A LA CAZA DE LA VAMPIRA, Parte 4.
CONTIENE BALLBUSTING F/M Y CUNTBUSTING F/F.
Tiene relación con el relato EL ATAQUE DE LA VAMPIRA parte 4, La ClĆnica para Adictos, parte 2
En la TERCERA PARTE, la capitana Gertrudis Ferrer y las detectives Soler y Taylor, arriban a la guarida de CHO-FER. Es un antiguo fuerte espaƱol, allĆ quedan atrapadas por un derrumbe y deben recorrer el lugar en busca de una salida. Por su parte La Vampira asesina al detective Camargo, quien trabajaba como espĆa para la mafia.
La capitana Ferrer y sus detectives avanzaban por los estrechos tĆŗneles del Fuerte rumbo al segundo sub nivel, sabĆan que los ocasionales tiroteos las guiaban allĆ, necesitaban capturar a algĆŗn criminal para que les orientara en busca de una salida viable.
Los tiroteos con los enviados por la Vampira continuaron y finalmente las policĆas se quedaron sin balas, era lo que esperaba la Vampira. Las ordenes eran capturarlas vivas y para eso utilizarĆa a los 5 secuaces.
Les ordenó dejar sus armas de fuego, asĆ las mujeres āque sabĆan combateā no podrĆan apoderarse del arma de alguno de ellos. Los hombres no protestaron ante la orden de su jefa, despuĆ©s de todo ellos eran varones y en su mente de machos se consideraban superiores a las policĆas, sin mencionar que las superaban en nĆŗmero.
Antes de partir, la asesina les entregarĆa algunas herramientasā¦Abrió el candado de un enorme baĆŗl ubicado junto a la pared, de allĆ extrajo 5 elementosā¦
ā¦Eran unos bastones elĆ©ctricos!, perfectas para neutralizar a un oponente con el menor esfuerzo, sólo bastaba un toque para dejar al rival descoordinado y vulnerable a algĆŗn remate.
āNo necesitamos de los bastones, podemos con ellas a puƱo limpio, jefaāQuien lideraba el grupo vio conveniente mostrar algo de orgullo masculino.
āNo se preocupe, serĆ” fĆ”cilāOpinó otro secuaz.
La Vampira no confiaba mucho en su grupo, pero eran la primera oleada para capturar a las policĆas.
āSĆ, si, como digan, solo pónganlas a dormir rĆ”pido y trĆ”iganmelas.
Y mientras las 3 policĆas caminaban por un estrecho pasillo, aparecieron de la nada los 5 hombres armados con bastones. Las mujeres se pusieron en guardia de combate.
Yolanda fue la primera en notar las armas.
āTienen bastones elĆ©ctricos, alerta todas!
Prudentemente se mantuvieron alejadas. A continuación las policĆas analizaron a sus oponentes, con simples miradas establecĆan entre ellas a que rival enfrentarĆan.
Gertrudis se centró en el mĆ”s grande, un hombre de color cuya piel relucĆa al activarse la luz intermitente del bastón elĆ©ctrico.
āEste es mĆo, tengo experiencia enfrentando a enormes hombres negros.
Las mujeres atacaron!
Gertrudis corrió contra el hombre de color, quien al verla venir levantó el bastón, listo a dar un impacto fĆsico y elĆ©ctrico.
āVen mujer descarriada, que te mostrarĆ© lo que hace un varón!. ConocerĆ”s lo que tenemos entre las piernas!āEl negro se referĆa a ella por ser la lĆder de ese trio de mujeres que habĆan neutralizado a sus compaƱeros afuera y en la entrada del Fuerte, para Ć©l ya era hora de ponerlas en su sitio.
El prepotente machista no hizo gracia a la policĆa. Aunque en el fondo Gertrudis si sintió algo cercano al disfrute, siempre le gustaron los retos y un oponente enorme y fuerte le daba lo que buscaba.
Ante el ataque del criminal, Gertrudis se agachó esquivando el bastón, con el negro sin guardia en sus partes bajas, la capitana movió la pierna con fuerza, su pie ascendió entre las piernas del macho.
āAArggghh!!āRugió el negro cuando sus colgantes bolas se estrellaron contra su hueso pĆŗbico.
El varón dejó caer el bastón y se agarró sus voluminosos genitales mientras arrugaba la cara.
La capitana sintió que pateó cosas grandes, el negro era digno de su raza al tener una polla y bolas de buen tamaƱo, pero no le darĆa el gusto de mencionar aquello.
āAhora no te vanaglorias de lo que tienes entre las piernas, verdad?, asĆ que esto es lo que puede hacer un varón, JA!āSe desquitó con creces Gertrudis, ante el enorme macho que estaba inmóvil sosteniendo sus dolidas Ć”reas.
La capitana se excitó levemente ante el ataque bajo a su rival y la expresión de dolor de Ć©ste, pero hasta ahĆ llegó el asunto, Estaban en peligro de muerte asĆ que no era el momento de esos sentimientoā¦A diferencia de la sĆ”dica Vampira, la capitana sabĆa controlar sus impulsos.
āQue idiotaā¦āExpresaba la Vampira, quiĆ©n por los monitores observaba la peleaāPara que bajas la guardia, imbĆ©cil!ā
Gertrudis le remató con un rodillazo en la cabeza, y cuando el moreno cayó de espaldas al piso, le pisó el abdomen con fuerza, casi subiéndose en él.
El negro quedó encorvado como un gusano y la capitana le aplicó un choque elĆ©ctrico con su propio bastón, dejĆ”ndose sin sentidoā¦Ahora Gertrudis estaba armada.
La capitana volteó para ver cómo iba el combate para sus subalternasā¦Lo primero que llamó su atención fue un grito masculino, aunque con un tono agudo.
āAAAHHH!!!!!āGritaba con fuerza un barbudo hombre despuĆ©s de que AngĆ©lica le pateara con fuerza los testĆculos, la boca del varón quedó abierta a su mĆ”xima expresión, mientras el cuerpo quedaba casi petrificadoā¦sus ojos quedaron en blanco y cayó al piso
Con las manos en las caderas, Angélica se mostró orgullosa de su hazaña.
Por detrĆ”s de la detective un hombre venĆa a atacarla, Gertrudis le vio venir iba a ayudar a su subalterna por tamaƱo descuido, pero notó que el sujeto no traĆa bastón, por eso no la previno.
Y es que AngĆ©lica ya momentos antes habĆa desarmado a Ć©ste atacante y ahora el sujeto venĆa por la revancha. ..
ā¦El hombre la sujetó por detrĆ”s, cerrando sus brazos contra el delgado abdomen de la mujer, con una fuerza colosal parecĆa querer partirla por la mitad.
La detective contuvo el aliento y aplicando algo de fuerza, pudo ladear un poco su cuerpoā¦el brazo izquierdo de AngĆ©lica pudo maniobra hacia atrĆ”s y llegó a la entrepierna enemigaā¦
ā¦La mano se cerró y todo el volumen escrotal del hombre sufrió.
āAAiiii!!!! āChilló el macho.
āLe apretó las bolas, que idiota! JajajaāSe burlaba la Vampira centrĆ”ndose en la cara de dolor de su subalterno.
El adolorido varón trataba de soportar el castigo, estaba debilitado, pero su orgullo de macho le instó a no rendirse; La detective sintió como las fuerzas del macho se reforzaban en su agarreā¦El tipo se resistĆa y eso alegraba a la mujer.
Angélica centró su apretón testicular en la hueva izquierda del macho, la mÔs grande, con los dedos la exprimió como si se tratase de un jugoso limón.
āYYYAAAAA!!!!!!!āFue el alarido del sujeto que sentĆa como si con la exprimida tirasen de su preciado huevo y de un nervio de la pelvis.
Las manos del sujeto ya no hacĆan presión, asĆ que AngĆ©lica finalmente le soltó la hueva y se zafó del atacante.
El hombre estaba doblado y a merced de la detective, cuando apareció Gertrudis por detrĆ”s y activaba el bastón elĆ©ctrico contra la nuca del sujeto, este desvió los ojos hacia arriba y pronto los ojos se pudieron en blancoā¦
ā¦Cayó de rodillas y acto seguido estaba en el piso sin sentido.
āJefa!āReclamó AngĆ©licaāEse era mĆo.
āDeja de reclamar, esto no es un juego...AdemĆ”s estaba acabado desde hace rato.
Las mujeres voltearon y encontraron a Yolanda retrocediendo ante dos hombres que buscaban darle choques elƩctricos con sus bastones.
La astuta detective esquivó un par de ataques con el bastón, se acercó a uno de los sujetos y le enterró un fuerte rodillazo en la entrepierna.
Taylor sonrió al ver los ojos cruzados del hombre, estaba mÔs que acabado.
Le remató con un golpe de karate en su cuello y el sujeto se fue al piso.
Yolanda se agachó esquivando un ataque desde atrĆ”s por parte del otro agresorā¦lanzó la pierna dĆ”ndole un talonazo en la rodilla al sujetoā¦Este se quejó, soltó el bastón, āRĆ”pidamente atrapado por la detectiveā, Yolanda maniobró el arma e impactó la cara y manzana de adĆ”n del villano.
El hombre escupió algo de sangre y cayó al piso tras un Ćŗltimo impacto con el bastón en la zona de la oreja. Ćste sujeto estaba sin sentido.
Yolanda vio como el dolido de las bolas se arrastraba queriendo alejarse de su vencedoraā¦La detective Taylor activó el bastón y con naturalidad le dio una descarga en un glĆŗteo. El sujeto apretó los dientes y quedó desmayado.
Y la victoria era de las mujeres!, los 5 hombres yacĆan en el suelo sin sentido.
āPerdieron, que sorpresa āExpresó la asesina, que se incorporó de su asiento y tomó un fusil de asalto...Al parecer su turno habĆa llegado.
En las pantallas veĆa como las mujeres se armaban con los bastones y se aprestaban a despertar a alguno de los 5 hombresā¦Esperaban que les dieran la información para salir o el código de los explosivos.
āQue montón de inĆŗtiles, con armas elĆ©ctricas y superĆ”ndolas en nĆŗmero, y prĆ”cticamente barrieron el piso con ellosā¦
Pero la asesina se saboreaba los labios⦠Pasó lo que ella querĆa desde el principio, un enfrentamiento fĆsico contra las 3 policĆas.
āAl fin nos veremos frente a frente puercas (policĆas), me pagarĆ”n por lo que hicieron a mis escondites, y lo mejor es que lo gozarĆ©ā¦
āA alguna le gustan los huevos fritos?āExpresó AngĆ©lica, quien activaba un bastón y apuntaba a distancia a la entrepierna de un desmayado hombreāLes aseguro que con el voltaje adecuado en las pelotas, nos dirĆ”n lo que queramos.
Como no estaban tan lejos de su ubicación, la oriental salió al pasillo y les gritó:
āELLOS NO SABEN EL CĆDIGO DE LOS EXPLOSIVOS, YO SĆā¦āGracias a las cĆ”maras habĆa visto cuando las policĆas se toparon con la salida bloqueada por explosivosāā¦Y QUE NO VINIERON A CAPTURARME?, VENGAN POR MI, PUERCAS!
Las mujeres aceptaron lo dicho por la asesina y fueron en su dirección.
Pronto se hallaron en una habitación sin puerta, era amplia y en el fondo, delante de un escritorio estaba la Vampira, la mujer cargaba un fusil de asalto.
Las mujeres observaron el lugar, ademĆ”s del escritorio, estaba un sillón y pantallas colocadas en una pared, donde se veĆa las imagenes de las secretas cĆ”maras de vigilancia.
āVaya, a quien tenemos aquĆ?ā¦al trio de puercas que allanó mis guaridas.
āGuaridas?, mejor diles ratoneras, porque allĆ se escondĆa una rata como tĆŗ!āReplicó AngĆ©lica.
āRatonera mi casa del centro?, era muy lujosa, esa sĆ me dolió, lo admito.
āDe acuerdo, caĆmos en tu trampa, malnacidaāExpresó Yolanda.
āCompletamente, Taylorā¦Ya deben saber que no habrĆ” rescate, hay un bloqueador activado que evita cualquier comunicación al exterior; Con el escĆ”ndalo del coronel Ocampo estĆ”bamos seguros que no vendrĆan con refuerzos, como les dicen? Los Ćngeles de Charlie? Parece que los Ćngeles estĆ”n en problemas.
āCĆ”llate puta!āReaccionó AngĆ©lica.
āPues es su culpa por ser tan engreĆdas, apenas llevan una semana en esto y se creyeron que podrĆan acabar con la mafia ustedes solas.
Mientras discutĆan, Gertrudis observó todo el lugar, no habĆa nadie mĆ”s. Interrogó la capitana:
āY CHO-FER?
La Vampira sonrió:
āĆl no estĆ” aquĆ, queridaā¦El seƱor CHO-FER no se expondrĆa asĆ nada mĆ”sāLa oriental seƱaló hacia lo alto de una esquina, donde se veĆa un tenue punto rojo, era una cĆ”mara ocultaāĆl nos observa a salvo desde su cuartel secreto.
āEs un cobarde!āReplicó Yolanda.
āDecir eso de Ć©l te puede costar la vida querida, yo que tĆŗ mejor me mantenĆa callada.
Las miradas entre las 3 policĆas y la asesina casi parecĆan hablarse, todo era tensión.
La Vampira disfrutaba el momento.
āGertrudis, Yolanda y AngĆ©lica, las 3 policĆas que quieren atraparme o matarme, esa es la orden, no?...SĆ© mucho de ustedes, su desempeƱo como oficiales y esas cosasā¦Pero tambiĆ©n donde viven, sus parejas, sus amigosā¦SĆ© mucho.
āYo tambiĆ©n se de ti, Linh Mei NamāGertrudis estaba muy seria.
āEh?āPor un momento la asesina se mostró sorprendida, pero luego comenzó a reĆrāJajajajajaja, vaya sorpresaā¦HacĆa tanto tiempo que no me llamaban asĆ.
Con sarcasmo la capitana expresó:
āQue acaso Linh no significa EspĆritu amable? Pues sin duda le haces mucho honor a tu nombre.
De pronto la Vampira arrojó algo a los pies de la capitana, la oficial recogió lo que parecĆa una identificación, al verla quedó impactadaā¦lo que alegró a la asesina.
āMaldita!āGertrudis expuso una mirada de odio...
ā¦En sus manos tenĆa el documento de identidad de Ricardo Castro, conocĆa ese nombre, detalló la foto, se trataba del informante Juvenal.
De inmediato dedujo que el joven era inocente, le obligaron a mentir para ponerles la trampa. De seguro el pobre chico estarĆa muerto, Gertrudis se sintió responsable, ella alentó su labor como informante y las cosas terminaban trĆ”gicamente para Ć©l.
Enojada, la policĆa quiso avanzar contra la asesina, pero Ć©sta la previno.
āCalma capitanaā¦No se enoje asĆāLa Vampira apuntó con el fusil a Gertrudis y la policĆa debió retrocederāFusil le gana bastones, asĆ que para atrĆ”s!
āY ahora quĆ©?āExpresó la capitana, que pareció dominarse.
āPrimero lo primero, dejen los bastonesā¦TĆŗ, la culona!āSe refirió a YolandaāToma todos y colócalos en ese baĆŗl, y cierra el candado por favor.
Yolanda sólo pudo obedecer. Al abrir el baĆŗl vio una pistola, la tomó, pero de inmediato la soltóā¦estaba descargada. Cerró el candado y regresó con sus compaƱeras.
La Vampira estuvo atenta a sus expresiones y supo que habĆa sostenido el arma.
āQue tentación, no? Apuesto que querĆas usarla conmigo; Pero no tiene balas, su dueƱo ya no la necesita mĆ”sā¦Por cierto ustedes parece que lo conocenā¦EstĆ” aquĆ tras el escritorio.
Las policĆas miraron el escritorio y se notaban manchas de sangre que emergĆa por debajo, detrĆ”s debĆa encontrarse un cadĆ”ver.
āEs su colega el detective Camargo, me temo que no fue un honesto agente del orden, dejĆ”ndose corromper por dinero sucioā¦No, no, no, no, que se puede esperar de los policĆas en estos tiempos.
āY entonces?, nos matarĆ”s?āReplicó la capitana.
La Vampira se quedó mirÔndolas a los ojos, y disparó al techo de roca, quedó sin balas y enseguida desarmó con habilidad el arma, para lanzó lejos las partes.
Las policĆas entendieron que querĆa una pelea cuerpo a cuerpo, no era extraƱo, La Vampira tenĆa fama de liquidar a sus vĆctimas a mano limpia, pocas veces usaba disparos.
Ahora cada una de las policĆas era consciente que esta era su Ćŗnica oportunidad de salir con vida de allĆ.
La capitana Ferrer sacó de su bolsillo unos puƱos de acero, artĆculo tambiĆ©n conocido como manopla.
āYo pelearĆ© primero!āFue la orden de la capitana a sus detectives.
Y no hubo mĆ”s charlaā¦
Gertrudis se fue contra la Vampira, lanzando puños de acero contra ésta, la cual los enfrentaba a sus uñas de extrema dureza, el intercambio de golpes generó algunas ocasionales chispas.
El dĆŗo intercambiaba golpes con rapidez y estrategia, casi analizando la forma de combate de su rivalā¦Por unos momentos ninguna acertaba un ataque pleno en su oponente.
Hasta que por fin las carnes sintieron los impactos!
La Vampira retrocedió evitando los golpes y contraatacó con una patada al rostro, enseguida un ataque de garra al abdomen de Gertrudis quien alcanzó a poner la manopla salvado sus entrañas.
La capitana contraatacó y acertó un veloz puƱo en la mandĆbula de la asesina, el duro impacto le volteó la cara. Las detectives celebraron el impacto de su capitana, podrĆa ser la ventaja para la victoria.
La oriental se quejó del golpazo, retrocedió hasta quedar contra un muro, Gertrudis se dispuso a rematarla propinando veloces impactos que la oriental esquivó, el grueso muro soltó pedazos de piedra ante los golpes del hierro que fallaron su blanco.
Nuevamente pudo acertarle uno y dos puƱos de acero en los costados.
āGaahh!!āLa Vampira protegĆa sus dolidas zonas, al tiempo que tambaleante retrocedĆa mĆ”s.
ParecĆa el fin de la asesina, pero Ć©sta pateó la rodilla de Gertrudis, quiĆ©n habĆa descuidado sus piernas, la capitana cerró los ojos un instante por el dolor y al abrirlos ya no vio a su enemiga.
La Vampira estaba a un lado suyo, las detectives alertaron a Gertrudis quiƩn hizo espacio con respecto a la peligrosa mujer.
La oriental retrocedió un poco mĆ”s, pero finalmente tomó energĆas y atacó con una patada a la cara de Gertrudis sacĆ”ndole mĆ”s que saliva. La propia asesina escupió sangre a la vez que sonreĆa, decidió rematar a la capitana con una patada al rostro y cuando quedó de espaldas le dio un ataque de garra.
āAAHHH!!āSe quejó Gertrudis cuando su blusa era hecha jirones y 4 marcas de uƱas le lesionaban la espalda. Para su fortuna no fueron heridas profundas.
Yolanda y AngƩlica decidieron intervenir!
LanzÔndose sobre la oriental, las detectives tomaron a la criminal por sorpresa. Las 3 rodaron por el suelo, Angélica quedó encima y comenzó a darle puños a la asesina como si se tratase de un saco de boxeo. Yolanda derribada junto a la oriental, la alcanzaba a inmovilizar, evitando que se incorporara.
āAAiii!!āSe quejó Yolanda cuando las garras de la Vampira le hirieron en antebrazoā¦Enseguida un puƱo cerrado al esternón la hizo retorcerse.
Con mĆ”s libertad, la Vampira movió un brazo y propinó un golpe de codo en el rostro de AngĆ©lica, asĆ detuvo su ataqueā¦
āAAhh!!!āSeguidamente un golpe de garra al hombro, hirió a AngĆ©lica⦠QuiĆ©n rodó por el suelo alejĆ”ndose de su agresora.
Ya en pie las 3, hicieron una pausa observando sus expresionesā¦mientras las detectives mostraban respiración agitada y dolor, la oriental jadeaba del placer.
Entonces la asesina se movió con real velocidad y rasguñó la cadera de AngĆ©lica sin poder Ć©sta defenderse a tiempo, esa mujer era velozā¦
ā¦Lo mismo sucedió a Taylor, la Vampira pateó a Yolanda en el estómago, las dos detectives retrocedĆan y la asesina avanzaba sonriente y calienteā¦
ā¦Pero de repente tras las mujeres se elevaba Gertrudis en un salto de casi dos metros, las detectives sirvieron para ocultar a su capitana y Ć©sta parecĆa dar un salto de trampolĆn por encima de sus detectivesā¦
ā¦La Vampira la miró con sorpresa y admiraciónā¦Gertrudis se venĆa con todo contra ella!; La asesina sólo tuvo tiempo de cruzar los brazos protegiĆ©ndose como pudo de un doble ataque de manoplas por parte de la capitana.
Las uñas de la Vampira la protegieron del metal, aunque alguna uña se rompió y el impulso del doble puño la estrelló contra un muro, dÔndose un fuerte golpe en la cabeza.
La asesina quedó cabizbaja, mientras Gertrudis se disponĆa a atacar!
La Vampira lanzó una patada a la mano quitĆ”ndole una manopla a la capitana, un ataque de garra no encontró su objetivo, pues la policĆa se alejó. Pero en un movimiento fugaz, la asesina llegó hasta donde ella y con el puƱo cerrado le daba en la narizā¦La capitana se fue hacia atrĆ”s, siendo recibida por sus detectives, asĆ las 3 aunaban fuerzas para seguir en pie.
Los costados impactados previamente dolĆan mucho a la Vampira, quien ahora comenzaba a sentir los dolores en su cuerpo, debió retroceder aunque no dejaba de sonreĆr, la excitación de la pelea enmascaraba los traumas sufridos.
āVaya, vaya, son 3 contra una y aun asĆ no pueden conmigoāLa sangre goteaba de la boca de la asesinaā¦
ā¦Ya no se veĆa tan apta para el combate, pero no era diferente con las policĆas, sangraban y lucĆan sudadas y cansadas, las heridas en sus cuerpos las mermaban bastante.
āPero que mal se ven las 3, jejeje...
AngĆ©lica responderĆa a sus burlas:
āY porque no te miras en un espejo, maldita demente!āEra demasiado obvio la calentura de la enemiga, ya sabĆan por su perfil psiquiĆ”trico que ella podĆa ser sĆ”dica y/o ninfómana .
āEstoy bien, no soy una mediocre policĆa con un limitado entrenamientoā¦
āTan limitado que escupes sangre, te acabarĆ© pronto, maldita!
āNo he peleado con todo, querida Soler⦠Me he contenido usando las uƱas, sólo porque CHO-FER las quiere vivas, de lo contrario alguna de ustedes ya estarĆa vuelta picadillo.
āTe harĆ© pedazos maldita asesina!
āJamĆ”s podrĆ”s, de las 3 tĆŗ eres la mĆ”s mediocre, donde te entrenaron? En un circo? āLa asesina comenzó a carcajear.
Angélica se enfureció y corrió contra la asesina.
āEsperaaaa!!āFue el llamado de Yolanda a que fuese precavida, pero su compaƱera se dejó llevar por el enojo y la adrenalina.
La Vampira le esquivó su ataque de puño y contraatacó con un golpe de dos dedos en la frente, las duras uñas la pararon en seco. Enseguida la oriental se fijó en los pantalones de Angélica.
Entonces lanzó una fuerte patada de derecha contra la entrepierna femenina.
La vulva de Angélica recibió pleno la punta del zapato de la Vampira.
āAAAahhh!!!āLa detective arrugó el rostro y se cubrió la vaginaā¦
⦠Por un instante AngĆ©lica recordó la agresión genital que sufrió hace unos aƱos y que la envió al hospital. (Relato SALVEMOS A VERĆNICA).
La Vampira retrocedió por prudencia ante el avance de las compañeras, quienes sostuvieron a una doblada y dolida Angélica. Ahora las 4 se hallaban en el centro de la habitación y al parecer listas para el último round del combate.
De repente algo sucedió que dejó impactada a la Vampiraā¦
Un hombre en chaqueta y sin pantalones entró a la habitación, paso junto a las 3 policĆas que quedaron atónitas, pues el sujeto que usaba calzoncillos blancos, parecĆa drogado, su mirada era perdida y avanzaba lentamente hacĆa la asesina.
La Vampira se mostró asustada comenzó a temblar y retroceder mĆ”s y mĆ”s, hasta quedar de espaldas contra el muro mĆ”s lejano. La oriental miró hacĆa la cĆ”mara de la esquina con una expresión de asombroā¦ParecĆa querer decir algo a quiĆ©n la estuviese mirando.
Desde otro lugar, observando una pantalla, una sombra contemplaba la acción, en su rostro aparecĆa una sonrisa.
āNada personal mi Vampira, pero creĆste que no me enterarĆa de tu acuerdo con Federico Monroe?
SimultƔneamente la Vampira tuvo un fugaz recuerdo:
Miraba de cerca a Federico Monroe, quién con la cara ensangrentada expresaba miedo en la mirada. La asesina se acercó mÔs y expresó:
ā Acepto tu oferta Monroeā¦Acepto ser tu aliada, pequeƱo mafioso ā
Volviendo a la actualidad, La Vampira daba por hecho que CHO-FER de alguna manera se enteró del trato que hizo con Monroe.
El sujeto en calzoncillos estaba a menos de dos metros de la mujer, quién estaba inmóvil.
Gertrudis notó la mirada de resignación en la Vampira, sus ojos expresaban tristeza.
āEntoncesā¦Ya no le soy Ćŗtil, verdad?ā¦āAlcanzó a decir en voz baja la asesina, dirigiĆ©ndose a la cĆ”mara.
El sujeto se detuvo justo en frente de la oriental. Las policĆas no sabĆan cómo reaccionar.
De pronto la Vampira miró con un profundo odio al sujeto, y le propinó un puntapié en la abultada entrepierna.
āAArrrgg!!āEl sujeto abrió los ojos como platos, se agarró las bolas y encorvó su cuerpo.
āCORRAN!!āExpresó la Vampira, que comenzó a correr en dirección hacia las policĆasā¦
ā¦Gertrudis dedujo de inmediato que sucedĆa. La capitana tomó de las muƱecas a sus detectives y tiró de ellas para salir de la habitaciónā¦
ā¦Cuando alcanzaban el umbral del pasillo hubo una detonación.
KA-BOOM!
El sujeto era una Bomba humana y La Vampira le reconoció como uno de aquellos que aceptaron bien el compuesto A y pronto serĆan usados en un atentado.
CHO-FER veĆa la pantalla hasta que la imagen desapareció, reemplazĆ”ndola la estĆ”tica.
āAdiós, Vampira.
Este es el merecido ó inmerecido final para quien trabajó duro, buscando lo mejor para su jefe criminal, pero que por motivos desconocidos aceptó la oferta de Federico Monroe. (En un futuro relato se expondrÔ mÔs de aquella desconocida escena dónde la Vampira perdona la vida de Monroe).
El jefe mafioso da unas instrucciones por radio, en pocos minutos y desde una zona del tercer subnivel suben 5 mercenarios, los sujetos bien armados revisan la habitación parcialmente colapsada.
A la vista de los sujetos estĆ”n las 3 policĆas casi en la entrada de la habitación. Yacen en el suelo, llenas de polvo e inconscientes. Las revisan, parecen estar bien, solo presentan heridas superficiales.
El lĆder del grupo se comunicaba por radio con su jefe CHO-FER.
āSeƱor CHO-FER las encontramos, estĆ”n vivas las 3.
La explosión no fue potente, era un ataque para matar a una persona cercana, pero siendo una habitación cerrada el colapso del techo era probable y en parte ocurrió.
āBien, trĆ”iganmelas!...Y La Vampira?
āSeƱor, lamento decirle que quedó bajo las rocas, alcanzo a ver una mano, su cuerpo estĆ” sepultado, no hay nada que hacer, seƱorā¦Lo lamento.
āEntiendoā¦
āQue hacemos, la sacamos?
āNo!, dĆ©jenla ahĆ, serĆ” su tumba.
āSĆ seƱorāEl mercenario no se sentĆa bien al dejar el cadĆ”ver de una compaƱera en la vida delictiva, aunque en vida La Vampira siempre le pareció una demente y engreĆda, despuĆ©s de todo tenĆa la preferencia del patrón y por lo mismo no se veĆa bien que la dejasen ahĆā¦Pero ordenes eran órdenes y debĆa cumplirlas.
Gertrudis alcanzó a despertar, viendo a un mercenario a la cara. El hombre le sonrió.
āDulces sueƱos, policĆa!āEnseguida le dio un puƱo a la cara, noqueĆ”ndola.
Los mercenarios ataron de pies y manos a las policĆas y se las subieron al hombro. Otros dos fueron y hallaron a los 5 secuaces noqueadosā¦
...Con sales de reanimación les despertaron; Aun con dolor testicular los derrotados emprendieron la retirada, no sin maldecir a las inconscientes mujeres.
El lĆder del grupo habló de nuevo con su jefe:
āTodo listo seƱor, las llevamos a la mazmorra del tercer subnivel?
āNo!, hay problemas allĆ, ustedes salgan por la salida norte, estĆ” sin interferencia y tĆŗ tienes el código de los explosivosā¦Quiero que me traigan a esas 3 al refugio Alfa, enseguida.
HabĆa problemas en el tercer subnivel?, el mercenario no entendĆa que podĆa suceder, no habĆa escuchado disparos desde que subieron y el perĆmetro del Fuerte no denotaba presencia policiaca, que sucedĆa entonces allĆ?
āComo usted digaā¦Pero patrón, todo bien?, puedo enviar a dos de mis hombres a reforzar el tercer subnivel.
ā No, sigan mis órdenes...Tengo planes para esas tres.
Y asĆ las 3 policĆas fueron capturadas y ahora estarĆan a merced de CHO-FER.
FIN.
***
NOTA 1: Este es el final de la historia A LA CAZA DE LA VAMPIRA. Lo que sucederĆ” con las mal llamadas Ćngeles de Charlie se conocerĆ” en un futuro relato.
NOTA 2: Lo que sucede en el tercer subnivel de El Fuerte de Sevilla, se conocerĆ” en el relato del mes de Noviembre llamado: EN BUSCA DE VIVIANA, Parte 3.
***
A continuación una ENCUESTA para conocer el futuro del personaje de La Vampira. Como las historias de este personaje se han llevado bastante de mi tiempo, sólo la continuarĆ© si veo que el pĆŗblico lector muestra un significativo interĆ©s en que asĆ sea, por lo que considerĆ© colocar un margen de votos mĆnimo para que el resultado de la encuesta sea vĆ”lidaā¦Y el nĆŗmero de votos es de 50, (Y obviamente que gane el SI). AsĆ que de ustedes depende el futuro de esta historia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario