SUPERMANHOOD 8/9: La Guerra Divina. Parte 3 - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

28 may 2020

SUPERMANHOOD 8/9: La Guerra Divina. Parte 3

Escrita por: Fercho MX

   La Segunda Guerra Divina comenzĆ³, los Dioses destruyeron Heroland. Superman Hood y Lucky les hacen frente en el espacio, mientras Ted y Bob los respaldan desde la estaciĆ³n espacial. Lucky logrĆ³ derrotar a Ares y arrancarle los testĆ­culos para dĆ”rselos de comer a Superman Hood quien con ese poder logra derrotar a PoseidĆ³n y Hades logrando hacerse con el poder de tres Dioses.

   La heroĆ­na quedĆ³ atrapada por Hermes en una fantasĆ­a, mientras Ć©l abusa de ella tocĆ”ndola y frotando su miembro viril por todo su cuerpo, se dispone a penetrarla pero es rescatada por Superman Hood quien destruye los testĆ­culos de Hermes. Rodrigo revela que todo el combate ha sido un sueƱo, una fantasĆ­a creada por Hermes y que los Dioses siguen con vida.

   El Dios Cronos resurge tomando el control sobre el cuerpo de Lucky para realizar un poderoso hechizo de alteraciĆ³n de la realidad que permite derrotar a cuatro de sus hijos. Cronos se dispone a luchar contra Zeus, el hijo que milenios atrĆ”s le arrancara los testĆ­culos.


   –Destruiste a mis hermanos con ayuda de tu perro faldero –dijo Zeus a su padre– Eso es lo que siempre quisiste ¿no es asĆ­? tĆŗ viste el potencial de nuestro poder, ¡MI POTENCIAL! y supiste que serĆ­a mĆ”s poderoso que tĆŗ, por eso quisiste matarnos e iniciaste aquella guerra donde te vencimos.

   –Lo hecho, hecho estĆ”, tĆŗ me arrancaste las bolas, ahora harĆ© lo mismo contigo.

   Cronos y Zeus eran padre e hijo, sin embargo la condiciĆ³n sanguĆ­nea no aplicaba para ellos, esta condiciĆ³n la creĆ³ Cronos antes de morir, solo aplica para los hĆ©roes, estos Dioses Antiguos para arrebatarse los poderes debĆ­an arrancarse las bolas, en este punto Cronos tenĆ­a ventaja pues el cuerpo que usaba como contenedor no tenĆ­a testĆ­culos.

   Cronos congelĆ³ el tiempo, tanto Rodrigo como Zeus quedaron relativamente inmĆ³viles, el padre se dispuso confiadamente de forma veloz a sujetar y arrancar las bolas de su hijo, pero Zeus estaba simulando, su velocidad infinita era superior, aun con el tiempo detenido Ć©l se podĆ­a mover con gran velocidad, con su espada de rayo atravesĆ³ el pecho de Cronos cuando Ć©ste se aproximaba hacia Ć©l, la espada se deshizo al contacto con el Dios del tiempo haciendo estallar su pecho, el cuerpo de Luciana quedĆ³ flotando, posteriormente Zeus lanzĆ³ sobre ella varios ataques tan poderosos como los que habĆ­a lanzado para destruir al planeta Tierra.

   Cronos pudo percatarse de la velocidad de Zeus y en vez de ir por su testĆ­culos al final lanzĆ³ un ataque para destruir su cinturĆ³n dorado, ahora el Dios no contaba con el apoyo de sus artefactos y su poder se vio mermado en un cincuenta porciento. Aun asĆ­ el Dios podĆ­a emitir poderosos rayos directo de sus bolas a travĆ©s de sus manos y poseĆ­a un gran poder.

   –¿Te sorprende mi velocidad infinita anciano? –dijo Zeus- ¿Pensaste que podĆ­as derrotar a un macho poderoso e invencible como yo? ¿CreĆ­as que te podĆ­as aproximar a mi para arrancarme los huevos?

   Con el tiempo restablecido, Superman Hood se dirigiĆ³ a toda velocidad hacia el cuerpo de Luciana y con su propio cuerpo lo protegiĆ³ recibiendo todos los rayos que Zeus continuaba lanzando. Esto le destrozĆ³ el traje y la capa, dejando su torso desnudo.

   –No pude hacer mĆ”s, su poder es increĆ­ble –dijo Cronos– pero lo he mermado a la mitad.


   –¿Y Lucy? –preguntĆ³ Rodrigo– ¿QuĆ© va a pasar con Lucy?

   –Lo lamento mucho –dijo Cronos.

   El aura divina de Cronos comenzĆ³ a desvanecerse. En sus brazos Lucy despertĆ³ y mirĆ³ tiernamente a Rod.

   –Mi hombre, mi macho –dijo la chica– ¿Puedo sujetar tus testĆ­culos una Ćŗltima vez?

   –No me lo tienes que preguntar, mis huevos son tuyos, mi hombrĆ­a te pertenece– el chico colocĆ³ la mano de ella en sus bolas, ella las apretĆ³ suavemente– Vas a estar bien, eres la mujer mĆ”s fuerte que existe.

   –Lo soy, pero… no lo voy a lograr. Mi cuerpo no resiste mĆ”s.

   –Lucy, por favor, no te dejes vencer –dijo Rodrigo con los ojos humedecidos.

   –Por Ćŗltima vez… bĆ©same –musitĆ³ la chica.

   Rodrigo la besĆ³, ella le correspondiĆ³ durante unos pocos segundos, entonces la chica soltĆ³ sus testĆ­culos, estaba muerta. Superman Hood comenzĆ³ a llorar desconsolado abrazando el cuerpo de su mujer, trataba de aferrarse a ella. De pronto una gran energĆ­a fluyĆ³ hacia el cuerpo de nuestro hĆ©roe. Cronos hizo un hechizo final, con ese Ćŗltimo beso, todos sus poderes, los de Lucky y la Liga fueron transferidos hacia Ć©l. Pero el poder era ya demasiado para que su cuerpo de mortal lo asimilara, el chico comenzĆ³ a retorcerse.

   –Nadie puede oponĆ©rseme, nadie es rival para este Dios macho  –Zeus se regodeaba sujetando sus testĆ­culos con una mano– mientras tenga este par de preciosas bolas soy el ser mĆ”s poderoso.

   En ese momento mediante un implante en el oĆ­do Ted se comunicĆ³ con Rodrigo.

   –¿QuĆ© te estĆ” pasando Rod? –preguntĆ³ Ted.

   –No puedo… siento que mi cuerpo va a explotar, no puedo controlarlo, es demasiado poder para este inĆŗtil cuerpo –dijo Rodrigo retorciĆ©ndose del dolor, tratĆ³ de utilizar la espada de Hermes para controlar todo el poder, pero esta no resistiĆ³ y estallĆ³. Los Dioses usaban todos, amuletos hechos de la roca que les ayudaban a controlar tanto poder, pero a Ć©l solo le quedaba esa espada.

   Zeus comenzĆ³ a atacarlo lanzĆ”ndole rayos, el chico formĆ³ una sĆ³lida esfera protectora alrededor de su cuerpo.

   –Usa la meditaciĆ³n, debes tomar el control de la energĆ­a pura de cada habilidad.

   –¡No puedo! es demasiado Ted.

   –CompĆ”rtelo conmigo, mediante empatĆ­a –dijo Ted.

   –No lo vas a resistir –dijo el chico.

   –¡Solo hazlo!

   Rodrigo estableciĆ³ una conexiĆ³n con Ted. El mentor se sintiĆ³ atrapado en una telaraƱa de caos que lo asfixiaba, meditando y controlando su respiraciĆ³n llegĆ³ hasta Rodrigo.

   –¿Ves este desorden? Es una maraƱa, tienes que separar cada habilidad y tomar control de ellas, el poder no te controla, tĆŗ lo controlas –le dijo Ted y lo abrazĆ³– lamento mucho lo de Lucy, ella era una gran mujer.

   Rodrigo comenzĆ³ a llorar entre su brazos, Ted lo abrazĆ³ con firmeza compartiendo su dolor, era ese dolor el que le impedĆ­a concentrarse para tomar el control de sus poderes.

   –Ella dio su vida para derrotar a esos malditos Dioses y te dio todos sus poderes, si no tomas el control de esto, su muerte serĆ” en vano. Tienes que ordenar este caos y tienes que vencer a Zeus, ¡hazlo por ella! Tu eres fuerte mi hermano, ¡tĆŗ puedes!

   –Necesito tiempo –dijo Rodrigo– Zeus no me da tregua, no puedo hacerlo si sigo manteniendo la esfera protegiĆ©ndome.

   –Yo me encargo –dijo Ted.

   –¿CĆ³mo dices? ¿tĆŗ?

   –DĆ©jalo en mis manos, te darĆ© el tiempo que necesitas –dijo Ted– ella ya dio su vida en esta batalla, yo no me puedo quedar atrĆ”s.

   –¡No! no lo hagas, no quiero perder a alguien mĆ”s.  –le pidiĆ³ Rodrigo– no hay nada que puedas hacer contra Zeus.

   –No me subestimes hombre, no lo hago solo por ti, la Tierra es mi hogar, mi planeta esta en peligro y yo tengo que hacer algo, tengo que hacerlo Rod –dijo Ted con firmeza y ecuanimidad– Si muero, que es lo mĆ”s probable, mĆ”talo, acaba con Ć©l, salva nuestra Tierra, por favor.


   Ted rompiĆ³ la conexiĆ³n con Rodrigo. Zeus continuaba atacando a nuestro hĆ©roe quien continuaba encapsulado, de pronto se aproximĆ³ hacia Ć©l desde la estaciĆ³n espacial un Robot Samurai Azul de cuatro metros de altura, era un Mecha fabricado por Ted y Bob. Este Mecha era el resultado de aƱos de trabajo, el robot poseĆ­a las habilidades bĆ”sicas de Superman Hood, era parte mĆ”quina, parte organismo viviente creado a partir de cĆ³digo genĆ©tico de Rodrigo. El Mecha poseĆ­a alta resistencia, fortaleza y sĆŗper velocidad. Contaba con cuatro brazos para atacar, dos para combate cuerpo a cuerpo y dos mĆ”s con poderosas espadas.  El Mecha ademĆ”s podĆ­a crear un escudo protector similar al que protegiĆ³ a la tierra del primer ataque pero mucho mĆ”s potente.

   El Samurai se lanzĆ³ para cortar a Zeus con sus espadas, pero el Dios lo esquivĆ³ fĆ”cilmente y le lanzĆ³ un poderoso rayo, con sus escudos, el Samurai resistiĆ³. Con su super velocidad el Dios comenzĆ³ a golpear al Samurai, Ted no podĆ­a anticipar los ataques de este Dios, solo podĆ­a mantener arriba los escudos, bĆ”sicamente estaba haciendo lo mismo que Rodrigo hacĆ­a hace unos segundos.

   Bob saliĆ³ tambiĆ©n de la estaciĆ³n espacial recubierto en un traje especial, su misiĆ³n era recuperar el cuerpo sin vida de Lucky y lo consiguiĆ³.

   Rodrigo aprovechĆ³ este breve momento para remover el escudo que lo protegĆ­a y concentrarse en controlar sus nuevos poderes, con meditaciĆ³n en su mente, sujetĆ³ un hilo de humo de la telaraƱa, este comenzĆ³ a brillar de color azul, era la sĆŗper velocidad, el chico tomĆ³ el control de esa habilidad, luego tocĆ³ otro hilo dorado, era el poder para controlar el tiempo, poco a poco comenzĆ³ a tomar el control de sus sĆŗper poderes, uno por uno la maraƱa de caos comenzĆ³ a tomar forma, sin embargo era cada vez mĆ”s difĆ­cil mantener las habilidades ya controladas y sumar el control de nuevas. Era como si estas habilidades se resistieran a obedecerlo y constantemente trataran de destruirlo, tal vez ponĆ­an a prueba su cuerpo para saber si Ć©l era digno de poseer tanto poder.

   Los golpes de Zeus traspasaron los escudos de Ted, el Dios estaba despedazando al Samurai, ya le habĆ­a arrancado dos brazos y se disponĆ­a a arrancarle los otros dos. El Dios disfrutaba desmembrar poco a poco este nuevo juguete que recibiĆ³, era con un gato jugando con su ratĆ³n. Cuando sĆ³lo quedĆ³ el torso y cabeza donde Ted se encontraba,  Zeus lanzĆ³ un rayo poderoso para desintegrarlo por completo. Pero Rodrigo se interpuso, ya habĆ­a retomado el control de sus habilidades. TomĆ³ en sus brazos a Ted y se teletransportĆ³ a la estaciĆ³n espacial para dejarlo ahĆ­ y volviĆ³ para enfrentarse a Zeus.



   –¿Aun crees que puedes vencerme? ¿No te has dado cuenta de la diferencia de poder que hay entre tĆŗ y yo? –dijo burlonamente Zeus.

   –¿CuĆ”l diferencia? Llegaste aquĆ­ siendo diez veces mĆ”s poderoso que cualquier Dios, la batalla con Cronos redujo tu poder a la mitad, ¿Ya lo olvidaste o no sabes hacer cuentas? dentro de mĆ­, habita el poder de cinco Dioses y por si no lo sabes tambiĆ©n el de ocho valientes hĆ©roes, a diferencia de ti, yo nunca he dependido de ningĆŗn objeto o roca mĆ”gica para controlarlos –Dijo Rodrigo quien exhibĆ­a una poderosĆ­sima aura divina.

   Superman Hood comenzĆ³ a luchar contra Zeus. El intercambio de golpes y ataques era colosal. El Dios habĆ­a golpeado en mĆ”s de mil ocasiones a nuestro hĆ©roe en los huevos, Rodrigo no habĆ­a logrado ni acercarse a su entrepierna aunque lo intentĆ³.

   DespuĆ©s de doce horas de intenso combate ninguno parecĆ­a estar cerca de la victoria. Ted se comunicĆ³ con Rodrigo a travĆ©s del implante en su oĆ­do.

   –Creo que se cĆ³mo puedes vencerlo –le dijo Ted– hemos corrido algoritmos y hecho algunos cĆ”lculos en la estaciĆ³n espacial, Bob y yo creemos que puedes vencerlo.

  –ExplĆ­cate –pidiĆ³ Rodrigo mientras seguĆ­a peleando contra Zeus.

   –¿Recuerdas la condiciĆ³n sanguĆ­nea, donde al golpear a un hĆ©roe este pierde sus poderes?

   –Claro –respondiĆ³ Rodrigo.

   –Necesito me confirmes con tu genealogĆ­a cuantos golpes tendrĆ­as que darle a Zeus en los huevos para quitarle sus poderes.

En este punto la genealogĆ­a era instantĆ”nea, Rodrigo mirĆ³ al poderoso Zeus y vio un nĆŗmero “1” sobre su cabeza.

   –¡No puede ser! –exclamĆ³ Rodrigo.

   –TĆŗ eres el cuerpo principal quien estĆ” en control. La genealogĆ­a de Ć©l hacia ti, Rodrigo, es inmensa, Ć©l tendrĆ­a que darte diez mil golpes segĆŗn nuestros cĆ”lculos, lo contrario ocurre de ti hacia Ć©l pues dentro de ti estĆ” la esencia de sus hermanos y su mismĆ­simo padre, actualmente la diferencia de poderes entre ustedes no existe, sĆ³lo tienes que darle un golpe en las bolas –explicĆ³ Ted. ¿CuĆ”ntos golpes te ha dado Ć©l en los huevos?

   –¡Verga! –exclamĆ³ Rodrigo– como mil.

   –Ese es su “plan B”, si no logra vencerte, de a poco planea golpearte diez mil veces en los huevos –le dijo Ted– No te dejes golpear en los huevos, trata de golpearlo tĆŗ, un solo golpe y te lo chingas. ¡Te lo chingas!

   –Todo suena muy bien, pero la condiciĆ³n sanguĆ­nea aplica solo para los hĆ©roes como yo, un Dios antiguo estĆ” exento de ello, se las tengo que arrancar –replicĆ³ Rodrigo– Ć©l si me vencerĆ­a al darme diez mil golpes, pero yo no.

   –¿Quien creo la condiciĆ³n sanguĆ­nea y cĆ³mo la creo? –preguntĆ³ Bob.

   –¡Oooooooh!.. ¡Eres un puto genio Bob!  –exclamĆ³ Rodrigo, pues comprendiĆ³ que Ć©l podĆ­a fĆ”cilmente hacer un hechizo para someter a Zeus a la condiciĆ³n sanguĆ­nea.

   –No, mĆ”s bien tĆŗ eres un estĆŗpido, has tenido las cartas a tu favor desde el inicio idiota –intervino Ted.

   –Dado que ya usaste un riĆ±Ć³n, te recomiendo usar ahora un pulmĆ³n –dijo Bob.

   –Gracias Ted, gracias Bob –dijo Rodrigo.

   El chico logrĆ³ extirparse un pulmĆ³n y lanzĆ³ el hechizo para someter a Zeus a la condiciĆ³n sanguĆ­nea, Zeus aprovechĆ³ este momento para dar mĆ”s de cinco mil golpes a los huevos de Rodrigo. La magnitud de poder necesaria para someter a un Dios antiguo a esta condiciĆ³n era muy grande, la roca hecha de un pulmĆ³n se desintegrĆ³, pero el hechizo se activĆ³. Zeus cesĆ³ de atacar a Superman Hood.

   –¿QuĆ© te pasa? ¿tienes miedo? –preguntĆ³ burlonamente Superman Hood– un solo golpe en tus bolas, uno solo y estas acabado.

   –Yo te he dado siete mil doscientos treinta y seis golpes animal –respondiĆ³ Zeus– tĆŗ no has logrado ni acercarte a mis huevos, puedo acabar contigo sin problemas.

   Zeus utilizĆ³ su velocidad infinita, Rodrigo canalizĆ³ todo el poder de sus otras habilidades para potenciar su velocidad y superar a Zeus, durante dos horas continuando peleando, Rodrigo no lograba golpearlo ni una sola vez en los huevos, Zeus lo habĆ­a golpeado ya cientos de veces mĆ”s. Los milenios de experiencia y habilidad de este Dios estaban haciendo la diferencia.

   La lucha continuĆ³ y Rodrigo llegĆ³ al punto en el cual si recibĆ­a un solo golpe mĆ”s en los huevos de parte de Zeus, perderĆ­a su poderes. No habĆ­a mĆ”s margen de error, ya habĆ­a tirado a la basura su ventaja.


   La batalla llegĆ³ a su punto decisivo. Zeus se dispuso con su mĆ”xima velocidad a golpear a Rodrigo en la bolas, apenas en una millonĆ©sima de segundo Superman Hood logrĆ³ reaccionar y se tele transportĆ³ para esquivar el golpe, para aparecer a velocidad infinita entre las piernas de Zeus, concentrando en su puƱo el poder de la tierra, el agua, el fuego, el aire y el tiempo, Rodrigo acertĆ³ un poderoso gancho en las bolas del Dios Zeus. Era el primer golpe en los huevos que lograba darle al Dios en mĆ”s de 20 hora de combate.

   Zeus chillĆ³ de dolor, era la primera vez en sus miles de aƱos de existencia que recibĆ­a un golpe en las bolas, el dolor lo tomĆ³ por sorpresa, su rostro se frunciĆ³, su aura divina se extinguiĆ³ y se llevĆ³ las manos a la entrepierna, pero antes de que el derrotado Dios se pudiera cubrir, Rodrigo le arrancĆ³ salvajemente sus aun brillantes testĆ­culos y rĆ”pidamente los devorĆ³ para obtener los poderes de Zeus.

   –Eres un estĆŗpido – susurrĆ³ Zeus con un dĆ©bil chillido agudo antes de convertirse en polvo.

   Superman Hood ahora tenĆ­a el poder de todos los Dioses, su lucha interna para controlar estos poderes continuaba.  A pesar de todo, en ese momento, Ć©l era el ser mĆ”s poderoso de todo el Universo. ComprendiĆ³ que Ć©l ya no pertenecĆ­a a este planeta y que ahora tenĆ­a una nueva responsabilidad.

   Nuestro hĆ©roe se teletransportĆ³ a la estaciĆ³n espacial y se despidiĆ³ de Ted. Su amigo le dio  un nuevo traje pues el que traĆ­a estaba hecho harapos.  La presencia de Rodrigo era mucho mĆ”s intimidante de lo que habĆ­a sido cualquier otro Dios, su poderosa aura divina obligaba a cualquiera que estuviera ante Ć©l a arrodillarse.


   –Acabar con estos Dioses no fue correcto, ellos eran los Guardianes de esta y otras galaxias, como lo sospechaba el universo es grande y allĆ” afuera hay enemigos con un poder similar al de ellos. Debo mantener el equilibrio de poderes.

   –¿Hizo usted mal en derrotarlos? –preguntĆ³ Bob.

   –No, ellos vinieron a destruir esta Tierra y eso no lo podĆ­a permitir. Pero ahora debo hacerme responsable y cumplir con su deber como protector.

   –Lo voy a extraƱar –dijo Ted.

   –¿Por quĆ© me hablas de usted?

   –No puedo evitarlo, lo miro y no puedo hablarle de otro modo –dijo Ted quien junto a Bob permanecĆ­an arrodillados.

   –Entiendo –respondiĆ³ Rodrigo– Amigo mĆ­o, te encomiendo la Tierra, funda una nueva liga de hĆ©roes sin sĆŗper poderes, busca en cada rincĆ³n del planeta a gente justa, noble, honesta, disciplinada, comprometida y responsable como tĆŗ, enseƱales que no se necesita tener sĆŗper poderes para enfrentase a un Dios, muestrales que ser un verdadero hĆ©roe no es cuestiĆ³n de poder.

   –Lo harĆ©, Rod –dijo Ted poniĆ©ndose en pie, al reconocer sus virtudes, el Dios le habĆ­a permitido levantarse.

   –Comienza con mi hermano y con los miembros de la liga, aunque ya no tienen sĆŗper poderes, ellos cuentan con experiencia y capacidades atlĆ©ticas e intelectuales muy valiosas.

   El Dios Superman Hood mirĆ³ a Bob y le dijo:

   –Tu brillante mente y nobleza te separan del resto, a pesar de lo que te ocurriĆ³ fuiste el Ćŗnico que sin dudarlo nos ayudĆ³. Tu capacidad para perdonar no tiene igual, agradezco que rescataras el cuerpo de Lucy. 

   –No tiene nada que agradecer –dijo Bob poniĆ©ndose tambiĆ©n de pie.

   –Funden esta liga y entrenen a jĆ³venes hĆ©roes, usen su intelecto y tecnologĆ­a para crear trajes y armas que puedan proteger a todos los habitantes de este planeta y luchen por el bien –continuĆ³ expresando Rodrigo– y Ted, cuida mucho de mi hermano Charly, aunque arrebatarle sus poderes era algo necesario, tambiĆ©n le arrebate una vida como sĆŗper hĆ©roe, por favor conviertelo en un hĆ©roe, corrijo, Ć©l ya es un hĆ©roe, sĆ³lo ayudale a descubrirlo.

   –No te preocupes amigo, yo cuidarĆ© de Ć©l y de todo –dijo Ted con los ojos humedecidos.

   Rodrigo extendiĆ³ sus brazos y Ted lo abrazĆ³. DespuĆ©s de unos segundos ambos se despidieron.

El Dios se aproximĆ³ al cuerpo sin vida de Luciana y le dio un amoroso beso en la frente.

   –¿Puede revivirla? –preguntĆ³ Bob.

   –Un hechizo como ese requiere que sacrifique dos Ć³rganos en especĆ­fico de mi cuerpo y lamentablemente no puedo darme ese lujo –respondiĆ³ el Dios– necesito mis testĆ­culos para proteger a esta y otras galaxias.

   –Entiendo -respondiĆ³ Bob con la cabeza agachada.

   –Pero tĆŗ puedes hacerlo, puedo darte el poder para hacer ese Ćŗnico hechizo, solo que tendrĆ­as que sacrificar tus propios testĆ­culos –afirmĆ³ Superman Hood.

   –Lo harĆ© –respondiĆ³ Robert sin dudar. Ted quedĆ³ estupefacto– ella salvĆ³ mi planeta.

   Superman Hood se acercĆ³ Robert y lo sujetĆ³ suavemente de los testĆ­culos.

   –No solo entregas tus testĆ­culos, entregas tu linaje, tus hijos y los hijos de tus hijos y los hijos de estos, generaciones de hombres y mujeres Hansson, en este momento aquĆ­ yacen millones de semillas que jamĆ”s serĆ”n sembradas, un hechizo de tal magnitud solo podĆ­a hacerse de esta manera –dijo el Dios a Bob.

   Los ojos de Robert comenzaron a iluminarse, Rodrigo removiĆ³ la mano de su entrepierna, en ella tenĆ­a dos esferas ovaladas azules como zafiros, las puso en las manos de Hansson. Este palpĆ³ el escroto bajo su pene, estaba vacĆ­o.

   –Solo te pido que lo hagas cuando yo ya me haya ido. Gracias por todo mi hermano, sin ti esta Guerra no la hubiera podido ganar –dijo Rodrigo a Ted– y gracias tambiĆ©n a ti Robert.

   Superman Hood  desapareciĆ³ para no volver hasta dentro de muchos aƱos. Ɖl ahora era el Dios protector de esta y otras Galaxias, se teletransportĆ³ hacia “Olimpo” la capital del imperio galĆ”ctico que Zeus habĆ­a creado.


   Robert realizĆ³ el hechizo que le devolverĆ­a la vida a Luciana, al completarlo sus ojos dejaron de brillar y los zafiros se hicieron polvo. Ella era una mujer que toda su vida se sintiĆ³ oprimida por los hombres y sus testĆ­culos, Ć©l es un hombre que sin dudarlo entregĆ³ esos testĆ­culos para revivirla. Ella no pudo evitar enamorarse de este maravilloso ser, juntos formaron una pareja y adoptaron muchos hijos, al ser Ć©l la mente mĆ”s brillante del mundo, pudo resolver fĆ”cilmente como satisfacer a su mujer a pesar de su condiciĆ³n. Ambos vivieron felices y envejecieron juntos.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Pages