THE SIDEKICK (7/15): GUASÓN - Las Bolas de Pablo

Lo más nuevo

9 feb 2020

THE SIDEKICK (7/15): GUASÓN


   Tres días antes, el Guasón había dejado una bomba en algún lugar de Gótica, durante ese tiempo la policía y por supuesto Batman y Robin, dedicaron su total atención a una serie de videos con pistas y acertijos para descubrir el paradero de la bomba. El día había llegado, esa misma noche explotaría a las 8:00.

   Batman descubrió que la bomba explotaría en un hospital, pero Jason descubrió que no solo era una bomba, que en realidad eran tres y que explotarían simultáneamente: en un hospital, en una plaza comercial y en un parque de diversiones. Bruce pidió ayuda a Nightwing, quien casualmente se encontraba en Gótica, a las 7:00 los tres superhéroes se dirigieron cada uno a una locación. Batman fue a la más alejada (el hospital) en el batiavion, Dick fue a la más cercana (La plaza comercial) en el batimovil, Jason se dirigió en motocicleta al parque de diversiones.

   Según las deducciones de Robin la bomba estaría en la montaña rusa, pero no encontró nada ahí. La policía al igual que en las otras locaciones se encontraban supervisando la evacuación para tratar de reducir bajas de civiles, fue entonces que lo supo, la bomba estaba en el estacionamiento, un enorme terreno al aire libre, el payaso bastardo había previsto la evacuación y colocado la bomba justo ahí, corrió hacia el lugar que estaba saturado de gente reunida tratando de salir con su auto, todo era un caos, la multitud  hacia imposible poder buscar la bomba.

   Escaló la gigantesca rueda de la fortuna cercana tratando de encontrar desde arriba algo raro, algún patrón, algún indicio, solo faltaban diez minutos para las ocho. Se comunicó con Batman y Nightwing, ellos encontraron la bomba en el lugar esperado y no tuvieron complicación alguna ¿Qué había de diferente con él? No podía darse el lujo de fallar, llevaba solo tres meses siendo Robin.

   La suerte estuvo de su lado, durante un breve instante el cielo se aclaró. La luna llena brilló y proyectó de forma muy tenue la sombra de la Rueda de la fortuna sobre el estacionamiento. Robin estaba parado sobre la bomba.  El objetivo del Guasón entonces era derribar la estructura para causar el mayor daño posible durante la evacuación.  Jason rió por un segundo, realmente entendía el macabro humor del payaso, ¡ese cabrón era un maldito genio! Bajo a la base de la rueda de la fortuna y encontró la bomba, sin problema la logró desactivar a las 7:55.


   
   Robin escaló a la cima de la Rueda de la Fortuna y le mandó un beso a la preciosa luna que le ayudó, en punto de las 8:00 varias personas entre la multitud se colocaron una mascara de payaso y comenzaron a disparar a la gente, todos se cubrieron y se tiraron al piso, Robin desde las alturas vio cuando todos se ponían la mascara y supo que algo andaba mal, se apresuró a lanzar batarangs y cuerdas para neutralizar a todos los payasos, ágilmente se movió saltando por encima de los autos, fue gracias a sus rápidos reflejos que no hubo ninguna víctima fatal, solamente algunos heridos. 

   Rumbo a la salida tres payasos se dirigían a una camioneta negra estacionada en la acera contraria del boulevard donde se encontraba el parque de diversiones, Robin los persiguió fuera del parque. Entonces fue cuando descubrió que llevaban amordazado a un niño pequeño de no más de 6 años,  y que le apuntaban a la cabeza con una pistola, para salvarlo tendría que inmovilizar a los otros dos payasos y no era Superman o Flash para poder hacerlo en menos tiempo que el que llevaría al hombre que cargaba al niño jalar el gatillo.

   –Es listo –dijo uno de los payasos a sus compañeros- lo entiende.


   –¡Espósalo! –dijo otro payaso al primero– Tú vienes con nosotros Chico Maravilla.

   Robin no puso resistencia le esposaron las manos a la espalda, lo subieron a la camioneta, esposaron también sus pies y unieron las ataduras de sus pies a las de sus manos mediante un cadena quedando totalmente vulnerable en el piso de la camioneta, cubrieron su cabeza con un saco negro.

   –Deja al niño aquí –dijo un payaso– La misión es llevar al wey este nada más.

   –Es mejor llevarlo como seguro, por si este escapa –respondió el payaso que sostenía al niño.

   –No son esposas manuales, idiota, son electrónicas con temporizador, durante las próximas 99 horas no podrá soltarse ¡Deja al niño! –repitió.

   –Este cabrón es el maldito Robin ¿crees que no está en este momento pensando cómo escapar? ¿te quieres arriesgar? –respondió agresivamente el payaso.

   –Como quieras.


   Jason se sintió un poco halagado por el comentario del payaso, efectivamente su escape ya estaba en proceso. El objetivo del Guasón no era hacer explotar algo, su objetivo era capturarlo a él pero... ¿por qué? llegado el momento lidiaría con lo que se le presentara.

   La camioneta hizo alto total, lo bajaron y lo cargaron durante varios metros hasta aventarlo en un piso de madera, removieron la cadena que unía sus ataduras de pies y manos, Robin aprovechó el momento, pasó sus piernas por entre las manos para pasarlas adelante y se incorporó rápidamente para ofrecer pelea aun con esposas. Se disponía a quitarse la capucha negra cuando escuchó la voz del niño.

   –¡Quiero a mi papá!


   Robin se quedó quieto y permitió que lo sujetaran con dos cadenas al suelo boca arriba con los brazos y piernas extendidos. El chico yacía indefenso, fue entonces que le quitaron la capucha, se encontraba en el escenario de un teatro abandonado. El Guasón caminó hacia él, era la primera vez que Jason lo veía en persona, era más alto y corpulento de lo que esperaba y sus rasgos bajo el maquillaje no eran del todo desagradables, exceptuando las cicatrices en sus mejillas el tipo era extremadamente apuesto. El Guasón se quitó su saco, unos tirantes verdes le sujetaban el pantalón y una elegante camisa con una corbata de moño le daban un aspecto macabramente elegante.

   El Guasón acuclilló en la entrepierna de Robin y agarró la hebilla de su cinturón, la abrió y con una especie de pluma, aplicó una descarga eléctrica que provocó que el traje de Robin se reseteara a su aspecto más básico, licra.

   –¡Así está mucho mejor! –dijo el Guasón sentándose sobre su abdomen con las rodillas en el piso– Llámame anticuado, pero me encanta mucho más el traje de licra.

   –Te vas a arrepentir  puto –le dijo Jason.

   –Ay pero que lenguaje –dijo el Guasón tapándose los oídos- ¿No te enseñaron modales tus papás?– El Guasón río a carcajadas– ¿Entendiste? Papás, no tienes.

   –¡Púdrete! –respondió Jason.

   El payaso sujetó el mentón de Jason y le volteó el rostro hacia ambos lados para observarlo bien.


   –Eres perfecto ¡Por fin Batman se consiguió un Twink!  El otro chico si es muy guapo pero siempre fue algo corpulento para mi gusto… a mi me gustan tiernitos y delgaditos como tú y tus ojos ¡me excitan tus jodidos ojos! me dan ganas de arrancártelos, son hermosos, pero tienes una mirada muy triste y yo odio la tristeza.

   El Guasón se acostó junto a Robin y comenzó a tocar todo su cuerpo, desde su rostro, hasta los pies, el payaso pudo palpar la dureza de todos los firmes músculos del esbelto muchacho. Frotó su pecho, su abdomen, sus muslos, le metió las manos por debajo y le apretó las nalgas, finalmente el Guasón hundió su nariz y boca en el paquete del chico, para respirar el aroma de su joven hombría durante varios minutos. El villano se montó después sobre el muchacho y comenzó a mover su pelvis de tal manera que sus entrepiernas se frotaran. Jason mostraba su desprecio escupiendo sobre la cara del excitado payaso, el chico no fue capaz de controlar las reacción de su pene, el cual comenzó a endurecerse.


   –¡Bingo! –Exclamó el Guasón– ¡Que comience la fiesta!

   El payaso se sentó sobre sus piernas y agarró el par de pelotas del chico maravilla y las apretó con fuerza desmedida. El chico soltó un grito ahogado, sus músculos se tensaron, el Guasón se excitó más al ver la reacción de Robin quien evitaba gritar, mucho menos suplicar, sus contenidos gemidos de dolor eran música para sus oídos. Después de un minuto, le soltó las bolas, el chico no paraba de retorcerse tratando de soltarse para protegérselas y sobarlas.

   –Te vas a arrepentir, maldito –gritó Robin.

   –Por cierto, si crees que Batman volverá a rescatarte como la última vez con Dos Caras estas muy equivocado, Jason Todd –le susurró el payaso al oído, el héroe sintió un hueco en el estómago y un escalofrío recorrió su cuerpo ¿cómo era posible que este criminal conociera su identidad?– tiene mucho que se la identidad de Batman, deducir la identidad de sus allegados es muy sencillo, soy el único que lo sabe y Bruce sabe que yo sé, pero no se lo diré nunca a nadie, es nuestro pequeño secreto –explicó mientras reía– tal vez también Selina lo sepa… pero el caso es que tengo dispositivos en este teatro que bloquean cualquier rastreador, aunque claro, es un gran detective y eventualmente llegará, ¿pero lo hará a tiempo?

   –Nunca he esperado ser rescatado cabrón inmundo, yo mismo te voy a…

   Jason no termino su amenaza por que el Guasón le dio una fortísima patada en las bolas. Jason no pudo evitar gritar de dolor

   –¿Qué dijiste putito? –dijo el Guasón haciendo el ademan de colocarse la mano en la oreja.

   –Qué te voy a…

   De nuevo el Guasón pateo sus bolas, Jason ahogó un grito de dolor y lo miró con furia.

   –Sigo sin escucharte –el Guasón hizo el mismo ademán.

   –Te mataré mald… -el Guasón soltó una ráfaga de diez patadas seguidas a las bolas del muchacho quien no tenía la intención de mostrar dolor, pero sus gemidos ahogados de dolor amplificados debido a la acústica del lugar, se escapaban a su control.  Sus ojos se humedecieron  principalmente por la impotencia, más que el ardor y dolor en sus punzantes bolas, lo que le dolía era estar nuevamente indefenso, inútil y sometido.

   -Pero no me mires así chico, que mira como me la pones –rió el Guasón mientras frotaba su verga erecta de 20 cm dentro de su pantalón morado, el payaso comenzó a desvestirse quedando solamente con unos boxers morados ajustados, Jason pudo ver por primera vez el físico atlético y trabajado del Guasón, su complexión y estatura era muy similar a la de Dick, pero su piel era mucho más pálida y totalmente lampiño “¿Cómo puede alguien tan despreciable ser tan atractivo?”, pensó el chico. 


   El  villano pisó con fuerza los ya debilitados y sensibles testículos de Robin, luego apoyó todo su peso con los dos pies sobre el área y no conforme con esto se sacudió sobre ellos de arriba a abajo. Este era el dolor más grande que Jason había sentido en los huevos, el chico gritó nuevamente, se sentía debilitado, fatigado y tembloroso. El payaso se dejó caer de nalgas sobre su pecho apuntando su pene hacia su boca.

   –¡Chúpamela!

   –Estas pendejo ¡Nunca! –gritó Jason volteando la cara.

   –Si tú no quieres, yo si –dijo el Joker bajando su cabeza a la entrepierna de Robin– pero al rato si me vas a devolver el favor, te lo garantizo.

   El Guasón abrió un cierre horizontal en la cintura del traje del héroe, la finalidad de esta abertura era poder orinar con el traje puesto y se ocultaba fácilmente con el cinturón. Metió una mano en el traje del héroe, sujetó firmemente sus bolas y con la otra frotó su miembro hasta conseguir que éste se levantara nuevamente ancho y firme, el paquete del superhéroe estaba expuesto y listo. El Guasón comenzó a chupar su verga, Jason comenzó a sentir placer y claramente notó la diferencia de experiencia entre Bárbara y el Guasón, a pesar del placer proporcionado, Robin sacudía sus caderas para tratar de soltarse y evitar que su leche le fuera arrebatada, pero esto solo le causaba mas dolor pues el payaso tenía bien sujetas sus sensibles gónadas.

   –¡Déjalo! –Se escuchó una voz aguda e infantil por todo el lugar. El villano se detuvo.

   –¿Qué es eso! –preguntó el Guasón. Uno de los secuaces apareció con el niño vendado de ojos y sujeto de pies y manos– ¿Quién es ese?

   –Es un niño que usamos cono rehén para someter al chico.

   –¿Y qué hace aquí? –preguntó el Guasón.

   –Pensé usarlo para chantajearlo si se escapaba o intentaba hacer algo, pero se soltó la mordaza y...

   Se escuchó un disparo y el hombre cayó al piso, el niño quedó parado sobre un charco de sangre. El Guasón guardaba un discreto revolver en una bolsa trasera de su ropa interior.

   –¡Qué manera de arruinar el tiempo! Pasé semanas planeando este momento de desmesurado placer y tú, lo has arruinado cuando recién empezaba, ¿Tienes idea de todo lo que iba a hacer con el cuerpo de este joven macho semental? –dijo en dirección al niño quien no entendía nada y permanecía inmóvil.

   El Guasón se levantó, se colocó solamente el pantalón, de un bolsillo en su saco obtuvo una navaja suiza que extendió.

   –Te ves muy serio niño, ahora que me has arruinado el momento, por lo menos te voy a enseñar a sonreír –dijo y tomó al niño de la mano jalándolo agresivamente, el niño se resistió y comenzó a gritar pero al estar atado el Guasón lo arrastró como si fuese un costal de papas y lo llevó al área de camerinos.

   –¡Déjalo maldito perro! ¡Te mataré yo mismo si le haces algo! ¿Me oíste cabrón! ¡Yo mismo te cortaré los huevos si te atreves! ¡Maldito payaso puto! –Robin gritó molesto pero el Guasón lo ignoró y desapareció.

   En ese momento las esposas electrónicas se abrieron simultáneamente en pies y manos, Robin estaba libre, un dispositivo experimental hecho por él mismo, con forma de pulsera  color piel colocado en su muñeca y en un tobillo, hackeaba cualquier atadura o cerrojo digital, con Batman había aprendido a liberarse de diversas ataduras manuales, pero ante ataduras electrónicas no tenía escapatoria, por eso creó este dispositivo que ni siquiera estaba listo para una versión beta, pero que afortunadamente ese día llevaba puesto. El chico lo había activado desde que fue subido a la camioneta afuera del parque de diversiones, pero finalmente su invento logró hackear las esposas en el momento más adecuado posible, cuando el Guasón no estaba y sus pocos secuaces tenían la guardia baja.

   Jason se levantó lo más rápido que pudo y neutralizó con dificultad a los dos secuaces restantes, estaba agitado, debilitado, sus movimientos no eran muy certeros, los golpes a sus bolas habían causado un daño demoledor a su condición física. El héroe llegó a donde se encontraban el niño y el Guasón, afortunadamente éste aun no le hacía daño. El niño ya no tenía la venda en los ojos, su mirada era de terror.

   –¡Déjalo en paz! –Robin lanzó un pedazo de vidrio como si hubiera sido un kunai y atravesó la mano del Guasón provocando que soltara la navaja. El payaso sacó su revolver pero Jason hizo lo mismo.

   –¿Por queeeeeeeé?  -gritó el payaso encaprichado mientras se retiraba los vidrios de las manos- si nos íbamos a divertir tanto ¿por que te soltasteeeeee? ¡Maldita sea! ¿Es que acaso un humilde payaso no puede salirse con la suya una puta vez?

   –Estas imbécil.

   –Recién comenzábamos, te iba a convertir en un hombre, ibas a tener una sonrisa de felicidad en tu carita toda preciosa y tus ojitos iban a dejar de estar tristes. Ibas a ser mío.

   –Cállate el hocico. ¿No te para la boca?

   El Guasón se aproximó sorpresivamente a Jason y le atinó un uppercut a la mandíbula, su velocidad y fuerza tomó por sorpresa al debilitado Jason, no esperaba que el Guasón fuera hábil en combate. El golpe le levantó el rostro y lo hizo retroceder, inmediatamente después el payaso impactó su pie contra las bolas de Jason, el chico gritó, cerró las piernas, su cuerpo completo se sacudió y  perdió el equilibrio cayendo de rodillas sujetando sus bolas, el payaso sujetó su cabeza y le dio tres poderosos rodillazos en el rostro, luego lo volvió a patear las bolas, Jason cayó de bruces al suelo, estaba aturdido y adolorido, no podía moverse con rapidez, aun sin ataduras el payaso lo había derrotado. El Guasón comenzó a patearlo, Jason no podía moverse, sentía que su cuerpo no le respondía, levantó la mirada y vio al asustado niño y supo que no podía rendirse.

   Robin sujetó la pierna del enemigo y pateando su tobillo lo hizo caer de espaldas al piso, Jason se montó sobre él y comenzó a golpearlo pero se cubría adecuadamente. Después de varios minutos de lucha en piso, ambos rivales quedaron de pie en guardia uno frente a otro, intercambiaron golpes, el Guasón volvió a patear fuertemente a Robin en los huevos, pero éste no se inmutó, estaba embrutecido, la adrenalina y su determinación de salvar al niño le permitieron ignorar el dolor, el Guasón incluso clavo sus dedos en sus ojos para nublarle la vista, aun ciego Robin continuó peleando hasta poco a poco dominar al hábil payaso, Bruce lo había entrenado para pelear con los ojos vendados, el Guasón le dio un rodillazo y dos puñetazos en los huevos que tampoco mermaban la potencia y fortaleza del chico.

   Robin sujetó al atarantado Guasón de los huevos y comenzó a apretar fuertemente, mientras con su otra mano lo golpeaba brutalmente en la cara.

   –¿Qué carajos eres tú! –preguntó el aturdido payaso escupiendo sangre.

   –¡No soy un Dios! ¡No tengo ningún súper poder! ¡Soy solamente un hombre! –con cada frase Robin asestaba un fuerte golpe al rostro del payaso.

   Finalmente debido a los golpes el Guasón perdió el conocimiento, el peso de su musculoso y atlético cuerpo inmóvil se apoyó sobre el de Jason quien solamente lo sostenía de los testículos. Robin colocó al musculoso payaso en el piso y lo inmovilizó utilizando las mismas esposas electrónicas.

   Jason desató las manos del niño y se lo cargó en brazos, salió del teatro, llamó al comisionado Gordon. La policía llegó de inmediato, recogieron al Guasón y a los dos secuaces heridos para trasladarlos al hospital, también tomaron al niño para llevarlo con sus padres.

   Batman llegó casi al mismo tiempo que Jim a la escena, lo felicito al enterarse de todo lo acontecido, pero el enojo que Jason sentía contra él le hizo ignorar su felicitación. Subieron al batimovil y volvieron a la mansión, durante el camino ninguno habló.

   –¿Cuál es tu problema?–le preguntó Bruce al llegar a la baticueva- ¿Por qué estas enojado? ¿Es porque no llegué a tiempo?

   –¡Nunca he esperado que tú ni nadie me rescate o me salve, ni lo espero! pero tampoco esperé que tú me pusieras en peligro.

   –¿De qué hablas?

   –Tu amigo es un enfermo.

   –No es mi amigo. No seas ridículo Jason.
  
   –Conoce tu identidad y tú sabes que el cabrón lo sabe y no has hecho nada al respecto  –reclamó a gritos Jason, estaba furioso– ¡Él sabe quien eres tú y quien soy yo y su objetivo hoy no eran las malditas bombas! ¡ERA YO! tu querido amigo con el que juegas al gato y al ratón y no tienes los huevos para eliminarlo, abusó de mi y aterrorizó a un niño de cinco años.

   –¿Y que hay de ti? ¿Por qué tú hoy no terminaste con el asunto? Según supe, había un arma en el piso que el Guasón llevaba, podías haberlo asesinado ahí mismo.

   Jason conocía la respuesta a esa pregunta, Bruce le había ganado la discusión.

   –Él hubiera... yo tuve suerte de llevar el dispositivo que invente... ese loco pudo haberme hecho muchas cosas, pudo haberme destruido de muchas formas, tú llegaste por que te llamó Jim, tienes toda la jodida razón, ¡siempre la tienes, maldita sea! ¡Te odio! no puedo matarlo, no es lo correcto, no es lo que hace un héroe, no somos jueces, principalmente no puedo, no pude, no está en mi, no tuve los huevos, no puedo pedirte a ti lo mismo, no puedo pedirte que lo mates... aun así no dejo de pensar ¿Qué va a hacer después? ¿Cuánta gente va a lastimar o matar? ¿Será mi culpa? ¿Pude haberlo detenido permanentemente hoy?

   Dick se aproximó por detrás suyo y lo abrazó, mientras le lanzó a Bruce una mirada de complicidad para indicarle que él se encargaría de calmarlo, ambos subieron a la guarida de Jason.

   Después de una hora en la que Jason se desahogó y gritó todo lo que quiso, el adolescente finalmente se tranquilizó y Dick pudo razonar con él.

   –Lo entiendes ¿verdad? Bruce no ha matado al Guasón a pesar de que este conoce su identidad, ni a ningún criminal por que matar te corrompe, nuestro deber es llevarlo a las autoridades y no podemos convertirnos en aquello contra lo que luchamos.

   –Ese tipo esta loco, está enfermo

   –Tú eres fuerte Jason, cualquier otra persona quedaría devastada con lo sucedido, pero a ti te han torturado y has vivido experiencias muy fuertes y no te afectan profundamente. Si te enojas y haces berrinche, te encabronas y lloras, pero no te quiebras, yo reconozco que a mi no me pasaron tantas cosas como a ti y hace apenas 6 meses que llegaste a la mansión, dices que yo no soy su tipo y supongo que por eso me salve de ese payaso durante todo este tiempo.

   –Fue ese niño, llegué al punto en que me rendí ¡me rendí Dick! pensé hasta aquí llegue, que sea lo que tenga que ser", las bolas me dolían, aun me duelen, no pude seguir, pero cuando estuve tirado en el suelo, vi al niño y no lo podía permitir, si él hubiera muerto, o si le hubieran cortado la cara, yo no hubiera podido seguir con esto del superhéroe, no soy tan fuerte como creen.

   –Ni Bruce, ni yo, ni nadie puede juzgar lo que sientes por que honestamente no lo vivimos. Tus cuestionamientos son validos, pero no te enfoques en ellos o te van a consumir. Recuerda muy bien y escucha lo que te digo: Cada quien es responsable de sus propias acciones, el bien existe por que los buenos hacemos cosas buenas y el mal por que los malos hacen cosas malas. Cada persona, tú, Bruce, el Guasón, Dos caras, yo, cada quien decide qué hace y solamente esa persona es responsable de ello. Tú  hoy hiciste lo que hace una persona buena, si el día de mañana el Guasón hace maldades, es solo responsabilidad de él, no tuya.

   –¿En que momento te hiciste tan sabio?

   –Eso que tú hoy te preguntas, yo ya me lo pregunté y Bruce me lo explicó, por supuesto yo no le grité ni lo insulté –dijo Dick– me sorprende que permitiera tu altanería, yo creo que te quiere mucho.

Bruce Wayne
   Jason era muy inteligente y razonable, después de lo sucedido con el Guasón, entendió la posición de Bruce y no le guardó rencor alguno, Bruce también entendió lo que el chico sentía y supo que el nuevo Robin era una buena persona.

   –Perdón por gritarte y ofenderte, se me fue la lengua –dijo Jason a Bruce al día siguiente– ya lo platiqué con Dick y mis dudas se han disipado, de verdad perdón por ofenderte, fui muy hocicón.

   –Perdón por no tener el tacto para entender por lo que pasaste. Quiero que sepas que estoy orgulloso de ti Jason, más de lo que te imaginas, tú has probado en más de una ocasión tener lo necesario para ser un extraordinario superhéroe.

   –Muchas gracias.

   –Respeto y admiro tu independencia y que siempre resuelves las cosas por ti mismo, sobre lo que dijiste ayer de que no esperas que yo te salve, te quiero dejar muy claro que si tú estas en peligro, yo voy a mover todos los recursos a mi alcance para llegar contigo, es verdad, soy solo un humano y puedo llegar tarde, pero nunca dudes que llegaré a ti. Tú harías lo mismo por mi ¿o no?

   –Por supuesto, sin dudarlo -respondió Jason.


   –¿Por qué dudas de que yo haría lo mismo por ti? –preguntó Bruce– Jim no me llamó ayer, yo ya iba en camino, nunca olvides que tú eres mi compañero, yo soy tu compañero, somos un equipo... somos una familia.


   La mirada de Jason se enterneció con esta declaración. Después de unos segundos Bruce continuó hablando.


   –Pero si me vuelves a alzar la voz o a repelar, te voy a partir tu madre Jason Todd.


   –¿Podrás? -respondió Jason de forma traviesa, Bruce levantó una ceja y rápidamente cargó de forma amigable al chico sobre sus hombros para llevarlo al cuarto de entrenamiento- ¡no es cierto Bruce! ¡es broma! ¡es broma! ¡no me he repuesto! ¡ya perdón! ¡no! ¡Bruce! ¡Bruuuuce!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Pages