EL INTERIOR TRANSPARENTE.
(Relato Corto).
CONTIENE BALLBUSTING M/M Y SEXO ORAL.
Arturo es un joven prepotente y hasta bravucón, a sus 20 aƱos es un referente de masculinidad en la universidad, era muy popular en fiestas de tragos, juegos de billar y partidos de microfĆŗtbolā¦El orgulloso macho era solicitado por sus compaƱeras de clases, sobre todo despuĆ©s de paseos a la playa, dónde Arturo presumĆa su bulto genital en coloridos baƱadores.
La mayorĆa de las salidas a la playa con chicas terminaban en su apartamento estudiantil, el cual tenĆa vista a la cercana costaā¦El jacuzzi en el costoso apartamento āQue sus padres pagabanā era otro atractivo para las mujeres, todo era disfrute en su alocada vida universitaria.
Pero Ćŗltimamente las cosas parecĆan cambiar, sus citas con mujeres habĆan disminuido, no lo ha notado el pĆŗblico pero el propio Arturo sĆ...El masculino joven lo veĆa con preocupación y mĆ”s por lo sucedido el fin de semana pasado.
Hoy domingo Arturo estaba en cama viendo un partido de clasificatorias africanas al mundial, pero su mente estaba distraĆda, sacudĆa la cabeza tratando de sacarse aquella imagen, desde el fin de semana no parecĆa estar tranquilo.
Todo comenzó cuando el pasado domingo su amigo Enrique vino al apartamento para ver el partido clĆ”sico del fĆŗtbol espaƱol, no era la primera vez que le visitaba, pero tras el juego Enrique quiso probar el jacuzzi, nunca lo habĆa usado y habĆa escuchado maravillas de Ć©ste, principalmente de las amigas en comĆŗn.
Enrique era un joven atlĆ©tico, con un buen cuerpo, tambiĆ©n tenĆa su fans de chicas. Arturo apreciaba su amistad, pero siempre le causó una cierta reserva, y era porque a diferencia de los demĆ”s amigos, Enrique no se dejaba subyugar por el prepotente Arturo, el joven siempre mantenĆa una postura liberal e independiente, en sus opiniones y acciones.
Todo iba perfecto ese dĆa hasta que Enrique salió del jacuzzi, Arturo se quedó perplejo al ver que su amigo usaba un interior blanco, casi transparente al estar empapado, el pene y los testĆculos de Enrique se veĆan perfectamente, Arturo detalló el rosado glande acomodado delante de los recogidos testĆculos, de igual color.
Arturo debió irse de improviso a su cuarto a calmarse, no podĆa sacarse de la cabeza el paquete genital de Enrique, El joven estaba anonadado ante la visión de ese calzoncillo que dejaba todo a la vista.
En su mente apareció una idea: He oĆdo que Enrique es buen amanteā¦
āY eso que tiene que ver?, āSe recriminaba en voz bajaāPorquĆ© pienso en eso ahora?...No! yo soy un varón, no puedo pensar en cosas de gays.
Tras regresar, Arturo sacó una disculpa para que Enrique se marchase pronto, éste no puso problemas y le agradeció las atenciones; El darle la mano como despedida fue otro incidente para Arturo quien tras cerrar la puerta se mostraba agitado y acalorado.
āNo, no!āSe regaƱaba al expresar esas sensaciones ante la vista y contacto con su amigo.
Desde entonces Arturo se mostró incómodo de estar junto a Enrique, aunque trataba de evitarlo lo mĆ”s posible sin generar alguna sospecha de que le afectaba su cercanĆa.
Una vez mĆ”s el dĆa de hoy, el partido de fĆŗtbol en la TV terminaba, Arturo quiso relajarse mientras iniciaba un nuevo partido en unas dos horas, decidió ir a la playa cercana. ReĆa al sentir el viento cargado de fina arena de playa golpear su fuerte cuerpo.
No faltó el ver a alguna mujer detallar su fornido cuerpo de macho, Arturo se alegró y ya pensaba en acercarse a aquella chica y tal vez llevarla a su apartamento, la compaƱĆa femenina sin duda le despejarĆa la mente de ideas locas (en su opinión) sobre Enrique y su ropa interior transparente.
Minutos despuĆ©s todo se fue al diablo!, observó a Enrique que estaba en la playa y le hacĆa seƱas, llamĆ”ndole. Arturo se vio una vez mĆ”s abrumado por la cercanĆa de Enrique.
āMe dijeron en tu edificio que habĆas venido a la playa, puedo ver el partido en tu apartamento, Arturo?, la verdad la pasĆ© muy bien la semana pasadaā¦Ese jacuzzi tuyo es increĆble!
Arturo no podĆa permitir otra muestra visual de los genitales de Enrique, asĆ que halló pronto una excusa sin parecer hostil o huraƱo con su amigo.
āLo lamento, el jacuzzi se me averió.
āQuĆ© mala suerte, pero igual podemos ver el partido.
Arturo no vio un grave inconveniente, sin agua que mojase los interiores de Enrique en un sitio privado, no habrĆa otro āincidenteā.
Ya en el apartamento ambos disfrutaron del partido de fútbol, el ambiente relajado era tal que cada quien se quedó sin camisa, manteniendo Enrique sus pantalones jeans y Arturo una pequeña pantaloneta.
En el medio tiempo, Enrique pidió ir al baƱo, pero tardarĆa demasiado en volver, Arturo se preocupó y fue a ver si le sucedĆa algo.
Enrique respondió, se encontraba bien y necesitaba que Arturo entrase.
āPero quĆ©?!āArturo fue tomado totalmente por sorpresa ante lo que vio.
AhĆ estaba Enrique en interiores, pero este era casi una tanga y totalmente trasparente, sin necesidad de mojarse ya expresaba todo lo que Enrique cargaba entre las piernasā¦Y ya tenĆa una erección en camino, la polla se mostraba larga y el glande lucĆa cabezón.
āVeo que te gusta mirarāExpresó sonriente Enrique.
Arturo mantenĆa los ojos abiertos al mĆ”ximo, no se esperaba esa tentación, su boca se llenó de saliva, obligĆ”ndole a tragarla como si bebiese un vaso de agua.
Sus reacciones le traicionan, no puede controlarlas, su miembro viril da un brinco bajo la pantaloneta mientras su rostro enrojece, todo siendo visto perfectamente por Enrique, quien disimula el percatarse de ello.
Arturo siente un nuevo latir en su falo, se voltea y trata de alejar, es una vergüenza!, su cuerpo expresa todo lo que siente y espera que Enrique no le alcanzara a ver la erecciónā¦Su reputación de macho bravucón estĆ” en el filo de la cornisa.
āAhora vuelvoā¦Debo hacer algoāFue la excusa del joven para alejarse del sitio a toda prisa e ir a la sala.
Enrique sólo sonrĆe.
Lo que no sospechaba Arturo era que Enrique ya sabĆa lo que su amigo sintió y expresó al verle el domingo pasado, y volvĆa Ć©ste dĆa para hacerle sacar lo que escondĆa en su mente y corazón.
Enrique era bisexual y le daba lo mismo tener intimidad con chicas o con chicosā¦Pero hacer que Arturo el dĆa de hoy dejase salir su lado gay era para el joven una prioridad.
Arturo estaba encarnado y no sabĆa quĆ© hacer, lo Ćŗnico que se le ocurrĆa era que debĆa sacar del apartamento a Enriqueā¦De inmediato la imagen de la tanga transparente volvĆa.
āPorque tenĆa que usar un interior asĆ!āSe regaƱaba el joven.
āCĆ”lmate ArturoāExpresó Enrique quiĆ©n aparecĆa en la sala, aĆŗn en calzoncillos y sorprendiendo al dueƱo del apartamento.
Arturo retrocedĆa como si su amigo fuese un espĆritu, lo que alegraba al visitante.
Enrique se comenzó a retirar lentamente la tanga transparente, su largo y gordo pene veĆa la luz por fin, aunque por la transparencia ya Arturo lo conocĆa de vista.
El desnudo Enrique comenzó a avanzar hacĆa Arturo, quien no dejaba de retroceder, la pared por fin detuvo su retirada.
āMĆrala, es hermosa no?āEl pene de Enrique alcanzaba los 20 centĆmetrosāNo escondas los gustos que tienes Arturo..
Arturo mantenĆa fija la vista en aquel rojo glande, era muy obvio que Enrique sabĆa de su repentino gusto por lo masculino, pero no podĆa ceder ante lo que sentĆa.
āYo soy varón, no puedo aceptar algo asĆā¦āArturo maldecĆa en su cabeza aquel baƱador trasparente, si tan solo cumpliese su trabajo de esconder los genitales se hubiera podido contener...Ahora ya era tarde.
Enrique llegó justo ante su amigo, enseñaba con orgullo su falo erecto. Observaba en la pantaloneta de Arturo el pene erecto.
Arturo no parece poder resistir, pero observa los testĆculos del orgulloso Enrique y tiene una Ćŗltima y desesperada reacción de negaciónā¦El bravucón (ahora asustado y apenado) lanza de repente una patada contra los huevos de su amigo.
āAARGGhh!!...āRugió Enrique, quien se alejó de inmediato de Arturo, quedando doblado a la mitad y cubriendo su masculinidad.
Arturo no se arrepintió del golpear bajo a su amigo, era la forma perfecta de parar esto!, no sólo Enrique perderĆa al erección y las ganas de sexo⦠Sino que en Ć©l la agresión reemplazarĆa en su mente aquellos deseos homosexuales por pensamientos de pleito y conflicto...Tras una discusión o puƱos incluso, Enrique se irĆa sin dudaā¦
ā¦Pero no ocurrió aquello!
āSiiii!, eso es!āEnrique se incorporó y su rostro estaba congestionado, pero una sonrisa gobernada su boca.
Arturo se sorprendió al verlo en pie tras ese golpe bajo, Ć©l mismo caerĆa ante una patada asĆ en los huevosā¦.Y se la dio con los genitales desnudosā¦Cómo es que Enrique no estaba ya en el piso, vencido?
Enrique mantenĆa la sonrisa y se sobaba las pelotas.
āNo sabes cómo me gusta que me peguen en las bolas, no hay chica con la que me acueste a la que no le pida que me dĆ© algĆŗn golpeā¦āEl joven hacĆa leves flexiones de piernas, parecĆa que conocĆa perfectamente cómo lidiar con aquellos feos golpesāā¦Sabes Arturo?, siempre quise recibir un golpe asĆ por parte de un hombre en una situación Ćntimaā¦Y de un hombre fuerte como tĆŗ, Arturo.
El bravucón no sabĆa que decirā¦A Enrique no le afectaban casi los golpes bajos, que los tenĆa de piedra? Arturo rememoraba que en alguna pelea del pasado lo habĆan vencido con un ataque ilegal allĆ.
Enrique ya podĆa retomar su avance hacĆa su amigo.
āSĆ© lo que anhelas Arturo, porque no me besas la verga y verĆ”s que su mente se aclararĆ”āEl joven enseƱaba su falo erecto y venoso, mantenĆa una mano sobre sus huevos, por dolor y prevención de algĆŗn otro ataque de Arturo.
āNo me atrevoā¦āFinalmente Arturo comenzaba a confesar lo obvioāYo soy hombre!, soy hombre!āEn la cabeza de Arturo estaba una indecisión que no le dejaba pensar con claridad, parecĆa encontrarse en un punto crucial de su vida sentimentalā¦El gusto por las mujeres y por los hombres estaban en una balanza y cualquier acción inclinarĆa esa balanza hacĆa un lado u otro.
Enrique ya estaba frente a su amigo.
āYoā¦no sĆ© quĆ© hacerā¦āconfesó Arturo.
āEntiendo, dĆ©jame ayudarteā¦
Enrique encajó un contundente rodillazo contra el bulto en la pantaloneta de su amigo.
āAAAAHHHH!!!āArturo se derrumbó de rodillas al suelo, cubriendo sus huevos aporreados.
Enrique sonreĆa, ya dejó libre sus bolas, no habĆa riesgo de otro golpe, se comenzó a sobar la polla, haciĆ©ndola parar al mĆ”ximo.
āOh dios, mis bolasāArturo sentĆa un calor que lo llenaba por dentro, el dolor gonadal casi no le dejaba mover ni respirar bien, sus ojos parecĆan soltar lĆ”grimas, pero por orgullo contuvo el llanto.
āAsĆ es mĆ”s fĆ”cil, ArturoāNo fue un golpe por venganza, simplemente Enrique planeaba debilitar a su amigo y asĆ reducir su probabilidad de escape o cualquier otra forma de resistencia.
Enrique acercó su falo al caĆdo Arturo, Ć©ste levantó los ojos y tenĆa el pene a centĆmetros de su boca, la erecta carne soltaba abundante pre semen, ante aquella vista Arturo finalmente se rindió!
Enrique lo supo solo de verle y le ofreció el pene.
Arturo abrió la boca y el falo fue ubicado por Enrique, el sentir el glande llenarle la boca fue algo extraƱo para Arturo, casi se lo muerde por instinto y su reflejo nauseosos parecĆa activarseā¦Pero no fue mĆ”s allĆ”, cerró levemente la dentadura y acomodó la boca al tamaƱo del glande y tronco.
āEso esā¦suave, comienza suaveā¦āLe instruĆa Enrique.
DespuĆ©s de los iniciales y torpes movimientos mandibulares, ya Arturo se desenvolverĆa con prĆ”ctica, despuĆ©s de todo varias mujeres le habĆan chupado el pene a Ć©l, sabĆa dónde estimularlo y dónde Ć©l y de seguro Enrique eran mĆ”s sensiblesā¦
ā¦Se sacaba el falo de la boca y lo mordisqueaba en el tronco, por todos lados daba mordidas, lamidas, la lengua del ābravucónā, hacĆa de las suyas estimulando el falo de Enrique.
Enrique disfrutaba al mĆ”ximo, sus bolas recogidas bajo el gordo pene ya daban muestras de acercase al lĆmite de su resistenciaā¦Pero ellas tambiĆ©n requerĆan atención.
āMis huevos, lĆ”melos, desquita la patada que les diste.
Y la lengua de Arturo repasó toda la circunferencia de las cargadas gónadas.
āArgg!āSe quejó levemente Enrique cuando la lengua de su amigo recorrió la parte inferior de su escroto, aĆŗn tenĆa un ardor por la patadaā¦Pero no por ello dejaba de sentir placer, la parte masoquista de Enrique le garantizada seguir sintiĆ©ndose bien.
Ante una nueva orden, Arturo regresó a engullir el falo, la lengua ahora era hĆ”bil, dentro de la boca repasaba el borde del glande y el frenillo, la punta despuĆ©s recorrĆa la extensión de las mĆŗltiples venas del tronco.
Hasta que los labios se centraron en succionar el glande, en un mete y saca, Arturo se decidió a provocar la eyaculación de Enrique.
āMĆ”s, mĆ”s, Arturo, rĆndete plenamente a tus deseos, sigue asĆā¦Mira que pronto recibirĆ”s un premio.
Enrique apretó ligeramente los dientes, su pene comenzó a contraerse y descargó un lote de esperma en la boca de Arturo, tomÔndolo de imprevisto, el joven se sacó el pene y recibió el resto de la eyaculación en el rostro.
Enrique se alejó, jadeando de gusto, mientras Arturo se quedarĆa en el suelo, excitado, pero al tiempo cabizbajo āy con semen en la lenguaā, recriminĆ”ndose por lo que acababa de hacer.
Enrique ya esperaba que su amigo se auto recriminara, y le ayudó.
āNo te sientas mal, Arturo, es la naturaleza del ser humano tener diversos gustos, no luches contra sus propios instintos, no hay nada de malo en ellos.
Enrique se acercó a Arturo, Ć©ste que ahora estaba de rodillas, levantó la vista para encontrarse con aquel interior transparente conteniendo la virilidad ya en reposo de Enriqueā¦De nuevo sus mejillas se colorearon.
El visitante se inclinó un poco y tomó al Arturo de los hombrosā¦Sin mediar palabra le hundió un puntapiĆ© en el bulto de la pantaloneta.
āAAAHHHH!!āGritó Arturo y cayó tendido boca abajo, envuelto en un mar de sufrimiento⦠Sus bolas fueron proyectadas contra la base del pene, deformĆ”ndose en algĆŗn grado.
Ver sufrir a Arturo excitaba a Enrique, al parecer el sadismo se sumaba al placer de ser golpeado en los testĆculosā¦Sus gustos privados eran diversos.
āHoy lo dejaremos en el sexo oral, pero la próxima semana te iniciarĆ© en otras experiencias mĆ”s gozosas para tiā¦Apenas comenzamos en los placeres del sexo gayā¦Ah! y eso sĆ, espero un buen baƱo en el jacuzzi, adiós Arturo.
Arturo seguĆa retorciĆ©ndose del dolor en el suelo, se cogĆa los huevos con desesperación, era la primera vez que sentĆa tanto dolor, pero su pene estaba erecto, en su mente estaba fija la imagen de aquel interior transparente.
FIN.
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