendo su firme miembro desde la base, lo sacudiĆ³.


     —¿Has venido por esto, Jon? La Ćŗltima vez me lo mamaste muuuy rico —dijo a mi amigo con una sonrisa burlona.

   —¿QuĆ©? —preguntĆ© confundido y molesto. ¿Acaso estos dos?… Jon… ¿Se lo chupĆ³?

   —Me das asco —respondiĆ³ Superboy, ignorando mi reacciĆ³n.

   —¡Uy! QuĆ© fuertes palabras, si yo te doy asco, ¿Ć©l quĆ© te da? —preguntĆ³ refiriĆ©ndose a mĆ­—. Damian y yo somos la misma persona.

   —Damian es muy diferente de ti, maldito cabrĆ³n. ¿CĆ³mo osas compararte con alguien como Ć©l? ¿CĆ³mo te atreves a siquiera insinuar que en algo te asemejas al chico que yo amo? TĆŗ, que eres mierda; tĆŗ, que eres menos que basura; tĆŗ, que eres escoria; maldito perro inmundo —respondiĆ³ Jon con una furia que yo desconocĆ­a que Ć©l fuera capaz de manifestar.

   Mi amigo encendiĆ³ sus ojos y lanzĆ³ poderosos rayos a mi versiĆ³n adulta. Quien se defendiĆ³ fĆ”cilmente creando un escudo de voluntad. Jon no parĆ³, poco a poco incrementĆ³ la potencia de su mirada y con paso firme fue avanzando, haciendo retroceder a su rival. Estoy seguro de que Jon estaba a punto de romper su defensa, por eso el clon creĆ³ varias espadas y las dirigiĆ³ todas hacia mĆ­, yo esquivĆ© a la mayorĆ­a, pero eran demasiadas, una de ellas iba a atravesar mi pecho. Jon se interpuso y el arma lo atravesĆ³ en un costado.

    —¡Ups!, perdĆ³n, esa Ćŗltima espada verde no estaba hecha de voluntad, sino con kryptonita que materialicĆ©.

    La herida de Jon no era grave, de hecho era similar a la que Slade me habĆ­a hecho con su espada aƱos atrĆ”s. El clon tenĆ­a mis recuerdos, sabĆ­a lo mismo que yo sĆ©. A propĆ³sito atravesĆ³ a Jon de esa manera, su intenciĆ³n no era herirlo de gravedad. Fue entonces cuando comprendĆ­ que Damian, no era un hombre malo, es mĆ”s, ni siquiera era un hombre. Ɖl era realmente un bebĆ©, a pesar de aparentar la edad de veinticinco, tenĆ­a solo unos meses de nacido.

   Me recordĆ³ a mĆ­ mismo, la Ćŗnica razĆ³n por la cual no asesinĆ© a Tim cuando lleguĆ© a la mansiĆ³n Wayne, fue porque Ć©l era demasiado hĆ”bil, mĆ”s no porque no quisiera hacerlo. Si lo hubiera hecho, poco me habrĆ­a importado. LleguĆ© siendo distinto, fue gracias a la bondad y gentileza de mi hermano que pude distinguir el bien del mal.

Batman, mi clon

   Desde mucho antes, la convivencia con Jason en la Liga de Asesinos me hizo diferente. Sin darme cuenta, crecĆ­ teniendo una familia que me amaba. Damian no tuvo eso, Ć©l solo fue arrojado a este mundo con una misiĆ³n y Ć³rdenes claras, para cumplirlas cometiĆ³ actos condenables. Yo creĆ­a firmemente que el hombre que estaba frente a mĆ­, merecĆ­a la oportunidad que yo tuve de cambiar.

   Damian creĆ³ grilletes de kryptonita alrededor de las muƱecas y tobillos de Jon. LevantĆ”ndolo en el aire, lo encerrĆ³ en un cubo junto con Conner, Kara y Clark. Yo tenĆ­a la firme resoluciĆ³n de salvarlo, a Ć©l, a mi clon, para hacerlo necesitaba vencerlo. Sin embargo, no contaba con nada mĆ”s que mi voluntad, no poseĆ­a ninguna arma que me permitiera enfrentarlo como iguales.

   —¿QuĆ© harĆ© contigo? —preguntĆ³ victorioso—. Se supone que eres el original, si me deshago de ti, eso me convertirĆ­a a mĆ­ en el Ćŗnico Damian Wayne.

   —¿Por quĆ© no los has matado? —preguntĆ©.

   —¿A quĆ© te refieres?

   —A todos ellos. ¿Por quĆ© siguen con vida? La fuerza de voluntad y energĆ­a requerida para mantenerlos cautivos es colosal. ¿Por quĆ© no solo los asesinas? —cuestionĆ©—. Madre no te prohibiĆ³ matar, ¿quĆ© es lo que te detiene de hacerlo?

   Justo en aquel momento, un hombre vestido de verde descendiĆ³ del cielo a toda velocidad, como si fuese un meteorito. Se detuvo en seco aterrizando entre Damian y yo. Su piel era oscura y su cabeza estaba totalmente rapada. Era John Stewart.

   —Bajo la autoridad de los Guardianes y Oa, quedas arrestado, entrega el anillo y no opongas resistencia —dijo el otro Linterna Verde, quien ante la presencia del anillo en los genitales de Damian, frunciĆ³ el ceƱo con disgusto.

   —John Stewart, ¿cierto? —preguntĆ³ mi clon.

   —Pertenezco al cuerpo de Linternas Verdes. Junto a Hal patrullo este sector del universo. RĆ­ndete, no quiero hacerte daƱo.

   —Aunque quisieras, no podrĆ­as —respondiĆ³ Damian echando su pelvis al frente, sacudiendo con una mano su miembro erecto, mientras su par de colgantes bolas en su largo escroto se mecĆ­an como el badajo de una campana— ¿Quieres esto?, ¿eh? ¿Esto es lo que quieres?—. Enseguida volviĆ³ a cubrirse con el traje esmeralda de Batman.

John Stewart
    Tras una intensa pelea que durĆ³ una hora, John Stewart fue a dar a donde yo estaba, cayĆ³ disparado desde el cielo, creĆ³ un enorme crĆ”ter, apenas y podĆ­a moverse.

   —¡No es posible! Su voluntad es mĆ”s fuerte que la mĆ­a. Mantiene todas esas construcciones que aprisionan a todos los hĆ©roes, y aun asĆ­ tiene la fuerza suficiente para vencerme —comentĆ³ jadeante el Linterna Verde.

   —Mi voluntad es vivir libremente. Que ni mi cuerpo, ni mi mente sean cautivos, yo quiero ser el dueƱo de mi destino, y quien se oponga a mĆ­, pagarĆ” las consecuencias —afirmĆ³ DamiĆ”n cerrando el puƱo.

   —Entonces eso es, tu voluntad tiene su origen en un poderoso anhelo —dijo el hombre de piel oscura.

   —¿Me prestarĆ­as tu anillo? —pedĆ­ a John Stewart.

   —¿QuĆ© cosa? ¡Claro que no! Yo...

   En ese instante, su anillo comenzĆ³ a titilar.

   —Ɖl quiere ir contigo, no entiendo por quĆ© —comentĆ³ John abriendo su palma. El anillo fue directo a mi dedo medio.

   —TĆŗ tampoco podrĆ”s vencerme —asegurĆ³ mi clon—. Cuando acabe contigo, no solo tendrĆ© dos anillos, tambiĆ©n serĆ© el Ćŗnico Damian Wayne sobre esta tierra.

   Me envolvĆ­ dentro de una esfera de voluntad y dediquĆ© diez minutos para enfocarme en meditar, apliquĆ© las enseƱanzas de mi abuelo. Mi objetivo en esta ocasiĆ³n, no era fortalecer alguna parte de mi cuerpo, velocidad o resistencia, yo simplemente querĆ­a vigorizar mi espĆ­ritu. Durante ese tiempo, Ć©l intentĆ³ quebrar la energĆ­a que me envolvĆ­a, no lo consiguiĆ³. Cuando me sentĆ­ listo, materialicĆ© una espada y me lancĆ© a la batalla.

Robin
   Sin duda alguna, Ć©l era mejor combatiente que yo, sin embargo, notĆ© que mi voluntad era mĆ”s fuerte que la suya. Sus ataques no penetraban el aura que creĆ© para protegerme, en cambio mi espada atravesaba como cuchillo caliente sobre mantequilla, todas sus materializaciones, armas y hasta el traje de Batman que Ć©l vestĆ­a. No importaba que Ć©l fuera superior, simplemente no podĆ­a hacerme daƱo, y yo a Ć©l, sĆ­. 

    Pasados veinte minutos, mi oponente era incapaz de mantener su traje, quedĆ³ desnudo frente a mĆ­. EnvolviĆ³ su cuerpo y genitales con la poca energĆ­a de voluntad restante, se encontraba agotado. Yo le propinĆ© una fuerte patada en las bolas que lo hizo gruƱir y agacharse, aprovechĆ© su vulnerabilidad para materializar guantes de boxeo y golpearlo en el mentĆ³n con dos ganchos y un upper que lo hicieron retroceder desprotegido. Nuevamente estrellĆ© mi bota de Robin, cubierta por mi voluntad contra sus bolas. El impacto lo hizo gritar y caer de rodillas, lo pateĆ© en el rostro con mi planta para dejarlo tendido bocarriba.


   Una a una, las construcciones, cubos, cadenas y prisiones creadas fueron desapareciendo y los hĆ©roes quedaron libres. ElevĆ© mi pie en repetidas ocasiones para machacar sus testĆ­culos a pisotones. Su voluntad protegĆ­a su hombrĆ­a, hasta que de pronto, esta se quebrĆ³ como si hubiera sido de cristal. La energĆ­a alrededor de sus genitales estallĆ³ en mil pedazos y mi talĆ³n aplastĆ³ de lleno sus genitales. El hombre gritĆ³ y elevĆ³ su torso, rodeĆ³ mi tobillo con sus manos para intentar retirarlo de sus partes viriles.

  Yo me arrodillĆ©, con mi mano alcancĆ© su hombrĆ­a, a estas alturas, Ć©l no poseĆ­a la fuerza para oponerse. Las yemas de mis dedos entraron en contacto con la suave piel peluda de su escroto. Me alegrĆ³ notar que no he acabado de desarrollarme y que mis dotes de macho crecerĆ­an para ser de un tamaƱo considerable. AcrecentĆ© la presiĆ³n ejercida en sus bolas, mientras lo miraba a los ojos y Ć©l a mĆ­. ApretĆ© de tal manera que la piel en sus organos se tornĆ³ brillante y venas rojas aparecieron, mi clon comenzĆ³ a gritar con desesperaciĆ³n, sus hermosos ojos claros me miraban suplicantes, yo me encontraba protegido por el poder del anillo y mi voluntad, Ć©l en cambio, estaba indefenso.


   —¿Es tanta tu voluntad de destruirme? —preguntĆ³ a gritos.

  —No, te equivocas, lo que es fuerte, es mi voluntad de salvarte, Damian —respondĆ­ al tiempo que retiraba el anillo de sus genitales. Hecho esto, con gentileza los acariciĆ© para aliviar el dolor que yo mismo habĆ­a causado. Al escuchar aquellas palabras, sus ojos se humedecieron y rompiĆ³ en llanto, les aseguro que no era por el terrible dolor en su zona viril.

    PermaneciĆ³ llorando, mientras yo sobaba sus enrojecidos testĆ­culos. Haber derrotado a un ejemplar masculino, alto, fuerte y poderoso, y saber que Ć©l era una versiĆ³n superior de mĆ­ mismo, exaltĆ³ mi autoconfianza y masculinidad, me sentĆ­a envalentonado, como un macho alfa. Sin ningĆŗn deseo sexual, mi pene se levantĆ³, el uniforme de Robin y la postura en la que me encontraba, me permitieron ocultarlo.

   Note que Bart estaba arrodillado muy cerca de nosotros, su cuerpo se debatĆ­an entre abrazar y consolar a Damian o permanecer inerte mirando. Ocultando mi erecciĆ³n me puse en pie y mirĆ© a mi familia. Sigilosa, como solo ella es, Madre se aproximĆ³ hacia mi clon, sacĆ³ una espada y procediĆ³ a cortar de tajo su cabeza.

Madre
    Nadie la detuvo, yo no alcancĆ© a reaccionar, Bart sĆ­, pero Wally y Barry lo detuvieron para que no interviniera. Jon tambiĆ©n se dio cuenta, pero Superman y Conner lo sujetaron para que no detuviera a mi madre. Mis hermanos quisieron lanzar algĆŗn batarang, bastĆ³n, e incluso Jason sacĆ³ su arma para disparar a Talia, el resto de “hĆ©roes” lo impidiĆ³.

   Ninguno de los presentes moviĆ³ un solo dedo para evitarlo, al contrario, ellos querĆ­an que sucediera. Todos eran unos hipĆ³critas, se hacĆ­an llamar hĆ©roes. No asesinan, pero si permiten que alguien mĆ”s lo haga. Una versiĆ³n adulta de mĆ­ logrĆ³ poner de rodillas a la Liga de la Justicia, y eso, no lo pudieron perdonar.

   Una energĆ­a verde envolviĆ³ el cuerpo de mi versiĆ³n adulta, salvandole la vida. En el aire, por encima de todos nosotros se encontraban flotando dos alienĆ­genas con trajes verdes y anillos, uno era corpulento, el otro muy delgado. Eran Linternas

   —Bajo la autoridad de los Guardianes, este individuo queda arrestado. PasarĆ” diez aƱos en prisiĆ³n. Al tĆ©rmino de su condena serĆ” entrenado para formar parte del Cuerpo de Linternas —dijo el alienĆ­gena esbelto.

   —¿QuĆ©? Pero si es un villano, un psicĆ³pata —expresĆ³ Hal con molestia.

   —Los Guardianes estĆ”n al tanto de todo. Fue tu error Hal, si Ć©l quebrĆ³ tu voluntad, si te engaĆ±Ć³, es porque tĆŗ asĆ­ lo permitiste —respondiĆ³ el alienĆ­gena corpulento.

   —Su voluntad es de las mĆ”s fuertes en todo el universo, no aprovecharla es un desperdicio —afirmĆ³ el otro Linterna—. Chico, devuelve esos anillos, si no quieres problemas— dijo dirigiĆ©ndose hacia mĆ­. Yo lancĆ© cada anillo a su correspondiente dueƱo.

   —No estoy de acuerdo con la decisiĆ³n de la CorporaciĆ³n de Linternas, sin embargo, no me opondrĆ© —dijo Superman elevĆ”ndose para quedar a la altura de estos alienĆ­genas; amenazante encendiĆ³ sus ojos—. Si no quieren tener un conflicto conmigo, mĆ”s les vale asignarlo a un sector del universo apartado y muy alejado, donde yo jamĆ”s me tope con Ć©l.

   —Me queda claro —respondiĆ³ uno de los Linternas.


   —¿SerĆ© un Linterna, recorrerĆ© libremente el universo, patrullarĆ© un sector y podrĆ© ser un hĆ©roe? —preguntĆ³ con un susurro mi clon.

   —DespuĆ©s de cumplir tu condena y pasar por un riguroso entrenamiento —respondiĆ³ uno de los Linterna.

    Damian me mirĆ³ con vehemencia, sonriendo me susurrĆ³ un “gracias”.

   —Lamento mucho lo que les hice, no es excusa o justificaciĆ³n, pero, yo no era consciente de lo que hacĆ­a, simplemente me dejaba llevar por mis instintos primitivos —dijo a Hal y Superman, al tiempo que se arrodillaba frente a ellos—. Desde el fondo de mi ser, les pido perdĆ³n.

   Desconozco quĆ© fue lo que les hizo, pero su disculpa no tuvo efecto en ambos hombres, ninguno le otorgĆ³ el perdĆ³n. Mientras los alienĆ­genas lo elevaban en una esfera de voluntad para llevĆ”rselo, Ć©l gritĆ³ con una sonrisa:
 
   —Eres un hĆ©roe, Damian. AlgĆŗn dĆ­a tambiĆ©n yo lo serĆ©.

   —¿Lo ves, padre? el chico que me gusta es un hĆ©roe —comentĆ³ Jon, a continuaciĆ³n me mirĆ³ fijamente a los ojos y me dijo—: Damian, yo te amo.


   Me aproximĆ© hacia Ć©l, lo tomĆ© entre mis brazos, y frente a todos los presentes, lo besĆ©. Por primera vez, nuestros labios se encontraron, Ć©l me correspondiĆ³, aquello era algo que querĆ­a hacer desde hacĆ­a muchos meses. 


   El gusto durĆ³ poco, su padre intervino, me separĆ³ agresivamente de Ć©l y me arrojĆ³ varios metros, enseguida, se lo llevĆ³ volando a gran velocidad, muy lejos de mĆ­. 


Nota: los siguientes capĆ­tulos, se enfocarĆ”n por completo en la relaciĆ³n de DamiĆ”n y Jon.


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