El mejor club (6/9) - Las Bolas de Pablo

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26 jun 2020

El mejor club (6/9)

   —La Ćŗltima funciĆ³n de la noche la segunda ronda por el mejor club —anunciaba SimĆ³n ChacĆ³n a travĆ©s del micrĆ³fono—, la pelea serĆ” entre Lomax del club Amatista y Diego de Esmeralda, ¡Coooooomenzamos! 

   Con un peso de 105 kg, el arrogante Lomax estampĆ³ un machetazo al pecho de Diego. 

   El miembro del club Esmeralda usaba el cabello crespo y marrĆ³n, su cuerpo era delgado y lo suficientemente rĆ”pido para moverse. Pero fue impactado por el antebrazo de Lomax cuando Ć©ste se apoyĆ³ contra las cuerdas y se abalanzĆ³ sobre Ć©l. 

   Lomax se sentĆ³ a horcajadas sobre su oponente y mostrĆ³ con orgullo su cuerpo musculoso en una muestra de flexiones y poses.

   —¡¿Y pensaste que podrĆ­as derrotarme cuando hiciste esa patĆ©tica entrada con una mĆŗsica de idiota y fuegos artificiales?! —gritĆ³, haciendo rebotar sus pectorales repetidamente. Su polla se puso rĆ­gida y se levantĆ³ cuando se flexionaba sobre Diego!

   Pero el joven no estaba listo para admitir la derrota.

   —Voy a patearte el culo —murmurĆ³. 

   Lomax se levantĆ³ y golpeĆ³ la cabeza del muchacho con su pie. DespuĆ©s comenzĆ³ a levantarlo por los brazos. 

   Diego se puso de pie y se liberĆ³ del agarre de Lomax aplicando un gancho en su costado. 

   Se girĆ³ y luchĆ³ con todas sus fuerzas para tomar la delantera. 

   —La victoria me pertenece —asegurĆ³. 

   —¡No eres rival para mĆ­! —escupiĆ³ el musculoso de cabello corto—. ¡RĆ­ndete y serĆ© bueno contigo al no lesionarte!

   Los hombres se esforzaron el uno contra el otro mientras luchaban; sus pollas estaban erectas y se frotaron durante la lucha.

   DespuĆ©s de un raro momento de debilidad para Lomax, Diego lo empujĆ³ e inmediatamente lo agarrĆ³ en un abrazo de oso. 

   —¡UWAAAARGHH! —aullĆ³ de agonĆ­a, con los brazos y las piernas bien abiertos.

   —¿¡QUƉ ME DECƍAS!? —gritĆ³ Diego aplicando presiĆ³n en la espalda de su vĆ­ctima. 

   ¡Lomax gritĆ³ y se sacudiĆ³, pero no pudo escapar!

   Diego sonriĆ³ cuando sintiĆ³ la polla dura como roca de Lomax presionando cĆ³modamente contra sus abdominales.

   Con un apretĆ³n mĆ”s, exigiĆ³: 

   —¡RƍNDETE!

   ¡Pero Lomax no renunciarĆ­a! Diego lo dejĆ³ caer al suelo, donde se quedĆ³ quieto.

   —Mi... mi espalda... —Lomax gimiĆ³ del dolor.

   ¡Diego se subiĆ³ a la cuerdas y saltĆ³ al aire, aterrizando con el codo!

   —¡UURK! —Lomax gruĆ±Ć³ cuando el codo hizo contacto con su intestino. 

   Lomax comenzĆ³ a tener dudas sobre su victoria. 

   Diego lo estaba disfrutando, mucho mĆ”s de lo que pensaba. Una parte de Ć©l estaba feliz de que Lomax aĆŗn no admitiera la derrota. QuerĆ­a hacer sufrir a Ć©se imbĆ©cil tanto como pudiera.

   VolteĆ³ a Lomax sobre su vientre y lo envolviĆ³ en varios fuertes golpes!

   ¡Lomax estaba demasiado fuera de sĆ­ para resistir, solo pudo quedarse allĆ­ cuando Diego lo agarrĆ³ por el tobillo y torciĆ³ su pierna bruscamente hacia un lado!

   —Siente esto, puta —gruĆ±Ć³ Diego, aplicando el agarre cruel al musculoso hombre.

   —¡AUUGH! —gritaba Lomax, soportando el impulso de rendirse.

   ¡Pero el movimiento final de Diego sobre el musculoso luchador demostrarĆ­a ser demasiado letal para que el poderoso Lomax lo aguantase!

   ¡Diego envolviĆ³ su robusto brazo alrededor de la garganta de Lomax y la apretĆ³ con fuerza en una llave para dormir! Si Lomax no se rendĆ­a, ¡tendrĆ­a que aplicar una drĆ”stica medida!

   —¡TE VOY A TORCER EL CUELLO COMO A UNA GALLINA —prometiĆ³, duplicando la presiĆ³n.

   Lomax luchĆ³, ¡pero su oponente era dueƱo de la ventaja! ¡Estaba perdiendo oxĆ­geno rĆ”pidamente!

   —Urrrrr —Lomax jadeĆ³ tratando desesperadamente de apartar el brazo de Diego. Se sintiĆ³ triste de no poder otorgar a su grupo los tres puntos esa noche. 

   Al darse cuenta de que todo habĆ­a terminado, Lomax bajĆ³ los brazos en seƱal de rendiciĆ³n incondicional.

   —¡Diego ES VICTORIOSO! —se anunciĆ³ por el micrĆ³fono. 

   ¡El muchacho soltĆ³ al derrotado hombre que jadeĆ³ por aire!

   Diego estaba orgulloso sobre el cuerpo del musculoso deportista de Amatista. Se puso de pie ante el pĆŗblico y subiĆ³ a las cuerdas flexionando sus mĆŗsculos en exhibiciĆ³n de puro poder.

   Su polla dura como roca, tambiĆ©n, se erguĆ­a orgullosa y alta. 

   Mientras Lomax luchaba por recuperar sus sentidos y levantarse, podĆ­a sentir un hormigueo en los mĆŗsculos abultados de su cuerpo. De repente sintiĆ³ una horrible debilidad pero tambiĆ©n el humillante sabor de la derrota. 

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