El jornalero (3/5): Una falsa lolita - Las Bolas de Pablo

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14 jun 2020

El jornalero (3/5): Una falsa lolita

Contiene:
SEXO HOMOSEXUAL
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   La botella rodĆ³ vacĆ­a por el suelo, esta vez no habĆ­an estado ingiriendo alcohol en el bar del pueblo, sino en el propio establo, desde muy temprano diversos empleados estaban bebiendo y Rodrigo se las arreglĆ³ para que poco a poco los hombres se fueran retirando hasta que quedara Ćŗnica y exclusivamente su favorito, FabiĆ”n, que en ese momento casi estaba quedĆ”ndose dormido de la borrachera, para Rodrigo era excelente que el hombre fuera de mal beber, de esos que ingieren grandes cantidades de alcohol y al dĆ­a siguiente no recordara nada, era su favorito en todos los Ć”mbitos, fornido de cuerpo, atractivo y un paquete delicioso a sus ojos, con pene y bolas para saborear, el Ćŗnico punto que le restaba todo merito era su heterosexualidad, pero eso a Rodrigo no le importaba porque se valĆ­a de su borrachera. Estaban solo los dos en las caballerizas tirados en el suelo y con muchas botellas alcohĆ³licas ya vacĆ­as, Rodrigo se acercĆ³ como de costumbre amarrando los brazos del indefenso Fabian.

   Rodrigo se inclinĆ³ sobre FabiĆ”n y empezĆ³ a olerle el cuello, su sudor de macho le excitĆ³, FabiĆ”n no dijo nada, estaba que se dormĆ­a, Rodrigo con el dedo Ć­ndice acariciĆ³ la silueta del pene de FabiĆ”n, sĆ­, ahĆ­ estaba largo y torcido a un lado, sus bolas, amontonadas bajo su estimulante pene, acomodando las piernas de FabiĆ”n, Rodrigo abriĆ³ el jeans y lo trasladĆ³ a sus muslos, sacĆ³ la polla y admirĆ³ su tamaƱo, color y textura, abriĆ³ la boca, hubiera deseado comerse toda la polla entera, ya habĆ­a persuadido semanas antes a Fabian, pero el hombre era verdaderamente heterosexual, no habĆ­a cedido a sus jugueteos gay.

   Con todo el Ć”nimo, apretĆ³ el puƱo y pegĆ³ de lleno en las dos esferas que FabiĆ”n tenĆ­a en medio de las piernas, el borracho se estremeciĆ³ y dio un brinco

   –¡Aay!

   Rodrigo volviĆ³ a estrellar su puƱo contra las bolas del hombre, FabiĆ”n gimiĆ³ y mirĆ³ al techo con cara de dolor, sus ojos estaban a punto de resbalar unas pocas lĆ”grimas. Luego, volviĆ³ a golpear los testĆ­culos del empleado, que soltĆ³ un gemido lastĆ­mero, moviendo los brazos atados a las sogas. Rodrigo sintiĆ³ lĆ”stima por Ć©l, era un hombre tan viril al que estaba golpeando, entonces empezĆ³ a sobar los testĆ­culos de FabiĆ”n.

   Transcurrieron varios segundos mientras Rodrigo masajeaba las bolas y el jornalero miraba suplicante al cielo, llorando en silencio. DejĆ³ de acariciar sus grandes orbes y se levantĆ³ del suelo. Fabian tenĆ­a las piernas muy abiertas, negĆ³ con la cabeza pensando con lentitud en lo que pronto iba a sucederle y no lo pudo evitar, Rodrigo sonriĆ³ y le dio un punta pie en los testĆ­culos, el golpe fue seco y doloroso, FabiĆ”n grito y empezĆ³ a toser desesperado.

   Un segundo puntapiĆ© llego a sus bolas, y FabiĆ”n escupiĆ³ saliva, Rodrigo suspirĆ³ y le dio un otro golpe con la punta de su bota con mĆ”s fuerza, FabiĆ”n rugiĆ³ con el impacto que chocĆ³ contra sus queridas bolas que dĆ­as atrĆ”s bailaban sobre sus piernas al penetrar a lola.

   Arrodillado frente a FabiĆ”n, Rodrigo apretĆ³ las pelotas con poca fuerza, pero haciendo presiĆ³n, FabiĆ”n gimiĆ³ de dolor y una mueca de resistencia nula surcĆ³ su cara.

   –Creo que estoy borracho y no tengo fuerzas –hablĆ³ Rodrigo soltando los huevos de FabiĆ”n casi con fastidio–. SĆ­, estoy muy borracho. Y tengo sueƱo, sin muchas ganas ya... Lo siento, FabiĆ”n. Y creo que maƱana serĆ” un largo dĆ­a de trabajo, debo pararme temprano, te soltare, si deseas podrĆ”s dormir aquĆ­, que creo que sĆ­ –empezĆ³ a soltar los brazos del hombre, ya liberado, FabiĆ”n se acurrucĆ³ en el suelo sobĆ”ndose las bolas–, bueno, adiĆ³s, FabiĆ”n.

   Pero lo que Rodrigo no recordĆ³ fue la pala que estaba escasos centĆ­metros detrĆ”s de Ć©l, y al dar media vuelta su pie levanto el pico, y la punta de madera fue a parar a sus testĆ­culos golpeĆ”ndolos fuertemente.

   ¡PAFF!

   Rodrigo quedĆ³ sin aliento y abriĆ³ la boca llevĆ”ndose las manos a los testĆ­culos y doblĆ”ndose, FabiĆ”n tras Ć©l, solo vio la manera en la que el culo de Rodrigo se acercaba a su cara, parado, redondito, y con jeans ajustado, Rodrigo cayĆ³ al suelo de manera cĆ³mica, dejando su culo parado, pero luego cayo de lleno en el suelo con las manos entre las piernas.

   –Lola... lolita –dijo el borracho FabiĆ”n caminando hacia Rodrigo–, lolita, amor –empezĆ³ a desabrochar el jeans de Rodrigo, sin importarle que era el hijo del jefe, Ćŗnicamente en su mundo de borracho creia que se trataba de su amante Lola.

   –¿QuĆ©?... ¿quĆ© haces, FabiĆ”n? –interrogĆ³ Rodrigo todavĆ­a adolorido, pero fue despojado de su pantalĆ³n y su culo quedo completamente desnudo.

   –SĆ­, lolita –susurrĆ³ FabiĆ”n acercando su polla a las nalgas de Rodrigo, el muchacho abriĆ³ los ojos de sorpresa, ¡serĆ­a penetrado por FabiĆ”n! SintiĆ³ miedo, pero correrĆ­a el riesgo, el pene de Fabian entrĆ³ por el agujero sin dificultad, prueba de que Rodrigo no era virgen–. Lolitaaa... ¡Ah! –gruƱo enterrando su verga lo mĆ”s profundo que podĆ­a cual animal salvaje.

   Rodrigo no pudo mĆ”s que gemir de placer al sentir el pedazo de carne que tanto deseaba dentro de su trasero. FabiĆ”n todavĆ­a en su borrachera, le ordenĆ³ a su fugaz lolita que se colocara de pie, y el muchacho aceptĆ³ en silencio, temĆ­a que si hablaba la ilusiĆ³n del borracho por su mujer se acabase, ya parados y recostado a una pared, Fabian siguiĆ³ penetrĆ”ndolo con furia animal. Luego el exĆ³tico macho obligo a su Lolita que cambiaran de posiciĆ³n, querĆ­a tenerla de frente y que cabalgara su verga, pero Rodrigo deseaba excitarse mĆ”s, ballbusteando al increĆ­ble semental.

   FabiĆ”n seguĆ­a con los ojos cerrados penetrando el ano de la que creĆ­a era Lolita. Rodrigo estaba excitado y su pene erecto y duro como el hierro, cerrĆ³ su mano en un puƱo y moviĆ©ndose hacia atrĆ”s, enterrĆ³ la mano sobre las bolas de FabiĆ”n.

   FabiĆ”n gritĆ³ y se detuvo en seco, Rodrigo soltĆ³ un gemido de excitaciĆ³n al sentir al semental detenido con su larga verga dura dentro de su ano, para Ć©l era una sensaciĆ³n placentera, y le llevĆ³ otro puƱetazo entre las piernas. Chocando en el fuerte escroto del empleado sexy, que gritĆ³ de dolor, inmĆ³vil con su verga dentro de Rodrigo en tanto la falsa lolita seguĆ­a moviendo su culo estimulando al pene de FabiĆ”n.

   –Ay... Ay... me voy a co...

   Rodrigo se detuvo, escuchando los susurros de FabiĆ”n ¡Va a eyacular! PensĆ³, y en instantes comenzĆ³ a cabalgar febrilmente sobre Fabian, con movimientos rĆ”pidos y duros. FabiĆ”n abriĆ³ desmesuradamente los ojos vidriosos, echo la cabeza hacia atrĆ”s y arqueo la espalda del suelo.

   –¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa..............!

   Rodrigo tragĆ³ saliva sin dejar de detenerse esperando que el hombre que habĆ­a deseado por tanto tiempo y que sĆ³lo lo complacerĆ­a esa noche por la borrachera derramara el jugo que deseaba, pensĆ³ que era mejor estimular a las bolas a que soltara de golpe todo el semen que tenĆ­an acumulado, apretĆ³ el puƱo y volviĆ³ a pegarle en las gĆ³nadas, FabiĆ”n gritĆ³ desesperadamente, pero el ano de Rodrigo no se sintiĆ³ mojado. Lleno de dolor, FabiĆ”n se movĆ­a sobre Rodrigo lentamente, deseando apartarlo, pero no sin antes hacer escupir lo que por su pene se movia, el dolor en sus huevos era inmenso, pero la sensaciĆ³n de Ć©xtasis fue genial, en momentos iba a eyacular, estaba llegando al clĆ­max.

   Luego Rodrigo siguiĆ³ moviĆ©ndose mĆ”s rĆ”pido haciendo contraste con los movimientos de FabiĆ”n. MoviĆ³ la cabeza, apuntando con la mirada a aquellos grandes huevos que estaban bajo su cuerpo y apretĆ³ el puƱo. Y los golpeĆ³ justo cuando el pene del semental empezaba a eyacular su primer lote de leche, haciendo que expulsara una larga y gruesa lluvia blanca dentro de Ć©l.

   –Ahhhhh –gritĆ³ FabiĆ”n imposibilitado de sacar su pene de Lolita y proteger sus bolas, empezĆ³ a gemir.

   Pero los golpes siguieron uno tras otros, y los chorros de semen salĆ­an a borbotones, uno mĆ”s fuerte que el otro ¡vaya semental!

   –¡Aahhhhhhh! –rugĆ­a de dolor FabiĆ”n.

   Seis, siete golpes, ocho, nueve lotes de semen blanco y espeso. FabiĆ”n gritaba de dolor a tiempo que su pene derramaba muestras de placer.

   Llenos de Ć©xtasis, Rodrigo cayĆ³ a un lado de FabiĆ”n, mientras que el empleado se acurrucaba en el piso agarrĆ”ndose sus fuertes y golpeadas bolas, Rodrigo lo miraba a un lado, sintiĆ³ una sensaciĆ³n agradable y pegajosa en su abdomen, habĆ­a eyaculado tambiĆ©n, al ver el estĆ³mago de FabiĆ”n descubriĆ³ que parte de su semen tambiĆ©n estaba en el pecho del hombre golpeado.

   –Rico –susurrĆ³ acercĆ”ndose a FabiĆ”n

   –... ¿quĆ©?– pregunto el borracho –... ¿lolita?

   Rodrigo masajeĆ³ su pene, y un tiro de esperma saliĆ³ de su polla para aterrizar en la barbilla del borracho. GateĆ³ por el suelo, cogiĆ³ su ropa y saliĆ³ como costumbre del establo mientras FabiĆ”n llamaba a lolita. Al amanecer FabiĆ”n ya no estaba allĆ­, pero hubo un acontecimiento que le preocupĆ³ y es que el jornalero no se presentĆ³ a trabajar aquel dĆ­a.

   ¿SerĆ” que se acuerda de lo de anoche? pensĆ³ Rodrigo preocupado cuando llamaba a su celular y no habĆ­a ninguna respuesta. 

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