āLa Ćŗltima función de la noche la segunda ronda por el mejor club āanunciaba Simón Chacón a travĆ©s del micrófonoā, la pelea serĆ” entre Lomax del club Amatista y Diego de Esmeralda, Ā”Coooooomenzamos!
Con un peso de 105 kg, el arrogante Lomax estampó un machetazo al pecho de Diego.
El miembro del club Esmeralda usaba el cabello crespo y marrón, su cuerpo era delgado y lo suficientemente rÔpido para moverse. Pero fue impactado por el antebrazo de Lomax cuando éste se apoyó contra las cuerdas y se abalanzó sobre él.
Lomax se sentó a horcajadas sobre su oponente y mostró con orgullo su cuerpo musculoso en una muestra de flexiones y poses.
ā”¿Y pensaste que podrĆas derrotarme cuando hiciste esa patĆ©tica entrada con una mĆŗsica de idiota y fuegos artificiales?! āgritó, haciendo rebotar sus pectorales repetidamente. Su polla se puso rĆgida y se levantó cuando se flexionaba sobre Diego!
Pero el joven no estaba listo para admitir la derrota.
āVoy a patearte el culo āmurmuró.
Lomax se levantó y golpeó la cabeza del muchacho con su pie. Después comenzó a levantarlo por los brazos.
Diego se puso de pie y se liberó del agarre de Lomax aplicando un gancho en su costado.
Se giró y luchó con todas sus fuerzas para tomar la delantera.
āLa victoria me pertenece āaseguró.
āĀ”No eres rival para mĆ! āescupió el musculoso de cabello cortoā. Ā”RĆndete y serĆ© bueno contigo al no lesionarte!
Los hombres se esforzaron el uno contra el otro mientras luchaban; sus pollas estaban erectas y se frotaron durante la lucha.
Después de un raro momento de debilidad para Lomax, Diego lo empujó e inmediatamente lo agarró en un abrazo de oso.
āĀ”UWAAAARGHH! āaulló de agonĆa, con los brazos y las piernas bien abiertos.
ā¿”QUĆ ME DECĆAS!? āgritó Diego aplicando presión en la espalda de su vĆctima.
”Lomax gritó y se sacudió, pero no pudo escapar!
Diego sonrió cuando sintió la polla dura como roca de Lomax presionando cómodamente contra sus abdominales.
Con un apretón mÔs, exigió:
āĀ”RĆNDETE!
Ā”Pero Lomax no renunciarĆa! Diego lo dejó caer al suelo, donde se quedó quieto.
āMi... mi espalda... āLomax gimió del dolor.
”Diego se subió a la cuerdas y saltó al aire, aterrizando con el codo!
āĀ”UURK! āLomax gruñó cuando el codo hizo contacto con su intestino.
Lomax comenzó a tener dudas sobre su victoria.
Diego lo estaba disfrutando, mucho mĆ”s de lo que pensaba. Una parte de Ć©l estaba feliz de que Lomax aĆŗn no admitiera la derrota. QuerĆa hacer sufrir a Ć©se imbĆ©cil tanto como pudiera.
Volteó a Lomax sobre su vientre y lo envolvió en varios fuertes golpes!
”Lomax estaba demasiado fuera de sà para resistir, solo pudo quedarse allà cuando Diego lo agarró por el tobillo y torció su pierna bruscamente hacia un lado!
āSiente esto, puta āgruñó Diego, aplicando el agarre cruel al musculoso hombre.
āĀ”AUUGH! āgritaba Lomax, soportando el impulso de rendirse.
Ā”Pero el movimiento final de Diego sobre el musculoso luchador demostrarĆa ser demasiado letal para que el poderoso Lomax lo aguantase!
Ā”Diego envolvió su robusto brazo alrededor de la garganta de Lomax y la apretó con fuerza en una llave para dormir! Si Lomax no se rendĆa, Ā”tendrĆa que aplicar una drĆ”stica medida!
āĀ”TE VOY A TORCER EL CUELLO COMO A UNA GALLINA āprometió, duplicando la presión.
Lomax luchó, Ā”pero su oponente era dueƱo de la ventaja! Ā”Estaba perdiendo oxĆgeno rĆ”pidamente!
āUrrrrr āLomax jadeó tratando desesperadamente de apartar el brazo de Diego. Se sintió triste de no poder otorgar a su grupo los tres puntos esa noche.
Al darse cuenta de que todo habĆa terminado, Lomax bajó los brazos en seƱal de rendición incondicional.
āĀ”Diego ES VICTORIOSO! āse anunció por el micrófono.
”El muchacho soltó al derrotado hombre que jadeó por aire!
Diego estaba orgulloso sobre el cuerpo del musculoso deportista de Amatista. Se puso de pie ante el público y subió a las cuerdas flexionando sus músculos en exhibición de puro poder.
Su polla dura como roca, tambiĆ©n, se erguĆa orgullosa y alta.
Mientras Lomax luchaba por recuperar sus sentidos y levantarse, podĆa sentir un hormigueo en los mĆŗsculos abultados de su cuerpo. De repente sintió una horrible debilidad pero tambiĆ©n el humillante sabor de la derrota.
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