THE SIDEKICK (9/15): GATÚBELA - Las Bolas de Pablo

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19 feb 2020

THE SIDEKICK (9/15): GATÚBELA

   Mientras Jason pasa tiempo en San Francisco con los Titanes, el crimen no descansa en Ciudad Gótica. Bruce tenía tiempo rastreando una red de prostitución de menores. Esa noche se llevaría acabo en la bodega de un puerto marítimo, una reunión entre los líderes de esta organización encabezada por Roman Sionis (Black Mask).


   El objetivo de Bruce era la captura de Roman para llevarlo ante la justicia y la liberación de tres furgones llenos de mujeres menores de edad de diferentes nacionalidades que llegaría unas horas después. El hombre murciélago hizo como siempre un trabajo impecable, ágilmente inmovilizó a todos los presentes incluido Black Mask. Batman se disponía a llamar a Jim Gordon para que la policía llevara a estos criminales a la cárcel cuando súbitamente una lluvia de disparos con fusil de francotirador asesinó a todos los criminales, excepto a Sionis a quien Batman logró cargar para ponerlo a salvo detrás de un furgón vacío.

   El lugar no era seguro como para exponer a Jim y a sus oficiales a una posible muerte, Bruce debía encargarse de la amenaza que estaba frente a él, por solo un segundo Batman deseo que Jason estuviera con él para mandarlo a investigar la situación o urdir un plan para capturar al misterioso francotirador.

   Black Mask estaba sentado en el piso, totalmente amarrado, de pronto vio acercarse una ágil sombra que lo pateo en la cabeza dejándolo inconsciente al instante. Batman había mandado un dron insecto a buscar al misterioso francotirador y lo encontró, las imágenes que el dispositivo recolectaba se proyectaban directo a su ojo, no se percató de la presencia de esta sombra hasta que oyó el fuerte golpe a sus espaldas.


   Al voltear se encontró con una atractiva mujer alta y fuerte de 1.80 de estatura, que además llevaba tacones que la hacían lucir aun mas imponente. La mujer llevaba puesto un ceñido traje de licra negro que simulaba ser cuero y una máscara de gato con goggles rojos.

   –Miau –dijo ella.

   –Selina, veo trajiste a Holly.

   –Nunca me defraudas Bruce, ella es mi sidekick, por lo que veo Robin no está contigo –La mujer acercó su cara a la de Bruce y lamió su cachete- Salúdame al muchacho, me gustó mucho jugar con él el otro día, es un joven semental como tú.

   Ella tocó con el dedo índice el pecho de Batman, el hombre bajó la mirada para ver el punto de presión  y vio una luz láser apuntando a su corazón.

   –Estoy muy segura de que el calibre del fusil puede atravesar tu traje –comentó Selina– me llevaré a Black Mask, no intentes seguirme, si valoras tu vida.
  
   –¿Qué harás con él? –preguntó Batman.

   –Matarlo, después de torturarlo por supuesto –dijo ella.

   –No lo puedo permitir, tú no puedes decidir quien vive o muere.

   –Mira a tu alrededor Batman ¿ves todo los cadáveres que hay? Esa decisión ya fue tomada –respondió ella.

   Selina cargó sin problema a Sionis en su hombro y caminó para alejarse de Bruce.

   –¡Espera! –gritó Bruce. Selina volteó.

   Batman estaba estrujando su entrepierna con ambas manos y tenía inclinada la pelvis hacia el frente para permitir a la mujer tener una mejor vista de su enorme paquete.

   –¿No quieres jugar? ¿Qué tal una apuesta?

   –Este hombre ha causado mucho daño, especialmente a Holly ¿recuerdas cuando la rescatamos? Los dos, tú y yo, Holly es una niña de 16 años y fue prostituida por la organización que este hombre preside. Esto lo hago por ella.

   –Y ahora es una asesina.

   –¡Es dueña de su destino! –dijo Selina– Lo siento Bruce hoy no jugaremos.

   –¿Segura que no me quieres patear? –preguntó Bruce de forma coqueta– ¿No quieres sostenerlos y apretarlos hasta que se escape toda mi fuerza y no pueda ni ponerme en pie?

   La chica soltó una veloz patada que golpeó de lleno las bolas de Batman. El inesperado golpe fue mas doloroso por la posición de los testículos sujetos por el propio Bruce, el hombre gruñó, sacudió su cabeza y se agachó cerrando las piernas.

   –No estés jugando conmigo Bruce, tienes puesto tu traje, ese golpe no te dolió.

   –Desde el momento en que agarre mi paquete desactivé la protección –respondió Batman protegiéndose las bolas– ante todo soy un caballero, mi traje tiene una nueva interfaz telepática que no es muy estable, pero recibe algunos comandos simples directo con el pensamiento.

   –Bueno, caballero de la noche, Holly me ha dado permiso de divertirme contigo –dijo Gatúbela tocando un chícharo en su oído derecho– Vuelvo en seguida.

   La mujer se perdió rápidamente entre las sombras cargando a Roman, volvió unos minutos después ella sola.

   –Holly se encargará de vigilar a Black Mask y de apuntarte mientras nos divertimos –respondió ella.

   –Si yo gano, dejarás que Ronan vaya a prisión –propuso él.

   –No, no, no, tú estas muy equivocado, esto no es una apuesta, ganes o pierdas, Black Mask se va conmigo, ¿recuerdas a mi francotiradora? yo solo lo hago por la diversión –respondió ella– ¿y bien? ¿qué esperas? conoces las reglas, eres tú quien quiso jugar.


   Batman comenzó a desvestirse hasta quedar completamente desnudo frente a Selina, solo se dejó puesta una pulsera de cuero negra. Al igual que Jason, ella pensaba que el traje podía proveerle algún tipo de protección oculta. Selina miró la larga verga y los  enormes huevos de Bruce Wayne y se relamió los labios. Ambos se pusieron en guardia, listos para combatir.

   Luchar contra Selina era un reto para Bruce, pues ella no solo era una hábil peleadora, además tenía una fuerza, velocidad y resistencia sobrehumana, cualquier hombre se moderaría al luchar contra una mujer, pero con Selina las cosas eran diferentes, Bruce podía golpearla sin contenerse, más aun ella podía lastimarlo realmente, eso a él le excitaba.

   Durante unos minutos ambos intercambiaron golpes hasta que ella finalmente logró conectarle una patada en los huevos que resonó por todo el lugar, es muy diferente el sonido de golpear testículos con ropa a golpearlos totalmente desnudos. Bruce podía resistir el dolor, sin embargo la fuerza de Selina era superior a la de cualquier hombre común, durante una fracción de segundo, como es normal, en lo que su cuerpo se adapta, él se distrajo, ella aprovechó ese momento para conectar enseguida una patada a su cabeza y una patada de hacha que hizo morder el polvo al hombre murciélago.

   –Eres muy fuerte, pero también eres lento –dijo ella.

   Bruce se puso de pie velozmente, nuevamente intercambiaron golpes, llaves y contra llaves en los brazos durante varios minutos.  El hombre le lanzó una patada giratoria a la cabeza que ella logró sujetar, dejándolo totalmente expuesto, ella le soltó tres poderosos rodillazos en los testículos que lo hicieron inclinarse un poco al frente, luego le dio un beso tronado en la mejilla y volvió a conectarle otros tres rodillazos.


   Bruce finalmente pudo bajar su pierna y cubrir sus bolas, ella aprovechó que Bruce tenía la guardia baja para conectarle una patada frontal en el mentón que lo hizo retroceder unos pasos, debido al golpe él quedó totalmente desprotegido durante un par de segundos, la mujer lo sujetó de los testículos y colocando la otra mano en su pecho, lo levantó por encima de su cabeza, mientras le apretaba las bolas. Segundos después ella retiró el apoyo de una mano, Bruce quedó de cabeza a espaldas de Selina colgando de sus bolas, la chica las apretó aun más.

   No solo Selina era fuerte, debido al brutal encuentro con Jason, Bruce había perdido resistencia. Por primera vez Batman sentía un dolor intenso en las bolas y no pudo evitar comenzar a gritar.

   –Suéltame maldita perra.  ¡Ahhh!

   –¿Si sabes que los gatos odiamos a los perros? –dijo ella estrujándolo con más fuerza.

   –¡Ahhhhh!

   Él la golpeó como pudo, con puños y codazos pero su posición no era buena para un contraataque, ya que también tenía que sujetarse del torso de la mujer para evitar que su peso completo le provocara aun más dolor. Extendió su mano hasta llegar a la entrepierna de ella y clavó sus dedos en su vagina, ella llevaba puesto su traje, aun así el roce de los dedos de Bruce la hizo temblar y la piel se le puso de gallina.

   Ella lo dejo caer al piso. Bruce se revolcó en posición fetal durante unos segundos mientras se sobaba las bolas y gruñía de dolor.

   –Con que finalmente nos ponemos serios –dijo ella.

   La chica comenzó a patearlo en la cabeza con el talón, él no podía cubrirse por que dejaría desprotegidas sus bolas, sin embargo ella usaba tacones, el tacón pasó muy cerca de su sien, de hecho le abrió una honda herida en el cachete. En la siguiente patada, Bruce sujetó su bota e incorporándose rápidamente  la hizo caer de espaldas.

   Se montó sobre ella y comenzó a golpearla en el piso, finalmente la tenía donde la quería, en esa posición su velocidad no le serviría de nada y él con sus poderosos puños tenía la ventaja. Gatúbela escabulló una mano hacia la entrepierna de bruce logrando sujetar uno de sus testículos y lo apretó.

   –¿Ah si perra? –dijo Bruce.

   Él le sujetó la otra mano y le soltó varios cabezazos hasta aturdirla y lograr que le soltara, la fuerza de los golpes fue tan grande que sus goggles rojos se rompieron y  ella comenzó a sangrar de la cabeza y la nariz.

   Sorpresivamente Selina aun tenía fuerzas para luchar, levantó su cadera con fuerza lo que hizo que Bruce perdiera el equilibrio y se liberó de él, poniéndose nuevamente de pie.  Ella se retiró toda la máscara y extendió su látigo.

   –Nunca hemos peleado con armas –dijo él- Yo ni siquiera tengo puesto mi traje.

   –No me importa cabrón –dijo ella azotando el látigo en el piso– te atreviste a atacar mi hermoso rostro.

   –¿Enserio me dices eso tú a mi? –dijo Bruce señalando el cachete que ella le abrió con el tacón.

   –Esto ya no es un juego –dijo ella.


   Gatúbela lanzó su látigo y le rodeó el cuello, tirando de él con velocidad provocó que Bruce cayera de cara al piso. Ella se montó sobre él y comenzó a ahorcarlo,  Bruce no podía liberarse del látigo y empezó a ver borroso, al borde de la inconciencia, ella lo liberó y comenzó a golpearlo en la espalda en múltiples ocasiones hasta abrirle varias heridas sangrantes.

   Un disparo impactó el piso entre Selina y Bruce, ella miró arriba.

   –¿Qué pasa Holly? -gritó Selina.

   De las alturas descendió una mujer murciélago que aterrizó frente a Selina. Era Batichica, llevaba consigo a Black Mask, quien estaba sedado para que no recobrara la conciencia.

   –¿Qué cuentas? –dijo saludando sonriente a Selina.

   –Bárbara –dijo Gatúbela- ¿Qué haces aquí?

   –Él me llamó ¿No te diste cuenta?

   En ese momento, de la pulsera de Bruce emergió un traje completo que cubrió a Batman, de la misma forma en que lo hacía el traje de Chico Bestia.

   –¿Hace cuanto tiempo que venciste a Holly? –preguntó Bruce mientras se ponía en pie.

   –Desde que quedaste colgando de los huevos –respondió.

   –Tú no cambias verdad –dijo Bruce.

   –Fue muy divertido verlos y honestamente Selina, soy tu fan –dijo Bárbara- aplicaré algunas de tus técnicas muy pronto.

   –Toma a Holly y váyanse –dijo Bruce.

   Selina entendió que realmente nunca tuvo oportunidad de vencer a Bruce, él podía haberse puesto su traje en cualquier momento, pero no lo hizo hasta que Holly fue neutralizada. Dejarse seducir por el enorme paquete de Bruce fue un gran error, pero para ella, la virilidad del murciélago era como una bola de estambre, simplemente no podía resistirse a jugar con él.

   –No se va a quedar así, los dos me las van a pagar... y tú –dijo ella señalando a Bruce– me debes una buena cogida. 

   La mujer desapareció velozmente en las sombras.


   –Las dejaste ir, ellas asesinaron a todos estos hombres –dijo Bárbara.

   –¿Qué te puedo decir?

   –El que no cambia eres tú –respondió ella.

   –¿Por qué viniste tú y no Jason? –preguntó Batman. La chica comenzó a reír.

   –Digamos que está indispuesto.
   –¿A que te refieres?

   –Verás, estábamos jugando cuando recibió la alerta, lo dejé desnudo y encadenado para venir aquí –respondió ella muerta de la risa– se quedó gritando que lo soltara para venir, pero le dije que yo atendería el llamado, que esperara y aquí estoy.

   Batman se llevó la palma a la cara al escuchar la confesión de la chica. Luego comenzó reír junto con Bárbara, la imagen que se hizo en su cabeza del chico en esa situación era hilarante.

   –Debe estar furioso conmigo, se quedó preocupado, como tú no sueles pedir ayuda, él pensó que podría ser algo realmente grave y no quería fallarte.

   –Te lo encargo mucho Bárbara –dijo Bruce.

   –Aunque no me lo pidas, yo lo cuido siempre –respondió ella- podía haberlo desatado, pero quise tomar esta misión en su lugar por su bien. Él ahora necesita estar en San Francisco, no volver a Gótica. Él no me cuenta, pero sé que tiene pesadillas, a veces no puede dormir y pasa la noche entrenando hasta el amanecer, no le sucede muy seguido pero… si en este tiempo necesitas ayuda, llámame a mi, por favor, no a él.

   –Alfred también lo notó, por eso es que envié a Jason con los Titanes, estoy muy orgulloso de ti Bárbara, eres una mujer responsable –dijo Bruce, ella sonrió.

   –Es lo que yo digo, pero nadie me cree.

   –Por cierto no fui yo quien llamó a Jason, tampoco es mi intención traerlo a Gótica por el momento.

   –Pero le llegó la alerta. –dijo ella extrañada.

   –Fue el traje, yo solo pensé “Ojalá que Jason estuviera aquí”, el traje mandó la señal por sí solo.

   –Increíble.

   –Voy a desinstalar la actualización de Jason, no quiero que el traje me de más sorpresas.

   –Pero funcionó.

   –Tenía un plan y pensaba encargarme solo de esto.

   –Pues perdón por venir –dijo ella con sarcasmo.

   –Me alegra que lo hicieras, no era mi intención, pero me alegra, por cierto, tu padre vendrá por Black Mask, ¿lo quieres ver?

   –Claro que si –dijo ella.

   –También espero que me ayudes con un cargamento que debe llegar en un rato más, son unas chicas como tú que tenemos que liberar. Fue bueno que vinieras -comentó Batman.

   –A la orden capitán. 

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