Cazador-cazado (5/6): Con las manos en la masa - Las Bolas de Pablo

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12 may 2020

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Cazador-cazado (5/6): Con las manos en la masa

CONTIENE
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
SEXO HETEROSEXUAL

   El pomo se la puerta se movió lentamente, seguido la puerta fue empujada con un movimiento casi imperceptible hasta que poco a poco la cabeza de Alejandro se asomó por ella, el muchacho sonrió con orgullo al cumplir su exitosa misión. 
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   Era de noche y el seƱor Marcos Chacón estaba acostado en la cama con los ojos cerrados, seguramente ya estaba dormido habĆ­a sido un dĆ­a muy familiar acompaƱado de sus hijos y nietos. El honorable seƱor Chacón dormĆ­a con el torso desnudo y de piernas abiertas pero cubrĆ­a sus amplias dotaciones genitales con una colcha. 

   Ā«ĀæDónde estarĆ” la vieja Yenny?Ā» se preguntó Alejandro ingresando a la habitación y cerrando la puerta bajo seguro Ā«bueno, no importa, le rompo las pelotas, lo grabo y me voy. No aguantara mucho tiempoĀ». 
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   Con sigilo el travieso muchacho caminó por la alcoba, lo hacĆ­a moviĆ©ndose como las caricaturas levantando un pie encima del otro. 

   Se detuvo ante el cómodo seƱor Marcos y apretó el puƱo. 

   ā€”Dile adiós a tus testĆ­culos, amiguito. 

   Apenas alzaba el brazo cuando la puerta del baƱo de la habitación fue abierta y apareció la rubia seƱora Yenny, esposa de Marcos y madre de tres de sus cuatro hijos. 

   Alejandro giro la cabeza y abrió boca y ojos; y la madre de la chica tambiĆ©n llamada Jenny separó los labios pero adoptando expresión de sorpresa e instantĆ”neo de ira. 
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   ā€”Ā”NO TE ATREVAS A HACERLE DAƑO A LOS TESTƍCULOS DE MI MARIDO! MARCOS DESPIERTA. Ā”NO TE ATREVAS A TOCARLO! 

   ā€”SeƱora, seƱora, es un juego, calma. 

   Alejandro se notaba nervioso e intentaba calmar a la mujer mostrando las palmas de la mano abierta. Entretanto Marcos despertó y se sentó en la cama, y por supuesto que se enfureció. 

   ā€”ĀæQuĆ© demonios, grandĆ­simo bastardo? ĀæQuĆ© pretendes? 

   ā€”Yo venĆ­a a cerrar el juego pero… 
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   ā€”Chacón, Ć©l venĆ­a a lastimarte, por suerte lo vi antes. 

   ā€”Pero esto es un juego que yo estoy ganando y… 

   ā€”CĆ”llate, hijo de puta. 

   Alejandro fue interrumpido cuando Marcos golpeó sus nudillos entre sus muslos, haciendo retroceder al joven y haciendo que sus ojos se abultaran de sorpresa y dolor.

   Marcos no le prestó atención cuando parpadeó, dejó escapar un gemido miserable y se desplomó en el suelo, agarrando su entrepierna.

   ā€”AsĆ­ se hace, mi vida —lo felicitó su esposa ignorando al chico que se retorcĆ­a gimiendo sin aliento.
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   Marcos sonrió y salió de la cama usaba nada mĆ”s que un diminuto y sexy calzoncillo azul que lo hacĆ­a lucir alto, fuerte y poderoso. 

   ā€”De mi no te vas a burlar, mocoso de mierda —rugió feroz el poderoso seƱor Marcos. Agarró a Alejandro del cuello de la camisa, levantĆ”ndolo del suelo.

   ā€”Marquitos —intentó hablar Alejandro—, tĆŗ sabes que esto es un juego. 

   ā€”SĆ­, hijo de puta —aseguró Marcos furioso y mostrando sus dientes—. Y esta noche gano yo. 

   Marcos impactó su rodilla contra la entrepierna de Alejandro.

   La rótula del arquitecto chocó con las fuertes y juveniles bolas de Alejandro con un ruido sordo, haciendo que su cuerpo se sacudiera y sus ojos se cerraran.

   La seƱora Yenny se echó a reĆ­r. 

   ā€”AsĆ­ es, Chacón. EnseƱalo a respetar. 

   Marcos respondió con un rodillazo mĆ”s, provocando otro grito agonizante de los labios de Alejandro.

   Ć‰l jadeaba y gemĆ­a. Haciendo muecas de dolor.

   ā€”ĀæQuĆ© es lo que tĆŗ dices? Ā”Oh, que nunca pierdes

   La seƱora Yenny hizo un comentario de satisfacción cuando su esposo empujó otro rodillazo brutal a los testĆ­culos de Alejandro, haciendo que chillara de agonĆ­a.

   Marcos volvió a golpear las pelotas de Alejandro, haciendo que aullara de dolor. 
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   ā€”ĀæPodrĆ­amos detenernos, seƱor Marcos? —lloriqueó Alejandro. 

   Marcos Chacón le lanzó una mirada asesina que lo aterrorizó y enseguida agarró las bolas de Alejandro y apretó con fuerza, haciendo que el joven cerrara los ojos y chillara. 

   ā€”ĀæA caso tuviste piedad con Pablo, Simón o Israel? GrandĆ­simo hijo de puta. 

   Se aferró a los testĆ­culos de Alejandro como si los quisiera arrancar. 

    Alejandro gimió.

   ā€”DeberĆ­as arrancĆ”rselos —sugirió la seƱora Yenny—, para que aprenda de juegos. 

   Ā«CĆ”llese vieja putaĀ» hubiera dicho Alejandro pero la sola mención provocarĆ­a que Marcos le arranque no sólo las pelotas sino el pene tambiĆ©n. 

   Marcos amasó las bolas de Alejandro en sus manos, aplastĆ”ndolas, haciendo que gritara de dolor.

   Soltó las bolas sólo para golpearlas con su puƱo. Sus nudillos se conectaron con las ciruelas de Alejandro, embistiĆ©ndolas contra su cuerpo.

   ā€”Yenny, cariƱo, busca tu celular y empieza a grabar. 

   La rubia mujer asintió con la cabeza y cogió el móvil grabando a su marido. 

   ā€”Bastian —saludó Marcos y con ello reafirmó su agarre en las huevas de Alejandro logrando en acto magistral que el joven torciera los ojos y abriera la boca—. Heme aquĆ­ y mira lo que hago —afincó los dedos en las gónadas—, hoy he ganado yo y logrĆ© capturar a este tonto. Lo cazĆ© y quiero que no se te vuelva a ocurrir un juego estĆŗpido como este o sino… —exprimió lo mĆ”s que pudo el par de bolas sacando un grito desesperado del joven—, y tus miserables 200 dólares guardalos en tu raja. 

   Yenny finalizó el video, y Marcos soltó los testĆ­culos del joven quien se los agarró con ambas manos. Acto seguido Marcos dolorosamente lo tomó de una oreja y lo haló. 

   ā€”En cuĆ”nto a ti, niƱo de mierda —hizo caminar a Alejandro hacia la salida halado del órgano auditivo—, no te quiero jodiendo cerca de aquĆ­ maƱana y tampoco en lo que resta de semana. 

   Empujó al chico al suelo del pasillo que conducĆ­a a la habitación. 

   ā€”LĆ”rgate, tonto. Y da gracias a la vida que no soy tu padre porque de serlo te tendrĆ­a por el carril, un hombre recto. 
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   Alejandro tenĆ­a mucho dolor de huevos pero atacó con palabras:

   ā€”Yo doy gracias a la vida que no te tengo como padre, viejo loco. 

   Marcos Chacón volvió a enfocar su mirada asesina helando la sangre del joven. 

   ā€”ĀæAsĆ­ que soy un viejo loco, eh? 

   Se movió hacia Alejandro, quien emitió un grito de susto y se levantó del suelo echando a correr por una escapatoria segura. 
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   ā€”Tonto —se rio Marcos e ingresó a su habitación. 

   ā€”Que joven mĆ”s idiota —dijo Yenny abrazando a su marido—, ĀæestĆ”s bien, Chacón, mi amor? —frotó el pecho de su marido que tanto le gustaba. 

   ā€”Si, mi vida. Si no fuera por ti, estarĆ­a sin bolas a esta hora. 

   Besó con amor a su esposa, ella por su parte acarició el cuerpo de su marido logrando levantar mĆ”s que el Ć”nimo del varón. 

   ā€”Ā”Madre mĆ­a, Chacón! —se rio Yenny palpando los genitales de su esposo, la salchicha de Marcos era larga y flaca y estaba ya erecta entre las manos de su mujer que le acariciaba la cabeza—. Mi amor, a tus casi 60 aƱos me sorprende que no uses pastilla azul para depertarte la verga. 

   Marcos se echó a reĆ­r y explicó con su gruesa voz. 

   ā€”Da las gracias a mis genes. 

   ā€”Oh. 
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   Yenny se dejó besar por la pasión de su marido. Ɖl le echó los brazos al cuello. Lentamente se tumbaron en la cama, la mano de cada uno acariciaba el cuerpo del otro. Marcos le quitó la bata a su esposa y ambos continuaron con sus besos en ropa interior. Las tetas de Yenny se aplastaban contra los pectorales de Marcos y su polla se frotaba en la entrepierna de la rubia. Los labios de Marcos abandonaron a los de su esposa y pasaron al cuello, dónde sin piedad le hizo un chupetón. DespuĆ©s besó la parte descubierta de sus pechos mientras abrĆ­a el cierre del sujetador, lo retiro y fue directo a por uno de los pezones. Yenny soltó un gemido al sentir su lengua danzar alrededor con habilidad y al rato paso al otro. Cuando los dejo duros, siguió descendiendo, cogió sus piernas, las separó, las elevó echĆ”ndolas hacia la cabeza para elevar su trasero y dejar expuesto el coƱo. Con ansia Marcos lamió los labios vaginales y el clĆ­toris, Yenny se agarró a la almohada para aguantar la oleada de placer. De pronto le introdujo dos dedos en la vagina, la seƱora Yenny sintió varios escalofrĆ­os de placer que la hizo gemir con ganas.

   ā€”SĆ­, sigue asĆ­, Chacón, me voy a correr. 

   ā€”Hazlo, mi vida, hazlo –respondió aumentando el ritmo.

   La seƱora Yenny siguió expresando su placer hasta que llegó al orgasmo y le regó la cara con sus fluidos. Al verle quitarse el lĆ­quido de la zona de los ojos, le dio un ataque de risa. Marcos la miró y tambiĆ©n se empezó a reĆ­r, se echó sobre ella y la besó entre risas. Con mucha suavidad empezó a penetrarla dĆ”ndole la sensación  de estar llena.

   Yenny gimió cuando la metió entera.

   Con una sonrisa el hombre empezó a moverse lentamente, hizo un par de repeticiones para comprobar que la vagina se habĆ­a adaptado y empezó a coger velocidad. Los gemidos de la seƱora rubia le dieron confianza para ir mĆ”s rĆ”pido y tambiĆ©n embestir mĆ”s fuerte. Yenny se sujetó a Ć©l echando las manos a su espalda y presionando sus cuerpos.

   Cambiaron de posición y Marcos se quedó boca abajo le agarró las tetas a su mujer y las masajeo con la fuerza justa para no hacer daƱo, pero si para estimularla lo mĆ”ximo posible.

   El seƱor Chacón jadeó excitado entró a un punto de no retorno. 

   ā€”Ah, ah, ah, ah. 

   De repente la levantó en volandas y volvió a moverse, Yenny se agarró a su cuello para no caerse. El pene llegaba profundo, provocando mĆ”s placer, y Yenny empezó a quedarse en blanco, Marcos cogió uno de los pezones, con la boca, y succiono con fuerza.

   Marcos la elevaba con fuerza para ella caer sobre su miembro y ser follada duro. Los cuerpos estaban sudorosos, Yenny tenĆ­a otro orgasmo y la polla de Marcos experimentaba las primeras palpitaciones. 
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   Yenny resistió cuanto pudo, apretando sus manos en la espalda, arqueó la espalda al sentir salir el semen en su interior y Marcos se dejó caer en la cama rendido con su esposa encima.

   Los dos jadeaban agotados. Yenny puso su oĆ­do en el pecho y con los latidos del marido se quedó dormida.

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