Día de las madres - Las Bolas de Pablo

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9 may 2020

Día de las madres

CONTIENE
LEVE BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
SEXO HETEROSEXUAL

   Israel Chacón era padre de dos jóvenes, Rafael y Oriana, a esta fecha y con lo mujeriego que era pudiera tener más niños y en tiempos recientes quisieron hacerle creer que tuvo más hijos, en algún momento le presentaron a un varón, un hermoso bebé que mientras estuvo en la clínica bajo la mirada acusadora de Marcos Chacón no pasó la prueba al mirar el tamaño de sus testículos.

   —Lo siento, Israel, pero no creo que ese bebé sea tu hijo —llegó a decir Marcos.

   Y semanas después la prueba de sangre le dio la razón. Prueba que también le arrojó respuesta con la hija de otro hombre.

   Ahora regresando al inicio de la historia, aquel domingo Israel fue a dar a casa de sus verdaderos hijos de sangre y genes. Era un hombre divorciado y se bajó de su vehículo para tocar la puerta de la hermosa casa. Fue recibido por Raquel, su ex esposa, era una mujer guapa de tez blanca y cabellos negros, tenía grandes pechos, duros y turgentes. 

   —¿Cómo estás? —la saludó Israel—. Feliz día de las madres —le entregó un beso en la mejilla—. ¿Está Rafael y Oriana? No les he dicho que iba a estar de visita en el estado, incluso esta mañana intercambie mensajes con ellos pero no les dije que pasaría por aquí —enfocó una sonrisa—. Los he llamado al celular y no contestan. 

   Raquel se hizo a un lado permitiéndole el acceso a Israel a la sala de estar.

   —No están —respondió Raquel—. Decidimos tener un domingo familiar en casa de mi madre y ellos se han marchado primero mientras yo termino una comida para el compartir. Honestamente no sé porque no te contestan por lo menos ya me avisaron que están en casa de mi madre. Seguramente se han puesto a jugar con sus primos y están sin celular.

   —Posiblemente —afirmó con la cabeza Israel mirándola con sus ojazos verdes—. Viajé para a saludar a mi madre y quería llevarlos conmigo.

   —Será en otra ocasión, ya ves, por querer dar una sorpresa el sorprendido has sido tú. Las sorpresas son tan cruciales que hasta te golpean de porrazo la cara —agregó ella con reproche. Israel supo que quiso decir—. Tan pronto los vea les diré que estás en el estado para que se pongan en contacto contigo.

   —Así es, muchas gracias, Raquel. También quería decirte que en unas semanas mi hermana va a casarse y quería llevar a los niños conmigo.

   —No hay ningún problema. Si vas a cuidar bien de ellos son todos tuyos.

   —Y si tú quieres ir será todo un honor para mí.

   Él le sonrió galante, mostrando sus perfectisimos dientes blancos y sus carnosos labios. Raquel tragó saliva y negó con la cabeza.

   —No puedo, Israel, tengo mucho por hacer... No quiero ser grosera —y sonrió a pesar de su respiración agitada, se puso nerviosa con la invitación de su ex marido—, pero estaba terminando de envasar la comida antes de ir a pasar el día de las madres con mi familia… seguramente tú también quieres ir a ver a la tuya. 

   —Oh, sí. Pero —Israel separó las piernas—, ¿me invitas a un café? No te quitará más de cinco minutos ademas tú le das un toque a chocolate, divino. ¿Me regalas uno? Así yo intento comunicarme con los chicos mientras lo preparas.

   Raquel dio un suspiro y se levantó para ir rumbo a la cocina dejando a Israel intentar entablar comunicación con uno de sus hijos. Ella era chef de profesión y sus comidas eran un manjar de los dioses.

   Raquel fue a la cocina para preparar la bebida, sufrió mucho con el divorcio de aquel hombre, lo descubrió en una cama con su prima, ¡cuanto descaro había! Incluso su familia lo odiaba a él y a su familiar que tanto adoraba como hermana desde niñas. La amante de Israel se marchó del país ante la vergüenza y él se divorció de ella.

   «Mantén a ese hombre a kilómetros de mi porque sino lo mato» en algún momento le dijo su padre. Es por esa razón que el rubio Chacón no se atrevía acercarse a buscar a sus hijos en casa de los abuelos maternos.

   Y pensar que toda su vida iba a estar atada a ese encantador hombre.

   Ella miraba la cafetera cuando una hermosa gargantilla apareció ante su mirada, Israel la estaba sosteniendo, había llegado a la cocina.

   —¿Qué es eso? —preguntó tontamente Raquel, estaba sorprendida y era una joya muy bonita. 

   —Es para ti —le sonrió Israel a él también le brillaban los ojos. 

  Ella negó con la cabeza.

   —Iba a entregársela a los niños para que ellos te la hicieran llegar. He logrado comunicarme con Rafael y junto a su hermana están muy bien. Lo veré más tarde.

   —Si los buscaras luego pudiste esperar para entregarlo. 

   —Fui impaciente —rio Israel aún más encantador—, y quise tener este gesto contigo directamente, más tarde podemos salir con los niños y te compro otra cosa.

   —Israel, yo no, yo…

   —Shhhhh —suavemente el hombre colocó sus dedo índice en los labios de ella. Sabía ser tan seductor ante la situación—. Te vas a ver hermosa.

   Se colocó detrás de ella y le colocó con mucha delicadeza la gargantilla. Raquel estaba callada, se acariciaba una mano sintiendo nervios. 

   —Feliz día de las madres —le susurró al oído como galán de telenovela mexicana—, eres una mujer especial por ser la madre de mis hijos.

   Israel sujetó la gargantilla y se quedó detrás de ella, seguidamente colocó sus manos entrelazadas justo debajo de los senos de Raquel y aferró su fuerte torso en un tierno abrazo. 

   —¿Qué haces, Israel? Sueltame. Ya no soy la misma de hace años. 

   Protestó pero no puso resistencia al apretón de Israel ni en la forma en la que colocó una mano sobre su hombro masajeándolo suavemente.

   —¿No eres la misma? —susurró con palabras suaves a su oído—. A mi me gusta de todas las maneras que seas…

   El padre de sus hijos apoyó su barbilla en su hombro, sus brazos musculosos la volvieron a sostener con fuerza. Raquel tragó saliva al empezar a sentir su polla dura contra su trasero. 

   —¿Qué te pasa, Israel? Vete de aquí. Llama a una de tus mujeres. 

   —¿A cual? ¡No hay más mujer que tú! 

   —¡No seas descarado! 

   —¡Sí! Han habido mujeres, muchas, pero ninguna como tú. 

   Raquel no respondió pero su lenguaje corporal lo decía todo. 

   Israel movió sus manos, finalmente liberándola, pero no se movió detrás de ella. Raquel se quedó quieta, sintiendo la erección contra su trasero durante todo el tiempo. Con la tensión completamente disipada, se dio la vuelta y reaccionó dando una palmada a la entrepierna de Israel, no lo suficientemente duro pero sí para hacer un poco de impacto. 

   —¡Ay! —saltó Israel. Después se echó a reír—. Así, mi amor, pero toca mis genitales que quieren saludarte. 

   Raquel plantó una bofetada en el rostro del hombre. 

PAF

   El retrocedió aturdido y con el orgullo echo triza. 

   —¡Soy una señora! ¡Respetame! 

   Israel se sintió devastado y ella más culpable aún, quiso pedirle disculpas pero sólo se lanzó sobre él con sus labios tocando su boca, así fue su proceder e Israel la aceptó y se sujetó a Raquel con pasión. 

   Ambos se besaron como si su vida dependiera de eso. Si estuviesen esperando ello por años. 

   Ambos subieron al segundo piso, adivinando los escalones, dando traspiés pero besándose. Al llegar a la habitación Israel se bajó los pantalones, posteriormente los boxers y dejó libre su hermosa polla, la cual Raquel buscó con ansias su lengua. Ella abrió la boca, pidiéndole que la metiera dentro, Chacón obedeció y dejó que sus movimientos de cabeza trabajaran. Era el paraíso, no podía contener los gemidos. 

   Para aminorar el deseo de eyacular Israel prescindió de la felación. Y la levantó para besarla. Comenzó a desvestirla con sus manos dejándola con la gargantilla puesta. La empujó al borde de una mesa, quedando tumbada sobre el y con las piernas en una posición perfecta para follarla.

   Israel besó y palpó sus duros pezones, eran duros y bonitos, grandes, cuantas pajas rusas le proporcionaron en el pasado. Estuvo un rato jugando con sus tetas, mientras Raquel resoplaba y gemía levemente. 
   Chacón acercó su pene a la entrada de su vagina y mirándose a los ojos la embistió, metió su miembro hasta el fondo y gimieron al mismo tiempo. Israel comenzó a moverse, agarrándola de la cintura, la follaba lento pero profundo y duro, la mesa se movía a cada embestida.

   Cada vez fue subiendo la velocidad, hasta que Raquel comenzó a gritar e Israel se inclinó sobre ella tapando su boca y riendo. Iban a alertar a los vecinos. Pero no paró de darle duro, esa mujer después de años del divorcio seguía siendo suya. 

   El hombre ya no aguantaba más, así que sacó toda su fuerza y comenzó a darle todo lo duro que podía. 

Un fuerte escalofrío lo recorrió, dejándolo exhausto, Raquel temblaba ahora con los cabellos revueltos y la gargantilla en su pecho temblaba debajo de su hombre. 

—Aaaaaaaaah. 

   El orgasmo de Israel se vio reflejado en el río de semen que emergió de su polla. Se quedó quieto sobre Raquel diciendo lo bella que era y cuanto la extrañaba. Después se acomodó y se tumbaron en la cama a descansar.

   Raquel se mantuvo en silencio tocando su gargantilla, Israel la beso y apartó su brazo cuando el celular de la mujer anunció una llamada.

   —¡Es Ramiro! —anunció ella al leer la pantalla.

   —¿Y qué? No le contestes a ese idiota. Estás conmigo.

   Raquel lo observó.

   —No volveré a sufrir por ti —cogió el celular y contestó la llamada—. Hola, mi vida……… sí, ya estoy casi lista……… —se acercó a un espejo para peinarse—. ¿QUÉ? ¿YA ESTÁS CERCA? Oh, espera, espera. Regalame diez minutos más, espera, espera.

   Israel se divirtió de solo mirarla azorada.

   —No, es que llegó Israel, y estamos conversando de los chicos, me entretuve……… sí, sí, mientras terminó de pintarme.

   Culminó la llamada y observó preocupada a su ex esposo.

   —¡Vete! —le inploró preocupada—. Tú hiciste tu vida y yo encontré a un buen hombre como Ramiro que no me será infiel.

   —Eso es lo que tú no sabes —Israel salió de la cama y abrazó a Raquel—, mi amor, estamos a tiempo de regresar y poner fin a tu relación con Ramiro.

   Raquel se apartó de él.

   —Israel, ponte la ropa y vete.

   —No lo haré, tú eres mi mujer. Todavía sientes deseos por mi.

   Raquel se apartó de él y entró rápidamente al baño para quitarse el olor a sexo con una ducha. Cuando salió del baño Israel seguía en la cama apenas con los calzoncillos puestos.

   —Va a llegar, Ramiro, ponte la ropa y vete.

   —No lo haré.

   Afuera se escuchó el la llegada de un vehículo, Raquel se vistió lo más deprisa que pudo y bajó para recibir a Ramiro.

   El actual novio de Raquel era un hombre alto, de cabellos negros, y una pequeña barba rodeaba sus labios.

   Raquel se quedó plantada en la puerta simplemente entreteniendolo hablando de cualquier cosa dando algún tipo de oportunidad a su ex esposo de rectificar y vestirse..

   —¿Y esa gargantilla?

   Raquel abrió la boca sorprendida sin saber qué decir, de hecho abrió la boca sin formar palabras.

   —¡Ramiro!

   Israel bajaba las escaleras.

   Raquel casi murió del susto, se calmó cuando lo vio a completamente vestido.

   —Es un regalo que los chicos le quisieron dar a su madre —explicó el rubio—. Rafael me comentó que tenía unos ahorros con Oriana y querían dar un detalle a su mamá y ya ves, bueno, sí. Yo apoyé a mis hijos.

   —Ah —Ramiro afirmó con la cabeza, era indescriptible percibir si estuvo convencido.

   Diez minutos después y tras una taza de delicioso café Israel abandonó la casa, detrás de él iba Ramiro sosteniendo una bandeja con comida y Raquel que mientras se maquillaba en el vehículo observaba por el espejo su joya y sonreía. En su interior miles de los espermatozoides de Israel hacían camino a su óvulo. 

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