Gastón fue el escogido al azar por los Chacón para la pelea, era el hermano menor de Horacio y Dereck. Era alto. Tenía el cabello negro y cara atractiva. Su erección estaba delineada en su jeans, apuntando a un lado.
Erick se dio la vuelta, ya estaba desnudo para representar a los hombres comunes, su polla se balanceaba señalando a Gastón.
—Hola, voy a batirte los huevos —le sonrió a Gastón.
Gastón se sonrojó, haciendo que Erick se riera.
El joven Chacón se aclaró la garganta y se ajustó la entrepierna.
Erick le miró la ingle y se echó a reír.
—Está bien, muchachos —intervino Bastian—. Quiero que comience la pelea.
Erick y Gastón se miraron y sonrieron.
Gastón se quitó los zapatos, los calcetines, los jeans y la camisa. Tenía piernas y brazos fuertes, un pecho afeitado y abdominales definidos.
El pene de los contrincantes lucían muy duros.
Gastón se pasó la mano por el pecho y se pellizcó los pezones. Se aclaró la garganta. —Estoy listo —sonrió.
Erick le sonrió. Estaba desnudo excepto por sus calcetines y zapatos —Yo también.
Sin previo aviso, Gastón se abalanzó sobre Erick, envolvió sus brazos alrededor de él e interpuso su rodilla en sus testículos.
Erick gritó de dolor. Agarró el miembro de Gastón y clavó las uñas en él, haciendo que el muchacho gritara y retrocediera.
Erick hizo una mueca y se dobló, agarrando sus bolas colgantes.
Gastón pasaba su mano sobre su polla, mirando de cerca para ver si había algo de sangre pero no fue así.
Erick se enderezó.
Gastón sonrió.
De repente, Erick pateó las bolas de Gastón con fuerza. Su pie calzado aterrizó justo en el blanco, golpeando sus preciosas joyas contra la pelvis y logrando que el muchacho de cabello negro gimiera de dolor.
—Oooh —se burló Erick doblando su cuerpo e imitándolo.
Gastón se agarró las ñemas y gimió de dolor, respirando con dificultad.
—¿Crees que tus cocos se recuperarán algún día? —preguntó Erick con expresión inocente en su rostro.
Gastón gimió.
Erick se echó a reír y se dio la vuelta. Se inclinó y abrió las piernas, mirando a Gastón a través de sus muslos. Sus manos subieron por sus dos piernas hasta que sus dedos medios tocaron su agujero fruncido. Su polla dura y sus bolas abultadas estaban encajadas entre sus muñecas. —Hola, Gastón.
El joven levantó la vista, en silencio, cerró el puño. Luego, con un movimiento preciso, golpeó las pelotas de Erick.
El mejor amigo de Pablo dejó escapar un grito agudo y tropezó hacia adelante.
Gastón se levantó y condujo su pierna hacia atrás. Pateó las huevas de Erick, metiendo el empeine en su entrepierna y aplastando sus delicados testículos.
Erick tosió y cayó al suelo.
Gastón sonrió.
Erick gimió.
Gastón Chacón se arrodilló a su lado y agarró sus pezones con ambas manos.
Erick se retorcía de dolor.
El pene de Gastón seguía duro como el fierro, apuntando a la cara de Erick.
Apretó los pezones del cabelludo hombre con fuerza, sacando un gemido triste de sus labios.
Gastón retorció aquellos pezones con sus dedos.
Erick gritó.
Extendió la mano derecha y agarró las bolas de Gastón. Sus dedos se envolvieron alrededor de la bolsa escrotal que aplastó con fuerza.
Los ojos de Gastón se abrieron. Apretó los dientes y aumentó la presión sobre los pezones de Erick mientras Erick apretaba sus bolas con las manos.
Ambos gritaron de dolor.
Los dos intentaban tomar la delantera. Erick estaba amasando y retorciendo las frágiles bolas de Gastón, mientras Gastón hacía lo mismo con los pezones de Erick.
Gritos y gemidos llenaron la habitación. Sus compañeros les daban ánimos.
Sus pollas seguían muy duras.
De repente, Gastón decidió cambiar de táctica.
Soltó el pezón derecho de Erick y rápidamente agarró su suave escroto.
—¡Gilipollas! —gritó Erick.
Gastón hacía muecas de dolor. Con toda la fuerza que pudo reunir, exprimió las bolas de Erick y su pezón izquierdo.
Erick intentó contrarrestar moliendo las gónadas de Gastón, pero después de un rato, gritó: —¡Puta madre! ¡Me rindo!
Gastón soltó el pezón de Erick y también sus testículos.
Erick apartó los brazos y rodó a un lado, frotándose el pecho y agarrando sus bolas.
Gastón estaba jadeando. Hizo una mueca de dolor y se dobló, sosteniendo sus gónadas.
Un par de segundos después, levantó la vista y sonrió a través del dolor.
Erick se dio la vuelta y miró a Gastón. Sus ojos estaban llenos de lágrimas y sus pezones se tornaban de color rojo. Su polla seguía dura y con fugas de presemen.
—Así que Gastón otorga un punto a los Chacón en la tabla.
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