BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Freddy observó como quien mira estiércol en la calle a Erick.
—Inclínate y lame mis botas —le ordenó al muchacho.
—Sí, amo —afirmó Erick. Se colocó de rodillas ante el poderoso macho y bajó la mirada. Después la levantó hacia su rostro.
–No te he dicho que me mires —indicó Freddy—. Lame mi bota, te he dicho, perro.
En su lugar Erick apretó el puño derecho y trasladó un uppercout entre los muslos de Freddy aplastando sus huevos.
La ruda cara del hombre cambió cuando el impacto aplanó su hombría. Enseguida dio un paso atrás. Con el rostro contorsionado por el dolor.
Erick se enderezó con el semblante lleno de rabia.
—No quiero seguir en esto —le afirmó—. La última vez te lo dije y te burlaste de mí.
Envío pie hacia atrás y lo estrelló entre los muslos de Freddy.
Freddy gruñó de dolor, su cuerpo magníficamente esculpido se quedó paralizado de dolor.
—Distas mucho de ser un macho alfa dominante, ¿y quieres saber por qué? ¡PORQUE NO TIENES POLLA! MI SOBRINITO LA TIENE MÁS GRANDE QUE TÚ. JA, JA, JA.
No supo cómo pero Freddy se las arregló para patear con su pesada bota las bolas de su perro con toda la fuerza que pudo reunir.
Erick gritó de dolor, seguida retrocedió con las piernas temblando como gelatinas incapaz de poderse sostener por mucho tiempo. Efectivamente cayó al suelo.
—A partir de este momento te voy a enseñar a quien se respeta —afirmó Freddy—. Nunca en tu vida se te ocurra hacer una rebelión contra tu amo.
De pie ante Erick le escupió el trasero. Acomodó su pequeño pene ante la entrada del agujero y comenzó a follarlo con fuerza y sin piedad, enterrando su micro polla en el cuerpo de Erick.
—Ningún perro muerde la palma del amo, ¡inmoral! ¡Te mereces esto y más!
Freddy continuaba penetrando de manera feliz el trasero de su esclavo, golpeaba y apretaba sus bolas de vez en cuando.
—Ponte de rodillas, me voy a correr en tu cara —ordenó Freddy sacando su pene del culo de Erick y sacudiéndolo febrilmente.
El joven obedeció, colocándose de rodillas ante un Freddy que jadeante manipulaba su miembro, sus testículos comenzaban a ascender y fue cuando Erick los golpeó con la palma de su mano.
Freddy gimió de dolor al mismo tiempo que una cuerda de potente esperma salía expulsada.
Erick lo golpeó en las huevas, haciéndolo doblarse y gemir de dolor.
—Esto se acabó —concluyó el muchacho poniéndose de pie mientras su supuesto amo se caía sobre su propio charco de leche.
—Inclínate y lame mis botas —le ordenó al muchacho.
—Sí, amo —afirmó Erick. Se colocó de rodillas ante el poderoso macho y bajó la mirada. Después la levantó hacia su rostro.
–No te he dicho que me mires —indicó Freddy—. Lame mi bota, te he dicho, perro.
En su lugar Erick apretó el puño derecho y trasladó un uppercout entre los muslos de Freddy aplastando sus huevos.
La ruda cara del hombre cambió cuando el impacto aplanó su hombría. Enseguida dio un paso atrás. Con el rostro contorsionado por el dolor.
Erick se enderezó con el semblante lleno de rabia.
—No quiero seguir en esto —le afirmó—. La última vez te lo dije y te burlaste de mí.
Envío pie hacia atrás y lo estrelló entre los muslos de Freddy.
Freddy gruñó de dolor, su cuerpo magníficamente esculpido se quedó paralizado de dolor.
—Distas mucho de ser un macho alfa dominante, ¿y quieres saber por qué? ¡PORQUE NO TIENES POLLA! MI SOBRINITO LA TIENE MÁS GRANDE QUE TÚ. JA, JA, JA.
No supo cómo pero Freddy se las arregló para patear con su pesada bota las bolas de su perro con toda la fuerza que pudo reunir.
Erick gritó de dolor, seguida retrocedió con las piernas temblando como gelatinas incapaz de poderse sostener por mucho tiempo. Efectivamente cayó al suelo.
—A partir de este momento te voy a enseñar a quien se respeta —afirmó Freddy—. Nunca en tu vida se te ocurra hacer una rebelión contra tu amo.
De pie ante Erick le escupió el trasero. Acomodó su pequeño pene ante la entrada del agujero y comenzó a follarlo con fuerza y sin piedad, enterrando su micro polla en el cuerpo de Erick.
—Ningún perro muerde la palma del amo, ¡inmoral! ¡Te mereces esto y más!
Freddy continuaba penetrando de manera feliz el trasero de su esclavo, golpeaba y apretaba sus bolas de vez en cuando.
—Ponte de rodillas, me voy a correr en tu cara —ordenó Freddy sacando su pene del culo de Erick y sacudiéndolo febrilmente.
El joven obedeció, colocándose de rodillas ante un Freddy que jadeante manipulaba su miembro, sus testículos comenzaban a ascender y fue cuando Erick los golpeó con la palma de su mano.
Freddy gimió de dolor al mismo tiempo que una cuerda de potente esperma salía expulsada.
Erick lo golpeó en las huevas, haciéndolo doblarse y gemir de dolor.
—Esto se acabó —concluyó el muchacho poniéndose de pie mientras su supuesto amo se caía sobre su propio charco de leche.
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