Minutos antes de su pelea, Jorge ensayaba ante una pera de boxeo, como era un hombre pesado su golpes hacian fuerte eco al estrellar sus puƱos en el material. Estaba acompaƱado por un viejo amigo y conocido del blog se trataba de Erick, que de vez en cuando desviaba su vista a la entrepierna del luchador del club Ćmbar, los genitales del varón parecĆa un grueso chorizo guardado en su pantalón corto.
—Estoy preocupado, huevón —decĆa el hombre resbalando sudor por su moreno rostro—. El club Ćmbar siempre ha sido de lo peor en la empresa, muchas veces nos han eliminado en la temporada regular. Esta vez quiero que todo sea diferente.
—TĆŗ eres bueno —alegó Erick—, te conozco desde siempre. Como vecino eres genial.
—Quiero llevar al equipo a la cĆŗspide.
—Hostia, majo, si te propones algo puedes lograrlo —afirmó Erick—. Me has dicho que has entrenado mucho. Y te veo estupendo. SerĆ”s el ganador.
—Gracias.
—Joder, serĆ” mejor que me vaya. No voy a entretenerte mĆ”s, la pelea ya va a iniciar y no me la quiero perder. Te deseo buena suerte, chaval.
—Gracias —Erick le dio unas palmadas en la espalda—, a propósito, Erick, ¿cómo has entrado a esta Ć”rea?
Erick sonrió y le mostró la tarjeta que daba acceso al gimnasio del club Ćmbar.
—Se la he hurtado momentĆ”neamente a Pablo —Erick se rio—. Voy a correr a su oficina a dejarlo en el escritorio antes de que me pille.
Jorge se rio y detuvo su fase de entrenamiento.
—¿Mucha confianza con el jefe?
—SĆ, soy uno de sus mejores amigos.
—¡Ah!
—Mucha suerte —dijo Erick. Y abandonó el recinto.
NicolĆ”s, el luchador del club Amatista que se enfrentarĆa a Jorge, tambiĆ©n estaba recibiendo presión de parte del director del club. Ambos club tenĆan pocos seguidores por sus constantes derrotas en temporadas regulares. Aquella mĆŗltiple batalla de clubes inĆ©dita representaba un renacer para Amatista.
NicolĆ”s era rubio, bien parecido y fuerte. Iba a luchar con una trusa negra. DarĆa el todo por el todo para ganar los tres puntos iniciales.
La expectativa para la presentación de aquella batalla de esa noche representó frĆas reacciones para la asistente fanaticada. Pablo estaba preocupado por las pocas ventas de entradas.
—Ya relajate —dijo David, sentado a su lado.
—¿QuĆ© pasa si mi gestión se va a pique?
—Si te caes, te sacudes el polvo y sigues caminando.
Pablo afirmó con la cabeza, le guiñó un ojo y se preparó para disfrutar la pelea, lo acompañaban también Israel y Marcos Chacón.
Simón hacĆa su presentación ante las cĆ”maras. Saludó a los espectadores hizo un breve resumen de la temporada y presentó a los luchadores. Jorge hizo su debut flexionando los bĆceps mientras un juego de efectos pirotĆ©cnicos iluminaban su caminar. NicolĆ”s saludó a la audiencia con un video de sus luchas y la canción American Idiot de Green Day pues era aficionado a ese equipo musical. Subió al cuadrilĆ”tero y agitó los brazos, seguido trepó a la cuerda superior donde sonrió a la audiencia, lamentablemente fue tomado por sorpresa por Jorge.
La campana también sonó.
¡Jorge golpeó sus enormes puƱos contra los costados de NicolĆ”s, obligĆ”ndolo a bajarse confundido!
—¡UNGH! —gimió NicolĆ”s, sintiendo la fuerza del impacto.
Jorge puso una mano en el hombro de NicolĆ”s y envió tres sólidos rodillazos a los testĆculos del varonil luchador Amatista.
El experimentado luchador lo soltó. Sin Jorge para mantenerlo estable, NicolĆ”s se dobló adolorido y cayó al suelo, gimiendo de dolor. Luchó por recuperar sus fuerzas a pesar de las palpitaciones que salĆan de sus grandes bolas, en aquel momento Jorge se pavoneaba ante el pĆŗblico.
El luchador de Ćmbar afirmaba poses de triunfo.
NicolÔs sacudió la cabeza y levantó su fornido cuerpo.
—Urgh... Ćmbar de mierda... — comentó, mirando con aborrecimiento a la bestia musculosa ante Ć©l.
Jorge le giñó un ojo a NicolĆ”s y le mostró sus bĆceps dotados de mĆŗsculos.
NicolĆ”s se levantó, palpó sus testĆculos una Ćŗltima vez y asumió una postura de pelea. Corrió hacia adelante y lanzó una serie de golpes en los abdominales de Jorge!
¡Golpeó una y otra vez, castigando a Jorge!
—¡GRUUH! —rugió Jorge, soportando la ira del muchacho del club Amatista.
NicolĆ”s golpeó a Jorge con fuerza en el estómago, haciendo que se doblara. Cuando lo logró, ¡lo golpeó en la mandĆbula con su rodilla!
Jorge gruñó con cada embestida que recibió. El mundo a su alrededor comenzó a desdibujarse: ¡sabĆa que tendrĆa que actuar rĆ”pido o serĆa sometido y perder los tres puntos!
¡Pero fuerte y temible como era, la ofensiva ciega de NicolĆ”s lo dejó dĆ©bil!
¡Jorge aprovechó una oportunidad, que podĆa ser la Ćŗnica, y agarró a su contrincante con un firme apretón!
NicolÔs se quedó aturdido por un momento, sin darse cuenta de lo que iba a suceder.
¡Jorge gruñó y apretó los costados del miembro Amatista, levantando su cuerpo del suelo!
¡¡¡Jorge giró de lado el cuerpo de NicolĆ”s en su poderoso agarre y saltó!!
¡El joven gritó de miedo cuando el poderoso capitĆ”n del club Ćmbar lo llevó al suelo en un aplastante bodyslam!
¡NicolĆ”s recibió la mayor parte del impacto cuando Jorge empujó su cuerpo contra la lona dura!
Jorge flexionó sus músculos cuando NicolÔs gritó y contuvo su dolor de espalda. Le dio la vuelta y, después de apuntar con cuidado su enorme pie, dio un pisotón devastador al torso de NicolÔs.
Jorge sentó su pesado cuerpo sobre la espalda de NicolĆ”s, ¡clavĆ”ndolo al suelo!
Aunque rÔpidamente se dio cuenta de que era imposible, NicolÔs luchó para escapar del doloroso agarre.
Jorge golpeó sus nudillos una y otra vez contra el cuerpo de su joven retador que gemĆa.
Dominar a ese muchacho hizo que su polla se elevara y se hinchara. Con cada golpe, el miembro del luchador del club con la piedra amarilla se balanceaba, arrojando su presemen a la truza.
Finalmente, incapaz de resistir mĆ”s, ¡NicolĆ”s gritó su rendición!
—¡Me rindo...!
¡Pero Jorge no podĆa oĆrlo por el sonido de sus propios gruƱidos!
—¡ME RINDO! —NicolĆ”s gritó a todo pulmón, con la esperanza de que el ganador se detuviera.
NicolĆ”s se derrumbó en el suelo y gimió sobre la lona. Se sentĆa humillado, eran constantes la derrota del club Amatista, le habĆa llegado el rumor que de haber mĆ”s iban a suprimir el equipo.
¡Mientras su mente divagaba en la eliminación, podĆa sentir a Jorge flexionar su poderoso cuerpo sobre el suyo!
Jorge rugió cuando se apoderó de la victoria. Los tres puntos eran para él.
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