El mejor club (4/9) - Las Bolas de Pablo

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22 jun 2020

El mejor club (4/9)

   Daba inicio a la segunda semana de la temporada al Mejor Club en Cinturón de honor, en esta primera ronda los capitanes de los 6 equipos se enfrentaban entre sĆ­, el vencedor acumulaba 3 puntos en la tabla y el derrotado sumaba uno. La fecha de la pelea esa noche estaba entre el Club Ɓmbar y el equipo Diamante

   Pablo Chacón, el presidente de la empresa cerraba su oficina para ir a al teatro donde iba a disputarse la pelea cuando de repente alguien lo abrazó por la espalda pasando una mano por su cuello y la otra envolviendo su paquete tomando con ello sus grandes testĆ­culos, abrió los ojos sorprendido y se quedó esperando que le apretaran sus joyas familiares pero no le hicieron ningĆŗn daƱo por el contrario el hombre que lo habĆ­a tomado arrimó su falo contra sus nalgas. 

   —Cuando termine esta noche y sea el ganador vendrĆ© a follarte por el culo —le susurró al oĆ­do. 

Pablo reconoció la voz, su pene se contrajo pero reaccionó lo mĆ”s pronto posible dando un codazo a Pol en las costillas y le piso el desnudo pie liberĆ”ndose de su agarre. 

   Pol y Ć©l tuvieron una discusión semanas atrĆ”s con una pequeƱa lucha y la relación de ellos se debatĆ­a entre el amor y la socarroneĆ­a. 

   Pol dio unos brincos agarrando su pie, estaba con el cuerpo semidesnudo a excepción de su truza de color azul. 

   —¿Follarme por el culo? —repitió Pablo alzando una ceja y tomando actitud incrĆ©dula—. ¿Con Ć©se insignificante palo que tienes entre las piernas? ¡No me hagas reĆ­r! 

   Pol hizo una sonrisa orgullosa. 

   —No me subestimes, Chacón. Tarde o temprano te verĆ© arrodillado ante mĆ­ comiendo de mi verga. 

   Pablo clavó la vista al techo. 

   —IrĆ© al teatro, allĆ­ me espera David, mi esposo. SerĆ” mejor que ganes esta noche, aunque lo dudo. Recuerda que tu contrato estĆ” que se cae de mi escritorio directo al cesto de la basura. 

   —Brrrrrrr. Cualquier empresa estĆ” dando gritos por mĆ­. Anda y ve con tu esposo, aquel negro horrible. 

   Pablo le hizo una seƱa obscena con el dedo medio, dio una vuelta y se fue. 

   El contrincante de esa noche frente a Pol era miembro del club Diamante, su nombre era Patricio y parecĆ­a un jugete mattel, era alto, guapo y rubio, con un cuerpo atlĆ©tico y entrenado en muchas rutinas de gimnasio. Su encantadora figura no ocultaba que era un luchador letal y peligroso. 

   Pol y Ć©l garantizaban que iban a tener una pelea interesante en el Ćŗltimo show de la noche. 

   Simón Chacón estaba sobre el anillo de pelea describiendo a los dos rivales que se dirigĆ­an distintos tipos de miradas. Pol estaba decidido y Patricio estudiaba donde iba a causar mĆ”s impacto. 

   Al sonido de la campana la lucha vale todo arrancó. 

   —¡ESTO TERMINA AQUƍ! —aseguró Pol. Su cuerpo se tensó con la anticipación de la batalla. Ansioso por comenzar, saltó hacia adelante y lanzó un poderoso golpe al pecho del luchador Diamante.

   ¡El golpe desestabilizó fĆ”cilmente el fervoroso rival y lo hizo retroceder!

   —¡HURGH! —gruñó Pol volviendo a golpear de nuevo, esta vez derribando a Patricio al suelo. 

   El miembro Diamante sacudió la cabeza y luchó por recuperar la compostura. Levantó la vista para ver que Pol estaba subiendo las cuerdas. 

   ¡Listo para acabar con Ć©l, el luchador del club Ɓmbar iba a estrellar todo su peso del cuerpo contra el "cara de muƱeca"! 

   ¡Pero Pol subestimó la velocidad de Patricio!

   ¡Y se lanzó al vacĆ­o! 

   ¡Patricio levantó sus poderosas piernas en alto y atrapó el bulto del luchador!

   —¡OOOOORRRRRGGGGGG! —rugió a Pol con todo el dolor del mundo explotando desde sus testĆ­culos. Su precisión perdió efecto y aterrizó lejos de Patricio retorciĆ©ndose y agarrando sus gónadas en medio de quejidos y babas agónicas. 

   Patricio sintió una descarga de adrenalina en sus venas, saliendo ileso del despiadado intento de ataque.

   Volvió la cabeza hacia el Pol y resopló:

   —¡¡PATƉTICO!!

   Seguido, se pavoneó alrededor del cuerpo caĆ­do y herido de Pol. El golpe habĆ­a hecho bastante daƱo en su costado ademĆ”s del dolor que emanaba de sus cojones. 

   Esa ventaja podrĆ­a ser de corta duración, consideró Patricio.

   Y de repente, ¡Pol saltó al aire!

   —¡ERES MƍO, Patito! —bramó, con los puƱos preparados para hacer golpear. 

   Patricio actuó mĆ”s rĆ”pido y con un gruƱido apretó los puƱos y los estrelló sobre los enormes y poderosos pectorales de su rival. 

   Con cada golpe, desataba sus frustraciones. Sus puƱos se estrellaban en el pecho de Pol, se acercaba a cumplir su mĆ”xima fantasĆ­a.

   ¡Pol aulló de dolor y luchó por recuperarse!

   ¡Aprovechando la oportunidad, Patricio llevó sus puƱos sobre la cabeza del participante del club Ć”mbar!

   Pol gimió y cayó a la lona.

   Patricio agarró a Pol por su pierna carnosa. Incluso con su fuerza, le llevó un gran esfuerzo arrastrar al guerrero Ɓmbar hacia el esquinero mĆ”s cercano.

   ¡PodĆ­a sentir que la victoria estaba cerca!

   ¡En solo unos momentos, enrollarĆ­a su cuerpo sobre Ć©l y aplicarĆ­a una llave y finalmente proclamarĆ­a la victoria y sus tres puntos!

   Pero justo cuando estaba a punto de acabar con su nĆ©mesis, Patricio sintió una dolor familiar en su ingle.

   Miró el cuerpo derribado de Pol y se estremeció cuando el dolor explotó desde su entrepierna a todo el cuerpo. 

   Pol aplastaba los órganos productores de semen de Patricio con la palma de su mano. 

   —¡Gusano! —gruñó Pol, apretando su puƱo alrededor de las bolas de Patricio. 

   Pol se movió de debajo del luchador, mientras lo mantenĆ­a bajo control.

   —VOY A ARRANCAR LAS BOLAS DE TU CUERPO —rugió. 

   ¡Patricio gritó y suplicó a Pol que perdonara su virilidad!

   Pol desató su furia en el cuerpo de Patricio, dando un golpe tras otro!

   ¡Patricio gruñó en agonĆ­a recibiendo la peor parte de los puƱos del participante del club Ɓmbar! Luchó para soportar los ataques, pero su virilidad palpitante nubló su juicio. DolĆ­a que le fulminaran los testiculos.

    Pol resopló y dejando escapar las gónadas de Patricio empujó sus dos puƱos sobre su mandĆ­bula.

   Patricio retrocedió y Pol fue a por Ć©l. 

   ¡Lo agarró y lo levantó del suelo! Su agarre se mantuvo firme, y gruñó amenazadoramente.

   —¡VOY A GANAR! 

   Patricio intentó maniobrar para escapar del ataque. 

   Con el simple movimiento de su brazo, Pol arrojó a Patricio contra el esquinero!

   Patricio chocó contra el poste y cayó en el suelo gimiendo de dolor. Le dolĆ­an los mĆŗsculos y ansiaban alivio.

   Para su fortuna, Pol se echó sobre su espalda y levantó la rodilla de Patricio, el referĆ­ fue hasta su lado y empezó el conteo atribuyendo los tres puntos de victoria para el club Ɓmbar. 

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