Escrita por: Fercho MX
La Segunda Guerra Divina comenzĆ³. Los Dioses destruyeron Heroland y se establecieron en la luna, desde donde planean destruir la Tierra. Superman Hood y Lucky les estĆ”n haciendo frente directamente, mientras Ted y Bob los respaldan desde la estaciĆ³n espacial que construyeron. Lucky logrĆ³ derrotar a Ares y arrancarle los testĆculos para dĆ”rselos de comer a Superman Hood. La heroĆna quedĆ³ atrapada por Hermes en una fantasĆa, mientras Ć©l abusa de ella tocĆ”ndola y frotando su miembro viril por todo su cuerpo, Zeus mira satisfecho la escena.
Durante el combate con Hades y PoseidĆ³n, Rodrigo logrĆ³ sujetar a Ć©ste Ćŗltimo con una llave mata leĆ³n, con su sĆŗper velocidad en una fracciĆ³n de segundo antes de que Hades pudiera hacer algo, Rodrigo acumulĆ³ en su ser todo el dolor sentido en los huevos durante toda su vida: los entrenamientos con Ted, las sesiones con Luciana y los recibidos en este combate, usando su poder de empatĆa, trasladĆ³ este dolor dentro de PoseidĆ³n quien comenzĆ³ a gritar, soltando su tridente, el Dios llevĆ³ sus manos a su entrepierna para sobarse y cubrirse.
Rodrigo tomĆ³ el tridente, al haber ingerido los testĆculos de Ares, sus ojos comenzaron a brillar y su cuerpo a emitir energĆa, el tridente se convirtiĆ³ en hacha, con ella, Rodrigo repeliĆ³ el ataque de la espada de Hades y de un tajo cortĆ³ la cabeza de PoseidĆ³n quien permaneciĆ³ tendido flotando, su cabeza comenzĆ³ a regenerarse al instante, con su poder para controlar la materia Rodrigo jalĆ³ las bolas de PoseidĆ³n lo mĆ”s que el escroto del Dios se lo permitiĆ³ y con otro tajo del hacha le cortĆ³ los huevos.
La regeneraciĆ³n de la cabeza se detuvo y el cuerpo del esbelto Dios se volviĆ³ polvo. Rodrigo tragĆ³ los testĆculos de PoseidĆ³n adquiriendo sus poderes, ahora Ć©l tenĆa toda la ventaja en el combate contra Hades, no necesitaba despojarlo de su espada para derrotarlo, podĆa ir directo por sus bolas.
Hades se envolviĆ³ en fuego para protegerse, pero con el poder de la tierra y el agua a su favor, Superman Hood era inmune a sus habilidades y ademĆ”s era sĆŗper veloz. Atravesando su defensa, nuestro hĆ©roe convirtiĆ³ el hacha en tridente y lo clavĆ³ en la entrepierna de Hades, atorando sus bolas entre sus dientes y empujando hacia arriba se los arrancĆ³.
Hades gritĆ³ de dolor mientras su cuerpo se desvanecĆa, Rodrigo consumiĆ³ los testĆculos de este Dios y se volviĆ³ mĆ”s poderoso, uniĆ³ tanto el tridente como la espada de Hades en una sola arma.
Hermes se encontraba a punto de penetrar el trasero de Lucky con su erecto miembro Viril.
–Ya estĆ”s muerto cabrĆ³n –le dijo Superman Hood colocĆ”ndose entre los dos.
Velozmente lo empujĆ³ lejos de Lucky y le dio un potente rodillazo en las bolas que hizo que Hermes se agachara sujetĆ”ndose los huevos.
–Pegas fuerte hermoso –Hermes le mandĆ³ un beso– no te pongas celoso Rey, hay mucho de esto hasta para ti, tambiĆ©n a ti te voy a dar –dijo sujetando su verga erecta.
Rodrigo se lanzĆ³ a pelear contra Hermes, pero al igual que con Lucky, el Dios lo habĆa capturado dentro de una alucinaciĆ³n. Ahora Hermes comenzĆ³ a manosear el cuerpo inmĆ³vil del ido Superman Hood, se colocĆ³ detrĆ”s suyo, le tocĆ³ y apretĆ³ las nalgas. AbrazĆ”ndolo por detrĆ”s recorriĆ³ sus pectorales y abdominales, bajando sus manos hasta su entrepierna.
–MĆrate nada mĆ”s, eres todo un Dios, tus bolas irradian fuerza, podrĆa arrancĆ”rtelas en este momento y recuperar lo perdido –le dijo Hermes al cuerpo de Rodrigo– pero primero me voy a divertir.
Hermes abriĆ³ un cierre en la cintura del traje de Superman Hood y expuso el miembro del hĆ©roe, lo estĆmulo hasta que se puso erecto y comenzĆ³ a jugar a las espadas con Ć©l, cada vez que sus glandes se rozaban, los vellos en el cuerpo de Hermes se erizaban, el Dios sonreĆa excitado.
–¿Ya mero terminas puto? –le dijo Rodrigo, Hermes quedĆ³ pasmado, nunca nadie se habĆa escapado de sus alucinaciones.
Rodrigo distinguĆa perfectamente lo que era una visiĆ³n y lo que era real, tenĆa mucha experiencia en ello, para salir de esa trampa utilizĆ³ las tĆ©cnicas de meditaciĆ³n aprendidas con Ted. Superman Hood despertĆ³ de la alucinaciĆ³n casi al instante, pero permaneciĆ³ quieto, fingiendo estar ido, esperando el momento para sorprender a Hermes.
Hermes tambiĆ©n poseĆa sĆŗper velocidad y era un prodigioso guerrero con la espada, Rodrigo habĆa entrenado por una dĆ©cada con Ted. Nuestro hĆ©roe comenzĆ³ a pelear contra el "verdadero" Hermes, intercambiaron ataques, pero el Dios era mucho mĆ”s hĆ”bil que Ć©l, Superman Hood recurriĆ³ a los poderes de los otros Dioses, con sus poderes de control de materia potenciados logrĆ³ inmovilizarlo, lo envolviĆ³ en agua hasta casi ahogarlo y lo golpeĆ³ con rocas estrellando algunos asteroides directo contra Ć©l, finalmente le prendiĆ³ fuego, ninguno de estos ataques causĆ³ algĆŗn daƱo en el Dios, solo lo agitĆ³ y debilitĆ³ ligeramente.
Continuaron luchando hasta que Hermes destruyĆ³ la espada de Superman Hood, pero nuestro hĆ©roe logrĆ³ sujetarlo de las bolas y comenzĆ³ a apretĆ”rselas, Hermes hizo lo mismo pero al instante Rodrigo hundiĆ³ sus dedos en la cavidad ocular del Dios y le sacĆ³ un ojo y luego el otro, el Dios se llevĆ³ las manos a la cara soltando tanto su espada como las bolas de Rodrigo, Superman Hood continuĆ³ estrujando su hombrĆa sin clemencia, al no poder ver, Hermes comenzĆ³ a palpar el cuerpo del hĆ©roe buscando su entre pierna. Superman Hood lo soltĆ³ y tomando su propia espada le cortĆ³ las manos.
Hermes comenzĆ³ a gritar horrizado. Rodrigo le apretĆ³ nuevamente las bolas con saƱa, estaba tan molesto con Hermes que querĆa destrozarlas.
–Te dije que ya estabas muert,o puto –Superman Hood le dijo al oĆdo.
Superman Hood aplastĆ³ las bolas de Hermes hasta que las hizo estallar, no se las arrancĆ³, le repugnaba consumirlas, se dio el gusto de deshacerlas con sus propias manos. Hermes no se hizo polvo lentamente como sus compaƱeros, Ć©l explotĆ³ convirtiĆ©ndose en polvo. Lucky despertĆ³ del trance.
–¿QuĆ© pasĆ³? –preguntĆ³ ella.
–Estabas atrapada dentro de un sueƱo creado por Hermes, mientras no estabas logre derrotar a Hades, PoseidĆ³n y a Hermes –le dijo Rodrigo con telepatĆa, sin mover los labios.
–¿Tienes telepatĆa? –preguntĆ³ ella sin hablar.
–No se si es real o si solo la tengo aquĆ –respondiĆ³ Ć©l– pero no quiero que Hermes nos escuche.
–¿CĆ³mo? No dijiste que lo derrotaste –ella preguntĆ³.
–Toda nuestra batalla ha sido una fantasĆa, ambos estamos atrapados dentro de este sueƱo, lo he sabido desde el inicio, pero para salir primero tenĆa que derrotarlos –dijo Rodrigo– Los verdaderos Dioses estĆ”n intactos allĆ” a fuera, nada de lo que aquĆ ha pasado ha ocurrido en realidad.
–Vencerlos en un sueƱo es una cosa, vencerlos allĆ” afuera no creo que podamos, su poder y habilidades deben ser superiores a lo que vivimos aquĆ. Particularmente Hermes es muy poderoso.
–¿QuĆ© podemos hacer? –preguntĆ³ ella. El falso Zeus los miraba a la distancia.
–Convertir todo lo ocurrido aquĆ en realidad, el alcance en los poderes de Bob el Blanco es ilimitado ¿recuerdas? ¿crees poder hacer un hechizo que altere la realidad?
–NecesitarĆ© mĆ”s poder del que tengo –dijo ella.
–Toma todo lo que necesites de mi –respondiĆ³ Ć©l– Se como salir de esta fantasĆa, puedo sacarnos con meditaciĆ³n, pero una vez fuera debes hacerlo rĆ”pido.
–De acuerdo –respondiĆ³ Lucky.
Rodrigo se liberĆ³ a si mismo y a su chica de la fantasĆa en la que se encontraban, al despertar, efectivamente frente a ellos estaban los cinco Dioses. Todo habĆa sido una fantasĆa.
–¿QuĆ© pasa con ustedes dos? Llevan cinco minutos parados como lelos sin moverse mientras los Dioses los observan –reclamĆ³ Ted al oĆdo de Rodrigo mediante un transmisor.
–Tranquilo Ted, todo esta bajo control –respondiĆ³ Rodrigo e intercambio miradas con Lucky.
La chica extirpĆ³ al hĆ©roe un riĆ±Ć³n, reuniĆ³ los fragmentos de su pulsera en una sola roca y juntando las palmas uniĆ³ ambos riƱones para crear una sola roca mĆ”gica. Rodrigo concentrĆ³ toda la energĆa de sus poderes en sus testĆculos, la chica los sujetĆ³ para tomar ese poder.
–Felicidades –dijo Hermes aplaudiendo lentamente– han logrado salir de mi prisiĆ³n. ¿QuĆ© se sintiĆ³ derrotarnos? No pensarĆ”n que tendrĆ”n esa suerte en el mundo real. Solo en sus sueƱos podrĆan vencernos. ¡Somos Dioses! ustedes son basura.
La chica sabĆa que un hechizo de realidad de tal magnitud excedĆa sus capacidades y que solo podĆa ser realizado por el hechicero mĆ”s habilidoso que ha existido, ella cediĆ³ su cuerpo y voluntad al Dios Cronos.
Luciana comenzĆ³ a emitir un aura divina, sus ojos se iluminaron, su traje se tornĆ³ dorado, la chica era un Diosa, sin medirse Cronos absorbiĆ³ de las bolas de Superman Hood toda su energĆa vital. Nuestro hĆ©roe quedĆ³ en estado crĆtico, totalmente debilitado y con dificultades para respirar, en cuestiĆ³n de segundos morirĆa.
Los Dioses quedaron estupefactos, inmediatamente se colocaron en Guardia, reconocieron el aura divina que estaba frente a ellos. Zeus quien estaba en el centro dio un paso al frente y dijo.
–Padre.
–Te dije que te cagarĆas en los calzones cuando descubrieras quien era yo –respondiĆ³ con voz profunda.
–¿QuĆ© esperan imbĆ©ciles? ¡Acaben con Ć©l! –gritĆ³ imperativamente Zeus, se podĆa percibir la desesperaciĆ³n en su voz.
Todos los Dioses se lanzaron al mismo tiempo con sus armas y todo su poder para atacarlo, Cronos realizĆ³ el hechizo de alteraciĆ³n de la realidad y la roca mĆ”gica hecha con los riƱones de nuestros hĆ©roes se desintegrĆ³ debido a la magnitud del mismo. En el segundo antes de que los ataques de sus hijos lo alcanzaran, Cronos creo una burbuja de tiempo, todos quedaron suspendidos frente a Ć©l mirĆ”ndolo con odio, uno por uno todos se fueron evaporando.
En el momento en que Rodrigo exhalaba su Ćŗltimo aliento recibiĆ³ dentro de si el poder de Ares, el hechizo habĆa funcionado, la realidad habĆa sido alterada, todos los Dioses habĆan sido derrotados, Ć©l absorbiĆ³ tambiĆ©n los poderes de PoseidĆ³n y Hades, tambiĆ©n recuperĆ³ los suyos.
Solo Hermes no se evaporĆ³ y permaneciĆ³ inmĆ³vil frente a Cronos.
–¿QuĆ© ha pasado? –preguntĆ³ el Dios a su padre.
–Un hechizo de alteraciĆ³n de la realidad hijo, todo lo que ocurriĆ³ en esa fantasĆa ahora es verdad, gracias a ti, tus hermanos estĆ”n muertos y pronto tĆŗ lo estarĆ”s –sentenciĆ³ Cronos.
–¡Eres un idiota! ¡Un imbĆ©cil! ¡No debĆ escucharte cabrĆ³n! ¡Debimos haberlos atacado con todo y destruirlos! –gritĆ³ furioso Zeus– ¡Se supone que eres el mĆ”s inteligente de nosotros! ¡Maldito Hermes pendejo!
–¡Nadie podrĆa haber anticipado que padre aparecerĆa! –respondiĆ³ Hermes– ¡TĆŗ nos dijiste que lo habĆas asesinado! ¡Si alguien tiene la culpa eres tĆŗ Zeus! ¡El idiota eres tĆŗ!
Lo siguiente que supo Hermes fue que no podĆa ver, sus ojos le fueron arrancados, tambiĆ©n sus manos habĆan sido cortadas, Hermes comenzĆ³ a gritar horrizado, aunque su cuerpo habĆa comenzado a regenerarse, Rodrigo le apretaba los testĆculos con fuerza, Ć©l tambiĆ©n tenĆa un aura divina y sus ojos y testĆculos resplandecĆan.
–Por favor, piedad, no lo hagas ¡Ahhhhhh!–el Dios comenzĆ³ a suplicar a gritos, sus ruegos eran desgarradores– te lo ruego, te ayudare a derrotar a Zeus, ¡Ahhh! Por favor ¡Ahhhhhh! harĆ© lo que quieras, serĆ© tu esclavo de por vida, ¡piedad! ¡piedad!
Aunque ahora Rodrigo tenĆa recuerdos vĆvidos de haber castrado a los otros Dioses, esta era la primera vez que lo hacĆa con plena conciencia de realidad y no dentro de una alucinaciĆ³n, no era fĆ”cil llevar acabo tal acto, menos con las lastimosas sĆŗplicas de Hermes, pero tenĆa que hacerlo. Superman Hood jalĆ³ con fuerza los testĆculos de Hermes hasta arrancĆ”rselos violentamente, a diferencia de Lucky, Ć©l no podĆa hacer magia para extraerlos, asĆ que tuvo que recurrir a la brutalidad
El Dios con un grito agudo se hizo lentamente polvo. “IngiĆ©relos” dijo una voz profunda en la cabeza de Rodrigo, era Cronos “alterĆ© la realidad hasta este punto por que fue un desperdicio destruirlos, ¡cĆ³metelos!”. Rodrigo admirĆ³ los suaves pero macizos y brillantes orbes ovalados que estaban en sus manos y murmurĆ³ para si mismo.
–Gracias Hermes, sin ti no lo habrĆamos logrado –agradecido los mordiĆ³ y se los comiĆ³. La sensaciĆ³n era mĆ”s agradable de lo que esperaba, era similar a comer un mazapĆ”n, los testĆculos del Dios se deshacĆan suavemente en su boca, incluso se pegaban en su paladar y eran un verdadero manjar, los huevos de Hermes eran lo mĆ”s delicioso que Rodrigo habĆa probado en su vida.
Superman Hood se acercĆ³ hacia Cronos para ayudarlo a enfrentar a Zeus.
–¡No te metas en esto Superman Hood! este y yo tenemos un asunto pendiente –dijo Cronos.
–Estas usando el cuerpo de la mujer que amo, claro que me incumbe.
–Te la devolverĆ©, te debo mucho, gracias a ti pude volver cuando golpeaste a tu hermano, te retribuirĆ© todo lo que haz hecho –dijo Cronos– esta batalla es entre este y yo.
Superman Hood no estaba convencido de que Cronos pudiera derrotar a Zeus, pero entendiĆ³ que no debĆa involucrarse por el momento, asĆ que guardĆ³ distancia.
–Destruiste a mis hermanos con ayuda de tu perro faldero –dijo Zeus– Eso es lo que siempre quisiste ¿no es asĆ? tĆŗ viste el potencial de nuestro poder, ¡MI POTENCIAL! y supiste que serĆa mĆ”s poderoso que tĆŗ, por eso quisiste matarnos e iniciaste aquella guerra donde te vencimos.
–Lo hecho, hecho estĆ”, tĆŗ me arrancaste las bolas, ahora harĆ© lo mismo contigo.
Cronos y Zeus eran padre e hijo, sin embargo la condiciĆ³n sanguĆnea no aplicaba para ellos, esta condiciĆ³n la creĆ³ Cronos antes de morir hace miles de aƱos. Estos Dioses Antiguos para arrebatarse los poderes debĆan arrancarse las bolas, en este punto Cronos tenĆa ventaja pues el cuerpo que actuaba como su contenedor no tenĆa testĆculos.
ContinuarĆ”….
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