El mejor club (5/9) - Las Bolas de Pablo

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25 jun 2020

El mejor club (5/9)

   La Ćŗltima pelea de la noche estaba conformada por los clubes RubĆ­ y Zafiro, en la jornada anterior ambos equipos tuvieron grandes fracasos. Ɖsta vez iba a ser la oportunidad de uno de ellos y obtener 3 puntos. 

   Sergio era el seleccionado de la noche del equipo rojo, su cabello era rapado tenĆ­a una barba de tres dĆ­as. Y formaba parte del club RubĆ­ desde sus inicios, a parte de luchador tambiĆ©n era dj en discotecas. 

   Romer iba a ser su rival. Su tez era blanca y sus cabellos castaƱos. De estatura alta y vestĆ­a una diminuta trusa de color blanco. TenĆ­a un malestar en la cadera producto de la patada en las bolas que recibiĆ³ minutos antes por Paul. 

   —¿POR QUƉ LO HICISTE? —vociferĆ³ Miguel, el director del equipo. 

   —Porque Ć©l lo hizo conmigo cuando fue mi lucha —protestĆ³ Paul. 

   Romer se revolcaba en el suelo como un gusano agonizando de su dolor testicular. Ambas manos agarraban sus gĆ³nadas guardadas en el pantalĆ³n en estado palpitante. 

   —SI ROMER PIERDE ESTA PELEA SERƁ TU CULPA, PAUL. 

   Con el sonido de la campana Sergio tomĆ³ impulso con una carrera e introdujo un cabezazo en el abdomen de Romer. 

   El luchador del club Zafiro se quedĆ³ sin aliento y se doblĆ³ para aterrizar en la lona sosteniendo su estĆ³mago. 

   YacĆ­a indefenso cuando Sergio se sentĆ³ en su pecho y levantĆ³ el puƱo derecho para golpearlo en la cabeza. 

   El olor masculino del luchador del club RubĆ­ llenĆ³ sus fosas nasales cuando su cara se presionĆ³ contra los testiculos de Sergio. 

   Incapaz de hacer mucho mĆ”s, Romer empezĆ³ a recibir una y otra vez los puƱos de Sergio sobre su frente, eran consecutivos y lo hacĆ­an ver estrellas. 

   Era un golpe tras otro. 

   El referĆ­ ordenĆ³ a Sergio que se detuviera y Ć©l obedeciĆ³ apartĆ”ndose. 

   Transcurrieron pocos segundos cuando Sergio sostuvo a Romer para aplicarle una llave. 

   —Y ahora, Romer —gruĆ±Ć³ Sergio, casi en Ć©xtasis—, mi movimiento final. Lo llamo el toca discos. 

   ¡LevantĆ³ las piernas y apretĆ³ la cabeza de Romer entre sus muslos internos, atrapando al muchacho para sellar su destino!

—¡ERES MƍO! —gritĆ³ mientras dejaba caer al joven en un devastador Piledriver

   Romer cayĆ³ a la lona recibiendo el triturador ataque. 

   Careciendo de la fuerza para gritar de dolor, simplemente gimiĆ³ y sintiĆ³ que sus extremidades se debilitaban.

   Pero Sergio no lo dejĆ³. Lo abrazĆ³ y lo hizo sentir su cuerpo mĆŗsculoso.

   Finalmente, Sergio lo dejĆ³ caer al suelo.

   ¡Romer sostuvo su dolorida cabeza y luchĆ³ para no desmayarse! PodĆ­a ver a Sergio por encima de Ć©l, flexionando sus mĆŗsculos y rugiendo triunfante.

   Cuando Sergio lo puso boca abajo, supo que todo habĆ­a terminado. 

   El referĆ­ iniciĆ³ el conteo, 1, 2…

   En vano Romer colgaba de su Ćŗltimo esfuerzo de dignidad.

   —¡No... no puede ser¡ —gimiĆ³ una y otra vez mientras Sergio se aferraba para que no se soltara. 

   La cabeza bulbosa del pene de Sergio se frotĆ³ vigorosamente contra la espalda de Romer.

   ¡Pero no! El leve movimiento de Romer lo salvĆ³ de la fase final del referĆ­, a escasos segundos de poner su palma en la lona. 

   Sergio gruĆ±Ć³ furioso. 

   AgarrĆ³ a Romer de los cabellos y lo obligĆ³ a enderezarse. 

   El luchador del club Zafiro gruĆ±Ć³, enviando su puƱo cerrado a la mandĆ­bula de Sergio. 

   —¡¡UNNGH!! —gruĆ±Ć³ el dj, retrocediendo por el golpe. 

   ¡Romer lanzĆ³ un golpe tras otro al poderoso Sergio hasta que cayĆ³ al suelo! 

   —¡Y EN ƉSTE MOMENTO SE ESTƁ CRECIENDO EN LUCHA, ROMER! —gritĆ³ SimĆ³n ChacĆ³n desde el espacio de los comentaristas.

   Sergio se frotĆ³ la cara punzante. 

   —¡Romer estĆ” dominando al luchador del club RubĆ­ —hablaba SimĆ³n a travĆ©s del micrĆ³fono. 

   Con poco esfuerzo, Romer levantĆ³ a Sergio y lo sostuvo en una llave. 

   Sergio se estremeciĆ³ al sentir una mano Ć”spera contra sus calientes nalgas.

   DistraĆ­do por su excitaciĆ³n, ¡Sergio no pudo hacer nada una vez que Romer lo levantĆ³ en alto!

   ¡El luchador del club RubĆ­ camino al esquinero mĆ”s cercano, gruƱendo mientras cargaba el fuerte Romer sobre Ć©l!

   Con un fuerte tirĆ³n, arrojĆ³ al hombre a una esquina del ring. 

   ¡El impacto sacudiĆ³ el cuerpo de Sergio, y gritĆ³ de dolor!

   CayĆ³ al suelo, con la espalda dolorida.

   —Unnnnhhh —eran sus gemidos mientras descansaba.

   Romer se riĆ³ arrogantemente. Para aclarar aĆŗn mĆ”s su dominio, se agachĆ³ y se posĆ³ sobre su espalda doblando una de sus piernas. El referĆ­ iniciĆ³ el conteo. 

   Pero antes de que la cuenta llegara a tres, Romer se agitĆ³. 

   Un Sergio enfurecido se puso de pie. Romer caminĆ³ a gatas y sobre sus rodillas se puso en alerta. Fue tomado por sorpresa. 

   ¡Los dos cayeron al suelo y lucharon por tomar el control!

   ¡Sergio pronto ganĆ³ la delantera, entregando su puƱo cerrado a la cara y pecho de Romer!

   Sergio saltĆ³ alto al aire y extendiĆ³ la pierna. DejĆ”ndola caer sobre el abdomen duro y expuesto de Romer. 

   El ataque hizo impacto y Romer gritĆ³ de dolor. 

   ¡Sergio bramĆ³ victorioso y levantĆ³ los puƱos en alto. 

   ¡NingĆŗn hombre era mĆ”s poderoso que Ć©l! PensĆ³ cuando aplicaba una llave de candado y el referĆ­ subĆ­a y bajaba la mano en su cuenta a tres. Era su victoria y sumaba tres puntos al club RubĆ­. 

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