El bolas de toro (9/9): El título seguirá siendo mío - Las Bolas de Pablo

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15 ago 2021

El bolas de toro (9/9): El título seguirá siendo mío

Felipe Corona el bolas de toro había retado a Danilo Rey a un nuevo enfrentamiento de lucha libre, principalmente para recuperar su título. Ambos se encontraron en el ring de lucha libre dispuestos a defenderse con uñas y dientes. 


Los dos se aplicaban llaves para dominar al otro, también había oportunidad para acertar un poderoso golpe y se podía incluir golpes bajos pues era una lucha vale todo. Tal fue la ocasión que usó Felipe para ganar ventaja y así envió su puño hacia los genitales de Danilo en su ajustada trusa, haciéndole jadear de dolor  y unir sus rodillas como método de reacción. Sus ojos perdiendo el enfoque.

—Mis bolas —gruñó Danilo.

Los dos se quedaron mirando, Felipe lo tomó del hombro con una mano y con la otra la levantó en forma de puño. Sin embargo nunca se esperó el rodillazo que como defensa Danilo le entregó chocando contra el paquete abultado en su trusa, obligándole a soltar un gruñido doloroso.

—¡El título seguirá siendo mío, maldito bastado! —afirmó Danilo. 

Felipe se abalanzó sobre su rival, y ambos rodaron por la lona. El bolas de toro alzó su rodilla contra los huevos de Danilo. El aullido agónico del calvo luchador confirmó que el golpe acertó en las dos gónadas. 

—¿A quién pertenece el título, cabrón? ¿A quién? —interrogó Felipe envolviendo sus dedos alrededor de las bolas de Danilo y aplastándolas con toda la fuerza que pudo reunir.

La cara de Danilo se estrujó de dolor. Emitió un fuerte grito mientras sus ojos se cristalizaban. Tomó la muñeca de Felipe, tratando de alejar la mano de sus testículos. 

—¡Esta es mi venganza por tanta humillación! —indicó Felipe reafirmando su fuerza. 

Danilo aullaba de dolor mientras los dedos de Felipe exprimían sus pequeños testículos.

Danilo se rindió en su intento. Tiró la cabeza hacia atrás, soltando los brazos de Felipe y lloró de dolor.

Felipe se reía de amasar los cojones de Danilo en su mano.

Danilo pensó desesperadamente como escapar de su dolorosa situación, si seguía así no solo iba a perder el título, sino también sus testículos. Se dio cuenta de la protuberancia de Felipe al frente de él y al alcance de su propia mano.

Danilo se sintió poderoso y con el olor a triunfo en la punta de la nariz. Estiró la mano apoderándose de los gordos testículos de Felipe maduros y jugosos de semen.

La expresión de alegría en Felipe cambió de un segundo al otro. Su mueca facial de triunfo alternó a horror cuando Danilo comenzó a aplastar su hombría con ambas manos, tomando cada bola en una palma.

—¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! —chilló Felipe abriendo la boca y ojos.

Los dos machos se aferraban a los testículos del otro, ambos gritaban de dolor, aplastando, amasando y torciendo el par de gónadas.

Por más dolor que sintiese en su zona más débil, Felipe no apartaba su mano de las gónadas de su rival, mientras que Danilo presionaba sus pulgares en los orbes carnosos del bolas de toro.

El rostro del luchador calvo estaba deformada de dolor.

El público asistente estaba feliz de ver como ambos sementales se exprimían la vida en las gónadas del otro, en el suelo y desde las cuerdas la novia de Felipe le daba ánimos a su macho, pero también estaba preocupada por el bienestar testicular de su hombre.

Felipe echó su cabeza hacia atrás y después, con fuerza, envío la frente contra la nariz de Danilo, el hombre retrocedió soltando los testículos de Felipe para agarrarse la cara. El bolas de toro usó la situación a su favor para levantarse y pisotear las bolas del hombre calvo con fuerza, dejándole escapar un gruñido angustiado.

La respuesta de Danilo a ese ataque despiadado fue un poderoso puñetazo a las gónadas de Felipe.

Los nudillos de Danilo impactaron contra la trusa de Felipe, haciendo que gritara de dolor.

Se dobló, agarrando su entrepierna, gimiendo, mientras Danilo retrocedía en la lona ahuecando sus propios órganos viriles.

Con Felipe atormentado por su dolor de grandes cocos y Danilo apretando los dientes sintiendo sus pelotas palpitar este último experimentó cierta ventaja; hizo un barrido de piernas y envío a Felipe al suelo, se sentó sobre él fijando las rodillas sobre sus brazos. Danilo levantó la palma de la mano y comenzó a azotar el rostro del bolas de toro cada vez más duro. 

Felipe gritó furioso. 

Una y otra vez Danilo golpeaba contra el rostro de Felipe en ocasiones con la palma abierta, luego cambiaba a puño cerrado. 

Cuando creyó que la fuerza se había agotado en Felipe. Su retador se levantó de su pecho. Fue un momento de segundos que utilizó Felipe para enroscarse entre sus piernas y elevar la planta del pie contra las bolas de Danilo.

Danilo gritó tan pronto sintió los testículos aplanarse en su cuerpo, crujieron con un sonido repugnante.

Los ojos de Danilo se volvieron a su cabeza y su cuerpo cayó desmayado al suelo a un lado de Felipe, fue mucho el dolor que tuvo que procesar el hombre calvo.

Felipe se levantó con aire triunfal oyendo la aprobación de sus seguidores desde las gradas, sus propias bolas estaban hinchadas y doloridas, lentamente cojeó para ir a las gradas y saludar a sus fanáticos, su novia subió al ring para abrazarlo y darle sus felicitaciones, estaba feliz, frotó los genitales de su hombre e hizo que doblara la boca con dolor. 

Danilo estaba en el suelo, aniquilado. El nuevo campeón era Felipe Corona.
Cuando Felipe fue envestido con su cinturón de campeón, Danilo todavía estaba tirado en el suelo. Era delicioso el sabor de la victoria para el bolas de toro y más si tenía a una hermosa morena a su lado. 


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