EL ATAQUE DE LA VAMPIRA, Parte 4.
La ClĆnica para Adictos, Parte 2 de 2.
CONTIENE BALLBUSTING F/M.
En la primera parte, La Vampira y 3 secuaces asisten a una clĆnica para adictos, la cual es dirigida por Federico Monroe. AllĆ presencian los efectos del compuesto A, el cual ademĆ”s ha sido usado para que pacientes de la clĆnica se inmolen causando el caos en la ciudad. La Vampira y Monroe tiene una conversación en dónde el psiquiatra trata de reclutar a la asesina para crear una organización criminal ellos mismos, pero la oriental rechaza la oferta y le va a asesinar por cometer errores en su trabajo. Monroe llama a 3 guardias para que le salven y el conflicto es inminente.
Ante la asesina estaba aquellos 3 guardias, no podĆa estar mĆ”s alegre la mujer, al fin tendrĆa un reto. Federico aĆŗn se sobaba las bolas, se ubicó tras los hombres.
āAcĆ”benla!
La Vampira hizo un movimiento y los 3 guardias desenfundaron sus armas, los disparos iniciaron pero no acertaron al objetivo, la astuta oriental se ubicó a menos de un metro de las armas. Los mismos guardias debĆan mover sus pistolas para no acertarle a uno de sus colegas, o terminar heridos por su propio fuego.
Los disparos entrecruzados y la falla en liquidar a la enemiga hizo que Monroe saliera de la oficina dejando la puerta cerrada, esperaba que sus hombres llegasen a matarla, pero existĆa la posibilidad y muy real de que fuesen ellos los asesinados.
Las armas quedaron vacĆas y los guardias empezaron a recargar, pero la asesina no les darĆa el tiempo.
āAAuuuu!āExclamó el primer guardia cuando el zapato de la mujer ascendĆa entre sus piernas y le impactaba en los testĆculos. Enseguida el hombre dejó caer el arma de sus manos para cubrirse los cojonesā¦
Llegaron los disparos de otro guardia que ya recargó, pero la mujer usó al adolorido de escudo, asĆ se acabó la vida del guardia mientras el corazón de la excitada mujer latĆa a 150 por hora.
La Vampira soltaba una risilla, finalmente emergió del moribundo escudo humano y se lanzó en una patada de artes marciales al rostro del que disparaba, en hombre rodó por el piso.
Una bala rozó el hombro de la oriental quien nunca dejó de ver al tercer guardia, la oriental era muy buena evitando las balas.
La asesina se agachó evitando mÔs disparos y se escuchó otro alarido:
āAAAAhhhhhh!!!!!!!!!!āEl segundo y derribado guardia gritaba cuando las terribles uƱas negras de la Vampira se hundieron en su saco escrotal.
Mientras sucedĆa la pelea, Monroe corrĆa hacĆa el Ć”rea de dormitorios, allĆ estaba Viviana Ocampo, no tardó en hacerla salir, mintiĆ©ndole sobre un ataque terrorista, la adolescente hacĆa lo que le dijese su proveedor de heroĆna.
El dĆŗo toma rumbo al Ć”rea de preparación de medicamento, allĆ en un Ć”rea refrigerada se ubicaba un portafolio especial con clave, adentro y bajo cero yacĆa el compuesto A.
El plan de Monroe es simple, tomar todo aquello que la Vampira vino a buscar y abandonar la clĆnica, una vez asegurado el sitio regresarĆa⦠o de vencer la villana, escaparĆa fuera de la ciudad... DespuĆ©s buscarĆa como montar su organización criminal o incluso pactar con CHO-FER a cambio de su vida y libertad.
Al llegar al Ôrea de medicamentos se topó con una batalla a bala. Apenas escucharon los disparos de la oficina, los 3 acompañantes de la Vampira fueron en busca del compuesto A⦠Esa era su misión desde el principio. Ahora se enfrentaban con dos guardias que se atrincheraron en el Ôrea.
Federico y Viviana no podĆan acercarse al sitio por lo que buscaron un escondite. Monroe halló una habitación, allĆ apareció una mujer desnuda quiĆ©n gritaba.
Federico fue a silenciarla, pero la mujer calló al ver a la joven Viviana, de vista la conocĆa como otra paciente de la clĆnica. Los Ć”nimos se calmaron y Monroe le contó una mentira, justificĆ”ndose como protector de Viviana y el querer ayudar a todas.
La mujer de 26 aƱos cuyo nombre es Patricia, le contó al director āsin que la adolescente escucharaā que habĆa sido narcotizada y obligada a realizar felación a uno de los guardias, Federico le prometió justicia cuando lograsen escapar y avisar a las autoridades. El psiquiatra era un completo hipócrita pues Ć©l mismo promovió el uso del compuesto A con las jóvenes de la clĆnica.
La pelea o mĆ”s bien dicho āla masacreā en la oficina de Monroe, continuaba.
El guardia con el escroto sangrante se retorcĆa, la mujer oriental se incorporó una fracción de segundo para brincar sobre la entrepierna del varón, otro alarido se escuchó cuando el tacón femenino se hundió en su testĆculo derecho. La mujer parecĆa apagar un cigarrillo.
Su colega guardia no pudo disparar sobre la mujer por temor a darle a su compaƱero...Ese fue un error mortal.
La Vampira corrió en su dirección y ante las balas modificó su rumbo ocultÔndose tras el escritorio del director.
El sujeto con la hemorragia escrotal terminó desmayĆ”ndose, su mano manchada de sangre ahora yacĆa sin que agarrar y sobar.
El sujeto apenas si pudo expresar algo, solo borbotones de sangre emergieron de su boca.
La pelea habĆa terminado y la jadeante oriental, se comenzó a tocar el clĆtoris.
āNo!ā¦aĆŗn no! hay trabajo que hacerāSuspendió su labor y respiró con calma.
Al salir de la oficina el desmayado guardia despertóā¦continuarĆa retorciĆ©ndose del dolor testicular por minutosā¦sin mencionar el sangrado que tenĆa.
La Vampira le dejó vivo?...al parecer sólo por ahora.
Monroe ve casi imposible salir de la clĆnica con el compuesto A y Viviana, asĆ que elige. Le encomienda a Patricia escapar con la adolescente mientras el distrae a los atacantes, el director quedaba como un valiente para las dos mujeres.
Uno de los secuaces de la Vampira observa por una ventana a dos personas correr rumbo al bosque⦠Una de ellas, la mĆ”s adulta, va desnuda. Sale por ellas al reconocer a Viviana, pues conocĆa bien su foto.
Se inicia una persecución en los terrenos aledaƱos a la clĆnica, el criminal no tarda en casi alcanzar en carrera a las dos mujeresā¦Patricia sabe que vienen a matarlas, pero se arma de valor y quiere proteger a la adolescente, desea hacer algo Ćŗtil con su vida marcada por las adicciones!
āCorre niƱa, corre!, yo lo retrasarĆ© busca la carretera y que un auto te lleve!
Viviana le agradeció y la desnuda mujer emprendió una carrera hacia el hombre. Este se hallaba armado pero no quiso matarla.
Cuando Patricia llegó con él, le lanzó un puño a la cara, el hombre le bloqueó fÔcilmente el brazo, pero enseguida la desnuda le pateó la entrepierna.
Patricia quiso rematarle pero el varón a pesar del dolor pudo reaccionar, estaba muy enfadado y le descargó un golpe al rostro con la pistola que llevaba en la otra mano.
Patricia quedó en el prado sin sentido.
āMe lleva el carajo!āEl varón daba graciosos brincos buscando alivio, observó a la mujer con odioāDeberĆa matarte, puta!
Mientras esto pasaba se escuchan mĆ”s disparos adentroā¦
ā¦y es que Monroe apareció por sorpresa en el Ć”rea de medicamentos con un arma automĆ”tica y logra dar de baja a uno de los lacayos de la Vampira, justo cuando Ć©ste ya salĆan con el portafolio especial.
Federico sonrĆe, al fin se apoderó del compuesto A! Acto seguido mantiene al tercer lacayo alejado, quiĆ©n trata de no ser alcanzado por aquella lluvia de balas.
āOOOUUUUU!!!! āPortafolio y arma caen de las manos de Federico, quien se agarra los genitales, por detrĆ”s apareció la Vampira, quiĆ©n le pateaba los testĆculos.
El psiquiatra se retuerce en el suelo, estĆ” vencido!
āQuĆ©date aquĆ con el portafolio, Macario āEl nombre del sujetoā, voy a divertirme un poco con este traidor.
La mujer considera que aún debe sentir placer, asà que conduce a Federico al interior del Ôrea de medicamentos y cierra la puerta. Macario sólo escucharÔ los alaridos del psiquiatra.
āSUELTAMELOOOOSSSSS!!!! āExpresa a todo pulmón Federico, sin duda le tienen de los cojones.
Macario recibe un mensaje de texto de su compañero, aquel que fue por las dos jóvenes que escapaban. Le comunica que atrapó a Viviana Ocampo.
Tras 5 minutos de alaridos, emerge la mujer, sus manos y sobre todo su boca gotean sangre, la oriental estĆ” mĆ”s que agitada, el piso bajo ella se mancha rĆ”pidamente del lĆquido vital de Monroe.
La Vampira alcanza a reĆrse un poco, pide un paƱuelo para limpiarse la sangre. Macario se queda viĆ©ndole la boca, recuerda el porquĆ© del apodo de su jefaā¦Casi siente pena por Monroe.
Cuando la oriental pareció emprender la retirada, el secuaz le preguntó:
āQue hacemos con el cuerpo de Paulo? āSe referĆa al compaƱero asesinado por Monroe.
āDĆ©jalo, solo estorbarĆa.
Macario bajó la cabeza y sin que su jefa lo notase la observó con enfadoā¦asĆ trataba a su subalternos?, y si Ć©l hubiera sido el caĆdo?, tambiĆ©n quedarĆa allĆ abandonado como basura?
El par con el portafolio salió por el lado norte del edificio, segĆŗn las previas instrucciones del otro secuaz, en aquella dirección se reunirĆan con la adolescente capturada.
Por fin se topan con el tercero y Ćŗltimo de sus objetivos. AllĆ estĆ” el secuaz con Viviana, la tiene esposada.
A unos pasos de ellos, Macario ve a una mujer desnuda, parece desmayadaā¦La reconoce, es la misma joven que le apretó los testĆculos a aquel guardia mientras le hacĆa la felación. Macario se quedó viĆ©ndola, su boca se humedeció.
Ante el cuestionamiento sobre la chica, el secuaz responde.
āEsa puta me pegó en las bolas, decidĆ no perder el tiempo matĆ”ndola, o se me hubiera escapado la mocosa Ć©sta.
āQue hacemos con ella?āEl secuaz preguntó a su jefa.
āDejen a Patricia en paz! āInterrumpió la adolescente y La Vampira avanzó hacia Viviana.
La chica enseguida sintió temor ante la presencia mÔs que intimidante de aquella dama.
āVaya vaya, Viviana Ocampo, hija del coronel Humberto Ocampo.
Viviana trataba de resistir.
āMalditos que quieren conmigo?, quienes son ustedes?, son terroristas?, dĆ©jenme yo no sĆ© nada, dejen ir a Patricia, canallas!!āLa chica era muy escandalosa y fue interrumpida cuando La Vampira le conectó un fuerte puƱo en el estómago. Los ojos de Viviana quedaron vidriosos y se cerraron, ya no molestarĆa mĆ”s.
āJusto a tiempo jefa āExpresó MacarioāYa llegan los recolectores.
Se referĆa al arribo de 3 secuaces en una camioneta, eran enviados por CHO-FER con la misión de llevar a un escondite diferente a Viviana.
Los 3 sujetos saludaron a la peligrosa mujer y bajo órdenes subieron a la inconsciente Viviana a su vehĆculo. EsperarĆan la seƱal para partir junto a La Vampira y sus acompaƱantes.
āQue hacemos ahora, jefa? āPreguntó el otro secuaz.
La Vampira mostró una leve sonrisa.
āQuemen la clĆnica!
āSi seƱora!
āY la chica desmayada?āExpresó Macario.
La oriental la miró un instante con desprecio.
āQue se queme tambiĆ©nā¦llĆ©vala cerca de la clĆnica, que la alcance las llamas.
āJefa, serĆa una pena que muriera una bella joven.
āOlvĆdalo Macario, no toques a esa joven mĆ”s que para llevarla a la hoguera.
āEntiendo jefaā¦āMacario se mostró pensativo un instanteāPor cierto, jefa, puedo irme con los recolectores?
āSĆ adelante, ambos se irĆ”n con ellos, nos reuniremos en la base. āLa oriental le dio la orden a los recolectores de partir una vez los dos subordinados volviesen de causar el incendioāLe llevarĆ© en persona a CHO-FER el compuesto A.
La Vampira tomó rumbo a la zona de estacionamientos, allĆ abordarĆa su vehĆculo.
Macario y su compaƱero cargaron a Patricia hacia la clĆnica, la dejaron a uno metros de la edificación y en menos de 5 minutos se inició un incendio.
Mientras los secuaces regresaban con sus aliados, Macario le expresaba a su colega:
āEs una lĆ”stima, es una chica hermosa. āSe saboreaba los labios de recordar su piel blanda y su desnudez.
āOlvĆdalo amigoāLe dijo su compaƱero.
El incendio se desató y el caos cundió en la clĆnica, para fortuna de todos, -tanto empleados como pacientes-, El guardia Rodolfo (ya repuesto de las bolas y Ć©l Ćŗnico guardia con vida) tenĆa acceso a todas las puertas, Ć©l y su amante la secretaria Martha lideraron la evacuación de la edificación.
La mayorĆa evacuarĆa el edificio en dirección Sur.
En cierto momento, Patricia despertó!
Se sentĆa devastada, lo primero que percibió fue un fuerte olor a quemado, abrió los ojos y vio una columna de humo muy alto, algo se quemaba a lo lejos, fue entonces cuando sintió su propio cuerpo, la estaban penetrando!
Un hombre estaba encima de ella y le hacĆa el amorā¦Era Macario.
Macario finalmente no se fue con los recolectores, fue y alejó a Patricia del fuego para violarla.
Esa era la razón para salvarla, nada de un acto desinteresado, simplemente buscaba satisfacer su perversión con la mujer, desde que la vio haciĆ©ndole la felación a aquel guardia, la joven le despertó el falo, querĆa hacerla suya y ahora la tenĆa para Ć©l solo!
Pero la mujer no reaccionó, estaba abatida, parecĆa rendirse ante la forma en que la vida la trataba, tal vez era su castigo por permitir que las drogas la consumieses, debĆa pagar por ello y lo aceptaba.
El desnudo Macario notó su despertar, pero tambiĆ©n su mirada de sumisión, solo sonrióā¦se dejarĆa hacer de todo.
De pronto, el recuerdo de Viviana agradeciĆ©ndole por la ayuda vino a la mente de Patricia, ya no podĆa salvar a aquella adolescente, pero ese instinto de querer protegerla, de sacarla de todo esto que ocurrĆa, la hizo luchar!...
ā¦La mano de Patricia se deslizó bajo el cuerpo de Macario y atrapó los testĆculos del distraĆdo hombre.
āAAAUUUUUU!!!! āGritó Macario, cuando la mano de la joven comprimĆa y tiraba con furia de su escroto para que le sacase el pene.
āMaldita puta! āMacario estaba enfurecido, se incorporó como pudo y comenzó a perseguirla. Fue fĆ”cil para la mujer dejarlo atrĆ”s.
Macario vio un movimiento tras un tronco...alguien se ocultaba tras Ʃl.
āGrave error querer esconderte, putaā¦me las pagarĆ”s!
Pero cuando Macario apareció frente a quien se escondĆa, recibió una patada en la caraā¦
ā¦El varón retrocedió y pudo observar de quiĆ©n se trataba.
āEres un degenerado y ya me cansĆ© de tus estupideces.
El hombre estaba asustado, se trataba de mismĆsima Vampira!. La oriental llevaba el portafolio en una mano. La mujer sospechó la conducta pervertida de su subalterno y que no cumplirĆa a cabalidad sus órdenes, eso la enfadaba.
āJefa, perdóneme! āNo le quedaba mĆ”s que suplicar.
āQue te perdone?, cuando no puedes obedecer una simple orden?, te dije que no te metieras con esa muchacha, pero parece que solo piensan con el pene, entoncesā¦Entonces castigarĆ© tu pene!
āNo jefa, espere, deme una segunda oportunidad para serle leal.
āUna segunda oportunidad?
āSĆ, por favor dĆ©mela. Yo⦠ā No terminó la frase cuando la garra de La Vampira se apoderó de su cuello y la otra mano la tomó del falo desnudo.
Las uƱas penetraron en la suave piel del pene haciƩndole sangrar de inmediato.
Macario daba gritos de agonĆa que se perdĆan en el bosque. De su boca aparecĆa saliva hecha espuma.
La Vampira le miraba seria, no se sintió excitada ni por el hecho de estar tocando un falo desnudo. Pronto la mujer se aburrió y oprimió sus uñas en el cuello, causando una hemorragia mÔs letal.
Por fin liberó al hombre y este convulsionó en el suelo hasta expirar.
āDarte una segunda oportunidad?, no! ya estuvo bien de segundas oportunidades por el dĆa de hoy...Y sólo se la darĆa a quien me puede ser Ćŗtil āExpresaba en voz baja y mirando al hombre muerto.
La oriental abrió el portafolio especial, al parecer tenĆa el código para abrirlo. Adentro habĆa 3 contenedores de apariencia sofisticada y conservaban muestras congeladas del compuesto A.
La mujer sacó uno de los contenedores y lo colocó tras una gran acumulación rocosa. Se marchó totalmente inexpresiva, sin un Ć”pice de culpa o de felicidad, mientras escribĆa un mensaje de texto.
El mensaje enviado decĆa.
Lado norte, 250 metros de la edificación, detrÔs de las rocas altas.
Los bomberos aparecieron pero fue inĆŗtil evitar la destrucción de la clĆnica, ningĆŗn paciente resultó muerto, los cadĆ”veres hallados adentro estaban fallecidos antes del incendio (excepto aquel guardia de la hemorragia escrotal que La Vampira dejó con vida).
***
Al dĆa siguiente en la estación de policĆa, la capitana Gertrudis Ferrer es llamada a la oficina del comandante.
La mujer se reporta a la Oficina del comandante McDonald, la secretaria la hace seguir.
āSi mi comandante, y estoy lista para lo que usted decida.
āLa prensa no deja de molestar con ese asunto de CHO-FER, ese canalla ha vuelto un caos esta ciudadā¦Y es un vergüenza que no tengamos aun su fotoāEl alto oficial hizo una pausa para tomar un copa de brandy.āPero de Ć©l se encargarĆ” nuestro grupo investigativo especialā¦Necesito que forme un grupo para detener a su mano derecha.
āSe refiere a La Vampiraā¦
āAsĆ es, esa maldita ha hecho de todo en esta ciudad impunemente, quiero que la capture o le dĆ© de baja, tengo entendido que le ha hecho un seguimiento a su actuar.
āSĆ comandante, y estaba esperando esta misión. Tiene usted razón, ella es la culpable de muchos asesinatos, entre ellos el del jefe de sicarios alias El Navajas y el homicidio del lĆder mafioso Emilio Mancera.
āA mĆ no me importan los ajusticiamientos entre basuras, pero tambiĆ©n ha asesinado civiles y eso no lo tolerarĆ©ā¦Proceda de inmediato y reclute una unidad de su plena confianza.
āA la orden seƱor!āLa mujer se incorporó y saludó a su oficial superior.
La capitana reclutarĆa a las agentes Yolanda Taylor y AngĆ©lica Solerā¦Se iniciarĆa un operativo para detener o eliminar a La Vampira.
Los operativos contra la mano derecha de CHO-FER se verƔn en los futuros relatos: A LA CAZA DE LA VAMPIRA, Partes 1 a 4.
***
ANEXO.
DespuĆ©s de la partida de los criminales y antes de la llegada de los bomberos, sucedió algo muy relevante en la clĆnica.
Cuando aĆŗn el edificio no ardĆa por completo, una persona emergió y avanzó hacia el lado norte de la estructura, totalmente opuesto a los pacientes y empleados que aĆŗn escapaban hacia la zona sur (PerdiĆ©ndose Ć©stos en los bosques cercanos).
La persona recogió tras las rocas el contenedor con el compuesto A, en su mano manchada de sangre llevaba un telĆ©fono dónde se leĆa el texto.
Lado norte, 250 metros de la edificación, detrÔs de las rocas altas.
āHoy tuve mi segunda oportunidad, no la desaprovecharĆ©.
Se trataba de Federico Monroe, quien se alejaba cojeando y sangrando levemente.
***
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