ANECDOTAS VERGONZOSAS. Parte 3. - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

17 ago 2021

demo-image

ANECDOTAS VERGONZOSAS. Parte 3.

 

ANECDOTAS VERGONZOSAS. Parte 3.

 

 

CONTIENE BALLBUSTING M/M, F/M Y SEXO HOMOSEXUAL.

 

Tiene relaciĆ³n con los relatos AnĆ©cdotasVergonzosas y AnĆ©cdotas de Gina parte 1 y parte 2.

 

En la parte 2, Mildred contaba a su tĆ­o Camilo una nueva anĆ©cdota vergonzosa, dĆ³nde fue drogado, robado y golpeado en los testĆ­culos por una prostituta (la misma que tiempo antes ya le habĆ­a robado y dormido). EPISODIO ANTERIOR.

 

Ahora es el turno de su tƭo para que le narrase otra anƩcdota vergonzosa, una de las muchas que habƭa tenido en su vida.

 

1

CAMILO.

 

Aquel domingo por la tarde estaba en pantaloneta viendo futbol argentino por TV cuando sonĆ³ el timbre, al observar por la mirilla me encontrĆ© con Gina, la abogada de mi ex esposa Pilar, y digo ex porque hacia una semana el juez habĆ­a sentenciado nuestro divorcio legal.

rostro+EDITADO

De inmediato en mi pecho surgieron sentimientos de rabiaā€¦No fue una sorpresa el verla, el dĆ­a anterior mi asistente RocĆ­oā€”La misma que habĆ­a pateado y desmayado a Ginaā€” Me llamĆ³ muy nerviosa para informarme que Gina visitĆ³ mi oficina con intenciones de vermeā€¦

 

ā€¦Como ayer no fui a la oficina se marchĆ³, no sin antes indagar sobre en dĆ³nde encontrarme, segĆŗn ella necesitaba charlar de algo muy importante conmigo.

 

Que querrĆ­a?

 

Gina insistiĆ³ en la puerta y finalmente le abrĆ­. Llevaba un elegante vestido azul. Se veĆ­a realmente hermosa.

22

ā€”Vaya, por fin!, creĆ­ que nunca ibas a abrir, Camilo.

 

PUM!

 

Enseguida le descargue un puƱo en plena nariz, ella doblĆ³ la cara cubriĆ©ndose la nariz con ambas manos.

 

ā€”QuĆ© demonios quieres, maldita!ā€”A pesar de saber que tenĆ­a cosas entre las pierna, no dejaba de llamarla como si fuese mujer, porque sencillamente eso parecĆ­a.

 

ā€”Espera imbĆ©cil!ā€”La ignorĆ© y le lancĆ© un puƱo al rostro, pero ella me interceptĆ³ el golpe y respondiĆ³ con un impactĆ³ en mi boca del estĆ³magoā€¦

 

ā€¦RetrocedĆ­ tambaleĆ”ndome un poco, ella ingresĆ³ a la casa y cerrĆ³ la puerta tras de sĆ­.

 

ā€”DĆ©jame hablar, maldiciĆ³n! no vine a pelear Camilo, vine a hablar.

 

ā€”No me importa lo que tengas que decirā€”Le arreĆ© una patada en las pelotas!

 

Sabiendo que era varĆ³n entre las piernas, no dudĆ© en atacar su falda. SeguĆ­a dolida de la nariz e intentando parlamentar por lo que no pudo reaccionar a tiempo.

 

SentĆ­ sus grandes bolas en mi empeine, no le di tan duro como hubiera querido, nunca habĆ­a pateado a una mujer y el que usase falda me dificultĆ³ el ataque.

 

ā€”AAAHH!!!!!ā€”GritĆ³ por sorpresa y terminĆ³ doblada a la mitad y con las rodillas juntas.

 

Me quedĆ© expectante, sabĆ­a que un golpe allĆ­ te deja paralizado, sĆ³lo esperaba sin hacer mĆ”s.

 

ā€”Maldita sea! ā€”ExpresĆ³ y de pronto se me lanzĆ³ a las piernas. Su movimiento me tomĆ³ por sorpresa, no di para reaccionar, parecĆ­a como si se estuviera cayendo, se aferrĆ³ a mis caderas y me bajĆ³ la pantaloneta e interioresā€¦

 

ā€¦QuedĆ© asombrado y retrocedĆ­, pero sĆ³lo un paso porque con la pantaloneta en mis tobillos trastabillĆ©ā€¦Eso era lo que querĆ­a la maldita, terminĆ© a duras penas en pie y apoyando una mano contra la pared mĆ”s cercanaā€¦ ella aprovechĆ³ eso!

 

Desde su posiciĆ³n de rodillas me conectĆ³ un puƱo en mis pelotas desnudas

 

ā€”UUgghh!!ā€”ExclamĆ©! Me habĆ­a tomado totalmente desprevenido, su puƱo me dejĆ³ las huevas aplanadas.

33

Enseguida arruguƩ el rostro, cerrƩ las piernas y me fui de rodillas al suelo.

 

ā€”No querĆ­a hacerlo pero te lo buscasteā€”Dijo, aun quejĆ”ndose de su propio dolorā€”No me provoques Camilo, bien sabes que se pelear, ya lo sufriste la vez anterior.

 

Nos quedamos respirando hondo y recuperando nuestras fuerzas, nos vimos a los ojos y llegamos al mutuo acuerdo de una tregua. Nos sentamos a sobar nuestras respectivas bolas.

 

Subƭ mis prendas y comencƩ a masajear mi bulto de pelotas, ardƭan y parecƭa que de nada servƭa el masaje.

 

Cuando ya pudimos hablar con normalidad comenzamos un hostil intercambio de ideas.

 

ā€”Ya peleamos por el asunto de Pilar aquella vez en el estacionamiento, no? Entonces que reclamas?

 

Era una cĆ­nica!

 

ā€”ReclamarĆ© siempre que me hayas quitado a Pilar, condenada!

 

ā€”Eso la verdad es decisiĆ³n de ella, Pilar escogiĆ³ a quiĆ©n querĆ­a y deseaba, es una adulta, y tĆŗ tambiĆ©n lo eresā€¦ActĆŗa como adulto.

 

No pude refutarle eso, me mostrƩ mƔs abierto al diƔlogo.

 

NotƩ que se tocaba la nariz, asƭ que le dije con sarcasmo:

 

ā€”PerdĆ³n, te daƱƩ la cirugĆ­a de nariz para parecer mujer?

 

ā€”Idiota!ā€”Se sobaba la narizā€” Es mi nariz natural!

 

Me quedƩ asombrado y la alcancƩ a felicitar por su bonita nariz, aunque no creo que me escuchara por lo bajo en que lo dije.

 

ā€”Entonces que quieres? ā€”Al fin subĆ­ el tono de vozā€” A que viniste?

 

ā€”Vine a darte las gracias.

 

ā€”Darme las gracias? ā€”Eso sĆ­ me dejĆ³ sin palabras,

 

ā€”SĆ­!, cuando me dejaron inconsciente en el estacionamiento, tĆŗ me ayudaste, me prestaste auxilio, e incluso despuĆ©s de habernos peleado. DespuĆ©s de ese dĆ­a no te lo habĆ­a podido agradecer, Camilo, yoā€¦te lo agradezco, te lo agradezco mucho!

 

Se notaba lo mucho que el costaba mostrarse humilde y agradecida.

 

ā€”Y se supone que debemos hacer las paces o quĆ©?, nos tomamos unas cervezas?...No se te olvide que perdĆ­ a Pilar para siempre, y tĆŗ!, digas lo que digas, tuviste mucho que ver.

 

ā€”Lo lamento, pero fuera del tema de Pilar, no he podido estar tranquila sabiendo que estoy en deuda contigo.

 

ā€”Oh, basta! ā€”Me sentĆ­ hastiado de su actitud de buena gente, la verdad estaba incĆ³modo, Gina era la mala en todo este asunto del divorcio y de un momento a otro ya no la veĆ­a tan villana.

 

ā€”Por favor, vete! ā€”Quitarla de mi vista era lo mĆ”s razonable. Aunque cada vez que me sobaba los testĆ­culos, mĆ”s le tenĆ­a ganas de golpear.

 

ā€”Espera, aun debo preguntarte algo.

 

ā€”Y que serĆ­a?

 

ā€”Necesito saber algoā€¦Sabes quiĆ©n me pateĆ³ los bolas por detrĆ”s?

 

DesviƩ la mirada, no podƭa decirle.

 

ā€”La verdad no se quien fue, recuerda que yo estaba inconsciente ā€”Le mentĆ­, y era curioso que ella charlase el dĆ­a anterior con RocĆ­o, siendo ella quien la fauleĆ³, por eso mi asistente estaba tan nerviosa cuando telefoneĆ³.

 

En realidad solo a su amigo Emilio NĆŗƱez (su Ć­ntimo amigo gay) le contĆ³ que se sentĆ­a mal por ser dejada desmayada de un solo golpe, asĆ­ fuera en las pelotas. Y Gina querĆ­a desquitarse de aquel desconocido cobarde.

 

ā€”Bueno, no te dirĆ© nada mĆ”s, asĆ­ que ya vete! ā€”Me puse de pie y le seƱalĆ© la puerta.

 

ā€”No!, te quiero agradecer de otra manera.

 

ā€”De que hablas?

 

Gina se levantĆ³ y comenzĆ³ a caminar hacia mĆ­. Admito que de inmediato me sentĆ­ intimidado, su mirada era claramente seductora.

 

ā€”QuĆ© haces?

 

Solo sonreĆ­a y se ubicĆ³ ante mĆ­.

 

Tenerla a centĆ­metros de mi pecho me hizo retroceder, pero ella me tomĆ³ de una mano e impidiĆ³ alejarme.

 

ā€”Yo soy hombreā€”Era muy claro lo que pretendĆ­a. Ella soltĆ³ una risilla.

 

ā€”Y me alegra, porque eso es lo que busco de ti.

 

ā€”Yo soy varĆ³nā€¦A mĆ­ nunca me harĆ”n el sexo por detrĆ”s,

 

ā€”Pero a mĆ­ sĆ­ me hacen el sexo por detrĆ”s.

 

ParecĆ­a un adolescente ante ella, me acercĆ³ su escote, no pude evitar mirar sus pechos.

 

ApoyĆ³ su cabeza sobre mi torso y parecĆ­a escuchar mi corazĆ³n

 

ā€”Pareces un potro en carrera, tu corazĆ³n late muy rĆ”pido y fuerte.

 

La olĆ­ percibiendo un aroma a flores de jardĆ­n, una fragancia sutil pero cautivanteā€¦De seguro muy costosa. Esta desvergonzada recurrĆ­a a la maldita guerra quĆ­mica para que cayera en su embrujo.

 

ā€”EstĆ”s bien, Camilo?ā€”ExpresĆ³ con sarcasmo.

 

ā€”Claro, porque lo preguntas?

 

ā€”Seguro?, luces algoā€¦ ansioso.

 

Di un brinco cuando sentĆ­ su mano en mi entrepierna, quise que me soltara pero comenzĆ³ a masajear mis genitales.

 

Debo confesar que se me parĆ³ la verga enseguida, ella no dejaba de sonreĆ­r.

 

ā€”DeberĆ­as tomar las cosas con calma, disfrutar de la vida, cariƱo.

 

Sus manos en mis testĆ­culos les daban alivio despuĆ©s del maltrato, ella me hizo apoyar contra la mesa y entonces por impulso hice lo Ćŗnico que podĆ­a evitar que tuviera intimidad con ella...

 

ā€¦MovĆ­ la mano golpeando una taza de cafĆ© que estaba sobre la mesa, el cafĆ© se derramĆ³ manchando el mantel y cayendo sobre el vestido de Gina.

 

ā€”QuĆ© haces?!!ā€”Se alejĆ³ de mĆ­, sacudiendo el lĆ­quido de su traje, por fortuna el cafĆ© ya no estaba caliente.

 

ā€”Lo siento, fue sin culpaā€”MentĆ­.

 

Le ayude con una servilleta a secarse, pero la mancha era enorme y hasta le corrƭa cafƩ por la pierna.

 

Se veĆ­a algo molesta.

 

ā€”Te puedo lavar la falda.

 

ā€”Lavarla?, es un traje de 300 dĆ³lares!ā€”Ahora sin duda estaba enojada.

 

Gina tomĆ³ aire y pareciĆ³ calmarse. El costo del traje no me sorprendiĆ³, la maldita pero sexy abogada acababa de sacarse una buena tajada con el divorcio de Pilarā€¦En otras palabras, ese dinero saliĆ³ de mis propios bolsillos, porque fue a mĆ­ a quien le dieron por la cabeza con el divorcio.

 

Gina pidiĆ³ ducharse y le facilitĆ© el baƱo de mi habitaciĆ³n.

 

Mientras estaba fuera de mi vista no podƭa sacarla de mi cabeza, sus curvas, su olor; Era una locura pero me quedƩ afuera del baƱo escuchando el agua caer de la regadera.

 

Gina saliĆ³ desnuda de la ducha y vino hacĆ­a mĆ­, pude ver sus genitales masculinos, ā€”ya se los conocĆ­a desde aquella vez que la desmayaron en el estacionamientoā€”, pero no me provocaron repulsa, me centraba mĆ”s en sus curvas femeninas y sobre todo en sus pechos.

 

Tragaba saliva al verla, apoyĆ³ sus pechos desnudos contra mĆ­ y en un abrir y cerrar de ojos estaba de nuevo tocĆ”ndome las bolas. Empezamos a besarnos inmediatamente. Supongo que ella estaba tan cachonda como yo.

 

Me quitĆ³ la camiseta, empezĆ³ a jugar y a chuparme los pezones...Son muy sensibles asĆ­ que eso me excitĆ³ incluso mĆ”s. Se dio la vuelta y apoyĆ³ su cola desnuda contra mi paquete, estaba a mil y ella lo sabĆ­a, ahora me sentĆ­a!

 

Gina se volteĆ³ una vez mĆ”s para ponerse de rodillas, sin demora bajĆ³ mi pantaloneta junto al calzoncillo y comenzĆ³ a lamer mis bolas y polla. Esta Ćŗltima la chupĆ³ haciĆ©ndolo tan rudo como era posible. Con la pantaloneta en los tobillos mis movimientos eran torpes, ella me mantenĆ­a firme tomĆ”ndome de las caderas.

 

La observaba, estaba algo sudada, se esforzaba en darme placer en el glande.

Le dije que subirĆ­a el aire acondicionado, debĆ­a llegar a la mesa de noche y tomar el control remoto, pero no me dejĆ³ mover, sentĆ­ su mano sostener con fuerza mis testĆ­culos.

 

ā€”Si te mueves te los aprietoā€¦y no te gustarĆ”.

 

ā€”Oh, no hagas eso.

 

ā€”Entonces pĆ³rtate bienā€¦ademĆ”s estoy segura que necesitarĆ© otra ducha.

 

Gina mamaba mi verga como una puta, sĆ­ que tenĆ­a talento para eso. La alcanzaba a mordisquear levemente y comprimĆ­a mi glande entre su lengua y paladar.

 

No podrĆ­a aguantar mucho y ella lo sabĆ­a, cuando pareciĆ³ que me venĆ­a se detuvo, justo a tiempo dĆ”ndome tiempo de reposar. Dio un beso a mi glande y me dio espacio.

 

La pausa fue la oportunidad de sacarme la pantaloneta por completo. Gina se reposicionĆ³ y se dio la vuelta, inclinĆ”ndose y mostrando su linda cola, agarrĆ³ mi polla y la ubicĆ³ entre sus nalgas, casi restregĆ”ndola de arriba a abajo por toda la raja de su culo.

 

Estaba anonadado, me pedĆ­a que le hiciera eso analā€¦estaba tan excitado que no deba para negarme...querĆ­a penetrarla.

 

Mi pene comenzĆ³ a ingresar en su agujero la sensaciĆ³n fue un poco diferente. Estaba mĆ”s apretado y mĆ”s caliente que un coƱo, Gina soltĆ³ un gemido desgarrador mientras le entraba mi barra de carne. Dio otro gemido cuando por fin estaba en todo lo profundo de ella.

 

Sus expresiones se volvieron mĆ”s intensas y salvajes. Me dijo: ā€”Dame mĆ”s duro, hijo de puta!ā€”Al tiempo que empujaba su cola hacia atrĆ”s logrando que mi pene llegara aĆŗn mĆ”s hondo.

44

ā€”Te gusta no es asĆ­, zorra!ā€”Le devolvĆ­ la groserĆ­a.ā€”La sientes!?

 

ā€”SĆ­, mal parido!, como no la voy a sentir ?ā€¦ y me encanta!

 

La agarrƩ por las caderas y se la empujaba hacia adentro y abajo tanto como fuera posible. Sus gemidos parecƭan fuera de este mundo.

 

Esta fue mi primera experiencia anal desde la universidad, porque Pilar nunca se dejĆ³ dar por detrĆ”s, al menos no de mĆ­. Finalmente explotĆ© en un mar de semen, lo gozĆ³ tanto como yo.

 

Cuando se lo saque le vi el ano, se quedĆ³ abierto un rato, sin duda muchos le habĆ­an dado verga por ahĆ­ā€¦ y bastante!

 

ā€”Me rompiste el culo, desgraciado, mal parido!ā€”Su sarcasmo y lenguaje grosero, no me enojaban, todo lo contrario, era como el reclamo de una real mujer ante lo que deseaba pero se quiere hacer la difĆ­cil y santurrona.

 

Nos acostamos agotados, ella me dio la espalda, y me gustĆ³ verle las nalgas...me le arrimĆ©, poniĆ©ndole mi polla flĆ”cida entre sus nalgas, ella no dijo nada.

 

Escuchaba su agitada respiraciĆ³n calmarse poco a poco.

 

Minutos despuĆ©s rompiĆ³ el silencio.

 

ā€”Camilo, dime quiĆ©n me golpeĆ³ las bolas aquel dĆ­a, no me mientas, sĆ© que lo sabes.

 

ā€”Pero cĆ³mo sabes que sĆ©?ā€”Me delatĆ©.

 

ā€”Lo pude ver en tu mirada cuando te lo preguntĆ© la primera vezā€¦dime!

 

No pude decirle que no.

 

ā€”Fue mi asistente RocĆ­o ā€”Se volteĆ³ mirĆ”ndome a los ojosā€”Ella te vio patearme las bolas y dejarme sin sentido y se le ocurriĆ³ pagarte con la misma monedaā€¦pero ella daba por hecho que tĆŗ eras una mujer, asĆ­ que no sabĆ­a que  pateaba partes tan dolorosas del cuerpo de un machoā€”

 

Gina escuchaba atenta mi narraciĆ³n.

 

ā€”ā€¦Pero entĆ©rate que  ella es una santurrona, incluso sospecho que estĆ” enamorada de mĆ­, asĆ­ que supongo que el ver cĆ³mo me agredĆ­as la hizo estallar por primera vez en su vidaā€”Hice una pausa para exponer mi fuerte argumentoā€” Ahora, si despuĆ©s de saber esto quieres golpearla o hacerle alguna cosa a RocĆ­o, te adelanto que no te lo permitirĆ©, tendremos un problema entonces.

 

MirƩ sus ojos y entendƭ su siguiente respuesta.

 

ā€”Rayos!, no puedo desquitarme.

 

Siendo RocĆ­o una persona tĆ­mida no le despertaba enojo, me confesĆ³ que habĆ­a pensado una cantidad de torturas chinas para vengarse, pero ya no podrĆ­a ser.

 

En realidad le enojaba que se metieran con sus testĆ­culos. Aunque a mĆ­ no me tuvo tanto rencor por lo de hoy.

 

Tras olvidar su ā€œvenganzaā€, se fue a duchar una vez mĆ”s, decidĆ­ por prudencia rechazar su oferta de acompaƱarla a la ducha. Mientras se baƱaba pedĆ­ una pizza.

 

Tras 15 minutos, Gina saliĆ³ del baƱo desnuda, en ese momento tocaban a la puerta. Me coloque la pantaloneta a toda prisa y tras preguntar quiĆ©n era, me respondiĆ³ el repartidor de la pizza.

 

Cuando le cancelaba apareciĆ³ tras Ć©l una mujer que conocĆ­a muy bien. Era Pilar!

55

Habƭa esperado una oportunidad de entrar y apenas vio al repartidor se vino detrƔs de Ʃl.

 

Pilar entrĆ³ a empujones y sabiendo que Gina estaba allĆ­ ā€”Al parecer la habĆ­a seguidoā€” llegĆ³ hasta mi recamara, donde se topĆ³ con una Gina que aĆŗn no se vestĆ­a.

 

La sorpresa fue monumental para la transexual, quien ante los reclamos y escĆ”ndalo de Pilar, sĆ³lo pudo decir:

 

ā€”Pilar, todo esto tiene una explicaciĆ³n.

 

ā€”Que explicaciĆ³n puede haber?  Te acostaste con Camilo, POR DIOS SANTO!!

 

Su reclamĆ³ me hizo bajar la cabeza algo apenado.

 

Gina se le acercĆ³ buscando calmarla y explicarle, pero Pilar no la veĆ­a a los ojos, note que le observaba las pelotas...Se le bamboleaban a cada paso, y sin pensarlo lanzĆ³ una patada contra aquellas bolas, como si se tratase de una futbolista cobrando un penalti.

66

Gina no la vio venir, simplemente nunca esperĆ³ una agresiĆ³n de Pilar, (a propĆ³sito) quien siempre adorĆ³ sus bolotas y se las besaba por gusto.

 

ā€”AAAHHHhh!!!ā€”Gina abriĆ³ de par en par sus lindos ojos, para de inmediato cerrarlos y apretar los dientes, la transexual se fue al piso y adoptĆ³ la posiciĆ³n fetal.

 

La patada de Pilar se la habĆ­a dado con todas sus fuerzas y enojo.

 

ā€”TE ODIO!!!ā€”ExpresĆ³ Pilar con la cara enrojecida por la ira. ā€”NO TE QUIERO VER EN LA VIDA!!

 

ā€”Que hiciste, Pilar?!ā€”Le reclamĆ© mĆ”s con un tono de sorpresa que de regaƱo. Ella me lanzĆ³ una mirada asesina y apenas la vi mover el pie derecho, retrocedĆ­ y me cubrĆ­ las pelotas por las manosā€¦no querĆ­a sufrir el mismo destino de Gina.

 

ā€”SON UNOS MALDITOS!

 

Pilar saliĆ³ de la casa azotado la puerta con furia.

 

Lo Ćŗnico que pude hacer fue auxiliar a Gina. De ella supe que habĆ­a cancelado un paseo con Pilar para ese domingo, eso habĆ­a enojado a Pilar y tal vez sospechĆ³ algĆŗn secreto para con ella, lo que sin duda la hizo seguirla y encontrarse con los vergonzantes sucesos de esta tarde.

 

 

ā€”Y esa es mi AnĆ©cdota Vergonzosa, sobrino.

 

Mildred estaba con la boca abierta.

 

ā€”Lo sĆ©, se lo que piensas, y me sentĆ­ mal por haberlo hecho, yo soy varĆ³n y solo me gustan las mujeres, pero aun asĆ­ me acostĆ© con Ginaā€¦

 

ā€”Te acostaste con un hombre, tĆ­o!

 

ā€”SĆ­, sĆ© que suena gay, pero tĆŗ sabes que soy 100% hetero, y la verdad no me arrepiento de haberlo hecho, fue el mejor sexo anal que he tenido, y te informo que despuĆ©s de ella mi apetito por lo anal aumentĆ³.

 

Mildred digiriĆ³ la anĆ©cdota de su tĆ­o y terminĆ³ entendiĆ©ndole, aquella transexual debiĆ³ ser realmente irresistible para que su tĆ­o se acostase con alguien de su mismo gĆ©nero y sobre todo aquel que le quitĆ³ a su esposa.

 

 

FIN.

 

 

***

 

 

ANEXO.

 

Al dĆ­a siguiente de la conversaciĆ³n, Mildred volviĆ³ a buscar a su tĆ­o Camilo para hacerle algunas preguntas que le rondaban en la cabeza.

 

ā€”Y que paso contigo y Gina?ā€”

 

ā€”QuĆ© pasĆ³?, nada!, decidĆ­ no volver a verla en mi vida, y asĆ­ pasĆ³, claro me refiero a encuentros amorosos, la vi en alguna fiesta o evento importante en los que coincidĆ­amos. En una ocasiĆ³n charlamos sobre lo sucedido, supongo que quedamos como amigos a pesar de todo.

 

ā€”Y quĆ© pasĆ³ con la seƱora Pilar, tĆ­o Camilo?

 

ā€”Sobre ella?, no regresamos, hablamos en una ocasiĆ³n pero recordando viejos tiempos, y no sobre volver a juntarnos, pues ya cada quiĆ©n estaba en una nueva relaciĆ³n sentimental, a dĆ­a de hoy mantenemos la amistad.

 

Mildred soltĆ³ una Ćŗltima pregunta indiscreta.

 

ā€”Y sabes quĆ© pasĆ³ con Gina?

 

ā€”Con ella?

 

ā€”Si!, volviĆ³ con Pilar?, o nunca la perdonĆ³ por acostarse contigo.

 

ā€”Pues te dirĆ© que eso es trama para POSIBLES futuros relatos, asĆ­ que no estoy autorizado a responderte.

 

 

***

 

AquĆ­ terminan las historias de ANECDOTAS VERGONZOSAS, por su parte

Gina tendrĆ” un nuevo relato titulado: ANƉCDOTAS DE GINA, parte 3. Trama aparte de los POSIBLES futuros relatos a los que se refiere Camilo.

 

TambiĆ©n pueden darse POSIBLES relatos sobre Mildred y su amigo Jorge, o una nueva apariciĆ³n de la prostituta que drogĆ³ y robĆ³ al sobrinoā€¦pero ningĆŗn relato es seguro, solo son ideas.

 

Gracias.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Pages

undefined