QUE ALGUIEN CALME A ERICK EL ROJO! Parte 2 - Las Bolas de Pablo

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20 nov 2021

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QUE ALGUIEN CALME A ERICK EL ROJO! Parte 2

 

QUE ALGUIEN CALME A ERICK EL ROJO! Parte 2. (Relato corto).

 


RELATO SIN BALLBUSTING.

 

Erick el rojo es un luchador de la UFC de 26 aƱos, es imponente en fuerza y tĆ©cnica, pero tiene un gran problema que le ha dificultado ascender en la disciplina o ganar tĆ­tulos…En ocasiones la ira lo domina y parece enloquecer.

Cuando esto pasaba, todos decĆ­an: Que alguien calme a Erick el rojo!

En la primera parte Erick perdió la cabeza en el gimnasio y después durante una recepción con empresarios. En esta última la policía intervino, siendo arrestado el luchador y perdiendo la posibilidad de pelear por el título.

HabrĆ” alguna forma de que este fornido pelirrojo se tranquilice?


 

LA DESICIƓN DE AMANDA.

 

 

HabĆ­an pasado 6 meses desde el arresto de Erick, y tras un par de nuevos incidentes de ira irracional, el pelirrojo tiene una nueva oportunidad de pelear por un tĆ­tulo mundial.

 

Aquella maƱana usando sólo unos calzoncillos azules, asistĆ­a al escenario donde se llevarĆ­a a cabo la pelea nocturna. Estaba allĆ­ para el pesaje reglamentario; De pronto Erick enloquece!, observó a un antiguo rival, de quien querĆ­a un desquite…Quiere ir contra Ć©l, es la alarma para todos sus allegados, parece que va a perder el control!

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Pero es cuando aparece Amanda, ella era una de las chicas del ring, aquellas damas que en diminutas prendas presentan el nĆŗmero del asalto correspondiente, y posan junto a los peleadores en el pesaje.


La mujer de 25 aƱos es una persona valiente y desde hace unas semanas ha visto a Erick en algunos eventos de peleas, el pelirrojo le ha llamado la atención y mĆ”s al conocer su peculiar historia…

…Cuando todo parece irse al diablo, ella le toca el hombro por detrĆ”s y toma la decisión de intervenir.

Erick voltea con los puƱos en alto y apretados al mƔximo, pero de inmediato baja los brazos. Ante Ʃl estƔ una bella mujer de cabello negro y largo, que lleva un baƱador rojo y es dueƱa de unas tetas simplemente enormes! en un instante los ojos del pelirrojo se centran en esas tetas operadas, eran gigantescas. La mujer luce calmada con las manos en la cintura.

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—CĆ”lmate Erick. —Se dirigĆ­a a Ć©l como una amiga, cuando en realidad nunca antes intercambiaron palabra.

 

—No puedo!, voy a acabar a ese maldito…—El pelirrojo le habla como si la conociera, la habrĆ” visto en algĆŗn momento durante los eventos, pero nunca le habĆ­a prestado al debida atención a la bella mujer.

—Ven conmigo, te ayudarĆ© a calmar.

—Quien eres tĆŗ?—De pronto el pelirrojo pareció interesarse en la mujer con traje de baƱo.

—Me llamo Amanda, te quiero ayudar, bebĆ©.

La mujer toma del brazo al pelirrojo quien sorpresivamente se deja llevar.

El entrenador Ochoa se acerca a la pareja que camina, da gracias a lo que ve, la mujer es valiente al arriesgarse ante el enloquecido luchador, pero de pronto Ʃsta le dice:

—AquĆ­ hay un cuarto del conserje, lo llevare allí— La mujer conocĆ­a el lugar, no era la primera vez que asistĆ­a a una pelea de evento, y siempre era Ćŗtil un sitio donde dejar sus cosas o descansar.

El entrenador analiza las cosas, siendo ella una mujer bella, es posible que use el sexo para tranquilizar a Erick, él mismo alguna vez pensó en ponerle una mujer a Erick (quien no tenía novia actualmente) durante sus enfados, para que así tuviera con quien desfogar sus energías y se calmase, pero era un riesgo que no muchas aceptarían. Y tal vez en su crisis Erick no le prestase atención a la femenina.

Pero hoy habĆ­a un aspecto que sumaba y era el que Erick se agotara fĆ­sicamente antes de la pelea de esta noche…Y eso ocurrirĆ­a si tenĆ­a sexo.

—Oye no!, no te acuestes con Ć©l, lo vas a cansar y Ć©l tiene que pelear en la noche!—Grita el entrenador Ochoa, siendo escuchado por todos los presentes.

Amanda se colorea en el acto.

—No! no me voy a acostar con Ć©l, y yo se eso de los deportistas, yo conozco una forma efectiva de tranquilizarlo.

Erick ni prestaba atención a los que conversaban solo seguĆ­a viendo a su potencial enemigo, a quien alejaban para que Erick no tuviera motivos de pleito…Pero de alguna forma el ser sostenido del brazo por una mujer, era algo que resultaba mĆ”s fuerte que una cadena, cómo si no pudiera hacerla a un lado…el pelirrojo sólo se dejaba llevar.

—Si logras calmarlo sin acostarte con Ć©l, te darĆ© lo que quieras mujer, te premiaremos—Fue la oferta de Ochoa.

La mujer sonrió, no le caería nada mal algún premio por lo que hacía. Pero no era por dinero, simplemente quería ayudar a Erick, sin conocerlo le caía bien, Y esta noche era la oportunidad de éxito para el luchador.

En el cuarto del conserje, las modelos había destinado un espacio para vestirse y guardar sus cosas, Amanda se encerró con Erick y de inmediato buscó su morral, de allí sacó unas bolsitas de té.

Sabía que en el sitio había una improvisada estufa y de inmediato puso a calentar agua. Tenía una infusión de té tranquilizante que usaba su madre para dormir y ella se las preparaba siempre, era muy efectiva...Ese era su plan para calmarle.

No tardó en volver con Erick quien no dejaba de ver la puerta pensando en salir y buscar a su enemigo.

Amanda sabe que debe hacer tiempo hasta que el tƩ estƩ listo.

—CĆ”lmate Erick, trata de relajarte cariƱo—La mujer el toca con delicadeza el hombro y el bĆ­ceps.

El hombre la mira de arriba abajo, Amanda es una mujer muy voluptuosa. Ella también detalla al varón.

 

—Eres un hombre enorme— La femenina apoya las manos en los pectorales del varón, quien baja la mirada al pronunciado escote del baƱador.

 

Amanda fƔcilmente observa que Ʃl estƔ deseoso de ella.

—Eres muy tetona…—Se notaba un leve jadeo en el pelirrojo.

Amanda se alejó un instante y pareció posar para él.

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—Te gustan las mujeres de tetas grandes, Erick? 

— SĆ­!, acuĆ©state conmigo, mujer.

—No puedo cariƱo, tienes pelea en la noche, el sexo te va a debilitar.

—Eso no importa, yo quiero estar contigo—Erick expresaba su deseo casi como una sĆŗplica, mientras en su calzoncillo se notaban leves brincos.

—Necesitas toda tu fuerza para la noche, pelearĆ”s por el campeonato.

—No me importa, eres muy hermosa…

—Gracias, pero no puedo cariƱo, debes tener toda tu fuerza, te prometo que maƱana lo haremos —Era cierta su promesa, ella sintió deseos reales por aquel famoso hombrote.

—Me voy, voy a acabar a ese maldito— Sin avances con la mujer, la ira lentamente se imponĆ­a en Erick. Sin duda era necesario una distracción permanente.

—Mira bien esto, cariƱo—Amanda no tuvo de otra que acercar su escote a Erick.

Una vez mÔs el hombre quedó atento a sus tetas, estaba boquiabierto.

—Tus…Tus tetas parecen peras de golpeo…—Erick casi soltaba la baba.

—AsĆ­?

Como Erick pareció empuñar las manos, la mujer se apuró a decir:

—Pero no me las vayas a golpear querido, porque me harĆ­as daƱo.

—Yo, yo nunca le he pegado a una mujer, nunca harĆ­a eso…

—Me alegra escucharlo, AsĆ­ debe ser, un verdadero hombre no le levanta la mano a una mujer.

Casi como un premio por lo escuchado, Amanda le acarició el paquete sobre los calzoncillos, sin duda fue imprudente, pero ella no podía evitar la atracción que sentía por el pelirrojo.

Las caricias se centraron mƔs en los testƭculos del pelirrojo para evitar lo mƔs posible su miembro viril, el cual sin duda estaba como la trompa de un elefante dentro de aquellos azules interiores.

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De inmediato Erick miro al techo y jadeó, La mujer sonreía, así lo tendría distraído de la ira, lo mantendría calmado hasta que el té estuviera listo.

 

Incluso pensó el bajarle el calzoncillo, pero eso hubiera sido el fin de su compostura.

Por fortuna en ese momento se escuchó hervir al agua, ella le condujo a la cama y le hizo sentar, de inmediato le trajo un vaso con la infusión.

—Tómala, cariƱo.

—No quiero—Erick parecĆ­a un niƱo caprichoso.

—Tómala, por mí…—La aceptó mientras ella se sentó a su lado.

Comenzó a acariciarle la espalda con una mano mientras con la otra la llevó entre sus muslos y le volvía a sobar los testículos.

Erick tomaba el tĆ© lentamente, poco a poco parecĆ­a tranquilizarse, incluso se le notaba algo de sueƱo…El efecto del tĆ© era muy bueno para dormir. Su madre caĆ­a rĆ”pidamente como una muerta, pero siendo Erick 3 veces mĆ”s grande, ayudaba a la infusión con caricias a su cuerpo y genitales.

Erick terminó y se veía calmado.

—Ya estĆ”s bien?, ya no quiere pelearte con ese tipo?

Grave error de Amanda, pues Erick se exaltó e intentó incorporarse. La mujer se levantó como un resorte colocĆ”ndosele en frente; De inmediato le puso el enorme escote casi en los ojos…

 

…El efecto fue instantĆ”neo, Erick se detuvo y la mujer pudo sentarlo de nuevo.

 

Una vez mÔs se sentó a su lado sin soltarle y allí le insto a verle las tetas, él seguía fijo en las protuberancias mamarias, ella le inclinó acercando su cabeza mÔs a su busto.

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—Ven aquĆ­, descansa aquí—Le hizo apoyar su rostro contra sus tetas, el enorme hombre parecĆ­a un niƱo que se dejaba guiar en todo.

 

—Ven, ven con mamĆ”.

—MamĆ”?—Erick parecĆ­a recordar a su progenitora.

La mujer aplicó lo mÔs parecido a la psicología Freudiana.

—SĆ­! toca las tetas de mamĆ”, bĆ©salas, bĆ©salas Erick, hijo mĆ­o, besa las tetas de mamĆ”!

—MamaaaÔ—Sin duda el atontado macho rememoraba su infancia.

Erick hundió su cara en aquel escote y allí se quedó.

Amanda sentía como le besaba los pechos sin parar. Ella ayudaba jugando con los rojos cabellos del varón.

Al fin había un efecto, sentía que le besaba las tetas cada vez menos, hasta que cesaron los besos. La mujer le acarició el cabello y la nuca un poco mÔs, y fue cuando retiró al varón de su pecho. Erick estaba dormido.

La tarea estaba hecha. HabĆ­a calmado a Erick el Rojo!

La belleza y valentía de la mujer habían dominado la ira de Erick. Sin importar los sentimientos de ira y agresión masculina, estos estaban destinados a perder contra la seducción de una femenina.

Acostó a Erick en la cama, teniendo problemas en acomodarlo por su peso y tamaño, al fin quedó de pie ante la cama, observÔndole dormir.

Por un momento su mirada quedó fija en los calzoncillos del pelirrojo. La tentación le ganó y le bajó el interior, pudo ver sus genitales desnudos, la mujer se mordió los labios, en reposo Erick tenía un buen pene y unos gordos cojones, que ya conocía de tanto que los acarició.

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Incluso llegó a pensar de nuevo en acostarse con Ć©l, eso era imposible! no podĆ­a debilitarlo para la pelea, pero y si solo se la chupaba?, eso no lo debilitarĆ­a para la noche—intentaba justificarse— pero estaba soƱando, penetrada o chupada, Erick fĆ”cilmente despertarĆ­a, y una vez la montara, nada en este mundo lo harĆ­a sacĆ”rsela… SĆ­!, ambos estarĆ­an satisfechos, pero tambiĆ©n agotados, tirarĆ­a todo el esfuerzo de la Ćŗltima media hora por la borda.

 

DebĆ­a controlarse; Lo Ćŗnico cierto es que habĆ­a perdido su oportunidad de estar con ese tremendo semental.

La noche llegó y el combate de dio. Erick venció a su rival en sólo 1 minuto con 36 segundos. Ahora por fin tenía un título mundial.

El entrenador Ochoa estaba feliz por su pupilo…SoƱaba con un gran futuro para Erick.

Amanda hizo su trabajo en el escenario, en aquel bañador rojo posó y modeló antes de la pelea, siendo una sensación entre los asistentes varones.

Erick la vio antes del combate, pero no le dirigió ni una seña o palabra. En su cabeza, Amanda se sentía decepcionada, se repitió su conclusión de la mañana: Perdió su oportunidad con el pelirrojo.

Tras la celebración y entrevistas, el entrenador de Ochoa se acercó a la modelo.

—Tenemos algo pendiente, mujer.

—Lo que me prometió?

—No solo eso, despuĆ©s hablamos del premio por lo de esta maƱana, pero tengo un mensaje del Campeón.

Amanda se alegró pues Erick quería verla en su camerino.

Allí el hombre la besó apenas entró, respondiendo de inmediato la mujer, Amanda estaba lista a entregÔrsele allí mismo, pero Erick estaba calmado, extrañamente calmado, quería agradecerle por ayudarle a calmarse, la invitó a tomar algo. La pareja fue a un restaurante donde cenaron y bebieron, ya en la madrugada visitaron un hotel, donde demostrarían la pasión que ambos se tenían.

Lo primero que hizo Erick fue devorar las mamas de Amanda y la excitada hembra sintió todo el grosor el pene del pelirrojo, la mujer tuvo un montón de orgasmos, la noche fue perfecta para ambos.

Desde entonces han pasado 6 meses, Erick sigue siendo el campeón de su categorĆ­a, y no ha vuelto a tener aquellos ataque de ira, siempre estĆ” calmado…Sin duda se debe a tener a su lado a Amanda…su actual esposa.

 

FIN.

 

***

 

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