Daniel estaba preparado para enfrentarse a aquel sexy oponente mĆ”s joven que Ć©l y todo un semental en una pelea profesional frente a una multitud acostumbrada a ver luchas erĆ³ticas... El luchador iba por el pasillo sudando, subiĆ³ las cuerdas y se quitĆ³ la ropa, tenĆa una truza, muƱequeras y pelearĆa descalzo. Se quedĆ³ con aire relajado en la esquina del ring.
Harrison apareciĆ³ pavoneandose hasta el ring, era la primera vez que se enfrentarĆa a alguien mucho mayor que Ć©l y profesional. QuerĆa dar una buena primera impresiĆ³n. Se acomodĆ³ el pantalĆ³n ajustado. Hizo algunas flexiones para que la sangre fluyera en sus pectorales y brazos. SubiĆ³ al ring y flexionĆ³ su biceps para la multitud. SonriĆ³ a los fanĆ”ticos se le aplaudĆan, desviĆ³ la mirada hacia abajo, y riĆ³. ComentĆ³:
—¡No tenĆa conocimiento que iba a pelear con alguien del ancianato —soltĆ³ una risa pesada y mirĆ³ de forma malvada a su oponente.
Daniel lo mirĆ³ fijamente, con la mandĆbula apretada. La campana sonĆ³ y se dirigiĆ³ al centro. Yendo a por Ć©l con los brazos en alto como si quisiera abrazarlo, luego se arrodillĆ³ sobre una rodilla y agarrĆ³ su pierna izquierda con ambos brazos, lo levantĆ³ para derribarlo hacia atrĆ”s con una sola pierna.
Harrison cayĆ³ sobre la lona con un estallido atronador y los fanĆ”ticos aplaudieron aminorando el quejido de Harrison.
El luchador gringo sacudiĆ³ la cabeza hasta recibir un codazo de Daniel en sus abdominales. Sus pies se levantaron con fuerza mientras su torso rebotaba en el lienzo escapando un gruƱido y rodando hacia un lado agarrando sus abdominales con una mano mientras la otra alcanza el brazo de su oponente.
Harrison aullĆ³ de dolor y de repente se arqueĆ³ hacia atrĆ”s sobre su costado por efecto del rodillazo. Su cara se retorcĆa de dolor.
Los fanƔticos de Daniel comenzaron a animarlo.
Harrison que estaba tumbado de espalda, exponĆa su pecho y cuello lo que hizo fĆ”cil que Daniel alzara la pierna y martillara un golpe atronador al cuello de Harrison.
El gringo quedĆ³ atontado en el suelo, viendo estrellas y las luces de los reflectores iluminando el ring. De pronto empezĆ³ a sentir como su pantalĆ³n salĆa de su cintura.
Daniel atacĆ³ empujando el pie sobre los abdominales de Harrison haciĆ©ndolo escupir. Acto seguido el experimentado luchador continuĆ³ con un golpe de codo al abdomen que hizo doblar a Harrison.
El gringo pudo arrastrarse hacia las cuerdas.
Daniel no iba a desperdiciar su oportunidad y se abalanzĆ³ sobre la espalda de Harrison colocandose a horcajadas sobre sus piernas, agarrĆ³ uno de sus tobillos y lo jalĆ³ con fuerza debajo de su brazo.
Harrison sintiĆ³ una llave letal de cagrejo. Y Daniel soltĆ³ un rugido de enfado cuando Harrison se empujaba con el antebrazo para dirigirse a las cuerdas, desesperado por poner sus manos y pedir un descanso. LogrĆ³ romper el candado e intentĆ³ huĆr.
Daniel estirĆ³ la mano entre las piernas de Harrison golpeando sus testĆculos dentro de su ajustado pantalĆ³n gringo.
Harrison aullĆ³ y gritĆ³ cuando lo golpearon en los huevos y se sacudiĆ³ enseguida en la lona mientras el dolor atravesaba su cuerpo. GimiĆ³ mientras la multitud aplaudĆa a Daniel por tan astuta maniobra.
Daniel sonriĆ³ mirando al joven luchador alternar entre acariciar sus bolas y protegerlas.
Harrison gemĆa del dolor de bolas pero su pene palpitaba entre el dolor y placer.
Daniel se acercĆ³ a eÄŗ adueƱƔndose de su pantalĆ³n para desvetirlo otra vez, Ć©ste liberĆ³ su desnudez. Su mano navegĆ³ intrusa por dentro acariciando su falo haciendo algunas cosquillas. Harrison sintiĆ³ que le agarraban su gruesa virilidad y pateĆ³ la lona en seƱal de protesta. Su pene palpitante escapĆ³ un poco de presemen en la mano de su rival.
Daniel sintiĆ³ por completo los espasmos de la polla en su mano. ContinuĆ³ acariciando haciendo cosquillas en la cabeza pegajosa... tratando de sacarle el jugo blanco.
Harrison se retorciĆ³ deseando acercarse a las cuerdas del ring para detener esta tĆ”ctica sucia.
Daniel lo arrojĆ³ al suelo de un golpe y rebotĆ³ un par de veces sobre Ć©l tratando de mantenerlo abajo mientras procedĆa a masturbarlo y acariciarle.
Harrison gruĆ±Ć³ y luego gimiĆ³. La cabeza de su enorme polla estaba hĆŗmeda y pegajosa. Daniel sentĆa sus latidos y espasmos. AccelerĆ³ la acciĆ³n de su muƱeca buscando la crema.
Harrison se retorcĆa y pataleaba. Y finalmente su dedo agarrĆ³ la cuerda inferior y el Ć”rbitro golpeĆ³ a Daniel en el hombro para romper el agarre.
Daniel se apartĆ³ y Harrison guardĆ³ tan pronto pudo su erecto falo dentro de su pantalĆ³n. MirĆ³ a Daniel con los ojos entrecerrados. Su rival levantĆ³ los brazos esperando que aquel joven gringo regresase a la pelea.
Harrison se levantĆ³ y martillĆ³ su antebrazo en la parte posterior del cuello de Daniel.
—Aaaaghhhh —Daniel se tambaleĆ³ y se agarrĆ³ de la cuerda del medio para evitar caer.
Harrison sonriĆ³ viendo el efecto de su golpe. Entonces lo sostuvo de su truza y lo jalĆ³ hacia atrĆ”s con fuerza llevando su antebrazo a la parte baja de su espalda.
—Aaaaggghhhh —Daniel levantĆ³ la cabeza agarrando su espalda con ambas manos ...
Harrison retrocediĆ³ aplicando una DDT inverso. Para dejar caer a Daniel muy aturdido en la lona.
El luchador gringo lo hizo girar y se sentĆ³ sobre su pecho a horcajadas y luego se bajĆ³ la truza para liberar su verga.
—Quieres jugar con esto, ¿eh? ¿QuĆ© tal si te atiborro la cara? —sen inclinĆ³ hacia adelante y empujĆ³ su polla dentro de la boca de Daniel, hacia el fondo de su garganta!
Daniel saboreĆ³ aquel falo, querĆa liberarse, luchar, defenderse, luchĆ³ contra el pĆ”nico pero las sensaciones de arcadas lo ahogaron con esa enorme polla.
Harrison empujĆ³ dentro cada vez mĆ”s profundo inclinĆ”ndose hacia adelante para que su pubis recortado rozara contra su nariz mientras empujaba los 28 centĆmetros a profundidad... sintiendo su pene presionar con fuerza contra la parte posterior de la garganta.
—¡oh sĆ, te gusta, perra!
Daniel estaba ahogado. Su cara se tornĆ³ roja y sudorosa. LevantĆ³ sus piernas, tratando de enganchar la cabeza u hombro del rival sin Ć©xito.
Harrison disfrutaba el momento follando aquella cara. Empujaba hacia adentro y afuera, adentro y afuera, adentro y afuera. Su miembro empezaba a rezumar presemen sobre la lengua de un debilitado Daniel.
Por ningĆŗn momento Harrison dejĆ³ de bombear.
—Te gusta esto, ¿no, pequeƱa perra? —repetĆa y se burlaba.
—Mmmmgggg —Daniel tratĆ³ de tragar su baba mientras Harrison le llenaba la boca, clavando su cabeza en la colchoneta con la enorme verga... el exhausto guerrero golpeĆ³ la colchoneta decretando su rendiciĆ³n. Daniel dejĆ³ que sus piernas cayeran cansadas y se dio cuenta que su pene estaba encarpando la parte delantera de su truza.
Harrison se burlĆ³ habĆa ganado.
—Bueno, ya que te gusta tanto, ¡te darĆ© un verdadero placer perra! —sacĆ³ su pene de la boca y arrastrĆ³ a Daniel hacia la esquina del anillo de pelea, le quitĆ³ la truza y abriĆ³ sus piernas. AllĆ deslizĆ³ su lubricado pene lleno de saliva en las nalgas de su rival. Empujando suavemente hacia dentro. BajĆ³ la mano hacia sus caderas y empujĆ³ mĆ”s y mĆ”s y mĆ”s profundamente, metiendo los 20 centĆmetros adentro y luego abofeteando. Follando implacablemente al experimentado que intentĆ³ ordeƱarlo durante la pelea.
Harrison se burlĆ³ mientras agarraba aquella cadera y apretaba con mĆ”s fuerza. Martillaba y empujaba sus 20 centĆmetros dentro de Daniel con poderosos empujones. SentĆa la golpear la prostata contra su falo. GimiĆ³ cuando sus huevos se apretaban un poco.
Daniel tambiĆ©n gemĆa, su estĆnfer cedĆa a las proporciones de carne de Harrison. Su propio pene medio rĆgido comenzaba a gotear lĆquido.
Harrison jalĆ³ su cadera hacia atrĆ”s para poder empujar mĆ”s profundamente dentro de Daniel. Sus ojos se volvieron hacia su cabeza por la sensaciĆ³n de clĆmax. Supo que sus testĆculos se apretaban y sus mĆŗsculos se flexionaban. Luego finalmente dejĆ³ escapar un profundo gruƱido gutural mientras disparaba chorros de lefa dentro de Daniel.
Harrison gruƱĆa y mientras la lava blanca abandonaba su cuerpo. Finalmente y ya exhauso se separĆ³ de Ć©l y lo dejĆ³ abandonado en la esquina del ring. GuardĆ³ su palpitante y mojado pene dentro de su pantalĆ³n y regresĆ³ al vestuario para celebrar la victoria con su verdadera pareja.
Daniel solitario se quedĆ³, sintiendo los espasmos del pene en lo profundo de su agujero. Lentamente se puso la truza y saliĆ³ por el camino de la vergĆ¼enza de regreso al vestuario.
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