Escrita por: Fercho MX
La Segunda Guerra Divina comenzĆ³, los Dioses destruyeron Heroland. Superman Hood y Lucky les hacen frente en el espacio, mientras Ted y Bob los respaldan desde la estaciĆ³n espacial. Lucky logrĆ³ derrotar a Ares y arrancarle los testĆculos para dĆ”rselos de comer a Superman Hood quien con ese poder logra derrotar a PoseidĆ³n y Hades logrando hacerse con el poder de tres Dioses.
La heroĆna quedĆ³ atrapada por Hermes en una fantasĆa, mientras Ć©l abusa de ella tocĆ”ndola y frotando su miembro viril por todo su cuerpo, se dispone a penetrarla pero es rescatada por Superman Hood quien destruye los testĆculos de Hermes. Rodrigo revela que todo el combate ha sido un sueƱo, una fantasĆa creada por Hermes y que los Dioses siguen con vida.
El Dios Cronos resurge tomando el control sobre el cuerpo de Lucky para realizar un poderoso hechizo de alteraciĆ³n de la realidad que permite derrotar a cuatro de sus hijos. Cronos se dispone a luchar contra Zeus, el hijo que milenios atrĆ”s le arrancara los testĆculos.
–Destruiste a mis hermanos con ayuda de tu perro faldero –dijo Zeus a su padre– Eso es lo que siempre quisiste ¿no es asĆ? tĆŗ viste el potencial de nuestro poder, ¡MI POTENCIAL! y supiste que serĆa mĆ”s poderoso que tĆŗ, por eso quisiste matarnos e iniciaste aquella guerra donde te vencimos.
–Lo hecho, hecho estĆ”, tĆŗ me arrancaste las bolas, ahora harĆ© lo mismo contigo.
Cronos y Zeus eran padre e hijo, sin embargo la condiciĆ³n sanguĆnea no aplicaba para ellos, esta condiciĆ³n la creĆ³ Cronos antes de morir, solo aplica para los hĆ©roes, estos Dioses Antiguos para arrebatarse los poderes debĆan arrancarse las bolas, en este punto Cronos tenĆa ventaja pues el cuerpo que usaba como contenedor no tenĆa testĆculos.
Cronos congelĆ³ el tiempo, tanto Rodrigo como Zeus quedaron relativamente inmĆ³viles, el padre se dispuso confiadamente de forma veloz a sujetar y arrancar las bolas de su hijo, pero Zeus estaba simulando, su velocidad infinita era superior, aun con el tiempo detenido Ć©l se podĆa mover con gran velocidad, con su espada de rayo atravesĆ³ el pecho de Cronos cuando Ć©ste se aproximaba hacia Ć©l, la espada se deshizo al contacto con el Dios del tiempo haciendo estallar su pecho, el cuerpo de Luciana quedĆ³ flotando, posteriormente Zeus lanzĆ³ sobre ella varios ataques tan poderosos como los que habĆa lanzado para destruir al planeta Tierra.
Cronos pudo percatarse de la velocidad de Zeus y en vez de ir por su testĆculos al final lanzĆ³ un ataque para destruir su cinturĆ³n dorado, ahora el Dios no contaba con el apoyo de sus artefactos y su poder se vio mermado en un cincuenta porciento. Aun asĆ el Dios podĆa emitir poderosos rayos directo de sus bolas a travĆ©s de sus manos y poseĆa un gran poder.
–¿Te sorprende mi velocidad infinita anciano? –dijo Zeus- ¿Pensaste que podĆas derrotar a un macho poderoso e invencible como yo? ¿CreĆas que te podĆas aproximar a mi para arrancarme los huevos?
Con el tiempo restablecido, Superman Hood se dirigiĆ³ a toda velocidad hacia el cuerpo de Luciana y con su propio cuerpo lo protegiĆ³ recibiendo todos los rayos que Zeus continuaba lanzando. Esto le destrozĆ³ el traje y la capa, dejando su torso desnudo.
–No pude hacer mĆ”s, su poder es increĆble –dijo Cronos– pero lo he mermado a la mitad.
–Lo lamento mucho –dijo Cronos.
El aura divina de Cronos comenzĆ³ a desvanecerse. En sus brazos Lucy despertĆ³ y mirĆ³ tiernamente a Rod.
–Mi hombre, mi macho –dijo la chica– ¿Puedo sujetar tus testĆculos una Ćŗltima vez?
–No me lo tienes que preguntar, mis huevos son tuyos, mi hombrĆa te pertenece– el chico colocĆ³ la mano de ella en sus bolas, ella las apretĆ³ suavemente– Vas a estar bien, eres la mujer mĆ”s fuerte que existe.
–Lo soy, pero… no lo voy a lograr. Mi cuerpo no resiste mĆ”s.
–Lucy, por favor, no te dejes vencer –dijo Rodrigo con los ojos humedecidos.
–Por Ćŗltima vez… bĆ©same –musitĆ³ la chica.
Rodrigo la besĆ³, ella le correspondiĆ³ durante unos pocos segundos, entonces la chica soltĆ³ sus testĆculos, estaba muerta. Superman Hood comenzĆ³ a llorar desconsolado abrazando el cuerpo de su mujer, trataba de aferrarse a ella. De pronto una gran energĆa fluyĆ³ hacia el cuerpo de nuestro hĆ©roe. Cronos hizo un hechizo final, con ese Ćŗltimo beso, todos sus poderes, los de Lucky y la Liga fueron transferidos hacia Ć©l. Pero el poder era ya demasiado para que su cuerpo de mortal lo asimilara, el chico comenzĆ³ a retorcerse.
–Nadie puede oponĆ©rseme, nadie es rival para este Dios macho –Zeus se regodeaba sujetando sus testĆculos con una mano– mientras tenga este par de preciosas bolas soy el ser mĆ”s poderoso.
En ese momento mediante un implante en el oĆdo Ted se comunicĆ³ con Rodrigo.
–¿QuĆ© te estĆ” pasando Rod? –preguntĆ³ Ted.
–No puedo… siento que mi cuerpo va a explotar, no puedo controlarlo, es demasiado poder para este inĆŗtil cuerpo –dijo Rodrigo retorciĆ©ndose del dolor, tratĆ³ de utilizar la espada de Hermes para controlar todo el poder, pero esta no resistiĆ³ y estallĆ³. Los Dioses usaban todos, amuletos hechos de la roca que les ayudaban a controlar tanto poder, pero a Ć©l solo le quedaba esa espada.
Zeus comenzĆ³ a atacarlo lanzĆ”ndole rayos, el chico formĆ³ una sĆ³lida esfera protectora alrededor de su cuerpo.
–Usa la meditaciĆ³n, debes tomar el control de la energĆa pura de cada habilidad.
–CompĆ”rtelo conmigo, mediante empatĆa –dijo Ted.
–No lo vas a resistir –dijo el chico.
–¡Solo hazlo!
Rodrigo estableciĆ³ una conexiĆ³n con Ted. El mentor se sintiĆ³ atrapado en una telaraƱa de caos que lo asfixiaba, meditando y controlando su respiraciĆ³n llegĆ³ hasta Rodrigo.
–¿Ves este desorden? Es una maraƱa, tienes que separar cada habilidad y tomar control de ellas, el poder no te controla, tĆŗ lo controlas –le dijo Ted y lo abrazĆ³– lamento mucho lo de Lucy, ella era una gran mujer.
Rodrigo comenzĆ³ a llorar entre su brazos, Ted lo abrazĆ³ con firmeza compartiendo su dolor, era ese dolor el que le impedĆa concentrarse para tomar el control de sus poderes.
–Ella dio su vida para derrotar a esos malditos Dioses y te dio todos sus poderes, si no tomas el control de esto, su muerte serĆ” en vano. Tienes que ordenar este caos y tienes que vencer a Zeus, ¡hazlo por ella! Tu eres fuerte mi hermano, ¡tĆŗ puedes!
–Necesito tiempo –dijo Rodrigo– Zeus no me da tregua, no puedo hacerlo si sigo manteniendo la esfera protegiĆ©ndome.
–Yo me encargo –dijo Ted.
–¿CĆ³mo dices? ¿tĆŗ?
–DĆ©jalo en mis manos, te darĆ© el tiempo que necesitas –dijo Ted– ella ya dio su vida en esta batalla, yo no me puedo quedar atrĆ”s.
–¡No! no lo hagas, no quiero perder a alguien mĆ”s. –le pidiĆ³ Rodrigo– no hay nada que puedas hacer contra Zeus.
–No me subestimes hombre, no lo hago solo por ti, la Tierra es mi hogar, mi planeta esta en peligro y yo tengo que hacer algo, tengo que hacerlo Rod –dijo Ted con firmeza y ecuanimidad– Si muero, que es lo mĆ”s probable, mĆ”talo, acaba con Ć©l, salva nuestra Tierra, por favor.
Ted rompiĆ³ la conexiĆ³n con Rodrigo. Zeus continuaba atacando a nuestro hĆ©roe quien continuaba encapsulado, de pronto se aproximĆ³ hacia Ć©l desde la estaciĆ³n espacial un Robot Samurai Azul de cuatro metros de altura, era un Mecha fabricado por Ted y Bob. Este Mecha era el resultado de aƱos de trabajo, el robot poseĆa las habilidades bĆ”sicas de Superman Hood, era parte mĆ”quina, parte organismo viviente creado a partir de cĆ³digo genĆ©tico de Rodrigo. El Mecha poseĆa alta resistencia, fortaleza y sĆŗper velocidad. Contaba con cuatro brazos para atacar, dos para combate cuerpo a cuerpo y dos mĆ”s con poderosas espadas. El Mecha ademĆ”s podĆa crear un escudo protector similar al que protegiĆ³ a la tierra del primer ataque pero mucho mĆ”s potente.
El Samurai se lanzĆ³ para cortar a Zeus con sus espadas, pero el Dios lo esquivĆ³ fĆ”cilmente y le lanzĆ³ un poderoso rayo, con sus escudos, el Samurai resistiĆ³. Con su super velocidad el Dios comenzĆ³ a golpear al Samurai, Ted no podĆa anticipar los ataques de este Dios, solo podĆa mantener arriba los escudos, bĆ”sicamente estaba haciendo lo mismo que Rodrigo hacĆa hace unos segundos.
Bob saliĆ³ tambiĆ©n de la estaciĆ³n espacial recubierto en un traje especial, su misiĆ³n era recuperar el cuerpo sin vida de Lucky y lo consiguiĆ³.
Rodrigo aprovechĆ³ este breve momento para remover el escudo que lo protegĆa y concentrarse en controlar sus nuevos poderes, con meditaciĆ³n en su mente, sujetĆ³ un hilo de humo de la telaraƱa, este comenzĆ³ a brillar de color azul, era la sĆŗper velocidad, el chico tomĆ³ el control de esa habilidad, luego tocĆ³ otro hilo dorado, era el poder para controlar el tiempo, poco a poco comenzĆ³ a tomar el control de sus sĆŗper poderes, uno por uno la maraƱa de caos comenzĆ³ a tomar forma, sin embargo era cada vez mĆ”s difĆcil mantener las habilidades ya controladas y sumar el control de nuevas. Era como si estas habilidades se resistieran a obedecerlo y constantemente trataran de destruirlo, tal vez ponĆan a prueba su cuerpo para saber si Ć©l era digno de poseer tanto poder.
Los golpes de Zeus traspasaron los escudos de Ted, el Dios estaba despedazando al Samurai, ya le habĆa arrancado dos brazos y se disponĆa a arrancarle los otros dos. El Dios disfrutaba desmembrar poco a poco este nuevo juguete que recibiĆ³, era con un gato jugando con su ratĆ³n. Cuando sĆ³lo quedĆ³ el torso y cabeza donde Ted se encontraba, Zeus lanzĆ³ un rayo poderoso para desintegrarlo por completo. Pero Rodrigo se interpuso, ya habĆa retomado el control de sus habilidades. TomĆ³ en sus brazos a Ted y se teletransportĆ³ a la estaciĆ³n espacial para dejarlo ahĆ y volviĆ³ para enfrentarse a Zeus.
–¿Aun crees que puedes vencerme? ¿No te has dado cuenta de la diferencia de poder que hay entre tĆŗ y yo? –dijo burlonamente Zeus.
–¿CuĆ”l diferencia? Llegaste aquĆ siendo diez veces mĆ”s poderoso que cualquier Dios, la batalla con Cronos redujo tu poder a la mitad, ¿Ya lo olvidaste o no sabes hacer cuentas? dentro de mĆ, habita el poder de cinco Dioses y por si no lo sabes tambiĆ©n el de ocho valientes hĆ©roes, a diferencia de ti, yo nunca he dependido de ningĆŗn objeto o roca mĆ”gica para controlarlos –Dijo Rodrigo quien exhibĆa una poderosĆsima aura divina.
Superman Hood comenzĆ³ a luchar contra Zeus. El intercambio de golpes y ataques era colosal. El Dios habĆa golpeado en mĆ”s de mil ocasiones a nuestro hĆ©roe en los huevos, Rodrigo no habĆa logrado ni acercarse a su entrepierna aunque lo intentĆ³.
DespuĆ©s de doce horas de intenso combate ninguno parecĆa estar cerca de la victoria. Ted se comunicĆ³ con Rodrigo a travĆ©s del implante en su oĆdo.
–Creo que se cĆ³mo puedes vencerlo –le dijo Ted– hemos corrido algoritmos y hecho algunos cĆ”lculos en la estaciĆ³n espacial, Bob y yo creemos que puedes vencerlo.
–ExplĆcate –pidiĆ³ Rodrigo mientras seguĆa peleando contra Zeus.
–¿Recuerdas la condiciĆ³n sanguĆnea, donde al golpear a un hĆ©roe este pierde sus poderes?
–Claro –respondiĆ³ Rodrigo.
–Necesito me confirmes con tu genealogĆa cuantos golpes tendrĆas que darle a Zeus en los huevos para quitarle sus poderes.
En este punto la genealogĆa era instantĆ”nea, Rodrigo mirĆ³ al poderoso Zeus y vio un nĆŗmero “1” sobre su cabeza.
–¡No puede ser! –exclamĆ³ Rodrigo.
–TĆŗ eres el cuerpo principal quien estĆ” en control. La genealogĆa de Ć©l hacia ti, Rodrigo, es inmensa, Ć©l tendrĆa que darte diez mil golpes segĆŗn nuestros cĆ”lculos, lo contrario ocurre de ti hacia Ć©l pues dentro de ti estĆ” la esencia de sus hermanos y su mismĆsimo padre, actualmente la diferencia de poderes entre ustedes no existe, sĆ³lo tienes que darle un golpe en las bolas –explicĆ³ Ted. ¿CuĆ”ntos golpes te ha dado Ć©l en los huevos?
–¡Verga! –exclamĆ³ Rodrigo– como mil.
–Ese es su “plan B”, si no logra vencerte, de a poco planea golpearte diez mil veces en los huevos –le dijo Ted– No te dejes golpear en los huevos, trata de golpearlo tĆŗ, un solo golpe y te lo chingas. ¡Te lo chingas!
–Todo suena muy bien, pero la condiciĆ³n sanguĆnea aplica solo para los hĆ©roes como yo, un Dios antiguo estĆ” exento de ello, se las tengo que arrancar –replicĆ³ Rodrigo– Ć©l si me vencerĆa al darme diez mil golpes, pero yo no.
–¿Quien creo la condiciĆ³n sanguĆnea y cĆ³mo la creo? –preguntĆ³ Bob.
–¡Oooooooh!.. ¡Eres un puto genio Bob! –exclamĆ³ Rodrigo, pues comprendiĆ³ que Ć©l podĆa fĆ”cilmente hacer un hechizo para someter a Zeus a la condiciĆ³n sanguĆnea.
–No, mĆ”s bien tĆŗ eres un estĆŗpido, has tenido las cartas a tu favor desde el inicio idiota –intervino Ted.
–Dado que ya usaste un riĆ±Ć³n, te recomiendo usar ahora un pulmĆ³n –dijo Bob.
–Gracias Ted, gracias Bob –dijo Rodrigo.
El chico logrĆ³ extirparse un pulmĆ³n y lanzĆ³ el hechizo para someter a Zeus a la condiciĆ³n sanguĆnea, Zeus aprovechĆ³ este momento para dar mĆ”s de cinco mil golpes a los huevos de Rodrigo. La magnitud de poder necesaria para someter a un Dios antiguo a esta condiciĆ³n era muy grande, la roca hecha de un pulmĆ³n se desintegrĆ³, pero el hechizo se activĆ³. Zeus cesĆ³ de atacar a Superman Hood.
–¿QuĆ© te pasa? ¿tienes miedo? –preguntĆ³ burlonamente Superman Hood– un solo golpe en tus bolas, uno solo y estas acabado.
–Yo te he dado siete mil doscientos treinta y seis golpes animal –respondiĆ³ Zeus– tĆŗ no has logrado ni acercarte a mis huevos, puedo acabar contigo sin problemas.
Zeus utilizĆ³ su velocidad infinita, Rodrigo canalizĆ³ todo el poder de sus otras habilidades para potenciar su velocidad y superar a Zeus, durante dos horas continuando peleando, Rodrigo no lograba golpearlo ni una sola vez en los huevos, Zeus lo habĆa golpeado ya cientos de veces mĆ”s. Los milenios de experiencia y habilidad de este Dios estaban haciendo la diferencia.
La lucha continuĆ³ y Rodrigo llegĆ³ al punto en el cual si recibĆa un solo golpe mĆ”s en los huevos de parte de Zeus, perderĆa su poderes. No habĆa mĆ”s margen de error, ya habĆa tirado a la basura su ventaja.
La batalla llegĆ³ a su punto decisivo. Zeus se dispuso con su mĆ”xima velocidad a golpear a Rodrigo en la bolas, apenas en una millonĆ©sima de segundo Superman Hood logrĆ³ reaccionar y se tele transportĆ³ para esquivar el golpe, para aparecer a velocidad infinita entre las piernas de Zeus, concentrando en su puƱo el poder de la tierra, el agua, el fuego, el aire y el tiempo, Rodrigo acertĆ³ un poderoso gancho en las bolas del Dios Zeus. Era el primer golpe en los huevos que lograba darle al Dios en mĆ”s de 20 hora de combate.
Zeus chillĆ³ de dolor, era la primera vez en sus miles de aƱos de existencia que recibĆa un golpe en las bolas, el dolor lo tomĆ³ por sorpresa, su rostro se frunciĆ³, su aura divina se extinguiĆ³ y se llevĆ³ las manos a la entrepierna, pero antes de que el derrotado Dios se pudiera cubrir, Rodrigo le arrancĆ³ salvajemente sus aun brillantes testĆculos y rĆ”pidamente los devorĆ³ para obtener los poderes de Zeus.
–Eres un estĆŗpido – susurrĆ³ Zeus con un dĆ©bil chillido agudo antes de convertirse en polvo.
Superman Hood ahora tenĆa el poder de todos los Dioses, su lucha interna para controlar estos poderes continuaba. A pesar de todo, en ese momento, Ć©l era el ser mĆ”s poderoso de todo el Universo. ComprendiĆ³ que Ć©l ya no pertenecĆa a este planeta y que ahora tenĆa una nueva responsabilidad.
Nuestro hĆ©roe se teletransportĆ³ a la estaciĆ³n espacial y se despidiĆ³ de Ted. Su amigo le dio un nuevo traje pues el que traĆa estaba hecho harapos. La presencia de Rodrigo era mucho mĆ”s intimidante de lo que habĆa sido cualquier otro Dios, su poderosa aura divina obligaba a cualquiera que estuviera ante Ć©l a arrodillarse.
–Acabar con estos Dioses no fue correcto, ellos eran los Guardianes de esta y otras galaxias, como lo sospechaba el universo es grande y allĆ” afuera hay enemigos con un poder similar al de ellos. Debo mantener el equilibrio de poderes.
–¿Hizo usted mal en derrotarlos? –preguntĆ³ Bob.
–No, ellos vinieron a destruir esta Tierra y eso no lo podĆa permitir. Pero ahora debo hacerme responsable y cumplir con su deber como protector.
–Lo voy a extraƱar –dijo Ted.
–¿Por quĆ© me hablas de usted?
–No puedo evitarlo, lo miro y no puedo hablarle de otro modo –dijo Ted quien junto a Bob permanecĆan arrodillados.
–Entiendo –respondiĆ³ Rodrigo– Amigo mĆo, te encomiendo la Tierra, funda una nueva liga de hĆ©roes sin sĆŗper poderes, busca en cada rincĆ³n del planeta a gente justa, noble, honesta, disciplinada, comprometida y responsable como tĆŗ, enseƱales que no se necesita tener sĆŗper poderes para enfrentase a un Dios, muestrales que ser un verdadero hĆ©roe no es cuestiĆ³n de poder.
–Lo harĆ©, Rod –dijo Ted poniĆ©ndose en pie, al reconocer sus virtudes, el Dios le habĆa permitido levantarse.
–Comienza con mi hermano y con los miembros de la liga, aunque ya no tienen sĆŗper poderes, ellos cuentan con experiencia y capacidades atlĆ©ticas e intelectuales muy valiosas.
El Dios Superman Hood mirĆ³ a Bob y le dijo:
–Tu brillante mente y nobleza te separan del resto, a pesar de lo que te ocurriĆ³ fuiste el Ćŗnico que sin dudarlo nos ayudĆ³. Tu capacidad para perdonar no tiene igual, agradezco que rescataras el cuerpo de Lucy.
–No tiene nada que agradecer –dijo Bob poniĆ©ndose tambiĆ©n de pie.
–Funden esta liga y entrenen a jĆ³venes hĆ©roes, usen su intelecto y tecnologĆa para crear trajes y armas que puedan proteger a todos los habitantes de este planeta y luchen por el bien –continuĆ³ expresando Rodrigo– y Ted, cuida mucho de mi hermano Charly, aunque arrebatarle sus poderes era algo necesario, tambiĆ©n le arrebate una vida como sĆŗper hĆ©roe, por favor conviertelo en un hĆ©roe, corrijo, Ć©l ya es un hĆ©roe, sĆ³lo ayudale a descubrirlo.
–No te preocupes amigo, yo cuidarĆ© de Ć©l y de todo –dijo Ted con los ojos humedecidos.
Rodrigo extendiĆ³ sus brazos y Ted lo abrazĆ³. DespuĆ©s de unos segundos ambos se despidieron.
El Dios se aproximĆ³ al cuerpo sin vida de Luciana y le dio un amoroso beso en la frente.
–¿Puede revivirla? –preguntĆ³ Bob.
–Un hechizo como ese requiere que sacrifique dos Ć³rganos en especĆfico de mi cuerpo y lamentablemente no puedo darme ese lujo –respondiĆ³ el Dios– necesito mis testĆculos para proteger a esta y otras galaxias.
–Entiendo -respondiĆ³ Bob con la cabeza agachada.
–Pero tĆŗ puedes hacerlo, puedo darte el poder para hacer ese Ćŗnico hechizo, solo que tendrĆas que sacrificar tus propios testĆculos –afirmĆ³ Superman Hood.
–Lo harĆ© –respondiĆ³ Robert sin dudar. Ted quedĆ³ estupefacto– ella salvĆ³ mi planeta.
Superman Hood se acercĆ³ Robert y lo sujetĆ³ suavemente de los testĆculos.
–No solo entregas tus testĆculos, entregas tu linaje, tus hijos y los hijos de tus hijos y los hijos de estos, generaciones de hombres y mujeres Hansson, en este momento aquĆ yacen millones de semillas que jamĆ”s serĆ”n sembradas, un hechizo de tal magnitud solo podĆa hacerse de esta manera –dijo el Dios a Bob.
Los ojos de Robert comenzaron a iluminarse, Rodrigo removiĆ³ la mano de su entrepierna, en ella tenĆa dos esferas ovaladas azules como zafiros, las puso en las manos de Hansson. Este palpĆ³ el escroto bajo su pene, estaba vacĆo.
–Solo te pido que lo hagas cuando yo ya me haya ido. Gracias por todo mi hermano, sin ti esta Guerra no la hubiera podido ganar –dijo Rodrigo a Ted– y gracias tambiĆ©n a ti Robert.
Superman Hood desapareciĆ³ para no volver hasta dentro de muchos aƱos. Ćl ahora era el Dios protector de esta y otras Galaxias, se teletransportĆ³ hacia “Olimpo” la capital del imperio galĆ”ctico que Zeus habĆa creado.
Robert realizĆ³ el hechizo que le devolverĆa la vida a Luciana, al completarlo sus ojos dejaron de brillar y los zafiros se hicieron polvo. Ella era una mujer que toda su vida se sintiĆ³ oprimida por los hombres y sus testĆculos, Ć©l es un hombre que sin dudarlo entregĆ³ esos testĆculos para revivirla. Ella no pudo evitar enamorarse de este maravilloso ser, juntos formaron una pareja y adoptaron muchos hijos, al ser Ć©l la mente mĆ”s brillante del mundo, pudo resolver fĆ”cilmente como satisfacer a su mujer a pesar de su condiciĆ³n. Ambos vivieron felices y envejecieron juntos.
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